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Investigación y Educación en Enfermería

 ISSN 0120-5307 ISSN 2216-0280

     

https://doi.org/10.17533/udea.iee.v35n2a01 

Articles

La brecha se mantiene: El desafío de traducir la investigación a las políticas para el cuidado de salud de las personas y comunidades

R. Mauricio Barría P1 

1 Nurse, M.Sc., Ph.D. Assistant Professor at Instituto de Enfermería and Director of the Evidence-Based Health Office (OSBE), Faculty of Medicine, Universidad Austral de Chile. email: rbarria@uach.cl


En el área de las ciencias de la salud, se acumula diariamente gran cantidad de trabajos de investigación en distintos ámbitos y contextos las cuales sirven como sustrato para la toma de decisiones tanto clínico individual como colectivo. No obstante, persisten estrategias para modificar la práctica clínica basadas más en creencias que en evidencia científica. Además, aunque la evidencia de investigación se genera a un ritmo creciente, la práctica clínica se ha retrasado para reflejar esta evidencia.1 De acuerdo con el modelo de la práctica basada en evidencia, el estándar de oro que sustenta la mejor recomendación para intervenciones preventivas y terapéuticas lo constituye el ensayo controlado aleatorizado. No obstante, también se reconoce que con este diseño no se logra establecer si el contexto del tratamiento influye en los resultados del ensayo o cómo una intervención alcanza sus efectos más allá del escenario del estudio. De esta manera, la dificultad de traducir los hallazgos de la investigación sugiere que una intervención que ha demostrado efectividad necesita abordar el contexto para ser implementada.

Al mismo tiempo, se constata que tanto la investigación clínica-epidemiológica como la de sistemas y de servicios de salud, ejercen poca influencia en las políticas o prácticas de salud. Un obstáculo principal de la traducción de los resultados de la investigación a las mejoras de los servicios de salud y su impacto en la comunidad es la falta de alineación entre los propósitos de la investigación y las necesidades de los profesionales clínicos y los encargados de las políticas.2) En este contexto, el uso de la evidencia o investigación ha sido una creciente preocupación en el ámbito de la salud y se considera como una extensión de la investigación sobre la eficacia o efectividad de intervenciones, que también abarca la investigación de los servicios de salud, la salud pública y la medicina comunitaria. Desde el ámbito político, se ha descrito que tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo pueden existir elementos que potencialmente distancien la información científica de las políticas sanitarias.3

El término MeSH “Translational Medical Research” así como DeCS en español “Investigación en Medicina Traslacional” hace referencia a la aplicación de descubrimientos generados en laboratorios de investigación y estudios preclínicos para el desarrollo de ensayos clínicos y estudios en seres humanos. En tanto, una segunda área de la investigación traslacional se refiere a la mejora de la adopción de mejores prácticas. Por otro lado, el uso y estudio de la investigación en la práctica del cuidado en salud así como en el desarrollo de las políticas ha sido definido de distinta manera incluyendo términos como, investigación traslacional, traducción del conocimiento, diseminación del conocimiento o transferencia del conocimiento, los cuales pueden variar en su significado.3-5 De esta manera, la investigación traslacional constituye en sí una investigación aplicada para el cuidado de la salud y está enfocada a estudiar cómo traducir los conocimientos disponibles para hacerlos útiles para reducir cargas de enfermedad, vale decir, tiene el propósito de aumentar la probabilidad de que la evidencia derivada de la investigación se utilice en la política y la práctica.

Sin embargo, independiente de su concepto, existe poca evidencia para cuantificar hasta qué punto la investigación se utiliza en los procesos de toma de decisiones de salud pública, sin embargo, es clara la necesidad de transitar hasta que sea considerada una prioridad para las políticas de salud de cada país. Al respecto, algunos ya han descrito una “vía para la traducción de la investigación sanitaria en la mejora de la asistencia sanitaria” y se han identificado dos vacíos principales en esta vía: la traducción de la investigación básica y clínica a las ideas y productos, y la introducción de esas ideas y productos en la práctica clínica.5 Por su parte, se han identificado factores que limitan el uso de evidencia de investigación en la política de salud pública, entre ellos la percepción de falta de evidencia de investigación entre los tomadores de decisiones y las percepciones negativas de la evidencia de investigación disponible, incluyendo: abundancia de evidencias "libres de políticas", un enfoque inadecuado de los ensayos controlados aleatorios, demasiada incertidumbre científica, poca aplicabilidad local, falta de enfoque en los determinantes sociales de la salud y una falta de complejidad para abordar sistemas de salud de múltiples componentes. Asimismo, se destacan otros factores como la brecha entre los tomadores de decisiones y los investigadores, la cultura dentro de la cual actúan los tomadores de decisiones, falta de apoyo para los hacedores de políticas para adquirir las destrezas requeridas o usar evidencia de la investigación. Además, se han reportado factores organizacionales, políticos y estratégicos, limitaciones financieras y de recursos, experiencia personal, sentido común, opinión experta, problemas de difusión y acceso a la evidencia de la investigación.6 En contraposición, estos obstáculos pueden enfrentarse mejorando la comunicación entre investigadores y usuarios, así como la confianza entre investigadores y los formuladores de políticas. A su vez, se requiere aumentar la capacidad de los investigadores para producir y difundir eficazmente la evidencia a los tomadores de decisiones y un cambio en su cultura para dar más valor al uso de evidencia de investigación en la toma de decisiones.

Hoy, es urgente avanzar en estrategias y modelos que faciliten la traducción de la investigación en políticas efectivas para enfrentar los problemas que persisten en los sistemas de salud y sus distintas prestaciones. El éxito de la implementación debe considerar esta fase en el diseño de la investigación, considerando tanto usuarios finales como la evaluación de la implementación de los hallazgos considerando los responsables de la formulación de políticas y los profesionales involucrados para que puedan llevarse a cabo en los contextos específicos.

References

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