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Prospectiva

Print version ISSN 0122-1213On-line version ISSN 2389-993X

Prospectiva  no.28 Cali July/Dec. 2019

https://doi.org/10.25100/prts.v0i28.8098 

In memoriam

La hermana Alba Stella Barreto: testimonio de amor y caridad. Trabajo en la construcción de personas para una sociedad de paz y bien

Jesús Glay Mejía-Naranjo1  1

1 Universidad del Valle, Cali, Colombia. Correo electrónico: jesgla02@yahoo.es.


Fuente: LA Network, 2017.

La Hermana Alba Stella

El 23 de febrero de este año falleció la hermana Alba Stella Barreto en la ciudad de Cali, la tierra que la acogió y a la que le retribuyó con amor y entrega volcando su inconmensurable capacidad de trabajo. Religiosa de la comunidad Franciscana, llegó a Cali en enero de 1987, para nunca abandonarla y aquí morar eternamente. Sus cenizas y su obra serán el testimonio de su labor y servirán de ejemplo y aliciente para que en el futuro los hijos de esta tierra sigan su ejemplo. Muere a los 78 años, permaneció 31 de ellos en el Distrito de Aguablanca2. Llegó para quedarse, vivió en una actitud de compromiso con la población. Por el año 1992 promovió la Fundación Paz y Bien como una ONG de base, integrada por personas de la comunidad, apoyada por religiosos Franciscanos, centrando su trabajo en los necesitados, en las víctimas de las violencias.

Su disposición a dar sin límites, su religiosidad y entrega a Dios, su amor por los otros y su bondad, le permitían comprender y entregarse al prójimo, cualidades excepcionalmente presentes en una persona, que la hacían diferente y especial por lo que rápidamente se ganaba la confianza, la gratitud y el amor de los desposeídos. Pronto hombres y mujeres, niños y niñas víctima de la violencia y de la pobreza reconocieron en ella a un ángel, para otros a la madre Teresa de Calcuta, con el denominador común de entrega y coherencia con sus creencias religiosas y su interpretación social, que le permitieron dar a su ejercicio pastoral un sentido y direccionalidad; la virtud de la caridad la llevó a creer y amar al prójimo, a orientar su trabajo en la construcción de sujetos sociales. Habilitó y restauró a las víctimas: a las mujeres violentadas, a los desplazados, a los jóvenes en riesgo, a las adolescentes, a los hombres en edad laboral. En su trabajo se valió de metodologías participativas, del diálogo, de la palabra, recurrió a teorías e interpretaciones del Ser a partir de entender las capacidades de la persona para asumir su vida y transformar la sociedad.

Su semblante es el de una mujer trabajadora, curtida por el sol, testimonio del trabajo en el día a día en la comunidad y al lado de quienes la necesitaban, acompañando la lucha por la sobrevivencia y la esperanza. Seguro que es de aquella generación que aprendió que la mejor manera de enseñar y comprometer al otro es con el testimonio.

Al escribir estas letras en memoria de una mujer pionera de la solidaridad, recuerdo la participación que por los años 1983-1986 tuvimos con la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Valle en el Programa interinstitucional de vivienda en el Distrito, entonces con aliados como la Fundación Carvajal, el municipio de Cali y la Facultad de Arquitectura entre otros. Las condiciones han cambiado hoy en día, pero aun cuando ha habido intervención del Estado y del sector fundacional, y sin duda hay mejoras en infraestructura urbana como alcantarillado, agua potable y energía, así como la presencia de instituciones de servicios, la situación social es cada vez más compleja, se han acentuado los problemas por las violencias de los últimos años.

Ana María Saavedra (2016), editora de Orden público del diario El País de Cali, realizó una entrevista a la hermana Alba Stella, la cual retomo para analizar su obra:

Las condiciones de las madres comunitarias no son justas

El calificativo de la hermana Alba Stella sobre las condiciones de las madres comunitarias reitera la cotidianidad de las noticias sobre los programas sociales, basta recordar la reciente situación en el país con los alimentos de los programas de la niñez o la situación de los hospitales públicos hoy denominados ESE. La inversión social del Estado ha crecido, no se pone en duda, sin embargo, no se logran avances reales en los programas y subsisten el desorden y la ineficiencia.

El Distrito de Aguablanca, continúa3 con la tradición del modo como crecen las ciudades de cualquier país del tercer mundo del cual no escapa Cali, por invasiones masivas de grandes extensiones de tierra, por lo general no aptas para vivienda urbana, carentes de redes de alcantarillado y servicios públicos, en la periferia de la ciudad. Así ha crecido Cali, a mediados del siglo pasado Siloé y las laderas de los cerros que miran el Valle, en los años 60 la Unión de Vivienda Popular, y por los 70 el Distrito del Aguablanca y sus primeros asentamientos: los barrios El Vergel y el Diamante. Asentamiento poblacional que toma el nombre del antiguo distrito de riego agrícola, en las riveras del rio Cauca, construido por debajo de su nivel, lo que lo hace inundable. Historias similares a las de cualquier ciudad de Latinoamérica: hacinamiento, violencia intrafamiliar, desempleo; para muchos solo el camino de la violencia como medio de sobrevivencia, las oportunidades no se ven, solo queda la desesperanza.

La situación social parece detenida en el tiempo, más bien crece y se potencia como sucede con los problemas sociales de por sí complejos. Pareciera estar leyendo esta realidad de los años 80, pero más grave pues se han acentuado la pobreza y también la violencia: el sicariato, la extorsión, las fronteras invisibles, son las nuevas modalidades de expresión de esta violencia ya endémica en el Distrito.

Un sujeto colectivo, desde la perspectiva de género: la mujer cabeza de familia, la joven sin futuro que vende momentos de placer, la niña maltratada y abusada en el mismo seno de la familia. De los niños y jóvenes el hambre, la desnutrición, el atraso en el desarrollo sensomotriz y cognoscitivo, seres que quedan en desventaja social, la delincuencia y el sicariato, la calle o la cárcel como posibilidad. De los adultos, su única posibilidad por la legalidad está en la informalidad: el reciclaje o las ventas ambulantes, desde mercancías hasta distribución de estupefacientes en el microtráfico.

A los viejos no les va mejor, resignados a su suerte terminan sus días

La historia de las familias es la de la violencia, generaciones la han sufrido, muchos procedentes del interior del país o de la costa del Pacífico, huyen de los paramilitares o fueron amenazados en su momento por la guerrilla, otros por la situación de narcotráfico, una historia de violencia que ha formado generaciones en el odio, la venganza, la trashumancia y el desarraigo. Ausencia de un programa de formación ciudadana, de recomposición del tejido social y falta de un proyecto político colectivo que transforme las condiciones del contexto, lo que le resta posibilidades al desarrollo social y humano.

Para las décadas de 1960 a 1980, se planteó en América Latina la construcción del sujeto social a partir de la toma de conciencia, la organización y movilización, por una parte, desde las propuestas de la educación concientizadora del pedagogo brasilero Paulo Freyre, luego por la influencia del pensamiento marxista línea Mao Tse tung, la Revolución cubana, la Teología de la liberación con los obispos Elder Cámara del Brasil y Gerardo Valencia de Colombia, como resultado de los planteamientos del Concilio Vaticano II bajo el liderazgo de Juan XXIII. Había una propuesta de construcción del sujeto, que en lo esencial planteaba la trascendencia del Ser a partir de la toma de conciencia, que tuvo fuerte influencia sobre los movimientos sociales reivindicativos de finales del siglo pasado.

Políticas para sujetos específicos y en contextos concretos, sin lo cual las políticas carecen de sentido, rescatan al sujeto político, en las actuales condiciones se requiere estimular en sociedades fraccionadas y desarticuladas, solo así es posible hablar de recomposición del tejido social. El Estado, se presenta desarticulado, sin políticas y programas que respondan a las especificidades de las poblaciones en sus condiciones concretas, no se pueden formular políticas y programas para sectores excluidos desconociendo las capacidades y recursos de sectores en condiciones de superación de la pobreza. No se trata de implementar políticas y programas para cumplir con una lógica política clientelista o asistencial.

Los programas sociales en el Distrito de Aguablanca: el pensamiento de la hermana Alba Stella

Las madres comunitarias, este programa se inició en 1984 por iniciativa del ICBF con el voluntariado de las madres quienes asumen su tarea bajo el pago de una mesada por parte del ICBF, asunto que ha sido polémico y en algunos casos confuso por el manejo y cambio constante de criterios por parte de la agencia estatal. Se presentan situaciones complicadas porque no hay asistencia a las entidades contratantes con el ICBF y en cambio, hay evidencias de favoritismo.

Un primer hecho lo constituye la falta de una adecuada comunicación y asesoría del ICBF con las organizaciones intermediarias. El Estado debe acompañar a las entidades solidarias que ejecutan programas de las políticas públicas, lo que contribuye a mejorar la eficiencia que, en últimas, favorece el logro del valor público. La delegación mediante contratación no exime al Estado de su responsabilidad social. En últimas el sector se presenta desarticulado.

Un segundo hecho, que parece que se presenta es el favoritismo, en este caso a un grupo de exfuncionarios, argumentando que la Cooperativa no contaba con las condiciones para ofrecer el servicio y decide acudir a la Fundación para que les facilite las instalaciones y la decisión final de un juez de entregar el programa a la Fundación Paz y bien.

Las políticas del Instituto no se han adecuado a la situación real de Colombia. Es una organización con mucha burocracia

Los programas se cambian sin una evaluación en la que participen los involucrados, como sucedió hace cinco años con el programa “Clubes Pre juveniles" que atendían a los niños durante el día con buenos resultados como fue lograr que ninguno de los beneficiados llegara a participar de las pandillas. Ahora el programa se llama “Generaciones con Bienestar”, sólo deben salir a rebuscarse el diario. Sin ningún argumento el programa se canceló, resultado de la improvisación, falta de evaluación del impacto social, de políticas a largo plazo y de visión de futuro.

El Estado se prepara con programas sociales para el postconflicto

Pregunta la periodista: ¿Qué son las Casas Francisco Esperanza?

HAS: Es un proyecto que nace hace quince años. Una pandilla de este sector me invitó a una reunión con ellos, a las 8:00 p.m. Fue una encerrona como de 30 muchachos que me dijeron: ‘Hermana usted le ayuda a todos y a nosotros no. Queremos una casa’. Y me metí en eso y arrancamos con la primera Casa Francisco en un proyecto de justicia restaurativa juvenil. El año pasado terminamos con 16 casas en las comunas 14, 15 y 21. Ahora tengo 4, no hemos podido empezar con las otras porque no ha salido el presupuesto, que dependía de la Secretaría de Gobierno, pero dicen que no han firmado contratos.

Periodista: ¿Qué pasó con esos pelados que le hicieron la encerrona?

HAS: Tres murieron y la mayoría son pelados de bien. Unos son empresarios, otros tutores, otros tienen programas de niños. Construyeron un proyecto de vida digno. “Trabajamos con los pelados una estrategia de autonomía, muchos entran al conflicto porque otros los manejan. Les enseñamos a tomar decisiones propias”. También para que aprendan a ver en el otro a un igual: cuando un muchacho de esos hería a otro decía “de malas, ese perro que se atravesó”, ve al otro como un no igual.

El apoyo de las entidades estatales es débil, falta de compromiso, los programas no se asumen por el valor que generan sino por el sentido de cumplimiento laboral. Si quiere tener una radiografía de Aguablanca, tenemos problemas muy graves: Uno es con el Ministerio de Educación. Había toda esa corrupción en la contratación, les quitaron los cupos y dejaron a los niños por fuera. A esos niños que se quedaron por fuera, les asignaron colegios en el centro y en la ladera. ¿Cómo van a mandar un niño en el Mío al centro? Hay casos de un hermano en un colegio y el otro hermano en otro. Lo que ha pasado es que hay mucho pero mucho niño en la calle. Yo vivo en la calle y los veo "Uno ve a las 10 de la noche niños en la calle. Niños consumiendo drogas, otros que van con un morralito llevando un arma

Periodista: ¿Cuál cree que es la solución para las pandillas?

HAS: Aquí a la zona oriental vienen muchas organizaciones con grandes proyectos, que han bajado buenos recursos, a decirles a los pelados vengan les enseñamos fútbol y a bailar. Los pelados me dicen muchas veces: “Vea hermana dígales a sus amigas que dejen de bobear, nosotros sabemos jugar y bailar, lo que necesitamos es educación y trabajo”. Muchos proyectos sociales que vinieron al Distrito lo hicieron para favorecer a unos personajes que tenían unos salarios muy altos. También con organizaciones internacionales.

Una vez unas personas me decían sobre esos proyectos que parecemos carros viejos: todo el día talleres y talleres. Eso y un buen refrigerio, en eso terminaban esas intervenciones. Hace falta una intervención que les dé oportunidades de una vida digna.

Conclusiones

La hermana Alba Stella con su pensamiento visionario, interpretativo y comprensivo supo plantear y orientar inteligentemente las acciones de la manera más acertada, combinó los sentimientos y su amor por la gente con la inteligencia y la visión para implementar intervenciones sociales emancipadoras del Ser y generadoras a futuro de paz y bien.

La mejor forma de terminar esta semblanza es recordando sus palabras:

Con este trasfondo nos aventuramos a traer la Justicia Restaurativa como una estrategia para reinserción de jóvenes pandilleros. Después vimos que era necesario buscar alternativas de generación de ingresos dignos y legales no asistenciales, y nos fuimos por el modelo del Grameen Vank del profesor Mohamad Yunus, hoy Premio nobel de paz.

Se la metimos toda a estas dos estrategias y ahora vamos por los Círculos de Mujeres de Jean Shinoda, para reparar el tejido social, que Aguablanca sea pionera en el proceso de paz” Hermana Alba Stella.

Paz en su tumba

Referencias bibliográficas

LA Network. (2017). Alba Stella Barreto. El compromiso con la inclusión social en Cali. LA Network. Recuperado de https://la.network/alba-stella-barreto-el-compromiso-con-la-inclusion-social-en-cali/. [ Links ]

Saavedra, A. M. (10 de abril de 2016). “Aguablanca está saturada de represión, quiere oportunidades”: Hermana Alba Stella Barreto. El País. Recuperado de https://www.elpais.com.co/elpais/colombia/noticias/condiciones-madres-comunitarias-son-justas-hermana-alba-stella-barreto. [ Links ]

López, B., y Mera, A. L. (1 de julio de 2013). La historia de la monja que conquistó el Distrito de Aguablanca, oriente de Cali. El País. Recuperado de https://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/historia-monja-conquisto-distrito-aguablanca-oriente-cali. [ Links ]

Uribe, D. P., y Mejía, J. (1993). Un modelo de desarrollo urbano comunitario. Cali, Colombia: FES. [ Links ]

1 Trabajador social. Profesor titular jubilado de la Universidad del Valle, Cali, Colombia.

2 “El 20% de la población de Cali está asentada allí. Hay entre 700 mil a 1 millón de habitantes. Una ciudad del tamaño de Armenia. En las comunas 13, 14, 15 y 21 de Aguablanca conviven miles de desplazados de la violencia no solo de la Costa Pacífica (afro colombianos) sino del Cauca (indígenas), Nariño, Huila, Eje cafetero y Costa Atlántica. Aguablanca es el microcosmos de la guerra rural que se libra en Colombia desde hace 50 años. Se ha convertido en una zona donde el hambre, el desempleo y la falta de oportunidades incuba estrategias delincuenciales que utilizan a niños y jóvenes para que sean sus “operadores” en terreno. Hoy las comunidades están fracturadas por las “barreras invisibles” que impiden el libre tránsito” (López y Mera, 2013)

3Ver: Un modelo de desarrollo urbano comunitario de Uribe y Mejía (1993)

Recibido: 23 de Abril de 2019; Aprobado: 27 de Junio de 2019

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