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Historia Caribe

 ISSN 0122-8803

        14--2021

https://doi.org/10.15648/hc.37.2020.1 

Editorial

EDITORIAL


Lo ocurrido en este año 2020 pandémico es ya objeto de investigaciones de distinto orden, entre las cuales los estudios desde las ciencias humanas ocupan ya un lugar destacado. En efecto, será mucha la tela de donde se podrá cortar a la hora de analizar los procesos históricos que han tenido lugar, los mismos que han dejado cientos de miles de vidas perdidas, así como afectaciones en la salud de millones de personas en todo el mundo, quienes también han visto desmejorados sus ingresos y su bienestar ante la pérdida del empleo, la quiebra de empresas, el confinamiento social, la precariedad de los sistemas de salud, el cierre de escuelas y universidades, entre muchas otras afectaciones causadas por el COVID-19.

Las Universidades como tantos otros sectores estamos atravesando tiempos de incertidumbre sin que, a pesar de los rápidos avances de la ciencia, se cuentan aún con tratamientos y vacunas que nos ayuden a encontrar una salida a esta situación, una más de las muchas que ha enfrentado la especie humana y de la cual más temprano que tarde superaremos como sociedad.

Durante estos meses en las universidades hemos tenido que sortear una serie de problemáticas para continuar en el ejercicio de nuestra labor como docentes y como investigadores, así como para cumplir con cada uno de nuestros compromisos misionales. Hace meses no nos reencontramos entre colegas para saludarnos con un fuerte apretón de manos o darnos un abrazo solidario. No hemos tenido la oportunidad de conocer personalmente a nuestros nuevos estudiantes; ya no nos sentamos a conversar sobre las lecturas realizadas o para continuar los debates, las reflexiones sobre esta sociedad tan desigual y el papel que como cientistas sociales debemos asumir no solo para comprenderla sino para transformarla.

Y es que todo nos cambió de golpe como resultado de un virus que nos ha distanciado socialmente, que modifica nuestros hábitos y limitó la movilidad; pareciera, tal como afirma el historiador Yuval Noah Harari, que "... sirvieramos de Conejillos de Indias en un experimento social a gran escala"

Sin embargo, pese a esta situación de confinamiento social, la comunidad académica de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad del Atlántico, como muchas más a lo largo y ancho de nuestro país y del mundo, asumió el reto, nada fácil, de la llamada "Docencia no presencial de emergencia", la cual ha ido de la mano del trabajo investigativo, o de procesos editores como los que continúa realizando el equipo de Historia Caribe, revista que gracias al apoyo de autores, árbitros y de la institución ha podido seguir su gestión editora y cumplirle a nuestros lectores, quienes hoy más que nunca valoran el papel que tiene la historia para interpretar y comprender la sociedad actual.

Este arduo trabajo de cada uno de los actores vinculados a Historia Caribe ha dado sus frutos en medio de esta pandemia como lo evidencia la clasificación en Q2 por parte Scimago Journal Rank. Igualmente, durante estos meses hemos recibido decenas de artículos para ser sometidos a arbitraje lo cual evidencia la importancia que la revista tiene hoy para la comunidad de historiadores, los mismos que proponen dossiers como los publicados recientemente y a través de los cuales se da cuenta de los desarrollos y tendencias historiográficas.

Nuestro trabajo continuará con mucho entusiasmo y responsabilidad, pues a pesar de que estamos ante una situación de emergencia global sin precedentes recientes, entendemos que este tipo de publicaciones son como un bálsamo que permite mitigar las angustias propias del distanciamiento social, al mismo tiempo que abre caminos para la ampliación del saber histórico.

El mismo que nos permite actuar con mayor humanismo, de tal manera que construyamos juntos buenas prácticas editoriales capaces de garantizar, aún en medio de esta situación, una excelente formación del historiador, la que en el caso de nuestro programa de historia hace énfasis, en una enseñanza para la comprensión, la interpretación y la reflexión crítica, lo cual resulta fundamental para debatir e investigar la compleja realidad social que estamos viviendo

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