SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.21 issue1On the Category of Complex Human SocietiesHáblame a los ojos author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Trabajo social

On-line version ISSN 2256-5493

Trab. soc. vol.21 no.1 Bogotá Jan./June 2019

 

Entrevistas

Entrevista con Myriam Gutiérrez Correal*


Licenciada en Trabajo Social en la Universidad Nacional de Colombia; especialista en Técnicas Avanzadas de Investigación y Evaluación Social aplicadas a la Educación, en el Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (Ilpes) (Chile). Trabajó en el Departamento Nacional de Planeación (DNP) (1974 a 1994). Luego, con la Cooperación Técnica Alemana (GTZ) en el programa Proequidad (2001-2006); trabajó en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA/CA). En 2006, se vinculó al programa Áreas de Desarrollo Alternativo Municipal (ADAM) de Associates in Rural Development (ARD). Ha sido asesora de la Asociación de Mujeres Campesinas, Negras e Indígenas de Colombia (Anmucic), de la Federación Departamental de Mujeres Campesinas de Cundinamarca (Fedemucc) y en ENDA Colombia-Organización en pro del medio ambiente-. Entre sus publicaciones figuran Una mirada de Género al sector rural colombiano (2003), Mujer, Semilla, Alimento, una mirada al sistema agroalimentario colombiano desde la Perspectiva de Género (1995) y el libro autobiográfico y testimonial La Última Mirada (2018). En 2006, obtuvo el Premio Nacional del IICA/OEA por su contribución al desarrollo de las Mujeres Rurales en Colombia; fue docente en los programas de Trabajo Social de la Universidad Católica de Chile (1972-1973), de la Universidad Nacional de Colombia (1999) y en el posgrado de Trabajo Social de la Universidad de la Salle (1999-2000).

Nos interesa conocer tu experiencia como estudiante de Trabajo Social y las primeras etapas de tu vida escolar que influyeron en la elección de la carrera y tu trayectoria profesional.

[...] me debatía entre la Química y el Trabajo Social, movida por la experiencia con Camilo Torres Restrepo [...]. Conocí a Camilo desde muy joven a través de mis hermanos mayores, pues estaban en un grupo con él; en las visitas a los barrios para conocer la realidad lo escuchaba y, aunque todavía no lograba entender muy bien, me despertó la sensibilidad por mejorar nuestra situación en el país, creo que por eso finalmente decidí estudiar Trabajo Social.

Nos comentabas que vivías en el campus y que Camilo iba a almorzar a tu casa, ¿cuál fue tu experiencia al respecto?

En esa época el campus era muy bello, con bosque y jardines, había un vivero donde viví desde niña con mi familia, allí se cultivaban las flores y los árboles para la Ciudad Universitaria. Cuando yo tenía tres años a mi papá lo nombraron jefe de prados y jardines, él coordinaba a los obreros que hacían el mantenimiento y tenía la dirección del embellecimiento, elaboraba los escudos de las facultades con flores [...]. Es decir, viví desde los tres años en el campus; cuando ya era grandecita lo recorría, vi nacer los terneros y vi los muertos del anfiteatro de medicina, […] jugaba en sus prados y bosques, fue una vida muy agradable y libre. Cuando Camilo llegó en el año 1959, era capellán de la Universidad Nacional, mi mamá se encargaba de su alimentación y se hizo amigo de la familia [...]. Camilo, en los primeros tiempos, hablaba más sobre cristianismo que sobre la revolución, y hacía reuniones en mi casa con un grupo de jóvenes cristianos, entre ellos, mis dos hermanos y una hermana, Gladys. Ella fue su secretaria en la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP). Camilo trabajó con la Acción Comunal, pero se decepcionó por la politiquería. Entonces, creó en 1960 el Movimiento Universitario de Promoción Comunal, Muniproc; [...] íbamos con él a las reuniones en los barrios, se trabajaba en procesos organizativos al mismo tiempo que Camilo hablaba con los obreros, ahí fue cuando empecé a sensibilizarme, seguí asistiendo a las reuniones hasta cuando él se fue a la guerrilla.

¿En qué año empezaste a estudiar Trabajo Social?

Creo que fue en el año 1967, [...]. En los dos primeros años, las clases eran compartidas con Sociología; en esa época aún no estaba la carrera de Antropología; estudiábamos antropología con Virginia Gutiérrez de Pineda, historia con el profesor Darío Mesa, geografía con Ernesto Guhl y política y bienestar social con Eduardo Umaña Luna. Una profesora de la cual no recuerdo el nombre enseñaba metodología de la investigación y creo que fue una de las asignaturas que más me sirvieron, junto con estadística me ayudaron mucho en el desempeño profesional. En el tercer año, ya nos independizamos de Sociología y empezaron las prácticas, las asignaturas de comunidad, trabajo social de caso y grupo [...]. Constanza Villegas enseñaba comunidad; Cecilia Valdiri y Gilma Palacio, trabajo social de caso [...].

¿Dónde cursaste las prácticas y cuál fue el tema de tu tesis?

La primera práctica de trabajo social de caso la hice en el barrio Los Laches, en el centro de la ciudad, pero era muy joven y el barrio era complejo para resolver cualquier problema de carácter social. En el barrio Samper Mendoza hice la práctica de comunidad, en inquilinatos. [...] fui monitora de la cátedra de Constanza Villegas en el último año de la carrera. La tesis la hice sobre el Trabajo Social y el cambio social, una visión crítica. Antes de ir a la Universidad empecé a militar en el Ejército de Liberación Nacional, ELN urbano. En 1968, hubo una gran protesta [...] mi novio Jaime Ruiz y yo nos vimos afectados.

¿Cuál fue el motivo de la protesta?

[...] la intromisión de la policía dentro del campus y la pérdida de la autonomía universitaria; por esa época había dos tendencias en la Universidad: una, la de Ciencias Humanas, de pensamiento progresista y, otra, en las Ingenierías y Medicina, de derecha, que proponían un reglamento estudiantil muy rígido y desmontar la autonomía universitaria. [...] Ese movimiento generó la expulsión de Jaime de la Facultad de Medicina. Después de ello, Jaime se vinculó al ELN, lo detuvieron y ese mismo año nos desvinculamos de la organización. En 1970, nos casamos en la Capilla de la Universidad Nacional y reintegraron a Jaime, después de un movimiento estudiantil que cubrió varias universidades del país. La persecución continuó y a finales de los años 70, Jaime se fue refugiado para Chile, por ese entonces, bajo el gobierno socialista del presidente Salvador Allende; a mediados de 1971 también me fui luego de culminar la carrera1.

[...] Cuando llegué a Chile en 1971 trabajé en la Reforma Agraria, en el proyecto O'Higgins, que aludía a una provincia [...]; en procesos de planeación participativa con una metodología que me había enseñado Germán Zabala, basada en la observación y el trabajo con las comunidades. Después en la Universidad Católica de Chile asumí la cátedra sobre reforma agraria en Trabajo Social; estudié, paralelamente, una homologación de Sociología, pero no logré graduarme por el golpe militar.

Sobre tu experiencia en Chile, en ese trabajo de reforma agraria, ¿qué se logró en las comunidades?

[...] Chile era un país semifeudal, de grandes haciendas que las llamaban fundos, los campesinos vivían en pequeñas parcelas, al patrón le llamaban el "futre", un término despectivo. El sistema de producción agrícola era moderno, destacándose la producción de vinos y frutas. Las formas de explotación eran terribles; las familias habían vivido dentro del fundo por generaciones; tenían una escuelita para los niños y un almacén de provisiones, les pagaban con cupos [...] el otro pago era la pequeña parcela que cultivaban. [...] Allende organizó la expropiación de muchos de esos fundos y armó equipos con trabajadores sociales, sociólogos, economistas, ingenieros, agrónomos, psicólogos, quienes íbamos a formar a la gente en el manejo económico y la organización social. En algunos casos, los viejos se resistían al cambio, […] pero los jóvenes sí querían cambiar ese sistema y sacaron a los propietarios de los fundos; la mayoría de los dueños se fueron con la maquinaria o la dañaron; […] como tenían los contactos comerciales para las exportaciones de la manzana o el vino, los bloquearon. Fue muy complejo reconstituir la parte económica, aunque se logró avanzar, pues se crearon unas especies de cooperativas de todos los fundos que habían alrededor para la comercialización, tratando de abrir nuevos canales, pero el bloqueo económico que hubo contra Chile fue muy grave; lo mismo ocurrió con las fábricas expropiadas [...]. Cuando sucedió el golpe militar, estábamos en Santiago, con mi hija recién nacida. Ella nació en Chile. Jaime estudiaba Medicina porque allá continuó sus estudios. Vivimos una dura aventura, hasta que por fin nos pudimos refugiar en la embajada de Colombia, porque ya no había refugio en otro lugar [...]. Regresamos al país con lo que teníamos puesto, con una niña recién nacida y con el miedo a que nos fueran a detener. Los primeros meses fueron muy difíciles; conseguí un trabajo en el Departamento Nacional de Planeación, y Jaime siguió estudiando en la Universidad del Cauca porque no lo admitieron en ninguna universidad de Bogotá. Me vinculé a un proyecto denominado Concentraciones de desarrollo rural y, después, al programa Desarrollo Rural Integrado (DRI), allí se ejecutaron proyectos integrales donde se trabajó no solo en la parte productiva, sino también en educación, la construcción de escuelas y de infraestructura y el impulso al desarrollo local y regional [...]. Gracias a este tipo de programas, en varias regiones rurales se logró la infraestructura y la instalación de los servicios públicos domiciliarios [...].

En tu proceso de formación en la Universidad Nacional, ¿cuál bibliografía recuerdas?

[...] uno de los textos que me marcó fue La familia y Cultura en Colombia de Virginia Gutiérrez de Pineda; me sirvió mucho tiempo después porque me dediqué a trabajar en desarrollo rural y los elementos que Virginia analizó eran válidos para entender los procesos culturales de las regiones. También, las metodologías de Investigación Acción Participativa que en esa época estaban en auge, incluso, recuerdo a Paulo Freire. La formación teórica con Sociología fue importante, porque nos dio una base para el análisis de nuestra sociedad, creo que los profesores eran excelentes y nos dieron muchos elementos de análisis teórico que nos sirvieron para nuestro ejercicio profesional.

¿Cuáles eran las actividades que desempeñabas en el Departamento Nacional de Planeación? y ¿cómo se conjugaban con el Trabajo Social?

Ante todo, en organización comunitaria, con la modalidad de Investigación Acción Participativa, con la metodología de mapas, de cartografía social, además hicimos las fichas veredales de todo el país. Yo era del equipo central y en cada región había equipos técnicos conformados por ingenieros, agrónomos, economistas; dirigíamos la metodología, hacíamos talleres, procesos de investigación y, también, procesos organizativos con las comunidades para la conformación de los comités veredales, comités departamentales y comités nacionales de participación campesina para los procesos de desarrollo rural.

En ese momento, en términos del orden público y de la violencia ¿cómo desarrollaban el trabajo?

[…] hubo ciertos periodos difíciles […] pues estaban las guerrillas de las FARO y del ELN, pero no era tan grave como fue después cuando empezó el narcotráfico y se gestaron las zonas paramilitares; [...] la guerrilla no se metía con los equipos técnicos ni con los pequeños y medianos campesinos, eventualmente teníamos contacto e inclusive, a veces, asistían a reuniones en los procesos de desarrollo rural. […] en los años de 1970 y 1980, en la Costa Atlántica, el movimiento de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUO) estaba dividido entre la línea gubernamental y la de Sincelejo; trabajé con la línea Sincelejo y con las mujeres. Ellas eran las que presidían la toma de tierras, organizadas en comités de mujeres y, otras, se organizaron en "Clubes de amas de casa", lo que les permitió, en principio, salir de su vivienda e intercambiar ideas con sus congéneres. Ahí conocí la problemática de la mujer campesina2.

Cuando se acabó el programa DRI, me vinculé en la Unidad de Desarrollo Social como profesional tanto en salud como en educación y en un grupo de poblaciones especiales para trabajar con las mujeres, los indígenas y los habitantes rurales. Empecé con un proceso de planeación, de aprobación y evaluación de proyectos.

También estudié una especialización financiada por la Organización de Estados Americanos (OEA) en Argentina, sobre planeación y evaluación de proyectos sociales, me dediqué a esa línea. Coordiné el proyecto de mujer rural, formamos un comité en el que participaban las instituciones y las organizaciones de mujeres [...]. Cecilia López, desde el Ministerio de Agricultura, y yo, en la secretaría técnica, trabajamos la primera política de mujer rural en Colombia.

En el año 1985, coordiné el área de juventud; creamos un comité interinstitucional e interoganizacional de jóvenes de todas las tendencias: conservadora, liberal, comunista, de la juventud trabajadora, para formular la política concertadamente [.]. Organizamos unos eventos con miles de jóvenes y asistí al "Año Internacional de la Juventud" en la Unión Soviética3 con algunos jóvenes que ya han muerto víctimas de la violencia, por ejemplo, José Antequera4. [...] fue muy interesante ese proceso, conservo el estudio sobre la política de juventud y el inventario de organizaciones juveniles [.]. En 1992, volvimos a hacer un proceso de política para la mujer rural y coordiné con la Cooperación Técnica Alemana (GTZ), desde Pla-neación Nacional el programa de equidad de género en el nivel nacional; logré una formación interesante en los procesos metodológicos. Luego, trabajé en el proyecto de equidad de género, Proequidad, directamente con la GTZ.

Sobre tu experiencia de trabajo con las Naciones Unidas ¿qué resaltas?

Trabajé con las Naciones Unidas en "El proyecto de empleo mínimo" para las áreas rurales en un proceso participativo […] con base en las metodologías LEO -Laboratorio de Organización-; [...] trabajamos seguido para desarrollar un proceso con los campesinos que llegaban a los predios de la Reforma Agraria, en la parte organizativa y productiva. Cuando empezaron los problemas de la violencia vivimos unas experiencias muy duras, porque algunos campesinos eran desplazados del Urabá; fui testigo de una matanza en un predio de la Reforma Agraria en el Meta, en Cabuyaro. Desde finales de la década de 1980 y durante la de 1990, la situación de violencia se cruzaba con el trabajo que realizábamos; varias veces me arriesgué porque la guerrilla o los paramilitares nos retenían. Ese proceso se frustró […]. En el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), participé en proyectos de desarrollo rural, uno en zonas de reserva campesina y otro en la dirección del proyecto de la Ley de mujer rural […]. Fue un proceso interesante, con las organizaciones de mujeres, con consultas regionales a nivel nacional y con la asesoría de un abogado del Ministerio de Agricultura [...] hicimos lobby en el Congreso y con los magistrados para asegurarnos de la constitucionalidad del proyecto [...]. Trabajé en un programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), sobre sustitución de cultivos de coca en varias regiones del país; coordiné la formación de grupos de productores y productoras. [...] logramos construir el instrumento Índice de Capacidad Organizativa, metodología que evaluaba el estado de cada organización campesina en la parte productiva desde una perspectiva integral: social, económica, financiera, organizativa, democrática, de equidad de género, etc. Ese instrumento medía la situación inicial y, desde allí, se estructuraba una estrategia con sus componentes para fortalecer la parte económica, financiera y organizativa; coordiné la acción para 152 organizaciones del país con productores y productoras. Con esa misma herramienta se evaluaban los avances y los diferentes procesos; dependiendo del grado de desarrollo de la organización, se reconocía la autonomía para la ejecución de los recursos. En las organizaciones poco desarrolladas, no se reconocía la autonomía, sino a medida que fueran estructurándose; más o menos un 50 % de las organizaciones quedó sustentable, un 20 % en proceso y las otras fracasaron.

¿En qué regiones del país se desarrolló ese proceso?

En la región Caribe, en Cauca y Nariño, Cundinamarca, Boyacá, Antioquia y Santander [...]. En Putumayo, Arauca y Guaviare. Fue una época dura, porque estábamos vinculados a Usaid y trabajando con campesinos; algunas veces nos encontramos con la guerrilla o con los paramilitares.

Omití comentar que en la época en que trabajé con el ICA, estuve en la zona de distensión durante las negociaciones con las FARC, en procesos organizativos con las comunidades en el Caguán. Allí permanecimos dos años, mientras se llevó a cabo la negociación hasta que fracasó y nos sacaron de la zona. [...] en la zona de distención se hicieron vías, se tendieron redes de electricidad, acueductos, o sea, hubo acciones del Gobierno y de la guerrilla para fortalecer la zona. Cuando se interrumpieron las negociaciones, ellos se fueron y llegaron los paramilitares y acabaron con "Raimundo y todo el mundo". Mataron a muchos de los líderes que habíamos formado, [...] cuando comenzaron los diálogos, todo el mundo le huía a la guerrilla, pero eran 14.000 hombres que había que alimentar, vestir [...]; entonces, los colonos vivían de lo que necesitaba la guerrilla: comida, botas, uniformes [...] además los bares y los restaurantes estaban llenos de los guerrilleros, la población estaba feliz porque tenía ingresos y, como decían, la atención del Estado que por fin había llegado [...].

El último trabajo que hice a nivel institucional fue con la Usaid en una asesoría para construir otro instrumento, el Índice de Capacidad Organizativa Étnica, dirigido a la población negra y a las comunidades indígenas, ya no era para la parte productiva. El instrumento, que se utiliza todavía, evaluaba el estado de la organización, la democracia interna y cómo estaban frente a los nuevos mecanismos constitucionales del derecho propio y de la consulta previa. Ese instrumento lo construimos con la gente de las comunidades; en el Chocó con los consejos comunitarios; en el Cauca con varias organizaciones de mujeres y de indígenas.

¿Cómo evalúas tu experiencia en los proyectos de desarrollo rural?

[...] realmente me gustó mucho ese trabajo en desarrollo rural con todos sus altibajos, pero si haces una retrospectiva de cuando empezamos a analizar el fenómeno de la concentración de la tierra, la pobreza era 20 veces mayor, [...] en ese momento no había acueductos, electricidad, teléfono, los niños no estudiaban, las mujeres todavía tenían fogones de leña, esto fue en 1974 [...] las mujeres estaban escondidas en la cocina; [...] los hombres eran los que salían a hablar con nosotras [las profesionales], las mujeres, si acaso, nos iban a servir el café, excepto las de la Costa Caribe donde eran líderes, porque les había tocado trabajar solas, pero, en general, las de la región Andina eran de una pobreza absoluta. Y creo que a nivel de infraestructura los proyectos de desarrollo rural tuvieron aciertos y también errores graves. Se avanzó en infraestructura, en educación con el programa de escuelas nuevas que fue muy interesante en las regiones. Las mujeres avanzaron en su formación como líderes [...].

La sustitución de cultivos de coca fue una experiencia interesante porque se logró sacar a algunos productores y productoras de ese cultivo, altamente rentable, a cultivos y productos legales como el cacao, plátano, productos lecheros, pesca, floricultura, champiñones, producción artesanal […]. Adicionalmente, los otros aspectos interesantes fueron los procesos asociativos y participativos en el manejo financiero, y en la comercialización [...] se logró fortalecer, ahora son autónomas. [...] se creó una Asociación de Usuarios de Productores de Cacao del Sur de Bolívar que la conformaban alrededor de 5.000 productores y productoras. En Putumayo, se creó una empresa de palmitos y de flores exóticas; de cría de cuyes en Nariño con nuevas formas de preparación asociadas a las demandas de los restaurantes, que se extendió hacia el Ecuador, como formas innovadoras de producción.

El trabajo con las comunidades es muy complejo. Sin embargo, la metodología del Índice de Capacidad Organizativa sustentada en principios sociales y económicos, según los cuales la gente se debe apropiar de sus procesos poco a poco hasta actuar de manera autónoma, fue útil y se puede utilizar de muchas formas. [...] Los obstáculos en algunas organizaciones refieren al manejo del poder: presidentes y juntas directivas eternas que se toman los procesos y que no quieren cambiar; así como la corrupción a diferentes niveles. Hay otro obstáculo muy grande que es el proceso de mercadeo y de la comercialización [...] la comercialización es uno de los aspectos más complejos, la gente cree que ya se puede exportar o que ya se puede vender a las grandes cadenas y resulta que eso es falso, se necesita tener un buen volumen de producción, calidad en el producto y cumplir con las exigencias del mercado; hay que buscar estrategias diferentes según cada proceso y producto, desde los mercados locales hasta los nacionales [...] la asesoría para que se consoliden proyectos organizativos duran por lo menos cinco años y deben estar acompañados con capital semilla, y apoyo técnico continuo. Son proyectos costosos, pero muy interesantes de formación en organización [...].

¿Te consideras víctima de los procesos de violencia contemporánea que vivimos en el país?

Sí, claro, como muchos en nuestro país, yo también fui víctima, sobre todo por el asesinato de mi esposo Jaime, fue muy duro. No me he asumido como víctima en el sentido de pertenecer a las organizaciones de víctimas. En algún momento me invitaron al programa de reparaciones económicas, pero no quise participar. Cuando estaba investigando el asesinato de Jaime me amenazaron advirtiéndome que, si llegaba a decir algo, me mataban y mataban a mis hijos. [...] nunca más volví a decir nada y eso quedó así, y no lo voy a decir. A mis hijos los afectó mucho; cuando crecieron se fueron del país, tuvieron sus hijos y desarrollan sus carreras profesionales.

[...] Muchas gracias Myriam por compartir tu experiencia de vida con nosotras.

* Apartes de la entrevista realizada en la ciudad de Bogotá el 31 de agosto de 2015, por las profesoras Gloria E. Leal y María Himelda Ramírez, en el marco de la investigación "El Trabajo Social en Colombia, 1958-1974", ganadora de la convocatoria del Programa Nacional de Semilleros de Investigación, Creación e Innovación de la Universidad Nacional de Colombia 2013-2015 (Quinto corte) de la Dirección de Investigación y Extensión de la Sede Bogotá. La trascripción de la entrevista la realizó la estudiante Edna Paola Peña, integrante del grupo de investigación "Historia de la asistencia, la beneficencia y la disciplina de Trabajo Social".

1La pareja viajó a Chile cuando Salvador Allende fue elegido presidente de la república y con diferentes fuerzas sociales, lo que dio comienzo al gobierno de la Unidad Popular el 4 de noviembre de 1970; se emprendieron reformas sociales de democratización de la sociedad, entre estas, la reforma agraria que afectó los intereses de la gran propiedad. El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet protagonizó un Golpe de Estado dando paso así a una larga dictadura que duraría hasta el 11 de marzo de 1990, que cobró la vida de numerosas víctimas, generó desapariciones forzadas y uno de los exilios más resonantes del siglo XX.

2Ver: Ley 731 de 2002, por la cual se dictan normas para favorecer a las mujeres rurales. Gutiérrez C, Myriam. 2003. "La ley para las mujeres rurales en Colombia alcances y perspectivas". Trabajo Social 5: 56-80. Bogotá: Departamento de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia. ISSN (en línea) 2256-5493. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/tsocial/article/view/8440

3En 1985 se celebró el XII Festival Mundial de la Juventud en Moscú, donde se plantearon los temas de participación, desarrollo y paz; este año fue designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Juventud (AIJ).

4José Antequera era un reconocido dirigente de la Unión Patriótica (UP) y secretario general de la Juventud Comunista (JUCO), quien fue asesinado el 3 de marzo de 1989.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons