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Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía

Print version ISSN 0121-215XOn-line version ISSN 2256-5442

Cuad. Geogr. Rev. Colomb. Geogr. vol.29 no.1 Bogotá Jan./June 2020

 

Entrevista

¿Cómo se puede escribir una geografía de Colombia sin recurrir a la memoria colectiva de la nación, a su historia?: Yi-Fu Tuan*

Steven Navarrete Cardona+ 

+ Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá - Colombia. snavarretec@unal.edu.co - ORCID: 0000-0002-9119-3201.


La geografía no existe sin el hombre

Ernesto Guhl (Bonilla 1984)

EN LA BASE DE DATOS DEL CENTRO NACIONAL DE MEMORIA Histórica reposa un dato preocupante. Entre 1980 y 2012 en Colombia tuvieron lugar 1.982 masacres (Centro Nacional de Memoria Histórica 2013). Para encontrar una explicación certera de las mismas, no basta simplemente con enunciar que responden a la agencia de los actores que han estado involucrados en el conflicto armado, ese mismo fenómeno que ha golpeado por décadas, a lo largo y ancho nuestro territorio nacional. Se hace necesario reconstruir los procesos, los contextos y las motivaciones. Por ello, los historiadores, antropólogos forenses, abogados, entre otros profesionales de diversas ciencias, se han dedicado a investigar estos hechos para esclarecer lo sucedido y, así, aportar insumos para evitar que se repitan. Por su parte, los historiadores han acudido al cultivo de la historia oral y a la memoria de los sobrevivientes; los antropólogos forenses han excavado los restos materiales biológicos y físicos que atestiguan la infamia; los abogados han traído a cuenta los derechos vulnerados y han puesto en tensión la justicia en lugares en los que el Estado debería tener el monopolio legítimo de la fuerza. De ahí que sea conveniente preguntarse qué aportes tienen los geógrafos al respecto. Ciertamente podrán poner al servicio de la justicia y de la humanidad mucho más que un mapa detallado en el que se sitúe lo sucedido. Por ello, desde los primeros cursos de geografía física que impartió Immanuel Kant por cuarenta años, entre 1756 y 1796 (Cresswell 2013, 35), hasta el día de hoy, al interior de la geografía han tenido lugar intensos debates que han marcado el rumbo de su posicionamiento como ciencia. El pensamiento geográfico ha viajado por muchos senderos, entre los que podríamos señalar el paso de una "minoría de edad" (parafraseando el léxico kantiano para describir los esfuerzos que se dieron para posicionarse) hasta lo que es hoy, una ciencia autónoma, madura, con métodos y objetos definidos. Por supuesto, siempre en convergencia con las demás ciencias, y en pleno influenciada por el cambio tecnológico de los últimos cincuenta años. El conocimiento geográfico se democratizó: el acceso especializado a imágenes satelitales, mapas, planchas, brújulas, se puede tener a través de cualquier celular inteligente: ¿qué diferencia, entonces, a un geógrafo de alguien que tiene acceso al Sistema de Posicionamiento Global (GPS)? Sin duda es el pensamiento geográfico, la conciencia de la relación orgánica entre la humanidad y el medio ambiente. Aun así, agazapado en la fuerza de la tradición, de la etapa que hemos denominado "minoría de edad", han sobrevivido los imaginarios de la geografía como una ciencia netamente descriptiva, superespecializada en un único campo de investigación, que genera y es generada por dicotomías antagónicas en los departamentos de geografía del mundo. Por ello, es necesario romper con estos dualismos, y hacer uso de los métodos que la geografía y las demás ciencias han construido en una plena convergencia explicativa de la realidad socioespecial.

Debates sobre el espacio

Afortunadamente, en América Latina cada vez toma más fuerza el estudio del espacio en toda su complejidad, desde las dimensiones física y espacial, como desde una mirada más certera sobre temas que reúnen diversas perspectivas, como las emociones, las creencias, la identidad o las sensaciones que, aunque son claves, por mucho tiempo fueron descartadas por otras corrientes de pensamiento geográfico. Uno de los más destacados impulsores de esta geografía humanística es Yi-Fu Tuan, conocido en Hispanoamérica por su libro Topophilia: A Study of Environmental Perception, Attitudes, and Valúes publicado originalmente en 1974, posteriormente reimpreso por la Universidad de Columbia en 1990 y traducido de su versión original al español por la editorial española Melusina como Topofilia, un estudio sobre percepciones, actitudes y valores medioambientales. Tuan define la topofilia como el lazo afectivo entre las personas y el lugar o el ambiente circundante (Tuan 2007b, 13). Y, además, a través de este concepto, describe muy bien la relación entre percepción y espacio:

La superficie terrestre es de gran variedad. Para constatarlo basta con conocer someramente la geografía física del planeta y sus abundantes formas de vida. Pero los modos en que las personas perciben y valoran esa superficie son aún más variados: no hay dos personas que perciban de forma precisamente igual la misma realidad ni dos grupos sociales que hagan exactamente la misma valoración de su medio. El punto de vista científico en sí mismo está ligado a la cultura, que es una entre muchas perspectivas posibles. A medida en que avancemos en este estudio se hará más evidente la abrumadora riqueza de puntos de vista existente tanto entre individuos como entre grupos sociales. [...] La singularidad de la perspectiva humana se hace ostensible si nos detenemos a pensar cómo la realidad humana puede diferir de la de otros animales. En contra de las apariencias una persona no puede meterse imaginariamente en la vida de su perro: los órganos de los sentidos caninos difieren demasiado de los nuestros como para que entremos de lleno en su mundo de olores, sonidos y visiones. (Tuan 2007b, 16)

Sin duda, este libro publicado en la década de los setenta, marcó el rumbo de una corriente teórica que hoy sigue generando gran impacto entre los geógrafos, el de la geografía humanística. En una obra posterior, Space and Place: The Perspective of Experience,Tuan ([1977] 2001) va a ser más certero en la construcción teórica que será base para la geografía humanística al señalar la interconexión entre el mundo biológico, el espacio, la experiencia y la inteligencia, superando el dualismo antagónico existente en la "razón" y las "emociones", que por siglos dividió a los científicos y pensadores:

La experiencia se compone de sentimiento y pensamiento. El sentimiento humano no es una sucesión de sensaciones discretas, sino que precisamente la memoria y la intuición son capaces de manejar impactos sensoriales en un flujo cambiante de experiencias, de modo que podemos hablar de una vida de sentimientos como de pensamientos. Es una tendencia común considerar al pensamiento y a los sentimientos como opuestos, el primero da cuenta de la realidad objetiva y el segundo de los estados subjetivos. De hecho, están muy próximos en una continuidad de experiencias, y ambos son maneras de conocimiento. Ver y pensar están íntimamente relacionados. (Tuan [1977] 2001, 10)

Y es que Tuan es heredero, a su vez, de los intensos debates que tuvieron lugar en la década de los cincuenta, y que influenciaron de manera profunda su visión de la geografía como él mismo asevera:

Existen varias corrientes mayoritarias en la geografía humana. Muchas tienen raíces históricas y, a grandes rasgos, admiten distintos enfoques, uno de los cuales analiza cómo los humanos han transformado la Tierra. Este enfoque en particular recibió un fuerte impulso en 1955, cuando tres especialistas distinguidos, Carl Sauer, Marston Bates y Lewis Mumford, organizaron un simposio internacional para demostrar su provecho. Pero aún tuvo mayor ímpetu cuando se publicaron las diferentes interpretaciones en un libro muy aclamado, titulado Man's Role in Changing the Face of the Earth. Al comienzo de la década de 1950 yo era un estudiante en Berkeley, y esos mismos años fueron los últimos de Carl Sauer antes de su jubilación. Podía sentir la emoción, la importancia de lo que estaba ocurriendo. A partir de la década de 1960, la oleada de emoción en las universidades se ha convertido en un movimiento medioambiental a escala mundial que está bien organizado, algunas veces bien financiado y que, a menudo, resulta apasionante. (Tuan 2004a, 163)

Esos debates y el ambiente intelectual en el que se formó Tuan (la construcción socioespacial del geógrafo), posibilitaron, a su vez, que pudiera romper con las formas positivistas de hacer geografía, y asimismo, encontrar una nueva vía en la geografía humanística:

Tuan recrimina a los geógrafos que hablan como si su conocimiento del espacio y del lugar fuera derivado apenas de los libros, mapas, fotografías o trabajos de campo muy bien estructurados, y que escriben como si la gente estuviera dotada de mente y de visión, pero con ningún otro sentido con el que aprehender el mundo y encontrar significado en él. Tal proceder ha dejado en el olvido una gran cantidad de datos experimentales porque no se ajustan a los marcos rígidos de la ciencia naturalista. De modo que la imagen del mundo que nos ofrece la ciencia es truncada e incompleta, y por eso es bueno recurrir con alguna frecuencia a las descripciones precisas que hacen el arte y la literatura sobre cómo vive la gente, e invita a descubrir los modos en que los artistas y los escritores trabajan para transmitir ideas complejas de la realidad del espacio y del lugar. Y termina con un llamado a planificadores y diseñadores de espacios y lugares a tener en cuenta estos asuntos. (Delgado 2003, 118)

Rasgos biográficos

Yi-Fu Tuan nació en China, pero creció en diferentes lugares del mundo, entre ellos Estados Unidos, país en el cual ha desarrollado las bases más importantes de su obra. Sus constantes viajes le hicieron reflexionar sobre la relación entre la identidad y el lugar. 27 libros y un centenar de artículos componen su producción académica; publicaciones como Space and Place: The Perspective of Experience ([1977] 2001), Landscapes of Fear (1979), Dominance andAffection: The Making of Pets (1984), Cosmos and Hearth: A Cosmopolite's Viewpoint (1996), Who am I?: An Autobiography of Emotion, Mind, and Spirit (1999), Place, Art, and Self (2004b); algunas también traducidas al español, entre ellas Cosmos y hogar: un punto de vista cosmopolita (2005), ¿Quién soy yo? Una autobiografía de la emoción, la mente y el espíritu (2004a), entre otras. Su trabajo evidencia la existencia de un pensamiento propio, singular entre los geógrafos de hoy:

La vida que no tiene dirección carece de propósito. Por eso, de pequeño, llegué a la conclusión [de] que tenía que ser geógrafo para asegurarme que nunca me desorientaría. Suponía que los geógrafos siempre sabían dónde estaban y que siempre tenían un mapa en algún lugar, en su mochila o en su cabeza. (Tuan 2004a, 150)

Por los aportes de su obra, tuve oportunidad de entrevistar a Yi-Fu Tuan, una de las mentes más perspicaces del pensamiento geográfico mundial para conocer su visión sobre el papel del geógrafo hoy, el potencial de la geografía para explicar el conflicto armado, la identidad, y la relación entre memoria y lugar.

Steven Navarrete [SN]. ¿Por qué estudiar geografía hoy?

Yi-Fu Tuan [YFT]. El conocimiento de la geografía es necesario para la supervivencia. Por ello, nunca ha habido una época en la que los seres humanos no hayan intentado dar sentido a su entorno en busca de satisfacer necesidades vitales, como por ejemplo dónde encontrar comida y agua, o lugares que proporcionen refugio y protección. Pero en el pasado las personas solo necesitaban el conocimiento de la geografía local. La curiosidad sobre los lugares distantes aumenta con el tiempo. A medida que las personas se multiplican, adquieren medios cada vez más sofisticados para mapear el mundo y explorarlo en respuesta a la presión poblacional y al deseo de ciertos bienes que no están disponibles localmente. En el siglo XXI, para que las naciones florezcan, el conocimiento de la geografía debe ser mundial.

[SN]. ¿Qué características debe tener un trabajo académico para inscribirse dentro de la geografía humanística?

[YFT]. Para participar productivamente en la geografía humanística, el aspirante a geógrafo necesita tener un amplio bagaje y conocimiento de la historia, la literatura (incluidas las obras de ficción), la antropología y la filosofía. Desafortunadamente, pocos geógrafos están preparados adecuadamente para entrar en la disciplina.

[SN]. ¿Por qué eligió estudiar geografía, en vez de ingeniería o sociología?

[YFT]. Si no hubiera elegido la geografía, podría haber elegido historia, filosofía o teología. ¡Ciertamente no una ingeniería! En cuanto a la sociología, considero que mi libro Segmented Worlds and Self (1982) es un trabajo tanto de sociología como de geografía.

[SN]. ¿Qué hace que un geógrafo sea un "verdadero geógrafo"?

[YFT]. Alexander von Humboldt proporciona un modelo de geógrafo verdadero o, si se quiere, integral. Su conocimiento del mundo comprendió el plano físico, ecológico, cultural, humano, aún humanista, en el sentido que se muestra en su gran libro Cosmos, en el que hay incluso un capítulo sobre evocaciones geográficas en obras de literatura y pintura de paisaje. Von Humboldt fue, por supuesto, también conocido en su época como un explorador de América Latina. Doy por sentado que todos los geógrafos de América Latina están familiarizados con las contribuciones de Alexander von Humboldt.

[SN]. ¿Cuál es la relación entre memoria y geografía?

[YFT]. Los seres humanos tienen memoria, por lo tanto, todo lo que hacen está necesariamente fundamentado por lo que recuerdan del pasado. Pero la memoria es notoriamente poco fiable, de ahí la necesidad de corregirla al estudiar el pasado de manera consciente y científica. En el sistema educativo europeo, en las escuelas, la historia se enseña junto con la geografía, y espero que esto también se aplique al sistema educativo latinoamericano. ¿Cómo se puede escribir una geografía de Colombia sin recurrir a la memoria colectiva de la nación, a su historia?

[SN]. En ese sentido, durante el conflicto armado en nuestro país, en todo el territorio nacional, según el Centro de Memoria Histórica, se han producido 1.982 masacres, entre ellas las de El Salado (Montes de María), la de La Rochela (Santander), la de Bahía Portete (en el municipio de Uribia, en el departamento de La Guajira), entre otras. ¿Cómo podemos resignificar estos espacios que han sido escenarios de terror? ¿Cómo podemos transformar estos espacios de paisajes de miedo en lugares de memoria?

[YFT]. Los lugares donde se han cometido horrores solo pueden restablecer su inocencia y atractivo si se "limpian" mediante actos de virtud excepcional. Lo más probable es que, con el paso del tiempo, las personas simplemente olviden el pasado. La amnesia comunal es muy común. Algunos países, Alemania notablemente, conmemoran de manera voluntaria lugares de horror -como los campos de concentración-, para que el pueblo alemán no olvide el mal que perpetraron sus antepasados, los nazis.

[SN]. Hablemos de identidad desde la geografía humanística. Comúnmente se piensa que la identidad se construye alrededor de lugares y territorios fijos. Pero ¿qué pasa con la identidad de los viajeros, las tribus nómadas, los inmigrantes, los desplazados, cuando los espacios son móviles?

[YFT]. La historia, la geografía y el lenguaje nos dan nuestra identidad. Las personas desarraigadas sufren la pérdida de las dos primeras fuentes de identidad de forma inmediata, pero pueden retener la tercera -su lengua- por mucho más tiempo. Sin embargo, siempre que encontremos medios de vida nuevos y gratificantes en otros lugares, podremos recrear una identidad propia en nuestro nuevo hogar. Después de todo, Colombia es un nuevo hogar para sus antepasados, ¿verdad?, quiero decir, ellos emigraron de Europa, ¿no es así?

[SN]. ¿Qué pasa con la geografía, los animales y el hombre? ¿La geografía humanística es solo para hombres? ¿Debería la geografía también proteger a los animales?

[YFT]. La geografía humanística tiene que ver con los seres humanos y su mundo, pero los animales son parte de ese mundo. De ahí que los humanos también debemos preocuparnos por los animales, incluido su mundo. Puede usted echar un vistazo a mi libro Dominance and Affection: The Making of Pets (1984).

[SN]. ¿Por qué es tan importante tener en cuenta las sensaciones y emociones cuando se estudia el espacio y para la geografía como ciencia?

[YFT]. En tanto ciencia, en el análisis espacial y en la ciencia regional, campos de estudio que estaban en boga en los años setenta, la geografía no debía incluir sensaciones, emociones y sentimientos. De hecho, en aras de la simplicidad y el posible tratamiento matemático, estas deben excluirse. El mundo simplificado que los científicos buscan analizar con precisión no es, por supuesto, el mundo en el que vivimos los seres humanos. De ahí la necesidad de tener algo más, una disciplina -una disciplina, pero no una ciencia- como la geografía humana o humanística.

[SN]. ¿Por qué los espacios solitarios nos dan la sensación de inseguridad?

[YFT]. Tememos estar solos, incluso en lugares seguros, y esto es porque somos esencialmente animales sociales. Sin otras personas, nos sentimos irreales.

[SN]. Para usted, ¿qué es la justicia espacial? ¿Y cuál es la relación de justicia espacial, emociones y sensaciones?

[YFT]. La justicia espacial es espacio que, por alguna razón, no es accesible o está prohibido para ciertas personas. Ese espacio no es tan importante si es solo espacio, un trozo de territorio. Se vuelve más importante si contiene recursos económicos como el petróleo o el agua. Algunos espacios evocan sensación o sentimiento, por ejemplo, el espacio que es sagrado para ciertas personas que luego son expulsadas por intrusos. El espacio sagrado, que capta la emoción, ese es de interés clave para los geógrafos humanistas, aunque quizás mucho menos para los especialistas en economía.

[SN]. ¿Puede ser la cartografía una obra de arte?

[YFT]. La cartografía es definitivamente una forma de arte. Está estrechamente relacionada con el paisajismo, en especial en China, donde, aunque se desarrolló mucho antes, no se llevó a su forma científica como en occidente, ya que en China el arte del paisaje de ojo de pájaro cumplió muchos de los propósitos del mapa, incluyendo el de encontrar la ubicación propia, cómo ir de A a B, etc. Además, la descripción en palabras de las ubicaciones y los lugares contó más en la cartografía china.

[SN]. Entonces, ¿qué diferencia la cartografía de la pintura del paisaje?

[YFT]. Una diferencia entre la cartografía y el paisajismo es que la cartografía no puede representar el horror, como el Holocausto, a razón de que sus símbolos son abstractos. La pintura de paisajes puede, por supuesto, mostrar la muerte y los cuerpos decaídos que el mapa no puede. Para ver a lo que me refiero, puede consultar mi artículo "Cartography and Humanism" en Glimpse (2011).

[SN]. ¿Cree que la idea de utopía puede ser útil para la geografía?

[YFT]. Los ingenieros, los arquitectos y los filósofos políticos (por ejemplo, Karl Marx) soñaron con la utopía en la Tierra, pero ningún geógrafo humanista que no conozca demasiado los defectos de la naturaleza humana piensa que la utopía es plausible. ¡Los intentos por crearla terminan en distopía! Agustín habló de la Ciudad de Dios y de la Ciudad del Hombre. Las dos pueden cruzarse, pero no pueden superponerse.

A modo de conclusión: reflexionando con Tuan

La obra de Tuan se ha convertido, sin duda, en una poderosa herramienta para la planificación territorial, dado que sitúa, de manera crítica, dimensiones del espacio que fueron dejadas de lado por la geografía regional y cuantitativa, y que podemos usar para nuestro fragmentado contexto socioespacial. Así, se ponen en el centro de análisis las cosmovisiones y creencias de los pueblos indígenas, los sentires de los habitantes en territorios que han quedado devastados por los grupos armados ilegales, la memoria individual y colectiva, cuestiones que pueden ser abordadas con rigurosidad desde la geografía humanística.

Hay varios aspectos a destacar en las respuestas de Tuan, entre ellos, la valorización ecuánime entre la técnica y la estética, así como entre la geografía física y humana, al señalar a Humboldt como un geógrafo integral, lo que resulta bastante útil para la explicación de las contradicciones socioespaciales y, en un mandato pedagógico, para la formación de geógrafos hoy. Si bien no podemos esperar que todos sean como Humboldt, sí podemos demandar que su conocimiento sea integral, reflexivo, y sobre todo en constante actualización. Esa misma postura investigativa promueve la superación de las dicotomías entre la naturaleza y la humanidad, entre tiempo y espacio, entre razón y pensamiento, entre lo simbólico y lo material, entre humanos y no humanos, lo que le da el valor y vigencia a los aportes teóricos y metodológicos de Tuan. Por ahora, estamos en mora de traducir y discutir de una forma más intensa, en nuestros centros de estudio en América Latina, los textos del geógrafo chino-estadounidense más influyente en la actualidad.

Referencias

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* Entrevista realizada por Steven Navarrete Cardona a Yi-Fu Tuan, revisada por Johanna Gutiérrez Acosta, filóloga de la Universidad Nacional de Colombia.

Steven Navarrete Cardona Sociólogo, especialista en legislación educativa y candidato a magíster en Geografía de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Asociado al grupo de investigación "Geourbe". Sus intereses investigativos se enfocan en el pensamiento geográfico, la sociología urbana, y la expresión de los nuevos procesos de urbanización regional y mundial.

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