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Revista eleuthera

versión impresa ISSN 2011-4532

Rev. eleuthera vol.23 no.1 Manizales ene./jun. 2021  Epub 05-Nov-2021

https://doi.org/10.17151/eleu.2021.23.1.21 

Reseñas

Reseña del libro: “Hacia la construcción de un Trabajo Social crítico en Colombia”

Book Review: “Towards the construction of a critical Social Work in Colombia”

Yeisa Viviana Muñoz-Román1 

1 Universidad de Caldas. Manizales, Caldas. E-mail: yeisa.261421567@ucaldas.edu.co. orcid.org/0000-0003-4797-7639.


El libro “Hacia la construcción de un Trabajo Social crítico en Colombia”, cuyo autor es Juan Pablo Sierra Tapiro, Trabajador Social de la Universidad del Valle, Magíster y Doctor en Servicio Social/Trabajo Social de la Universidad Federal de Río de Janeiro, es producto del esfuerzo personal de muchos años, de diversos momentos de su desarrollo profesional de cara a la renovación crítica del Trabajo Social en Colombia; su disertación de maestría, titulada “Trabajo Social en Colombia: una propuesta de renovación desde una crítica marxista” defendida en febrero de 2012, y su tesis de doctorado titulada: “Lucha de clases y Trabajo Social en Colombia: una aproximación a los casos del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica y del Colectivo de Trabajo Social Crítico Colombia”, defendida en febrero de 2017.

Una construcción que, a pesar de ser un producto personal, de ningún modo ha sido individual y, como él mismo lo referencia, hace parte de “una contribución colectiva para provocar, proponer y movilizar reflexiones y debates, de cara a nuestras diversas luchas por la paz con justicia social en Colombia; por una transformación estructural de la sociedad, por una renovación crítica del Trabajo Social” (Sierra-Tapiro, 2019, p. 128).

La estructura general del libro se compone básicamente de dos partes: en el primer capítulo denominado “Tendencias del debate profesional sobre el Trabajo Social en Colombia”, el autor expone los fundamentos de la crítica al metodologismo que se impuso en la post-reconceptualización en Colombia, y en gran parte de América Latina; imposibilitando profundizar críticamente los estudios teóricos de la profesión y alcanzar mayor autonomía intelectual para pensar el significado social del trabajo social en el país. El autor, en este primer capítulo, realiza una exposición de elementos contextuales y debates históricos que se han realizado en el marco de la profesión, nombrados en subcapítulos de la siguiente manera: “La concepción histórica del Trabajo Social”, “El debate sobre la supuesta ‘identidad profesional’”, “La predominancia del epistemologismo en el Trabajo Social Colombiano”, “A manera de síntesis: las tendencias hegemónicas del debate profesional sobre el Trabajo Social en Colombia” y las “Posibilidades de un Trabajo Social Crítico en Colombia”.

Así mismo, en un segundo momento, el autor relata la trayectoria de más de diez años de experiencia del Colectivo de Trabajo Social Crítico en Colombia, en un capítulo denominado “El proceso del colectivo de Trabajo Social Crítico en Colombia (TSCC)”, como una experiencia de renovación crítica frente a los debates, cuestionamientos y llamados al compromiso histórico de los procesos que han caracterizado el desarrollo de la profesión; proceso expuesto en tres subcapítulos nombrados de la siguiente manera: “El Colectivo de Trabajo Social Crítico Colombia (TSCC): compromiso y dignidad”, “Hacia un primer balance de la producción académica en el colectivo de Trabajo Social Crítico Colombia” y “El colectivo de Trabajo Social Crítico Colombia, en el proceso de renovación de la profesión y su aporte a la construcción de la paz con justicia social”.

Re-pensar el trabajo social y la formación política

El Trabajo Social en Colombia ha sido una profesión históricamente caracterizada por la fuerza en el hacer de su ejercicio profesional y, a pesar de ser pioneros en América Latina “en organizarse en términos gremiales, académicos y legales” (Sierra-Tapiro, 2019, p. 20), su producción intelectual y reflexiva sobre la profesión es poca; por tanto, la bibliografía profesional es muy reducida, condición que está determinada no solo por la falta de formación y especialización postgradual, como maestrías y doctorados; sino porque en la cultura de sus profesionales, no está incorporada la rigurosidad de la escritura y la reflexión conceptual.

También son escasos los escenarios de debate en los que se integren diversas perspectivas para abordar el ejercicio profesional; los espacios de reflexión frente al Trabajo Social que se gestan en el país como congresos, foros, seminarios, y ponencias son insuficientes para pensarnos la profesión desde la diversidad y la totalidad de la realidad profesional. De igual manera, las producciones académicas realizadas por trabajadores sociales colombianos tienen poca presencia y visibilidad en el escenario de la academia, debido a que se prefieren autores extranjeros y el conocimiento que desde este escenario se construye, queda limitado a una parte muy pequeña del gremio. La consecuencia es el desconocimiento e invisibilización de lo que es el trabajo social como profesión en el país.

Ante la necesidad de enriquecer el consolidado intelectual y académico del gremio, Juan Pablo Sierra Tapiro, realiza en su texto un ejercicio crítico, reflexivo y político, en donde en su primera parte identifica aquellos escenarios, discursos y algunos profesionales que han forjado debates históricos que terminan siendo hegemónicos en torno al explicar el Trabajo Social, el ejercicio, la identidad profesional, los fundamentos epistemológicos, teóricos y metodológicos que sustentan y han guiado la profesión durante décadas (especialmente en el periodo estudiado entre 1990 y 2010). Desde su perspectiva crítica, el libro cuestiona: ¿por qué los análisis que toman el Trabajo Social como objeto de estudio, se limitan a tener perspectivas endogenistas? Y analiza además las implicaciones profesionales que esto entreteje.

Las perspectivas endogenistas leen la profesión hacia dentro y han desconocido históricamente la composición social y estructural de la realidad colombiana, por la búsqueda de consolidar el Trabajo Social como una profesión-disciplina, lo que ha implicado que los debates académicos se agoten en discusiones sobre su objeto de estudio o intervención, teoría o metodologías propias, las cuales se adhieren a otra tendencia histórica en los debates como el epistemologismo; perdiendo de vista que este proceso ha estado inserto en fenómenos sociales amplios, que lo determinan y lo explican en función no solo de las transformaciones de la realidad y el desarrollo científico, sino de las implicaciones que éstas tienen cuando de pensar la profesión se trata.

Las secuelas de que los debates se asuman desde el endogenismo y el epistemologismo, están relacionadas principalmente con el reduccionismo de la autocrítica que, como gremio, se hace frente a la profesión, pues son perspectivas que no permiten cuestionar, evaluar y reflexionar a profundidad sobre la pertinencia y la coherencia, tanto de la formación como del ejercicio profesional en las actuales demandas sociales del contexto nacional. En sus discursos se asume principalmente la lectura de una realidad subjetiva que depende de las construcciones individuales de cada sujeto, invisibilizando que existe un orden social establecido, una dinámica de producción y reproducción social específica de la sociedad capitalista, unas necesidades políticas y unas condiciones de existencia (laborales, económicas, culturales) que se desarrollaron y se han ido objetivando, a tal punto de que ya no sea el ser social quien tenga control sobre estas dinámicas, aun siendo quien las creó, sino que son ellas quienes tienen el control sobre los sujetos y, por ende, determinan la dinámica y las particularidades de cada estructura social establecida; por esto, los debates enmarcados en estas dos perspectivas (endogenistas-epistemologistas) son insuficientes para contemplar las implicaciones y retos profesionales sobre esta realidad. Las discusiones, la formación y producción académica que han definido el modo de intervención profesional han girado históricamente alrededor de pautas (teorías, metodologías, discursos) que hoy necesitan ser repensadas y evaluadas por las condiciones y particularidades que atraviesa la sociedad colombiana.

Que los debates sobre la profesión hayan tenido históricamente estas tendencias (endogenista y epistemologista), permite reconocer que, como gremio, se tienen carencias o debilidades en incorporar perspectivas teóricas diferentes a las que tradicionalmente han acompañado el desarrollo científico y profesional; así, la perspectiva crítico marxista, en la cual se evidencia la estructura y composición de las relaciones sociales en el surgimiento del capitalismo y las implicaciones que han tenido los procesos de confrontación política y económica en el modo de intervención estatal en las manifestaciones de la cuestión social, ha permitido descifrar la manera como se profesionaliza el Trabajo Social y la forma como este profesional es incorporado por la estructura política y económica en dichos procesos. Así mismo, ha permitido develar las implicaciones que este tránsito histórico ha tenido sobre el ejercicio profesional, las condiciones que le presentan los escenarios productivos, y cuestionar cómo ha estado direccionada la formación académica profesional.

Adicionalmente, permite identificar que se ha tenido y mantenido una tendencia a hegemonizar y romantizar algunas teorías como el construccionismo social o la teoría sistémica, pero estigmatiza otras como las teorías críticas, homogenizando tanto el perfil como el acumulado teórico del profesional y limitando la posibilidad de acceder a otros campos de acción y otras formas de realizar intervención profesional.

Es más, estas tendencias en los debates y formación profesional, han permitido “encasillar” el ejercicio profesional en escenarios históricamente “pensados para” profesionales en Trabajo Social como los escenarios familiares o roles de implicación política muy específicos como el ejecutor de política o programas sociales, pero no como planeador o evaluador de ellas; o roles no asumidos profesionalmente como la filantropía o caridad contribuyendo desde allí a profundizar los imaginarios sociales que se tienen de la profesión.

Acerca de los procesos de reconceptualización y post-reconceptualización, el autor del libro reconoce la importancia de los mismos y la manera como se han ido ajustando esquemas de intervención profesional “por la vía de los métodos básico, único, integrado y polivalente” (Sierra-Tapiro, 2019, p. 31), que han mantenido modelos participativos y los cuales se combinan con lecturas estructurales de la realidad social, que permiten recuperar escenarios de intervención sobre micro-realidades, donde la profesión puede tener una perspectiva de formulación, análisis y evaluación de políticas sociales.

En este sentido, el autor hace un llamado al gremio de profesionales en Trabajo Social, para que continúen desligando su pensamiento, elaboraciones teóricas y acciones profesionales ético-políticas de estas perspectivas endogenistas, permitiéndole a la profesión una renovación crítica (proceso que se viene forjando desde el movimiento de la reconceptualización) para realizar reflexiones sobre ella desde adentro, pero sin desconocer que su desarrollo ha estado inserto en unas condiciones estructurales, económicas, políticas y sociales propias de las dinámicas del país y que requieren del reconocimiento de su historicidad.

De igual modo, invita a que las fundamentaciones teóricas que se realicen en torno a la profesión y la manera de interpretar la realidad social (desde la perspectiva que sea) sean el resultado de un ejercicio teórico riguroso y, por tanto, que esta interpretación esté cargada de solidez. Para esto, es necesario posicionar la investigación como una dimensión de la formación del profesional en Trabajo Social, que le proporcione las bases para estudiar y realizar lecturas contextualizadas de la profesión, revisando las implicaciones de su ejercicio profesional en las particularidades y condiciones específicas de la realidad colombiana, no solo para identificar los retos que actualmente se tienen en la formación académica, sino para encontrar, como gremio, el significado social del ejercicio profesional en el país.

Contemplar el carácter social de la profesión implica reconocer que con la consolidación del capitalismo monopolista, las relaciones sociales de producción y reproducción de la vida social, en Colombia y el mundo, se reconfigura y se modifica la propia organización de la vida en sociedad; así, las clases sociales emergen con mantenidas y progresivas desigualdades económicas, sociales y políticas, donde la burguesía alcanza su plenitud de poder y la clase trabajadora es subsumida por los intereses burgueses; sin embargo, frente a la hegemonía burguesa, la clase trabajadora adquiere un peso político diferente en la sociedad y se constituye como una clase para sí, permitiendo que se gesten de esta manera las luchas sociales en la relación capital/trabajo, que expresan la lucha por el poder y la hegemonía de las clases sobre el conjunto de la sociedad. Comprender el significado social de trabajo social,

implica aprehender los procesos de surgimiento y consolidación de los Estados nacionales burgueses y las relaciones capitalistas de producción (en el caso de América Latina supeditados a relaciones de dominación imperialistas), sus consecuentes expresiones de la “cuestión social” como las consecuencias de pauperización de las condiciones de vida la mayoría de la clase trabajadora, y las políticas sociales como respuesta a la organización y lucha de esta clase. (Sierra-Tapiro, 2019, p. 130)

En la realidad colombiana, bajo esta óptica de clases, se deben reconocer dos asuntos: el primero de ellos es que la profesión surge en un contexto donde el desarrollo capitalista es “incipiente, desigual, combinado y dependiente” (Sierra-Tapiro, 2019, p. 20) donde el Estado, la clase trabajadora y en términos de Juan Pablo, una clase oligárquico-burguesa (haciendo referencia a la continuidad de lógicas y practicas pre-capitalistas de dominación económica y política), son protagonistas histórico-sociales en el fecundo carácter contradictorio en que se han desarrollado las relaciones sociales y las luchas de clase en el país; lo segundo, es que estas luchas sociales se han expresado histórica y principalmente por medio de la guerra, en la que cada protagonista persigue el interés de alcanzar una hegemonía social, y actúa de acuerdo con este objetivo.

A lo largo de la historia, la clase oligárquico-burguesía ha utilizado sus energías para obtener el control social, político y económico del país a través del Estado; un Estado que a través de su poder político administra y garantiza el monopolio de los medios y relaciones de producción de capital, que legitima la violencia como arma de control y cohesión social y refuerza la precarización en la implementación de programas de “ayuda social” o políticas sociales, cuyos fines son “mejorar” el bienestar y la calidad de vida de las clases trabajadoras; y unas clases trabajadoras medianamente organizadas en la exigencia, defensa, y garantía de sus derechos y para responder a la acción violenta estatal.

A su vez, se reconoce que la clase trabajadora se ha manifestado históricamente de diferentes maneras en el país, entre ellas, la creación de organizaciones guerrilleras y la consolidación del conflicto socio-político armado como forma de relación y exigencia de garantías sociales al Estado; conflicto armado cuya característica principal es que se ha desarrollado en el marco de acciones violentas como masacres, torturas y desplazamientos forzosos en contra de la población civil, lo cual ha incrementado la brecha social de desigualdad e inequidad. Dentro de sus particularidades, también emerge la consolidación del narcotráfico como principal actividad económica y de mayor rentabilidad utilizada para la sobrevivencia y permanencia de los grupos armados; la corrupción como una de las manifestaciones de acción más violenta, pero “legítima” que tiene el Estado, no solo para intervenir en las manifestaciones de la cuestión social, sino para garantizar la reproducción del capital y la polarización ideológica estatal y social. Esos son solo algunos aspectos de las particularidades de la realidad colombiana, la cual se configura indiscutiblemente en la realidad en que actúan los profesionales en Trabajo Social actualmente. De allí la necesidad de estudiar y fundamentar un nuevo perfil profesional y académico que tenga coherencia de acción frente a estas particularidades, ya que se consideran como determinantes en el surgimiento y desarrollo del Trabajo Social como profesión en el país.

Las singularidades que han ido forjando la realidad colombiana han ido configurando también los espacios socio-ocupacionales de trabajo profesional para el Trabajo Social; por tanto, como componente de la sociedad, la profesión no puede eludir su realidad: el ejercicio profesional está anclado a las contradicciones de los intereses de las clases y, por ende, se gestan las condiciones particulares y propias que le obligan a participar, tanto de los mecanismos de dominación y explotación, como de las respuestas a las necesidades de las clases trabajadoras y de la reproducción del antagonismo de esos intereses, generando en torno a la profesión, su carácter contradictorio.

De allí la necesidad de que, tanto en las producciones académicas, como en los escenarios de debate se piense lo ontológico, epistémico y teórico-metodológico de la profesión en clave de estas singularidades colombianas, para tener mayor claridad en los espacios teóricos, de intervención y sobre todo de acción profesional que permitan reconocer y posicionar el gremio en aquellos escenarios de injerencia estatal o de movilización social (principalmente) donde no se tienen mayor presencia y realizar lecturas de la realidad y del ejercicio profesional en el marco de su totalidad.

Por otra parte, como propuesta de un sector del gremio de profesionales en Trabajo Social en Colombia, para una renovación crítica profesional y la posibilidad de otra fundamentación frente al ejercicio profesional, en la segunda parte del libro, el autor reconoce la iniciativa de Trabajo Social crítico en Colombia,

como una expresión de la lucha de clases en la batalla de las ideas, en este caso, al interior de una profesión, pretendiendo el enfrentamiento y la superación de un Trabajo Social tradicional y conservador, considerado históricamente de espaldas a la realidad social colombiana. (Sierra-Tapiro, 2019, p. 82)

Proceso en conjunto y valiente, puesto que la fundamentación teórica-metodológica, la intervención profesional y la misma perspectiva teórica crítica han sido temas poco abordados en el marco nacional. Es un proceso organizativo y valeroso que han llevado muchos profesionales y estudiantes nacionales, desde 2004, para develar y dar a conocer el Trabajo Social, mediante debates, producciones académicas, seminarios y congresos; teniendo como determinantes de la profesión las contradicciones sociales, cuyo ejercicio permite reconocer posibilidades y límites diferentes del ejercicio profesional con respecto a los que tradicionalmente se han planteado.

Este colectivo, desde su postura política clara y definida de oposición al capital, las políticas neoliberales e implementación de éstas por parte del Estado, “a los procesos de desmonte de las conquistas de derechos de trabajadores, de mercantilización de la educación, y de represión generalizada” (Sierra-Tapiro, 2019, p. 82), ha permitido develar el carácter sincrético, contradictorio y ecléctico de la profesión; así mismo, reconoce al Trabajo Social como una profesión inserta en la división socio técnica del trabajo, cuya intervención profesional se gesta a través de las manifestaciones de la cuestión social, la cual es atendida por medio de la política social ejecutada de manera precarizada por el Estado o a través de los programas sociales que el sector privado o el “tercer sector” ejecutan después del desmonte de las incipientes políticas sociales por el neoliberalismo. Estos sectores históricamente se han configurado como escenarios de acción profesional y es desde allí que el Colectivo de Trabajo Social Crítico en Colombia ha pensado la profesión en su totalidad.

El calificativo que aquí se le otorga de “valiente” no es gratis. El Colectivo de Trabajo Social Crítico en Colombia, surge en un contexto adverso, bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, bajo una ofensiva de terrorismo de Estado sobre cualquier expresión de oposición política y social. Allí el pensamiento crítico ha soportado expresiones de estigmatización, señalamientos o persecución, dentro y fuera de las universidades, situaciones que de alguna manera han condicionado no solo su fortalecimiento como colectivo nacional, sino el esfuerzo por el surgimiento o expansión de colectivos en diferentes ciudades y países que asuman un proyecto ético-político profesional, anclado a un proyecto de sociedad emancipada.

Dentro de la reconstrucción histórica que el autor realiza de este colectivo, se resalta la convicción de las militancias políticas y sociales de sus integrantes, las estrategias que han tenido que asumir para evitar polarizaciones dentro del colectivo y trabajar en alcanzar la unidad en la diversidad y la articulación con movimientos sociales y partidos políticos. Ha sido un proceso organizativo de más de 15 años, donde sus principales logros han sido la conquista de diferentes escenarios políticos-académicos; participación en escenarios importantes para la formación política social como las organizaciones sindicales; el crecimiento de profesionales cualificados con maestrías y doctorados, quienes realizan un número significativo de producciones académicas que invitan a leer la profesión y la realidad contemporánea desde una visión plural, pero objetiva y de totalidad; y la posibilidad que le dan al gremio profesional de enriquecer su diversidad teórica y de realizar intervención profesional desde un análisis y racionalidad que se distancia de las perspectivas tradicionales.

Para concluir, sin duda alguna el libro “Hacia la construcción de un Trabajo Social crítico en Colombia”, es una construcción colectiva que provoca e invita a una exploración teórica amplia, a ser inquietos frente al contenido y la forma como se gestan los debates sobre la profesión, que convoca a pensar como gremio las condiciones materiales e ideales del quehacer profesional hoy en día; convoca a militar el Colectivo de Trabajo Social Crítico en Colombia con la finalidad de una renovación crítica de la profesión, con una idea clara de fortalecer como profesionales la formación política y apropiarla como un imperativo ético profesional y a construir un proyecto de sociedad que materialice valores como la equidad y justicia social.

Nombres y apellidos del autor: Juan Pablo Sierra-Tapiro

Título del libro: Hacia la construcción de un trabajo social crítico en Colombia

Numero de edición: 100 ejemplares Ciudad de publicación: Cali, Colombia

Editorial: Universidad Santiago de Cali

Año de publicación: 2019.

Referencias

Sierra-Tapiro, J. (2019). Hacia la construcción de un Trabajo Social crítico en Colombia. Cali, Colombia. Universidad Santiago de Cali. [ Links ]

Como citar este artículo: Muñoz, Y. V. (2021). Reseña del libro: “Hacia la construcción de un Trabajo Social crítico en Colombia”. Revista Eleuthera, 23(1), 403-410. http://doi.org/10.17151/eleu.2021.23.1.2.

Recibido: 16 de Abril de 2020; Aprobado: 15 de Mayo de 2020

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