Durante el curso de Introducción a la Medicina se les pide a los estudiantes del primer semestre del programa que realicen un ensayo escrito sobre los que ellos consideran deben ser las características de un buen médico. Por considerarlo de interés presentamos este trabajo escrito por uno de los alumnos del curso, pues describe claramente el objetivo y la motivación con el que se forman muchos jóvenes en la profesión médica. Que sirva también para que revisemos nuestro quehacer profesional, puesto que, seguramente muchos de nosotros tuvimos esos mismos ideales y motivaciones, y hoy podrían haber cambiado por otros intereses.

El médico es el que vela por la salud de las personas, el que se prepara solo para servir; el médico debe tener sobre todo un espíritu de servicio, un espíritu de entregar todo por las personas sin importar nada, entregar todo de sí para sus pacientes, por esto el médico debe tener muchas características diferentes a las otras profesiones.

Si bien las otras profesiones también son para servir y para el beneficio de la comunidad, son más económicas o materiales, pero el médico trabaja para la vida, para la salud, con un ser humano que siente, con el dolor, la angustia, la tristeza, el miedo y desolación; un médico debe entender que el amar lo que se hace y amar para quien se hace es lo más importante en esta carrera. Por esto debemos fijar muy bien el rumbo de nuestra carrera y preguntarse ¿Para quién estudie medicina? Si la respuesta es para mí mismo, no tuvo sentido haberla estudiado y perdiste muchos años de tu vida viviendo en una ilusión que al final te llevará a ser un médico adonde el paciente no querrá ir y vivirás un calvario en tu trabajo porque te darás cuenta que no vas a trabajar para ti, sino que vas a entregar tu vida por otros, sacrificar tiempo, dinero, personas, tu vida por servir.

Pero si amas servir, amarás todo esto, amarás no dormir en días, amarás no ganar tanto para irte a recorrer el mundo en hoteles cinco estrellas cada 15 días, amarás ver a la cara del dolor, la angustia, el miedo y enfrentarlo cada mañana al despertar, amarás aún las preguntas que te hacen personas que se acaban de enterar que eres médico, en reuniones familiares, fiestas u otros lugares, amarás tu vida y la vida de otros aún más porque es el sentido de tu vida, entregar todo por ellos.

Ser médico no es tener una posición. Ser médico no es para vanagloriarte de ello. Ser médico no es para creerte más que otros o para andar diciendo que eres mejor que todos porque estudias o estudiaste medicina que es una carrera tan exigente y dura y aun así lo lograste. Ser médico es para ser más humilde aún, estudiar medicina es para entender cómo ayudar, cómo amar, cómo curar el dolor de las personas. Puedes saber mucho en teoría, puedes ser un médico muy teso, pero si no tienes amor y servicio no vas a ser nada en Medicina, porque Medicina es amar y vivir para las personas, no para hacerlas sentir menos o aumentarles su angustia, no para hablar feo o verlas en su dolor y darte asco de ellas, es para ver a tu madre, a tus hermanos, incluso a tus hijos en cada paciente que entre por la puerta, desde el grosero que no agradece por nada hasta la viejita linda que te lleva chocolates.

Creo que la cualidad más importante de un médico es amar, amar lo que hace, amar las personas y amarse a sí mismo, vivir para el servicio, vivir para ayudar a vivir mejor a otros, vivir para amar, respetar y curar y siempre con una sonrisa y aunque vengan momentos en los que quieras tirar la toalla y no te creas capaz de nada mas, recuerda por quién estas ahí y porque estás ahí, recuerda cada momento en el cual viste a una persona salir de una enfermedad que tú trataste y recuerda la sensación que te dio al verle su cara brillante de la felicidad y agradecimiento hacia ti. Recuerda a dónde quieres llegar y cómo quieres ser, y nunca olvides amar.