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Revista Lasallista de Investigación

versión impresa ISSN 1794-4449

Rev. Lasallista Investig. vol.14 no.2 Caldas jul./dic. 2017

https://doi.org/10.22507/rli.v14n2a6 

Articulo original

Entre el hogar y el asfalto: relatos y experiencia de vida de habitantes en condición de calle1

Between home and asphalt: stories and life experiences of homeless people

Entre o lar e o asfalto: relatos e experiência de vida de habitantes de rua

César Moreno Baptista2 

Gretei Espinosa Herrera3  * 

Lorena Zapata Piedrahíta4 

2 Doctor en Antropología. Profesor de la Universidad de Caldas, Colombia. E-mail: cesar.moreno_b@ucaldas.edu.co. ORCID: 0000-0002-6283-7952.

3 Doctora en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud-CINDE. Profesora de la Universidad de Caldas, Colombia. E-mail: gretel.espinosa@ucaldas.edu.co. ORCID: 0000-0003-1589-1304

4 Magíster en Culturas y Droga. Catedrática de la Universidad de Caldas, Colombia. E-mail: lorenna.zapata@gmail.com. ORCID: 0000-0001-8589-9753.


Resumen

Introducción.

El tema de la habitabilidad en la calle se constituye en una problemática social en crecimiento que se presenta en todas las ciudades del país, como un fenómeno que debe ser estudiado interdisciplinariamente para una comprensión más objetiva y así, desde las políticas públicas, poder plantear alternativas para su abordaje.

Objetivo.

Realizar un análisis descriptivo de habitantes en situación de calle, con el fin de evidenciar algunos rasgos característicos de su modo de vida desde una perspectiva emic.

Materiales y métodos.

El trabajo es de corte etnográfico, basado en entrevistas semiestructuradas relacionadas con experiencias de vida de las personas consultadas en el hogar de paso La Posada de la ciudad de Manizales.

Resultados.

Los principales hallazgos están relacionados con el modo de vida cotidiano determinado por aspectos socioeconómicos, familiares y uso de drogas.

Conclusión.

Se advierte que circunstancias de diferente naturaleza, asociadas a condiciones objetivas y subjetivas de existencia, podrían llegar a generar estos modos de vida. Asimismo, este trabajo abre una puerta a la discusión sobre el futuro de los jóvenes menores de 20 años que inician procesos de habitabilidad en la calle.

Palabras clave: Habitante de calle; drogodependencia; habitabilidad en la calle

Abstract

Introduction.

Homelessness is an increasingly problematic social issue which is present in all cities of the country. For a more objective understanding of the problem, this phenomenon must be studied interdisciplinarily so that public policies can propose options to deal with it.

Objective.

Conduct a descriptive analysis of homeless people to evidence some characteristic traits of their lifestyle from an emic perspective.

Materials and methods.

This work is of an ethnographic nature, based on semi-structured interviews related with the life experiences of the people interviewed at the homeless shelter La Posada in the city of Manizales.

Results.

The main findings are related with their daily lifestyle determined by socioeconomic and family aspects and by drug use.

Conclusion.

It is evidenced that circumstances of different nature associated with objective and subjective existence conditions could lead to this lifestyle. Furthermore, this work opens the discussion on the future of young people under 20 years old who start their homelessness process.

Key words: Homeless person; drug dependence; homelessness

Resumo

Introdução.

O assunto da habitabilidade na rua se constitui numa problemática social em crescimento que se apresenta em todas as cidades do país, como um fenómeno que deve ser estudado interdisciplinariamente para una compreensão mais objetiva e assim, desde as políticas públicas, poder plantear alternativas para sua abordagem.

Objetivo.

Realizar uma análise descritiva de habitantes de rua, com o fim de evidenciar alguns rasgos característicos do seu modo de vida desde uma perspectiva emic.

Materiais e métodos.

O trabalho é de corte etnográfico, baseado em entrevistas semiestruturadas relacionadas com experiências de vida das pessoas consultadas na casa de passo La Posada da cidade de Manizales.

Resultados.

As principais descobertas estão relacionados com o modo de vida cotidiano determinado por aspectos socioeconómicos, familiares e uso de drogas.

Conclusão.

Se adverte que circunstâncias de diferente natureza, associadas a condições objetivas e subjetivas de existência, poderiam chegar a gerar estes modos de vida. Assim mesmo, este trabalho abre uma porta à discussão sobre o futuro dos jovens menores de 20 anos que iniciam processos de habitabilidade nas ruas.

Palavras chave: Habitante de rua; drogodependência; habitabilidade na rua

Introducción

De acuerdo con un estudio del DANE y Planeación Nacional, a finales del año 2009 había en el país no menos de 7 millones de personas en la indigencia o pobreza extrema1. Particular preocupación presenta el tema de los habitantes de la calle para la ciudad de Manizales, en tanto el informe señala que Manizales es la ciudad con mayor porcentaje de pobreza en Colombia, con un 45,4%. En este orden de ideas, un reporte de la Alcaldía de Manizales señala que en el 2009 la ciudad tenía censados 1250 habitantes de calle, y en el 2011 son 900 las personas que figuran como indigentes en Manizales2. En el mismo reporte se plantea que el 70% de la población indigente consume marihuana o bazuco y que el 30% de esta población es utilizada para transportar drogas psicoactivas a varios municipios de Caldas. Asimismo, el reporte de la Unidad de Protección a la Vida (UPV) indica que, para septiembre de 2013, se registró un número de 559 habitantes en condición de calle, de los cuales 290 son de la ciudad, 55 de diferentes municipios de Caldas y 123 provienen de otras partes del país.

Así, el objetivo de este trabajo fue acercarnos al habitante en situación de calle a fin de identificar, a través de sus relatos y experiencias, elementos diferenciadores de este modo de vida.

Siguiendo los planteamientos de la sociología de la experiencia, que define la experiencia como una combinación de lógicas de acción, lógicas que vinculan al actor a cada una de las dimensiones de un sistema3, metodológicamente asumimos los relatos de vida como datos que ejemplifican la interacción dialógica que refleja la vida cotidiana de los sujetos consultados, susceptibles de ser interpretados en múltiples contextos similares de manera etno-sociológica (Bertaux, 1997).

El análisis se apoya en un marco argumentativo que refiere que circunstancias de diferente naturaleza configuran un modo de vida en la calle. Este argumento condujo a pensar en algunos conceptos centrales del pensamiento de Pierre Bourdieu que permiten explicar, desde su perspectiva, la dinámica y estructura de los procesos de reproducción social a fin de reflexionar acerca de las condiciones objetivas y subjetivas de existencia de la población con la que se trabajó.

Materiales y métodos

La investigación se realizó entre los años 2013 y 2014, con un grupo de 60 hombres adultos habitantes de calle que frecuentan el hogar de paso La Posada4 en la ciudad de Manizales, con quienes se realizaron talleres, charlas colectivas, entrevistas personalizadas5 y un cuestionario, teniendo en cuenta cuatro temas: la familia, la calle, las drogas y el hogar de paso. Para este ejercicio se planteó un derrotero que permitiese ir describiendo los elementos que se articulan al hecho de vivir en la calle. Se tuvo en cuenta el cruce de tres dimensiones: experiencia familiar, trayectoria en el uso de drogas y la experiencia de vida en la calle.

Ahora bien, a simple vista la calle parece igualar a los que viven y duermen en ella, pero detrás de cada uno se esconde una historia diferente, incluso una conceptualización diversa. En el aspecto social son diferentes las formas en las que se hace referencia a las personas que tienen la calle por hogar, formas construidas a partir de percepciones que se relacionan con la condición económica, la condición social, la condición de salud mental, la apariencia (presentación personal), la relación que establecen con las drogas, entre otras. Este tipo de cogniciones sociales tienen como elemento distintivo la exclusión social, la cual se basa en un fenómeno conocido como estigmatización 6.

El Informe mundial sobre asentamientos humanos (2011), señala que las personas que duermen a la intemperie (en la calle, en lugares públicos) constituyen el núcleo de los "habitantes de calle", pero que también se puede incluir a aquellas personas que viven en instituciones de abrigo o de paso (Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, 2011). Ramos et al. (2009) plantean que existen habitantes "de" la calle y habitantes "en" la calle. Según esta diferencia el habitante "de" la calle corresponde a una persona de cualquier edad que hace de la calle su espacio de vida permanente, incluso duerme en la calle. Los habitantes "en" la calle serían los sujetos que pasan buena parte de su tiempo en la calle, pero que habitualmente regresan a dormir a su hogar o a una institución de paso. Para mayor precisión Koller y Hutz (1996) sugieren llamarlos sujetos "en situación de calle". Otras conceptualizaciones plantean que los habitantes "de la calle" se constituyen en

[...] una población de niños, jóvenes, adultos, ancianos[…] que, sin distinción de edad, sexo, raza, estado civil, condición social, mental u oficio, viven allí permanentemente o por períodos prolongados y establecen con su entorno una estrecha relación de pertenencia y de identidad; haciendo de la vida de la calle una opción temporal o permanente en el contexto de una racionalidad y de una dinámica sociocultural que les es propia y particular (Correa, 2007, p. 41).

Por otra parte, las investigaciones sobre el tema hacen énfasis en aspectos como salud (Daiski, 2007; Morrison, 2009), salud mental (Bonin et al., 2009), consumo de drogas (Tyler y Johnson, 2006) y conductas delictivas (Greenberg y Rosenheck, 2008). En este sentido enfermedades como tuberculosis, neumonías, procesos virales e infecciones de transmisión sexual son frecuentes en esta población debido a situaciones precarias de higiene, desnutrición, falta de acceso a servicios de salud y falta de divulgación básica de las mismas (Tirado y Correa, 2009, citado por Moreno, 2013). Los estudios también han mostrado la relación entre habitabilidad en calle y trastornos mentales tales como trastorno antisocial de la personalidad, trastorno afectivo bipolar, rasgos suicidas y trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad (Moreno, 2013).

Para efectos de esta investigación entendimos la condición de habitabilidad "en" la calle, como una condición en la que los sujetos pasan buena parte de su tiempo en la calle, pero habitualmente regresan a dormir a su hogar o a una institución de paso. De la misma manera se menciona al habitante "de" la calle, cuando se hace referencia a experiencias de sujetos que han hecho de la calle su espacio de vida permanente.

Resultados

Caracterización sociodemográfíca de la población estudiada

Este perfil sociodemográfico se realizó mediante la información relacionada con las variables edad, lugar de origen, nivel educativo y estado civil. Los relatos proceden de sujetos de estratos socioeconómicos muy bajos, donde prevalecen condiciones precarias de vivienda, escasos recursos, bajos niveles de educación y muchas dificultades económicas. Es necesario tener en cuenta que las personas del hogar de paso La Posada, en un alto porcentaje, han sido o continúan siendo consumidoras de sustancias psicoactivas, lo que incide en las condiciones de vida de estos sujetos.

Los entrevistados proceden en un 70% de la ciudad de Manizales. Como se señaló antes, la población consultada en su mayoría es de condición socioeconómica baja, lo que nos ubica en zonas deprimidas de la ciudad, en las que las dinámicas socioeconómicas muchas veces se articulan a situaciones de pobreza y carencias, así como a actividades delictivas, de microtráfico y / o narcomenudeo, en parte, como medio de subsistencia de las familias, lo que genera procesos de socialización con el mundo del consumo de las drogas desde temprana edad. Los datos evidencian que un poco más del 35% de los entrevistados ya se habían iniciado en el consumo de drogas hacia los 15 años de edad. El 43% de ellos con marihuana, seguido de alcohol, 22%; cigarrillo, 13%; bazuco, 8%; cocaína y pegante, con el 3%. Llama la atención que, a diferencia de otros grupos de consumidores, estos iniciaron con sustancias ilegales.

Entre las principales razones de inicio en las drogas se señala: la curiosidad, los amigos (el parche), problemas familiares, la rumba. En menor porcentaje se hace referencia a la soledad, los problemas afectivos, la búsqueda de aceptación entre los otros, imposición, desconocimiento y poca información sobre las drogas. Importante aclarar que la mayoría de los usuarios del hogar La Posada han sido consumidores dependientes de diferentes sustancias a lo largo de su vida. Esta situación se mantiene, hasta que después de los 40 años aproximadamente, se sienten vulnerables en la salud y comienzan a buscar un refugio institucional. En este orden de ideas, los entrevistados localizados en La Posada se encuentran mayormente entre los 50 y 75 años, añadiendo una condición que se muestra recurrente y está asociada al desgaste físico y de salud producido por el consumo de drogas. Esta situación gradualmente afecta la personalidad de los sujetos, sus valores, motivaciones, intereses, así como la esfera afectiva y sus relaciones sociales.

El 87% de los entrevistados manifestó tener un nivel educativo entre Primaria y Secundaria, lo que se articula con el hecho de que entre sus ocupaciones y formas de sobrevivencia aparezcan maneras inconstantes e informales de trabajar. Lo anterior evidencia la precariedad educativa y laboral en sus trayectos de vida, y siguiendo a Bourdieu (1979), esta situación evidencia cómo los contextos asociados a una clase particular de condiciones de existencia producen principios generadores y organizadores de las prácticas de los individuos, es decir, determinan las posibilidades y los límites de las prácticas de los sujetos. Resaltar que, aunque hubiese sido interesante, con los datos recogidos no fue posible determinar el tiempo que los entrevistados han permanecido en la calle en tanto es una población flotante que, por períodos intermitentes de tiempo, permanece en esta situación.

Algunos entrevistados iniciaron sus experiencias en la calle a temprana edad y otros en un momento tardío de la vida, dependiendo de vivencias y experiencias diferentes. Estas situaciones se asocian mayoritariamente a los contextos conflictivos de familia y relaciones conyugales. En este orden de ideas, las personas entrevistadas relatan que algunas de las causas que llevan a la habitabilidad en la calle corresponden al abandono y al maltrato físico y psicológico a los que fueron sometidos en su núcleo familiar, además de fenómenos de tipo social y económico como la precariedad y la pobreza, la violencia, el desempleo, el desplazamiento forzado y demás problemáticas sociales que se viven en nuestro país (Moreno, 2013, p. 5). La salida a la calle en esta población fue, en ocasiones gradual; en otras, estuvo acompañada por breves experiencias que sirvieron de ensayo para, más adelante y de manera paulatina, irse quedando cada vez más tiempo en las calles; sin embargo, en algunas ocasiones se presentaron situaciones más abruptas que generaron la decisión de abandonar el hogar de manera definitiva.

Actualmente solo algunos habitantes de La Posada mantienen contacto con algún familiar; en ocasiones son relaciones distantes, de acuerdo con la barrera que exista entre ellos. Momentos como cumpleaños, épocas de Navidad, el recuerdo de los hijos y de la familia mezclan sentimientos de soledad y tristeza que son un motivo para invocar la idea de Dios como ser único de consuelo.

La calle y su cotidianidad

Las experiencias de calle marcan dinámicas que se insertan en estilos de vida particulares, con normas y valores muy establecidos. En la interacción entre los sujetos entrevistados, suele desarrollarse "... una cultura propia... opiniones sobre sí mismos, sobre sus acciones y sobre sus relaciones con el resto..." (Becker, 1963, p. 101). Apreciaciones de estatus entre los sujetos, articuladas a las diferentes percepciones acerca de "la calle", "vivir en la calle", "habitar en la calle", así como dinámicas asociadas a la solidaridad, la amistad y el riesgo aparecen en los relatos de los entrevistados.

En este orden de ideas, el momento de llegada a la calle, la permanencia y la capacidad de liderazgo determinan las posiciones de los sujetos en el interior de los grupos. Los grupos que se conforman dentro de la colectividad que habita la calle se diferencian de acuerdo con la edad, el género, la actividad de la que obtienen su sustento, el espacio o lugar donde habitan y las condiciones de salud mental. Sin embargo, algunos habitantes de la calle no se asocian con los grupos, sino que sobreviven de manera independiente, situación que aumenta su vulnerabilidad, dificulta su interacción social y los expone a la violencia que ejercen otros habitantes de la calle.

La inseguridad está presente con mucha frecuencia en este modo de vida, unos como víctimas y otros como victimarios:

[...] vivir en la calle es bravo, tanto peligro que hay en la calle, porque en la calle hay gente que es muy envidiosa, que se enamora de uno o por hacerle daño a uno, le meten dos o tres puñaladas… a mí en la calle me daba miedo dormir... me llenaba de terror, de pánico, de susto, ¿sí me entiende? me da miedo, uno se llena de nervios (entrevista P6: 68 años).

La vida en la calle obliga en ocasiones a delinquir para sobrevivir: quitarle algo al otro, un algo que se constituye en un medio básico de supervivencia como zapatos, cobija, dinero 一sin importar la forma-puede ser la diferencia entre vivir o no. Asimismo, la sensación de desvalijamiento y desahucie emocional conlleva que aparezcan conflictos y agresividades entre los habitantes de la calle. Lo anterior, reconociendo que las prácticas violentas entre ciertos grupos pueden ser una forma de ganar respeto y autoridad entre los otros:

[...] hay que cuidarse... ando con un cuchillo delgado y fino... porque no se dobla, porque no se parte, no lo deja embalado [desarmado] a uno en ningún lado, en cambio hay unos cuchillos grandes, que usted medio le da a una pared y eso se quiebra; ahí sí queda usted embalado. Ahí si corra papá porque lo que le van a dar es cuchillo (entrevista P5: 32 años).

Para los habitantes de la calle los transeúntes son importantes cuando de supervivencia se trata. El pesar y la lástima por las condiciones de los habitantes de calle es una forma de conseguir comida o monedas, en un acto de solidaridad. El trabajo en los semáforos (venta de bolsas, limpia parabrisas, malabaristas), recolección del reciclaje, el conspire (pedir dinero - limosna- en la calle), las ventas ambulantes, el cambalache (hacer negocio de pequeño monto), el microtráfico, el trabajo sexual, mandadero, lustra botas, entre otras, son algunas de las muchas formas de sobrevivir en el asfalto. Hay que aclarar que, aunque el reciclaje es el trabajo más común entre los habitantes en condición de calle, no todos los que se dedican a reciclar viven esta situación.

Poco común es la amistad entre los habitantes de la calle; la competencia por sobrevivir no genera oportunidades favorables para este tipo de interacciones:

[...] los amigos son muy poquitos, los de confianza. No los puede uno culpar porque la persona drogada y metida en esa esclavitud lo único que piensa es en el vicio así le toque robar, así le toque hasta matar, así le toque hasta vender a su mamá, la vende.

Sin embargo, en el común denominador de la soledad, la necesidad, el hambre, el frío y todo lo que caracteriza la vida en la calle, lo humano aún aparece:

[…] en la calle se valora la amistad, no todo mundo es amigo, pero hay gente en la que uno puede confiar, hay gente con la que se puede hablar, ¡no todos!..., vea, la verdad yo tengo un man que distingo desde hace poco, es reciclador… y para mí es un amigo. Cuando he tenido frío me presta la lona para dormir, cuando no tengo alcohol me da. ¿Sí me entiende?, y es un man que no tiene, pero da de lo que tiene y es más gente que cualquier otra de la supuesta gente que yo distingo (entrevista P5: 32 años).

En la calle se tejen y destejen redes de interacción que se articulan con la explotación y la protección de los miembros de los grupos. Generalmente estas actividades se relacionan con jefes o cabecillas dedicados a la prostitución (proxenetismo), los comerciantes, vendedores ambulantes, jíbaros y los propios habitantes de calle. Estas complejas y heterogéneas redes perpetúan lógicas, prácticas y dinámicas que aseguran la supervivencia y la satisfacción de las necesidades de los unos y de los otros en una relación de mutuo beneficio. Por ejemplo, el jíbaro y el habitante de calle comparten formas de cooperación para encubrir o posibilitar actividades ilícitas. En estas situaciones se desarrolla una cultura, una moral propia y un particular sentido del bien vivir, de la libertad, de la convivencia, del respeto y la solidaridad. A pesar de que el habitante de la calle se autodefine como un ser solitario, no puede prescindir de intercambios sociales que le son vitales.

Llama la atención la diferenciación que establecen los mismos sujetos en situación de calle sobre sus prácticas. Buscar en la basura y cargar el costal o no hacerlo determina qué tan "llevado" se está dentro de este modo de vida. Cargar el costal, comer de la basura y dormir en el asfalto, las aceras o los portales es una situación deshumanizante a la cual los mismos habitantes le tienen miedo. Esta situación también tiene implicaciones en las condiciones de salud e higiene de los sujetos:

[…] uno buscaba en la basura más o menos comida empacadita, limpiecita, pero yo me he puesto a ver este muchacho que ha venido estos días alias 'El Calavera', pobrecito, este sí no respeta, este va cogiendo unas tripas de gallinazo y hágale. Cuando se carga el costal se está en esclavitud del diablo, el diablo lo está manejando como un títere porque llegar hasta ese punto es lo peor… una cosa es Cargar una tula pero ya el costal es un degeneramiento que significa que el diablo lo tiene atado, esclavizado... cargar el costal, llegar uno hasta ese punto es estar muy degenerado... el día que me iba a suicidar fui y lo encaleté (el costal) en el barrio Alfonso López, lo dejé me puse a pensar, lloré y ya después me subí al puente para tirarme. Cuando ya me cogieron y me llevaron. y aquí estoy, allá quedó el costal (entrevista P3: 42 años).

Los relatos coinciden en la percepción de que la calle aporta experiencias buenas y malas. Esta experiencia se describe como una enseñanza que, por un lado, permite valorar elementos que rodean a los seres humanos, entre ellos, la familia:

[…] uno cada día aprende algo bueno, bonito y feo, entonces por eso le digo que la vida en la calle es hermosa porque usted no aprende lo de la calle en una oficina, en una universidad... la calle es muy hermosa porque uno aprende a valorar mucha calidad de gente, a valorarse definitivamente a uno mismo, a ver las capacidades y el potencial que tiene uno para subsistir en la calle. (Entrevista P4: 23 años). La calle me enseñó mucho a vivir y a valorar no solo la vida porque yo me vi, como le digo a punto de suicidarme, la vida no valía nada, me entregué a las drogas. (Entrevista P3:42 años). En la calle tuve muchas experiencias. Yo soy una persona muy madura, la calle lo madura a uno, lo vuelve a uno con una personalidad diferente, acepta las cosas, sabe de dónde viene, lo vuelve más humilde en el caso mío (Entrevista P11: 56 años).

Por otro lado, se reconoce como una experiencia que obliga a sobrevivir:

[…] a uno le toca dormir en la calle, pasar frío, comer mierda, esculcar la basura, pedir, humillársele a otro hombre, a otro ser humano.usted está sucio, sin bañarse, oliendo maluco, todo el mundo lo desprecia, durmiendo en una acera, revolcando las basuras. a uno lo ve todo el mundo alejado de la sociedad, despreciado por todos… yo a veces me veía enfermo, tosiendo y me mandaba la droga y se me quitaba el dolor por un rato: dos o tres horas, pero al rato era peor aguantando frío, en medio de esos aguaceros… Lo más duro de la calle es el pavimento. Yo en mi vida he chupado [sufrido dormir en el] pavimento, yo prefiero andar toda una santa noche que chupar pavimento. Me conseguía así fuera un bareto, un cacho [cigarrillo de marihuana], me lo tiraba [fumaba] y me acostaba a dormir hasta el otro día. Al otro día ese sentimiento de culpa, ese aburrimiento sin saber qué hacer… la vida de la calle es dura de vivir... (Entrevista P3: 42 años).

La experiencia en la calle es una especie de "esclavitud", como dicen algunos. Días enteros sin bañarse, la ropa sucia, rota, el hambre, las adicciones, el peligro, la estigmatización, el desprecio, el señalamiento, entre otras tantas situaciones; así, quien logra recuperarse, de algún modo toma conciencia de lo indeseable y denigrante que resulta esta forma de vivir.

Discusión

El modo de vida en la calle está determinado por múltiples condiciones que se identifican como factores de riesgo. Moreno (2013) plantea que estas causas se dividen en macro y micro. Dentro del componente macro se encierran características de tipo social y económico que confluyen y se relacionan entre sí. Bourdieu (1991) explica estas causas como condiciones subjetivas y objetivas de existencia. En este orden de ideas, las estructuras objetivas tienen la capacidad de orientar y coaccionar las prácticas sociales y las representaciones que de las mismas se hacen los individuos (Bourdieu, 1979). De esta manera, la relación que un individuo mantiene con su contexto y el modo de vida que puede vivir dependen fundamentalmente de las condiciones objetivas y subjetivas de las que ha sido dotado en su trayectoria de vida, así como de la forma cómo las ha adquirido (Bourdieu, 1997), afectando la totalidad de las experiencias familiares, de matrimonio, de interacción con otros, entre otros.

Los relatos evidencian que tensiones y conflictos familiares, violencia físicas, verbales, abuso sexual, falta de afecto, negligencia, abandono, muerte de un familiar significativo, contextos de consumo, microtráfico, delincuencia, entre otros, pueden ser el escenario proclive para que los sujetos inicien su habitar fuera de un hogar (Calafat et al., 2008); este proceso puede ser gradual o abrupto, pero que fatal e inevitablemente termina en una situación de calle y un desanclaje del grupo familiar en particular y del contexto social en general.

Llegar a la condición de habitabilidad en la calle no limita a los sujetos a convivir en un único espacio o escenario de acción. Algunos habitantes de la calle adoptan una vida nómada viajando de una ciudad a otra y estableciéndose en ella por un tiempo, y luego siguen el mismo camino. En algunos casos la permanencia puede coincidir con eventos o fiestas tradicionales de cada ciudad -ferias o carnavales-, lo cual genera mayores posibilidades de rebusque y subsistencia. En otros casos la habitabilidad en la calle es solamente durante las horas del día, de manera que en la noche los sujetos pernoctan en lugares de paso como La Posada o pensiones. Otra posibilidad es la permanencia en las llamadas "ollas" (donde se consigue todo tipo de sustancias), el refugio en zonas boscosas aledañas a barrios de la ciudad, o terminan el día en la calle, los andenes y portales como resultado de la pérdida total del control de sí.

En términos de Bourdieu (1991), los condicionamientos asociados a una situación social generan "habitus" o "predisposiciones" transferibles (estructuras estructuradas, que operan como estructuras estructurantes), que se vuelven principios que ordenan la acción humana. Así, la vida en la calle termina siendo un modo de vida que conlleva un aprendizaje permanente de adaptación.

Conclusiones

Los habitantes de la calle protagonizan historias de vida que se van complicando cada día más hasta llegar a un punto que parece sin retorno. Generalmente no hay una única causa; muy pocos llegan a la calle solamente por una cuestión económica. Siempre hay algo más que genera que el círculo social se quiebre. Problemas económicos y contextos vulnerables, conflictos familiares, situaciones de abuso, maltrato, abandono, adicciones, violencia y desplazamiento son algunas de las causas que llevan a una persona a desanclarse, paulatina o abruptamente de su hogar, para terminar, viviendo en el asfalto.

La calle es entonces el lugar donde llegan para quedarse, en donde se tejen relaciones de diferente orden: gratificantes en algunos casos, pero enfrentando siempre los embates del azar y de la marginalidad, de la pobreza y la exclusión, del maltrato y del dolor; del desplazamiento, la soledad y la orfandad, del delito y del ocio improductivo, del alto consumo de psicoactivos, la mendicidad y el rebusque. Desde este panorama, la calle queda significada como espacio para la sobrevivencia.

Los problemas y experiencias descritos trazan una ruta hasta una población mayoritaria entre 40 y 75 años en condición de calle. Se las ingenian para sobrevivir y encontrar algo con que alimentarse diariamente. Muchos con vínculos familiares rotos, sin trabajo, con un desgaste físico y emocional evidente, problemas de salud y seguridad social, algunos con problemas psiquiátricos y otros que padecen ciertas adicciones, todo lo cual podría resumirse en una depreciación de la condición humana.

Es preocupante que el Estado no implemente acciones suficientes o eficaces para abordar una problemática que se hace cada vez más marcada en la sociedad colombiana. Los adultos en condición de calle evidencian una situación de salud cada vez más precaria y frágil, al tiempo que las condiciones de vulnerabilidad para esta población son numerosas. Por otro lado, el escenario que nos muestran los relatos advierte sobre el futuro que vivirán los sujetos jóvenes que inician experiencias de calle y desanclaje familiar.

Todo lo anterior permite concluir que el modo de vida en la calle se articula a condiciones objetivas y subjetivas de existencia que determinan principios generadores y organizadores de las prácticas de los individuos, es decir, determinan las posibilidades y los límites de las prácticas de los sujetos en su cotidianidad.

Frío, hambre, desolación, situación indigna, esclavitud, el último lugar donde se puede caer, donde todo se complica: estas son algunas de las descripciones hechas por los habitantes del hogar de paso La Posada sobre la calle; sin embargo, sus cuerpos transmiten mucho más y es que quizá no exista expresión o grafía adecuada para dar cuenta de todo el confuso laberinto que se esconde detrás de la experiencia de su condición.

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1 Artículo original derivado del proyecto de investigación “Relatos y experiencias de vida en el consumo de sustancias psicoactivas, de habitantes de la calle de la ciudad de Manizales”. Investigación realizada con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigaciones y Posgrados de la Universidad de Caldas entre los años 2013 y 2014.

1 En periódico, El País, 26 de octubre de 2009. Se señala, que los pobres en Colombia suman 19.899.144, en tanto que las personas que están sumidas en la pobreza extrema o indigencia suman 7.159.172.

2 Para más información, ver http://www.lapatria.com/manizales/caminantes-de-la-calle-toman-rumbo-en-manizales-42461.

3 La sociologie de l'expérience sociale vise a definir l'expérience comme une combinaison de logiques d'action, logiques qui lient l'acteur a chacune des dimensions d'un systeme"(Dubet, 1994, p. 105).

4 Es un centro de acogida temporal, llamado hogar de paso Nuestra Señora del Rosario "La Posada". Fue fundado el12 de julio de 1998. Su objetivo es brindar dormida y alimentación a hombres habitantes de la calle de Manizales, buscando rescatar su dignidad como personas y hacer un aporte a la paz ciudadana. Todos los días a las 5:00 p. m. el Hogar de Paso abre la puerta para los habitantes de la calle, teniendo prioridad quienes hayan estado asistiendo de manera constante. Allí pueden lavar su ropa, comer y tener una dormida digna, además de espacios de formación, esparcimiento, y espiritualidad. Al día siguiente se bañan, desayunan y salen a las 7:00 a. m. nuevamente.

5 La información recogida en las entrevistas fue sistematizada en el programa de Atlas-Ti6, a través del cual se realizó la codificación de los datos.

6 Para Goffman (1963) estigma es una situación del individuo inhabilitado para una plena aceptación social.

Recibido: 13 de Noviembre de 2016; Aprobado: 15 de Septiembre de 2017

* Autor para correspondencia: Gretel Espinosa Herrera, E-mail: gretel.espinosa@ucaldas.edu.co.

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