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Desafíos

Print version ISSN 0124-4035On-line version ISSN 2145-5112

Desafíos vol.35 no.2 Bogotá July/Dec. 2023  Epub Oct 11, 2023

 

Artículo de reseñas bibliográficas

Resistiendo el retroceso. Estrategias de la oposición contra la erosión de la democracia

Javier Revelo-Rebolledo* 
http://orcid.org/0000-0003-3122-9839

* Universidad del Rosario javier.revelo@urosario.edu.co https://orcid.org/0000-0003-3122-9839

Gamboa, Laura. ., Resisting Backsliding. Opposition Strategies against the Erosion of Democracy. ., Cambridge University Press, ,, 2022. ., 320p. pp.


Las transiciones a la democracia de finales del siglo XX en América Latina contribuyeron al entusiasmo global por la denominada tercera ola de la democratización. Muchos esperaban que, con tiempo y paciencia, las democracias finalmente se consolidarían en la región. Sin embargo, la realidad política demostró que el resultado podía ser bien diferente, lo cual ha servido para cuestionar tanto la teleología como el optimismo iniciales (v. gr., Mainwaring & Hagopian, 2005). Un ejemplo sobresaliente de estas críticas es el libro de la profesora Laura Gamboa, Resisting Backsliding (Resistiendo el retroceso) que, de forma rigurosa y aguda, se suma al esfuerzo reciente de los estudios comparados por explicar claramente por qué un régimen político deja de ser democrático en el siglo XXI.

Con el fin de explicar la erosión de la democracia, el libro se propone determinar cuándo un líder con aspiraciones autoritarias1 logra no solo ganar las elecciones, sino también cambiar el régimen político. La primera parte del argumento busca, entonces, encontrar las razones que explican la elección popular de un autócrata en potencia (capítulos 2 y 3). En breve, la autora concluye que los sistemas de partidos débiles, los Estados débiles y las economías con resultados precarios aumentan la probabilidad de elegir a un autócrata en potencia. En esta parte, la autora se apoya en métodos cuantitativos para encontrar regularidades y tendencias en el conjunto de países de América Latina. A pesar del esfuerzo empírico, esta parte es menos sorprendente porque las conclusiones confirman ideas previas de la literatura sobre rupturas democráticas (v. gr., Fortin, 2012; Przeworski et al., 2000).

Ahora bien, la explicación del triunfo electoral de los autócratas en potencia no es suficiente, porque estos líderes no siempre logran acabar con una democracia. Por esta razón, la segunda parte del argumento estudia cómo estos líderes ejercen el poder y terminan erosionando la democracia. La tesis es la siguiente: la erosión de la democracia es más probable cuando los potenciales autócratas se enfrentan a grupos opositores que optan por la ruta insurreccional (las denominadas estrategias extrainstitucionales con objetivos radicales). Esta ruta, que se caracteriza por el uso de tácticas como “golpes de Estado, protestas, boicots o huelgas para destituir al presidente antes de que finalice el mandato constitucional” (p. 5), aumenta los incentivos de la represión y disminuye sus costos. El potencial autócrata argumenta con cierta credibilidad que los opositores no se someten a las reglas democráticas; se posiciona como defensor de la democracia. En cambio, este mismo argumento fracasaría cuando la oposición adopta estrategias institucionales y objetivos moderados (capítulo 2). En este último escenario, los potenciales autócratas asumirían costos muy elevados (nacionales e internacionales) porque sus movidas serían vistas como claramente antidemocráticas.

La estrategia empírica fundamental para validar el argumento anterior compara en profundidad la erosión exitosa de la democracia en Venezuela (capítulo 4) y la erosión fallida en Colombia (capítulo 5). Al comparar dos casos relativamente similares que terminan con resultados diferentes, el libro queda bien posicionado para plantear que la ruta insurreccional de la oposición a Hugo Chávez en Venezuela (a diferencia de la oposición a Álvaro Uribe en Colombia) explica la erosión del régimen democrático.

El libro de la profesora Laura Gamboa es sólido desde un punto de vista conceptual, teórico y metodológico. Quien lee tiene los elementos para entender fácilmente un argumento complejo, gracias a que la explicación es ordenada y amable. Los métodos escogidos y la información empírica presentada son relevantes para responder la pregunta de investigación. Si bien los aportes sustantivos de libro son varios, aquí resalto tres de ellos.

El primer aporte tiene que ver con que, el texto aborda una pregunta de investigación compleja y relevante desde un punto de vista académico y político. Establecer las causas de la erosión de la democracia es uno de los desafíos más importantes de la política contemporánea. El libro identifica bien que la literatura se equivoca al asumir que la erosión de una democracia se explica con la llegada al poder de los potenciales autócratas. Igual de importante es el proceso político que sigue a la elección de este tipo de líderes, pues no todos logran sus objetivos.

El segundo aporte central del libro es de tipo conceptual. El libro ayuda a comprender la “erosión” de una democracia, que se define como “una transición de la democracia a la autocracia que se produce gradualmente a lo largo del tiempo” (p. 24). Esta idea permite reconocer que las calidades democráticas de un régimen político pueden disminuir a tal punto que ya no tiene sentido seguir hablando de una democracia deteriorada (v. gr., Bermeo, 2016; Waldner & Lust, 2018). La idea de “erosión” permite, entonces, entender que un régimen no siempre cambia de forma abrupta (breakdown) y que los deterioros paulatinos (backsliding) también pueden llevar a un cambio de régimen. En este sentido, el libro identifica, define y estudia de forma atinada el proceso político que, con el tiempo, lleva a la destrucción total de una democracia.

El tercer aporte está relacionado con la respuesta a la pregunta de investigación, es decir, con la teoría misma. Como expliqué antes, el libro plantea que las estrategias de la oposición explican la erosión (o no) de una democracia gobernada por un potencial autócrata. Esta es una contribución importante, porque permite reconocer el papel de la oposición sin desconocer el peso que tienen los presidentes en América Latina. Sin embargo, la teoría no se enfoca en el peso relativo que tiene la oposición frente al gobierno. Lo clave, afirma la autora, son las estrategias de la oposición, que condicionan la “legitimidad” de la represión ejercida por los potenciales autócratas.

A pesar de todas estas fortalezas y contribuciones, el libro puede ser criticado por 1) reducir la explicación a una decisión, 2) subordinar el papel del aparato estatal a las estrategias de la oposición y 3) reducir el campo político a la dicotomía gobierno-oposición. Desarrollaré estas tres criticas pensando principalmente en el caso colombiano.

En primer lugar, el mensaje central del libro se podría resumir de la siguiente manera: las democracias se erosionan cuando los grupos opositores toman decisiones equivocadas (p. 46). Es posible evitar la erosión de una democracia si la oposición se aleja de la ruta insurreccional. El libro no solo sobrevalora el poder de cambio que tienen las decisiones de la oposición, sino que poco estudia las razones por las cuales la oposición camina en una u en otra dirección. Ahora bien, es justo reconocer que la autora, consciente de esta limitación, planea seguir impulsando esta agenda de investigación (p. 243).

La segunda crítica está relacionada con la subordinación del aparato estatal a las estrategias de la oposición. Para demostrar que las estrategias de la oposición explican la erosión de una democracia, la autora subordina el papel de las entidades públicas a la relación entre gobierno y oposición. “Las instituciones siguen estando” -dice el libro- “a disposición de la oposición incluso después de la elección de un líder con aspiraciones hegemónicas” (p. 31). El aparato estatal se convierte así en un “recurso” de la oposición (p. 139). La erosión de la democracia sería entonces el resultado de las estrategias de la oposición y no de la fortaleza e independencia de otros actores al interior del mismo Estado.

Colombia es un caso difícil, puesto que la Corte Constitucional fue el actor que frenó al potencial autócrata y evitó la erosión de la democracia. Sin embargo, en el libro Gamboa afirma que “aunque la Corte Constitucional fue esencial para bloquear el proyecto de reforma, fue la estrategia institucional de la oposición la que dio a los magistrados argumentos suficientes para fallar en su contra” (p. 163). Es innegable que la oposición cumplió un papel central en la defensa de la democracia, como bien argumenta el libro al estudiar la comunicación entre líderes políticos y magistrados. Pero, al mismo tiempo, el libro parece subestimar la agencia y poder de la Corte Constitucional. Es verdad que, sin una oposición institucional y moderada, la Corte difícilmente habría evitado la erosión de la democracia colombiana. No obstante, también es verdad que, con una oposición institucional y moderada, pero sin una Corte Constitucional independiente y poderosa, el expresidente Uribe habría sido reelegido y el régimen democrático no habría resistido. Por esta razón, en lugar de subordinar el papel que cumplió la Corte Constitucional a las estrategias de la oposición, parece más provechoso estudiar la forma como la oposición y las altas cortes contribuyeron a evitar que la democracia colombiana cayera.

El tercer y último comentario crítico tiene que ver con la dificultad de reducir el mundo político a la dicotomía gobierno-oposición. El libro, al igual que la literatura en el tema, tiende a clasificar como oposición a todos los actores que el gobierno no logra controlar, idea que es problemática desde un punto de vista empírico y político. Por un lado, la idea desconoce que muchos actores políticos difícilmente encajan en esa dicotomía. Parece importante diferenciar entre los independientes y los opositores, pero también entre las posturas frente al gobierno y las posturas frente al régimen. Aunque la independencia y la oposición no dependen del gobierno, la independencia no actúa necesariamente con una lógica partidista ni aspira a convertirse en gobierno. Así se entiende, por ejemplo, por qué tanto Uribe como Chávez criticaron al Sistema Interamericano de Derechos Humanos con vehemencia similar. Además, es perfectamente posible estar en contra de un gobierno, pero a favor de un régimen, y viceversa. Por otro, la dicotomía gobierno-oposición es problemática desde un punto de vista político. La idea reproduce el lenguaje mismo de los líderes autoritarios, que interpretan toda crítica como una amenaza motivada por el interés de gobernar.

Esta crítica se origina parcialmente en mi experiencia como investigador activista en Colombia durante el segundo mandato de Álvaro Uribe. Trabajé para el Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia) en un proyecto que buscó documentar los embates autoritarios del expresidente Uribe, así como contribuir a la defensa de la democracia en Colombia. Hice parte de una coalición variopinta que se unió para evitar la erosión de la democracia. Si bien es verdad que la mayoría de los integrantes de esta coalición eran opositores al gobierno, muchos otros simplemente estábamos allí debido a nuestra preocupación por el deterioro de la democracia.

Estos comentarios críticos no oscurecen la magnitud del aporte teórico, metodológico y empírico del libro. Los y las lectoras encontrarán un texto riguroso, que contribuye a entender las razones por las cuales una democracia puede desaparecer. La profesora Laura Gamboa plantea que el libro se empezó a escribir cuando la Corte Constitucional colombiana frenó la segunda reelección del expresidente Álvaro Uribe, en 2010. Ese mismo año fue para mí, por el contrario, el fin de un proyecto de investigación e incidencia pública, cuyos principales resultados se publicaron en el libro Mayorías sin democracia (2009). La empoderada decisión de la Corte y la obediente respuesta del expresidente Uribe nunca encajaron bien con nuestras expectativas. Pues bien, el libro Resisting Backsliding ayuda no solo a entender mejor por qué la democracia colombiana logró resistir el embate autoritario, sino también a dimensionar las fortalezas tanto del régimen político como de la oposición en el país.

Referencias

Bermeo, N. (2016).On democratic backsliding. Journal of Democracy, 27(1), 5-19. https://doi.org/10.1353/jod.2016.0012Links ]

Fortin, J. (2012). Is There a Necessary Condition for Democracy? The Role of State Capacity in Postcommunist Countries. Comparative Political Studies, 45(7), 903-930. https://doi.org/10.1177/0010414011428587Links ]

García Villegas, M., & Revelo Rebolledo, J. (Eds.). (2009). Mayorías sin democracia: Desequilibrio de poderes y Estado de derecho en Colombia, 2002-2009. Dejusticia. [ Links ]

Mainwaring, S., & Hagopian, F. (2005). The Third Wave of Democratization in Latin America: Advances and Setbacks. Cambridge University Press. [ Links ]

Przeworski, A., Álvarez, M., Cheibub, J. A., & Limongi, F. (2000). Democracy and Development: Political Institutions and Well-Being in the World, 1950-1990. Cambridge University Press; Harvard Library Bibliographic DataseT. [ Links ]

Waldner, D., & Lust, E. (2018). Unwelcome Change: Coming to Terms with Democratic Backsliding. Annual Review of Political Science, 21(1), 93-113. https://doi.org/10.1146/annurevpolisci-050517-114628Links ]

1 Un autócrata en potencia se define como un líder con aspiraciones hegemónicas. Cuando este tipo de líderes llegan al poder ponen en riesgo la democracia porque, por ejemplo, buscan aumentar tanto su poder como sus periodos de gobierno.

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