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Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud

Print version ISSN 1692-715X

Rev.latinoam.cienc.soc.niñez juv vol.14 no.2 Manizales July/Dec. 2016

https://doi.org/10.11600/1692715x.14207170215 

Primera sección: teoría y metateoría

 

DOI: http://dx.doi.org/10.11600/1692715x.14207170215

 

Hermenéutica e Investigación Social: Narrativas generativas de paz, democracia y reconciliación*

 

Hermeneutics and social research: Narratives that generate peace, democracy and reconciliation

 

Hermenêutica e Investigação Social: Narrativas generativas de paz, democracia e reconciliação

 

 

Sara Victoria Alvarado1, María Camila Ospina-Alvarado2, María Cristina Sánchez-León3

 

1 Directora del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud y del Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Cinde-Universidad de Manizales, Colombia. Sara Victoria Alvarado. Postdoctora en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Universidad Católica de Sao Paulo - Colegio de la Frontera de México - Universidad de Manizales-CLACSO. Doctora en Educación, Nova University-CINDE. Magistra en Educación y Desarrollo Social, CINDE-Universidad Pedagógica Nacional. Psicóloga, Universidad Javeriana. Directora del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud CINDE-Universidad de Manizales y de su Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, en el marco del cual dirige la Línea de Investigación en Socialización Política y Construcción de Subjetividades. Directora del Grupo de Investigación "Perspectivas políticas, éticas y morales de la niñez y la juventud", categoría A de Colciencias. Secretaria Técnica del Postdoctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud. Coordinadora de la Red Iberoamericana de Postgrados en Infancia y Juventud. Correo electrónico: s.v.alvarado.s@gmail.com

2 Directora Línea de Investigación del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud, Cinde-Universidad de Manizales, Colombia. María Camila Ospina-Alvarado. Candidata Doctorado Ciencias Sociales Taos-Tilburg University. Magistra en Psicología Clínica, Universidad Javeriana (Orden al Mérito Académico Javeriano). Psicóloga, Universidad de los Andes (Summa Cum Laude). Co-Directora Línea de Investigación "Construcción de paz en ambientes educativos para la ciudadanía y la convivencia". Directora de las investigaciones "Procesos de construcción social de la niñez en contextos de conflicto armado en el Eje Cafetero, Antioquia y área metropolitana de Bogotá: La paz, la reconciliación y la democracia desde la perspectiva de narrativas generativas de niños y niñas", "Subjetividades en niños y niñas de la primera infancia en contextos de conflicto armado: Desde la victimización hacia narrativas que aporten a la construcción social de la paz" y "Narrativas Colectivas de Paz y Conflicto Armado desde las Voces de los Niños y Niñas de la primera infancia, Familias y Agentes Relacionales en el Marco del Posconflicto/Posacuerdo", del grupo de investigación "Perspectivas políticas, éticas y morales de la niñez y la juventud", clasificado en categoría A en Colciencias y adscrito al Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud CINDE-Universidad de Manizales. Correo electrónico: mospina@cinde.org.co

3 Estudiante Doctorado en Ciencias Sociales Niñez y Juventud, Cinde-Universidad de Manizales, Colombia. María Cristina Sánchez-León. Filósofa. Pontificia Universidad Javeriana. Magister en Historia y Teoría del Arte y la Arquitectura, Universidad Nacional de Colombia. Actualmente se encuentra haciendo estudios de Doctorado en Ciencias Sociales Niñez y Juventud en CINDE y Universidad de Manizales (Caldas). Es Investigadora del grupo de Investigación Jóvenes Culturas y Poderes, clasificado en A, por Colciencias y del grupo Filosofía, Cultura y Globalización, clasifcado en A", por: "Actualmente se encuentra haciendo estudios de Doctorado en Ciencias Sociales Niñez y Juventud en CINDE y Universidad de Manizales (Caldas). Magistra en Historia y Teoría del Arte y la Arquitectura, Universidad Nacional de Colombia. Filósofa. Pontifcia Universidad Javeriana. Es Investigadora del grupo de Investigación Jóvenes Culturas y Poderes, clasifcado en B, por Colciencias y del grupo Filosofía, Cultura y Globalización, clasificado en C. Correo electrónico: mariasanleon@gmail.com

 

 

Artículo recibido en febrero 17 de 2015; artículo aceptado en julio 1 de 2015 (Eds.)

 


Resumen (descriptivo):

La pertinencia de los métodos de investigación implica la indagación por sus límites y posibilidades para comprender y transformar los fenómenos sociales. La hermenéutica ontológica política implica comprender sentidos y significados en su devenir, transformando a su vez las realidades sociales con otros según vivencias subjetivas e identitarias. Aquí presentamos el vínculo entre hermenéutica ontológica política y construccionismo social: primero, explicitando cómo la hermenéutica ontológica política, además de ser un modelo epistemológico para acceder a fenómenos sociales, es un aporte político a la comprensión y transformación de lo social; segundo, estableciendo un vínculo entre el socioconstruccionismo y la actitud hermenéutica que se instala en este modelo de comprensión; y finalmente, abordando la aplicación del vínculo metodológico entre hermenéutica ontológica política y socioconstruccionismo en la investigación con niños y niñas en contextos de conflicto armado.

Palabras clave: Metodología, investigación social, niñez (Tesauro de Ciencias Sociales de la Unesco).

Palabras clave de las autoras: Hermenéutica ontológica política, construccionismo social, narrativa.

 


Abstract (descriptive):

The relevance of research methods implies the inquiry about their limits and possibilities for understanding and transforming social phenomena. Ontological political hermeneutics aims to comprehend meanings that are subject to continuous change, and at the same time transform social realities with others based on subjective and identity-based experiences. This article focuses on the link between ontological political hermeneutics and social constructionism: in the first instance, the authors detail how ontological political hermeneutics, in addition to providing an epistemological model for social research, acts as a political contribution to the comprehension and transformation of social processes; secondly, this article will show a link between social constructionism and the hermeneutical attitude that is located within this model of understanding. Finally, the authors apply the methodological link between ontological political hermeneutics and social constructionism in the field of social research with children living in armed conflict contexts.

Key words: Methodology, social research, childhood (Unesco Social Sciences Thesaurus).

Authors’ key words: Ontological political hermeneutics, social constructionism, narratives.

 


Resumo (descritivo):

A pertinência dos métodos de investigação induz à indagação por seus limites e possibilidades para compreender e transformá-los em fenômenos sociais. A hermenêutica ontológica política implica compreender sentidos e significados em seu desenvolvimento, transformando, por sua vez, as realidades sociais com outros indivíduos por meio de vivências subjetivas e indenitárias. é apresentado o vínculo entre hermenêutica ontológica política e construcionismo social da seguinte maneira: primeiro, explicitando como a hermenêutica ontológica política, além de ser um modelo epistemológico para acessar fenômenos, é uma contribuição política para a compreensão e transformação do social; segundo, estabelecendo um vínculo entre o socioconstrutivismo e a atitude hermenêutica que se instala nesse modelo de compreensão; e, finalmente, abordando a aplicação do vínculo metodológico entre hermenêutica ontológica política e socioconstrutivismo na pesquisa com crianças em contextos de conflito armado.

Palavras-chave: Metodologia, pesquisa social, infância (Thesaurus de Ciências Sociais da Unesco).

Palavras-chave dos autores: Hermenêutica ontológica política, construcionismo social, narrativa.

 


 

Introducción

 

En el presente artículo retomamos las reflexiones desarrolladas en el marco del grupo de investigación "Perspectivas Políticas, éticas y Morales de la niñez y la juventud", del Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud del Cinde y la Universidad de Manizales. En el texto, ponemos en diálogo los desarrollos de las líneas de investigación "Socialización Política", "Construcción de Paz en la Escuela para la Ciudadanía y la Convivencia" y "Construcción de las Paces" y, en particular, sus aportes a la investigación titulada "Procesos de construcción social de la niñez en contextos de conflicto armado en el Eje cafetero, Antioquia y área metropolitana de Bogotá: La paz, la reconciliación y la democracia desde la perspectiva de narrativas generativas de niños y niñas".

Como apuesta epistemológica, metodológica y política, en la investigación retomamos la hermenéutica ontológica y política, desde la cual apuntamos a originar comprensiones en torno a los sentidos y significados presentes en niños, niñas y sus agentes socializadores sobre sí mismos, y a la vez a ampliar y transformar esos sentidos en procesos participativos y colaborativos, en los que los niños, las niñas, sus familias y los agentes educativos se posicionan activamente como sujetos políticos que aportan a la construcción de paz, democracia y reconciliación. Los niños y las niñas, en su relación con otros, participan de procesos transformadores. Esto implica que la investigación social deja de construir conocimientos vacíos y le aporta a la transformación social. El sentido ontológico incluye tanto la subjetividad de los sujetos investigadores, como los sentidos subjetivos y sentidos identitarios que se transforman en los niños y las niñas y sus agentes socializadores.

En el primer apartado del artículo buscamos sustentar la pertinencia y la eficacia de la hermenéutica ontológica política en la comprensión del modo como pueden ser entendidos los objetos de estudio de las Ciencias Sociales, en el abordaje de los acontecimientos que se le ofrecen a la ciencia social, y en el reto que constituye ampliar los métodos y reflexiones sobre la subjetividad política y social. En el segundo apartado presentamos algunos aportes del construccionismo social para comprender a los niños y las niñas en contextos de conflicto armado, como sujetos en devenir en constante construcción, a partir de la relación con otras personas; en este apartado mostramos una lectura no determinista de estos niños y estas niñas, lo que permite a la investigación social aportar a la construcción de subjetividades en las que se visibilicen las potencias de los niños y las niñas, y en las cuales se participe con otras personas en procesos de paz. Del mismo modo, enfatizamos en la construcción conjunta de conocimiento y en las implicaciones éticas, políticas y populares de la investigación social orientada a la comprensión y a la transformación social, como sucede con la propuesta que se hace a partir de la hermenéutica ontológica política. En el último apartado, atendiendo al vínculo problémico, político y social que subyace entre una hermenéutica ontológica política y el construccionismo social, explicitamos las condiciones en las que desarrollamos la presente investigación con niños y niñas que han vivido el contexto del conflicto armado, en la construcción conjunta con los actores sociales de sus sentidos y prácticas, y en su posicionamiento político en la construcción de nuevos mundos posibles.

 

La investigación en Ciencias Sociales y la importancia de la hermenéutica ontológica política

Acercarse al mundo de los otros suponiendo su comprensión como tarea, como objeto o como proyecto epistémico, no deja de ser una actitud radical, ensombrecedora y, sin embargo, estimada como científica y rigurosa en varios terrenos de la investigación social. Suele ser considerada científica porque la objetividad y la fiabilidad que imprime en la investigación deshacen cualquier clima de relativismo; y rigurosa porque aún suele pensarse que el rigor está encaminado a la exactitud con la que se describen, circunscriben y definen los procesos y fenómenos sociales.

Con esta inquietud inicial se quiere, más allá de establecer una irrefrenable pugna entre los ideales y postulados objetivistas y otros de carácter subjetivista, proponer y afirmar que la cambiante naturaleza del mundo social y de todo aquello que lo compone -y des/compone de forma inevitable-, aparece ante los ojos del sujeto investigador como un universo abierto y profundo en el que difícilmente cabe una definición que pueda ser conservada a través del tiempo de forma eterna, pura e inmutable. La apuesta de este estudio es justamente sostener que, tanto en perspectiva hermenéutica ontológica política, como en perspectiva del construccionismo social, lo social se nos aparece como un reto y como una oportunidad de demanda ética, pues no solamente se pone en juego la individualidad del participante-testigo, sino también la individualidad y el compromiso del sujeto participante-investigador. Pero ¿cómo traducir la individualidad de uno y otro actor de la investigación respecto a la comunidad? ¿Qué tipo de solidaridad, o de hospitalidad se teje justamente allí? ¿Cómo es posible abrir el espacio que la investigación social constituye en la academia y en la experiencia de humanidad?

Queremos de aquí en adelante problematizar estos interrogantes planteando una tarea central, y es atender las implicaciones metodológicas de establecer el vínculo entre la investigación social en perspectiva hermenéutica y en perspectiva del construccionismo social.

En esta primera parte, queremos presentar la importancia de la perspectiva hermenéutica ontológico-política, considerándola, entre otras posibilidades y tareas, como una respuesta a la objetivación del mundo práctico y como una alternativa ante la trascendentalización de la vida individual o social. Por objetivación del mundo práctico podemos entender la función epistemologizadora que se remite a máximas colonizadoras y homogenizantes que señalan la verdad empírica y demostrable como verdad absoluta. Por su parte, la trascendentalización de la vida individual y social, si bien se remite a la afirmación de la individualidad de cada ser humano en la medida que le compete y le es inherente una intersubjetividad, deja de lado esa intersubjetividad que instala el mundo social y el mundo político:

La hermenéutica ontológica política como perspectiva epistémica y metodológica de la investigación es una apuesta éticopolítica sustentada en el pensamiento de la filosofía política arendtiana que, a su vez, como ya se ha dicho, toma y amplía de Kant (no desde una mirada estética sino política) su teoría sobre el juicio crítico, y de Heidegger, la hermenéutica ontológica" (Alvarado, Gómez, Ospina- Alvarado & Ospina, 2014, p. 211).

En este sentido, una hermenéutica ontológica política traduce la experiencia humana en un permanente reto de comprensión e interpretación, en su ejercicio de reconocimiento. Esto quiere decir que la necesidad de hacer una hermenéutica ontológica política aparece ante los límites que ha establecido la epistemología de carácter convencional y tradicional, entendida como el discurso que ha sido impuesto por la filosofía de la ciencia, cuya cercanía es definitiva con la fiabilidad extrema del dato empírico. Ante este panorama, vale aclarar que mientras existen algunas oscilaciones entre epistemología y hermenéutica, hay también serias distinciones que no se pueden ignorar, y más en la inmersión del campo o del mundo de lo social, dado siempre en forma de acontecimiento. Por un lado, una epistemología es una teoría del conocimiento hecha sobre la base de que existe una capacidad de la mente para reproducir fielmente la naturaleza, operando sobre estructuras fijas según esquemas estables. En este sentido, para una epistemología, gran parte de los discursos -si no todos-, son considerados conmensurables asumiendo que sus valores de verdad se verifican cuando se trasladan a un lenguaje simple que refleja los hechos; de allí que nociones como verdad, verificación, veracidad, verosimilitud, sean cercanos y, por qué no, sinónimos en perspectiva epistemológica. Por otro lado, para una hermenéutica no existe la posibilidad de asumir un lenguaje unificador, en tanto que la configuración de un mundo de significado sólo puede mediante la apropiación del lenguaje del otro, en lugar de instaurar un esfuerzo por traducir el lenguaje propio, cosa que es definitivamente básica, poco creativa, poco dinamizadora y de ninguna manera ética, sobre todo en el mundo de la investigación social.

Una de las contribuciones más significativas a la hermenéutica contemporánea se basa en la obra filosófica de Paul Ricoeur (1913-2005), para quien la hermenéutica implica una función narrativa que busca prolongar y a la vez reservar la amplitud, pluralidad y diversidad de los usos del lenguaje. De allí que por uso no se entienda de modo estricto la verbalización del mundo ni la predicación formal de él. En este sentido, para Ricoeur -lector de Hannah Arendt y de Martin Heidegger-, la hermenéutica implica el juego de narrar, cuya base aparece soportada en la forma como se hace historia, en la forma como se hace ficción y, por supuesto, en la forma como se puede vincular la historia con la literatura (Ricoeur, 1996). Esta característica, en lugar de alejarnos de una aplicación seria sobre la pertinencia de un modelo de hermenéutica ontológica política para el ejercicio de las ciencias sociales, nos acerca a la comprensión de la cualidad temporal de la experiencia humana, esto es, a la comprensión de los sujetos en devenir. En este sentido, hay que suponer que la importancia que la hermenéutica ontológica política tiene para la investigación en Ciencias Sociales, está orientada a la captación de la experiencia humana en una trama de sentido que bien puede asociarse a una operación cuyos elementos pueden ser la experiencia humana; el fondo operante de dicha experiencia; y los modos como los seres humanos se hallan en esa experiencia. Cabe anotar que uno de esos modos es el acto de narrar y de narrarse.

La hermenéutica ontológica se configura así como un esfuerzo ético en tanto capacidad del sujeto investigador por trabajar con personas, con seres cuyas formas de evidenciar la vida sobrepasan el terreno de la evidencia empírica, más que con razonamientos seguidos de una demostración y argumentación lógica en el orden de la certeza y de la verdad. Una hermenéutica ontológica de carácter y trasfondo político puede asumirse como una metodología investigativa. Sin embargo, ello no discute con la afirmación de que se pueda entender como un ejercicio ético y político en su propia constitución: si la demanda es por la comprensión del lenguaje otro, ahí estamos inmersos en la hospitalidad con nuevos modos de asumir la realidad y la vida en general. Si de lo que se trata es de des-localizar nuestro campo de percepción para sumergirnos en otro, ello demanda de nosotros un esfuerzo moral por ver en otra dirección y desde otra orilla, prueba de que estamos agenciándonos en el marco de la solidaridad y el reconocimiento. Deslocalizarnos sugiere, por ejemplo, transferir el lugar de enunciación según el cual nos acercamos a la realidad, y ello va más allá de una simple apertura moral, pues exige una práctica de alteridad justa; que no se mueva en una orilla exotizante del otro, y al mismo tiempo que se aleje de una orilla solipsista y radical. En esta dirección, una hermenéutica del sí, surge en el pensamiento de Paul Ricoeur como respuesta, o mejor, como alternativa a la imposición de un cogito cartesiano típico de las filosofías del sujeto ancladas en la certeza y en la evidencia. Con el fin de extender los usos del lenguaje en la propuesta de una hermenéutica, el filósofo francés señala en el prólogo de su obra cumbre en el ámbito de Filosofía política, Sí mismo como otro (1996), lo siguiente:

    A estos tres rasgos gramaticales corresponden los tres rasgos principales de la hermenéutica del sí: el rodeo de la reflexión mediante el análisis, la dialéctica de la ipseidad y de la mismidad, en fin, la de la ipseidad y de la alteridad. Estos tres rasgos de la hermenéutica serán descubiertos progresivamente, según el orden en que acaban de ser enumerados en los sucesivos estudios que componen esta obra (Ricoeur, 1996, p. 29).

Es importante considerar que este movimiento progresivo, que está consignado en la mencionada obra de Ricoeur, no constituye solamente una cadena analítica expositiva entendida en el ejercicio típico de la filosofía. Más bien, es una tarea comprensiva que conduce al planteamiento de una ontología hermenéutica, propuesta que para el presente artículo funciona como una alternativa metodológica y que soporta una actitud política en el mundo con los otros. Pero, ¿cómo entender entonces lo ontológico de esta actividad hermenéutica que se hace política en la construcción de sentido con los otros?

Hay que decir que esta actividad hermenéutica solo puede entenderse en el campo de la acción, es decir, desde y en la actuación ética y política. En este sentido es necesario afirmar que no puede comprenderse la hermenéutica ontológica política fuera del campo de la acción; para el caso: acción de narrar y acción de comprender. Una hermenéutica es ontológica porque preserva la existencia humana como un campo en el que se testifica con las acciones como unidades de sentido:

    Todos nuestros análisis invitan a esta exploración, en la medida en que se orientan hacia cierta unidad del obrar humano -salvedad hecha del tema complementario del sufrir…-. ¿No deriva esta unidad probablemente de la metacategoría del ser como acto y como potencia? ¿Y la pertenencia ontológica de esta metacategoría no preserva lo que hemos llamado varias veces la unidad analógica del obrar, para señalar el lugar de la polisemia de la acción y del sujeto actuante, subrayado por el carácter fragmentario de nuestros estudios? Mejor aún: ¿no hemos considerado muy a menudo, en el transcurso de nuestras investigaciones, el término "acto" (¡acto de discurso!) como sinónimo de los términos "obrar" y "acción"? (Ricoeur, 1996, p. 335).

Cabe aclarar, con el fin de comprender el lugar de las dos secciones restantes de este artículo, que si bien epistemología y hermenéutica son modos distintos de captación del mundo, no por ello hay que pensar que se excluyen recíprocamente, pues hay que decir que una y otra son aplicables a campos de estudio diferentes: la epistemología es el discurso de una ciencia que podríamos llamar ciencia tradicional, mientras que la hermenéutica podría ser el discurso de una ciencia subversiva en el sentido etimológico del término -poner arriba lo que está abajo-. Esto quiere decir que en la investigación social devenimos epistemólogos o hermeneutas según queramos fundar, fundamentar o extender lo que ocurre en el mundo, manteniendo nuestro deseo de codificación; o bien según queramos comprenderlo aun manteniendo los límites de esa comprensión, cuestión esta última que no nos pone en una situación de desventaja sino en una situación de exigencia ética, política, y por supuesto disciplinar y teórica.

La hermenéutica ontológica política es una tarea, insistimos, que sobrepasa el campo metodológico y se instala en el mundo social, asumiendo la riqueza de la potencia intuitiva y espontánea de lo que puede integrarse como mundo, mundo narrado, mundo-experiencia:

    En este sentido, lo que McIntyre llama "unidad narrativa de una vida" no resulta sólo de la suma de las prácticas en una forma englobadora, sino que es regido, con igual razón, por un proyecto de vida, con todo lo incierto y móvil que sea, y por prácticas fragmentarias, que poseen su propia unidad, de forma que los planes de vida constituyen la zona media de intercambio entre la indeterminación de los ideales rectores y la determinación de las practicas (Ricoeur,1996, p. 159).

En tal contexto, la apuesta hermenéutica ontológica política no puede asumir una visión ontologizante -esencial- de lo humano, pues ello contribuiría a significar la vida humana como una condición inalterable y de valor exacto. Más bien, y de modo exigente, lo que instala es la diferencia como modo de ser y la interferencia como modo de comprenderla: diferencia porque como seres humanos nos constituye el conflicto, la contradicción, la diversidad; interferencia porque de camino a la comprensión del otro, es inevitable encontrar la interrupción, los tonos claros, oscuros y medios que emergen de la absoluta otredad que me aparece. De aquí que una perspectiva hermenéutica contribuya, por ejemplo, a establecer modos de acercamiento a problemas de género, familia, políticas públicas y, en general, a diversos lugares de abordaje un tratamiento distinto al ontologizante, occidentalizante y, peor aún, homogeneizante.

Con el ánimo de establecer un vínculo con el abordaje de los siguientes dos apartados, decimos lo siguiente:

1. La alternativa que surge con la Hermenéutica Ontológica Política, pone de relieve el descubrimiento de la mismidad del otro. Esto quiere decir que como postura teórica abre el universo de significación de la vida humana y, por supuesto, de la vida social, en la medida en que concibe el lenguaje como figurado: el límite que aparece aquí es el modo como el otro expresa su mundo, pero justamente ello constituye la materia prima de una investigación social que quiera sacar de la sombra lo que el otro es. En esta línea, es posible afirmar que si bien el otro no requiere al individuo investigador social para ser quien quiere ser, sí puede habilitar su campo de relato del mundo para que el sujeto investigador devele un contenido que bien puede estar oculto. A esta primera motivación hermenéutica puede seguir una segunda, y es la posibilidad de que la mismidad de quien habla y aparece, se comprenda a sí mismo en el tránsito de su narración, simbolización, descripción, etc. Adicionalmente, se encuentra la mismidad del investigador o investigadora, quien ha de transitar por todas las voces que surgen: la del individuo narrador, la de lo narrado, y la que le es exigencia política: la de quien asume el trabajo de la investigación como postura vinculante, política.

2. Una hermenéutica ontológica política concibe la humanidad del ser como un evento, como un acontecimiento; ello quiere decir que esta hermenéutica hace una apuesta real por la novedad que desentraña la investigación social, en tanto se hace con seres humanos y en tanto testifica la disolución del ser en el mundo de la vida que le atañe, condiciona y posibilita.

3. La realidad de la investigación social es mixta; ello hace que la hermenéutica como disciplina se desarrolle en el diálogo que la constituye. Aquí, vale decir que el diálogo no debe ser entendido como la resolución de la diferencia, sino como su reconocimiento, como razón de ser de la condición humana. En consecuencia, cabe decir que una hermenéutica como la que aquí hemos descrito, se instala en un modo de ser distinto al estrictamente metodológico.

 

Implicaciones del Construccionismo Social en la Investigación con Niños y Niñas como Sujetos en Devenir

El presente estudio retoma la perspectiva del Construccionismo Social como una mirada posible para aproximarse a la investigación social, en la cual los niños y las niñas en contexto de conflicto armado no se perciben como entes u objetos estáticos, sino como sujetos activos. En esta investigación enfatizamos en el desplazamiento propuesto por Gergen (2007) del conocimiento individual a la construcción conjunta de conocimiento. Siguiendo estos planteamientos, no se estudia la mente individual del niño o la niña en la mente individual de un individuo investigador, sino que se estudian los procesos relacionales de los que participan estos niños y estas niñas en el diálogo de un grupo de investigación.

El tránsito descrito ha implicado cuestionar el posicionamiento de la razón individual, en la que la mente humana funda la verdad y se constituye en el principal objeto de estudio, al cual se llega con el conocimiento originado en las mentes individuales, lo que hace posible controlar la mente humana y generar acciones que permitan acercarse a la sociedad ideal en el perfeccionamiento del conocimiento.

Tras realizar este cuestionamiento, la apuesta por la construcción conjunta de conocimiento se centra en reconocer que este proceso se da según ciertas jerarquías presentes en la cultura, que inciden en las convenciones lingüísticas que están en la base de dicho proceso, dando paso a unos conocimientos y excluyendo otros. La investigación, como una vía de construcción de conocimiento, implica el intercambio y la coordinación entre seres interdependientes (Gergen, 2007), coordinación de la que participamos en la investigación en la base del presente artículo tanto el equipo de investigadores e investigadoras, como los sujetos participantes, que se constituyeron a la vez en investigadores de sus sentidos y sus prácticas.

La postura descrita nos permite tomar la investigación como un proceso de transformación del grupo de investigación; en términos de Gergen (2007), se asume el rol de investigador o investigadora relacional que se transforma y no el de sujeto investigador individual o sujeto observador racional.

Un segundo desplazamiento que adoptamos en el estudio, es la propuesta de Gergen (2007) de cuestionar el conocimiento de un mundo objetivo en el que es posible predecir y controlar el conocer, sin la mediación subjetiva, los procesos mentales y las relaciones causales que se producen entre un input del ambiente y una consecuencia en el comportamiento humano. El desplazamiento consiste en centrarse en la construcción social del mundo, lo que implica entender que el conocimiento considerado objetivo se construye en las relaciones, en las coordinaciones lingüísticas como interpretaciones de lo que se observa, coordinaciones marcadas por ciertas especificidades culturales.

Este segundo desplazamiento nos ha llevado como grupo de investigación a reconocer nuestro posicionamiento ético y político y los lentes comprensivos de los que partimos, como elementos clave en la construcción de sentido. Retomamos en este nivel la alerta de Maxwell (2005) frente a la necesidad de tener presente la identidad del sujeto investigador, sus experiencias previas, las teorías de las que parte y sus preconcepciones, identificando las ventajas que dicha trayectoria pueda tener y las limitaciones que puedan surgir en el proceso de construcción de significados. Esto nos invita como grupo a preguntarnos de manera constante sobre los conocimientos que vamos construyendo en el diálogo y en el encuentro con los otros respecto a sus saberes, incluyendo allí los saberes presentes en los niños y niñas y en sus agentes relacionales, como lo son sus familias y docentes.

El tercer desplazamiento que adoptamos en el grupo de investigación, de la mano de las ideas de Gergen (2007), es el de pasar del lenguaje como portador de una única verdad al lenguaje como un medio en la construcción de múltiples realidades locales. Es así como en nuestro estudio, las narrativas de los niños y las niñas y sus agentes relacionales no son vistas como una representación del mundo mental de estos actores -en términos de Gergen (2007), como una transmisión externa del mundo mental interno-, sino como medios generadores en los que a la vez que se describen y se crean las relaciones entre estos actores.

Este desplazamiento nos permite comprender a los niños y las niñas en contexto de conflicto armado como seres en constante construcción y en devenir, en el proceso en el que se nombran a sí mismos y son nombrados por otros significativos en sus vidas en distintos contextos y momentos. Es este desplazamiento el que da un carácter de creación de nuevas posibilidades a las prácticas dialógicas, pero las circunscribe siempre en contextos relacionales y sociales más amplios en los que la cultura tiene un papel significativo.

Siguiendo a Gergen (2006), cada persona tiene múltiples identidades y cuenta con diversas verdades sobre sí mismo, las cuales se crean y controlan en las redes relacionales de las que participa, mediante lenguajes inscritos en sentidos culturales particulares. Los modos en que se nombran las personas y en que son caracterizadas son específicos a las culturas y los momentos socio históricos particulares (Gergen, 2007). Teniendo en cuenta que "el lenguaje es constitutivo del mundo, ayuda a generar y/o sostener ciertas formas de práctica cultural" (Gergen, 2007, p. 101), las narrativas de los niños y niñas y de sus agentes relacionales son percibidas como generativas y performativas, es decir, como constitutivas del mundo propio de los niños y niñas, como necesariamente ligadas a la acción y como elementos mediante los cuales se generan, sostienen o transforman ciertas prácticas culturales en las que la violencia o la paz emergen como posibilidades y no como determinantes.

Siguiendo los planteamientos de Wittgenstein (1953, en Gergen, 2007) sobre el lenguaje, los modos en que son nombrados y se nombran a sí mismos los niños y las niñas en el contexto del conflicto armado colombiano no dependen de procesos individuales o mentales, sino de interacciones recurrentes, es decir, del uso que se les da en la acción. Las verdades sobre sí mismos y sobre sí mismas están marcadas por convenciones sociales, por las reglas de un colectivo. En este sentido, los niños y niñas son nombrados en muchas ocasiones desde su pertenencia a un grupo armado en particular, desde situaciones en las que la venganza, el dolor, el sufrimiento y la vulneración de derechos están presentes; pero también son nombrados y se nombran desde procesos como la solidaridad, el interés por construir historias de vida distintas al pasado vivido y el querer ser reconocidos por los demás desde sus aprendizajes y desde lo positivo.

En este contexto, construir conocimiento nos implica, como grupo de investigación, lo que Gergen (2007) ha nombrado participar de las prácticas interpretativas presentes en una cultura específica, es decir, comprender los propios sentidos y prácticas presentes en los niños y las niñas y sus contextos relacionales, lo que implica dejar de lado la pretensión de generalización y centrarse en la construcción de conocimiento local, con el interés puesto en el significado de la investigación en la vida cultural. Así mismo, construir conocimiento nos orienta a lo que Gergen refiere como el preguntar por el aporte de la ciencia a la cultura, es decir, promover sentidos y prácticas en los que emerjan narrativas generativas de paz, reconciliación y democracia, y no escenarios de revictimización y de lecturas deficitarias.

En términos metodológicos, esta postura nos ha invitado a la apertura a múltiples métodos, entendiendo que estos tienen que ver con la perspectiva teórica desde la que nos ubicamos (Gergen, 2007). Es así como se ha empleado la hermenéutica como un modo de aproximarnos a los significados presentes en las narrativas de niños y niñas y de sus agentes relacionales y, a la vez, la apuesta transformadora que surge de una perspectiva crítica, popular y política. Teniendo en cuenta que la construcción social de la realidad se da por medio de las prácticas dialógicas (Gergen, 2007), el estudio retomó el análisis de las narrativas y la participación en las conversaciones como elementos clave en el proceso transformador.

Interesa la narrativa en tanto está en la base de la definición de lo que es considerado como información, no siendo así secundaria a la recolección de la información (Bruner, 1986, en White & Epston, 1993). Es así como el relato mismo determina el significado que se le atribuye (White & Epston, 1993). La narrativa, del mismo modo, es relevante a la investigación en su sentido ontológico, dado que, como lo plantean Freeman, Epston y Lobovits (2001), las historias narradas no sólo describen, sino que a la vez configuran la vida de las personas. Las maneras en las que los niños y niñas se describen y son descritos por los otros sujetos significativos, aportan en la construcción de sus subjetividades. Los "relatos son constitutivos: modelan las vidas y las relaciones" (White & Epston, 1993, p. 29).

La narrativa se constituye en una mediación en la que es posible comprender la experiencia (White & Epston, 1993) vivida por los niños y las niñas que se encuentran en medio del conflicto armado. Partimos de igual modo de que la narrativa no incluye toda la experiencia de vida de los niños y niñas y sus relaciones, quedando de lado aquello que no se adecúa al relato dominante (White & Epston, 1993), por lo cual la apuesta metodológica implica develar aquello que no ha sido narrado, las excepciones a los relatos dominantes basados en la violencia como única alternativa de vida para los niños y niñas que han vivido el contexto del conflicto armado, siendo fundamental la emergencia de las potencias individuales y relacionales, mediante las cuales es posible aportar a procesos de construcción de paz, reconciliación y democracia. Lo anterior, partiendo del planteamiento de Gergen (2007) acerca de que todas las personas tienen en sí mismas multitudes, y las descripciones acerca de sí mismas, al igual que las descripciones hechas por otros y otras, desconocen diversas posibilidades de ser que están ocultas y que pueden surgir (Gergen, 2007).

Esta apuesta por las potencias no desconoce lo planteado por White y Epston acerca de que las narrativas dependen de la experiencia vivida, pero afirma que es posible resignificar las experiencias y construir presentes en los que se encuentren la memoria del pasado y la proyección del futuro, ya que "Con cada nueva versión, las personas reescriben sus vidas" (White & Epston, 1993, p. 30).

Así mismo, metodológicamente el estudio se enmarcó en las investigaciones polivocales, en las que para comprender un fenómeno se incluyen diversas voces (Gergen, 2007). Partiendo de este principio, los distintos encuentros estuvieron diseñados para propiciar diálogos no sólo con los niños y las niñas, sino también con sus familias y agentes educativos.

Coincidimos con que "Los métodos, no menos que la teoría y los datos, contribuyen a inteligibilidades culturales y formas de vida" (Gergen, 2007, p. 112), por lo que empleamos una metodología hermenéutica ontológica política, en la que los sentidos presentes en la narrativa, la construcción social de las subjetividades y la transformación social desde la acción conjunta, hacen un llamado a estrategias lúdicas que aporten a los procesos de construcción de paz, democracia y reconciliación. Según dichas metodología y estrategias enfatizamos en la emergencia de las narrativas de los niños y las niñas según sus propias voces, no desde el paradigma del sujeto adulto.

 

Una aproximación metodológica de estas perspectivas epistemológica y teórica en el terreno de la investigación social

La hermenéutica ontológica política encuentra su expresión metodológica en algunas de las investigaciones desarrolladas en el doctorado en ciencias sociales, niñez y juventud de la Universidad de Manizales y el Cinde (Alvarado, 2007, Alvarado, Botero & Ospina, 2008, Alvarado, 2009, Alvarado & Ospina, 2009, Botero, Alvarado & Luna, 2009), y en particular en el proyecto cofinanciado por Colciencias "Procesos de construcción social de la niñez en contextos de conflicto armado en el Eje cafetero, Antioquia y área metropolitana de Bogotá: La paz, la reconciliación y la democracia desde la perspectiva de narrativas generativas de niños y niñas". A partir de esta perspectiva metodológica, es posible develar sentidos y significados de la realidad social en tiempos de conflicto, y generar marcos de interpretación que permitan esclarecer las representaciones de las niñas y niños en contextos de conflicto armado. En un primer momento, la metodología hermenéutico-comprensiva propicia la lectura de los sentidos y prácticas políticas instituidas, y en un segundo momento, y por su carácter político performativo, interviene y potencia otros sentidos y prácticas orientadas a la formación ciudadana, desde una perspectiva instituyente.

La metodología hermenéuticocomprensiva permite que la interpretación de una realidad implique su transformación. Comprender la realidad es transformarla. Una doble hermenéutica hace posible esta aventura investigativa enfocada sobre los sentidos y prácticas políticas, sobre las maneras particulares en las que niños y niñas construyen su subjetividad y su identidad, la formas en las que pueden desplegar sus potencias y sus maneras políticas de instaurar nuevas realidades a partir de la transformación de los relatos de victimización que suelen acompañar los textos sociales sobre los niños y niñas en contexto de conflicto armado, hacia narrativas de instauración de prácticas de agenciamiento capaces de instituir formas nuevas de vida. Es ante todo una confianza de nuestro tiempo, reconocer en el lenguaje la constitución ontológica de la realidad social.

Más que un análisis de las condiciones objetivas y estructurales que determinan la construcción social en los niños y las niñas en contextos de conflicto armado, se trata de garantizar una comprensión del "flujo de vivencias" que configuran su experiencia política y representaciones sociales de la paz, la democracia y la reconciliación, en apertura a nuevos "horizontes" de sentido.

En este orden de ideas, la metodología en este proyecto para abordar en su complejidad el caudal de realidad que debe ser comprendido para ser transformado, demanda del testimonio, la entrevista en profundidad, la observación participante en microetnografías afirmativas, el diálogo de saberes, la deconstrucción de imaginarios, el análisis de narrativas y la formulación de horizontes.

Es así como este proyecto, que finalizó en febrero de 2016, se ha configurado como una alternativa de generación, aplicación, validación y diseminación de conocimientos sobre los sentidos y prácticas de niños y niñas en torno a la paz, la reconciliación y la democracia, en su constitución social de subjetividad e identidad, con el fin de aportar en la instauración de nuevas realidades subjetivas, intersubjetivas y sociales, en procesos de construcción intergeneracional de alternativas de convivencia y desarrollo favorables a la paz.

La propuesta metodológica del proyecto es entendida en este sentido como un proceso sistemático de recolección y resignificación de narrativas, en el que los niños y las niñas, sus familias y los agentes educativos de sus instituciones participaron, además de informantes, como individuos investigadores para la identificación de categorías y tendencias que le dieron un ordenamiento inicial a sus narrativas, como apertura de un proceso de comprensión (descripción); para la construcción y confrontación dialógica de un entramado de relaciones que las fue identificando como constitutivas del fenómeno, ayudando a configurar una coherencia estructural de orden descriptivo (interpretación); y para la construcción de una red de significaciones que desligaron las abstracciones del fenómeno de su dimensión empírica y permitieron, por la vía de la inferencia, poner en diálogo las nuevas comprensiones con la teoría existente, y dieron lugar a nuevas maneras conceptuales de dar cuenta del fenómeno, que son expresión real de la voz de los sujetos sin voz. Este movimiento es a lo que podemos denominar constitución de sentido de las narrativas alterativas.

Por lo anterior y teniendo en cuenta que la pregunta rectora de la investigación se centró en el reconocimiento y comprensión de los contenidos y formas mediante las cuales los niños y niñas que viven en contextos de conflicto armado construyen y narran de manera generativa sus identidades y subjetividades, de modo tal que logran movilizar procesos de paz, reconciliación y democracia, el interés práxico del estudio integró el ejercicio de comprender las formas y sentidos particulares de construcción de la identidad y la subjetividad, que hacen visibles y audibles elementos de la realidad que no han sido nombrados: aquellas prácticas singulares, aquellos modos de ser en el mundo que han logrado instituir procesos de paz, reconciliación y democracia en medio de un contexto de guerra.

La problematización, comprensión, abordaje, potenciación y transformación de las condiciones objetivas y subjetivas en las que los niños y las niñas construyen su identidad y subjetividad en contextos de conflicto armado, para generar a partir de ellas, nuevas narraciones y visiones que apuntan a la consolidación de procesos de paz y reconciliación, constituyen necesariamente una inquietud que metodológicamente implica un análisis categorial de narrativas. Análisis a partir del cual se comprende que los relatos que ellos y ellas construyen, dan forma a sus historias de vida y permiten conocer sus mundos internos y comprender la coherencia de su propia experiencia (Durán, Medina, González & Rolón, 2007).

En este sentido, el método nos permitió dar cuenta no solo de las narrativas hegemónicas que se han instaurado alrededor de los niños y niñas en contextos de conflicto armado, sino que además nos permitió avanzar hacia la identificación y comprensión de las narrativas emergentes que estos sujetos construyen en contextos vitales plurales.

En estas circunstancias, el análisis de las maneras como los niños y niñas se narran y de las maneras como son narrados por sus familias y agentes educativos, como maneras de producción de conocimiento que se adelantan en y desde las prácticas sociales en devenir -en su sentido performativo-, indica que su núcleo es el reconocimiento de los sentidos otorgados y de los significados construidos de estas prácticas de los sujetos protagonistas.

En la investigación consideramos entonces tres poblaciones: niños y niñas, familias y agentes educativos, con quienes desarrollamos un proceso de trabajo continuo de ocho meses de duración, durante los cuales llevamos a cabo siete talleres con niños y niñas, siete talleres con familias, tres grupos focales con agentes educativos, y 15 entrevistas en profundidad. Este trabajo lo realizamos en cada una de las 12 instituciones participantes en el proyecto (4 en la realización de un pilotaje y 8 en la implementación del trabajo de campo), de Antioquia, Eje Cafetero y Bogotá, seleccionadas teniendo como criterio fundamental la presencia de niños y niñas con experiencia de vinculación directa al conflicto armado, preferiblemente niños y niñas desplazados o reinsertados de los grupos paramilitares.

La técnica de talleres en el trabajo directo en las instituciones respondió a la necesidad de garantizar un modelo participativo, que permitiera además de la emergencia de información base del proceso de comprensión a través de las narrativas, la autorreflexión crítica y la generación creativa de alternativas de vida que desnaturalicen la victimización en las maneras de nombrar la experiencia ligada al conflicto armado, y potencien la capacidad de agencia tanto de los niños y niñas y sus familias, como de los agentes e instituciones educativas, para constituir y fortalecer relaciones justas y pacíficas capaces de reconfigurar el tejido social del que tiene que estar hecha una verdadera democracia.

En la experiencia de los talleres, a través de estrategias lúdicas y estéticas que facilitan el abordaje de realidades en movimiento, en devenir, deconstruimos y reconstruimos en distintos lenguajes las percepciones que tienen los niños y niñas sobre el conflicto armado y sobre las maneras como éste afecta sus contextos de actuación, su vida personal, la de sus familias, la de su escuela; las percepciones que tienen frente a sí mismos y frente a los otros dentro del conflicto, y las posibilidades de vivir relaciones basadas en la paz, la reconciliación y la democracia en sus espacios de vida cotidiana; a su vez, con las familias deconstruimos y reconstruimos las percepciones que estas tienen frente a sus hijos e hijas y frente a su capacidad para enfrentar positivamente los efectos del conflicto sin aceptar como condición básica la condición de víctimas. Por su parte, con los agentes educativos deconstruimos y reconstruimos las percepciones que tienen frente a los niños, niñas y sus familias y frente a la capacidad de las familias para constituir relaciones que posibiliten la emergencia de modos de vida democráticos y pacíficos, basados en las potencias de los niños y niñas, identificando recursos individuales y relacionales para construir estrategias de paz y reconciliación sustentadas en narrativas emergentes y en alternativas a las narrativas dominantes de la violencia asociada al conflicto armado, fundamentadas en la victimización.

El conocimiento generado en un proceso de esta naturaleza tiene que verse expresado en estrategias de trabajo en torno al fortalecimiento de la capacidad de agencia de los niños y las niñas, que fundamentadas en la comprensión alcanzada y autorreflexionada frente a la construcción social de su subjetividad y su identidad, permitan el despliegue real de sus potencialidades afectiva, comunicativa, creativa para la transformación de conflictos, lúdica, ético-moral y política, de los niños y las niñas, orientadas al logro de su autonomía en cuanto búsqueda de horizontes propios de vida; permitan igualmente su reflexividad, en cuanto capacidad de deconstruir las percepciones dominantes sobre sí mismos basadas en la victimización; fomenten su capacidad de conciencia histórica, en cuanto posibilidad de articular la memoria del pasado, como mixtura de recuerdos, dolores y alegrías, memoria del presente como explicitación de sentidos construidos y prácticas en devenir, memoria del futuro, como recuperación de su capacidad de sueño y de creación de mundos posibles; fortalezcan su capacidad de negociación del poder, en cuanto posibilidad de influir la definición de su mundo; propicien la ampliación del círculo ético en dinámicas de cuidado de sí mismos, de los otros y del planeta; y generen la conciencia clara, en cuanto a que nada de esto puede configurarse como realidad posible, sino en un marco relacional propio del trabajo colectivo en proyectos de interés común.

 


 

Notas

* Este artículo de reflexión retoma la lectura epistemológica, teórica y metodológica de la investigación: "Procesos de construcción social de la niñez en contextos de conflicto armado en el Eje cafetero, Antioquia y área metropolitana de Bogotá: La paz, la reconciliación y la democracia desde la perspectiva de narrativas generativas de niños y niñas" avalado por Colciencias en el marco de la Convocatoria Pública No. 542 de 2011 al Consorcio: "Niños, niñas y Jóvenes Constructores de Paz" del Cinde, la Universidad de Manizales y la Universidad Pedagógica Nacional, como parte del programa de investigación: "Sentidos y prácticas políticas de niños, niñas y jóvenes en contextos de vulnerabilidad en el Eje Cafetero, Antioquia y Bogotá: un camino posible de consolidación de la democracia, la paz y la reconciliación mediante procesos de formación ciudadana". El artículo retoma la investigación iniciada en marzo de 2012 y finalizada en febrero de 2016 y pertenece al área de conocimiento en Ciencias Sociales interdisciplinaria, con énfasis en Psicología, específicamente social crítica; al igual que al área de Otras Humanidades con énfasis en Filosofía.


 

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    Referencia para citar este artículo: Alvarado, S. A., Ospina-Alvarado, M. C. & Sánchez-León, M. C. (2016). Hermenéutica e Investigación Social: Narrativas generativas de paz, democracia y reconciliación. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 14 (2), pp. 987-999.

 

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