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Discusiones Filosóficas

 ISSN 0124-6127

     

 

Sobre una forma de argumento fallida, pero exitosa

About a form of failed but sucessful argument

Pablo R. Arango
Universidad de Caldas, Manizales, Colombia. pablo.arango_g@ucaldas.edu.co

Recibido el 28 de junio de 2014, aprobado el 25 de octubre de 2014



Resumen

El artículo intenta mostrar que el defecto que David Stove le adjudicó al principal argumento a favor del idealismo en la filosofía europea moderna se encuentra en algunos de los principales argumentos recientes a favor de posiciones antirrealistas, idealistas o escépticas en la filosofía de la ciencia y la epistemología. Específicamente, el artículo dirige la crítica a un argumento reciente de Flórez en contra del realismo de Devitt.

Palabras clave

Antirrealismo, idealismo, Devitt, Flórez, Stove.

Abstract

In this paper, I try to show that the shortcoming that David Stove found in the main argument of Modern European Philosophy about idealism is present in some of the main recent arguments favoring anti-realist, idealist or skeptical views in philosophy of science or epistemology. Specifically, this paper addresses a recent argument by Flórez against Devitt's realism.

Key words

Anti-realism, idealism, Devitt, Flórez, Stove.


Mi intención en este artículo es polémica. Dado que me he restringido al espacio breve de un debate, quiero plantear mi idea como una conjetura. También quiero advertir que no reclamo ninguna originalidad por mi sugerencia. De hecho, la he tomado de un escrito de David Stove (1993). Lo único que he agregado es la simplificación y el énfasis.

En un análisis del idealismo europeo característico de los más importantes filósofos modernos desde Berkeley, David Stove se pregunta cuál fue el argumento que convenció a tantas mentes de primera de una conclusión tan sorprendente (i.e., que el mundo es ideal o que no existe con independencia de la mente, o que no es posible conocer el mundo en sí mismo). Stove presenta una cantidad importante de evidencia textual para concluir que la forma general del argumento idealista es, más o menos, la siguiente:

Solo podemos conocer las cosas si se cumple la condición C, que es necesaria para el conocimiento.
Por tanto,
No podemos conocer las cosas como son en sí mismas. (Stove 198)

Las diferencias en las distintas versiones del argumento dependían de los sustitutos que cada filósofo proponía para la variable C. Pero si Stove tiene razón, todos esos argumentos son defectuosos debido a que extraen una conclusión no tautológica a partir de una premisa tautológica.

Mi sugerencia es que esta forma defectuosa de razonamiento sigue desempeñando un papel importante tanto en la epistemología como en la filosofía de la ciencia. Desde luego, como forma de algunos de los razonamientos a favor del escepticismo o el antirrealismo, o en contra del realismo. Antes de comentar un caso local, voy a presentar una formulación canónica de la caracterización escéptica, idealista, antirrealista, y demás, del punto de vista opuesto. Esta caracterización es importante porque supone la primera jugada en la forma del argumento, a saber: plantear el punto de vista realista que se quiere negar de tal modo que el debate gire alrededor de la supuesta dependencia entre la realidad del mundo externo (o su estatus ontológico o cualquier cosa por el estilo) y consideraciones semánticas y epistemológicas. Mi ejemplo es de Hilary Putnam, un filósofo que curiosamente estuvo a ambos lados del debate. Aquí, en su etapa idealista o antirrealista, dice lo siguiente para caracterizar el punto de vista del realismo que él negaba en ese momento:

[…] the world consists of some fixed totality of mind-independent objects. There is exactly one true and complete description of 'the way the world is'. Truth involves some sort of correspondence relation between words or thought-signs and external things and sets of things. I shall call this perspective the externalist perspective, because its favorite point of view is a God's Eye point of view. (Putnam 49)

El punto es que la mayoría de los realistas niegan que ésa sea su posición. En pocas palabras, niegan que haya una dependencia entre la tesis realista de que el mundo consiste en objetos materiales como rocas, montañas, planetas, que existen independientemente de cualquier teoría o mente y las tesis semánticas o epistemológicas del ojo de Dios. Michael Devitt, por ejemplo, no se ha cansado de repetir que el realismo científico es una tesis ontológica —o metafísica— que no depende de ninguna consideración semántica o epistemológica. Los antirrealistas, por el contrario, insisten en caracterizar el realismo en términos semánticos o parcialmente semánticos. Pero el antirrealista necesita que la tesis realista sea formulada en términos semánticos, si mi conjetura es cierta.

A este respecto, un tratamiento ilustrativo es el reciente artículo de Flórez (2012) en el cual intenta mostrar que Devitt está equivocado al afirmar que el realismo científico es lógicamente independiente de cualquier consideración semántica o epistemológica (específicamente, ella argumenta que el realismo científico requiere un compromiso con la teoría de la verdad como correspondencia). En un momento del artículo, critica la idea de Devitt de que un realista puede afirmar su tesis ontológica sin adquirir ningún compromiso semántico. Devitt sostiene que, en lugar de un criterio semántico típico como el de Quine —según el cual un enunciado se compromete con la existencia de una entidad X si la existencia de X es necesaria para que el enunciado sea verdadero—, podemos usar un criterio no semántico mucho más simple: alguien asume la existencia de X si dice algo que implica la existencia de X. Flórez, entonces, ataca:

[…] encuentro dificultades […] porque si para poder establecer las condiciones de verdad de los enunciados, y las condiciones bajo las cuales alguien adquiere compromisos ontológicos —desde una perspectiva naturalista, como la sugerida por Devitt— tan sólo demandamos la comprensión del contenido afirmativo del enunciado, hacemos intervenir inevitablemente las capacidades cognitivas de los individuos en la atribución de verdad de los enunciados, a partir de los cuales el individuo hace manifiestos sus compromisos ontológicos. Si esto es así, entonces no resulta claro cómo se puede mantener el realismo consistentemente, sin hacer intervenir las capacidades cognitivas de los individuos al momento de comprometerse ontológicamente con la existencia de ciertas entidades y al establecer la verdad de dichos enunciados. (Flórez 20)1

Resalto la parte final porque, al parecer, deja claro que para Flórez la única forma de afirmar cualquier tesis ontológica realista, sin ser inconsistente, sería "sin hacer intervenir las capacidades cognitivas…", es decir, para usar la imagen de Putnam, Nagel & Co., sería poder hacer una afirmación desde ningún lugar o tener la visión del ojo de Dios. Aquí, si tengo razón, está el truco de sugerir que los realistas niegan una verdad necesaria o tautológica, a saber: que es imposible hacer afirmaciones sin un marco lingüístico, cognitivo, etc. El antirrealista, pues, se aprovecha de una tautología para introducir la idea básica de toda su estrategia, esto es: que las afirmaciones ontológicas (i.e., que dicen la existencia de clases de entidades) dependen de tesis semánticas o epistemológicas. En pocas palabras, el antirrealista comienza con la observación tautológica de que es imposible hacer ninguna afirmación con carga ontológica sin "hacer intervenir las capacidades cognitivas", para luego pasar a la tesis no tautológica según la cual la ontología depende de la semántica2.

Flórez menciona la discusión que sostuvo con Devitt en la Universidad de Caldas en 2011. Pero se le olvida mencionar una réplica de Devitt que ella dejó sin respuesta: "supongamos que nuestra teoría de la verdad es que verdadero es todo aquello que el Papa sancione como verdadero. ¿Qué se sigue de ahí para el debate realismo vs. antirrealismo? Nada".

Si tengo razón en mi idea de que lo que está en juego en esta clase de debates es la sugerencia de que para poder afirmar cualquier metafísica no idealista, que no se rinda a los atractivos del marco lingüístico, etc., habría que ser Dios, entonces ya se ve por qué el idealismo es la filosofía dominante entre los filósofos profesionales, casi una enfermedad profesional: es una manera de mantenerse laicos.



Notas al Pie

1 Cursivas añadidas por el autor.
2 En esta misma revista sostuve un debate con Ignacio Ávila sobre un problema similar y allí anoté que la posición de Ávila usaba la misma idea de que es imposible "salirse de todos nuestros esquemas teóricos" (Cf. Arango, Cf. Ávila). En aquella ocasión, Ávila admitió que la forma general del razonamiento que Stove les adjudica a los idealistas no le parecía necesariamente defectuosa.



Referencias bibliográficas

Arango, P. "Comentario sobre "Realismo, esencialismo y extensionalismo"". Discusiones Filosóficas. Ene.-dic. 2006: 231-243.         [ Links ]

Ávila, I. "Relatividad, identidad y realidad. Respuesta a Pablo Arango". Discusiones Filosóficas. Ene.-dic. 2006: 245-260.         [ Links ]

Flórez, D. "¿Exige el realismo científico un compromiso con la teoría correspondentista de la verdad?". Praxis Filosófica. Ene.-jun. 2012: 11-23.         [ Links ]

Putnam, H. Reason, Truth and History. Cambridge: Cambridge University Press, 1981. Print.         [ Links ]

Stove, D. El culto a Platón y otras locuras filosóficas. Madrid: Editorial Cátedra, 1993. Impreso.         [ Links ]


Como citar:
Arango, Pablo. "Sobre una forma de argumento fallida, pero exitosa". Discusiones Filosóficas. Jul.-dic. 2014: 207-211.