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Revista de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia

Print version ISSN 0120-2952

Rev. Med. Vet. Zoot. vol.60 no.2 Bogotá May/Aug. 2013

 

EDITORIAL


El conocimiento y la tecnología disponibles en el país para el sector pecuario no se asocian con el nivel de desarrollo del mismo. Esto es particularmente cierto para el sector ganadero que aún tiene índices productivos muy similares a los de hace 30 o 40 años a pesar de los avances científicos y tecnológicos logrados en el mundo y en el país; así, el conocimiento y la tecnología disponibles sólo es aprovechada por un porcentaje pequeño de los productores.

La entrada en vigencia de los tratados de libre comercio empieza ya a señalar las debilidades de nuestros sistemas productivos. Muchos atribuyen la baja competitividad de nuestros sistemas ganaderos frente a los mercados globalizados a los subsidios otorgados a los productores por los países con los que tenemos TLCs (Estados Unidos, Unión Europea). Sin embargo, la realidad del 2012 señala que las principales importaciones de leche y sus derivados se originan de los países del Cono Sur (Argentina, Uruguay y Chile), países que no cuentan con subsidios para el campo. Estudios comparativos entre países productores de leche a nivel mundial realizados por el International Farm Comparison Network (ifcn), usando una metodología estandarizada, sugieren que en estos países los costos de producción son mucho más bajos que en el nuestro. Por lo tanto, el riesgo para nuestro sector ganadero -particularmente el lechero-, asociados a los tratados de libre comercio, provendrá más de nuestros vecinos del sur que de los países desarrollados.

La academia tiene la obligación de contribuir a mejorar nuestra competitividad en estos momentos de riesgo inminente para nuestro sector ganadero; el no hacerlo sería un suicidio en el largo plazo. Hay algunas preguntas iniciales que deberíamos hacernos: ¿Por qué el conocimiento y la tecnología enseñada en nuestras aulas no han tenido la penetración y el desarrollo esperado? ¿Es acaso que nuestros conocimientos no son pertinentes para el sector? ¿Está equivocada nuestra aproximación al servicio al campo? ¿Son los aspectos socio-económicos estructurales del sector los que han limitado su desarrollo? Las repuestas a estas preguntas deberían ser la guía para establecer las estrategias que enfrenten la globalización, pues es preciso tomar acciones, tanto en el área de la salud, como en la de la producción animal. Preocupa que, sin haber resuelto estas preguntas, el gobierno haya ya definido estrategias (conpes lechero) para abordar la modernización y reconversión del sector lechero. En este documento se hace un diagnóstico adecuado del estado actual del sector pero no de las causas del atraso del mismo. Las estrategias definidas allí privilegian los aspectos tecnológicos que, aunque son necesarios para el mejoramiento, difícilmente resolverán los problemas estructurales del sector. No hay que olvidar que la producción pecuaria es una actividad humana y, si no se aborda al hombre quien es el que la desarrolla, difícilmente cambiaremos la misma.


Juan Evangelista Carulla, Ph. D.
Editorialista invitado