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Ideas y Valores

 ISSN 0120-0062

        28--2020

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v69n174-62779 

Artículos

UN PERSA ENTRE LOS SOCRÁTICOS LA FIGURA DE CIRO Y LA CIROPEDIA EN ANTÍSTENES Y PLATÓN

A PERSIAN AMONG THE SOCRATIC GROUP THE FIGURE OF CYRUS AND CYROPAEDIA IN ANTISTHENES AND PLATO

RODRIGO ILLARRAGA* 

*Bar Ilan University / Conicet-Ramat Gan / Buenos Aires-Israel / Argentina, rodrigoillarraga@filo.uba.ar


RESUMEN

Una mirada desatenta sobre las reflexiones políticas del periodo clásico podría llevar a pensar que la Ciropedia es, por su protagonista, un producto excepcional de Jenofonte. En este trabajo nos proponemos mostrar cómo, contra esa posible concepción, la figura de Ciro goza de una destacada presencia en el grupo socrático, en particular, para Antístenes y Platón. Por esto, rastrearemos el lugar que ocupan las referencias al príncipe persa en las obras de estos dos filósofos socráticos, colocando especial atención a la manera en la que se vinculan, mediante su caracterización de Ciro, con la Ciropedia.

Palabras clave: Antístenes; Jenofonte; Platón; pensamiento político

ABSTRACT

A fleeting look at the political reflections of the classical period might lead to think that Cyropaedia is, in its usage of "Cyrus" character, an exceptional product of Xenophon's mind. In this work, I intend to show how against this possible conception, the image of Cyrus has a prominent presence in the Socratic group, especially for Antisthenes and Plato. To achieve that, I will trace the place occupied by the references to the Persian prince in the works of these two Socratic philosophers, giving special attention to how they are linked, in their characterization of Cyrus, with Cyropaedia.

Keywords: Antisthenes; Xenophon; Plato; Political thought

Los testimonios sobre el círculo socrático están plagados de historias y alusiones cuyos significados escapan a nuestro conocimiento: como en todo texto clásico, personajes y situaciones relativamente conocidas para el público antiguo se ocultan al lector moderno. Las referencias a visitantes extranjeros en los textos de Platón o individuos risibles en Aristófanes son salvadas de una u otra forma por las anotaciones de los escoliastas o el celo de los investigadores. Si bien pueden ser indescifrables y triviales en una primera mirada, en muchas de estas secciones, enigmáticas pero ricas para ser analizadas, habitan claves que pueden contribuir a lecturas enriquecedoras.

Bien puede ser que Ciro sea una figura rápidamente olvidada para un lector poco atento a los detalles de la producción intelectual del siglo IV a.C. Ciro, que es "el viejo" o "el grande" (para distinguirlo de "el joven" famoso por contratar a los Diez Mil), destaca como fundador del Imperio Aqueménida o Persa, ocupando un lugar de idealización similar al que los socráticos darían a Licurgo, redactor de las leyes espartanas. Ciro, estadista con la magnitud como para fundar uno de los mayores imperios de la historia, y el mayor del que hayan tenido noción los griegos de la época clásica, se convirtió en una referencia obligada para toda reflexión filosófica emprendida en la búsqueda por responder a los problemas de la política.

A los ojos de la tradición filosófico-historiográfica, nadie destaca más en la función de utilizar a Ciro en un rol multiforme de excusa, herramienta y vehículo de la filosofía que Jenofonte, el hijo de Grillo y amigo de Sócrates que, gracias a su particular peripecia biográfica y gran peso bibliográfico, logró el mote de "socrático mayor" compartido junto con Platón. Jenofonte hizo de Ciro su opus magnum: compuso la Ciropedia, obra que, siendo reconocida como proto-novela y el primer espejo de príncipes, logró ocupar un lugar destacado en el plexo intelectual occidental (cf. Tatum XIII-XIV; Stadter 461-464). La importancia de la Ciropedia está dada, en buena medida, por el amplio espectro de temáticas que presenta: a partir de la vida de Ciro, Jenofonte expone cuestiones que van desde la administración castrense y estrategia militar (cf. Anderson 170 ss.) hasta los modos retóricos propios de quien busca liderar (cf. Nicolai 179-194).1 La cuestión que vertebra la Ciropedia, hilvanando tópicos en apariencia distantes, es la del gobierno ejemplar, retratada en la monarquía del príncipe persa, tal y como explicita Jenofonte en el proemio de la obra (1.1.1-6).

Jenofonte logró hacer de la vida de Ciro un texto filosófico de valor indiscutido durante siglos (cf. Tatum 3-35), razón por la cual puede que se hayan tapado los meandros (más breves, más difíciles de distinguir, más leves, pero no por ello menos importantes) del recorrido trazado por las apropiaciones de Ciro encarnado como personaje en otros filósofos socráticos.

Con la mirada puesta en el libro jenofonteo, la intención de este trabajo es recuperar una fracción de estos usos de la renombrada figura persa: los referidos al círculo socrático. En otras palabras, nuestro interés radica en trazar los modos de conexión entre la figura de Ciro y su presencia en la Ciropedia con otros filósofos del grupo de Sócrates. Para esto, hemos dispuesto un recorrido separado en dos tramos. En primer lugar, nos dedicaremos, tras reconstruir sinópticamente el pensamiento de Antístenes, a revisar las apariciones de Ciro en su filosofía, analizando cuál es la posición del dinasta persa en el entramado teórico antisténico. En segundo lugar, después de mencionar las hipótesis de vinculación entre la República y la Ciropedia, nos ocuparemos de estudiar la aparición de Ciro en las Leyes, mostrando cómo existen conexiones evidentes con la obra de Jenofonte.2 Finalmente, presentaremos nuestras conclusiones, que tienen como objetivo mostrar la relevancia de la figura de Ciro y la importancia de la Ciropedia para articular este tópico de la reflexión política del círculo socrático.

Ciro en Antístenes

Dentro del grupo socrático la figura de Antístenes destaca con un peso específico notable: durante la Antigüedad ocupó un rol preponderante dentro de la tradición filosófica, que lo ubicó, de uno u otro modo, como uno de los antecedentes de las líneas cínicas y estoicas (cf. Stavru 18).

Este filósofo, casi veinte años mayor que Platón (cf Decleva Caizzi 118; SSR iv 199-201),3 se ubicó en un principio en la posición de heredero de Sócrates, y fue solo tras su muerte que el autor de la República logró ocupar el puesto preeminente que vino asociado a su lugar de líder en la Academia Antístenes fue reputado por la tradición doxográfica como uno de los fundadores de los sokratikoí lógoi -forma literaria identificada como un género en sí mismo ya por Aristóteles- (cf Clay), dato que dimensiona la relevancia del autor, olvidado frente al peso y extensión de otros corpora clásicos como el platónico, el jenofonteo o, posteriormente, el aristotélico. A su vez, Antístenes también es autor de textos de carácter retórico tradicional, como su Ayante y Ulises, semejantes a obras coetáneas de autores como Isócrates o Alcidamante (cf. Cole 58; Prince 188-233). Seguramente esta sección del corpus antisténico sea la razón para que la doxografía refiera a un contacto con Gorgias antes de unirse al grupo socrático (FS 749). Si bien este supuesto "período gorgiano" es usualmente descartado (cf. Patzer 246 ss.), es de destacar que, como señala Mársico (cf 2014 24-25), la ausencia de contacto efectivo no tiene que invisibilizar la integración de Antístenes en el plexo teórico y literario de los llamados sofístas, ni las referencias presentes en su obra a las posiciones sostenidas por Gorgias.

El perfil filosófico de Antístenes es de tal peculiaridad que destaca aún dentro de las variadas perspectivas del círculo socrático (cf. Kahn). La dialéctica antisténica se distingue por un objetivismo radical: realidad y lenguaje tienen una directa y estricta correlación, lo que permite la inversión de la tesis relativista de la sofística aun sosteniendo la inexistencia del error discursivo (cf Mársico 2014 32-33). Esta clave del pensamiento antisténico deriva en la llamada epískepsis tôn onomáton (Epicteto, Disertaciones, 1.17.10-12 = FS, 967 = SSR, V.A. 160), "la investigación de los nombres", el estudio del lenguaje en donde la pregunta socrática por el "qué es x" es reemplazada por la revisión casuística del "cómo es x" (cf Perrone). El estudio del lenguaje se relaciona con la perspectiva ética de Antístenes, vista por la tradición como la rival antonomástica del hedonismo aristipiano -como, por ejemplo, se desprende de las cartas socráticas supérstites (cf Mársico 2012). La ética antisténica se encarna en un sophós identificado con el phrónimos, versado en los diversos significados de los distintos términos y capaz de enseñarlos a sus discípulos (cf Perrone 70-72). El objetivismo toma, en el campo de la acción, un tinte naturalista: el estudio de la realidad mediante el lenguaje establece como virtud la persecución y obediencia de los dictados de la naturaleza, comprendiéndolos como los impulsos más básicos para la reproducción de la propia vida (cf Mársico 2014 66-68). Antístenes propone, entonces, un esquema de una economía potente, que dejará establecida la figura de un sophós signado por una comprensión de la enkráteia con características que podrían llamarse ascéticas: todo impulso que se desvíe de las necesidades más elementales será condenable.

Contra ciertas posiciones que han olvidado o dejado de lado la dimensión política de la producción teórica antisténica (cf Kahn 4-9), es menester señalar la importancia que tiene esta área en los testimonios sobre la producción del filósofo socrático. En lo que ha sido editado como el fragmento FS 792, Diógenes Laercio (VI. 15-8 = SSR, V. 41) repone detalladamente el extenso número de obras antisténicas, que se contabiliza por sobre los sesenta y cinco títulos.4 El amplio recuento que realiza quien acaso sea el más famoso doxógrafo, permite señalar que en la increíble variedad de temas abordada por Antístenes (que comprende un gran espectro que va desde los discursos forenses hasta la música) hay un lugar destacado, por su cantidad, para la cuestión política: cerca de un diez por ciento de su obra está dedicada a este tema. Si confiamos en la extensa biblioteca y erudición de Cicerón, podemos sumar calidad a la cantidad, ya que el Orador declara a su amigo Ático en una carta que: "Me gustaron (placuit) los libros iv y v de Ciro, como otras cosas de Antístenes, hombre más inteligente que erudito (hominis acuti magis quam eruditi)" (FS 849 = A Ático, XII.38.2= SSR, V.A.84).5

Los tomos o libros IV y V, junto con el tomo X, tienen buena parte de la obra política de Antístenes. La mención a Ciro no es casual, ya que el personaje ocupa, dentro del tópico político, un lugar destacado en el catálogo antisténico junto con otras figuras paradigmáticas, sean míticas (como Heracles) o históricas (como Arquelao). Aún más, contemplando el conjunto de la obra antisténica, Ciro se posiciona como un protagonista indiscutido, compartiendo el primer lugar en cantidad de obras con el personaje homérico de Odiseo; cuatro títulos marcan al persa como el objeto de las reflexiones antisténicas: "Ciro" (Kûros, dentro del tomo cuarto), "Ciro o sobre la monarquía" (Kûros è perl basileías, en el tomo quinto), "Ciro o el amado" (Kûros è erómenos) y "Ciro o los informantes" (Kûros è katáskopoi, estos dos pertenecientes al tomo décimo). Dado que estas obras no han sobrevivido, existe un mínimo debate en torno a cuál Ciro es el abordado por Antístenes (cf Mársico 2014 217), habida cuenta que dos personajes relevantes con ese nombre: Ciro el viejo o el grande, fundador del Imperio Persa, y Ciro el joven, aspirante al trono Aqueménida tras la muerte de su padre, el Gray Rey Darío II. Una mirada atenta sobre la disyuntiva permite observar rápidamente que el Ciro tematizado por Antístenes es el primero, el mismo Ciro que es protagonista de la Ciropedia de Jenofonte y que es referido en las Leyes de Platón:

  1. El primer argumento es estrictamente cronológico; el primer y más importante informante de Ciro el joven (y, de hecho, quien vuelve pública en el mundo griego su figura) es Jenofonte, a través de su famosa Anábasis, que relata el reclutamiento de diez mil mercenarios griegos por parte de Ciro para acceder al trono y, luego de su muerte, el escape desde las llanuras babilonias hasta terreno seguro en la costa del Mar Negro. La redacción final de la Anábasis se encuentra entre el 371 a.C. y el 368 a.C., fechas que son el terminus post quem para el comienzo de su difusión. Dado que Antístenes muere en 356 a.C, postular que el Ciro antisténico es Ciro el joven significaría aceptar el improbabilísimo escenario de que el filósofo socrático escribió todos los volúmenes referidos a este Ciro (no tan renombrado como el primero, dicho sea de paso) en el mismo final de su vida.

  2. El segundo argumento concierne a los tópicos de la época. La mayoría de los textos del hoy perdido corpus antisthenicum que tratan de individuos reconocidos, seleccionan personajes tópicos, figuras históricas o míticas que llaman a la reflexión por sus características cristalizadas; en concreto: Ayante, Odiseo, Orestes, Teognis, Homero, Heracles, Midas, Calcante, Atenea, Telémaco, Helena, Penélope, Proteo, Cíclope, Circe y Anfiarao. El análisis de este estilo de caracteres responde a la formación sofista que es atribuida (no sin debate) a Antístenes (cf Decleva Caizzi 119; Patzer 246 ss.; SSR 204, 2076; Mársico 2014 24-26), al modo de textos como, por ejemplo, el Encomio a Helena de Gorgias o el Busiris de Isócrates. Quedan fuera de esta tipología figuras conocidas personalmente y renombradas en el mundo griego durante la vida de Antístenes, que constituyen un segundo grupo minoritario de personajes antisténicos, a saber: Lisias, Isócrates, Aspasia, Menexeno, Alcibíades, Arquelao y Platón, si aceptamos que el nombre Satón es un juego burlón. Ciro el joven no logra integrarse a ninguno de los dos grupos: no es un símbolo culturalmente aceptado que, mediante sus peculiaridades, permita el estudio de algún tema significativo, ni tampoco es una figura especialmente debatida durante la mayor parte de la vida del filósofo. En cambio, Ciro el viejo logra ubicarse dentro de la lista de personajes paradigmáticos, un gran rey tal como Midas: el antiguo fundador del mayor imperio del mundo, tradicionalmente abordado por escritores pasados como Heródoto y Ctesias, y por contemporáneos como Jenofonte y Platón.

  3. El argumento final implica revisar atentamente los títulos de las obras referidas. Sobre la monarquía no parece ser un título conveniente para Ciro el joven, quien nunca llegó a ser rey, y sí para Ciro el viejo, quien fundó la monarquía más poderosa del mundo griego clásico. El amado, si entendemos el campo erótico del título bajo un giro político, tampoco parece tener relación con Ciro el joven, quien precisó de tomar las armas para intentar acceder al trono, y sí, en cambio, con la imagen de Ciro el viejo, de quien Jenofonte destaca como su principal virtud al comienzo de la Ciropedia que

[...] a Ciro le obedecían voluntariamente (ethelésantaspeíthesthai) gentes que, unos distaban de él muchos días de camino, otros que no lo habían visto nunca y otros que sabían bien que ni siquiera lo verían jamás, y, sin embargo, estaban dispuestos a sometérsele (kal hómos éthelon autô hupakoúein) (1.1.3)

y que

[...] fue capaz de infundirles tanto deseo de que todos le agradaran (edunásthe dè epithumían embaleîn tosaúten toûpántas autô kharízesthai), que en todo momento exigían ser gobernados según su criterio (ael tê autoû gnóme áxioûn kubernâsthai), y se anexionó tantos pueblos, que es costoso incluso recorrerlos sea cual sea la dirección en la que se comience a marchar [...]. (1.1.5)

Los informantes también se vincula con testimonios previos, y, en particular de Jenofonte, compañero de Antístenes del círculo de Sócrates, sobre el sistema de información establecido por Ciro el viejo para mantenerse al tanto de los pormenores de su reino y el desempeño de sus gobernantes o sátrapas: por un lado, los llamados "ojos del Rey" (basiléos ophthalmòs), espías de confianza de Ciro, mencionados en la Ciropedia VIII.2.10 y VIII.6.16 y Económico IV.6-8, por otro, el renombrado sistema de correo imperial descrito en la Ciropedia (8.6.17) y por Heródoto en sus Historias (VIII 98-99).

Teniendo a la vista los argumentos presentados, es evidente que Antístenes se refiere al mismo Ciro que Jenofonte y que Platón. Tres de los socráticos más importantes (Jenofonte y Platón, los dos celebrados por la tradición como socráticos mayores, y Antístenes, reconocido en la antigüedad como el socrático líder tras la muerte de Sócrates) recurren a la imagen de Ciro, en algún momento de su obra, para elaborar su posición política.

Cómo Antístenes ubica y utiliza a Ciro dentro de su filosofía es una cuestión vedada, en buena parte, por la pérdida de su obra. Disponemos de pocos testimonios supérstites que habilitan la reflexión sobre esta cuestión. En concreto, podemos distribuir estos pasajes en tres grupos:

  1. El primero habla del valor del trabajo esforzado (pónos): "[Antístenes] sostuvo que el esfuerzo (pónos) es bueno (agathón) a través del ejemplo del gran Heracles y de Ciro, uno salido de entre los griegos, el otro de entre los bárbaros" (FS 874 = Diógenes Laercio, vi.1 = SSR, V.A.97),

  2. Otro grupo, tiene que ver con qué es preciso aprender: "Ciro el rey, cuando alguien le preguntó cuál sería el aprendizaje (máthema) más necesario, respondió: 'desaprender las cosas malas' (tó apomatheîn, éphe, tà kaká)" (FS 854, Arsenio, 502.13-4 = SSR, V.A.87, fragmento relevado por otros autores sin la mención a Ciro: FS 855, Estobeo, 11.31-4 = SSR, V.A.87; FS 856, Florilegio: "El mejor y principal conocimiento", 1 = SSR, V.A.87; FS 857, Diógenes Laercio, v.7 = SSR, V.A.87; FS 858, Códice Napolitano n.D.22,9 = SSR, V.A.87),

  3. Finalmente, tres que refieren a una advertencia realizada a Ciro respecto de las divergencias entre hechos y opiniones:

"¿Entonces qué dice Antístenes? ¿Nunca lo escuchaste? 'Propio de rey, Ciro, es actuar bien, pero tener mala reputación' (eu men práttein, kakôs dè akoúein)" (FS 851 = Epicteto, Disertación, IV.6.20 = SSR, V.A.86).

"Antisténico: Propio de rey, Ciro, es actuar bien, pero tener mala reputación (eu men práttein, kakôs dè akoúein)" (FS 852 = Marco Aurelio, VII.36 = SSR, V.A.86).

"Alguien dijo que tener mala reputación aun actuando bien, eso es precisamente cosa de rey" (FS 853 = Dion Crisóstomo, Discursos, XL-VII.30.25 = SSR, V.A.86).

Las últimas tres citas, complementan de forma apropiada las nociones de filosofía política que se pueden reconstruir a partir de los limitados testimonios disponibles, abordados por Aldo Brancacci (2010), Claudia Mársico (2013b) y Rodrigo Illarraga (2012). Mársico e Illarraga comparten la idea de que el naturalismo de Antístenes se proyecta en la construcción de una utopía dentro del análisis del texto homérico en el fragmento FS 1014 (= SSR, V.A.189), en el cual los cíclopes representan una sociedad ideal: una suerte de estado prácticamente pre-político, una anarquía en donde la vida en sociedad es sostenida gracias a un limitado y perfecto orden dispuesto por las necesidades básicas (vivienda y alimentación, primordialmente), en donde la familia nuclear es la unidad mínima y básica de la vida comunitaria. Esta idea, que tanto Mársico como Illarraga encuentran subyacente a la estrategia de ocultamiento del adversario, en la crítica a la pólis sana de República 11, se vincula directamente con la reprobación a la democracia ateniense que contribuyó a la imagen de un Antístenes -y, en general, de un grupo socrático- prolacónico. La reconstrucción emprendida por los autores permite concluir que Antístenes habría censurado fuertemente al sistema político de Atenas por una acusada falta de enkrateia, situación que lleva al desvío del orden natural. Producto de esta censura, la figura del sophós, en la que debería recaer la administración (cf. Brancacci 73), es clave en tanto ausente: en la democracia, en vez de escucharse al sabio, se prestan oídos a aquellos que no disponen de mayores conocimientos (FS 833, Diógenes Laercio, VI.8 = SSR V.A.72; FS 834, Aristóteles, Política, III.13.1284an-7 = SSR, V.A.68; FS 837, Diógenes Laercio, VI.6 = SSR, V.A.73).

Así pues, existe para Antístenes un desfasaje entre lo que de hecho es y lo que el gran público pretende o cree; esta, precisamente, es la idea que puede verse detrás de los fragmentos FS 851 y 851 tocantes a Ciro, en donde Antístenes parece decir: "Quedá advertido, Ciro, que pese a que actúes bien, tu reputación -que no depende de hechos o de evaluaciones realizadas por sabios, sino por el común del pueblo- va a ser mala". Es precisamente en el reino de la mayoría no informada que el rey, aún sea Ciro y actúe perfectamente, será siempre criticado y mal reputado. Desde esta perspectiva, los fragmentos referidos a Ciro tienen un eco para todo el grupo socrático que remite al juicio y a la condena de Sócrates, marcado por esta inefable e inevitable diferencia entre los hechos y la opinión.

La referencia al esfuerzo (pónos) como virtud, propia del esquema antisténico, se encuentra reforzada por todo el acervo histórico sobre la vida de Ciro, notablemente expuesto en la Ciropedia por Jenofonte, quien construye al persa -curiosamente, al modo de expuesto por Antístenes- como un incansable líder, dispuesto permanentemente al trabajo. La comparación con uno de los grandes héroes del mundo heleno, Heracles, refuerza la idea de que el persa ocupa un lugar destacado en el plexo de personajes de referencia (cf Gera 9-10).

El fragmento que refiere al problema del aprendizaje tiene también continuidades con el texto jenofonteo de la Ciropedia, especialmente por el carácter philomathés de Ciro, insistentemente recordado en ese texto: una de las grandes virtudes del rey persa es su profunda hambre de conocimiento (cf Sandridge 97-105). Aún más, la cuestión de que el aprendizaje más importante sea desaprender lo equivocado está vinculada directamente con el significado puntual que toma la educación en el libro I de la Ciropedia, el más importante en lo que refiere a pedagogía, ya que relata los años formativos de Ciro. Allí, aún en su adolescencia, Ciro debe saber dejar de lado los preceptos enseñados en su educación persa, para integrar los valores de la corte meda, logrando una combinación que en última instancia lo llevará a su exitoso destino (cf. Nadon 2001). Jenofonte, junto con Antístenes, sostiene que la mayor virtud educativa radica en poder administrar lo aprendido, eliminando aquellas partes que no sean útiles en función de los objetivos deseados.

Platón, Ciro y la Ciropedia

El disparador de las hipótesis que buscan establecer conexiones entre Platón y Jenofonte es un pasaje de Aulo Gelio en Noches Áticas, un compilado doxográfico de historia, filosofía, gramática, literatura, disciplinas naturales y cuestiones religiosas, jurídicas y políticas. Aulo Gelio recoge allí datos y anotaciones a partir de fuentes en muchos casos luego desaparecidas, convirtiéndose por ello en un libro especialmente mencionado incluso en la Antigüedad Tardía. La cita, famosa entre los estudiosos de las conexiones intelectuales del grupo socrático, reza:

Jenofonte, en contra de ese celebrado trabajo de Platón, en donde está escrito sobre la mejor forma de constitución y de administrar un estado (quod de optimo statu reipublicae civitatisque administrandae scriptum est), habiendo apenas leído los primeros dos libros del trabajo de Platón que se hicieron públicos primero (lectis ex eo duobus fere libris quiprimi in volgus exierant), propuso un modo diferente de gobierno (administrationis). (Attic Nights XIV III.3)

También Diógenes Laercio, en III.34 menciona la rivalidad entre los dos socráticos, manifestada en un Banquete y una Apología de Sócrates enfrentadas, en unos Memorabilia que sería la contrapartida de los diálogos platónicos, y, más importante para este trabajo, en un extenso juego organizado entre la República, la Ciropedia y las Leyes. A su vez, en el Banquete de los sabios, Ateneo también hace referencia a las Leyes como respuesta a la Ciropedia (XI 504f-505a).

La cuestión del vínculo entre la República y la Ciropedia de Jenofonte ha sido resaltada sesuda e insistentemente por Holger Thesleff, quien a lo largo de numerosos trabajos ha propuesto una respuesta para la mención de Aulo Gelio, incluyendo a su vez otros textos que resuenan en el diálogo platónico mencionado, tal como Asambleístas de Aristófanes (cf 1982; 1989; 1997; 2009). Sintéticamente, Thesleff plantea la posibilidad de un texto previo a la República que nosotros conocemos (nombrado por él proto-República), que habría generado un intenso debate en sus contemporáneos, tras el que Platón habría escrito la versión final del libro. Independientemente de los aspectos técnicos de esta debatida hipótesis, ha de resaltarse un detalle que hace especialmente fértil la extensa investigación de Thesleff: en primer plano está un intenso diálogo y discusión -muchas veces pasado por alto- entre los intelectuales griegos del período, y, en particular, dentro del grupo socrático. Esta perspectiva contextual ha sido especialmente revisada por Debra Nails (cf. 8-32; 195-213; 200 XXXVII-XLVIII) y, más recientemente, por Mársico, quien ha sistematizado sus aportes metodológicos bajo la noción de zona de tensión dialógica (cf. Mársico 2010). Este concepto busca sintetizar la idea de un intenso plexo teórico en donde los autores interactúan argumentalmente, de modo que las marcas directas o indirectas del debate pueden ser rastreadas a fin de reconstruir más eficientemente las filosofías de pensadores que, por no disponerse sus obras, han sido dejados de lado por la tradición. A su vez, la perspectiva metodológica de "zonas de tensión dialógica" lleva a la comprensión de fenómenos como los señalados por Thesleff: las coincidencias, intertextualidades y aún las anécdotas tardías como las de Aulo Gelio, dan cuenta de un potente trajín intelectual en rededor de ciertos problemas y tópicos, tal y como es el de Ciro.

Los vínculos entre la Ciropedia (por ende, los que representan en Jenofonte la figura de Ciro) y la República, si bien son sugerentes, no son explícitos, y, aun aceptando la dudosa proto-República, es prácticamente imposible encuadrar las dataciones absolutas de los dos textos. Cabe marcar, solamente, que más allá de las cronologías, es indudable que existe una pregunta de época sobre la política y los modos de gobierno, que toma su cuerpo textual en presentaciones de sistemas políticos inexistentes, aunque construidos con cierta apariencia histórica (cf. Dawson). No obstante, del mismo modo que indicamos que la Ciropedia y República no tienen una conexión directa e inmediata, sí podemos señalar que existe un vínculo -que responde al tópico señalado- entre la figura de Ciro, las Leyes de Platón y la Ciropedia.

En el libro III de las Leyes, en los pasajes que van desde 694a3 a 698a5, Platón aborda en boca del Ateniense al sistema de gobierno persa. Este retrato presenta tales similitudes con lo relatado por Jenofonte en la Ciropedia que ha llevado a numerosos autores a sostener que Platón responde en Leyes al texto jenofonteo (cf Delebecque 1957 392-393). Distanciándose de esta interpretación, Gabriel Danzig y Louis-Andre Dorion, autores de los dos trabajos más importantes sobre los vínculos entre las Leyes y la Ciropedia, han propuesto una lectura menos lineal (cf. Dorion; Danzig 2002).

Danzig en su trabajo aborda la cuestión más amplia de la conexión entre Jenofonte y Platón y mantiene que es posible exista un juego de lectura y reescritura de ambos trabajos. En concreto, señala que las menciones de Leyes responden a los primeros tres libros de la Ciropedia, mientras que indica que el controvertido epílogo del texto de Jenofonte puede bien ser una inclusión tardía para responder a la sección de Leyes mencionada (cf 2002 357 ss.). Siempre dejando en claro que esta interpretación pertenece al reino de la especulación, Danzig no duda en anotar que, si tomamos a los libros completos, los nexos son más difusos, y únicamente pueden encontrarse en el marco macro:

En la Ciropedia, Jenofonte mostró cómo un único hombre puede organizar un imperio entero; en las Leyes, Platón muestra cómo buenas leyes pueden organizar una ciudad. Solamente en este sentido general podrían las Leyes como un todo ser vistas como una respuesta al desafío de la Ciropedia. (id. 364)

Por su parte, Dorion sostiene que en la sección señalada de las Leyes no hay una crítica general a los distintos aspectos del Imperio Persa (educación, organización, etc.) o a Ciro (su formación, su carácter, etc.), sino que el principal objetivo es apuntar a las causas del declive persa, tras la muerte de su fundador, y a la responsabilidad que a él le cabe en esta decadencia. No hay en el diálogo platónico una respuesta al conjunto de la Ciropedia, sino un tratamiento directamente relacionado con el rol de los padres en la educación de sus hijos y, en concreto, en la educación de los próximos gobernantes, es decir, un tratamiento sobre cómo es posible transmitir la virtud propia a los descendientes que heredarán el mando (cf. 383-384).

Por nuestra parte, recuperamos la postura de Danzig y la de trabajos que, como los de Lombardi, han buscado recuperar las conexiones "temáticas y de ideas" entre ambos textos (cf 219), habida cuenta de que, posicionados desde el aparato metodológico de Mársico, es evidente que Platón y Jenofonte habitan la misma "zona de tensión dialógica", y que tanto la Ciropedia como las Leyes participan de un continuo de debates respecto de cuestiones centrales del problema de la política. En este sentido, la fertilidad de un análisis de la figura de Ciro radica en que esta funciona como uno de los puntos focales de este plexo.

Los parágrafos en cuestión de las Leyes (694a3-698a5) ameritan un análisis detenido para dimensionar el rol de Ciro y de la Ciropedia. Detengámonos en estos. Cuando en 693d la discusión entre el Ateniense sin nombre y el cretense Clinias se da en torno al tema del origen de los sistemas políticos, el primero sostiene que existen dos sistemas a partir de cuya combinación surgen todos los demás ("eisín politeiôn oîon metéres dúo tinés", 693d2): monarquía y democracia (" kal tèn mènprosagoreúein monarkhían orthón, tén d'aû demokratían", 693d3-693d4). Mientras la expresión más acabada de estos tipos se encuentra, en el primer caso, en los persas, y en el segundo, en los atenienses, la mejor forma política es aquella que sabe combinar en la justa medida (ta metría) los dos principios que operan detrás de estos sistemas: esclavitud y libertad (douleía kai eleutherías), tal como los sistemas lacedemonio y cretense.

Notablemente, los persas, ejemplo del extremo monárquico, en tiempos de Ciro tenían una configuración política similar a la encomiada:

Los persas, cuando bajo Ciro mantenían más el justo medio (tò métrion) entre la esclavitud y la libertad (douleías te kal eleutherías), primero llegaron a ser libres (eleútheroi egénonto) y luego se convirtieron en señores de muchos otros (állon pollón despótai). Como en su gobierno dieron libertad e imparcialidad (tò íson) a los gobernados, los soldados eran más amigos (phíloi) de los generales y se mostraban más arrojados (prothúmous) en los peligros. Si había alguien prudente (phrónimos) entre ellos y capaz de dar un consejo (bouleúein dunatós), como el rey no albergaba envidia (ou phthoneroû), sino que les permitía ser francos (parresían) y honraba (timôntos) a los que podían aconsejar respecto de algo (ti dunaménous sumbouleúein), el individuo ponía en común (koinén) el producto de su parecer (prhoneîn). En aquella época, todos sus asuntos progresaron (epédoken) a causa de la libertad (eleutherían), la amistad (philían) e inteligencia comunitaria (noû koinonían). (694a3-694b6)

Este pasaje es el primero que aborda la cuestión persa, mostrando relación con la Ciropedia, o, al menos, con cierto retrato del Ciro de Jenofonte en el libro. En concreto, las referencias pueden ser agrupadas en tres:

1. El justo medio entre los pares correspondientes monarquía/ democracia esclavitud/libertad está representado, dentro del presente dramático del diálogo platónico, en Lacedemonia (junto con Creta). En la sección citada, referida a la fundación del Imperio Persa, se sostiene que Ciro logró establecer un sistema que también mantenía el justo medio, lo que establece una relación de similitud directa entre Persia y Lacedemonia (a la que Platón no hace alusión explícita, aunque se entiende latente). La conexión entre las estructuras políticas de estas dos sociedades es también clara (y ampliamente debatida) en la Ciropedia. Es indudable que la Persia en donde se cría Ciro, expuesta en el libro i del texto jenofonteo, tiene muchos puntos en común con la Lacedemonia también reseñada por Jenofonte en su Constitución de los lacedemonios (carácter comunal de la sociedad, educación pública supervisada, énfasis en el control social, división en clases o estratos por edad), como han notado numerosos especialistas (cf. Tatum 51). La vinculación entre la evolución del proyecto imperial de Ciro y el decurso espartano durante la vida de Jenofonte, también ha sido marcada por Christesen (cf. 47-65), lo cual refuerza la idea de un nexo potente entre la organización política de ambos pueblos. Así, el Platón de las Leyes acompaña al Jenofonte de la Ciropedia en ubicar dentro del mismo conjunto político a Persia y Lacedemonia.

2. Como señala Danzig, el pasaje en general también describe rápidamente las estrategias que emprende Ciro en la transformación de una sociedad persa reducida a un Imperio Persa (cf. Danzig 2002 359) de carácter "multinacional y multiétnico" (cf. Nadon 2001 43), cambio al que también se han dedicado Nadon y Johnson. Desde esta perspectiva, también se ha señalado que el objetivo de Ciro es reorganizar las distintas sociedades (conquistadas o voluntariamente sometidas) gobernadas en vistas de una redistribución beneficiosa desde la propia perspectiva del fundador del Imperio Persa (cf. Danzig 2009 271-295; Illarraga 2017). Esta clave interpretativa permite también contemplar lo que en el pasaje de las Leyes se advierte con respecto a la libertad e imparcialidad que es brindada por la nueva organización persa: tanto en el diálogo platónico como en el texto de Jenofonte, una de las tareas acometidas por Ciro está relacionada con brindar estos bienes antes no presentes, siendo que los pueblos gobernados se encontraban previamente administrados de modo distinto. De esta forma, el recuento platónico encuadra con el planteo general de la Ciropedia.

3. Finalmente, existe un punto de continuidad en el detalle de la apertura de Ciro frente a consejos externos. La búsqueda de opiniones ajenas por parte de un dinasta contrasta, como ha marcado Sandridge, con la de figuras paradigmáticas del imaginario griego como Agamenón (cf. 47); Jenofonte, al contrario, enfatiza en numerosas ocasiones que el carácter philomathés de Ciro lleva siempre a la búsqueda de contrapropuestas tras haber expuesto sus propios planes (Cyr. IV.5.24, VI.2.24, VI.2.39, VI.3.36, VI.4.19, VII.5.7, VII.5.37). Nuevamente, y por tercera vez, la descripción de Platón se condice con el relato de la Ciropedia.

Como ha señalado Dorion, el otro punto en que destaca Ciro es su incapacidad para mantener el buen orden político logrado, falencia relacionada en las Leyes con la falta de interés en sus hijos y, en concreto, en la educación que podría haberles brindado, "tà mèn áll' autòn strategón te agathòn einai kai philópholin, paideías dé orthês oukh êphthai tò parápan, oikonomía te oudén tón voûn proseskhekénai" (694c4-694c6). Existe un intenso debate sobre cuál es el objetivo del epilogo de la Ciropedia con su narración del declive del Imperio Persa tras la muerte de Ciro (cf Tatum 221). Es en el marco de esta parte de la Ciropedia en donde se da un evento extraño a la narración tal y como ha sido sostenida hasta el momento, que tiene relación con la mención de Platón de la negligencia pedagógica de Ciro con respecto a sus hijos (694c4 ss.): el discurso final de Ciro frente a sus herederos, Cambises y Tanaoxares (Cyr. III.7.6-28). Precisamente, este es el primer momento (las últimas secciones de la Ciropedia) en el que Ciro aparece frente a sus hijos, instruyéndolos en el arte del gobierno de la misma forma en que, desde temprano, su padre Cambises había hecho con él (I.6.2-46). Deborah Gera ha apuntado, siguiendo la lectura platónica de las Leyes, que es en estos instantes finales que Ciro repara en su error y extiende enseñanzas a fin de organizar su gobierno futuro (cf 125). Contra esta orientación interpretativa, Joseph Reisert ha propuesto una alternativa atenta a la realidad política de la gran transformación que Ciro ha emprendido en su vida:

Ciro no podría en ningún momento previo de su mandato abordar a sus hijos con el tipo de dialogo educativo que su padre había mantenido. Cambises podría establecer un diálogo abierto con Ciro porque, como legítimo gobernante de la república persa, él no tenía nada que temer de su hijo. Ciro nunca tuvo esa libertad. Dejar en claro, incluso a sus hijos, la verdadera base de su dominio podría haber significado invitarlos a desplazarlo por los mismos medios gracias a los cuales él ascendió al poder. (309)

No obstante, en la línea de quienes han abogado por una vinculación indirecta y solamente temática entre la Ciropedia y las Leyes, es preciso resaltar que lo dicho en el diálogo platónico sobre la educación que brinda Ciro a sus hijos no se condice con lo narrado en los elementos fundamentales de la Ciropedia. En primer lugar, los herederos nunca quedan a cargo de eunucos (quienes sí serán parte de la guardia real, vii.5.59 ss.). En segundo lugar, Jenofonte hace participar a Ciro de la educación de sus hijos replicando el modelo persa (VIII.7.10) y replicando los consejos que ha recibido de su padre Cambises (1.6.2 ss.). Esta distinción, que insiste en la ausencia de diálogo directo entre estas obras de Platón y Jenofonte, vuelve a poner el acento en las continuidades tópicas que delatan un plexo común de la época, y la existencia, entre los filósofos del círculo de Sócrates, de una figura estereotípica cristalizada en Ciro.

Conclusión

Como otros personajes del acervo histórico-mítico griego, Ciro constituye para los filósofos socráticos un modo de presentar, a partir de características, rasgos o anécdotas tipificadas en su figura, diferentes aristas de la propia teoría. En un procedimiento común a su tiempo (intelectuales del período clásico se han servido de nombres paradigmáticos como Helena, Busiris o Creso), los pensadores del círculo de Sócrates hicieron uso de Ciro desde aquello que lo volvió más notorio: el lugar de gobernante genial, ganado gracias a la fundación del Imperio Persa. Lo anterior les permitió a los pensadores del círculo de Sócrates desarrollar aspectos clave de sus filosofías políticas. Jenofonte, filósofo, historiador y mercenario, ocupa en este plexo socrático organizado en torno a Ciro un lugar indudablemente prominente debido a su Ciropedia.

En este trabajo hemos presentado cómo se vinculan Ciro y la Ciropedia con los otros dos filósofos socráticos que abordan a Ciro: Antístenes y Platón. Lo analizado sobre la producción antisténica nos ha servido para establecer la importancia de Ciro dentro del Círculo socrático, habida cuenta de la ubicación sobresaliente que ocupaba Antístenes dentro de él. Independientemente de su posición dentro de este conjunto de filósofos, el catálogo de obras antisténicas permite afirmar sin dudas que la Ciropedia no era una avis rarissima en su tiempo, sino uno más de los dedicados a Ciro (aunque sí haya sido, por los testimonios sobre la recepción de esta obra ya en la antigüedad, la más destacada y la de mayor calidad). Precisamente por esto es por lo que existen paralelos notables entre elementos presentes en la obra de Jenofonte y las distintas características analizadas en las diferentes obras de Antístenes que tocan a Ciro: Ciro o sobre los informantes y Ciro o el amado abordan desde su título -y, podemos asumir, desde su contenido hoy perdido- características de Ciro o su régimen expuestas también por Jenofonte. Por otro lado, el estudio de los escasísimos testimonios antisténicos sobre Ciro posibilitó encuadrar el lugar de la figura del monarca persa en la estructura teórica de Antístenes, iluminando el contenido de estos pasajes en virtud de las reflexiones ético-políticas del filósofo.

En cuanto a Platón, hemos presentado su vinculación con Jenofonte para el caso de la Ciropedia, mencionando las hipótesis para la situación con la República y relevando en detalle los parágrafos de las Leyes en donde las referencias a Ciro son explícitas. A partir del texto trabajado se vuelve clara la existencia de un lazo entre la caracterización realizada por Jenofonte en su magnum opus. El modo de caracterizar el sistema de gobierno implementado por Ciro, al igual que la anotación sobre la educación de los herederos persas, tiene un notable número de asonancias con la exposición de estos puntos en la Ciropedia.

Cómo comprender la relevancia de Ciro y las semejanzas analizadas es un problema metodológico en sí mismo que condiciona las conclusiones a las que es posible arribar. Lejos de centrarnos en las cuestiones de carácter cronológico o de datación, nuestra propuesta radica, situados en la noción de zonas de tensión dialógica previamente descrita, en resaltar la existencia de un campo temático en donde la figura de Ciro cobra la dimensión de tópico común a su tiempo. Este tema de época, representado antonomásticamente (hoy en día, con los textos que han sobrevivido) por la Ciropedia de Jenofonte, dejó las huellas textuales de una (probablemente más extensa) red discursiva que también incluía a Platón y Antístenes. Las citas, en el caso del primero, y los testimonios, en el caso del segundo, constatan que el texto de Jenofonte es solamente uno de los eslabones engarzados en torno a Ciro, quien ocupa un lugar destacado como figura política en la literatura del momento. Asidos de lo que es posible inducir a partir de las menciones antisténicas, de la evidencia del pasaje platónico, y de lo conocido sobre la Ciropedia, nos enfrentamos a un momento de extraña unidad dentro del grupo socrático, usualmente plagado de tensiones y debates: para los tres filósofos Ciro parece ser un símbolo de gobernante genial. Platón y Jenofonte comparten otra apreciación (imposible de saber si era compartida por Antístenes con los textos hoy disponibles): la excepcional habilidad política de Ciro murió con él por su incapacidad de transmitirla a quienes lo sucederían.

No es raro que los antiguos griegos se unan frente a un extranjero asiático. El Príamo de los poemas homéricos, con la protección a rajatabla de su hijo Paris, logró unir a los aqueos en torno a la expedición de Agamenón. Jerjes I consiguió que los griegos olvidaran sus diferencias para aliarse contra él en el enfrentamiento de las Guerra Médicas. Quizás también a Ciro le corresponda la victoria de haber logrado unir, no a todos los griegos, pero sí a los miembros del grupo socrático, tarea tan o más complicada que la fundación de un imperio.

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1 La importancia dada por Jenofonte a la monarquía ha llevado a sostener que la Ciropedia prefigura o adelanta las estructuras políticas (y su ideología) de los reinos helenísticos (cf Luccioni 304; Farber). Esta tradición se remonta a la perspectiva clásica -presente ya en la Vida de los sofistas de Eunapio (cf. Due 54, 59)-, pero extendida hasta el día de hoy, que ve en Jenofonte una lectura necesaria para la formación exitosa de Alejandro Magno. Más allá de la falta de fundamento para esta última idea, es interesante resaltar que ya desde la Antigüedad la Ciropedia era percibida, en su complejidad, como una guía para la formación de monarcas, y que efectivamente ciertas ideas allí presentes tienen su iteración en la literatura posterior.

2Cabe mencionar que dentro del corpus platónico existe otra obra en donde los persas son objeto de análisis y Ciro es mencionado explícitamente. En 105c del Alcibiades I Sócrates sostiene que para Alcibíades solo Ciro y Jerjes fueron hombres dignos de consideración por sus extraordinarios reinados, y posteriormente se analiza la formación en Persia (sobre esto, ver la introducción y tratamientos ad loc. de Mársico 2017). Dado que Ciro no tiene otra ocurrencia en esta obra y que ella constituye una rápida y muy puntual referencia relacionada con el contexto dramático sin mayor tratamiento, no abordaremos el mencionado diálogo. Es tarea para futuras investigaciones, ya que excede este trabajo, el análisis comparativo entre los persas y lacedemonios que presenta Platón en el Alcibíades I y lo expuesto por Jenofonte, principalmente en la Constitución de los Lacedemonios y la Ciropedia.

3En este artículo se utiliza el citado de la edición y autores griegos de acuerdo con el criterio canónico del Liddle-Scott-Jones (LSJ). En concordancia con las normas de la especialidad, hemos abreviado Filósofos Socráticos (Marisco 2013a) por FS y Socratis et Socraticorum Reliquiae (Giannantoni) por SSR. El signo "=" refiere a la equivalencia entre trabajos, comparación fundamental para un estudio detallado de la cuestión.

4"Se han transmitido de él [Antístenes] escritos en diez grupos. El primer tomo es aquél en el cual se encuentran 'Sobre la expresión o sobre los caracteres', 'Ayante o sobre el discurso de Ayante', 'Odiseo o Sobre Odiseo', 'Apología de Orestes o sobre los redactores de discursos forenses', 'Isografía o Lisias e Isócrates', 'Contra el Sin testigos de Isócrates'. El tomo segundo es aquél en el que se encuentran 'Sobre la naturaleza de los seres vivos', 'Sobre la generación de hijos o Sobre el matrimonio' (tratado sobre el amor), 'Sobre los sofistas' (tratado sobre la fisonomía), 'Exhortación sobre la justicia y la valentía' (en tres libros), 'Sobre Teognis' (cuarto y quinto). El tomo tercero es aquél en que se encuentran 'Sobre el bien', 'Sobre la valentía', 'Sobre la ley o sobre la organización política', 'Sobre la ley o Sobre lo bello y lo justo', 'Sobre la libertad y la esclavitud', 'Sobre la confianza', 'Sobre el administrador o Sobre el obedecer', 'Sobre la victoria' (tratado económico). El tomo cuarto es aquél en que se encuentran 'Ciro y Heracles mayor o sobre la fuerza'. El tomo quinto es aquél en que se encuentran 'Ciro o sobre la monarquía y Aspasia'. El tomo sexto es aquél en que se encuentran 'Verdad', 'Sobre el diálogo' (tratado antilógico), 'Satón o Sobre el contradecir' (en tres libros), 'Sobre la conversación'. El tomo séptimo es aquél en que se encuentran 'Sobre la educación o sobre los nombres' (en cinco libros), 'Sobre el uso de los nombres' (tratado erístico), 'Sobre la pregunta y la respuesta', 'Sobre la opinión y el conocimiento' (en cuatro libros), 'Sobre el morir', 'Sobre la vida y la muerte', 'Sobre los asuntos del Hades', 'Sobre la naturaleza' (en dos libros), 'Pregunta sobre la naturaleza primero', 'Pregunta sobre la naturaleza segundo', 'Opiniones o erístico', 'Sobre el aprender' (problemas). El tomo octavo es aquél en que se encuentran 'Sobre la música', 'Sobre los intérpretes', 'Sobre Homero', 'Sobre la injusticia y la impiedad', 'Sobre Calcante', 'Sobre el informante', 'Sobre el placer'. El tomo noveno es aquél en que se encuentran 'Sobre la Odisea', 'Sobre el cetro', 'Atenea o sobre Telémaco', 'Sobre Helena y Penélope', 'Sobre Proteo', 'Cíclope o Sobre Odiseo', 'Sobre el uso del vino o Sobre la borrachera o Sobre el cíclope', 'Sobre Circe', 'Sobre Anfiarao', 'Sobre Odiseo y Penélope' y 'Sobre el perro'. El tomo décimo es aquél en que se encuentran 'Heracles o Midas', 'Heracles o sobreinteligencia o la fuerza', 'Ciro o el amado', 'Ciro o los informantes', 'Menéxeno o Sobre el gobernar', 'Alcibíades', 'Arquelao o sobre la monarquía'. Eso escribió Timón, para criticarlo por la cantidad, lo llamaba 'charlatán universal'" (FS 792 = Diógenes Laercio vi.15-8 = SSR, v.41).

5Para los testimonios y fragmentos de Antístenes hemos recurrido a la edición y traducción de Claudia Mársico (2013a FS), la única disponible en lengua moderna del trabajo editorial de Gabrielle Giannantoni (1990 SSR). Para la Ciropedia, hemos recurrido a la traducción de Vegas Sansalvador, insertando modificaciones propias. Respecto de este texto, son de mención las ediciones, traducciones y comentarios de Miller (1914), Marchant (1970), Bizos (1971), Delebecque (1973), Ambler (2001) y Ferrari (2013). Para Leyes hemos utilizado la traduccion de Lisi (2015) con variaciones. En el caso de Noches Áticas, utilizamos la edición de Rolfe (1927). En los casos de bibliografía secundaria en lengua diferente del castellano, las traducciones son nuestras.

Cómo citar este artículo:

MLA: Illarraga, R. "Un persa entre socráticos. La figura de Ciro y la Ciropedia en Antístenes y Platón." Ideas y Valores 69.174 (202o): 13-33.

APA: Illarraga, R. (2020). Un persa entre socráticos. La figura de Ciro y la Ciropedia en Antístenes y Platón. Ideas y Valores, 69(174), 13-33.

CHICAGO: Rodrigo Illarraga. "Un persa entre socráticos. "La figura de Ciro y la Ciropedia en Antístenes y Platón." Ideas y Valores 69, n.° 174 (2020): 13-33.

Recibido: 10 de Febrero de 2017; Aprobado: 26 de Junio de 2017

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