SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.21 número46PENSAMIENTO, CIENCIA Y HUMANIDADFLORIDI HISTORIZADO: LA CUESTIÓN DEL MÉTODO, EL ESTADO DE LA PROFESIÓN Y LA OPORTUNIDAD DE LA FILOSOFÍA DE LA INFORMACIÓN DE LUCIANO FLORIDI índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Escritos

versión impresa ISSN 0120-1263

Escritos - Fac. Filos. Let. Univ. Pontif. Bolivar. vol.21 no.46 Bogotá ene./jun. 2013

 

LA ÉTICA DE LA INFORMACIÓN Y LA INFOESFERA

INFORMATION ETHICS AND INFOSPHERE

A ÉTICA DA INFORMAÇÃO E A INFOSFERA

Ariel Antonio Morán Reyes*

Para Marisa Rico y Abraham Alameda

* Becario en el Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información (IIBI) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estudiante de Bibliotecología y Economía de la UNAM. Este artículo es resultado del proyecto de investigación: Disertaciones en torno a la propuesta de la filosofía de la información dentro del discurso bibliotecológico, realizado en el Centro de Investigaciones en Ciencia de la Información (CICINF) de la Escuela Interamericana de Bibliotecología de la Universidad de Antioquia (Medellín, Colombia) durante el segundo semestre de 2012, con el acompañamiento institucional del profesor Carlos Enrique Restrepo (Instituto de Filosofía, U. de A). Correo electrónico: a.moran@comunidad.unam.mx

Traducción recibida el 16 de octubre de 2012 y aprobado para su publicación el 15 de abril de 2013.


RESUMEN

Este artículo examina las cuestiones culturales y los supuestos relacionados con la adopción de las tecnologías, al igual que los principios éticos aplicados a ellas. Se analizan cuestiones prácticas y problemas éticos que han surgido por el uso de la tecnología. Además, se desarrolla el concepto de infoesfera como un mundo inmaterial, en el marco de una ética informacional donde coexisten e interactúan las entidades informacionales. Para la Filosofía de la información, el elemento fundamental de la infoesfera es la información. La infoesfera es equiparable a la totalidad del ser.

Palabras clave: Ética de la información, Sociedad de la información, Infoesfera, Tecnologías de la información y la comunicación, Filosofía de la información.


ABSTRACT

This paper examines the cultural issues and assumptions regarding the adoption of technologies and the ethical principles applied to them. Some practical and ethical issues that have arisen from the use of such technology are discussed in this paper. It also develops the concept infosphere as an immaterial world, within the frame of informational ethics, where informational entities coexist and interact. For Philosophy of Information the most fundamental element of the infosphere is information. The infosphere is comparable to the whole being.

Key words : Information Ethics, Information society, Infosphere, Information and Communication Technology, Philosophy of Information.


RESUMO

Este artigo examina as questões culturais e as hipóteses relacionadas com a adoção das tecnologias, bem como os princípios éticos aplicados a elas. São analisadas questões práticas e problemas éticos que surgiram pelo uso da tecnologia. Ademais, é desenvolvido o conceito de infosfera como um mundo imaterial, no marco de uma ética informativa, onde coexistem e interagem as entidades informativas. Para a Filosofia da informação, o elemento fundamental da infosfera é a informação. A infosfera é equiparável à totalidade do ser.

Palavras-chave: Ética da informação, Sociedade da informação, Infosfera, Tecnologias da informação e da comunicação, Filosofia da informação.


Introducción

En la actualidad, la forma en que se articulan las distintas relaciones sociales -lo que implica las expectativas recíprocas en cuanto a la conducta de los otros- y la trama de la vida cotidiana, han permitido la inserción integral de las herramientas tecnológicas como base material de la sociedad globalizada, utilizando la información como su recurso y la educación como su medio.

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son parte de una cultura en rápida expansión, sobre todo en cuanto al acceso a la información. Denominamos a esta sociedad la "sociedad de la información", debido al papel fundamental que desempeñan los servicios de información en su intrincado entramado. Ante el ritmo creciente de la sociedad de la información, Luciano Floridi ha conceptualizado la aparición de la infoesfera (término acuñado a partir del entorno de la "biosfera"), que es el ambiente semántico en el que cada vez más personas invierten su tiempo, y que es reflejo del dominio representado de la memoria y del lenguaje del saber organizado.

La aproximación metafísica de la filosofía de la información parte de una premisa que expone la situación de crisis para la disciplina filosófica, relativa en gran medida a la conservación de un mundo -infoesfera y ecosfera-; para afrontarla se necesita a los filósofos, ahora más que nunca (Beavers 2011). Dicha premisa afirma que la tecnología ha producido un cambio informacional que va de lo semántico a lo óntico, situación que da lugar a una reontologización del mundo o, en otras palabras, a una transformación de la naturaleza (Floridi 2005). Esta reconcepción ontológica del mundo debe decantar en la constitución de la infoesfera (el mundo intangible), y no solamente en una ecosfera o biosfera (mundo físico). Las nanotecnologías y las biotecnologías son el ejemplo perfecto de esto (Biro 2011).

Como resultado de esta ontologización, la información se convertirá en nuestro ecosistema y nosotros, unidos y en interacción con los agentes artificiales, nos convertiremos en inforgs, organismos informativos interconectados o integrados informativamente. Floridi predice que, en este entorno, el estado moral y la responsabilidad de los agentes artificiales se convertirán en un problema cada vez más difícil. A partir de esta tesis ontológica, a saber, la ontologización de la infoesfera o la metafísica de la información, es fácil anticipar un próximo movimiento teórico (Tavani 2008). Sobre la base de la metafísica de la información se postula una nueva ética ambiental, es decir, una ética de la información que deje de ser una microética circunscrita solamente a un campo dependiente de aplicación o al campo profesional, y se convierta en una ética que reemplace el ontocentrismo del mundo material (Mathesen & Fallis 2008).

Respecto a los conceptos de infoesfera y ecosfera, es de mencionar que existe un concepto afín, que es el de "ecología de la información", utilizado con recurrencia por Rafael Capurro, al referirse a la naturaleza de la información que recopilamos y contextualizamos del medio ambiente. Para hallar los principios fundamentales de esta información ecológica, el investigador uruguayo relacionó sus significados principales con el "moldeado de la mente" o con "comunicar algo a alguien", es decir, con los conceptos de eidos y morphé, que a su vez sustentaban el concepto de informatio durante el Medioevo (Capurro 2008). De hecho, la concepción de Floridi sobre una "pluralidad de ontologías" puede entenderse dentro de esta tradición de la metafísica occidental (Vid. Hongladaram 2008).

Al respecto, en su contribución a la Comisión Mundial sobre la Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología de la UNESCO, Floridi desarrolló un concepto de ecología de la información como un tipo de ética de la información adecuada para hacer frente al mundo constituido por datos, información, conocimiento y comunicación, de tal manera que se conforme un entorno nuevo, basado en la tecnología digital, al que llamamos infoesfera. Se hace evidente que la infoesfera se concibe, ontológicamente, como una realidad diferente del mundo físico. Esto es importante aclararlo, ya que la postura de la filosofía de la información no está defendiendo en trasfondo lo que Capurro llama "metafísica digital", es decir, la interpretación de todos los seres desde la perspectiva digital. La perspectiva metafísica de Capurro es de corte heideggeriano, esto es, que la metafísica implica una interpretación fija del ser de los entes, mientras que, por otra parte, la ontología significa hacer explícita la cuestión del ser, lo que permite debilitar las ambiciones metafísicas acerca de lo que son realmente las cosas, por ejemplo, al preguntar qué es "un conjunto de información".

I

Para una filosofía de la información como la que proponemos, los seres humanos no descubrimos ni inventamos el mundo, sólo lo diseñamos. Lo entendemos únicamente en la medida en que entendemos sus modelos y sus representaciones. El mundo, tal y como lo experimentamos todos los días, es el resultado de nuestro modelo particular alimentado con datos que tienen un cierto nivel de abstracción. Digamos que esta es una visión constructivista de la información.

Acercarse a la filosofía desde una perspectiva construccionista (que no constructivista) significa adoptar una postura metafísica. y es desde esta postura ética de la información que debe ser evaluada la realidad, es decir, constituir una ética de la administración hacia la infoesfera. La región específica de la infoesfera en el espacio y en el tiempo en que tiene lugar la acción moral, representa el último componente de su sistema, a saber, la situación moral. Tomando prestado un término de la robótica, este micromundo de la información se puede definir como la envolvente de la acción moral.

La pregunta base para crear los fundamentos de esta ética de la información es: ¿qué es lo bueno para una entidad de información y para la infoesfera? La respuesta, desde la perspectiva de la filosofía de la información, sería que existe algo más elemental y fundamental que la vida y el dolor, a lo que denominamos ser, entendido como la información, y que debe ser reconocido como el centro de un reclamo moral mínimo, cuyo reconocimiento ayudaría a regular la implementación de cualquier proceso de información.

Entendida como una filosofía fundacional del análisis y diseño de la información, la filosofía de la información puede explicar y orientar la construcción deliberada de nuestro entorno intelectual, y proporcionar el tratamiento sistemático de los fundamentos conceptuales de la sociedad contemporánea. Así mismo, permitirá a la humanidad dar sentido al mundo y construir de manera responsable una nueva etapa en la semantización del ser. En la medida en que la filosofía de la información cumpla el papel de proporcionar un fundamento teórico y una comprensión sistemática de los conceptos básicos relacionados con la información, podrá contribuir al estudio de la naturaleza, el valor y los objetivos de un sinfín de prácticas (las de la bibliotecología, por ejemplo).

La ética de la información, desde la perspectiva de la filosofía de la información, es la nueva ética ambiental para la sociedad de la información. Lo que tenemos que hacer es luchar contra cualquier tipo de destrucción, corrupción y agotamiento resultantes de la marcada reducción en la cantidad, contenido, calidad y valor de la información, a lo que se denomina entropía, pero no como en el contexto de la termodinámica, sino como el grado de incertidumbre de las fuentes de información. El uso ético de las TIC y el desarrollo sostenible de una sociedad de la información equitativa (infoesfera) necesitan una salvaguarda pública para todos, donde la comunicación y la colaboración puedan florecer de manera coherente con la aplicación de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los medios de comunicación (Floridi 2012 62). El desarrollo sustentable significa que nuestro interés en la construcción sólida de la infoesfera debe estar asociado a la preocupación ética por la forma en que ésta afecta e interactúa con el entorno físico, la biosfera y la vida humana en general, tanto positiva como negativamente.

Estos principios universales representan un desarrollo del discurso ético en la cultura occidental, que ha ido abandonando su perspectiva antropocéntrica. La filosofía de la información busca revaluar una ética de respeto no sólo para el mundo físico sino para el inmaterial. Una ética para la sociedad de la información debe tener muy en cuenta el valor de lo inmaterial y lo intangible, pues esta es la mejor forma de fomentar el cuidado y el respeto por la infoesfera. La realidad, tanto natural como inmaterial, no puede ser solamente objeto de la dominación, el control y la explotación, sino también objeto de respeto en su existencia autónoma. Esto es lo que podemos aprender de un enfoque ambiental. Pero la historia tiene sus vueltas irónicas, y precisamente esas sociedades de alta tecnología, que han dado lugar a la revolución de la información, parecen ser las menos capaces de hacer frente a su impacto ético.

II

La infoesfera es propiamente el entorno integrado por todas las entidades informacionales -incluyendo a los agentes que intervienen en los ciclos de la información-, sus propiedades, interacciones, procesos y relaciones mutuas. Es un ambiente comparable, aunque diferente, al del ciberespacio -que en realidad es sólo una de sus subregiones, por así decirlo-, ya que también incluye los espacios analógicos de información. De acuerdo con Floridi, es posible equiparar a la infoesfera con la totalidad del ser (Floridi 2002b).

La infoesfera es un entorno esencialmente intangible e inmaterial, pero no por ello menos real o vital. Los problemas éticos que se generan son mejor entendidos como problemas ambientales. Estos incluyen la educación como formación de capacidades, la preservación, la difusión, el control de calidad, la fiabilidad, la libre circulación y la seguridad de la información, la ampliación del acceso universal, el apoyo técnico para la creación de nuevos espacios digitales, compartir e intercambiar contenidos, el respeto a la diversidad, el pluralismo, la propiedad privada, el uso ético de las TIC, la integración de los conocimientos tradicionales, entre otros (Floridi, 2006a). Para aliviar estos problemas necesitamos un enfoque sólido del medio ambiente que pueda proporcionar una orientación coherente para el desarrollo equitativo de este nuevo espacio de la vida intelectual. En resumen, necesitamos una ética de la información.

De hecho, la estructura social contemporánea ha sido posible principalmente por las TIC, lo que plantea problemas éticos fundamentales cuya complejidad y dimensiones globales están evolucionando rápidamente. La tarea es formular una ética de la información que pueda tratar el mundo de los datos, la información, el conocimiento y la comunicación como un nuevo entorno. Esta ética de la información debe ser capaz de resolver los nuevos problemas éticos que surgen en el nuevo entorno sobre la base de los principios fundamentales de respeto a la información, su conservación y revaloración (Floridi 2007a 2).

La brecha digital es la fuente de la mayoría de los problemas éticos que se desprenden de la evolución de la sociedad de la información, es decir, la raíz de la entropía (Floridi 2002a 42). Esta brecha se refiere a las desigualdades en el acceso a la tecnología de la información. Una de las principales razones por las que la brecha digital es una cuestión importante es que el acceso a la tecnología de la información tiene un enorme impacto en la capacidad de las personas para adquirir conocimientos. Uno de los proyectos de la filosofía de la información es identificar las políticas y las prácticas que tienen buenas consecuencias epistémicas.

El hecho de que la ética de la información sea una parte de la filosofía de la información pone de relieve su importante conexión con la epistemología. De este modo, los enfoques teóricos de la epistemología pueden ayudar a aclarar cuestiones importantes en la ética de la información. Sin embargo, también es necesario identificar y responder varias preguntas abiertas acerca de los valores epistémicos, para poder evaluar las consecuencias epistémicas de muchas políticas de información (Fallis 2004).

El proyecto de la modernidad se ha basado en el control y dominio plenos sobre la realidad entendida a partir del entorno físico. La era de la información se basó en dicho proyecto moderno, pero su esencia ya no es sólo la conformación de un mundo físico, sino más bien la creación y construcción de alternativas, sin que esto implique que los entornos naturales sean reemplazados.

No obstante, hay que hacer una distinción entre la mente mecánica que esbozaron autores como Turing, Sloman o Crane, y la mente informativa que posee un inforg (que no un cyborg). El diseño de una mente mecánica ha buscado controlar a la naturaleza y modificarla; la mente informativa, por otro lado, construye su propio mundo y, por lo tanto, al tratar con él, de lo que realmente se ocupa es de sus propios artefactos que le sirven para interactuar. Tirso de Andrés aduce el denominativo de homo cybersapiens que, además de ser una máquina racional, puede contribuir a construir un cerebro mecánico:

Los seres humanos utilizan un cerebro para pensar; construyamos pues un cerebro. Hagamos una sociedad anónima de neuronas electrónicas capaces de funcionar como las del cerebro humano. El ordenador deja de ser el modelo para entender el conocimiento humano; en su lugar el cerebro pasa a ser el paradigma para construir ordenadores (Andrés 2002 46).

Un ejemplo de esto lo expone el mismo autor español, quien señala la "plasticidad" como una de las características físicas del cerebro humano, específicamente del neoencéfalo. Según él:

(…) esta propiedad merece ser resaltada, pues, tiene grandes consecuencias y supone una diferencia fundamental con los sistemas artificiales de tratamiento de información que ahora somos capaces de hacer, incluidas las redes neuronales artificiales. Aquí la plasticidad [adoptada por la máquina] no es física sino lógica, y corresponde al software (Andrés 2002 272).

En menos de un siglo se ha pasado de un estadio de sumisión frente a la naturaleza a un estadio en el que contamos con los medios y las herramientas para instrumentar nuevas realidades y adaptarlas a nuestras necesidades. Hablamos de una reinvención del futuro. Por primera vez en la historia somos responsables de la existencia de nuevos ambientes completos. Nuestro poder tecnológico es colosal, pululando de manera subrepticia entre lo natural y lo artificial. Empero, nuestras responsabilidades morales hacia el mundo y las generaciones futuras son igualmente enormes (Ess 2009).

Por desgracia, el avance del poder tecnológico y las responsabilidades morales no están siendo guiados por una inteligencia ética o una sabiduría práctica. Parecemos niños que juegan alegremente con un universo maravilloso, pero dicha algarabía es de una magnitud tal que nos lleva a un embelesamiento que nos impide percibir un peligro latente.

La afirmación de Floridi de una "macroética" plantea que la vida, no la existencia, es la marca de lo moral; que es ella la que determina el estado moral, no sólo de los humanos y otros seres sintientes, sino también de su entorno natural (Dodig-Crnkovic 2012 12). Todo lo que existe, ha existido y existirá siempre en el universo como objeto de información. Que cualquier cosa pueda ser concebida como un objeto de información significa que la información es prácticamente todo (Hongladaram 2008 180). Esta es una "ética del ser" a gran escala, que considera la destrucción, la corrupción, la contaminación y el agotamiento de los objetos de información como una forma de entropía, cuyo aumento constituye un mal que debe ser evitado.

Al respecto, Floridi (2007b) arguye:

En la ética de la información, el discurso se refiere a cualquier entidad, entendida informativamente, es decir, no sólo a todas las personas, su cultura, el bienestar y las interacciones sociales, no sólo a los animales, las plantas y su vida natural [ecosfera o biosfera], sino también a todo lo que existe, desde pinturas y libros hasta las estrellas y las piedras; todo lo que puede o va a existir, al igual que las generaciones futuras, y todo lo que era pero ya no es, como nuestros antepasados o civilizaciones antiguas. La ética de la información es imparcial y universal, ya que trae una culminación definitiva del proceso de ampliación de la noción de lo que puede ser el núcleo de un derecho moral (por mínimo que sea), que ahora incluye todos los casos de la inteligencia, sin importar si son implementados físicamente o no. En este sentido, la ética de la información sostiene que todas las entidades, como expresión del ser, mantienen una dignidad, constituida por su modo de existencia y esencia (9).

Floridi explica que la información es una estructura básica del universo (aunque no de la misma manera en que lo expresó Tom Stonier); incluso la considera un demiurgo, por lo que la filosofía de la información vendría a ser una "demiurgiología" que puede ser presentada como el estudio de las actividades informativas que hacen posible la construcción, conceptualización, semantización y la administración moral de la realidad, tanto natural como artificial. Podemos decir, entonces, que se tiene un poder casi demiúrgico sobre ella, pero sólo podemos fiarnos de nuestras buenas voluntades, falibles por supuesto, para guiarnos en nuestra construcción de representaciones.

La postura deontológica de Kant, por ejemplo, puede aplicarse al problema que acaece en internet sobre la confianza en línea, partiendo de la discusión de dos polaridades potenciales que se han intentado poner en práctica: un internet totalmente ingobernable y un internet excesivamente regulado. Un enfoque kantiano abogaría por un término medio. En este punto medio deben existir normas y reglamentos suficientes que se apliquen para proteger a "los inocentes de la maldad" (Ess & Thorseth 2008 208; Floridi & Sanders 2001). Pero estas reglas y regulaciones seguirán siendo parciales en el sentido de que no van a eliminar la libertad de elección de las personas en cuanto a las diferentes y posibles visiones de lo que es lo bueno en internet, incluyendo la posibilidad de convertirse en "un ser humano excelente o ser virtuoso" en el sentido kantiano (Cf. Floridi 2006b).

Algunas propuestas, como la de Skolimowsky (1984), aducen que si "la tecnología nos despoja sistemáticamente de la responsabilidad (al delegar todo a los expertos), representa la victoria del mal. Pues si todo se nos hace, si no podemos ejercer nuestra responsabilidad, ya no somos humanos" (495).

Esta deshumanización es similar a la que advertía Heidegger (1986), en la medida en que nos convertimos en objetos al acostumbrarnos a relacionarnos con objetos en la cotidianidad: software, teléfonos, contestadoras, cajeros automáticos, juguetes; incluso llegamos a estar a su servicio, siempre al acecho de estar tecnológicamente a la moda. Ess y Thorseth (2008) establecen, pues, que los ambientes nos obligan a redefinir la naturaleza de la acción ética y, por lo tanto, a redefinir cómo se distribuye la responsabilidad ética entre lo humano y lo no humano, es decir, entre lo racional y lo no racional.

III

¿Cómo podemos hacer frente a los nuevos desafíos éticos? Dado que la brecha digital es un problema que afecta a los individuos y no sólo a las sociedades, las soluciones pueden ser más eficaces si son orientadas jerárquicamente de abajo hacia arriba, pero desafortunadamente viejas soluciones a los problemas éticos no pueden ser simplemente extrapoladas y traídas de vuelta para aplicarse mecánicamente a la infoesfera. Las tecnologías no son sólo herramientas, sino que también son vehículos hacia las interpretaciones de la realidad circundante. Heidegger (1986) rechazó en su momento las soluciones que veían a la tecnología dentro de una esfera instrumentalista supuestamente neutral. Según el autor de Ser y tiempo, la tecnología puede ser un medio para desocultar el ser, o bien, para ocultarlo y manipularlo.

Cualquier tecnología trae consigo cargas éticas importantes (la imprenta o las revoluciones industriales son un buen ejemplo de ello). Algunas de estas tecnologías todavía hacen parte de nuestro presente; pensemos en la alfabetización universal, la libertad de expresión, el desarrollo sustentable o el problema de la contaminación. Esto nos obliga a revisitar las ideas de Las tecnologías del yo de Foucault (1990), cuando lanzaba una advertencia sobre las posturas metafísicas, sobre todo respecto a cuestiones tecnológico-prácticas, de las que ofrece cuatro acepciones que representan cada cual una matriz de la razón práctica:

1) tecnologías de producción, que nos permiten producir, transformar o manipular cosas; 2) tecnologías de sistemas de signos, que nos permiten utilizar signos, sentidos, símbolos o significaciones; 3) tecnologías de poder, que determinan la conducta de los individuos, los someten a cierto tipo de fines o de dominación, y consisten en una objetivación del sujeto; 4) tecnologías del yo, que permiten a los individuos efectuar, por cuenta propia o con la ayuda de otros, cierto número de operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos, conducta, o cualquier forma de ser, obteniendo así una transformación de sí mismos (Foucault 1990 48).

Las cuatro acepciones de tecnología que nos ofrece Foucault sorprendentemente se adecuan a estratos de nuestra realidad: la primera en el sentido de la techné; la segunda con todas las teorías informáticas expuestas (informática, cibernética, inteligencia artificial); la tercera con la realidad de la sociedad de la información denunciada en el discurso de la política del conocimiento y del capitalismo cognitivo; y la cuarta con los cambios fisiológicos producidos por la tecnología, la bioinformática, las conductas informacionales o los inforgs. Estos cuatro enfoques se adecuan a la realidad actual. De la misma manera, Floridi por su parte buscó exponer siete enfoques que reflejaran la realidad informativa en plena revolución tecnológica: el enfoque de la teoría de la información, el algorítmico, el probabilístico, el modal de transporte, el sistémico, el enfoque deductivo y el semántico (Floridi 2011).

El problema actual es que nuestro desarrollo ético ha sido mucho más lento que nuestro crecimiento tecnológico. Podemos hacer mucho más de lo que podemos comprender. La actualización de nuestra sensibilidad moral es un proceso letárgico.

Fundamentalmente, Floridi identifica la existencia como el valor moral positivo y la inexistencia como el valor negativo. Esto puede parecer natural. Digamos que una acción es moralmente benéfica si tiene como resultado la conformación de objetos o fenómenos informativos, y perjudicial si los destruye. El problema de esta propuesta es que, dada la amplia concepción de los objetos con los que interactuamos, cada acto crea y destruye dichos objetos. Además, la ética y la moral dependen de las culturas locales, que están impregnadas de la diversidad.

En realidad, al considerar los diversos tipos de seres informacionales como agentes morales, Floridi se propone evitar que sean destruidos o fragmentados. Volvemos a la idea de que todos los seres son considerados y entendidos desde el punto de vista monoteísta del Dios trascendental (el demiurgo) que crea todo. Dios trata a sus creaciones con gran compasión, y los seres humanos, dotados de razón y especialmente elegidos por Dios, tienen la misión de convertirse en administradores de las creaciones de Dios. Por lo tanto, los seres humanos deben preservar y controlar estas creaciones para lograr la prosperidad armoniosa. Este es el típico pensamiento occidental de la ecología, en este caso, una ecología de la información, pero en la esfera de la información digital. Para los seres humanos, la misión es la de controlar la infoesfera, de tal forma que disminuya su entropía.

Al adoptar este enfoque, estamos en condiciones de alcanzar algún tipo de efecto preferible, al igual que el movimiento ecologista. Hoy en día, los clásicos puntos de vista son desafiados por nuevos hallazgos de las ciencias, como la biología molecular, las neurociencias, la etología, la biogenética, la robótica, la ciencia cognitiva y los estudios de inteligencia artificial, etc. Estos hallazgos están creando dudas acerca de la visión clásica occidental de un ser humano dotado de razón y que actúa de acuerdo a su propia voluntad. Día tras día, las fronteras entre el alma y el cuerpo, entre los animales y los seres humanos, e incluso, entre los seres vivos y las máquinas, se están volviendo poco claras (Volkman 2010 390). En resumen, la condición de posibilidad mínima o de menor valor intrínseco de una entidad se identifica con su estatus ontológico como un objeto de información. Todas las entidades, incluso las que tienen un valor mínimo moral, merecen ser respetadas por ser objetos de información (Floridi 2002b).

La propuesta de Floridi controvierte la visión arcaica de la ética tradicional, en la que sólo el ser humano se convierte en un agente moral que asume toda la responsabilidad. Su postura es tan revolucionaria que incluso podría ser llevada al límite de un colapso de la ética y la moral. La idea de una infoesfera en la que todas las creaciones o seres pueden ser considerados como una estrategia efectiva para establecer un nuevo tipo de ética y de moral que será aceptada en la sociedad de la información es sumamente audaz, pero al mismo tiempo difícil de aceptar por muchos sectores epistémicos. yo propongo que demos ese paso. En este sentido, el enfoque de Floridi busca preservar todos los objetos informacionales, pero sobre todo a los agentes morales, lo cual me parece bastante ingenioso, ya que podemos evitar las discusiones bizantinas relativas a la responsabilidad o al libre albedrío que siempre acompañan a un agente moral.

Conclusiones

Fomentar la formulación de principios universalmente reconocidos y las normas éticas comunes relacionadas con el uso de las TIC, sobre la base de una ética de la información ambiental, es una contribución importante a la construcción de un mundo mejor. No es cuestión de imponer medidas legislativas, reglamentos estrictos o empoderamiento de alguna organización de control. Los objetivos se reducen, en términos kantianos, a ampliar la preocupación ética de la biosfera (el mundo material) a la infoesfera (el mundo inmaterial), para sensibilizar a la humanidad de las nuevas necesidades de los entornos éticos intangibles, intelectuales, e indicar cómo la brecha digital se puede salvar. El reto es colaborar en el desarrollo de una ética ambiental coherente y sólida de la información para el futuro de la humanidad. La construcción de una sociedad de la información equitativa para todos es una oportunidad histórica que no podemos darnos el lujo de perder.


Referencias

Andrés, Tirso de. Homo cybersapiens: La inteligencia artificial y la humana. Pamplona: Ediciones Universidad de Navarra, 2002.         [ Links ]

Beavers, Anthony F. "Historicizing Floridi: The Question of Method, the State of the Profession, and the Timeliness of Floridi's Philosophy of Information". Ethics & Politics, 13, 2 (2011): 255-275.         [ Links ]

Biro, Jan Charles. "Biological information: Definitions from a biological perspective". Information. 2, 1 (2011): 117-139.         [ Links ]

Byron, Michael. "Floridi's Fourth Revolution and the Demise of Ethics". Knowledge, Technology & Policy. 23, 1-2 (2010): 135-147.         [ Links ]

Capurro, Rafael. "Intercultural information ethics". The handbook information and computer ethics. Eds. Herman T. Tavani y Kenneth Einar Himma. Nueva Jersey: Wiley, 2008. 339-666.         [ Links ]

Dodig-Crnkovic, Gordana. "Floridi's information ethics as macro-ethics and info-computational agent-based models". Luciano Floridi's philosophy of technology: Critical reflections. Ed. Hilmi Demir. Berlin: Springer, 2012. 3-22.         [ Links ]

Ess, Charles. "Floridi's philosophy of information and information ethics: Current perspectives, future directions". The Information Society. 25, 3 (2009): 159-168.         [ Links ]

Ess, Charles & Thorseth, May. "Kant and information ethics". Ethics and Information Technology. 10, 2-3 (2008): 205-211.         [ Links ]

Fallis, Don. "Epistemic value theory and information ethics". Minds and Machines. 14, 1, 2004: 101-117.         [ Links ]

Floridi, Luciano. "Information ethics: An environmental approach to the digital divide". Philosophy in the Contemporary World. 9, 1 (2002a): 39-45.         [ Links ]

______. "On the intrinsic value of information objects and the infosphere". Ethics and Information Technology. 4, 4 (2002b): 287-304.         [ Links ]

______. "The ontological interpretation of informational privacy". Ethics Information Technology. 7, 4 (2005): 185-200.         [ Links ]

______. "Four challenges for a theory of informational privacy". Ethics and Information Technology. 8, 3 (2006a): 109-119.         [ Links ]

______. "Information technologies and the tragedy of the good will". Ethics and Information Technology. 8, 4 (2006b): 253-262.         [ Links ]

______. "Global information ethics: The importance of being environmentally Earnest". International Journal of Technology and Human Interaction. 3, 3 (2007a): 1-11.         [ Links ]

______. "Understanding information ethics". American Psychology Association Newsletters. 8, 2 (2007b): 3-12.         [ Links ]

______. The philosophy of information. Oxford: Oxford University, 2011.         [ Links ]

______. "A look into the future impact of ICT on our lives". The Information Society. 23, 1 (2012): 59-64.         [ Links ]

Floridi, Luciano & Sanders, J. W. "Artificial evil and the foundation of computer ethics". Ethics and Information Technology. 3, 1 (2001): 55-66.         [ Links ]

Foucault, Michel. Tecnologías del yo y otros textos afines. Barcelona: Paidós, 1990.         [ Links ]

Heidegger, Martin. "La pregunta por la técnica". Trad. J. M. Mejía. Revista Universidad de Antioquia. 205 (1986): 46-68.         [ Links ]

Hongladaram, Sorej. "Floridi and Spinoza on global information ethics". Ethics and Information Technology. 10, 2-3 (2008): 175-187.         [ Links ]

Mathiesen, Kay & Fallis, Don. "Information ethics and the library profession". The handbook information and computer ethics. Eds. Herman T. Tavani y Kenneth Einar Himma. Nueva Jersey: Wiley, 2008. 221-244.         [ Links ]

Skolimowsky, Henryk. "Freedom, responsibility and the information society". Vital Speeches, 50. Nueva york: News Publishing, 1984. 493-497.         [ Links ]

Tavani, Herman T. "Floridi's ontological theory of informational privacy: Some implications and challenges". Ethics and Information Technology, 10, 2-3 (2008): 155-166.         [ Links ]

Volkman, Richard. "Why information ethics must begin with virtue ethics". Metaphilosophy, 41, 3 (2010): 380-401.         [ Links ]