SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.20 número3Representaciones de la paternidad para universitarias/os sin hijas/os de Valdivia, ChileCuerpos jóvenes y control de territorios en el triángulo del huachicol índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud

versión impresa ISSN 1692-715Xversión On-line ISSN 2027-7679

Rev.latinoam.cienc.soc.niñez juv vol.20 no.3 Manizales sep./dic. 2022  Epub 24-Ene-2023

https://doi.org/10.11600/rlcsnj.20.3.5487 

Estudios e Investigaciones

Juvenicidio y prácticas de resistencia/ reexistencia en Medellín (Colombia) y Mendoza (Argentina)*

Youthicide and practices of resistance/re-existence in Medellín (Colombia) and Mendoza (Argentina)

Juvenicídio e práticas de resistência/existência na Medellín (Colômbia) e na Mendoza (Argentina)

Ph. D. María Victoria Seca1 

Mg. Lorena Cecilia Mancera-Panza2 

1 Conicet, Argentina. Doctora en Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Cuyo. 0000-0001-6152-958X. H5: 3. Correo electrónico: victoriaseca@gmail.com

2 Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Magíster en Estudios Latinoamericanos, Universidad Nacional de Cuyo. 0000-0002-6446-3341. H5: 0. Correo electrónico: lormancera@gmail.com


Resumen (analítico)

Artículo resultado de una reflexión conjunta realizada en dos ciudades, una de Argentina y una de Colombia. El estudio cualitativo sobre cómo y por qué surgieron cuatro espacios de participación juvenil permitió encontrar en palabras de los y las jóvenes de sectores populares la expresión de experiencias cargadas de vulnerabilidad social. Con el objetivo de construir miradas regionales a partir de investigaciones situadas, las autoras articularon sus hallazgos en torno al estudio de procesos comunitarios juveniles surgidos como respuestas al juvenicidio y la precariedad de la vida en la comuna 13, Medellín (Colombia) y dos barrios populares de Mendoza (Argentina). Estos espacios vitales para los y las jóvenes construyen identidades colectivas en clave territorial, generacional y de clase, y proponen nuevos sentidos que impugnan aquellos que circulan desde visiones hegemónicas.

Palabras clave: Juventudes; violencia; resistencia a la opresión; movimiento juvenil. Tesauro de Ciencias Sociales de la Unesco

Abstract (analytical)

This article is the result of a joint reflection carried out in Argentina and Colombia involving a qualitative study on the stories behind the founding of four youth organizations. The study collects the testimonies of young people living in popular sectors about their experiences of social vulnerability. With the goal of constructing regional perspectives through situated research, we coordinated our findings regarding youth community processes that emerged as responses to youthicide and the precariousness of life in Comuna 13 in Medellín (Colombia) and in two popular neighborhoods in Mendoza (Argentina). These youth organizations generate participatory spaces for young people, build collective territorial, generational and class-based identities and propose new meanings that challenge hegemonic visions of these populations.

Keywords: Youth; violence; resistance to oppression; youth movements

Resumo (analítico)

Este artigo é o resultado de uma reflexão conjunta realizada na Argentina e na Colômbia. O estudo qualitativo sobre como e porque surgiram quatro organizações de jovens levounos a encontrar nas palavras de jovens de setores populares a expressão de experiências de vulnerabilidade social. Procurando construir perspectivas regionais com base na investigação situada, articulamos as nossas conclusões em torno do estudo dos processos comunitários juvenis que surgiram como respostas ao juvenicídio e à precariedade da vida na comunidade 13 em Medellín (Colômbia) e em dois bairros populares em Mendoza (Argentina). Geram espaços vitais para os jovens, constroem identidades coletivas em termos territoriais, geracionais e de classe e propõem novos significados que desafiam aqueles que circulama partir de visões hegemônicas.

Palavras-chave: Juventude; violência; à opressão; movimento juvenil

Introducción

Este artículo es resultado de la reflexión conjunta realizada desde Argentina y Colombia, a partir del diálogo de nuestras tesis de posgrado.1 El estudio sobre 1 cómo y por qué surgieron cuatro espacios de participación juvenil nos llevó a encontrar en las palabras de los y las jóvenes de sectores populares experiencias cargadas de vulnerabilidad social. Articulamos nuestros hallazgos en torno al estudio de los procesos comunitarios juveniles que surgieron como respuestas al juvenicidio y la precariedad de la vida en la comuna 13 de Medellín (Colombia) y en dos barrios populares de Mendoza (Argentina), a fin de construir miradas regionales a partir de investigaciones situadas.

En América Latina, la vida de estos jóvenes está marcada por la precarización económica y social, la estigmatización y la construcción de identidades juveniles desacreditadas (Valenzuela-Arce, 2015). El desempleo se ha conformado como un factor estructural; la desocupación juvenil pasó del 7.4% en 2014 al 9.4% en 2019 y la informalidad alcanza al 67.5% de ellos (Comisión Económica para América Latina y el Caribe [Cepal], 2021), siendo más perjudicadas las mujeres y, junto a ellas, los jóvenes que viven con VIH, las indígenas, las afrodescendientes y quienes se reconocen como parte de la comunidad LGBTIQ (Grupo de Trabajo sobre Juventud de la Plataforma de Colaboración Regional para América Latina y el Caribe, 2021). En la dimensión educativa, en los últimos años la región ha presentado importantes avances en los niveles de acceso a la enseñanza primaria y secundaria, pero este es desigual de acuerdo al nivel socioeconómico, el territorio que habitan, ser indígenas o afrodescendientes, su género y situación de discapacidad (Cepal & Organización de Estados Iberoamericanos, 2020).

En Argentina, especialmente en las áreas urbanas de Mendoza, la situación de las juventudes de sectores populares no difiere de la realidad regional. Se suman a esto prácticas de abuso policial, detenciones arbitrarias, requisas en la vía pública y otras formas de violencia policial que los afectan y se inscriben en los procesos de juvenicidio moral y simbólico. Estas situaciones, que pueden ser consideradas dentro de las políticas punitivas/ penales de los Estados, conviven con políticas sociales compensatorias orientadas a atender los problemas del desempleo, el rezago educativo y el déficit formativo. Afirmamos, junto a Llobet (2015), que estas acciones del Estado y sus «aparentemente pares contradictorios cuidado-control, educación-castigo, gobierno-soberanía, no son oposiciones excluyentes sino dos caras de la misma moneda» (p. 217). Por su parte, en Colombia la existencia histórica de la violencia estructural y política y de las acciones del crimen organizado ha habilitado poderes difusos que trascienden al Estado, a la vez que se instaló una economía de la muerte desde la paralegalidad que sostiene el modelo político-económico vigente. Informes del Centro Nacional de Memoria Histórica ubican a las niñas, niños y adolescentes como las principales víctimas de la violencia en Colombia, pero no enfatizan en el papel protagónico que esta conflictividad les ha dado a los y las jóvenes como actores privilegiados de la muerte (Muñoz, 2015).

Para el estudio de las juventudes desde las ciencias sociales hay diferentes enfoques de abordaje. En América Latina hay consenso sobre su carácter social y culturalmente producido que puso (y pone) en cuestionamiento las miradas homogeneizantes, esencialistas y universales sobre las juventudes (Alvarado et al., 2009; Chaves, 2005; Reguillo, 2000). Sin embargo, aún encontramos enfoques de investigación de carácter adultocéntrico y sexista (Duarte, 2012; Elizalde, 2015; Seca, 2020). Nuestra investigación propone una mirada crítica, que busca conocer las experiencias juveniles desde una perspectiva epistémica, atenta a no caer en sesgos adultos y androcéntricos y entendiendo a las juventudes como una construcción social, plural y situada (Vommaro, 2015), atravesada por un contexto histórico, social, económico.

Así, en este escenario latinoamericano, diverso y desigual, las nociones de juvenicidio (Valenzuela-Arce, 2012), necropolítica (Mbembe, 2011) y vidas precarias (Butler, 2015) nos permiten comprender la situación de los y las jóvenes de sectores populares. Con ellas hacemos foco en las experiencias de Medellín (Colombia) y de Mendoza (Argentina), teniendo en cuenta las particularidades de cada contexto. Asimismo, nos proponemos analizar las estrategias de resistencia/reexistencia que plantean los y las jóvenes de sectores populares con el objetivo de responder cómo ejercitan «un derecho plural y performativo a la aparición» (Butler, 2017, p. 18).

El juvenicidio es una categoría social emergente propuesta por el investigador José Manuel Valenzuela-Arce (2019), en cuyo origen se reconocen los debates alrededor del feminicidio como un insumo académico útil para definir la condición límite de la misoginia que se despliega en el asesinato de mujeres sustentado en la lógica patriarcal. Si bien este alude a la condición de sexo-género de las mujeres, es un crimen que tiene relación con el juvenicidio por ser ambas expresiones enmarcadas y fortalecidas en el actual sistema económico-político mundial, puesto que también se atenta contra la vida de mujeres jóvenes. Así, postula Valenzuela-Arce (2019):

El juvenicidio devino concepto de gran relevancia en los estudios sobre juventud, violencia y necropolítica en América Latina, con el cual podemos repensar y definir la precarización y asesinato sistemático de gente joven, al atentado contra sus condiciones de vida y sus representaciones, su desciudadanización, su criminalización, su desacreditación identitaria y su reducción a la condición de nuda vida, sacrificable, su muerte artera. (p. 64)

Por su parte, la investigadora Rossana Reguillo (2015) considera que esta noción es una categoría que nombra, ilumina y elucida la muerte sistemática en función del valor del cuerpo joven desde la lógica de la maquinaria de la necropolítica. Las discusiones que han enriquecido esta propuesta, muchas reunidas en el libro compilado por Valenzuela Arce (2015) y trabajos recientes (Hernández-Hernández et al., 2020; Moraña & Valenzuela- Arce, 2017; Roldán, 2020; Urteaga & Moreno, 2020; Valenzuela-Arce, 2019) develan que el juvenicidio se refuerza por el binomio neoliberal vulnerabilidad-impunidad, puesto que conduce a situaciones donde se destruyen las condiciones básicas de vida, lo cual permite que cuerpos jóvenes sean considerados prescindibles, sacrificables y desechables.

En la actualidad, Sayak Valencia (2022) afirma que «la muerte se erige como centro de la biopolítica, transformándola en necropolítica» (p. 155). Hablar de juvenicidio nos permite situar la desacreditación social y política de las juventudes y, posteriormente, los asesinatos sistemáticos-selectivos (y en algunos casos convertidos en espectáculo) en el contexto del capitalismo contemporáneo que, acorde con su lógica depredadora, organiza sus formas de acumulación de capital como un fin absoluto que prevalece por encima de cualquier otra lógica o metanarrativa (Mbembe, 2011) y se instala en las sociedades del tercer mundo mediante una violencia descarnada, explícita, gore (Valencia, 2022). El filósofo camerunés Achile Mbembe (2011) propuso pasar del análisis del «hacer vivir, dejar morir» al «hacer morir, dejar vivir» mediante la noción de necropoder, en tanto ejercicio de «un control sobre la mortalidad y definir la vida como despliegue y manifestación de poder» (p. 20), que vemos que se produce de formas diferenciales.

Hay una jerarquización de las vidas jóvenes atravesada y definida por la clase social, por el género, el sexo, la etnia y el lugar que habitan en pueblos y ciudades. En esta línea, la filósofa feminista Judith Butler (2015, 2017) sostiene que la precariedad está distribuida diferencialmente. Es una condición políticamente inducida por la que diversos sectores sociales están diferencialmente más expuestos a los daños, la violencia y la muerte (Butler, 2017). Sin embargo, esta condición no limita la posibilidad de agencia de las y los sujetos; al poner en relación las nociones de precariedad y performatividad, analiza la dimensión creativa de la acción plural en los procesos asamblearios de diversas partes del mundo.

A partir de estas nociones y en estos contextos desiguales y violentos, nos preguntamos, junto a Butler (2017): «¿cómo se expresan y plantean sus reivindicaciones quienes no tienen voz? (…) y, ¿cómo pueden tales poblaciones exigir lo que necesitan para persistir?» (p. 63). Específicamente, ¿cuáles han sido los procesos comunitarios juveniles que surgieron como respuestas al juvenicidio y la precariedad de la vida en la comuna 13 de Medellín (Colombia) y en dos barrios populares de Mendoza (Argentina)? En este artículo nos detenemos a analizar las estrategias de resistencia/reexistencia que proponen los y las jóvenes de sectores populares con las particularidades de sus territorios. El trabajo metodológico es de carácter cualitativo y combina el análisis documental con el desarrollo de entrevistas a jóvenes de los sectores populares de Medellín (Colombia) y de Mendoza (Argentina).

Buscamos ampliar nuestras miradas locales y articularlas para comprender el escenario regional, atendiendo al vacío existente.2 El tema que nos convoca nos afecta y nos 2 moviliza. Sentipensar junto a otras y otros, en un contexto marcado por la competencia y las lógicas individuales, es una apuesta sociológica y política necesaria.

Método

Este artículo nace del trabajo articulado de nuestras tesis de posgrado, ambas realizadas desde una metodología cualitativa (Denzil & Lincoln, 1994). Mediante estudios de casos, fueron experiencias organizativas de jóvenes de sectores populares urbanos en contextos caracterizados por situaciones de desigualdad y violencia, con particularidades dadas por las configuraciones históricas de cada país. Al pensar la estrategia de estudio, se presentó el reto de cómo evitar caer en dos de las perspectivas que han predominado en su abordaje analítico: el adultocentrismo y el androcentrismo. Para ello, se hizo necesario evidenciar esos sistemas de dominio y analizar las prácticas juveniles desde la interseccionalidad (generacional, de género y de clase), mediante un abordaje relacional del género y de una perspectiva relacional y sociohistórica de las juventudes en tanto generación.

La tesis de María Victoria Seca tuvo como objetivo aportar conocimientos al campo de estudios de juventudes a través de la comprensión de las características que adquieren las prácticas participativas de jóvenes de sectores populares en el Gran Mendoza, durante el período 2003-2015; mientras que la de Lorena Mancera Panza, analizar el juvenicidio en América Latina a partir de indagar el caso de la violencia urbana de la comuna 13 entre 2009 y 2018. La pregunta que nos llevó a entablar el diálogo entre ambos trabajos es: ¿cuáles han sido los procesos comunitarios juveniles que surgieron como respuestas al juvenicidio y la precariedad de la vida en la comuna 13 de Medellín (Colombia) y en dos barrios populares de Mendoza (Argentina)? Articulamos nuestros hallazgos a las nociones de precariedad, juvenicidio y necropolítica, con el objetivo de entender las experiencias organizativas como prácticas de reexistencia, pensando los cuatro casos de estudio como parte de un proceso latinoamericano.

La investigación de Mendoza, Argentina, fue un estudio de caso múltiple, que permitió explorar y comprender los procesos y las dinámicas sociales (Simons, 2009). La biblioteca popular y el centro cultural fueron seleccionados de manera intencional, porque a través de ellos se pudo reflexionar sobre las prácticas participativas juveniles desde las realidades de jóvenes de sectores populares. El trabajo de campo se desarrolló entre 2014 y 2019, con técnicas como las entrevistas en profundidad no sexistas (Oakley, 1981) -a catorce jóvenes varones y mujeres cisgénero de ambos espacios-, la observación participante y el análisis de documentos académicos (de producciones escritas de los y las jóvenes), materiales audiovisuales y posteos en redes sociales. Para su análisis, se realizó una lectura y codificación temática, un proceso dinámico cuyo propósito es vincular diferentes segmentos de los datos con conceptos y categorías en función de alguna propiedad o elemento común (Coffey & Atkinson, 2003); este se realiza con base en las preguntas de investigación y en la definición a priori de las listas de temas. Para el desarrollo del contexto y la contextualización de los datos, se optó por la segmentación y codificación abierta (Flick, 2007). Finalmente, se avanzó en el proceso de análisis descriptivo para después desarrollar la interpretación, estableciendo conclusiones teóricas y explicativas.

La investigación de Medellín, Colombia, es un estudio de caso instrumental, ya que nos interesan el juvenicidio y la violencia urbana como problema conceptual y empírico más amplio que el caso puede iluminar. Así, maximizamos las posibilidades, las condiciones y las características para desarrollar conocimiento a partir de este estudio. Los casos seleccionados fueron cuatro: Colectivo Casa Kolacho, Son Batá, Lluvia de Orión y Semillas de Paz, de la comuna 13 de Medellín; pero, en esta oportunidad, vamos a centrarnos solo en las experiencias de los dos primeros. En cuanto a las técnicas de investigación, se optó por la observación participante (en los talleres de escritura, de grafiti, de break dance y de rap en las sedes y los lugares de trabajo comunitario de las organizaciones juveniles), la revisión de notas de prensa sobre la comuna 13 en los periódicos El Colombiano y El Tiempo (se buscó problematizar sobre las representaciones que se construyeron sobre las juventudes), la realización de cinco entrevistas semiestructuradas entre sus miembros (todos varones cisgénero)3 y la participación, en cuatro ocasiones, en el recorrido por el Graffitour para conocer el área turística de la comuna 13 y las narrativas que ahí se construyen y disputan. En su abordaje, se utilizaron herramientas del análisis cualitativo crítico del discurso (Roig, 1984; van Dijk, 1999; Volóshinov, 1992) y se reconstruyó el universo discursivo en el que se despliega la conflictividad a fin de ahondar en el tratamiento de las noticias sobre juvenicidio en la prensa escrita y las voces de los y las jóvenes registradas en las entrevistas realizadas a integrantes de organizaciones. Finalmente, se interpretaron los datos a partir de insumos teóricos y empíricos de cada caso y de las descripciones obtenidas durante el trabajo de campo.

Resultados

Las juventudes de sectores populares en Medellín, Colombia Contextualización y casos de estudio

En Colombia, según el Estatuto de Ciudadanía Juvenil (Ley 1622 del 2013), las juventudes se definen entre los 14 a 28 años; para el 2020 estas representaban el 25% de la población total. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas ([Dane], 2021), el desempleo juvenil se ubicó en una tasa de 29.5 puntos porcentuales. En promedio, los y las jóvenes ganan menos que las personas que se encuentran entre los 29 y 54 años y entre pares existe una brecha salarial de género de 3.6 %, la cual se va ampliando con el incremento de la edad. En el ámbito educativo, en el 2020 se matricularon 1.5% menos personas respecto al año anterior. El nivel que registró la mayor cantidad de personas matriculadas fue básica primaria, con el 42.2% del total, seguido de básica secundaria, con el 34.8% (Dane, 2021). Además, las juventudes en Colombia son el sector poblacional más afectado por las dinámicas de violencia asociadas al narcotráfico y al conflicto armado.

Este fenómeno nacional se ha reflejado en la ciudad de Medellín, puesto que los jóvenes representan entre el 45% y el 65% del total de las víctimas de homicidio entre 1979 y 2018 (Secretaría de Seguridad y Convivencia, 2019). Pese a esto, no existen suficientes políticas sociales que sean planificadas desde enfoques que reconozcan las situaciones diversas y que intervengan en la precarización de sus vidas en las comunas más vulneradas. Por el contrario, las acciones que en la actualidad permiten la supervivencia de estos sectores son iniciativas propuestas y desarrolladas por los procesos organizativos de las mismas comunidades.

En este contexto, Medellín se destaca por los procesos organizativos juveniles, como apuestas culturales, deportivas y artísticas para resistir o proponer alternativas frente a las omisiones del Estado. Una de las maneras de abordar la cuestión del juvenicidio es indagar por la construcción de identidades como un proceso en constante elaboración, que habilita la eliminación de colectivos desacreditados por la imposición de miradas clasistas y adultocéntricas para establecer marcas y definiciones sobre jóvenes pobres, jóvenes peligrosos; esta definición justifica la posibilidad de su eliminación como forma de resolución de conflictos. A la identidad la entendemos como un proceso en constante construcción, nunca terminado, por lo que siempre es posible ganarlo, perderlo, replantearlo o modificarlo. Se encuentra sujeta al juego de la diferencia, por tanto, se elabora a través de la marcación de fronteras, ratificando límites simbólicos (Hall, 1996).

Como caso paradigmático, se encuentra la comuna 13, en la que el juvenicidio promovió la creación y el fortalecimiento de las organizaciones que construyeron un nosotros más estrecho, caracterizado por un posicionamiento político y una resistencia a la violencia que considera importante ejercer acciones de memoria. Trabajan para que sus narrativas predominen en la disputa con la versión oficial del Gobierno y la de los medios de comunicación hegemónicos. Especialmente, nos centramos en dos organizaciones: Casa Kolacho y Son Batá.

Casa Kolacho es un colectivo cultural que se convirtió en un lugar de encuentro durante 2013. Surgió de una agrupación musical de rap conformada en el 2004 por Héctor «Colacho» Pacheco;4 un colectivo de hiphop creado en el 2005 y que se fortaleció con el Graffitour a partir del año 2010. Consideran que son el resultado del trabajo de todos estos años relacionados con la vieja escuela del hiphop en Medellín:

Casa Kolacho deja de ser solo un centro cultural para ser también un centro de memoria, para recordar, para hacer la memoria, para vivirla en medio de todo ese dolor que nos genera la ausencia, la falta del abrazo de un amigo que la violencia nos arrebató. Quisiéramos también seguir adelante en homenaje a él y eso es lo que hacemos aquí. (Jeihhco, de Casa Kolacho, comunicación personal, 15 de enero de 2020)

En la actualidad, cuentan un estudio de grabación gratuito para los y las jóvenes de la comuna 13, una galería de arte, un espacio para hacer conciertos, una productora audiovisual, una tienda de ropa y arte, una cafetería y una escuela de hiphop.

Por su parte, Son Batá es una organización sin ánimo de lucro fundada en el año 2003. Realiza procesos de formación en música y danza. Su organización y construcción identitaria representa la fuerte presencia de la cultura afrocolombiana en la comuna 13, que llegó desplazada del conflicto armado a buscar mejores oportunidades. Su lucha es antirracista y popular. Además, lidera proyectos en cooperación con organizaciones internacionales y artistas, además de coordinar procesos con la alcaldía de Medellín para llevar su trabajo a las instituciones educativas. Tiene una sala de producción musical y una orquesta musical en homenaje a ritmos del Pacífico colombiano. Esta organización es reconocida a nivel nacional por su militancia en la defensa de los derechos de las comunidades negras:

Esto ha servido para reivindicar lo negro. Aquí los blancos, quieren estar con Son Batá; todo el mundo quiere estar en nuestros procesos artísticos. Los negros se sienten más orgullosos de su color de piel. Todo ha cambiado de este lado de la comuna para la población negra a través de nuestro trabajo. (El Nene, de Son Batá, comunicación personal, 20 de enero de 2020)

Contra el juvenicidio, prácticas de reexistencia

Tanto entre los jóvenes de Son Batá como entre los de Casa Kolacho, la pertenencia a la comuna 13 es un punto de encuentro al que se adhieren cuando reflexionan sobre sus vivencias como sector de Medellín. Vivir en un territorio considerado peligroso o violento trae consecuencias en la vida cotidiana de sus habitantes. Si bien es cierto que estructuralmente confluyen distintas modalidades de violencias, la Operación Orión5 marcó un hito en la historia de la comuna y, por lo tanto, de estas dos organizaciones:

2009 fue uno de los años más duros para nosotros; el año en que mataron a Colacho. Entonces es un año en el que la muerte tocó por muchos lados. Es un año que marca lo que nosotros somos como artistas, habitantes, gestores, como amigos también y, sin duda, fue un año de mucha sangre, muchas balaceras… Lo que pasa es que lo que vimos antes era demasiado fuerte. Hay una cosa muy fuerte, que nos pasa en general Colombia y es que normalizamos la violencia. (Jeihhco, de Casa Kolacho, comunicación personal, 15 de enero de 2020)

Estos discursos nos muestran la naturalización que provoca la convivencia con situaciones de violencia y muerte. En las narrativas actuales de los habitantes los juvenicidios entre 2009 y 2018 ocurrieron en el marco de enfrentamientos de combos delincuenciales que, por la disputa del control de las plazas de droga y extorsión, asesinaban a todos aquellos jóvenes, en su mayoría varones, que representaran una amenaza para sus actividades ilegales. También, es necesario decirlo, en este conflicto fueron asesinadas personas, en medio de balaceras, que nada tenían que ver con estos enfrentamientos.

Es que cuando usted está viviendo en guerra, las balas no discriminan; si este es negro, si este es blanco, si es rico, pobre, artista. El amigo de nosotros estaba en una frontera invisible y los del otro combo pensaron que era del otro combo por ser un hombre y lo mataron de espalda. (El Nene, de Son Batá, comunicación personal, 20 de enero de 2020)

El hecho de ser varón y joven aumenta las probabilidades de verse afectado por la violencia, puesto que, en la división sexual del trabajo en la economía ilegal, el hombre acude muchas veces al modelo de masculinidad patriarcal para ejercer la violencia y el poder. En ese sentido, está más expuesto a ser reclutado o persuadido por parte de los combos delincuenciales para que se integre:

Ser joven es estar abierto a muchas posibilidades: lo político, artístico, cultural, laboral, obrero y demás; también está la posibilidad de delincuencia y la violencia, porque ser joven en una comuna 13 con tantas problemáticas sociales intrafamiliares es crecer mucho en la independencia, crecer en el barrio. También creo que es estar buscando un espacio en la sociedad, un lugar donde estar, unos amigos, un tema de identificación, el sentirse parte de algo y las bandas delincuenciales están para eso. (Jomag, de Casa Kolacho, comunicación personal, 16 de enero de 2020)

Frente a esta realidad, Casa Kolacho y Son Batá comparten la necesidad de utilizar la cultura y el arte para que, aparte de la violencia, los y las adolescentes y jóvenes cuenten con otras posibilidades y alternativas para desarrollar sus proyectos de vida. Como evidencia, la 13 hoy tiene el proyecto llamado Graffitour, fundado por jóvenes conocidos como Casa Kolacho:

Es un recorrido de nuestra posición, a través de la resistencia, a través de la rabia, de la memoria; un recorrido que sin duda nos incita a tener un pensamiento crítico y una inteligencia emocional muy fuerte para poder entender lo que viven otros y otras en una comunidad como la nuestra, en un país como el nuestro, en un lugar como en el que nos ha tocado vivir. Ser imparciales y ser nuestros ante situaciones de desalojo, destierro, de desaparición; no nos parece justo con nuestra comunidad y por eso el Graffitour. (Jeihhco, de Casa Kolacho, comunicación personal, 15 de enero de 2020)

El Graffitour surgió de manera espontánea, sin pensar en el impacto que actualmente representa el recorrido. Y los jóvenes organizados visionaron la posibilidad de ofrecerles a los visitantes la oportunidad de conocer otras narrativas del territorio, sobre todo por los hechos violentos que vivieron y que solo el Estado y los medios de comunicación contaron. Esta galería urbana es un homenaje a la vida, a la resistencia, a la memoria y al anhelo de paz de sus habitantes. En ella se encuentran murales con rostros de jóvenes asesinados, pero también de jóvenes que están vivos y que representan un orgullo para la comunidad por su trabajo artístico. Además, existen otras pinturas de animales que simbolizan resiliencia, retratan sucesos como la Operación Orión y otros alusivos a la resistencia ancestral de los pueblos originarios, de las mismas organizaciones con sus logos y lemas. También piezas decorativas dirigidas a las personas que solo desean tomarse una foto con frases alusivas al amor.

Si bien esta propuesta de Graffitour ha generado oportunidades de negocio entre los y las habitantes de la comuna 13, se convirtió en un asunto de reflexión crítica por la presencia de niños y niñas que trabajan bailando, vendiendo productos o pidiendo dinero a turistas. Para las organizaciones sociales6 este es un mal indicio porque, por momentos, pareciera habilitar el trabajo y la mendicidad en la niñez.

En la comuna 13 de Medellín no se ha resuelto el conflicto ni se ha terminado la violencia; lo que encontramos hoy es una comunidad conformada por familias, estudiantes, trabajadores, profesionales, organizaciones sociales y delictivas que conviven en el territorio. La violencia urbana persiste y con ella la estigmatización de las juventudes de la 13. La mirada de quienes no viven en el territorio logra interpelar la construcción de las identidades de los y las jóvenes de la comuna, ya sea para asumirla como propia o para cuestionar tal señalamiento, rechazarlo y desarrollar procesos de resistencia y búsquedas por revertirlo, que son experiencias vitales potenciadoras.

Las juventudes de sectores populares en Mendoza, Argentina

Contextualización y casos de estudio

La situación de las juventudes de sectores populares en Argentina es similar a la de la región latinoamericana. Según datos de la primera Encuesta Nacional de Jóvenes 2014 (Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina, 2015), ese año el 53.4% de los y las jóvenes de ingresos bajos estudiaba, el 46.3% trabajaba o buscaba trabajo y el 43% realizaba tareas de cuidado (en su mayoría mujeres). En términos educativos, a partir de la obligatoriedad de la educación secundaria en el año 2006 se vivió un proceso de generalización de acceso al nivel primario y secundario que estuvo marcado por desigualdades educativas según estrato socioeconómico y ubicación geográfica (Núñez et al., 2021). En el plano laboral, hubo una mejora de los indicadores de empleo en la Argentina de la posconvertibilidad7 que alcanzó al sector juvenil; sin embargo, la 7 tasa de desempleo fue mayor que la del sector adulto, como así también la precariedad de los puestos laborales. Por otro lado, hay un prejuicio generalizado sobre la peligrosidad de los jóvenes de los sectores populares, creado performativamente por el Estado y reforzado por los medios de comunicación hegemónicos que buscan instituir la equivalencia simbólica joven pobre=peligroso (Bonvillani, 2020), que los y las criminaliza y cuya máxima expresión de violencia es el juvenicidio, como vimos también en el caso de Medellín.

En los barrios populares de Mendoza, en particular, y de Argentina, en general, han crecido las intervenciones de las fuerzas de seguridad que despliegan prácticas violentas de hostigamiento y persecución. Según datos producidos por la Asociación para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos (2014), en el período 1983-2014 se registraron 217 casos de gatillo fácil,8 donde el 70 % de las víctimas fueron personas de entre 16 y 30 años. Las detenciones arbitrarias, ya sea por rasgos físicos, por la vestimenta o por el lugar de residencia, son frecuentes. Esta actitud policial es una práctica teñida de discriminación que desconoce a la niñez y a las juventudes como sujetos de derechos. Se configura un contexto represivo basado en el abuso de poder de las fuerzas policiales y en una actitud social de tolerancia a la violencia motorizada por el desprecio (Llobet, 2015).

No obstante, se han construido espacios de participación juvenil que pueden ser comprendidos como experiencias vitales potenciadoras. Para abordar la temática, trabajaremos con dos casos: una biblioteca popular y un centro cultural, los cuales nacieron en los primeros años de este siglo en barrios populares del área metropolitana de la provincia de Mendoza, a partir de las motivaciones de jóvenes que allí habitaban.

La biblioteca popular fue fundada en el año 2002 por un grupo de jóvenes -varones y mujeres- que vivían en el barrio, con la intención de trascender las funciones habituales de una biblioteca. Al préstamo de libros y las clases de apoyo se le sumaron talleres de guitarra, cerámica, murga,9 teatro, así como la organización de encuentros y festivales. 9 A la luz de la historia de la biblioteca popular, podemos reconocer dos principios claros: las expresiones artísticas y la educación popular, desde donde se construye al barrio como ámbito de trabajo cotidiano y horizonte de transformación.

El centro cultural fue fundado a finales del 2001 por un grupo de jóvenes varones quienes tenían ganas de hacer algo por su barrio. Lo primero que organizaron fueron talleres de batucada. 10Luego sumaron talleres de artesanías y reciclado, un vivero, un ropero comunitario y festivales. Los objetivos que persiguen desde entonces hacen referencia a la transmisión de conocimientos entre pares, a ejercitar la libertad de elegir, a brindar un espacio propicio para la creación y la imaginación, donde con otros y otras se vayan creando a sí mismos, especialmente orientado a las juventudes e infancias. Los dos casos han estado marcados por la posibilidad de los y las jóvenes de proponer una ruptura al poner en juego su capacidad de agencia para generar ámbitos de participación juvenil.

El ejercicio del derecho a la aparición

Al indagar sobre las motivaciones para la participación y las opciones de proyectos de vida que reconocían los jóvenes entrevistados como posibles, encontramos las referencias al contexto inicial coincidente con la crisis social, política y económica que se vivía en Argentina a comienzos del siglo XXI y que presentaba el futuro como incierto. Además, dos opciones diferenciadas a la luz de las expectativas de género y los modos en los que se moldean las masculinidades y feminidades en los momentos sociohistóricos. Por un lado, los y las jóvenes comparten su preocupación por la violencia que sufren, particularmente los hombres, al ver cómo el acceso a armas de fuego, el consumo excesivo de drogas y la opción de delinquir se van configurando como opciones de vida que ponen en riesgo la de ellos mismos:

Veíamos como [a] amigos nuestros los metían en cana [presos] o pibes que invitamos a la murga terminaban muertos o les pasaban cosas así que eran re fuertes. Y dejaban un ambiente pesado en el barrio, un hueco. (A., hombre, de la biblioteca popular, comunicación personal, 2 de diciembre de 2015)

Existe una violencia cotidiana que configura un contexto represivo para niños y jóvenes varones, basado en el abuso de poder de las fuerzas policiales y con la circulación en los territorios de armas. Esta, como analizan Auyero y Berti (2013), afecta a los jóvenes «tanto en su papel de víctimas como en su rol de perpetradores» (p. 54); similar a la situación de Medellín, pero con otros rasgos por el modo en que se configuró la violencia en cada territorio.

En los testimonios de las mujeres se suman también las opciones de la maternidad, el deseo de realizar un estudio universitario imposibilitado por la situación económica y la responsabilidad en la asunción de las tareas del cuidado. Como ha sido ampliamente estudiado, las responsabilidades de cuidado en la población joven recaen sobre las mujeres e impactan sobre sus trayectorias de inclusión. La situación de las jóvenes del centro cultural y la biblioteca popular se explica en un contexto desigual de distribución de tareas entre varones y mujeres.

Frente a esta realidad, en el centro cultural y la biblioteca popular comparten la necesidad de hacer algo por ellos, así como por los otros y otras jóvenes de sus territorios. Empiezan a trabajar desde la cultura y el arte con miras a que, aparte de la violencia y desigualdades, los y las jóvenes cuenten con otras posibilidades y alternativas dentro de sus barrios para desarrollar sus proyectos de vida. Siguiendo a Butler (2017), estas acciones públicas que desarrollan las organizaciones pueden ser entendidas como el ejercicio del derecho a ser parte de la comunidad y, al hacerlo, se está creando el espacio de la aparición. El centro cultural y la biblioteca popular, con sus más de 15 años de trabajo territorial, son parte de la vida de los niños, las niñas y jóvenes que habitan esos barrios, al fomentar una opción de vida diferente. Quienes llevan adelante los espacios no esperan que todos/as se sumen de manera activa, sino que al concurrir puedan experimentar la posibilidad de elegir y cuestionar las opciones de vida predominantes:

Queremos mostrar que hay otra forma de vivir la vida, que no solamente está lo que se ve en todos lados y muestran en la tele. Es verdad que hay en el barrio droga, que chorean, todo eso. Pero también mostrar que hay otra forma de vivirla, que hay arte. (E., hombre, de la biblioteca popular, comunicación personal, 2 de diciembre de 2015)

Desarrollar proyectos vinculados al arte popular comenzó a formar parte de las expectativas de algunos/as jóvenes del barrio a partir de la creación de la biblioteca popular, como así también una diversidad de opciones ligadas a la continuidad de los estudios y proyección hacia el futuro. Quienes participan hoy del centro cultural reconocen que buscaban cambiar los espacios de experiencia, diversificar las posibilidades de futuro de jóvenes y niños/as del barrio y construir otros destinos, generando espacios particulares para mujeres:

Fue para que los chicos tengan algo que hacer porque en los barrios siempre hay armas, todas esas cosas (...). Entonces, la idea era mostrar otras cosas y demostrar que se pueden elegir otras cosas. (C., hombre, del centro cultural, comunicación personal, 8 de abril de 2015)

Yo era ama de casa antes. Después se me presentó esto y como que salí al mundo a explorar un montón de cosas. Hoy tenemos el grupo de percusión de mujeres. (D., mujer, del centro cultural, comunicación personal, 4 de septiembre de 2014)

En los casos que analizamos podemos ver que el desarrollo de las acciones colectivas por parte de los y las jóvenes en sus territorios populares conlleva una transformación de los espacios de experiencia que posibilita a otros y otras jóvenes e infancias a delinear y soñar otros futuros posibles; se amplía el abanico de opciones. En este escenario, el proceso de construcción de una identidad colectiva toma protagonismo, como en el caso de la comuna 13 en Medellín. En ambos, el nosotros/as colectivo estuvo caracterizado por los vínculos con el territorio y la construcción de prácticas de reciprocidad. Ser joven, del barrio y desarrollar actividades en pos del bien común es valorado. Emergen así posiciones dicotómicas. Ser del barrio les garantiza a los jóvenes conocer la realidad local y tener un sentimiento de trabajo comprometido, mientras que no ser del barrio emerge como una frontera en la construcción identitaria y conlleva una valoración negativa.

En este escenario, el hecho de poner sus cuerpos en movimiento a través de sus prácticas culturales y políticas con otros y otras es significado como la posibilidad de procesar sus emociones y escenificar algunos procesos internos que atraviesan. Así, las acciones colectivas implican un proceso de reapropiación de sus facultades corporales que pone en disputa, aunque sea por un momento, la producción de los cuerpos-juveniles como ámbitos de explotación laboral, discriminación, violencia.

Discusión

A lo largo del artículo, y en el marco de esta edición temática especial de la revista, vimos cómo las violencias toman materialidad de forma estructural en la pobreza, la marginalidad, las dificultades para acceder a la educación, al trabajo digno y a la cultura, hasta llegar al extremo de criminalizar a sectores (por la condición generacional y de clase social) para justificar el aniquilamiento físico y selectivo de los cuerpos. Vemos cómo no solo se mata a los jóvenes con balas, sino que también se los mata borrándolos de la vida social, económica y política, eliminando su rostro, su buen nombre, convirtiéndolos en peligro social y creando el estigma en la opinión pública. Así, nos preguntamos sobre los modos en que algunos jóvenes ponían en ejercicio su derecho a la aparición, como analiza Butler (2015, 2017). De este modo, reconocemos que las experiencias juveniles estudiadas logran posicionarse como una alternativa legítima para participar en sus territorios, que habilita en ellos la posibilidad de recrear nuevas expectativas acerca de sí mismos, de lo que pueden hacer y compartir, y que construye nuevos sentidos, a la vez que impugna aquellos que circulan desde las visiones hegemónicas.

Poner en diálogo las experiencias de Colombia y de Argentina evidencia que no todas las vidas son precarias en el mismo sentido, pues la precariedad está distribuida diferencialmente y los Estados la administran de modos diferentes: detenciones arbitrarias, discriminación, asesinatos por gatillo fácil y violencia en los territorios en Mendoza; violencias asociadas al narcotráfico y al conflicto armado y represión policial en Medellín. A estos se suman elementos comunes en ambos países, como el proceso de desacreditación de las identidades juveniles y los discursos estigmatizantes sobre los cuales se construyen los relatos en pos de justificar el juvenicidio (en todos sus modos). Sin embargo, vemos que esta condición no anula en los jóvenes su capacidad de agencia y nos enfocamos en las experiencias a través de las cuales quienes pertenecen a sectores populares entran en la escena y ejercen su derecho a la aparición pública.

Resisten y reexisten mientras generan un proceso de construcción del nosotros colectivo, resultante de una doble operación de diferenciación y de generalización, ambas condicionadas social e históricamente. Ese nosotros/as colectivo en las experiencias estuvo caracterizado por los vínculos con el territorio barrial y la construcción de una vida digna con entornos de justicia social. Estas identidades, cuyo lugar de enunciación tiene un clivaje generacional, de clase y político, se configuran y reconfiguran en la apuesta cotidiana por llevar a cabo procesos de resistencias y reexistencias y proponer otros caminos posibles por medio del arte, la cultura, el deporte y la organización política desde los barrios, apelando mayormente a las ideas de autonomía.

Con este artículo esperamos aclarar las particularidades y los matices de las condiciones juveniles para repensar las prácticas, políticas e imaginarios del juvenicidio en América Latina. Nos quedan algunas dimensiones para seguir profundizando: la masculinidad hegemónica es un elemento que configura los modos diferenciales en que se viven estas violencias, por lo que es un desafío pensar cómo operan aquellas en las mujeres y disidencias jóvenes en este sentido. También el desarrollo de investigaciones que articulen diferentes territorios a fin de profundizar sobre los elementos en común entre las prácticas de juvenicidio y sobre las experiencias de reexistencia.

En relación a lo metodológico, reconocemos que la temática en estudio atraviesa nuestra subjetividad como investigadoras sociales, por lo que buscamos generar una situación de diálogo horizontal y respetuosa con los y las jóvenes. Hurgar en los territorios populares y trabajar con el centro cultural, la organización Son Batá, la biblioteca popular y Casa Kolacho fue posible porque reconocemos a las juventudes como sujetos políticos y productores de su realidad. Esperamos con este artículo aportar, desde la academia, a proyectos sociales que hagan la vida más digna, lo que implica repensar las metodologías con las que trabajamos. Nos encontramos abiertas a los procesos de construcción colectiva de conocimiento, buscando no reproducir en el proceso investigativo lógicas académicas extractivistas, sexistas, adultistas y dejándonos conmover.

Agradecimientos

A las juventudes de Casa Kolacho, la biblioteca popular, Son Batá y el centro cultural. Al Dr. Nazareno Bravo, quien fue el director de nuestras tesis.

Referencias

Alvarado, S. V., Martínez, J. E., & Muñoz, D. A. (2009). Contextualización teórica al tema de las juventudes: una mirada desde las ciencias sociales de la juventud. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 7(1), 83-102. [ Links ]

Asociación para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos (2014). Situación de los Derechos Humanos en Mendoza: informe 2014.https://bit.ly/3BUziCrLinks ]

Auyero, J., & Berti, M. F. (2013). La violencia en los márgenes: una maestra y un sociólogo en el conurbano bonaerense. Katz Editores. [ Links ]

Bonvillani, A. (2020). «Verdugueo»: sentidos subjetivos acerca del hostigamiento policial que sufren jóvenes de sectores populares de Córdoba (Argentina). Polis, (55), 24-39.https://doi.org/10.32735/S0718-6568/2020-N55-1442Links ]

Butler, J. (2015). Notes toward a performative theory of assembly. Harvard University Press.https://doi.org/10.4159/9780674495548Links ]

Butler, J. (2017). Cuerpos aliados y lucha política. Paidós. [ Links ]

Comisión Económica para América Latina y el Caribe, & Organización de Estados Ibero-americanos. (2020). Educación, juventud y trabajo: habilidades y competencias necesarias en un contexto cambiante. Documentos de Proyectos (LC/TS.2020/116).https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/46066/4/S2000522_es.pdfLinks ]

Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (2021). Panorama social de América Latina, 2020 (LC/PUB.2021/2-P/Rev.1).https://bit.ly/3vYpYdbLinks ]

Chaves, M. (2005). Juventud negada y negativizada: representaciones y formaciones discursivas vigentes en la Argentina contemporánea. Última Década, 13(23), 9-32.https://doi.org/10.4067/S0718-22362005000200002Links ]

Coffey, A., & Atkinson, P. (2003). Encontrar el sentido a los datos cualitativos: estrategias complementarias de investigación. Universidad de Antioquia. [ Links ]

Denzil, N. K., & Lincoln, Y. S. (1994). Handbook of Qualitative Research. Sage. [ Links ]

Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas. (2021). Estadísticas por tema.https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-temaLinks ]

Duarte, C. (2012). Sociedades adultocéntricas: sobre sus orígenes y reproducción. Revista Última Década, 20(36), 99-125.https://doi.org/10.4067/S0718-22362012000100005Links ]

Elizalde, S. (2015). Estudios de juventud en el cono sur: epistemologías que persisten, desaprendizajes pendientes y compromiso intelectual. Una reflexión en clave de género. Revista Última Década, 23(42), 129-145.https://doi.org/h7trLinks ]

Flick, U. (2007). Introducción a la investigación cualitativa. Morata. [ Links ]

Grupo de Trabajo sobre Juventud de la Plataforma de Colaboración Regional para América Latina y el Caribe. (2021). Las juventudes latinoamericanas y caribeñas y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: una mirada desde el sistema de las Naciones Unidas. Naciones Unidas.https://bit.ly/3Ae18IyLinks ]

Hall, S. (1996). ¿Quién necesita «identidad»? En S. Hall, & P. Du Gay (Eds.). Cuestiones de identidad cultural (pp. 13-39). Amorrortu Editores. [ Links ]

Hernández-Hernández, O. M., Pérez, J., & Sumano, J. A. (2020). Repensando el juvenicidio desde la frontera norte. El Colegio de la Frontera Norte. [ Links ]

Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina. (2015). Encuesta Nacional de Jóvenes 2014: principales resultados.https://bit.ly/3dof2yNLinks ]

Lerchundi, M. (2020). La violencia policial como «mensaje»: un abordaje desde la experiencia de jóvenes de Latinoamérica. Revista Hallazgos, 17(34), 23-54.https://doi.org/10.15332/2422409X.5488Links ]

Llobet, V. (2015). Políticas y violencias en clave generacional en Argentina. En J. M. Valenzuela- Arce (Coord.), Juvenicidio: Ayotzinapa y las vidas precarias en América Latina y España (pp. 215-234). NED. [ Links ]

Mbembe, A. (2011). Necropolítica. Melusina. [ Links ]

Moraña, M., & Valenzuela-Arce, J. M. (Coord.) (2017). Precariedades, exclusiones y emergencias. Universidad Autónoma Metropolitana. [ Links ]

Muñoz, G. (2015). Juvenicidio en Colombia: crímenes de Estado y prácticas socialmente aceptables. En J. M. Valenzuela Arce (Coord.), Juvenicidio: Ayotzinapa y las vidas precarias en América Latina y España (pp. 131-164). Ned. [ Links ]

Núñez, P., Seca, V., & Arce-Castello, V. (2021). Diversificación de la estructura de la escuela secundaria y segmentación educativa en América Latina: la experiencia de adolescentes y jóvenes en la Argentina. Documentos de Proyectos (LC/TS.2021/45). Comisión Económica para América Latina y el Caribe. [ Links ]

Oakley, A. (1981). Interviewing women: A contradiction in terms. En H. Robert (Ed.), Doing feminist research (pp. 30-61). Routledge; Kegan Paul. [ Links ]

Reguillo, R. (2000). Emergencia de culturas juveniles: estrategias del desencanto. Norma. [ Links ]

Reguillo, R. (2015). La turbulencia en el paisaje: de jóvenes, necropolítica y 43 esperanzas. En J. M. Valenzuela-Arce (Coord.), Juvenicidio: Ayotzinapa y las vidas precarias en América Latina y España (pp. 59-78). NED. [ Links ]

Roig, A. (1984). Propuestas metodológicas para la lectura de un texto. Revista del Idis (11), 131-138. [ Links ]

Roldán, M. (2020). Juvenicidio en Córdoba (Argentina) y estrategias de biorresistencia en la acción colectiva juvenil. Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, 41(161), 47-65. [ Links ]

Seca, M. V. (2020). El androcentrismo y el adultocentrismo en los estudios sobre lo juvenil en Argentina. Desidades. Revista Científica da Infância, Adolescência e Juventude, (28), 140-150. [ Links ]

Secretaría de Seguridad y Convivencia. (2019). Seguridad integral. Alcaldía de Medellín. Mesa de trabajo sobre seguridad y convivencia ciudadana, 2018. [ Links ]

Simons, H. (2009). Case study: Research in practice. Sage.https://doi.org/gn65q3Links ]

Urteaga, M., & Moreno, H. C. (2020). Jóvenes mexicanos: violencias estructurales y criminalización. Revista de Estudios Sociales, (73).https://doi.org/h7t4Links ]

Valencia, S. (2022). Capitalismo gore: control económico, violencia y narcopoder. Paidós. [ Links ]

Valenzuela-Arce, J. M. (2012). Sed de mal: feminicidio, jóvenes y exclusión social. El Colegio de la Frontera Norte; Universidad Autónoma de Nuevo León. [ Links ]

Valenzuela-Arce, J. M. (Coord.) (2015). Juvenicidio: Ayotzinapa y las vidas precarias en América Latina y España. NED. [ Links ]

Valenzuela-Arce, J. M. (2019). Trazos de sangre y fuego. Calas. [ Links ]

Van Dijk, T. (1999). El Análisis Crítico del Discurso. Revista Anthropos, (186), 23-36. [ Links ]

Volóshinov, V. (1992). El marxismo y la filosofía del lenguaje. Alianza Universidad. [ Links ]

Vommaro, P. (2015). Juventudes y políticas en la Argentina y en América Latina: tendencias, conflictos y desafíos. Grupo Editor Universitario. [ Links ]

*Este artículo nace de la investigación doctoral de la autora María Victoria Seca, desde el 01/04/2014 hasta el 19/02/2021, financiado durante dos años a través de una beca de finalización de doctorado por el Conicet. Asimismo, es producto de la investigación de maestría de la autora Lorena Mancera Panza, desde 1/02/2019 hasta el 14/04/2021. Área: ciencias sociales. Subárea: sociología.

1 Tesis para obtener el título de doctora en Ciencias Sociales denominada Juventudes y participación: un estudio 1 sobre las prácticas participativas de los y las jóvenes de sectores populares en Mendoza (2003-2015), defendida en febrero de 2021 por María Victoria Seca (UNCuyo). Tesis para obtener el título de magíster en Estudios Latinoamericanos ¡Nos están matando!: el juvenicidio y la violencia urbana en América Latina. Análisis del caso de la Comuna 13 de Medellín (2009-2018), defendida en abril de 2021 por Lorena Mancera-Panza (UNCuyo).

2Encontramos con muy pocos trabajos que articulen análisis de Argentina y Colombia. Uno de ellos es el de la doctora Lerchundi (2020), que pone en diálogo la situación de los jóvenes en Río Cuarto (Argentina) y en Barranquilla (Colombia).

3Cuando se realizó el trabajo de campo de esta tesis, se intentó contactar a mujeres de organizaciones sociales. 3 Aunque recibimos respuesta positiva por parte de algunas de ellas, al momento de concretar el encuentro para la entrevista decidieron no asistir.

4Colacho, escrito como Kolacho para el nombre del colectivo, es un homenaje a la memoria de Héctor Pacheco, un rapero que fue asesinado en el 2009 en medio del fuego cruzado entre dos grupos armados. Él compartía con sus amigos el sueño de tener un espacio para enseñar las artes del hiphop dirigido a niños, niñas y jóvenes. Fue un gran líder comunitario, defensor de la vida y los derechos humanos.

5La madrugada del 16 de octubre del 2002 el Gobierno intervino militarmente por tierra y aire. Se declaró el 5 Estado de excepción con el fin de acabar con la presencia de bloques guerrilleros.

6En el Graffitour coexisten organizaciones comunitarias artísticas culturales en las que predominan los grupos de breakdance, rap, bailarines de música urbana proveniente del Pacífico colombiano y grupos circenses. Asimismo, se encuentran puestos y locales que venden artesanías, restaurantes, cafés, heladerías, entre otros negocios.

7El modelo de acumulación que denominamos posconvertibilidad abarca del 2003 al 2015, años en los que el país fue presidido por el mismo signo político: Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011-2015).

8Esta expresión es acuñada por organismos de derechos humanos en Argentina. Se usa para aludir a los decesos producidos a manos de fuerzas de seguridad, particularmente de la policía. Como explica Bonvillani (2020), «generalmente se presentan como un accidente o el producto de un enfrentamiento, para encubrir que se trata de asesinatos en el marco de la comisión de una ejecución extrajudicial. Aunque la metáfora refiere al uso de armas de fuego, concierne de modo global a todas las muertes producidas ilegalmente por las agencias de seguridad del estado» (p. 14).

9La murga es una manifestación colectiva estético-ideológica, compuesta por un cuerpo de bailarines, otro cuerpo de percusión y, generalmente, un maestro de ceremonias que, entre cánticos, lanza proclamas de reclamo popular. Vestidos todos con ropas coloridas, generalmente cada grupo de murga de una zona elige unos colores que lo representan.

10La batucada es una manifestación musical conformada por elementos de percusión (diversos tipos de tambores) y tiene como característica principal la acentuación del segundo tiempo en los compases.

Para citar este artículo: Seca, M. V., & Mancera-Panza, L. C. (2022). Juvenicidio y prácticas de resistencia/reexistencia en Medellín (Colombia) y Mendoza (Argentina). Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 20(3), 1-22. https://dx.doi.org/10.11600/rlcsnj.20.3.5487

Recibido: 21 de Abril de 2022; Aprobado: 13 de Julio de 2022

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons