SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.11 issue1New public management in Colombia and occupational well-being of university facultyPower relations in the evaluation of learning with teachers undergoing training author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Entramado

Print version ISSN 1900-3803

Entramado vol.11 no.1 Cali Jan./June 2015

https://doi.org/10.18041/entramado.2015v11n1.21117 

http://dx.doi.org/10.18041/entramado.2015v11n1.21117

Una mirada a la investigación sobre medios, violencia y escuela*

A look into research of media, violence, and schools

Um olhar sobre a investigação sobre mídia, violência e escola

Virginia Sáez**

* Este artículo es producto del proyecto de investigación: "Prácticas discursivas, imágenes y efectos simbólicos de la mediatización de las violencias en los espacios escolares", financiado por el CONICET, en el marco del programa de investigación: "Transformaciones sociales, subjetividad y procesos educativos" dirigido por Carina V. Kaplan. Sede IICE - FFyL, UBA.
** Magister en Educación, Pedagogías Críticas y Problemáticas Socioeducativas por la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), Universidad de Buenos Aires (UBA); y becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Universidad de Buenos Aires - Argentina. saezvirginia@hotmail.com

Este es un artículo Open Access bajo la licencia BY-NC-SA (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/)

Cómo citar este artículo: SAEZ, Virginia. Una mirada a la investigación sobre medios, violencia y escuela. jEn: Entramado. Enero - Junio, 2015 vol. 11, no. 1, p. 136-155, http://dx.doi.org/10.18041/entramado.2015v11n1.21117

Recibido: 15/10/2014 Aceptado: 10/12/2014


Resumen

En este trabajo se presenta un estado de la cuestión de las investigaciones que abordan la mediatización del fenómeno de violencia en las escuelas, desde mediados de los setenta hasta la actualidad. El mapa propuesto exhibe los avances en la investigación, predominantemente latinoamericana, sobre las formas en que los medios de comunicación presentan el fenómeno de la violencia, su vinculación con los jóvenes y la escuela. La estrategia de búsqueda consistió en indagar catálogos de revistas científicas, repositorios de tesis de referencia, y producciones de organismos gubernamentales especializados. Se propone una clasificación de los trabajos a partir de tres ejes: los contenidos y las formas de la violencia en los discursos de la información de los medios; la cobertura informativa sobre los jóvenes y su vinculación con la violencia; y la escuela como escenario privilegiado para la mediatización de la violencia. En primer lugar se examinan los principales aspectos teóricos y metodológicos implicados en las investigaciones. Posteriormente se pasa revista de las dimensiones, temas y enfoques que han centrado el interés de los investigadores sociales, señalando las cuestiones más frecuentemente abordadas y los territorios que aún quedan por explorar. Lo que inicialmente muestra el mapeo es la preocupación por las representaciones y las prácticas discursivas de las violencias en los medios, el protagonismo de jóvenes en las coberturas, y un incremento de la mediatización en el espacio escolar.

Palabras clave: Escuela, violencia, medios de comunicación, discurso, jóvenes.


Abstract

This paper discusses the current status of research works that address the issue of mediatization of violence in schools from the mid 1970s to present. The proposed map shows the progress of research, particularly in Latin America, of the ways in which the media display the issue of violence in relation to young people and schools. The search strategy consisted of looking in catalogs of scientific journals, reference thesis repositories, and publications by specialized government agencies. It proposes a classification of works based on three dimensions: content and forms of violence in the discourse of information on the media; informational coverage of young people and their engagement in violence; and schools as a privileged setting for mediatization of violence. First of all, it examines the main theoretical and methodological aspects associated with research. Then, it goes on to review the dimensions, topics, and approaches that have been the focus of interest of social researchers, pointing out the most frequently-addressed issues and areas yet to be explored. The mapping initially reveals concern with representations and discourse practices of violence in the media, the leading role of young people in the media coverage, and increased mediatization in the school setting.

Keywords: School, violence, media, discourse, young people.


Resumo

Nesse trabalho é apresentado um estado da questão das investigações que abordam a mediatização do fenômeno da violência nas escolas, desde meados dos anos setenta até o presente. O mapa proposto exibe os avanços na investigação, predominantemente latino-americana, sobre as formas em que os meios de comunicação apresentam o fenômeno da violência, sua vinculação com os jovens e a escola. A estratégia de busca consistiu em consultar catálogos de revistas científicas, repositórios de teses de referência e produções de organismos governamentais especializados. É proposta uma classificação dos trabalhos a partir de três eixos: os conteúdos e as formas de violência nos discursos da informação da mídia; a cobertura informativa sobre os jovens e sua vinculação com a violência; e a escola como cenário privilegiado para a mediatização da violência. Em primeiro lugar são examinados os principais aspectos teóricos e metodológicos implicados nas investigações. Posteriormente foram revisados as dimensões, os temas e os enfoques que centraram o interesse dos investigadores sociais, assinalando as questões mais frequentemente abordadas e os territórios que ainda continuam inexplorados. O que o mapeamento mostra inicialmente é a preocupação pelas representações e as práticas discursivas da violência nos mídia, o protagonismo de jovens nas coberturas, e um aumento da mediatização no espaço escolar.

Palabras-chave: Escola, violência, meios de comunicação, discurso, jovens.


Introducción

El periodismo cuenta con una posición privilegiada en la producción de discursos sociales dado que dispone de los medios más potentes para hacerlos circular e imponerlos. Las noticias periodísticas, en tanto construcciones de la realidad (Verón, 1981), producen y reproducen principios de visión y división del mundo social. Los modos por los cuales la prensa construye el término "violencia escolar" como parte de una agenda mediática generan efectos que reproducen discursos e imágenes sobre la escuela y los sujetos que la habitan (Bourdieu, 2012).

Los medios de comunicación en tanto productores de discursos, son portadores de un capital simbólico acumulado, que es el que sostiene y legitima el ejercicio del poder simbólico1. A través de estrategias discursivas, históricamente construidas, se presentan ciertas representaciones de lo social como verosímiles (Martini, 2004; Zullo, 2002). En tanto actor político privilegiado (Qués, 2013), los medios permiten la visibilidad de los acontecimientos, pero los producen favoreciendo la imagen de verdad sustentada por un determinado grupo de opinión. En el campo periodístico se somete los acontecimientos a un trabajo de construcción según diversos intereses, y se constituye en un barómetro de ese hecho (Champagne, 1999). En tanto mediadores del mundo, la carga contenida en ese significado social y en las modalidades discursivas con las que apelan al público, hacen de las noticias un agente fundamental de la normalización o naturalización del sentido común (Martini, 2007).

A través de una revisión y análisis crítico de los estudios sobre medios de comunicación y violencia, realizados predominantemente en el contexto latinoamericano, se observa cómo estos últimos operan visibilizando con alta frecuencia discursos e imágenes sobre hechos violentos. Los medios cumplen un papel en el establecimiento de la agenda pública sobre la violencia y las políticas que la interpelan. Asimismo se verifica que la violencia es un valor-noticia determinante para las agendas mediáticas, muchos de estos fenómenos asociados por implicación al escenario escolar, imponiendo con evidencia creciente en la opinión pública la sensación de una escuela atravesada por la violencia.

En cuanto a la búsqueda se realizó en tres etapas. En un primer momento se consultaron catálogos de revistas científicas y repositorios de tesis nacionales e internacionales de referencia. En un segundo momento se indagaron las investigaciones mencionadas en las referencias bibliográficas obtenidas en la búsqueda anterior. Y por último, se completó el rastreo con las producciones de organismos gubernamentales especializados. En los tres momentos se relevaron a través de los siguientes descriptores: medios de comunicación, jóvenes, estudiantes, violencia, escuela, televisión, diarios y prensa.

El relevamiento arrojó 7l estudios, en los que emergen tres ejes temáticos recurrentes en las investigaciones: las que refieren a los contenidos y formas de la construcción de la violencia en los discursos mediáticos, las que abordan la presencia de los jóvenes y su vinculación con la violencia en los medios de comunicación, y las que indagan sobre la mediatización del fenómeno de la violencia en las escuelas. En el próximo apartado se presentarán dos perspectivas de análisis que problematizarán el estudio de los discursos mediáticos. Luego se mostrarán las investigaciones en función de los ejes mencionados.

1. Desigualdad social y medios de comunicación: dos líneas de análisis

El estudio de los discursos generados por los medios de comunicación, es uno de los campos que ha tenido un desarrollo importante en los últimos años. Varias investigaciones toman al periodismo como fuente documental privilegiada, de la ciencia social contemporánea, para reconstruir los sentidos sociales que allí se exhiben (Borrat, 1989; Atorresi, 1995; Da Orden y Melón, 2007).

En tanto consideramos que las formas en que los medios de comunicación presentan la violencia y la juventud esta vinculadas con la desigualdad social, en este apartado comenzaremos por presentar los estudios de dos corrientes relevantes en la temática: el Análisis Crítico del Discurso y la Lingüística Crítica. Estas líneas muestran algunas de las múltiples perspectivas en las que la investigación social está trabajando actualmente, cada vez que toma como objeto de investigación a la producción, circulación y recepción de textos de los medios de comunicación social.

Las investigaciones enmarcadas en la corriente académica llamada Análisis Crítico del Discurso apuntan a investigar críticamente la desigualdad social, tal como es expresada significada y legitimada en el discurso de los medios de comunicación. Van Dijk (1999), un reconocido referente de esta perspectiva, afirma que "es una necesidad imperativa que el Análisis Crítico del Discurso estudie la compleja interacción entre los grupos dominantes, disidentes y opositores y sus discursos dentro de la sociedad, con el fin de esclarecer las variantes contemporáneas de la desigualdad social" (van Dijk, 1999, p. 33). Sus trabajos denuncian aquellos textos que contienen construcciones discriminatorias, racistas, despectivas, que legitimen la opresión de un grupo por sobre otro. Se han detenido en la discriminación y el racismo discursivo efectuado hacia los extranjeros o inmigrantes (van Dijk, 2003). Se destaca el estudio de Van Dijk (2007) sobre el racismo y la prensa en España, donde analiza la manera en la que el diario español El País, trata los sucesos étnicos en general, y la inmigración en particular. Toma como muestra la cobertura de tres eventos del año 2005: el conflicto internacional originado por las viñetas del profeta Mahoma que fueron publicadas en el periódico danés Jyvllands Posten, la elección del presidente boliviano Evo Morales, y el 'asalto' de los inmigrantes africanos a la ciudad española de Melilla. Este trabajo concluye en que los temas, la selección del léxico, la retórica utilizada, y la argumentación, contribuyen sistemáticamente a ofrecer una imagen sesgada que favorece la polarización elitista, profunda e ideológicamenten edificada, entre Nosotros, Europa, por un lado, y Ellos, el resto de las culturas, por otro (Van Dijk, 2007).

Por su parte, desde la Lingüística Crítica2 se reconocen los propósitos loables de las investigaciones enmarcada en el Análisis Crítico del Discurso pero se señala que sus propuestas no implican el análisis de la situación social en sí, perdiendo de vista el proceso del uso del lenguaje. No se desarrolla una teoría social, sino que se hace explícita una toma de posición frente a algunos aspectos o fenómenos de la realidad social, sin un marco teórico mayor. Por tanto desde la Lingüística Crítica propondrán un análisis de las formas lingüísticas y de las opciones realizadas por el hablante, para formular una hipótesis sobre las consecuencias y significados de las formas elegidas. Esta línea de investigación sostiene que es necesario estudiar la variación lingüística como base para el cambio social, dado que esa variación es ideológica (Raiter, 2010). Desde esta perspectiva, se desarrollaron variados trabajos sobre estudio y la crítica de las formas lingüísticas, del uso del lenguaje y en particular en el análisis y crítica de los recursos lingüísticos utilizados en los medios de comunicación (Raiter, 1999; Raiter, Zullo, Pérez, Unamuno, Labonia, y Muñoz, 1999; Raiter, Zullo, Sánchez, Szretter, Bash, Pérez y García, 2001; Raiter y Zullo, 2008). Los trabajos sostienen que las formas lingüísticas no son neutrales ni inocentes y por lo tanto, el uso que hacen los medios de estas formas tampoco lo es. A partir de este supuesto elaboran una serie de lecturas críticas sobre esa puesta en escena que cotidianamente percibimos e interpretamos como realidad.

En el estudio de Raiter y Zullo (2008) desde el enfoque metodológico de la Lingüística Crítica y del análisis multimodal3, analizan algunos fenómenos mediáticos de la Argentina de los últimos años. Algunos son: las crisis en los distintos niveles del sistema educativo, el auge y la caída del movimiento piquetero, la construcción de abstracciones como delito, inseguridad y conflicto social, pobreza, así como también los actores y las imágenes que hacen concretas estas abstracciones: delincuentes, activistas, cartoneros, etc. Para lo cual toman como fuente las publicaciones de los diarios Clarín y La Nación desde 1996 hasta el 2006. En sus resultados muestran algunas estrategias lingüísticas y semióticas utilizadas por los medios para difundir su concepción del mundo a partir de la información de los sucesos. Se evidencian dos estrategias: la asignación de un conjunto reducido de acciones posibles (en las que estos actores son agentes o pacientes) o su inclusión en sistemas clasificatorios para asimilarlos dentro de un imaginario fácil de incorporar dentro de las referencias del discurso dominante. La puesta en práctica de este proceso permite que, por ejemplo, los jóvenes de clase media que no estudian ni trabajan se constituyan como depresivos o inútiles y no como rebeldes o críticos del sistema. Por su parte, con el análisis del texto multimodal se evidencia cómo se utilizan videos e imágenes con la pretensión de mostrar una realidad sin filtro y una "sensación de tiempo real" (Raiter y Zullo, 2008, p. 228).

Siguiendo con el concepto de agenda mediática (Raiter, 200l), toman el importante espacio que el signo "inseguridad" había ocupado en los últimos años. A partir de un relevamiento de los términos asociados (delito, delincuente, entre otros) dan cuenta de los roles y sistemas de clasificaciones en los que los delincuentes son incluidos, como así también caracterizar estos papeles en otros modos semióticos no lingüísticos (Zullo, 2006; Raiter y Zullo, 2008). En sus análisis desarrollan el concepto de representaciones sociales para señalar cómo mediante la utilización de estrategias discursivas por los medios para clasificar actores sociales y procesos sociales cambian el valor de determinados signos o imponen otros nuevos (Raiter et al., 200l). Analizaron cómo son clasificados y con qué procesos quedan vinculados los pobres, quienes aparecen siempre en las cláusulas que los contienen como pacientes de los procesos accionales, como experimentantes de procesos afectivos o desposeídos (en sintagmas posesivos negados). Cuando son agentes de cláusulas transactivas dejan de ser tratados como pobres para ser definidos como manifestantes, piqueteros o colectivos como pueblada, manifestación, corte de ruta, población, piquete (Raiter y Zullo, 2008).

Estos estudios aportan las tensiones y debates presentes que atraviesan las investigaciones sobre medios de comunicación que abordan temáticas sociales. Por un lado se evidencia que no hay una forma única de abordar los discursos mediáticos, y por el otro se resalta el interés actual por conocer las formas y contenidos de los mismos.

Ambos enfoques evidencian su preocupación por la reproducción de la desigualdad en el discurso mediático. Estos procuran alcanzar la fuerza ilocutiva de los mensajes de los discursos en general y de los actores presentes en ellos en particular, elucidando los mensajes implícitos en la interacción de los discursos con el lector, así como en las relaciones comunicativas que establecen los actores en los textos.

Asimismo, el Análisis Crítico del Discurso se preocupa por la relación entre las estructuras del discurso y las estructuras del poder, le interesa el rol del discurso en la producción de la dominación, entendida como poder social de algunas elites que genera inequidad social. De esta forma, se estudian las estrategias discursivas y el acceso al poder simbólico, típicamente de los medios de comunicación, siguiendo en esto la línea de investigación iniciada por Bourdieu sobre el capital simbólico, como derecho a hablar y a ser escuchado. Sus trabajos realizan una práctica de investigación focalizada en lo temático, en la medida en que están elaborados en función de cuestiones sociales, tales como el tratamiento que reciben en los medios los "otros" diversos de los enunciadores desde el punto de vista étnico, social o sexual. Un ejemplo de esto es la investigación de Irene Vasiliachis (2004), trabajo que se mostrará en el apartado dedicado a la cobertura de los jóvenes y su vinculación con la violencia.

En los siguientes apartados se presentarán estudios que desde diferentes opciones metodológicas se enmarcan en la propuesta del análisis crítico del discurso (Kessler, 2009, Vasiliachis, 2004; Lopez y Cerda, 200l; Márquez y Jaúregui, 2005; entre otros). Los estudios encontrados se centran en los procesos de producción y circulación de las prácticas discursivas de los medios de comunicación, pero se encuentran pocas investigaciones sobre los procesos de recepción de las mismas, algunas de ellas son los de Miguez e Isla (2010) y los estudios del Consejo Nacional de Televisión de Chile (20l2 a y b). Esto evidencia la necesidad del desarrollo de estudios que focalicen en el proceso de uso del lenguaje y la variación lingüística en los discursos mediáticos sobre la violencia, en el contexto latinoamericano. En el próximo apartado focalizaremos en aquellos estudios que indagaron la presencia de la violencia en los medios de comunicación social donde se abrirán nuevos interrogantes sobre el fenómeno.

2. Contenidos y formas de la violencia en los discursos de la información de los medios

En el terreno de las actuales investigaciones latinoamericanas, sobre los contenidos y formas de la violencia en los medios de comunicación, se podrían distinguir de manera genérica dos grandes líneas. La primera, agrupa un conjunto de estudios que se ocupan de mostrar la frecuencia con la que la violencia aparece en los discursos mediáticos, y la segunda aquellos trabajos que se dedican a identificar y analizar las formas de la violencia que se hace presente en ellos.

Tal mediatización está inmersa, en su gran mayoría, en los discursos de la información producidos por los medios de comunicación (Charaudeua, 2003). Motivo por el cual se relevaron vastas indagaciones sobre programas informativos y noticiosos.

En primer lugar, es relevante el estudio elaborado por Bonilla y Tamayo Gómez (2007), en el cual integran un análisis crítico de los estudios y publicaciones académicas sobre la problemática de los medios de comunicación y la violencia en América Latina en el período 1998-20054. En su revisión indagan la forma en que los trabajos relevados delimitan a los medios de comunicación como contributivos de la violencia. De este modo, concluyen en que muchos de los estudios analizados conforman un sentido común sin teorización rigurosa, el cual se hizo sentido común político y pedagógico, caen en estigmas y reducciones, sin tener en cuenta el contexto en el que se dan los fenómenos.

Asimismo, hay un grupo de trabajos, que se presentarán a continuación, que indagan sobre el lugar que ocupa la violencia en los discursos de la información de los medios de comunicación. Los mismos se centran en la cantidad de manifestaciones de violencia que se transmiten por los medios y en la forma de presentación de los contenidos que escenifican el crimen, el delito y el miedo (Consejo Nacional de Televisión de Chile, 1998, 2002 y 2012a y b; Herrera 1998; López y Cerda, 200l; Comfer, 2005; entre otros). Es necesario mencionar que hay una predominancia de trabajos sobre la mediatización televisiva, y pocos sobre los otros medios.

2.1. Frecuencia de los contenidos violentos

Distintos estudios, del contexto latinoamericano, afirman que la violencia está presente en la mayoría de los programas televisivos, independientemente del género (Consejo Nacional de Televisión de Chile, 1998 y 2002; Herrera 1998; López y Cerda, 200l; Comfer, 2005).

Subyace en estos trabajos la inquietud sobre si ¿son los medios de comunicación generadores de la violencia en la sociedad o son apenas otra expresión del problema social de la violencia?Como se abordó anteriormente, el periodismo no crea la realidad ni la representa, apela a sentidos preexistentes, con mayor o menor influencia. Nada de lo que se transmite en los medios está por fuera del espacio social y sus relaciones de fuerza, pero esto no quiere decir que los medios se limiten a una traducción lineal de la realidad. Los medios masivos son actores que, junto a otros, se disputan la capacidad legítima de nombrar el mundo.

El crecimiento de las formas delictivas a la par del aumento de lo que se denomina, desde una perspectiva de análisis de la sensatez penal (Waqcuant, 2010) como "sentimiento de inseguridad", se ha convertido en uno de los temas sociales con más peso en las agendas de los gobiernos y de los medios de comunicación (Pegoraro, 2000; Kessler, 2009; Martini y Pereyra, 2009; Míguez e Isla, 2010).

"Existe una incidencia de los medios de comunicación sobre los humores sociales" (Míguez e Isla, 2010, p. l7). Una serie de investigaciones muestran que la "sensación de inseguridad" no siempre coincide con los parámetros objetivos que dan cuenta de la cantidad de delitos. Una apreciación cuidadosa de esta problemática revela que no es solo una mayor frecuencia de delitos lo que hace que se propague la sensación de inseguridad, sino que hay otros aspectos asociados a ello, entre otros los medios de comunicación.

En el caso argentino, la violencia es un valor-noticia determinante para las agendas de los noticieros argentinos (Comfer, 2005). El estudio abordado por el Comité Federal de Radiodifusión de Argentina5 (2005), a partir del análisis del Indice de Violencia de la Televisión Argentina (IVTV), tuvo como objetivo diseñar y monitorear un instrumento de medición del nivel de violencia que registra la pantalla local. Dicho análisis parte del supuesto de que la televisión tiene la capacidad de operar como un potente vehículo de socialización, de producción simbólica de la realidad, de construcción de ciudadanía y de acceso a la cultura moderna, en la cual la violencia logra estructurar zonas de representación social comunes. El estudio asevera la presentación en pantalla de un acto de violencia cada l6 minutos y 23 segundos. En este contexto, la programación televisiva estatal, registra un bajo nivel de violencia. Haciendo foco en los discursos de la información, los noticieros de la televisión de aire difunden l noticia con violencia cada l5 minutos. Asimismo, la violencia de los noticieros se manifiesta fundamentalmente en cinco campos temáticos bien diferenciados de la agenda: informaciones relacionadas con temas policiales y noticias relativas a la problemática de la inseguridad urbana; noticias del exterior; crónicas de violencia correspondientes al rubro accidentes y catástrofes; informaciones con violencia que los noticieros suelen asociar a distintas manifestaciones del conflicto social6; y la violencia en eventos deportivos. Este estudio se centra de nuevo en las discusiones sobre el impacto funcional de los medios de comunicación, dado que sugieren trabajar para que la violencia representada o explícita no permee representaciones sociales sobre la convivencia pacífica de los habitantes de las ciudades.

Por su parte, en un segundo estudio argentino, Míguez e Isla (20l0)7 indagan sobre los contenidos mediáticos de la violencia y sus efectos en seis conglomerados urbanos de Argentina8, entre los años 2005 y 2008. Sus resultados muestran que existe una percepción de alta valoración de lenguajes e imágenes violentas, que se diferencia según el sector social. En tanto, quienes poseen una alta educación y un alto nivel de ingresos perciben mayor cantidad de expresiones de violencia que los sectores medios y los de menor educación. Los autores explican esta variación aduciendo que es probable que los sectores más expuestos a violencias cotidianas las perciban como parte de la vida corriente, incorporadas sus representaciones en el sentido común. Es necesario destacar que hay una inquietud en la sociedad sobre estos contenidos violentos, y especialmente la influencia negativa sobre los jóvenes. En último término el estudio afirma que la televisión tiene una relevancia en la conformación de la agenda pública e incide en el sentido de contribuir a la creación de pánico moral.

Un tercer estudio argentino es el de Stella Martin y Marcelo Pereyra (2009)9 donde se analiza cómo los medios de comunicación construyen una geografía en la cual el miedo actúa como un operador simbólico que organiza los usos espaciales y regula las relaciones. El temor se transforma en una epidemia que altera la socialidad con inestables pactos de coexistencia. La violencia se va construyendo en una mercancía social y en un output privilegiado de la información periodística, con discursos que suelen resolverse propiciando el reclamo de políticas de alta vigilancia y actitudes de discriminación. Por tanto, desde los autores, la prensa contribuye a debilitar la condición participativa que hace a la ciudadanía y naturalizan una sociedad de control.

En la producción social del miedo, relacionada con distintos espacios urbanos y suburbanos, los medios de comunicación tienen un rol distintivo. Marcelo Pereyra (2009) analiza los "mapas del delito" como construcción de un sentido único de la realidad y como estrategia retórica periodística en los medios gráficos de Buenos Aires10. La geografía de la violencia subraya la particular peligrosidad de algunas zonas.

La denominación y el énfasis que reciben estos mapas tienen que ver con lo observable y lo represen-tacional que parecen serles propios y que marcan ciertas geografías como peligrosas por la presencia del delito o por ciertos grupos sociales que habitan o circulan por ellas" (Pereyra, 2009, p. 15)

En el ámbito venezolano, el estudio de Bernandino Herrera (1998) investigó los contenidos de la violencia en la programación televisiva venezolana dirigida al público infantil. Plantea un modelo de investigación llamado tradiciones de violencia, que sostiene la hipótesis de que la violencia mediática es tributaria de las diferentes violencias que existen en la sociedad11. Remarca que la violencia política repotencia y magnifica a las demás hasta convertirla en un espectáculo atractivo para el consumo de masas.

Asimismo, en el contexto mexicano Rafael López y Aída Cerda (200l) realizan un análisis de contenido de treinta programas de televisión mexicana de señal abierta. Sus resultados muestran que la violencia está presente en la mayoría de los programas y en la mayor parte de la franja de programación. Sostienen que la presencia reiterada de armas puede contribuir a crear un clima de aceptación de la violencia. Asimismo formulan dos recomendaciones. Por un lado, revisar el sistema de clasificación de los programas para asegurar que los contenidos violentos obtengan clasificación "solo para adultos" y en segundo término si no es posible reducir los contenidos de violencia en la programación televisiva, al menos se presenten como un hecho que tiene consecuencias negativas.

En el ámbito chileno, son relevantes las investigaciones llevadas a cabo por el Consejo Nacional de Televisión de Chile (1998; 2002; 20l2 a y b) donde se estudia y analiza el impacto de la televisión en la sociedad chilena, proporcionando información y datos a la ciudadanía en general y a quienes toman decisiones, tanto a nivel de Estado como de la industria.

Dicho organismo elaboró cinco trabajos de investigación sobre la cantidad y las percepciones de la violencia transmitida en la televisión chilena. Sus resultados, publicados en el Informe Cinco Estudios sobre la Violencia y la Televisión en Chile (Consejo Nacional de Televisión de Chile, 1998)12 exponen, en primer lugar, las limitaciones metodológicas, dado que se dedican a enumerar la cantidad de violencia trasmitida en la TV, y reducen lo violento a aquello que se deja cuantificar en categorías previamente definidas por los investigadores. Disminuyen también los estudios de la violencia explícita en cuanto a su tiempo de exhibición. En segundo término, no se tiene en cuenta que las tipologías de la violencia, no son iguales en todos los contextos ni en todos los géneros del medio, ni son percibidas de manera idéntica por todas las audiencias. El informe propone que el Estado preste una mayor atención a esta temática mediante el diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas de televisión que regulen democráticamente la emisión de la violencia en la pantalla.

Posteriormente, en continuidad con estos análisis, el Consejo Nacional de Televisión de Chile (2002) elaboró los Barómetros de Violencia. A partir de estos estudios cuantitativos el propósito fue medir la evolución de los contenidos de violencia en los canales de televisión abierta, para dar cuenta de su extensión y complejidad. Se considera la violencia explícita en cinco géneros televisivos: películas, dibujos animados, telenovelas, reportajes y noticieros13.

El Barómetro de Violencia I (2002)14 arroja resultados sobre la cantidad de violencia explícita que se exhibe en la programación de películas y dibujos animados. Por una parte, la violencia tiene una extendida presencia en películas y dibujos animados y, por otra, la violencia explícita es reducida en cuanto al tiempo de exhibición.

En el Barómetro de Violencia II (2002), se analizaron los noticieros centrales de los cinco canales nacionales de Chile. El estudio muestra una discrepancia entre la percepción de las audiencias y el trabajo periodístico reflejado en la pantalla. Los investigadores indican que la realidad de los noticieros de la televisión chilena es menos alarmante que las percepciones del público. De las 742 notas analizadas en 35 programas durante los meses de marzo y abril, el estudio muestra que un 25,2 % de las notas presenta algún contenido violento, ya sea en la imagen o en el relato15. Este trabajo es relevante dado que aborda la distancia entre la percepción de las audiencias y la violencia presentada en los discursos mediáticos, lo cual destaca la relevancia de hacer estudios cuantitativos y cualitativos que muestren la presencia de situaciones violentas en los discursos de la información en los medios de comunicación.

Por último, son relevantes los estudios recientes del Consejo Nacional de Televisión de Chile sobre la percepción de la violencia proyectada en televisión. En el estudio Los padres y la regulación televisiva (Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2012a) indagan las actitudes y opiniones de los padres sobre la relación niños - televisión, tanto en la percepción de contenidos inadecuados en la TV para sus hijos, como en los desafíos y dificultades que se les presentan para llevar a cabo el control parental16. También se aborda el tema de las responsabilidades que se atribuyen a distintos actores en la regulación de contenidos televisivos: los propios padres, los canales de televisión, el CNTV. El estudio concluye que a los padres les preocupa la violencia que muestra la televisión, especialmente los informativos porque no es solo un mal ejemplo para los niños, sino que también puede llegar a serlo para los adultos, "la forma agresiva de expresar y resolver conflictos pasa a ser algo normal y cotidiano" (Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2012a, p. 45). En su percepción se sienten invadidos por estos contenidos presentes en todo horario.

En esta misma línea, el estudio Consumo Televisivo e Imágenes de Jóvenes en TV (20l2b) realiza un abordaje cualitativo a partir de la técnica de grupos focales, llevada a cabo con niños y adolescentes. El objetivo fue conocer sus hábitos de consumo televisivo, su opinión respecto de la programación juvenil, y la percepción que tienen en cuanto a la imagen de juventud en la pantalla televisiva. Al consultar sobre la violencia, en coincidencia con el estudio referido a los adultos padres, los niños y jóvenes señalan principalmente los programas noticiosos. Los televidentes más pequeños son esencialmente sensibles a los asaltos, robos o peleas y reconocen la violencia verbal, destacando el bullyng. Si bien la violencia mostrada en los programas informativos no les gusta, consideran positivo mantenerse informados como una forma de aprender a prevenir. Los jóvenes reconocen que hay violencia física y psicológica en la programación televisiva, pero no consideran que pueda influir en sus conductas.

Por último, vale la pena destacar estudios realizados por el Observatorio Global de Medios de Venezuela17 (2005a y 2005b), y por Larraín y Valenzuela en Chile (2004), donde exponen que las representaciones sobre los derechos ciudadanos, las políticas públicas y los asesinatos que construyen los medios de comunicación ayudan a elaborar "espirales de odio y violencia" que dejan de lado el análisis del acontecimiento y exacerban el maniqueísmo, el odio y el repudio. Los investigadores señalan que la violencia es manejada como mercancía, dando como resultado que, dentro de la dinámica social, la violencia real sea distinta de la sensación subjetiva de la misma.

2.2. Construcciones, formas y modos de presentar la violencia

En este apartado se presentarán investigaciones que muestran la preocupación por las construcciones de los fenómenos violentos que llevan a cabo los medios, y su influencia en las percepciones de la seguridad social. Variados estudios problematizan la operación de convertir los grandes conflictos que vive la sociedad en relatos de caso, que promueven los estados subjetivos de las personas frente a la inseguridad ciudadana, acrecentándose así los miedos privados y las incertidumbres individuales frente a la violencia.

Algunas investigaciones focalizan en las narrativas "rojas" (Arriaga, 2002; Lara Klahr, 2004, entre otros) o "amarillas" (Macassi, 2002). Ambas son igualmente manifestaciones mediáticas de las transformaciones contemporáneas de la violencia, que afectan las lógicas periodísticas y develan la relación concomitante entre hechos sociales y hechos comunicativos. Los valores noticiosos y los códigos narrativos se reconfiguran, para dar paso a procesos dinámicos en los que la oferta de prensa es definitiva en la creación de imaginarios sobre la violencia.

El estudio de Arraiga (2002) explora el uso de la nota roja en los casos colombiano y mexicano, sus resultados muestran que el género no está ya tan restringido a las publicaciones especializadas o a las secciones de policiales, ya que resalta por su valor noticioso y su código narrativo. Según el autor: "No importa informar sino impactar. Los relatos de la nota roja buscan la elocuencia en su mejor expresión, aun cuando a causa de ella se termine borrando el episodio real que da origen a la nota". (Arraiga, 2002, p. 8).

Un segundo estudio sobre nota roja es el de Lara Klahr (2004). El trabajo problematiza el sentido de informar sobre hechos de violencia, considerando que uno de los fines mayores de la empresa mediática es garantizar el derecho de la sociedad a saber. En este proceso afirma que la nota roja constituye una de las vías históricas por las que los medios han servido al poder demonizando ciudadanos y grupos sociales.

Un tercer estudio llevado a cabo por Macassi (2002), constata una mayor presencia de la prensa amarilla en los países de América Latina. La investigación observa este género como un proceso dinámico en el que está involucrada otra oferta de prensa. Se propone un enfoque comunicativo que supere la perversidad con que los propietarios de los medios usan y tergiversan la información, y comprenda la comunicación también desde el punto de vista de sus públicos.

Asimismo, investigaciones como las de Rondelli (1998), So-dré (200l) y Reguillo (1998), señalan que en el proceso de hacer visible la violencia los medios construyen una agenda informativa que refuerza el consenso general, o sentido de la doxa, en favor de la estigmatización social y las políticas de seguridad.

Reguillo (1998) afirma que los medios producen una representación homogénea de los sectores subalternos de la sociedad, a quienes estigmatizan como sujetos a los que hay que temer. Se refuerza así un orden social que iguala la alteridad y la diferencia a la trasgresión de la ley, el miedo y la violencia. El marginal, el pobre y el excluido acaban siendo iguales al delincuente.

En el contexto brasilero, Rondelli (1998) analiza la cobertura periodística de sucesos relacionados con la violencia, el crimen, el delito y la represión policial. Su estudio afirma que los medios de comunicación actúan como testigos públicos de los actos de violencia y como mediadores socio-culturales que construyen simbólicamente una idea del orden social. Estas representaciones se realizan a través de la producción de significados que no sólo nombran y clasifican la práctica social sino que, a partir de esta denominación, pasan a organizarla de modo de permitir que se propongan acciones concretas en relación con ella. Asimismo, se puede identificar también en la acción discursiva de los medios la elaboración de imágenes sobre el Otro, en un escenario que intenta producir imágenes positivas y normalizadoras del orden.

Esto mismo sostiene Sodré (2001) cuando afirma que a la exhibición mediática del crimen, el horror y el sufrimiento le siguen los llamados a gestionar policialmente los conflictos sociales mediante el disciplinamiento de la sociedad. Un estudio focalizado en las ciudades brasileñas y en otros centros urbanos de América Latina (Sodré, 200l) constata un aumento exponencial de la violencia. En este contexto, los medios de comunicación la exhiben públicamente mediante dispositivos de representación simbólica, que responden a lógicas de mercado, dado que la violencia como valor noticia vende. Así, contribuyen a reforzar los discursos llamados a gestionar policialmente los conflictos sociales mediante el disciplinamiento de la sociedad.

Algunos estudios muestran que los medios de comunicación reproducen una tipología de discursos y narrativas que están consolidando una percepción social en la que se estigmatiza a los pobres y los excluidos, señalándolos como los culpables del conflicto social, la inseguridad, la violencia y la situación de desigualdad en la que viven (Reguillo, 1997, 1998, 2000 y 2006). Desde esta perspectiva se menciona la racionalidad de la comunicación como un proceso per-formativo, los modos de decir, representar y metaforizar los acontecimientos disruptivos. La presencia mediática en los acontecimientos suelen hacer un zoom enfocando a determinados actores y fijándolos en el lugar de la víctima. A través de la construcción mediática del acontecimiento el signo fundamental se organiza en torno al aislamiento de la causa "única", y a determinados sujetos se los coloca en el lugar de "monstruo".

Rodríguez (200l) Loyola, Villa y Sanchez (2003) y Gaete (2003) designan esto con el nombre de «criminalización mediática», que es el proceso que consiste en hacer ver que el criminal está entre nosotros, habita en cualquier parte y puede atacar en cualquier momento. De esta manera las personas, al percibir que viven en una sociedad más violenta e insegura, instigan a que el control del Estado sea más exigente y, por tanto, más represivo.

Así pues, el estudio de Gaete (2003)18 examinó el tratamiento de la seguridad ciudadana en cuatro noticieros de la televisión chilena. El trabajo analizó el número de noticias y la cantidad de segundos que se otorgó a estos hechos, el promedio diario de cobertura y la ubicación de estas noticias en los noticieros. Además, realizó un análisis sobre las fuentes informativas consultadas y la cobertura de los distintos grupos de opinión que intervinieron en la discusión. Respecto de los grupos de opinión y fuentes consultadas, se constata que se basa preferentemente en las fuentes policiales, gubernamentales, judiciales y de abogados.

De forma similar, el estudio de Rodríguez (200l) analiza a nivel mundial como los medios masivos de comunicación, a partir de la criminaliazación mediática, construyeron el consenso social necesario que permitió penalizar lo que excluye la sociedad.

Finalmente, el estudio de Loyola et al. (2003) aborda el empleo que los medios de comunicación latinoamericanos hacen de la metáfora en una situación de guerra. Se analiza cómo el discurso bélico, de Bush, del nazismo, de la dictadura argentina, se construye esencialmente a partir de metáforas que, con diferentes matices, se reiteran a lo largo de los años e intentan convertirlo en una discusión moral.

Otro grupo de investigaciones, provenientes del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana (CESC)19 (Dastres, 2002; Dastres y Muzzopappa, 2003; Dastres Muzzopappa Sáez y Spencer, 2005) desplazan la mirada hacia la seguridad ciudadana. Desde este enfoque analizan la importancia que los medios de comunicación le dan a la violencia, al ser gestores de "sensaciones" de seguridad o inseguridad en la conciencia colectiva de la sociedad.

Para estos autores, las representaciones y narrativas mediáticas son definitivas en la creación de ambientes seguros en las ciudades latinoamericanas; ellos sostienen que el cubrimiento informativo es determinante para provocar estas sensaciones, sean o no sean falsas.

La investigación de Dastres (2002) indaga sobre el rol que deberían tener los medios de comunicación en materia de seguridad ciudadana. El estudio enfatiza en que se necesita conocer en mayor detalle qué elementos de los contenidos que entregan los medios, del tratamiento que hacen de la información, de la forma y la frecuencia noticiosa tiene una influencia en la creación de una percepción de riesgo que puede ser exagerada. Para develar esta cuestión es necesario estudiar los procesos de recepción de este tipo de noticias por parte de las audiencias, con el fin de detectar las formas en que las decodifican y resignifican, afectando su sensación de seguridad. En estudios posteriores Dastres y Muzzopapa (2003) enfocan la problemática de la inseguridad donde la comunicación se constituye como eje, tanto en su rol de formadora de opinión, como en el de potencial respuesta para un cambio de mentalidad. En tal sentido, es fundamental "mejorar la calidad del tratamiento de las noticias que dan los medios de comunicación " (Dastres y Muzzopapa, 2003, p. 0). Para comprender la influencia y las derivaciones del temor a la violencia, las autoras proponen a los medios de comunicación como actores relevantes para ayudar a restablecer los vínculos de confianza entre los diversos sectores sociales, y alcanzar un cambio en las actitudes o comportamientos frente a la violencia.

En el contexto argentino, un estudio llevado a cabo por Juan Pegoraro (2000) realiza un análisis de la percepción del la violencia y la inseguridad en dicho país, desde los años 1970 al 2000.20 El trabajo describe cómo hubo un aumento del centimetraje y la frecuencia de las noticias publicadas por los medios de comunicación sobre los hechos violentos y delictivos, sin correlato con las cifras estadísticas. Asimismo se destaca la contribución mediática en la reproducción del imaginario simbólico estereotipado de jóvenes marginales, ligados a patologías biológicas o sociales, asociados a la violencia, a la delincuencia, y a la peligrosidad. El estudio sostiene que el miedo se nutre de las representaciones imaginarias de los "desviados sociales", producidos por los medios de comunicación en cuanto seleccionan y amplifican casos paradigmáticos.

La investigación de Gabriel Kessler también aborda el vínculo entre el sentimiento de inseguridad y los medios en la comunicación. El sentimiento de inseguridad produce consecuencias en el plano de los imaginarios, lo que se llamará relatos de la inseguridad y de las prácticas sociales, y la gestión de la inseguridad (Kessler 2009, 2011, 2013). Los estudios abordaron en primera instancia el caso argentino (Kessler, 2009) y luego su extensión en el plano latinoame-riano (Kessler 2009, 2011, 2013). A través de métodos cualitativos y cuantitativos que van desde archivo de medios, observación no participante, y encuestas cuantitativas21 indagaron acerca de la extensión del sentimiento de inseguridad como un problema público: sus causas, riesgos y las soluciones necesarias. Concluyen que en este entramado, los medios masivos de comunicación juegan un papel importante, sobre todo noticieros televisivos, gráficos y on-line, al diseminar noticias relacionadas la inseguridad las 24 horas del día en los diferentes puntos geográficos.

Finalmente, en el contexto mexicano, desde el Proyecto Violencia y Medios de Comunicación del Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde)22, se realizaron diversos estudios (López Portillo,2004, Varenik,2004, y otros) sobre la responsabilidad social que tienen los medios de comunicación en la cobertura de sucesos violentos. Estos trabajos exponen la necesidad de la sensibilización y profesionaliza-ción del trabajo periodístico, por ser relevantes en la garantía del respeto de los derechos humanos, de la libertad de expresión y del derecho a la información.

En este marco, el trabajo de Robert Varenik (2004) propone iniciar un intercambio entre la comunidad y los medios que permita mejorar el espacio social, propone utilizarlos como forma de impulsar un cambio social. Destaca que los medios de comunicación "no sólo magnifican la atención pública, la pueden dirigir, y pueden afectar con una gran fuerza su duración, su enfoque y sus consecuencias." (:43). Por lo cual, la cobertura que realicen ayudará a crear percepciones acerca de la naturaleza del problema social tratado, ungiendo éxitos o fracasos.

Para terminar, López Portillo (2004) propone que los medios de comunicación consoliden reglas para colaborar en el juego democrático en el tratamiento de los fenómenos asociados a la violencia. El estudio presume que no está claro el papel del periodismo frente a la violencia y el temor, ni su participación en el discurso y las acciones organizadas o no que las instituciones públicas y la sociedad civil tejen frente a esos fenómenos. Pero exhibe elementos para identificar a los medios como actores clave en la construcción de un escenario social seguro o inseguro. Tras su estudio llega a la hipótesis de que los medios de comunicación

(...) no cuentan con el aparato teórico y empírico necesario para realizar lecturas rigurosas sobre el papel que desempeñan en la articulación de un tejido social seguro o inseguro. Construyen la noticia sin una base de entendimiento que les informe de los factores objetivos y subjetivos que se conjugan en ese tejido. No reconocen el contenido ni la diferenciación de los componentes objetivos y subjetivos que aportan a la inseguridad" (22-23).

Así pues, en este apartado se presentaron un conjunto de investigaciones preocupadas por cómo los medios de comunicación participan en la construcción de ambientes sociales seguros (Dastres, 2002; Dastres et al, 2005, Kessler 2009, 2011, 2013; Juan Pegoraro, 2000; Sodré, 2001; Rondelli, 1998; Reguillo, 1998). En esta línea encontramos aquellos estudios que se concentran en la frecuencia de la violencia y su valor como mercancía mediática (Consejo Nacional de Televisión de Chile, 1998 2002y 2012 a y b; Herrera 1998; López y Cerda, 2001; Comfer, 2005; entre otros) y, por otro lado, aquellos que avanzaron hacia la necesidad de revisar las formas en que se transmite la violencia en los discursos de los medios (Arriaga, 2002; Lara Klahr, 2004; Macassi, 2002; Rodríguez 2001; Loyola et al, 2003; Gaete, 2003). No obstante, es necesario aclarar que la mayoría de los estudios presentados toman como objeto de estudio todos los géneros mediáticos, sin distinción entre ellos. Solo el estudio del Consejo Nacional de Televisión de Chile (1998) analiza en función de cinco géneros televisivos: películas, dibujos animados, telenovelas, reportajes y noticieros.

En segundo término, otro grupo de estudios propondrán considerar a los medios de comunicación como espacios posibles para un cambio social (Dastres y Muzzopappa, 2003; López Portillo,2004, Varenik,2004). Parecería atravesar en estos trabajos la pregunta sobre la finalidad que los medios de comunicación persiguen en la transmisión de la violencia.

En tercer término, el relevamiento muestra que son escasos los estudios sobre cómo recepcionan las audiencias las manifestaciones de violencia de los medios de comunicación. Se destacan las investigaciones del Consejo Nacional de Televisión de Chile (2012 a y b) y, en el contexto argentino, la de Míguez e Isla (2010) que analizaron cómo la percepción de la violencia transmitida difiere según el público. El Consejo Nacional de Televisión de Chile (2012 a y b) lo analizó desde los distintos actores: padres, niños y jóvenes, y concluye que están todos preocupados por la violencia manifiesta especialmente en noticiosos e informativos. Por su parte, Míguez e Isla (2010) avanzaron en una diferenciación de la percepción según el sector social de la audiencia. Los investigadores concluyen que quienes tienen un gran nivel de ingresos y una alta educación perciben una mayor cantidad de lenguajes e imágenes violentas, que los sectores medios y de menor educación.

Es importante destacar que en los estudios presentados no se propone una comparación entre los distintos medios de comunicación, y prevalece como objeto de estudio la televisión por sobre los otros formatos. De acuerdo con las investigaciones presentadas, al formar parte de una historia relativamente reciente en el campo académico, los estudios de las relaciones entre comunicación y violencia necesitan profundizar en mayores niveles de precisión tanto teórica como metodológicamente. El diálogo con otras disciplinas, que ha avanzado desde hace escasos años en la reflexión, podrá ampliar la configuración del campo de estudio, que por ahora es estrecho y focalizado a los medios audiovisuales.

En el siguiente apartado se realizará un recorrido por aquellos estudios que indagaron sobre la representación de los jóvenes en los medios de comunicación y las asociaciones de sentido con la violencia.

3. La cobertura informativa sobre los jóvenes y su vinculación con la violencia

Para algunos investigadores, los medios de comunicación al escenificar la violencia derivan en la estigmatización de los jóvenes, al considerarlos como los portadores del conflicto.

Tomando como antecedentes los estudios pioneros de Stuart Hall (1979), se puede sostener que a medida que los medios reproducen las relaciones institucionales dominantes, refuerzan y movilizan un pánico moral en los miembros de la sociedad contra aquellos asuntos e individuos que amenazan los valores y estilos de vida hegemónicos. Para el autor, el pánico moral constituye una estrategia ideológica conectada al proceso mayor de producción de hegemonía, que opera en el discurso cotidiano como un sistema avanzado de advertencias. Los miembros de la Escuela de Birmingham, y en particular Stuart Hall, estudiaron los procesos de construcción de pánico moral asociados a la práctica de los asaltos callejeros con agresión física (mugging) por parte de grupos de jóvenes negros, en el contexto del pos-tfordismo británico. Este estudio es un punto de inflexión en el análisis de las retóricas mediáticas, distinguiéndose notablemente de los estudios más estructuralistas y semiológicos de aquella época. La propuesta fue explorar teórica y empíricamente los procesos de producción de sentido por parte de los medios y las instituciones de la industria cultural, en cruce con otras zonas de elaboración ideológica (como la Justicia, las políticas públicas, las intervenciones sectoriales, etc.).

Ahora bien, la juventud emerge como objeto de estudio dentro del campo de la comunicación, una vez operado un desplazamiento: de la comunicación como instrumento, como técnica, hacia la producción de sentido. Allí se construye el territorio de la comunicación/cultura, que permite a la comunicación "salirse" de la pregunta por lo que había sido su objeto prioritario -los medios masivos con sus efectos- para concentrarse en los modos de darle sentido a la vida de los actores sociales (Saintout, 2013).

En este último sentido, los análisis efectuados por el Observatorio de Jóvenes Comunicación y Medios de la Universidad Nacional de La Plata23 (2009; 2011, 2012) verifican la presencia de una serie de casos que marcaron la emergencia de los jóvenes en los medios. Ya sea como víctimas o victimarios, los y las jóvenes aparecen en la prensa ligados a casos de violencia. Esta homologación mediática y mecanicista entre juventudes y violencias pone de relieve la necesidad de realizar estudios sobre el tratamiento discursivo de las asociaciones de sentido entre juventud y violencia, para generar procesos reflexivos y prácticas de intervención que permitan confrontar al sentido común hegemónico penalizante.

El Informe Anual 201224 del Observatorio de Jóvenes, Comunicación y Medios de la Universidad Nacional de La Plata, describe cómo los medios gráficos argentinos configuran agendas del deterioro, que estigmatizan las prácticas y los discursos juveniles negando su complejidad y sin hacer visible el ejercicio de su ciudadanía. Desde una formación discursiva, que los investigadores nominan relatos de la inseguridad, "(...) las noticas que habilitan en torno a lo juvenil se publican mayormente en las secciones policiales, entorno a hechos violentos y delictivos, y son construidas generalmente con relatos de jueces, fiscales, comisarios y policías" (2012, p. 10). Los autores enuncian que el 70% de las noticias relevadas fueron publicadas en la sección policial y el 86% vincula a los jóvenes con la violencia. La hipótesis que recorre el trabajo es que las configuraciones mediáticas suceden sincrónicamente a otras, producidas por las agencias de control penal, la justicia y las fuerzas de seguridad, que accionan violentamente sobre y contra los jóvenes. Desde esta perspectiva, los relatos mediáticos constituyen una agencia de control social que "(.) cumple un rol específico e imprescindible en el entramado de poder que pretende regular el flujo social" (Observatorio de Jóvenes, Comunicación y Medios de la Universidad Nacional de La Plata, 2012, p. 11).

Asimismo, numerosas investigaciones analizan cómo los medios de comunicación colaboran en construir sentidos sobre la criminalización de los jóvenes (Germán Rey, 2005; Núñez, 2007; Saintout, 2009; Brener, 2009; Cerbino, 2012). Esta operación semántica no se realiza por igual para todos los jóvenes sino fundamentalmente para aquellos que forman parte de los sectores subalternos, cuyas conductas y expresiones entran en conflicto con el orden establecido y desbordan los modelos de juventud legitimados. Así, subya-ce una doxa criminalizante hacia los jóvenes que ".tiene una de sus expresiones más brutales en el par taxonómico violento-pobre." (Kaplan, 2011, p. 97).

Los adolescentes y jóvenes, desde la mirada de los medios masivos de comunicación han mutado al status de sujetos peligrosos y son blanco de los dispositivos de seguridad, de control y de las políticas represivas. En este sentido, Germán Rey (2005) reconoce el papel de los medios en la promoción de pautas de interpretación de la realidad, en función de puntos de vista parciales, que presentan horizontes de inteligibilidad limitados para comprender la densidad de los relatos sobre la juventud. El peligro suele concentrase en los jóvenes en condición de vulnerabilidad.

Asímismo, en sus estudios, Mauro Cerbino (2006) interpreta el papel que ejercen los medios de comunicación en la construcción y consolidación de los imaginarios urbanos en torno a la inseguridad. El investigador sostiene que no es pensable la constitución del sujeto juvenil actual sin la mediación y la influencia de los medios de comunicación, que contribuyen sustancialmente a la generación de nuevas sensibilidades sobre los jóvenes. Dado que despliegan una mirada tendiente a estigmatizar a los jóvenes, a exagerar y espectacularizar a la manera de una novela policial, donde de antemano se reconocen los personajes dicotómicos de los "malos" y los "buenos".

En continuidad con dicha argumentación se observa que la escuela va conformándose como un escenario privilegiado de la mediatización de la violencia. Gabriel Brener (2009), en el marco del Programa de Investigación sobre Transformaciones Sociales, Subjetividad y Procesos Educativos25, realiza un análisis de las coberturas mediáticas sobre la violencia en las escuelas, afirmando que la prensa escrita, en torno a violencias y escuela, presenta una espectacularización de los relatos y, a su vez, sus modos discursivos y comunicacionales apelan a la emotividad instantánea, dejando poco margen para la reflexividad. El investigador observa deslizamientos de sentido que ponen en evidencia tanto la negación del conflicto como su asociación negativa respecto a la convivencia, o a la necesidad de suprimirlo, atenuarlo o invisibilizarlo.

Otros grupos de investigación (Delgado,1998, Alba, 2001 y 2002, Saintout,2009 y Vasilachis de Gialdino, 2004) observan que los medios construyen el estereotipo de un sujeto peligroso mediante procesos de selección noticiosa y estrategias discursivas que operan como mecanismos de control social. Para los autores, este interés mediático reafirma un tipo de consenso social basado en alentar el pánico moral contra la inseguridad, encarnada en la figura desviada de la juventud.

En esta perspectiva también acuerda una investigación venezolana sobre las percepciones ciudadanas de la inseguridad y sus relaciones con la representación mediática del crimen y el delito (Delgado, I998). El estudio concluye que la manera subjetiva, parcializada y dramática con la que los medios de comunicación encuadran las noticias de violencia es una forma de fomentar el pánico moral y, por consiguiente, de legitimar el poder del Estado. Dado que las personas, al sentir que viven en una sociedad más violenta e insegura, instigan a que el control social sea más exigente y, por tanto, más represivo.

En relación con esto, Florencia Saintout, (2009) ahonda en los modos en que los medios de comunicación construyen una mirada particular sobre los jóvenes como peligrosos. Desde el llamado discurso de la seguridad pública, a través de la gestión del miedo y la victimización por el delito, se cristalizan las vulnerabilidades y precariedades producidas por la implementación de modelos neoliberales. Desde el discurso mediático se está moldeando la legitimidad de una violencia por sobre otras; y de unos actores por sobre otros, situando la sospecha sobre los jóvenes urbanos pobres, fundamentalmente varones.

En estrecha relación, un estudio sobre niños y jóvenes involucrados en asesinatos en la prensa colombiana de los años ochenta, analiza la manera como los medios de comunicación construyen el estereotipo del sujeto criminal (Alba, 2001 y 2002). El proceso de selección noticiosa y estrategias discursivas operan como mecanismos de control social. El investigador concluye que el interés mediático por el suceso criminal alienta el pánico moral hacia la inseguridad ciudadana, representada en la figura "desviada" del criminal. Asimismo la prensa, al tiempo que condena la violencia, muestra cierta fascinación por la naturaleza dramática e irreflexiva del acto violento.

Por último, otro estudio analiza las representaciones de los jóvenes vinculados con actos delictivos en la prensa escrita de El Salvador (Vasilachis de Gialdino, 2004). La forma en que son categorizados y calificados, las particularidades de las acciones que se predican de ellos y que se les atribuyen, las metáforas a las que se recurre.

Este incremento en los estudios sobre medios de comunicación, jóvenes y violencia trajo un avance en el marco legal26, leyes, tratados y recomendaciones, que explican cómo los trabajadores de prensa deben comunicar eventos en los que se involucran jóvenes.

Los estudios presentados en este apartado concuerdan en que los discursos mediáticos sobre los fenómenos violentos presentan una figura estigmatizada de juventud, negando la complejidad de la condición juvenil e invisiblizando el ejercicio de la ciudadanía por parte de estos actores.

Dado que la escuela es un espacio social determinante en la vida social de los jóvenes, en el siguiente apartado se abordarán distintos estudios que indagan la mediatización de la violencia en el espacio escolar.

4. La escuela como escenario privilegiado de la mediatización de la violencia

Estudios de distintas disciplinas han abordado la forma en que los medios de comunicación presentan la violencia en el espacio escolar.

En este entramado se observa que ha habido un incremento de las indagaciones a partir del año 2000, coincidente con un proceso de mediatización del fenómeno. Esta situación es comparable con la evolución histórica de la producción académica en países como Francia, México y Brasil. Autores como Debarbieux (1996) Spósito (2001) y Furlan (2005) resaltan la incidencia de la irrupción mediática en la conformación del objeto de estudio. Esto significa que la presencia de hechos nombrados como "violencia escolar" en los medios de comunicación conlleva en gran medida a instalar el debate tanto en la opinión pública como en las agendas de los organismos estatales, al igual que en los ámbitos académicos y en programas o proyectos de investigación. Este mismo proceso (Funk, 1997) se observa para Alemania, destacando la intencionalidad mediática de causar impacto y ocuparse de aquellos casos especialmente llamativos y de carácter excepcional, con serias debilidades en el análisis pedagógico y sociológico del tema.

Los documentos producidos por el Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas de Argentina (2011; 2009) señalan que la construcción analítica del concepto de la violencia en las escuelas es sumamente compleja. Más aún, si se tiene en cuenta que las violencias en las instituciones educativas sólo pueden ser analizadas en el marco de los contextos de fragmentación, descivilización y desigualdad, los cuales producen consecuencias personales.

El estudio realizado por UNICEF-FLACSO (2011) formula la hipótesis de que los discursos de los medios de comunicación masiva podrían estar contribuyendo a magnificar el fenómeno de la violencia en las escuelas y esto tendría una incidencia considerable en la percepción de los actores en cuanto a su gravedad. Al respecto, Míguez y Noel (2006) sostendrán que a medida que los medios de comunicación construyen series que incluyen más "hechos de violencia" ocurridos en o asociados por implicación al escenario escolar, la "sensación" de una escuela atravesada por la violencia se impone con evidencia creciente en la opinión pública, con una fuerza respaldada por el escándalo moral que supone la aparición de estos fenómenos en una escuela no sólo caracterizada retrospectivamente como pacífica y exitosa, sino descrita en términos antitéticos a las lógicas de la violencia y la confrontación física (Míguez y Noel, 2006).

El estudio de UNICEF-FLACSO (2011) sostiene que esta "sensación" de violencia en el espacio escolar no tiene correlato con evidencias empíricas de hechos reales. La percepción de una escuela violenta está sustentada en una serie de "casos" presentados por los medios masivos de comunicación, así como en una creciente preocupación, por parte de docentes y directivos, acerca de situaciones de este tipo. En este sentido asocian el proceso de construcción de la violencia en las escuelas como problema con el accionar de los medios de comunicación.

Por su parte, la tesis de maestría de Cecilia Lavena (2002) "¿La violencia va a la escuela? Una mirada a la violencia escolar en la Argentina"27, se propone indagar de manera sistemática la magnitud y las características de los hechos de violencia ocurridos en las instituciones educativas argentinas desde 1997 hasta 2001. La autora se centra en describir en qué medida cambió la frecuencia y las modalidades de la violencia entre alumnos y entre alumnos y docentes en esos años, tal como lo registran las noticias de alcance nacional aparecidas en dos periódicos; La Nación y Clarín. En cuanto a lo metodológico se recolectaron las noticias relevantes a los hechos de violencia escolar publicadas en las secciones de Opinión, Cultura e Información General, del diario La Nación y Opinión e Información General/ Sociedad, del diario Clarín. Las noticias fueron clasificadas según las siguientes características: Datos de identificación, Características del ámbito de ocurrencia, número de victimarios y características de cada uno, número de víctimas y características de cada una, tipo de víctima, tipo de medio utilizado, tipo de daño inflingido, tipo de intervención. La investigadora muestra que la construcción que realizan los medios sobre la violencia en las escuelas no está ausente de una carga valorativa. La mayoría de las noticias que se refieren a delitos contra las personas y contra la propiedad, con uso de armas blancas o de fuego. Otro aspecto interesante es que muchas de las referencias a la violencia en las escuelas están incluidas en las secciones de opinión de los periódicos. En cuanto a los hechos violentos registrados por los diarios, el trabajo muestra que fueron en total 108 casos en el período mencionado. En cuanto al nivel educativo, en donde se concentraron la mayoría de los sucesos de violencia, se observa que es dentro del nivel medio.

A continuación se presentarán algunos trabajos en el contexto español, por su relevancia en la temática. Piñuel Raigada, Gaitán Moya y García (2003) analizan el discurso sobre las violencias en la escuela a través de la prensa on-line de los periódicos en España28. Indagan cuáles son los escenarios y los agentes educativos relacionados con la violencia. Se trata de averiguar cuáles son las modalidades de violencia referidas, de quién parten y a quién se dirigen las agresiones, si se producen de manera aislada o en grupo, cómo se desarrollan, y si hay o no comunicación de las mismas o se sufren en silencio. Aspiran a dar cuenta de la evaluación que merece la violencia en el ámbito educacional y que aparece en el discurso de la prensa: ¿Cuáles son sus causas, cuáles las acciones que la reproducen, y cuáles son las soluciones alternativas que se proponen?

Respecto a lo metodológico de este estudio, cabe considerar que el diseño que se adopta es el denominado de sección temporal (diseño transversal), en el que se ha elegido un intervalo temporal definido, y de él una muestra de seis meses completos. En los resultados los autores observan que existe una abultada proporción de discursos periodísticos, cuya referencia gravita en el acontecimiento noticioso (noticias) más que en el análisis del fenómeno (editoriales, artículos de opinión o entrevistas) o en la ilustración de las situaciones en las que se ponen de manifiesto (o en cuestión) las formas de convivencia entre los agentes educativos (reportajes). Respecto a las secciones, muestran que la mayoría se refiere a la sección Educación, o a las referencias que conciernen a la zona de influencia donde se distribuye el diario, es decir, respectivamente a la sección de la comunidad, el país, o el mundo. Respecto a la autoría mayoritaria de las notas analizadas, se corresponde con las categorías de informador (mayoritaria) y de redacción (la segunda en importancia). Y las fuentes de información se localizan muy dispersamente.

Otro aporte novedoso para el análisis de los discursos mediáticos es el de Márquez y Jáuregui29 (2005), quienes analizan el fenómeno de la "violencia escolar" a partir de su presentación en algunos medios de comunicación, también en España. Relacionan las diferencias en la consideración del problema en función de quién las enuncia: docentes, psicólogos y psiquiatras, fundamentalmente. Los investigadores muestran que políticos y familias perciben la "violencia escolar" de formas muy dispares, tanto en la consideración de su origen como en la propuesta de soluciones. Asimismo, destacan en los medios de comunicación la ausencia del punto de vista de los alumnos, quienes, a pesar de constituir el centro del debate, no tienen voz. Metodológicamente parten de los conceptos y del método de las nuevas corrientes de Análisis Crítico del Discurso y de la Tradición Enunciativa, que han encontrado en la metodología cualitativa un ámbito común de aplicación para la moderna Lingüística del texto y la psicología.

En sus conclusiones señalan que el tratamiento del tema de la violencia escolar por parte de los medios de comunicación muestra la existencia de puntos de vista divergentes sobre un hecho, en función del enunciador del discurso. La discrepancia afecta a la propia consideración de la existencia del fenómeno: su negación por parte de los políticos, frente a la voz de alarma de los docentes y de los especialistas, que lo consideran como una grave enfermedad social. Los dos tipos de discursos sirven de legitimación de intereses también contrapuestos: los representantes políticos buscan neutralizar la crítica social, especialmente en lo que se refiere a la adecuación de las medidas en política educativa. El discurso de docentes y de especialistas crea un estado de conciencia de alerta, y sirve de legitimación a la idea explícitamente formulada de la necesidad de reformas. En general, se los muestra como partidarios de tomar medidas disciplinarias y de aumentar el control en los centros escolares. Por su parte, los especialistas apuntan hacia la necesidad de transformar el clima social que genera la violencia, concretamente el imperativo de recuperar la enseñanza en valores humanos olvidados. En relación con el discurso de los especialistas, en su mayoría psiquiatras y psicólogos, buscan la definición de una actitud crítica y la toma de posición activa ante este fenómeno.

Por último, la línea de trabajo del equipo de investigación dirigida por la doctora Carina Kaplan30, realiza aproximaciones sucesivas para la comprensión de una serie de componentes sobre los discursos producidos y reproducidos que construyen los medios acerca de la violencia en las escuelas (Kaplan; 2006). Desde este equipo, se analiza cómo los discursos mediáticos ejercen efectos de verdad (Foucault, 2003; 2005) sobre determinadas prácticas instauradas socialmente. Estas producciones constituyen un aporte especifico al análisis acerca de los modos en que la prensa escrita nos coloca frente a datos y episodios que refuerzan una serie de creencias sociales que configuran un sentido práctico de la doxa punitiva (Kaplan, 2006). Los medios crean y recrean una forma de sensibilidad específica frente a la problemática de la violencia homologándola con el delito y haciéndole blanco de la responsabilidad a los jóvenes que son tipificados como amenazantes. Dichos jóvenes aparecen como los transgresores que sobrepasan los umbrales de tolerancia que asumimos como sociedad. El miedo a ellos es uno de los efectos simbólicos de la adjetivación como sujetos peligrosos (Kaplan, 2011; 2012).

En continuidad con estos trabajos, en la tesis de maestría de Saez (2013)31 se han caracterizado y analizado, desde una perspectiva socioeducativa, las prácticas discursivas e imágenes producidas por la prensa escrita de la Ciudad de La Plata sobre el fenómeno de las violencias en la escuela, en el período 2008-2011. Los recursos mediáticos analizados fueron: la construcción diferenciada de la víctima y el victimario, las fuentes y voces legitimadas desde el discurso, las metáforas utilizadas, los especialistas convocados y las imágenes presentes en las coberturas.

En las prácticas discursivas analizadas se homologan casos de violencia en el espacio escolar que tienen un origen variado. Se estructuran los discursos a través del par dicotó-mico víctima-victimario, sin dar cuenta de la complejidad de las situaciones en las que intervienen otros procesos, que no pueden ser explicados en términos de opuestos. En segundo olugar se observó la legitimación de ciertas voces (policías, ministros, padres) y fuentes por sobre otras (estudiantes y docentes). En tercer termino, se examinó el uso de las metáforas que se desarrollan para mencionar el fenómeno, y se hallaron de forma recurrente: la de la guerra y la del organismo vivo. Y por último, se analizó el recurso de las imágenes y en las coberturas y surgieron tres sentidos: colaborar para la construcción dicotómica del par víctima-victimario, reforzar las voces relevantes en el discurso, y proponer las tecnologías de seguridad como solución a los problemas escolares. En esta línea es preciso mencionar que este trabajo no ha pretendido hacer una mera descripción de los discursos mediáticos sino que representa un insumo sustantivo para pensar el campo periodístico en la lucha simbólica por las representaciones de la escuela y los sujetos que la habitan.

En el caso argentino, este avance en la mediatización del fenómeno y en los estudios de investigación colaboró en la sanción de la Ley 26892 para la promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad en las instituciones educativas, sancionada por la Cámara de Diputados el 11 de septiembre de 2013. La misma busca prevenir la violencia física y verbal entre los chicos en las escuelas, y prevé instancias de diálogo.

Para terminar, es necesario distinguir dos grandes enfoques en los estudios presentados sobre la mediatización de la violencia en los espacios escolares. En primer término, aquellos que toman el discurso de los medios como fuente para indagar la magnitud y características de los hechos (La-vena, 2002). Y por otro lado, aquellos que toman el discurso mediático como un espacio de lucha simbólica, donde se disputan las representaciones de la escuela y los sujetos que la habitan (Kaplan, 2006; Márquez y Jáuregui, 2005; Piñuel Raigada, Gaitán Moya y García, 2003; UNICEF-FLACSO, 2011).

Desde este último enfoque, se sostiene que los medios crean una sensibilidad específica sobre la temática (Kaplan, 2006) y contribuyen a magnificar el fenómeno en la percepción de los distintos actores educativos (UNICEF-FLACSO, 2011). Sin embargo, no hay investigaciones sobre el proceso de recepción de estos estudios.

Y para concluir, es necesario destacar que a diferencia de las investigaciones presentadas en los apartados anteriores, la mayoría de los estudios sobre la mediatización de la violencia en los espacios escolares, centran sus análisis en los medios gráficos (Kaplan, 2006; Márquez y Jáuregui, 2005 y Piñuel Raigada et al., 2003). Así pues, surge como vacancia para futuras investigaciones y estudios sobre medios audiovisuales.

5. Conclusión

En este trabajo se presentó un mapeo de las investigaciones desde mediados de los setenta hasta la actualidad, predominantemente latinoamericanas, que abordan la mediatización del fenómeno de la violencia, y su vinculación con la juventud y con el espacio escolar.

Desde la vuelta a la democracia en las distintas sociedades latinoamericanas, el acceso a los medios de comunicación adquiere una centralidad inédita, motivo por el cual cobra relevancia esta sistematización. En los trabajos, tanto tesis de posgrado, informes de investigación y producciones de organismos gubernamentales, atraviesa la pregunta sobre la finalidad que los medios de comunicación persiguen en la transmisión de la violencia y sus repercusiones.

Un conjunto de investigaciones presentaron su preocupación por cómo los medios de comunicación participan en la construcción de ambientes sociales seguros (Dastres, 2002; Dastres et al., 2005, Kessler 2009, 2011, 2013; Juan Pegoraro, 2000). En esta línea encontramos aquellos estudios que se concentraron en la frecuencia de la violencia y su valor como mercancía mediática (Consejo Nacional de Televisión de Chile, 1998 2002y 2012 a y b; Herrera 1998; López y Cerda, 2001; Comfer, 2005; entre otros) y, por otro lado, aquellos que avanzaron hacia la necesidad de revisar las formas en que se transmite la violencia en los discursos de los medios (Arriaga, 2002; Lara Klahr, 2004; Macassi, 2002). No obstante, es necesario aclarar que la mayoría de las investigaciones presentadas toman como objeto de estudio todos los géneros mediáticos, sin distinción entre ellos. Solo el trabajo del Consejo Nacional de Televisión de Chile (1998) analiza en función de cinco géneros televisivos: películas, dibujos animados, telenovelas, reportajes y noticieros.

En segundo término, otro grupo de estudios propondrá considerar a los medios de comunicación como espacios posibles para un cambio social (Dastres y Muzzopappa, 2003; López Portillo, 2004; Varenik,2004). Se los reconoce en una posición privilegiada y estratégica para la lucha simbólica de los significados sociales.

En tercer término, el relevamiento muestra que son escasos los estudios sobre cómo recepcionan las audiencias las mai nifestaciones de violencia de los medios de comunicación.

Se destacan las investigaciones del Consejo Nacional de Televisión de Chile (2012 a y b) y, en el contexto argentino, la de Míguez e Isla (2010) que analizaron cómo la percepción de la violencia transmitida difiere según el público. El Consejo Nacional de Televisión de Chile (2012 a y b) lo analizó desde los distintos actores: padres, niños y jóvenes, y concluye que están todos preocupados por la violencia manifiesta especialmente en noticiosos e informativos. Por su parte, Míguez e Isla (2010) avanzaron en una diferenciación de la percepción según el sector social de la audiencia. Los investigadores concluyen que quienes tienen un alto nivel de ingresos y una alta educación perciben una mayor cantidad de lenguajes e imágenes violentas, que los sectores medios y de menor educación.

Respecto a los estudios sobre la vinculación de juventud y violencia en los discursos mediáticos, concuerdan en que los discursos presentan una figura estigmatizada de juventud, que niega la complejidad de la condición juvenil e in-visiblizan el ejercicio de la ciudadanía por parte de estos actores

Asimismo, se distinguieron dos grandes enfoques en los estudios presentados sobre la mediatización de la violencia en los espacios escolares. En primer término, aquellos que toman el discurso de los medios como fuente para indagar la magnitud y características de los hechos (Lavena, 2002). Y por otro lado, aquellos que toman el discurso mediático como un espacio de lucha simbólica, donde se disputan las representaciones de la escuela y los sujetos que la habitan (Kaplan, 2006; Márquez y Jáuregui, 2005; Piñuel Raigada et al., 2003; UNICEF-FLACSO, 2011). Desde esta último enfoque, se sostiene que los medios de crean una sensibilidad específica sobre la temática (Kaplan, 2006) y contribuyen a magnificar el fenómeno en la percepción de los distintos actores educativos (UNICEF-FLACSO, 2011). Sin embargo, no hay estudios sobre el proceso de recepción de los discursos mediáticos. Ahora bien, es necesario destacar que la mayoría de los estudios sobre la mediatización de la violencia en los espacios escolares, centran sus análisis en los medios gráficos (Kaplan, 2006; Márquez y Jáuregui, 2005 y Piñuel Raigada et al., 2003). Así pues, surge como vacancia para futuras investigaciones los estudios sobre medios audiovisuales.

Es importante destacar que en el universo de estudios presentados no se propone una comparación entre los distintos medios de comunicación, y prevalece como objeto de estudio la televisión por sobre los otros formatos. Al formar parte de una historia relativamente reciente en el campo académico, los estudios de las relaciones entre comunicación y violencia necesitan profundizar en mayores niveles de precisión, tanto teórica como metodológicamente.

El diálogo con otras disciplinas, que ha avanzado desde hace escasos años en la reflexión, podrá ampliar la configuración del campo de estudio, que por ahora es estrecho y focalizado a los medios audiovisuales.

Finalmente, las investigaciones relevadas se centran en los procesos de producción y circulación de las prácticas discursivas de los medios de comunicación, pero se encuentran pocas investigaciones sobre los procesos de recepción de las mismas. Esto evidencia la necesidad de desarrollos que focalicen en el proceso de uso del lenguaje y la variación lingüística en los discursos mediáticos sobre el fenómeno de la violencia, jóvenes y escuela en el contexto latinoamericano. Se necesita conocer con mayor detalle qué elementos de los contenidos que entregan los medios, del tratamiento que hacen de la información, de la forma y la frecuencia noticiosa tienen una influencia en la creación de una percepción de riesgo que puede ser exagerada. Para develar esta cuestión es preciso estudiar los procesos de recepción de este tipo de noticias por parte de las audiencias, con el fin de detectar las formas en que las decodifican y resignifican, afectando la convivencia en democracia.

Conflicto de intereses

La autora declara no tener ningún conflicto de intereses.


Notas

1 El poder simbólico es el poder de nombrar, y de construir/producir visiones y divisiones sociales (Bourdieu, 1999). Es el derecho sobre la producción de sentido, sobre la definición, visión, división y prescripción de lo social, como realidad social.
2 La Lingüística Crítica se propone aportar conocimientos a una teoría del lenguaje, y a una teoría del modo en que la gramática de una lengua condiciona el uso del lenguaje por hablantes particulares.
3 Metodología que va más allá del análisis textual y discursivo, para incorporar imágenes y sonidos. Proponen observar, analizar y develar las estrategias de construcción de un discurso en el que intervienen más de un modo de representación semiótica.
4 La indagación se concentró en diversas fuentes de consulta de la región. Se buscó información en centros de investigación especializados en el área de la comunicación, se consultó en la Red Iberoamericana de Revistas de Comunicación y los Anales de congresos nacionales y regionales organizados por la Asociación Latinoamericana de Facultades y Escuelas de Comunicación (FELAFACS), la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC) y las distintas asociaciones nacionales de comunicación.
5 El Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) es el organismo encargado de promover el desarrollo de los servicios de radiodifusión y controlar el funcionamiento, emisión y contenidos de la programación de radio y televisión en Argentina.
6 Huelgas, marchas de protesta, piquetes, resistencias a desalojos, etc
7 Esta investigación formó parte del proyecto "Violencia delictiva, cultura política, sociabilidad y seguridad pública en conglomerados urbanos". Para el cual se relevaron aproximadamente 800 casos en cada lugar, lo que implicó un total de 4.800 unidades. El muestreo fue significativo por nivel socioeconómico, estimados a partir de los datos de población del Censo 2001
8 Trabajaron en seis distritos urbanos de la Argentina: Ciudad de Buenos Aires, los tres cordones del gran Buenos Aires, las ciudades de Córdoba y Mendoza, San Miguel de Tucumán y Tandil.
9 Investigación realizada en el marco del proyecto UBACyT "La comunicación del delito y la violencia en la vida cotidiana: estudio de prácticas, discursos y representaciones de instituciones gubernamentales, sociedad civil y medios masivos".
10 Trabaja con los diarios Crítica, La Nación y Clarín en el período del 2008.
11 Política, delictiva, doméstica y cultural
12 El Estudio N° 1 "Opinión pública y violencia televisiva" realizó una evaluación general de la violencia en televisión, y detalló en los géneros televisivos de ficción y de realidad. Se propone una regulación de la violencia televisiva. En el Estudio N° 2 "Violencia en televisión: las percepciones de las audiencias" se describen las percepciones generales de distintas ausencias sobre la violencia contenida en géneros televisivos. Percepciones sobre la normativa parental; El Estudio N. 4 "Presencia de violencia durante el horario para todo espectador" analiza los tres géneros que más preocupan a las audiencias. En el Estudio No. 5 "Violencia de los dibujos animados" se realiza un análisis de contenido y uno cuantitativo de diversos dibujos animados transmitidos en la televisión abierta chilena.
13 Estos géneros de programación han sido seleccionados porque son los que más preocupan a las audiencias y tienen mayor oferta en televisión
14 El Barómetro número I optó por una muestra que incluyera todas las películas y solo los dibujos animados exhibidos en horario para todo espectador por la televisión abierta y en una semana completa de programación, que en este caso correspondió a la del 2 al 9 de enero de 2002. En concreto, fueron 38 películas y 47 dibujos animados.
15 Cabe señalar que el estudio solo analizó los noticiarios centrales de la televisión chilena, sin considerar aquellos informativos internacionales de amplia llegada en algunos hogares chilenos, como es el caso de CNN o FOX, cuya cobertura en relación con contenidos violentos puede ser distinta a la de la televisión chilena en cuanto a la crudeza de sus imágenes.
16 Este informe cuenta con un análisis triangulado de metodologías cualitativas y cuantitivativas, para lo cual se utilizaron dos estudios: Estudio Cualitativo Regulación Televisiva y Audiencia (2011) y la Séptima Encuesta Nacional de Televisión (2011).
17 Es una organización social cuyo propósito fundamental es ejercer, a través del análisis riguroso y responsable, la observación permanente de la información proporcionada por los medios de comunicación social venezolanos. Asimismo, el Observatorio velará por la vigencia de los derechos de la libre expresión y de la información, consagrados constitucionalmente y que gozan de reconocimiento universal.
18 En los cuatro canales de mayor audiencia: Televisión Nacional, Canal 13, Mega y Chilevisión
19 Este centro, surgido en el 2001 depende del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile y desarrolla su trabajo a través del diseño de políticas públicas, la investigación, la realización de actividades de extensión y la docencia. Su misión es aportar al diseño de políticas públicas plenamente democráticas en materia de seguridad ciudadana, respetuosas de los derechos de las personas, abiertas a la sana crítica y al control ciudadano, y que enfatizan sobre todo la 30. dimensión preventiva destinada a disminuir la violencia.
20 Toma como fuentes los CENSOS, Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Programas Sociales, Encuesta Permanente de Hogares del Indec, Datos del archivo de Correpi (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional), Informes del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), Informes de la DNPC (Dirección Nacional de Política Criminal).
21 El trabajo cualitativo fue realizado en distintas fases. En una primera se desarrollan 70 entrevistas entre el 2004 y 2006 en el área metropolitana de Buenos Aires. Los criterios de selección respondían a variables socioeconómicas, ocupacionales, de sexo, edad y experiencias de victimización. En segundo lugar se efectuaron 30 entrevistas en la ciudad de Córdoba, que cuenta con un millón y medio de habitantes, Posadas con 300 000, capital de la provincia de Misiones, en el noreste del país, un pueblo de 1300 habitantes y una ciudad de 10.000 cercanos entre sí, ambos de la Provincia de Buenos Aires. En 2006-2007 se co-dirigió un trabajo en un conjunto habitacional del conurbano bonaerense, altamente presente en los medios de comunicación en relación con la problemática de la inseguridad. Los datos cualitativos fueron contrastados con informes de primera y segunda mano provenientes de la Dirección de Política Criminal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y una encuesta basada en 25.000 casos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Universidad de 31. San Andrés
22 Es una organización autónoma y transdisciplinaria preocupada, y proactiva en el fortalecimiento de la convivencia democrática, por lo que busca generar espacios idóneos para el desarrollo de ideas innovadoras en torno a la seguridad pública y la policía, la justicia penal, los derechos humanos y los medios de comunicación periodísticos.
23 Ver http://www.perio.unlp.edu.ar/observatoriodejovenes/?q=taxonomy/term/1
24 Se presentan los resultados del monitoreo de noticias vinculadas con los jóvenes, realizado entre marzo y diciembre de 2011, en los diarios: Clarín, La Nación, Página 12, Crónica, Tiempo Argentino, La Voz del interior (Córdoba), La Capital (Rosario), Diario Hoy y El Día (La Plata).
25 Dirigido por Carina V. Kaplan. Sede: Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires).
26 Se refiere a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (Ley Nacional 23.849), Reglas de las Naciones Unidas para la protección de los menores privados de la libertad (adoptadas por la Asamblea General de la ONU el 14 de diciembre de 1990), las directrices de las Naciones Unidas para la prevención de la delincuencia juvenil (directrices de Riad), y la Ley Nacional de la República Argentina N 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
27 Lavena, Cecilia (2002): "¿La violencia va a la escuela?: una mirada a la violencia escolar en la Argentina". Tesis de Maestría, Universidad de San Andrés.
28 Respecto a la muestra seleccionaron todos los diarios de información general en el año 2003, acotado en función de tres criterios principales: la difusión y representatividad de los diarios, el ciclo académico, y la referencia a la educación en los documentos periodísticos
29 María Márquez Guerro: Doctora en Filología, profesora asociada, Facultad de Filología, Universidad de Sevilla, España. Ignacio Jáuregui Lobera: Doctor en Medicina y Cirugía, licenciado en Psicología, psiquiatra, jefe de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria, Hospital Infanta Luisa, Sevilla, España.
30 Los proyectos de investigación UBACyT (UBACYT 20020100100616: "Los sentidos de la escuela para los jóvenes. Relaciones entre desigualdad, violencia y subjetividad", Proyecto concursado en la categoría de Grupos Consolidados en el marco de la Programación Científica. UBACyT Período 2011-2014. Sede: Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Resolución Consejo Superior 2657/2011. Período 2011-2014. Dentro de estos proyectos se inscribe una línea de investigación que tiene como objetivo principal la elaboración de un Archivo Digital de noticias y análisis sobre la temática.) y PIP CONICET (Proyecto Plurianual PIP CONICET Código: 11220100100159: "La sensibilidad por la violencia y los sentidos de la existencia social de los jóvenes. Un estudio de las percepciones de los estudiantes de educación secundaria de zonas urbanas periféricas". Sede: Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Período 2011-2014. Incluido en el Programa de Investigación sobre Transformaciones Sociales, Subjetividad y Procesos Educativos. Dir. Carina V. Kaplan. Sede: Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires) tienen por propósito construir un Archivo Digital que, mediante el acopio, la sistematización y lectura crítica de los artículos periodísticos, permita develar los discursos e imágenes que produce la prensa escrita respecto a la violencia, los jóvenes y la escuela.
31 "Prácticas discursivas e imágenes mediáticas sobre las violencias en los espacios escolares. Un análisis socioeducativo de la taxonomía alumno violento / alumno no violento en los medios gráficos de La Plata". Tesis de Maestría en Educación. Pedagogías Críticas y Problemáticas Socioeducativas dirigida por Carina V. Kaplan y co- dirigida por Gabriel Brener. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Fecha de defensa: 24 de abril de 2013.


Referencias bibliográficas

1. ALBA, G. La fascinación por el crimen. Medios de comunicación y violencia. En Jorge Bonilla y Gustavo Patiño (editores académicos) Comunicación y política. Viejos conflictos, nuevos desafíos. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2001. p. 421-435.         [ Links ]

2. ALBA, G. Los niños en la prensa colombiana del crimen. En: Signo y Pensamiento, Bogotá, 2002. vol. XXI, N° 41, p. 107-119. Recuperado de: http://www.javeriana.edu.co/signoyp/pdf/4111.pdf.         [ Links ]

3. ARRIAGA, J. L. La nota roja: "colombianización"-"mexicanización" periodística. Sala de Prensa (julio). 2002. Recuperado de: http://www.saladeprensa.org.         [ Links ]

4. ATORRESI, A. Los estudios semióticos. El caso de la crónica periodística. Buenos Aires: Editorial Pro Ciencia Conicet, 1995 P. 25.         [ Links ]

5. BONILLA V., JORGE I.; TAMAYO GÓMEZ, C A. Las violencias en los medios, los medios en las violencias. En publicación: Las violencias en los medios, los medios en las violencias. CINEP, Fundación Centro de Investigación y Educación Popular, Bogotá: Colombia, 2007. P: 1-197 Recuperado de: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/colombia/cinep/textos/violenciamedios.pdf.         [ Links ]

6. BORRAT, H. El periódico, actor político, Cap I y II. Editorial G. Gili, Barcelona, 1989. P. 67-80.         [ Links ]

7. BOURDIEU, P. La miseria del mundo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1999. p. 1-568.         [ Links ]

8. BOURDIEU, P. Espacio social y poder simbólico. En P. Bourdieu, Cosas Dichas. Buenos Aires: Gedisa, 1988. p. 127-142.         [ Links ]

9. BOURDIEU, P. La distinción. Criterio y bases sociales del gusto. Buenos Aires: Taurus, 2012. p. 1-792.         [ Links ]

10. BOURDIEU, P. Y WACQUANT, L. El propósito de la sociología reflexiva. En Pierre Bourdieu, Una invitación a la sociología reflexiva. Buenos Aires: Siglo XXI, 2005. p.147-172.         [ Links ]

11. BRENER, G. Violencia y escuela como espectáculo. La relación medios-sociedad. En V. Kaplan, Violencia escolar bajo sospecha. Buenos Aires: Miño y Dávila, 2009. p. 199-240.         [ Links ]

12. CASTELLS, M. La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Volumen I: La sociedad en red. Madrid: Alianza, 1998. p. 1-496.         [ Links ]

13. CERBINO, M. El lugar de la violencia. Perspectivas críticas sobre pandillerismo juvenil. Quito: Taurus, 2012. p. 1-190.         [ Links ]

14. CHAMPAGNE, P. La visión mediática. En P. Bourdieu, La miseria del mundo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1999. p. 51 -63.         [ Links ]

15. CHARAUDEAU, P. El discurso de la información. La construcción del espejo social. Barcelona: Gedisa, 2003. p. 1-317.         [ Links ]

16. COMITÉ FEDERAL DE RADIODIFUSIÓN (Comfer) Índice de violencia de la televisión argentina. Buenos Aires, 2005. Recuperado de: http://www.comfer.gov.ar        [ Links ]

17. CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN DE CHILE. Cinco estudios sobre violencia y televisión en Chile. Santiago de Chile: Consejo Nacional de Televisión de Chile, 1998.         [ Links ]

18. CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN DE CHILE. Barómetro de violencia No. 1: Películas y dibujos animados. Santiago de Chile: Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2002a. Recuperado de: http://www.cntv.cl/link.cgi/Publicaciones/2002.         [ Links ]

19. CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN DE CHILE. Barómetro de violencia No 2: Noticieros 2002. Santiago de Chile: Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2002b. Recuperado de: http://www.cntv.cl/link.cgi/Publicaciones/2002.         [ Links ]

20. CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN DE CHILE. Barómetro de violencia No 3: Telenovelas 2002. Santiago de Chile: Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2002c. Recuperado de: http://www.cntv.cl/link.cgi/Publicaciones/2002.         [ Links ]

21. CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN DE CHILE. Estudio Cualitativo Regulación Televisiva y Audiencia. Santiago de Chile: Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2011a.         [ Links ]

22. CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN DE CHILE. Séptima Encuesta Nacional de Televisión. Santiago de Chile: Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2011b.         [ Links ]

23. CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN DE CHILE. Los Padres y la regulación televisiva. Santiago de Chile: Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2012a.         [ Links ]

24. CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN DE CHILE. Consumo Televisivo e Imágenes de Jóvenes en TV. Santiago de Chile: Consejo Nacional de Televisión de Chile, 2012b.         [ Links ]

25. DA ORDEN, L.M. Y MELÓN, J. C. (2007). Prensa y peronismo. Discursos, prácticas, empresas 1943-1958. Rosario: Prohistoria, 2007. p. 9-25.         [ Links ]

26. DASTRES, C. ¿Visiones personales, ideología o mercado al momento de informar? Un análisis de las noticias sobre inseguridad ciudadana desde el emisor. Chile: Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana (Cesc), 2002. p.1-118. Recuperado de: http://www.cesc.uchile.cl/publicaciones/se_02_dastres.pdf.         [ Links ]

27. DASTRES, C.Y MUZZOPAPPA, E. La comunicación como estrategia para orientar a la ciudadanía frente a la violencia y la criminalidad. Chile: Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana (Cesc), 2003. p. 1-48 Recuperado de: http://www.cesc.uchile.cl/publicaciones/op_02_dastresmuzzopappa.pdf.         [ Links ]

28. DASTRES, C.; MUZZOPAPPA, E.; SÁEZ, CH. Y SPENCER, C. La construcción de las noticias sobre Seguridad Ciudadana en prensa escrita y televisión ¿Posicionamiento, comprensión o distorsión? Chile: Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana (Cesc), 2005. p. 1-252. Recuperado de: http://www.cesc.uchile.cl/serie_estudios_000.htm        [ Links ]

29. DEBARBIEUX, E. La Violence en Milieu Scolaire I. État des lieux. París: ESF, 1996. p. 1-172.         [ Links ]

30. DELGADO, F. J. Comunicación, inseguridad ciudadana y control social. En: Comunicación. Estudios Venezolanos de Comunicación, Caracas, Agosto, 1998, n° 103.         [ Links ]

31. FOUCAULT, M. La verdad y las formas jurídicas. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2003. P 1-174        [ Links ]

32. FOUCAULT, M. Arqueología del saber. Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2005. P 1-273.         [ Links ]

33. FUNK, W. Violencia escolar en Alemania. Estado del arte. En: Revista de educación, 1997 n° 313, p.53-78.         [ Links ]

34. FURLÁN, A. Problemas de indisciplina y violencia en la escuela. En: Revista Mexicana de Investigación Educativa, jul-sep 2005, vol. 10, núm. 26, p. 631-639.         [ Links ]

35. GAETE, M. La seguridad ciudadana en los noticieros de televisión. Serie Informe Político, No. 80. Chile (agosto), 2003. Recuperado de: http://www.lyd.com.         [ Links ]

36. HALL, S., CHAS C., TONY J., JOHN C. Y BRIAN R. Policing the crisis. Mugging, the State and Law and Order. London: MacMillan, 1979. p. 13-456.         [ Links ]

37. HERRERA, A. Influencia de la guerra civil en El Salvador en el desarrollo de la prensa nacional (1980-1992). En: Revista Latina de Comunicación Social, La Laguna, 1998. n° 1,. Recuperado de: http://www.ull.es/publicaciones/.         [ Links ]

38. HILGARTNER, S. Y BOSK, CH. The Rise and Fall of Social Problems: a public arenas model. In: American Journal of Sociology, 1988, vol, 94, no.1.         [ Links ]

39. SLA, A. Los usos políticos de la identidad. Criollos, Indígenas y Estado. Buenos Aires: Ed. Libros de la Araucaria, 2009. p. 1-296.         [ Links ]

40. KAPLAN, C. Violencias en plural. Sociología de las violencias en la escuela. Buenos Aires: Miño y Dávila, 2006. p. 13-349.         [ Links ]

41. KAPLAN, C. Jóvenes en turbulencia. Miradas críticas contra la criminalización de los estudiantes. En: Propuesta Educativa, 2011,no. 35, p. 95-103.         [ Links ]

42. KAPLAN, C. Mirada social, exclusión simbólica y auto-estigmatización. En C. Kaplan, L. Krotsch, y V. Orce Con ojos de joven. Relaciones entre desigualdad, violencia y condición juvenil Buenos Aires: Editorial de la Facultad de FFyL- UBA, 2012. p. 15-7.         [ Links ]

43. KAPLAN, C.V. Imagenes sobre mobilizações juvenis e estudantis: a criminalização através dos meios de comunicação. Revista de Estudos Universitários -REU-, v. 39, n. 2, dez. 2013a. p. 293-309, Universidade de Sorocaba/SP, Brasil. Recuperado de: http://periodicos.uniso.br/ojs/index.php?journal=reu&page=issue&op=view&path.         [ Links ]

44. KAPLAN, C. V. Os jovens e seus medos sociais: da morte e de serem excluídos. Teias, 14(32), maio-ago 2013b, Rio de Janeiro. p. 251-263. Recuperado de: http://www.periodicos.proped.pro.br/index.php/revistateias/article/view/1405.         [ Links ]

45. KESSLER, G. El sentimiento de inseguridad. Buenos Aires: Siglo XXI, 2009. p. 1-288.         [ Links ]

46. KESSLER, G. La extensión del sentimiento de inseguridad en América Latina. Sociología e Política, Vol. 19, Nro. 40, 2011. p. 103-114.         [ Links ]

47. KESSLER, G. Algunas hipótesis sobre la extensión del sentimiento de inseguridad en América Latina. En: Cuadernos de Antropología Social, 2013, no. 37, p. 25-42.         [ Links ]

48. LARA KLAHR, M. Apuntes para un periodismo (negro) consiente. En Violencia y medios: seguridad pública y construcción del miedo. México: Instituto para la Seguridad y la Democracia, 2004. Recuperado de: http://www.insyde.org.mx.         [ Links ]

49. LARRAÍN, S. Y VALENZUELA, A. Televisión y ciudadanía. Presencia de temas ciudadanos en cuatro canales de TV abierta en Chile. Chile: Observatorio de Medios Fucatel, 2004. Recuperado de: http://www.observatoriofucatel.cl/files/investigaciones/Libro+Final+Television+y+ciudadana.pdf.         [ Links ]

50. LAVENA, C. ¿La violencia va a la escuela? Una mirada a la violencia escolar en la Argentina. Tesis de la Maestría en Educación, Argentina. Universidad de San Andrés. 2002.         [ Links ]

51. LÓPEZ PORTILLO, E. Medios y seguridad: reflexiones sobre la construcción de realidades. En Violencia y medios: seguridad pública y construcción del miedo. Distrito Federal de México: Instituto para la Seguridad y la Democracia, 2004. Recuperado de: http://www.insyde.org.mx.         [ Links ]

52. LÓPEZ, R. Y CERDA, A. Violencia en la televisión mexicana: un análisis del contenido de los treinta programas con mayor audiencia. Hiper-textos, Monterrey, N° 2 (enero-junio) 2001. Recuperado de: http://www.mty.itesm.mx/dcic/hiper-textos.         [ Links ]

53. LOYOLA, M. I.; VILLA, M. J. Y SÁNCHEZ, M. T. «El uso de las metáforas en el discurso de la guerra», en Sala de Prensa (diciembre) 2003. Recuperado de: http://www.saladeprensa.org.         [ Links ]

54. MACASSI, S. La prensa amarilla en América Latina. Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui. No. 77 (marzo) 2002. Quito. Recuperado de: http://www.comunica.org/chasqui/.         [ Links ]

55. MÁRQUEZ GUERRERO M, JÁUREGUI LOBERA I. La violencia escolar en los textos periodísticos. Revista Iberoamericana de Educación 2005. p.105-119. Recuperado de: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=80003808.         [ Links ]

56. MARTÍN BARBERO, J. Prensa la forma mito. En Procesos de Comunicación y matrices de cultura. Intinerarios para salir de la razón dualista. Barcelona: Felafacs, 1998.         [ Links ]

57. MARTÍN BARBERO, J. De las políticas de comunicación a la reimaginación de la política. En: Revista de Economía Política de las Tecnologías de la Información y Comunicación, 2002, p. 3 - 18.         [ Links ]

58. MARTINI, S. Periodismo, noticia y noticiabilidad. Buenos Aires: Norma, 2004, p. 12-36.         [ Links ]

59. MARTINI, S. Notas para una epistemología de la noticia. El caso del género policial en los medios nacionales. Boletín de la BCN, N°123. Biblioteca del Congreso de la Nación, Buenos Aires, Argentina, 2007. p. 1-16.         [ Links ]

60. MARTINI, S. Y PEREYRA M. La irrupción del delito en la vida cotidiana. Buenos Aires: Biblos, 2009. p. 14-68.         [ Links ]

61. MIGUEZ, D. E ISLA, A. Entre la inseguridad y el temor. Instantáneas de la sociedad actual. Buenos Aires: Paidós, 2010, p.6-54.         [ Links ]

62. MÍGUEZ, D. Y NOEL, G. Entre el Pánico Moral y el Suceso Real: La Violencia Escolar en la Argentina Reciente, Ponencia presentada en el VIII° Congreso Argentino de Antropología Social, Salta, septiembre de 2006.         [ Links ]

63. NÚÑEZ, V. "Apuntes acerca de la violencia en niños y jóvenes: una lectura desde la Pedagogía Social". Seminario presencial dictado el 23 de marzo de 2007, en el marco del ciclo "Aportes para abordar el malestar en la cultura educativa", organizado por el "Programa de psicoanálisis y prácticas socioeducativas". FLACSO. Área de educación. Sede Argentina.         [ Links ]

64. OBSERVATORIO ARGENTINO DE VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS. Violencia en las escuelas. Investigaciones, resultados y políticas de abordaje en prevención. Simposio Francia, 2009. Recuperado de: Argentina. Recuperado de: http://ceapi.files.wordpress.com/2012/04/violencia2.pdf.         [ Links ]

65. OBSERVATORIO ARGENTINO DE VIOLENCIA EN LAS ESCUELAS. Cátedra Abierta. Aportes para pensar las violencias en las escuelas, 2011. Recuperado de: http://www.me.gov.ar/construccion/pdf_observatorio/catedra.pdf.         [ Links ]

66. OBSERVATORIO DE JÓVENES COMUNICACIÓN Y MEDIOS, DE LA UNLP. Informe resultados 2009. Recuperado de: http://www.perio.unlp.edu.ar/observatoriodejovenes/sites/perio.unlp.edu.ar.obser-vatoriodejovenes/files/informe%20entero%20-%20puntos%201%20a%204.pdf.         [ Links ]

67. OBSERVATORIO DE JÓVENES COMUNICACIÓN Y MEDIOS, DE LA UNLP. (2011). Informe 2011. Los jóvenes según los medios: introducción. Recuperado de: http://www.perio.unlp.edu.ar/observatorio-dejovenes/?q=node/89.         [ Links ]

68. OBSERVATORIO DE JÓVENES COMUNICACIÓN Y MEDIOS, de la UNLP. Informe Anual 2012. La Plata: Ediciones EPC de Periodismo y Comunicación Social.         [ Links ]

69. OBSERVATORIO GLOBAL DE MEDIOS, CAPÍTULO VENEZUELA Asesinato de fiscal. Una segunda lectura a las primeras páginas de los diarios de Caracas: Últimas Noticias, El Universal, El Nacional y Diario Vea, 2005a. Recuperado de: http://www.observatoriodemedios.org.ve/investigaciones/fiscal.         [ Links ]

70. OBSERVATORIO GLOBAL DE MEDIOS. La violencia y su representación. Una segunda lectura a las primeras páginas de los diarios de Caracas: Últimas Noticias, El Universal, El Nacional y Diario Vea, 2005b [en línea]. Recuperado de: http://www.observatoriodemedios.org.ve/investigaciones/laviolenciaysure.asp.         [ Links ]

71. PEGORARO, J. (2000).Violencia delictiva, inseguridad urbana. La construcción social de la inseguridad urbana. Revista Nueva Sociedad, 167: 115-131.         [ Links ]

72. PEREYRA, M. Cartografías del delito, territorios del miedo. En: S. Martini y M. Pereyra La irrupción del delito en la vida cotidiana. Buenos Aires: Biblos. pp.41-62.         [ Links ]

73. PIÑUEL RAIGADA, J.A. GAITÁN M. Y FRANCISCO G. La violencia en la escuela a través de la prensa on-line de los periódicos de referencia en España, 2003.         [ Links ]

74. QUÉS, M.A. Medios y política. Imágenes, discursos y sentidos. Buenos Aires: Editorial Universitaria Rioplatense, 2013. p. 21-68.         [ Links ]

75. RAITER, A. Lingüística y Política. Buenos Aires, Biblos, 1999. p. 21-58.         [ Links ]

76. RAITER, A. Capítulo I. En A. Raiter Representaciones sociales. Buenos Aires: Eudeba, 2001.p. 8-27.         [ Links ]

77. RAITER, A. Los límites del análisis crítico del discurso (ACD), 2010. p. 1-14. Recuperado de: https://docs.google.com/file/d/0B6e5r711771-kOTdmYzhkMDgtM215Ni00MGM3LW1wODUtYjlhNWRiNGMzZ-TVl/edit?pli=1&hl=es.         [ Links ]

78. RAITER, A Y JULIA ZULLO J. (comp.) (2008). La caja de pandora, la representación del mundo de los medios. Buenos Aires: Ed La Crujía y Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.         [ Links ]

79. RAITER, A., J. ZULLO, S. PÉREZ, V. UNAMUNO, D. LABONIA, I. MUÑOZ. Discurso y ciencia social. Buenos Aires: Eudeba, 1999. p. 5-67.         [ Links ]

80. RAITER, A.; ZULLO, J.; SÁNCHEZ, K.; SZRETTER, M., BASH, M., PÉREZ, S.I. Y GARCIA, P. Representaciones Sociales. Buenos Aires: EU-DEBA, 2001. p.5-54.         [ Links ]

81. REGUILLO, R. Crónica roja: espectáculo y negocio. Revista Chasqui, N° 60, 1997.         [ Links ]

82. REGUILLO, R. Un malestar invisible: derechos humanos y comunicación. Revista Chasqui, Quito, N° 64 (diciembre) 1998. p. 18-23.         [ Links ]

83. REGUILLO, R. Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto. Buenos Aires: Grupo Editorial Norma, 2000. p. 13-158.         [ Links ]

84. REGUILLO, R. Memoria, performatividad y catástrofes: ciudad interrumpida. Contratexto Digital [en línea], núm. 4, 2006. Recuperado de: http://www.ulima.edu.pe/Revistas/contratexto/index.html.         [ Links ]

85. REY, G. El cuerpo del delito. Representación y narrativas mediáticas de la seguridad ciudadana. Colombia: Centro de competencia en comunicación para América Latina, 2005. p. 1-72.         [ Links ]

86. RODRIGUEZ, E. Criminalización mediática y políticas de seguridad. La gestión de la (in)seguridad ciudadana. En: Revista Oficios Terrestres, año VII, N° 9-10, 2001. p. 27-34.         [ Links ]

87. RONDELLI, E. Medios y violencia: acción testimonial, prácticas discursivas, sentidos sociales y alteridad. Diálogos de la Comunicación, Lima, N° 53 (diciembre), 1998. p. 66-82.         [ Links ]

88. SAEZ, V. "Prácticas discursivas e imágenes mediáticas sobre las violencias en los espacios escolares. Un análisis socioeducativo de la taxonomía alumno violento / alumno no violento en los medios gráficos de La Plata". Tesis de Maestría Inédita en Educación: Pedagogías críticas y problemáticas socioeducativas. Argentina. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires. 2003. p.177.         [ Links ]

89. SAINTOUT, F. Construcciones de la juventud en el cruce de siglos. En: Revista Tram(p)as de la Comunicación y la Cultura. Año 4. Abril de 2005. p. 16-21.         [ Links ]

90. SAINTOUT, F. ¿Culturas violentas? La producción mediática de violencias legítimas/ilegítimas y de sujetos viables/inviables. El caso de las juventudes, 2009. Recuperado de: http://www.perio.unlp.edu.ar/observatoriodejovenes/archivos/culturasviolentas.pdf.         [ Links ]

91. SAINTOUT, F. Los jóvenes argentinos: desde una epistemología de la esperanza. Quilmes: Editorial UNQ, 2013. p. 5-24.         [ Links ]

92. SODRÉ, M. Sociedad, cultura y violencia. Bogotá: Editorial Norma, 2001.         [ Links ]

93. SPÓSITO, M. "Um breve blanco da pesquisa sobre violencia escolar no Brasil". En Educação e Pesquisa, São Paulo, v. 27, n. 1, jan./jun 2001. p. 87-103. Recuperado de: http://www.scielo.br/pdf/ep/v27nl/a07v27nl.pdf.         [ Links ]

94. THOMPSON, J. Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. Barcelona: Paidós Comunicación, 1998. p. 15-68.         [ Links ]

95. UNICEF-FLACSO Clima, conflicto y violencia en las escuelas. 2011. Recuperado de: http://www.unicef.org/argentina/spanish/clima_conflicto_violencia_escuelas.pdf. Argentina: Flacso.         [ Links ]

96. VAN DIJK, T. A. El análisis crítico del discurso. En Anthropos (Barcelona), 186, septiembre-octubre, 1999. p. 23-36.         [ Links ]

97. VAN DIJK, T. A. Dominación étnica y racismo discursivo en España y América Latina. Barcelona: Gedisa, 2003. p.1-12        [ Links ]

98. VAN DIJK, T. A. Multidisciplinary CDA: a Plea for diversity en R. Wodak y M. Meyer Methods of Critical Discourse Analysis. Londres: Sage, 2001. p. 1-21.         [ Links ]

99. VAN DIJK, T. A. El racismo y la prensa en España. En Antonio Bañón Hernández (Ed.), Discurso periodístico y procesos migratorios. Donostia: Gakoa Liburuak, 2007. p. 27-80.         [ Links ]

100. VARENIK, R. Escándalo y reforma: el papel de las medios en el cambio policial. En Violencia y medios: seguridad pública y construcción del miedo. Distrito Federal de México: Instituto para la Seguridad y la Democracia, 2004. Recuperado de: http://www.insyde.org.mx.         [ Links ]

101. VASILACHIS DE GIALDINO, I. El lenguaje de la violencia en los medios de comunicación. Las otras formas de ser de la violencia y la prensa escrita. Argentina, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), 2004. Recuperado de: http://biblioteca.secyt.gov.ar.         [ Links ]

102. VERÓN, E. La presse. Produit, production, reception. París: Didier Erudition, 1981.         [ Links ]

103. WACQUANT, L. Las cárceles de la miseria. Buenos Aires: Manantial, 2010. p. 1-38.         [ Links ]

104. WASSERMAN, I. M. Y STACK, S. Communal violence and the Media: Lynchings and Their News Coverage by The New York Times between 1882 and 1930, en G. Barak (ed.) Media, Process, and the Social Construction of Crime. Studies in Newsmaking Crimi nology. London: Garland Publishing NY, 1995.         [ Links ]

105. ZULLO, J. Estrategias de la prensa actual: información, publicidad y metadiscurso. En R. A., Representaciones Sociales. Buenos Aires: Eudeba, 2002.         [ Links ]

106. ZULLO, J. Mira que tu cara quedó en la foto. Representación y auto-rrepresentación de Clarín, en la masacre de Puente Pueyrredón. En Alejandro Raiter y Julia Zullo (comp.) "La caja de Pandora, la representación del mundo de los medios". Buenos Aires: Ed La Crujía y Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, 2006. p. 137-160.         [ Links ]