Los peces potamódromos en la cuenca del río Magdalena comprenden cerca de 19 especies (López-Casas et al. 2016, Usma et al. 2013). La migración de peces a lo largo de los cauces de los ríos Magdalena-Cauca es una estrategia de vida de estas especies que busca mantener la abundancia de la población, usando diferentes ambientes que ofrezcan condiciones ambientales favorables para desovar, incubar durante la deriva, alimentarse y encontrar refugio (Jiménez-Segura et al. 2016). Durante las migraciones de peces que se suceden dos veces al año en esta cuenca, individuos de diferentes tamaños se desplazan masivamente entre sistemas acuáticos diferentes (ciénagas → caños de conexión → cauce del río → tributarios → cauce del río → caños de conexión→ ciénagas) buscando lugares para desovar. Durante estos periodos de migración, en las zonas de la cuenca abajo de los 200 m s.n.m. de elevación, los pescadores artesanales aumentan su actividad y este evento de carácter biológico se transforma en una actividad comercial que impacta fuertemente la cultura de la población ribereña.
Los embalses en la región andina colombiana tienen sus orígenes a finales del siglo XIX (Jiménez-Segura et al. 2011), y hasta la década de 1970 se construyeron principalmente arriba de los 1000 m s.n.m. de elevación. En las últimas cuatro décadas, los embalses con capacidades de generación superior a 100 MW se han construído en cauces abajo de los 1000 m s.n.m. de elevación dentro de la red hidrológica del río Magdalena (Jiménez-Segura et al. 2014). Estos embalses son una barrera que evita que los peces migratorios continúen su movimiento ascendente en búsqueda de áreas para desovar (López-Casas et al. 2016). Al encontrar la presa, ingresan a los túneles atraídos por el flujo de agua de la descarga y dentro de ellos, se acumulan en las estructuras diseñadas para disipar los gradientes de la presión del agua (López-Casas et al. 2014). Frente a este escenario, algunas de las empresas del sector hidroeléctrico han desarrollado nuevas estrategias de prevención y mitigación dentro de sus planes de manejo para evitar la mortalidad de estos ejemplares dentro de estas estructuras. Esta comunicación presenta los resultados de las acciones de mitigación que ha realizado Empresas Públicas de Medellín (EPM) para reducir el efecto que puede tener sobre los peces su atrapamiento dentro de los túneles de descarga en la Central hidroeléctrica Porce III.
La central hidroeléctrica Porce III se encuentra sobre el cauce del río Porce en la cuenca alta del río Nechí, afluente del río Cauca, principal tributario del río Magdalena. Porce III tiene una capacidad instalada de 700 MW, para una generación firme de 3.605 GW hora/año. La presa del embalse Porce III se localiza a los 540 m s.n.m. de elevación (Figura 1).
En esta elevación, la probabilidad que individuos de especies migratorias se encuentren dentro del cauce del río es alta, pero el ingreso de peces al interior de los túneles de descarga de agua turbinada de la Central no fue identificado en los estudios de impacto ambiental del proyecto, debido a que las características del río, en términos de la velocidad del agua y de su pendiente, reducen la efectividad de los métodos para la captura de peces en estos estudios. Adicionalmente, estas especies no fueron registradas por los pobladores de la región y tampoco se observó actividad pesquera asociada con ellas. Sin embargo, teniendo en cuenta la política de responsabilidad social y ambiental de Empresas Públicas de Medellín (EPM), la actividad de rescate y liberación de peces se incorporó dentro de los Planes de Manejo Ambiental para la fase de operación de la central, para mitigar esta situación que compromete la sobrevivencia de ejemplares de especies migratorias dentro de los túneles de descarga cuando éstos se vacían para realizar actividades especiales de mantenimiento de las turbinas y sus compuertas de descarga.
Entre los años 2012 y 2015 se realizaron tres actividades de rescate de peces en el túnel de descarga de la central Porce III (Figura 2). Con la ayuda de un equipo que proveía energía eléctrica pulsada (método de pesca eléctrica) los peces fueron aturdidos y capturados con la ayuda de redes de arrastre (chinchorro: 5 m longitud, 3 m alto, 1 cm de abertura de malla) y de caída (atarrayas con diferentes aberturas de malla y altura: 0,5 cm y 2 m de alto y 2 cm y 4 m de alto); inmediatamente fueron depositados en canecas con agua, con oferta permanente de oxígeno y solución tranquilizante (eugenol) según lo recomendado por Javahery et al. (2012). Los ejemplares capturados fueron identificados hasta el nivel de especie, según la categoría taxonómica actualizada a 2015 (Eschmeyer y Fong 2017). Para esto se emplearon las claves taxonómicas de Buckup (1992),Dahl (1971) y Maldonado-Ocampo et al. (2005) así como las descripciones contenidas en Jiménez-Segura et al. (2014). Posteriormente, los peces vivos fueron liberados en el río Porce (Figura 2).
En las actividades de rescate en el túnel de descarga de la central Porce III se encontraron ocho especies de peces y se trasladaron al río Porce 352 individuos (Tabla 1). En agosto del 2012 se rescataron y trasladaron al cauce principal del río 81 individuos de cuatro especies (Prochilodus magdalenae, Astyanax microlepis, Roeboides dayi y Andinoacara latifrons). En junio del 2013 fueron trasladados 23 ejemplares de seis especies (Ichthyoelephas longirostris, P. magdalenae, Pimelodus spp., A. microlepis, A. latifrons y Pimelodella chagresi). En junio de 2015 se capturaron y trasladaron al río Porce 248 ejemplares; el 80% fueron individuos de P. magdalenae.
Familia | Especie | Nombre común | La Miel | Porce |
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Bryconidae | Brycon rubricauda Steindachner, 1879 + | Mueluda | 3 | |
Salminus affinis Steindachner, 1880 + | Picuda | 3 | ||
Anostomidae | Leporellus vittatus (Valenciennes, 1850) | Filipino, Corunta | 2 | |
Megaleporinus muyscorum Steindachner, 1901 + | Moino | 264 | ||
Prochilodontidae | Prochilodus magdalenae Steindachner, 1879 + | Bocachico | 654 | 240 |
Ichthyoelephas longirostris (Steindachner, 1879) + | Pataló | 15 | 7 | |
Characidae | Astyanax microlepis Eigenmann 1913 | Sardina | 71 | |
Roeboides dayi (Steindachner 1878) | Juan viejo, changuito | 17 | ||
Crenuchidae | Characidium phoxocephalum Eigenmann 1912 | Mazorco | 1 | |
Trichomycteridae | Trichomycterus spp | 1 | ||
Heptapteridae | Rhamdia quelen (Quoy y Gaimard, 1824) | Guabina | 1 | |
Pimelodidae | Pimelodus spp + | Capaz | 1 | |
Pimelodella chagresi (Steindachner 1876) | Bagrecito | 1 | ||
Cichlidae | Andinoacara latifrons (Steindachner 1878) | Mojarra azul | 14 |
Si se suman las especies registradas en los túneles de descarga de la central Miel I, el número de especies de peces que frecuentan los túneles de descarga de las centrales hidroeléctricas asciende a catorce (Tabla 1) pero la composición de especies difiere entre las dos centrales, probablemente como resultado de elevación a la que se encuentra cada una de ellas (Miel I: 145 m s.n.m.; Porce III: 560 m s.n.m.). La ictiofauna en la región andina colombiana presenta una relación inversa con la elevación (Carvajal-Quintero et al. 2015, Jaramillo-Villa et al. 2010, Jiménez-Segura et al. 2016), ocasionando que, en las diferentes elevaciones y en los diferentes sistemas acuáticos, se encuentren ensamblajes particulares a éstos (Jiménez-Segura et al. 2016). La zona aguas abajo de la presa en el río La Miel se encuentra en elevaciones entre los 145 y 140 m s.n.m., lo que explica que se encuentren ejemplares de especies de zonas bajas y varias de ellas, especies migratorias. En el caso de las zonas aguas abajo de la presa Porce III, que se encuentra entre los 540 y 323 m de elevación, aunque presentó especies de peces típicas de ríos de plano de inundación como R. dayi y Pimelodus yuma, se observó predominio de especies de pequeños ríos de montaña como A. latifrons.
Los meses en los que se realizaron los rescates corresponden a los periodos en que las lluvias se reducen y los ríos disminuyen caudal (junio-agosto). El río Magdalena-Cauca presenta un régimen hidrológico fuertemente bimodal, con dos periodos de crecientes. Durante los dos periodos de aguas bajas, los peces que se encuentran en las zonas abajo de los 200 m s.n.m. de elevación comienzan la migración hacía las zonas medias y altas de los cauces en búsqueda de lugares apropiados para desovar (López-Casas et al. 2016). En los tres rescates, el número de especies, la composición y distribución de la abundancia relativa fue diferente (Figura 3). En el segundo rescate se observó el mayor número de especies migratorias (P. magdalenae (bocachico), Pimelodus grosskopfii (capaz), I. longirostris (jetudo)) y la distribución equitativa de la abundancia de cada una de las especies. El bocachico estuvo presente en todos los rescates y en los dos últimos, se encontraron ejemplares de jetudo. En el rescate del 2015 se encontraron grandes cantidades de ejemplares de bocachico, lo que puede ser reflejo de que en ese momento se encontraba activa la migración de esa especie por el cauce del río Porce.
La presencia de dos especies migratorias de importancia comercial para la pesca artesanal a la elevación de la presa de Porce III no es una casualidad. Los individuos de las especies del género Prochilodus e Ichthyoelephas son nadadores activos que migran en dirección contraria al flujo, por los cauces de los ríos en busca de zonas para desovar; alcanzan los 1300 m s.n.m. en el caso de P. magdalenae y los 1000 m s.n.m. en el caso de I. longirostris en el río Cauca (Jiménez-Segura et al. 2016). El río Porce es un tributario del río Nechí, siendo este río una de las áreas más importantes para el desove en la cuenca del río Magdalena (Moreno C, datos no publicados) así que no es de extrañar que ejemplares de estas especies alcancen los 560 m s.n.m. de elevación en el río Porce durante sus movimientos asociados con la reproducción.
El flujo unidireccional que ofrecen los túneles, su cambio en la pendiente y, las oscilaciones en el volumen asociado con la generación de energía crean condiciones ideales para que los peces, en especial migratorios, entren en estas estructuras y bajo condiciones particulares queden atrapadas. Este fenómeno, es al parecer es común y puede presentarse en otras centrales hidroeléctricas ubicadas en ríos andinos, sin embargo, los reportes son escasos, aunque necesarios, pues de documentarse mejor el fenómeno podrían tomarse medidas que permitieran el mejor manejo de tales eventos.
Estos resultados son relevantes para que las empresas generadoras de energía continúen incorporando estrategias para monitorear la presencia de ictiofauna dentro de las estructuras, así como para emprender acciones para su rescate y liberación que permitan reducir el riesgo de muerte de los peces y promover la conservación de sus poblaciones.