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Boletín de Investigaciones Marinas y Costeras - INVEMAR

versión impresa ISSN 0122-9761

Bol. Invest. Mar. Cost. vol.49  supl.1 Santa Marta dic. 2020  Epub 04-Sep-2021

https://doi.org/10.25268/bimc.invemar.2020.49.suplesp.1055 

Artículos de Investigación

Vulnerabilidad de los servicios ecosistémicos del área marina protegida Uramba

Natalia Uribe-Castañeda1  * 
http://orcid.org/0000-0002-3797-5894

Carlos Andrés Satizabal2 
http://orcid.org/0000-0003-1791-5904

Leonardo Herrera Orozco3 
http://orcid.org/0000-0001-9851-8606

Jaime Ricardo Cantera Kintz4 
http://orcid.org/0000-0002-4010-298X

1Ecomanglares Research Group of Estuaries and Mangrove Ecology, Biology Department, Faculty of Natural and Exact Sciences, University of Valle, Cali, Colombia,

2Ecomanglares Research Group of Estuaries and Mangrove Ecology, Biology Department, Faculty of Natural and Exact Sciences, University of Valle, Cali, Colombia

3Natura Group, Biological Science Department, ICESI University, Cali, Colombia. lherrera@icesi.edu.co

4Ecomanglares Research Group of Estuaries and Mangrove Ecology, Biology Department, Faculty of Natural and Exact Sciences, University of Valle, Cali, Colombia, jaime.cantera@correounivalle.edu.co


ABSTRACT

Systems of Uramba Marine Protected Area (MPA), like marine and coastal systems worldwide, sustain a great variety of ecosystem services (ES) (i.e. coastal protection, climate regulation, or food provision, etc.). Anthropogenic and natural stressors (i.e. coastal erosion, sea level rise, or overfishing, etc.) can transform, degrade, or limit the supply of ecosystem services. This study explores the vulnerability of Uramba MPA ecosystem services to anthropogenic and natural stressors. Stressors and ecosystems services were characterized by a literature review, an expert’s workshop, fieldtrips for validation, and georeferencing. To calculate the vulnerability of ecosystem services, the magnitude of each stressor, their risks, and their resilience capacity was estimated. Natural and anthropogenic stressors are more frequent at the outer region of Uramba MPA, in Ladrilleros, Juanchaco, and Base Naval. Sea level rise is the main stressor that potentially will affect Uramba MPA ecosystems services, including the following: coastal protection in sandy beaches, mud flats, and mangroves; climate regulation in sandy beaches and mud flats; recreation and tourism in sandy beaches and mangroves; life cycle maintenance in mangroves, and food provision in mud flats. Ecosystems services in rocky coasts are threatened by landslides, and in pelagic systems by overfishing.

KEYWORDS: Stressors; resilience; risk; Colombian Pacific; Tropical Eastern Pacific

RESUMEN

Los sistemas marinos y costeros del área marina protegida (AMP) Uramba, así como en el resto del mundo, proporcionan una gran variedad de servicios ecosistémicos (i. e. protección costera, regulación de ciclos geoquímicos o provisión de alimento, etc.). Amenazas naturales y/o antropogénicas (i. e. como la erosión costera, el aumento relativo en el nivel del mar o la sobrepesca) pueden transformar, degradar o limitar el suministro de estos servicios ecosistémicos. Este estudio explora el grado de vulnerabilidad que presentan los servicios ecosistémicos del AMP Uramba ante las amenazas naturales y antropogénicas presentes. Los métodos incluyen una revisión bibliográfica, un taller de expertos, trabajo de campo para la validación y la georreferenciación de servicios y amenazas. Para calcular la vulnerabilidad de los servicios ecosistémicos, se estimó la magnitud de las amenazas, su riesgo y su capacidad de resiliencia. Las amenazas naturales y antropogénicas más frecuentes se encuentran en la región externa del AMP Uramba, en las localidades de Juanchaco, Ladrilleros y Base Naval. El aumento en el nivel del mar es la amenaza que más podría vulnerar los servicios ecosistémicos del AMP Uramba, incluyendo los siguientes: protección costera en playas arenosas, planos lodosos y manglares; regulación climática en playas arenosas y planos lodosos; recreación y turismo en playas arenosas y manglares; mantenimiento de ciclos de vida en manglares, y provisión de alimentos en planos lodosos. Los servicios ecosistémicos de la costa rocosa están amenazados principalmente por deslizamientos, y en el ecosistema pelágico por la sobrepesca.

PALABRAS CLAVE: Amenazas; resiliencia; riesgo; Pacífico colombiano; Pacífico Oriental Tropical.

INTRODUCCIÓN

La Evaluación de Ecosistemas del Milenio generó una visión holística del valor de la biosfera, de importancia global, regional y local. Esta evaluación tiene en cuenta aspectos ecológicos, socioeconómicos y culturales de los Servicios de los Ecosistemas (SE) (Agardy et al., 2005). El concepto de SE ha ganado atención entre científicos, ambientalistas y actores políticos en los últimos años. El principio básico de los SE es brindar una herramienta para integrar componentes sociales, económicos y ambientales que proveen los ecosistemas, y de esta manera aconsejar la toma de decisiones estratégicas. Los SE muestran de forma efectiva los beneficios que los ecosistemas brindan a los humanos y sus valores (monetarios y no monetarios) (De Groot et al., 2010; Costanza et al., 2014).

Liquete et al. (2013) realizaron una revisión de la literatura centrada en los SE marinos y costeros, y encontraron que los SE más comunes estudiados son el suministro de alimentos, la purificación de agua, la protección costera, la recreación y el turismo. Identificaron, además, una brecha de conocimiento en la disponibilidad de indicadores que midan la capacidad y el flujo o beneficio de cada SE.

La identificación y valoración de los SE ha contribuido significativamente a comunicar al público las razones por las que se debe conservar la biodiversidad y por qué el uso de los recursos marinos debe llevarse a cabo de manera sostenible. Los ecosistemas marinos y costeros del Pacífico Oriental Tropical están siendo cada vez más vulnerados por amenazas naturales y antropogénicas como el cambio climático, cambios en el uso del hábitat, sobreexplotación de recursos y contaminación (Backer et al., 2010). El estudio de los SE permite definir las opciones de gestión con mayor precisión; enfrentar las deficiencias ambientales, políticas, sociales y administrativas; guiar a los tomadores de decisiones y a las comunidades hacia la sostenibilidad y, con suerte, la conservación (Cork, 2010). La Evaluación de Ecosistemas del Milenio destacó la importancia de los ecosistemas para los seres humanos y presentó el estado actual de los SE en todo el mundo. Según esta evaluación, más de 60 % de los SE en todo el mundo está degradado (Agardy et al., 2005). La importancia de la Evaluación de Ecosistemas ha aumentado con el desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) creados en 2015 para abordar varios temas en pro del bienestar humano y del medio ambiente. Diferentes trabajos han identificado importantes contribuciones de este enfoque en el desarrollo de planes para alcanzar las metas planteadas en aproximadamente 12 de los 17 ODS (McCartney et al., 2015; Wood et al., 2018; Veidemane, 2019). Esta investigación representa una contribución al ODS 13 de Acción Climática y el ODS 14 de Vida Submarina.

Cantera et al. (2013) evaluaron las condiciones ecológicas, ambientales y socioeconómicas del AMP Uramba, así como los desafíos para la conservación de los servicios ecosistémicos en la región. Este contexto socio-ecológico se ha tenido en cuenta para establecer un marco metodológico interdisciplinario para la vulnerabilidad. En esta investigación definimos el termino “vulnerabilidad” como el grado en que un sistema experimenta daño debido a la exposición a una perturbación o una amenaza (Turner II et al., 2003; Mumby et al., 2014; Weißhuhn et al., 2018). La evaluación de la vulnerabilidad centrada en amenazas ha demostrado ser insuficiente para comprender las respuestas de un sistema afectado. Una comprensión más compleja debería incluir el riesgo y la resiliencia ante las amenazas. El riesgo es una medida de la probabilidad de que ocurra un evento y la magnitud de sus consecuencias. En esta investigación se adopta la definición de resiliencia ecológica de Walker et al. (en Spears et al., 2015), esto es, “la capacidad de un sistema para absorber perturbaciones y reorganizarse mientras mantiene sus funciones, estructura, identidad y respuestas”. Es la capacidad de un sistema para mantener o recuperar ciertas funciones a pesar de las perturbaciones (Turner II et al., 2003).

Las evaluaciones de vulnerabilidad de los ecosistemas se han identificado como un enfoque válido para abordar la gestión de amenazas (Oppenheimer et al., 2014; Weißhuhn et al., 2018). Combinar el estudio de la vulnerabilidad del hábitat con la identificación de los servicios ecosistémicos es útil para determinar acciones y evitar que ocurran eventos estresantes (prevención), o al menos aliviar sus efectos (adaptación) (Schröter et al, 2004). La resiliencia ecológica es la capacidad de un ecosistema de mantener sus funciones ecológicas ante amenazas, y los umbrales ecológicos representan los límites donde los cambios en las condiciones ambientales producidos por amenazas conducen a cambios en el estado de los ecosistemas (Sasaki et al., 2015). Estudios basados en la resiliencia ecológica y los umbrales ecológicos de un ecosistema representan una guía para los tomadores de decisiones (Spears et al., 2015; Weißhuhn et al., 2018).

El AMP Uramba presenta una amplia variedad de ecosistemas, lo que genera un desafío para la toma de decisiones sobre qué ecosistemas y qué servicios deben priorizarse. Como sugirieron Mumby et al. (2014), la vulnerabilidad es un concepto útil para áreas que representan un sistema socioecológico complejo, y es útil combinar este análisis con la resiliencia ecológica (Robertson and McGee, 2003; Hughes et al., 2005; Baho et al., 2017; Carr et al., 2017). Es por esto que establecer la resiliencia ecológica puede ser una herramienta para mitigar el impacto de diferentes amenazas y promover acciones que reduzcan la vulnerabilidad ante estas. Por lo razones, el objetivo de esta investigación fue evaluar la vulnerabilidad de los servicios ecosistémicos en el AMP Uramba, como modelo en el Pacífico Oriental Tropical. Los resultados de este análisis no solo brindan información clave para la toma de decisiones relacionadas con la administración y el manejo de áreas marinas protegidas, sino también sobre la sostenibilidad, resiliencia y adaptación a largo plazo ante los peligros naturales, los cuales son difíciles de evitar no solo en el área estudiada, sino también en otras AMP con características similares en el Pacífico Tropical Oriental.

ÁREA DE ESTUDIO

El AMP Uramba (3° 56′ a 4° 05′ N y 77º 19′ a 77° 21′ W) pertenece al hotspot de biodiversidad Tumbes-Chocó-Magdalena, establecido por Conservación Internacional como una de las 36 regiones de prioridad mundial para la conservación (www.conservación.org; 20/julio/2020). En 2010, el Gobierno colombiano estableció a Uramba como área marina protegida (http://www.parquesnacionales.gov.co; 20/julio/2020) bajo la figura de protección del Parque Nacional Natural, es decir, es un área que permite la autorregulación ecológica, en la cual los ecosistemas no están siendo alterados por la explotación humana, y además tiene un valor científico, educativo, estético y recreativo en el ámbito nacional (Decreto 2811 de 1974).

El AMP Uramba tiene una extensión de aproximadamente 136 km2 de ecosistemas marinos y costeros. Estos ecosistemas se presentan en la Figura 1 e incluyen manglares, playas arenosas, planos lodosos, costas rocosas y sistemas pelágicos (Cantera et al., 1999). Cantera et al. (2013), a través de una revisión bibliográfica, establecieron la presencia de 2178 especies en ese lugar. Castellanos-Galindo et al. (2011) registró 39 especies en estado de amenaza (1 esponja, 5 cnidarios, 10 moluscos, 7 crustáceos y 16 peces); algunas de estas especies son económicamente importantes para las poblaciones humanas (i. e. caracol Anadara tuberculosa y Anadara similis; caracol Titanostrombus galeatus; camarones Penaeus vannamei y Penaeus occidentalis, y mero Epinephelus itajara).

Figura 1 Mapa del AMP Uramba y las 18 localidades estudiadas. 

Los asentamientos humanos del AMP Uramba son principalmente afrodescendientes, y dependen de los servicios ecosistémicos que brindan los manglares, esteros y el área de selva continental que rodea la bahía. La mayoría de las comunidades que viven en el interior se encuentran dispersas en diversas áreas con baja población: La Plata (localidad 12), Luisico (localidad 14), Chucheros (localidad 17), y tienen formas de vida basadas principalmente en la pesca (salmonetes, pargos, bagres, camarones y bivalvos), caza (perezosos, mapaches y agutíes) y tala artesanal. Las comunidades de la zona exterior del AMP Uramba habitan en Juanchaco (localidad 5), Ladrilleros (localidad 2) y La Barra (localidad 1), también son afrodescendientes y obtienen su sustento principalmente del turismo de playa y el avistamiento de ballenas jorobadas. La población de estos asentamientos es de aproximadamente 30 000 personas (DANE, 2012). En los últimos años, tanto los habitantes del exterior como del interior del AMP han desarrollado proyectos de ecoturismo que hacen uso no extractivo de los servicios ecosistémicos de la zona. De igual forma, hay presencia de algunas comunidades indígenas, pero estas no usan directamente los servicios ecosistémicos costeros y marinos del área, debido a que sus asentamientos se encuentran ubicados en la selva.

MATERIALES Y MÉTODOS

Identificación de factores estresantes

Se realizó una revisión de la literatura y un taller de expertos para identificar las amenazas presentes en el AMP Uramba. La literatura que se tuvo en cuenta para realizar un listado de las posibles amenazas de los ecosistemas marinos y costeros del AMP Uramba fue Invemar-Univalle-Inciva (2006), Univalle (2010) y Castellanos-Galindo et al. (2011). El taller de expertos se realizó en el marco del Curso de Manejo Integrado de Zonas Costeras en 2012, impartido por el Instituto Colombiano de Investigaciones Marinas y Costeras “José Benito Vives de Andréis”. El equipo del taller de expertos estuvo conformado por expertos locales con conocimiento tradicional del AMP Uramba, funcionarios de Parques Nacionales Naturales de Colombia, funcionarios de la Corporación Autónoma Regional del Valle, investigadores del grupo de investigación Ecología de Estuarios y Manglares (con 5 a 20 años de experiencia estudiando el AMP Uramba), y profesores de la Universidad del Valle (con 20 a 45 años de experiencia estudiando esta AMP). El taller de expertos se llevó a cabo utilizando herramientas participativas. Los expertos participaron en una sección de mapas parlantes, en la que se identificaron las amenazas del AMP Uramba. Tanto los datos obtenidos en los mapas como en la revisión de la literatura fueron validados y caracterizados espacialmente a través de recorridos en bote alrededor del lugar.

Estimación de la vulnerabilidad de los servicios ecosistémicos

Primero, se identificaron los tipos de ecosistemas costeros presentes en el AMP Uramba: costa rocosa, manglares, planos lodosos, playas arenosas y sistemas pelágicos. En cada ecosistema, se identificaron los servicios ecosistémicos con base en su representatividad y disponibilidad en el área.

Los servicios ecosistémicos del AMP Uramba se caracterizaron utilizando como contexto la literatura existente disponible. El concepto fue reestablecido a finales de la década de 1970 (Schumacher, 1973) y puesto en la agenda de la investigación de ecosistemas al final del siglo pasado (Costanza et al., 1997; Daily, 1997; Mooney y Ehrlich, 1997), lo que llevó al auge de la investigación de los servicios de los ecosistemas en la década del 2000 (Agardy et al., 2005; Boyd y Banzhaf, 2007; Costanza et al., 2014, 2017). Para clasificarlos, se tomó en cuenta la clasificación de la revisión sistemática para los sistemas marinos y costeros desarrollada por Liquete et al. (2013).

Investigadores del grupo de investigación Ecología de Estuarios y Manglares y profesores de la Sección de Biología Marina de la Universidad del Valle utilizaron los resultados de la revisión de la literatura, los mapas parlantes y los recorridos de validación en barco para seleccionar y estimar la magnitud de las amenazas que podrían vulnerar los servicios ecosistémicos de cada ecosistema. Los profesores e investigadores también estimaron el riesgo y la resiliencia. La magnitud de las amenazas se estimó utilizando la escala espacial propuesta por Halpern et al. (2008), donde los factores de estrés se calificaron como altos (3) cuando afectaban a nivel del Pacífico Oriental Tropical; moderada (2) cuando afectaban el AMP; y baja (1) cuando afectaban solo la localidad donde se encontraban. La probabilidad de ocurrencia de cada estresor y sus consecuencias (riesgo), así como la capacidad de un ecosistema para recuperar sus servicios y funciones ecológicas (resiliencia) se estimaron como mínimos (0,2), bajos (0,4), moderados (0,6), altos (0,8) o máximos (1). El riesgo se determinó como máximo (1) cuando la probabilidad de ocurrencia era muy alta y como mínimo (0,2) cuando la probabilidad era muy baja. La resiliencia se determinó como máxima (1) cuando la capacidad de recuperación del ecosistema era muy alta y como mínima (0,2) cuando la probabilidad era muy baja.

La vulnerabilidad se determinó como una función matemática de la magnitud de la amenaza, multiplicada por el riesgo (probabilidad de ocurrencia y sus consecuencias) y dividida por la resiliencia (capacidad de recuperación del ecosistema) (Kaly et al., 1999; Gowrie, 2003; Turner II et al., 2003; Zacharias y Gregr, 2005).

Por ejemplo, para el ecosistema de planos lodosos, calculamos la vulnerabilidad de la provisión de alimentos ante la amenaza “aumento del nivel del mar” de la siguiente manera: amenaza, con el valor máximo de 3; riesgo, con el valor máximo de 1, y resiliencia, con el valor mínimo de 0,2.

Debido a la superposición en los rangos de valores obtenidos, modulados principalmente por la magnitud del estresante, se generó un modelo de color para facilitar su interpretación. Se utilizó el verde para representar la mínima vulnerabilidad y el rojo intenso para representar una máxima vulnerabilidad.

RESULTADOS

Los factores estresantes naturales (azul) y antropogénicos (rojo) del AMP Uramba obtenidos a través de la revisión de la literatura, los mapas parlantes y los recorridos en barco alrededor del lugar se presentan en la Figura 2. Se identificaron 17 amenazas, de las cuales siete eran naturales y diez antropogénicas. Las más graves y comunes fueron la bioerosión, la erosión hídrica, las aguas residuales, el tráfico marítimo, la contaminación por desechos sólidos y las construcciones humanas. Las localidades más afectadas por las amenazas fueron Ladrilleros (localidad 2), Juanchaco (localidad 5) y Base Naval (localidad 7), ubicadas en la región exterior del AMP, mientras que las localidades menos afectadas se encontraron en la región interior. Los servicios ecosistémicos del AMP Uramba seleccionados de acuerdo con Liquete et al. (2013) se presentan en la Tabla 1. La vulnerabilidad de los valores de los servicios ecosistémicos del AMP Uramba determinados por los investigadores y profesores expertos en el conocimiento de esta zona se muestran en la Tabla 2. La vulnerabilidad se muestra en términos de los ecosistemas, los servicios ecosistémicos y las amenazas.

Figura 2 Amenazas naturales y antropogénicas en el AMP Uramba. 

Tabla 1 Servicios ecosistémicos seleccionados y sus descripciones según clasificación de Liquete et al. (2013). 

Tabla 2 Vulnerabilidad de SE en el AMP Uramba. 

DISCUSIÓN

El AMP Uramba contiene todos los ecosistemas costeros y marinos que se encuentran a lo largo del Pacífico colombiano, excepto los arrecifes de coral, aunque existen registros de colonias de coral aisladas (Pocillopora damicornis y P. capitata) en Los Negritos (localidad 3, Figura 1). Las playas de arena se encuentran en los dos límites exteriores del AMP Uramba, al norte de La Barra (localidad 1, Figura 1), Ladrilleros (localidad 2, Figura 1), Juanchaco (localidad 5, Figura 1) y al sur de Chucheros (localidad 17, Figura 1) y El Tigre (ubicación 18, Figura 1). Estas playas están formadas por la acumulación de arena transportada por ríos y procesos hidrodinámicos marinos, enriquecida con materia orgánica derivada de la descomposición de los restos vegetales de los manglares. Estas playas presentan un uso estacional intensivo por actividades turísticas, por lo cual están contaminadas por residuos sólidos, principalmente plásticos (Riascos et al., 2019). La costa rocosa, que contiene acantilados y playas rocosas derivadas de la erosión de estos acantilados, es el ecosistema más abundante del AMP Uramba. Algunas de estas formaciones rocosas constituyen islas o islotes, incluyendo una formación rocosa aislada fuera del AMP llamada Los Negritos (localidad 3, Figura 1). En la región interior de La Plata existen importantes arrecifes rocosos (localidad 1, 12). Estos se encuentran en activo proceso de erosión debido al oleaje y la acción intensa de organismos bioerosionadores (Cantera et al., 1998; Cobo-Viveros y Cantera, 2015; Cantera, 2016). La bahía presenta importantes parches de manglares en buen estado de conservación en la región norte, así como extensas áreas en el interior y la región sur, con cerca de 3000 ha conservadas en las cuales habitan las especies Rhizophora mangle, R. racemosa, Avicennia germinans, Laguncularia racemosa, Conocarpus erectus, Pelliciera rhizophorae y Mora oleífera. Estos manglares no son tan complejos como los del sur de Colombia. Sin embargo, pueden alcanzar los 35 m en la región interior del AMP Uramba en Quebrada Valencia (localidad 11, Figura 1), Agujeros (localidad 13, Figura 1), Luisico (localidad 14, Figura 1) y La Sierpe (localidad 15, Figura 1). Los manglares del AMP Uramba y sus recursos asociados (madera, peces, crustáceos, moluscos y vida silvestre) están sujetos a explotación artesanal por parte de los habitantes de la región. Los hábitats pelágicos están en relativa buena condición, ya que los niveles de contaminación son bajos.

Las amenazas naturales y antropogénicas en el AMP Uramba afectan principalmente la región externa de la bahía Ladrilleros (localidad 2), Juanchaco (localidad 5) y Base Naval (localidad 7). Las principales amenazas naturales encontradas fueron la erosión hídrica, la bioerosión y los deslizamientos de tierra. Es importante aclarar que es poco lo que se puede hacer para manejar estas amenazas; sin embargo, se pueden adelantar acciones para mitigar el riesgo que estas representan para los asentamientos humanos en el AMP Uramba. Los efectos sinérgicos causados por la combinación de erosión hídrica, bioerosión y deslizamientos de tierra tienden a ser más intensos en la región externa de las bahías, ya que estas zonas están más expuestas al efecto de olas, vientos y tormentas (Cantera, 1991; Posada et al., 2009). Una gran cantidad de amenazas antropogénicas puede estar asociada a los asentamientos humanos, los cuales pueden sumar hasta 50 000 personas en temporada alta de turismo y 30 000 residentes (DANE, 2012). Las amenazas asociadas con los asentamientos humanos y sus actividades son las aguas residuales, los desechos sólidos, las construcciones y la contaminación por petróleo. En el AMP Uramba, la eliminación de aguas residuales y desechos sólidos no se realiza adecuadamente. Las construcciones humanas contribuyen a la pérdida de hábitat natural. Los derrames de hidrocarburos se generan accidental o arbitrariamente durante las operaciones de navegación. La región interna del AMP Uramba presenta menos amenazas, probablemente debido al tamaño de las poblaciones que en ella habitan (i. e. La Plata, localidad 12, con aproximadamente 200 personas [DANE, 2012]). Además, le región interna se encuentra más protegida de fenómenos naturales como olas, vientos y tormentas (Cantera, 1991).

Las amenazas antropogénicas y naturales pueden transformar, degradar o limitar la prestación de servicios ecosistémicos. Los servicios de los ecosistemas marinos se han investigado ampliamente, con énfasis en los manglares (Duke et al., 2007; Barbier et al., 2011; Vo et al., 2012; Liquete et al., 2013; Mukherjee et al., 2014; Thompson et al., 2019), corales (Moberg, et al., 1999; Laurans et al., 2013; Woodhead et al., 2019) y costas rocosas (Wilson, 2005; Branch et al., 2008; Marcelli et al., 2018). En Colombia, se han realizado investigaciones enfocadas en los servicios de los ecosistemas marinos tanto en el Caribe (Blanco et al., 2012; Aldana-Domínguez et al., 2017) como en las costas del Pacífico de Colombia (Cantera et al., 2013; Palacios y Cantera, 2017; Mejía Rentería et al., 2019; Palacios et al., 2019; Rojas et al., 2019). Cantera et al. (2013) identificaron los ecosistemas de manglares y costas rocosas como sistemas clave para los asentamientos humanos en el AMP Uramba, debido a su alta provisión de servicios ecosistémicos. Palacios y Cantera (2017) y Palacios et al. (2019) identificaron la provisión de alimentos como un servicio ecosistémico clave brindado por el AMP Uramba. Los manglares, planos lodosos y arrecifes rocosos se han identificado como áreas de sala-cuna en las cuales larvas y juveniles de especies de importancia económica y ecológica encuentran alimento y protección (Invemar-Univalle, 2011). El AMP Uramba está protegida como Parque Nacional Natural; por tanto, es importante conservar los servicios ecosistémicos, así como su integridad espacial y temporal (Cantera et al., 2013).

Las planos lodosos y playas arenosas del AMP Uramba se caracterizan por tener una pendiente muy baja, lo que expresa su vulnerabilidad en un escenario de aumento del nivel del mar (Olivo et al., 2011). Para superar dicho aumento, estos ecosistemas deben tener una tasa de acreción más alta que la tasa de aumento del nivel del mar. De lo contrario, las inundaciones serán inevitables y ocasionarán una mayor erosión. La inundación causada por el aumento del nivel del mar y los cambios en el ciclo de acreción-erosión afectarán la actividad microbiana (Chambers et al., 2013) y provocarán posibles alteraciones en los ciclos de carbono, fósforo y nitrógeno (Steinmuller y Chambers, 2019). Como resultado, la regulación climática se verá afectada por el aumento en el nivel del mar de las playas arenosas y planos lodosos del AMP Uramba. Los cambios en la regulación climática podrían acelerar las tasas de mineralización o lixiviación en los suelos de los humedales costeros y producir floraciones de algas nocivas y eutrofización (Steinmuller y Chambers, 2019).

Los planos lodosos y las playas de arena sirven como zonas de amortiguamiento naturales que protegen la costa y los ecosistemas costeros de las olas, las marejadas, las mareas y las inundaciones marinas. La vulnerabilidad de las playas arenosas y los planos lodosos frente al aumento en el nivel del mar ha sido identificado globalmente por otros estudios (Simm, 1996; Doody, 2012; Dominati, 2014; IPCC, 2019). Este aumento reduce la capacidad de estos sistemas para proteger la costa ante erosión, tormentas y tsunamis (Hanley et al., 2014).

Los organismos que habitan en los planos lodosos requieren salinidades relativamente bajas y temperaturas altas. El aumento en el nivel del mar y la inundación asociada elevarán la salinidad, disminuirán la temperatura y cambiarán los patrones de circulación de estos sistemas. Como respuesta, la estructura de la comunidad y las redes tróficas cambiarán. Por lo tanto, su provisión de alimentos podría verse modificada y/o afectada.

Las playas de arena son universalmente reconocidas por su valor recreativo y por producir altos ingresos económicos asociados con el turismo costero (King y Symes, 2004). Las playas son valoradas por residentes y turistas gracias a su valor cultural, estético y recreativo (Defeo et al., 2009). No obstante, el aumento en el nivel del mar podría ocasionar tanto pérdida de hábitat de playa a causa de la migración y la erosión de la costa, como una menor deposición de arena nueva a través del transporte litoral (King et al., 2018). En el AMP Uramba, la pérdida del SE de recreación y turismo afectaría las actividades económicas en La Barra (localidad 1), Ladrilleros (localidad 2) y Juanchaco (localidad 5). Las playas en estas localidades son reconocidas como importantes destinos turísticos en la costa del Pacífico colombiano. La economía local depende en gran medida del turismo. Los residentes brindan servicios de alojamiento, comida, instalaciones comerciales y visitas guiadas a paisajes naturales cercanos (Cantera et al., 2013).

La costa rocosa ubicada en la región externa del AMP Uramba está expuesta a la fuerte acción de las olas y sometida a una fuerte erosión. La erosión causada por la fuerza de las olas se intensifica por las fuerzas del viento y el efecto de los organismos bioerosionadores, que perforan el sustrato rocoso en busca de las algas que crecen sobre este. La bioerosión y la erosión hídrica son las principales amenazas naturales identificadas en el AMP Uramba. Estas han sido documentadas como principales causas de impacto en el AMP Uramba (Cantera, 1991; Cobo-Viveros, 2007; Posada et al., 2009; Cantera et al., 2013). Los efectos sinérgicos de los procesos de erosión aceleran la caída, la descomposición y la erosión de acantilados y playas rocosas, provocando deslizamientos. En el AMP Uramba, estos representan el mayor riesgo para el SE del suministro de alimentos. Los deslizamientos tienen efectos sobre la regulación climática, la protección costera y la recreación y el turismo. La erosión de la costa rocosa y los deslizamientos de tierra del AMP Uramba podrían vulnerar el SE de protección costera. La erosión costera, en combinación con las construcciones humanas, viola la integridad estructural de la costa rocosa y su capacidad para brindar protección costera.

Las costas rocosas dispersan sedimentos al litoral y al mar abierto cuando sufren procesos erosivos. Si aumenta la cantidad de material dispersado, las propiedades físicas y químicas de los sistemas circundantes se verán afectadas (Violante, 2009). En el escenario de aumento en el nivel del mar, los cambios asociados al desgaste químico de la costa rocosa pueden tener efectos sobre el SE de regulación climática.

Los deslizamientos y la erosión pueden vulnerar el SE de mantenimiento de los ciclos de vida, especialmente en los charcos rocosos intermareales. Estos han sido identificados como zonas importantes de sala-cunas, en donde una gran cantidad de organismos habita durante sus primeras etapas ontogenéticas, ya que sus condiciones permiten el crecimiento y, además, brindan refugio ante depredadores (Dias et al., 2016). Los cambios estructurales y la pérdida de charcos rocosos intermareales pueden vulnerar la capacidad de la costa rocosa del AMP Uramba para mantener los ciclos de reproducción.

Otros ecosistemas afectados por el aumento del nivel del mar son los manglares. Aunque estos se encuentran en condiciones de cambio constante, la estratificación de las diferentes especies de manglares está estrechamente relacionada con los cambios de marea. En dicha estratificación, las especies mejor adaptadas a altos niveles de salinidad se ubican en la parte baja de la línea de marea mientras que las especies con menos tolerancia se ubican en la parte alta. Debido a los procesos de erosión y sedimentación, el ecosistema está en constante migración. Si la tasa de aumento del nivel del mar excede la de migración de los manglares, este probablemente se inundará y los arboles morirán. Por el contrario, si el aumento del nivel del mar es relativamente lento, los manglares pueden permanecer en la costa a través de la acumulación de sedimentos verticalmente (Yáñez-Arancibia et al., 1998; Coll et al., 2001). Si los manglares del AMP Uramba no pueden contrarrestar la tasa de aumento del nivel del mar, SE como la protección costera, el mantenimiento del ciclo de vida, la recreación y el turismo están en juego. La tala y destrucción de áreas de manglar conducirá a la pérdida de hábitat muy importante, vulnerando la base de las redes tróficas en el Pacífico colombiano (Univalle, 2010; Invemar-Univalle, 2011).

El SE de mantenimiento de ciclo de vida de los manglares del AMP Uramba ha sido ampliamente estudiado. Estos manglares proporcionan condiciones fisicoquímicas adecuadas, refugio y fuentes de alimento ideal para las primeras etapas de vida de muchas especies marinas y estuarinas. Los manglares del AMP se han identificado como de gran importancia para la reproducción de especies ecológica y comercialmente relevantes en el Océano Pacífico colombiano (Invemar-Univalle-Inciva, 2006; Cantera et al., 2013). El SE de mantenimiento de ciclo de vida en el AMP Uramba se encuentra amenazado por la tala y el aumento del nivel del mar.

Los manglares proveen SE de protección costera al disipar la energía de las olas a través de sus sistemas de raíces y troncos, reducir el daño relacionado con el viento, proteger contra tsunamis, huracanes y tormentas, estabilizar el suelo y prevenir la salinización del suelo. Por tanto, los manglares protegen a las poblaciones humanas de los desastres naturales (Mazda et al., 2006; Alongi, 2008; Darryl et al., 2015). Este SE está vulnerado por la probabilidad del aumento en el nivel del mar.

El uso turístico del manglar en el AMP Uramba y en el mundo incluye actividades recreativas como caminatas, paseos en bote, observación de vida silvestre y pesca (Spalding y Parrett, 2019). Este uso de alto valor y bajo impacto de los manglares del AMP Uramba será vulnerable en escenarios de aumento agudo del nivel del mar.

Evaluar los efectos del aumento del nivel del mar es clave para comprender cómo el cambio climático afecta los SE. Dado que la mayoría de los ecosistemas evaluados en el AMP Uramba se encuentran en la interface costero-marina, esto los hace muy vulnerables a la amenaza del aumento en el nivel del mar (Osland et al., 2016). Para ello, tener en cuenta el conocimiento tradicional ecológico de los actores locales puede ser beneficioso para priorizar las acciones de adaptación dirigidas a reducir la vulnerabilidad socioeconómica. (Metcalf et al., 2015). Osland et al. (2016) sugieren incluir factores macroclimáticos como mediciones temporales de temperatura y lluvia en estudios futuros, ya que estos influencian la estructura y función de los ecosistemas.

Otra amenaza presente en el AMP Uramba es la sobrepesca. La pesca se lleva a cabo en toda el AMP y de esta depende gran parte de las poblaciones humanas para su subsistencia. Las actividades pesqueras en el AMP Uramba son prácticas ancestrales de supervivencia, principalmente artesanales. La pesca tiene como finalidad la subsistencia, el abastecimiento del sector turístico y la venta en los mercados de Buenaventura, la principal ciudad más cercana al AMP Uramba. Hay más de 1500 pescadores artesanales en el AMP Uramba, y su captura anual por año es de aproximadamente 170 toneladas de pescado y 200 toneladas de camarón (Cantera et al., 2013). Los pescadores dentro del AMP utilizan artes de pesca no reguladas, pescan en áreas de sala-cuna y desarrollan intensos esfuerzos. Estas prácticas tienen impactos negativos en los ecosistemas pelágicos del AMP Uramba como el colapso de las poblaciones de peces, la desestabilización del ecosistema dentro y fuera del AMP y los SE de provisión de alimento en las zonas pelágicas (Rubio, 1984; Gislason et al., 2000; Halpern et al., 2008; FAO, 2010).

Los SE en el AMP Uramba presentan una baja resiliencia ecológica ante el aumento del nivel del mar y la sobrepesca. Amenazas como la tala, los deslizamientos de tierra y la contaminación del suelo también afectan fuertemente la vulnerabilidad de los manglares, las costas rocosas y las playas de arena. En el caso del AMP, es útil estudiar su resiliencia ecológica debido a que existe un riesgo significativo de cambio persistente (Mumby et al., 2014; Carr et al., 2017). En relación con la amenaza de aguas residuales, a pesar de que este es un factor de estrés recurrente y puede afectar procesos que vinculan ecosistemas pelágicos y bentónicos, los altos volúmenes de agua del océano disminuyen su impacto y la vulnerabilidad a esta amenaza. Se han identificado resultados similares en el mar Báltico (Griffiths et al., 2017), que indican que el sistema en su conjunto exhibe un gran potencial de recuperación, incluso cuando está muy perturbado (Mumby et al., 2014).

CONCLUSIONES

Se lograron identificar y mapear los SE ofrecidos por los ecosistemas marinos del AMP Uramba, sus amenazas y su vulnerabilidad a través de la recopilación de información y los conocimientos y percepciones de expertos locales y científicos en diferentes áreas.

La vulnerabilidad de los servicios ecosistémicos en el AMP Uramba es relativamente baja. Es alta en la región exterior (La Barra, Ladrilleros, Juanchaco) y baja en la región interior (Quebrada Valencia, Agujeros, Luisico). Las amenazas tanto naturales como antropogénicas son más frecuentes en la región exterior. Se encontraron diecisiete factores de estrés, entre ellos, el aumento del nivel del mar es el principal y vulnera la mayoría de los servicios ecosistémicos del AMP Uramba.

El aumento del nivel del mar podría afectar la protección costera en playas de arena, planos lodosos y manglares; la regulación del clima en playas de arena y planos lodosos; la recreación y el turismo en playas de arena y manglares; el mantenimiento del ciclo de vida en manglares, y la provisión de alimentos en planos lodosos.

Los métodos presentados para evaluar la vulnerabilidad de los SE están en desarrollo. Los resultados de este estudio se suman a los obtenidos mediante enfoques similares. Estos resultados muestran que la combinación de datos cuantitativos con el conocimiento de expertos y datos cualitativos con el conocimiento ecológico tradicional es un método valido para realizar evaluaciones de áreas marinas protegidas. Los autores agradecen las ideas de las comunidades locales, investigadores y entidades administrativas que puedan contribuir al entendimiento de la vulnerabilidad de las AMP y sus SE.

A pesar de que el manejo del AMP Uramba y la presencia de autoridades ambientales han promovido un buen manejo de los ecosistemas marinos y costeros, los resultados obtenidos en esta investigación pueden orientar a los tomadores de decisiones en la comprensión de los ecosistemas en el AMP Uramba y ayudar en la creación o fortalecimiento de herramientas de manejo y conservación como el plan de acción de los Subsistemas de Áreas Marinas Protegidas, el plan de manejo del Parque Nacional Natural Uramba, el plan de manejo del Parque Natural Regional La Sierpe y el plan de manejo del Distrito Integrado Manejado de La Plata.

AGRADECIMIENTOS

A Colciencias por el financiamiento del proyecto. A la Base Naval ARC Málaga por su apoyo. A los consejos y miembros de las comunidades por el aporte de valiosos conocimientos locales y su hospitalidad. Al Instituto Colombiano de Investigaciones Marinas y Costeras “José Benito Vives de Andreis” por permitir el desarrollo del taller de expertos durante el Curso de Manejo Integrado de Zonas Costeras en 2012 y por su apoyo durante el estudio. Al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia por su apoyo durante el estudio. A Idea Wild por el equipo de subvención para desarrollar esta investigación. A Lara Birkart por su constructiva retroalimentación sobre la mejora de este manuscrito. A Emily Pappo por su revisión de escritura en inglés. A Juan Carlos Mejía por su apoyo en la construcción del mapa de ecosistemas del AMP Uramba.

REFERENCIAS

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Recibido: 26 de Julio de 2020; Aprobado: 28 de Octubre de 2020

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