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Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía

versão impressa ISSN 0121-215Xversão On-line ISSN 2256-5442

Cuad. Geogr. Rev. Colomb. Geogr.  n.19 Bogotá jan./dez. 2010

 

Espacio de vida y movilidad territorial habitual en Chapadmalal, Buenos Aires, Argentina

Espaço de vida e mobilidade territorial habitual em Chapadmalal, Buenos Aires, Argentina

Living space and commuting in Chapadmalal, Buenos Aires, Argentina

Sofía Estela Ares*
Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina


*Licenciada en Geografía de la Universidad Nacional de Mar del Plata y especialista en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Nacional de Quilmes. Actualmente es becaria de investigación en la Universidad Nacional de Mar del Plata e integrante del Grupo de Estudios sobre Población y Territorio.

Dirección postal: Funes 3350-Mar del Plata, Argentina. Correo electrónico: ares.sof@gmail.com

Recibido: 10 de enero del 2010. Aceptado: 15 de mayo del 2010.
Artículo de investigación sobre la relación entre los espacios cotidianos y la movilidad territorial en Chapadmalal, Buenos Aires, Argentina.


Resumen

El objetivo de este artículo es investigar la configuración de los espacios de vida a partir de patrones de movilidad habitual (commuting), en Chapadmalal (partido de General Pueyrredon, Buenos Aires, Argentina). El espacio de vida cotidiano y la movilidad territorial son los conceptos centrales. Se trabajó con datos primarios: los espacios de vida se clasificaron por su extensión jurisdiccional y por los lugares usados. Se obtuvieron diferentes disposiciones espaciales y distintas modalidades de uso del espacio, en las que las características sociodemográficas de los sujetos están vinculadas con las peculiaridades de cada categoría.

Palabras clave: commuting, espacio de vida, movilidad diaria, movilidad territorial.


Resumo

Este trabalho apresenta uma pesquisa sobre a configuração dos espaços de vida a partir de patrões de viagens diárias (commuting) em Chapadmalal (Municipalidade de General Pueyrredon, Buenos Aires, Argentina). O espaço de vida cotidiano e a mobilidade territorial são os conceitos centrais. Foi utilizada informação primária e os espaços de vida foram categorizados pela extensão da sua jurisdição e pelos lugares de uso. Foram obtidas diferentes configurações espaciais e tipos de uso do espaço, onde as características sóciodemográficas dos sujeitos estão ligadas às especifcidades de cada categoria.

Palavras chave: commuting, espaço de vida, mobilidade diária, mobilidade territorial.


Abstract

The aim of this paper is to investigate the configuration of living spaces from commuting patterns in Chapadmalal (Municipality of General Pueyrredon, Buenos Aires, Argentina). Everyday living space and territorial mobility are the central concepts. Raw data was used: the living spaces were categorized by their jurisdictional area and by the locations used. Different spatial configurations, and distinct kinds of space use were obtained, where the socio-demographic characteristics of the subjects are linked to the specificities of each category.

Key words: commuting, daily mobility, living space, territorial mobility.


Amiga
la calle de sol tempranero
se transforma de pronto
en atajo bordeado de muros vegetales
el rascacielos da la visión despiadada
de un acantilado de poder
los colectivos pasan raudos
como benignos rinocerontes
y en un remoto bastidor de cielo
las nubes son sencillamente nubes...
BENEDETTI, "Vaya uno a saber",
Inventario

Introducción1

Las transformaciones económicas, políticas y científico-tecnológicas que acontecen con intensidad desde el último cuarto del siglo XX constituyen factores centrales en el desarrollo de diferentes cambios socioterritoriales, muchos de los cuales están en correlación directa con un aumento en el intercambio de bienes, servicios y personas. Es en este contexto que el estudio de las formas de movilidad territorial se convierte en uno de los caminos para comprender y explicar las variaciones enunciadas, así como los tipos y mecanismos de territorialización de los sujetos.

El objetivo de este artículo es investigar la configuración de los espacios de vida cotidianos a partir de los patrones de movilidad habitual. El área de estudio elegida es la localidad de Chapadmalal, ubicada en el partido de General Pueyrredon -en adelante, PGP- en la provincia de Buenos Aires, Argentina.

El artículo tiene cuatro secciones. En un primer momento se describe el área de estudio, haciendo énfasis en los aspectos sociodemográficos, económicos y de organización administrativa. La segunda sección remite a los antecedentes, a cuestiones teóricas y de metodología. A continuación se aborda la relación entre movilidad territorial habitual y estructura de los espacios de vida; además, se conecta su clasificación con características sociodemográficas de quienes los construyen. Conjuntamente se exponen resultados acerca de las funciones del territorio. En el cuarto apartado se expresan consideraciones finales y se abren interrogantes que señalan la posibilidad de continuidad de la indagación.

El escenario socioterritorial

El partido de General Pueyrredon (564.002 habitantes, 2001) se ubica en el sudeste de la provincia de Buenos Aires (figura 1). En el municipio sobresale la ciudad de Mar del Plata, con 524.553 residentes, que coexiste con población rural dispersa (1% sobre el total del distrito) y con localidades que tienen 10.000 pobladores o menos.

Tradicionalmente, Mar del Plata había tenido tasas elevadas de crecimiento, que empezaron a reducirse a partir de los años setenta del siglo XX (Lucero 2004). Desde entonces se ha incrementado el crecimiento demográfico en las localidades de menor tamaño. El área sur o corredor sur -conformada por Los Acantilados, Chapadmalal y El Marquesado- tiene una población estable de 2.396 habitantes (Instituto Nacional de Estadística y Censos -Indec- 2001)2. A través de los datos censales del año 2001 se observó que la zona tiene una población envejecida y que su crecimiento se basaría, fundamentalmente, en el aporte de los saldos de movilidad (Ares 2008).

Chapadmalal está compuesta por cinco barrios -Playa Los Lobos, Estafeta Playa Chapadmalal (figura 2) , Santa Isabel, Arroyo Chapadmalal (figura 3) y San Eduardo de Chapadmalal-, cada uno de los cuales fue diseñado y construido a lo largo del siglo XX. Todos ofrecen un paisaje arbolado, con predominio de una topografía ondulada, surcada por los arroyos Lobería, Seco y Chapadmalal.

En el partido, la estructura económico-productiva se caracteriza por la preponderancia del sector terciario -67,4% del Producto Bruto Geográfico (Dirección Provincial de Estadística 2003)-, seguido por la producción de bienes (27,8% del Producto Bruto Geográfico (Dirección Provincial de Estadística 2003). En el sector primario son relevantes la horticultura y la pesca. Algunos de estos rasgos se observan a través de la inserción laboral por rama de la economía en el eje costero sur. Las más importantes son el comercio (14%, frente al 20% del PGP), la administración pública (9%), la industria manufacturera (9%, menor al 12,5% de todo el distrito), los servicios inmobiliarios y servicios a otros hogares, en ambos casos con un 8%.

El porcentaje de población en el sector primario (4%) es superior al del partido (3%), lo mismo sucede con el 7% que representa el empleo en el sector de los hoteles, restaurantes y de recreación.

En el seno del corredor sur, Chapadmalal tiene como actividades económicas propias el turismo y la producción agropecuaria. Hay infraestructura hotelera de variada tipología (desde turismo social hasta turismo de salud en spa) que fue creada desde mediados de los años cuarenta del siglo XX, pero que registra un crecimiento notable entre los últimos diez y quince años. A los hoteles se les suman complejos de cabañas y numerosas viviendas destinadas al alquiler de temporada o utilizadas como segunda residencia. Además, en algunas de las unidades de producción agropecuaria, a las actividades tradicionales se les han sumado otras relacionadas con el agroturismo.

Por la ubicación en latitud (38° sur), el partido de General Pueyrredon tiene un clima templado en el que se distinguen muy bien las cuatro estaciones. Hay una marcada estacionalidad del turismo. En consecuencia, entre los meses de noviembre y abril, abren sus puertas comercios destinados a satisfacer principalmente demandas de los visitantes, mientras que durante el resto del año permanecen activos pocos establecimientos.

A fin de comprender ciertos aspectos de la movilidad diaria también es preciso considerar la organización administrativa del partido. Los municipios, junto con la Nación y las provincias, conforman los tres niveles de organización reconocidos en la República Argentina. En la provincia de Buenos Aires, la entidad de tercer nivel se denomina partido.

En General Pueyrredon la división administrativa tiene como|a la municipalidad, situada en el microcentro de la ciudad de Mar del Plata, y a las delegaciones municipales que abarcan sectores extraejidales y rurales. Las delegaciones municipales (Puerto, 1955; Batán, 1968; Sierra de los Padres y La Peregrina 1972) surgieron por la desconcentración de tareas, la amplitud territorial del distrito y la complejidad de algunas áreas como el Puerto o la ciudad de Batán. La delegación Puerto (desde la Av. Juan B. Justo hasta el límite con General Alvarado) atiende a la zona portuaria de la ciudad y, a la vez, una porción del territorio rural y entidades de población agrupada como Chapadmalal.

En cada delegación los pobladores pueden resolver trámites tales como pago de tasas e impuestos, gestión de registros de conducir, habilitación y control de comercios, industrias y vehículos de carga o transporte, solicitud de permisos para ventas, publicidad en la vía pública o espectáculos. Asimismo, en estas subsedes municipales, el delegado recibe propuestas de conservación y mejora para su zona.

Aunque en 1973 fue creada la Delegación de Santa Isabel3 (Chapadmalal), su falta de funcionamiento perjudica a los vecinos de la zona sur en general, especialmente, por la lejanía respecto del Puerto y del microcentro de Mar del Plata. En síntesis, Chapadmalal es una localidad con escaso equipamiento comunitario (escuelas, servicios de salud), mercado de trabajo reducido y baja oferta comercial. Estas particularidades ayudan a mantener un paisaje que sus habitantes conectan con la naturaleza y espacios de vida que ilustran la necesidad de desplazamientos para satisfacer necesidades básicas.

De la teoría a las prácticas cotidianas de movilidad territorial

En esta sección se abordarán los antecedentes, los aspectos teóricos de la movilidad territorial y el concepto de territorio. Finalmente se describirá la metodología utilizada.

Antecedentes

La aplicación del concepto de espacio de vida cotidiano tiene muy escasa difusión en Argentina. Como precedente se encuentra el estudio de espacios de vida binacionales de Bertoncello (2001), quien examinó la movilidad entre el Área Metropolitana de Buenos Aires (Argentina) y Uruguay, ampliando la visión acerca de las migraciones e incorporando ideas relacionadas con la integración entre ambos países y la transformación de los espacios de vida de la población.

Acerca del partido de General Pueyrredon se vienen realizando indagaciones sobre el poblamiento de las localidades menores, pero en general desde otras perspectivas teóricas (Mikkelsen 2007; Mikkelsen y Ares en prensa 2010). En el caso de Mikkelsen (2007) su objetivo fue estudiar la dinámica espacial de la población residente en localidades menores del PGP, a fin de observar la redistribución demográfica entre 1980 y 2001, producida por los procesos de éxodo rural y repoblamiento. Para ello realizó entrevistas y mediante el análisis de diversos indicadores estableció que Sierra de los Padres es elegida por la tranquilidad, el aire libre y la seguridad. Por su parte, El Boquerón es preferido por la tranquilidad, aunque factores como la costumbre y el empleo son importantes.

Un análisis referido a espacios de vida se efectuó en el barrio 2 de Abril, situado en Estación Camet, al norte de Mar del Plata (Ares 2007). A través de los resultados, se manifestó una situación de complementariedad entre el barrio y la ciudad en el desarrollo de actividades relacionadas con la salud, las compras y el tiempo libre; las tareas educativas se efectúan en su totalidad en Mar del Plata y en Estación Camet. Se observó, al mismo tiempo, la existencia de una concordancia fuerte entre movilidad residencial y transformaciones en los espacios de vida. Se notó que los cambios en los espacios de vida y en su producción no están vinculados directamente con el nivel socioeconómico de los hogares. Este informe constituye el único ejemplo que procura un acercamiento entre los espacios de vida y el commuting, está sustentado en una conceptualización que soslaya los atributos subjetivos de la experiencia espacial y en él se hicieron evidentes las dificultades para superar la esfera individual.

En alusión al estudio de la movilidad cotidiana, sostiene Jiménez (2008) que prevalecen estudios donde se alude a áreas metropolitanas y es difícil, por tanto, observar qué sucede con el fenómeno en otras escalas. Pero este tipo de aportes también es de interés para las ciudades de menores dimensiones, aun cuando no conformen áreas metropolitanas, debido a que en los países periféricos es habitual que los espacios periurbanos tengan escaso desarrollo e infraestructura mínima, circunstancias que obligan a sus habitantes a practicar variados tipos de movilidad cotidiana o habitual a fin de satisfacer las necesidades del hogar. Se advierte que la creciente especialización del territorio es uno de los factores que intensifican la movilidad cotidiana, y los atributos territoriales son promotores de una cada vez más obvia escisión entre el lugar de residencia y las demás localizaciones que componen el espacio de vida. En Argentina, la carencia de datos oficiales referidos a la temática4 conduce a la necesidad de realizar entrevistas a partir de un muestreo previo.

Aspectos conceptuales

La movilidad territorial o espacial se define como el conjunto de desplazamientos en el espacio físico, de individuos o grupos, sea cual sea la distancia recorrida y la duración (Zelinsky 1971; Courgeau 1990; Kaufmann y Jemelin 2004). Se distinguen cuatro modalidades básicas: movilidad residencial, migración, viajes y movilidad cotidiana (Kaufmann y Jemelin 2004). En el presente artículo, la movilidad habitual o cotidiana es central por su vínculo con la delimitación de espacios de vida. Otras nociones, como el de la bi-residencia, la migración y la movilidad residencial serán tratadas de forma secundaria.

Es conveniente aclarar que los movimientos en los que se verifica un cambio de residencia dentro del espacio de vida, con la intención de tener continuidad en el tiempo y cuya estancia supera los seis meses son considerados movilidad residencial. Una estancia superior a los seis meses, combinada con un cambio de residencia que exceda el espacio de vida habitual, es el parámetro para precisar la migración.

El espacio de vida se define como el espacio donde el individuo efectúa sus actividades, incluyendo los lugares de paso y de estancia, todos los lugares con los que el individuo se relaciona (Courgeau 1988, citado por Domenach y Picouet 1990). Se opera a través del concepto de residencia base o punto de partida para los desplazamientos, que puede ser un lugar o un conjunto de lugares o viviendas (Domenach y Picouet 1990).

Las personas realizan trayectos habituales que se organizan desde una o más viviendas, hecho que determina situaciones de bi-residencia o multi-residencia. "Así, las residencias múltiples constituyen un nuevo hecho social, igualmente en lo que concierne a lugares de actividad múltiples-profesionales y sociofamiliares que introducen una nueva dimensión de la movilidad humana" (Bankirer 2000, 5).

La movilidad cotidiana, pendular o commuting se desarrolla desde la residencia base hacia los lugares que conforman el espacio de vida. La idea de lo habitual o lo cotidiano abarca múltiples manifestaciones de movilidad territorial. Así, para desarrollar el concepto se realizó una selección de actividades y sus respectivos desplazamientos, entendiendo el ámbito de la vida cotidiana como aquel construido por prácticas, lógicas, espacios y temporalidades repetidas que aseguran la reproducción social (Reguillo 2000, 77-78).

En consecuencia, la vida cotidiana incluye las siguientes actividades: trabajo, educación, salud, consumo (compras o abastecimiento), prácticas religiosas, visitas sociales, trámites (bancarios, administrativos y otros propios de la burocracia estatal) y tiempo libre (deportes, paseos, actividades culturales y vacaciones, entre otros).

La asociación entre movilidad y territorio se produce porque a partir de la recursividad del commuting se dibujan espacios de vida o frecuentación, cuya superficie y formas son variables. No obstante, entre ellos se descubren regularidades basadas en las características sociodemográficas de los pobladores, en el conocimiento del territorio revelado a través del uso y en la disponibilidad de servicios y su distribución territorial.

Como se mencionó en párrafos anteriores, los espacios de vida se trazan sobre el territorio, pero este no es la suma de las individualidades, sino que se constituye a partir de un conjunto de formas, de interacciones, de decisiones, de significados. Usualmente el territorio ha estado ligado a la definición del Estado-nación, y remite a la delimitación política y al escenario de relaciones de poder (específicamente político), sin embargo, en la actualidad, se tiende a ampliar esa concepción en pos de incluir las múltiples dimensiones de la estructura socioespacial.

Dentro de las definiciones multidimensionales se encuentran las de Rafestin (1986), Haesbaert (2004) y Giraut (2008), entre otros. Estos autores reconocen que en la construción social del territorio se articulan los componentes materiales e ideales de la sociedad, las redes y las zonas.

Para Rafestin, la ecogénesis territorial es la historia de una relación en la cual se fusionan naturaleza y cultura (1986, 177), el espacio deviene territorio porque es objeto de una traducción en el sistema sémico. Pero no todas las formas espaciales son traducidas, por ende, los límites de la ecogénesis territorial son los límites de la semiosfera reconocida.

Haesbaert (2004), por su parte, ha revisado y criticado un conjunto de proposiciones y apreciaciones teóricas de carácter unidimensional, es decir, que enfatizan en lo político, en lo económico, o en lo cultural. Este autor plantea que el territorio debe ser concebido a través de una perspectiva integradora de las distintas dimensiones sociales, y de la sociedad con la naturaleza (Haesbaert 2004, 74), perspectiva en la que el territorio surge por la imbricación de relaciones de poder, tanto económico-políticas como de orden cultural (Haesbaert 2004, 79).

Aunque en primera instancia puede pensarse que la vinculación entre espacio de vida y territorio toma este último como un mero soporte, el estudio crítico de los desplazamientos cotidianos descubre desigualdades ligadas a aspectos estructurales inherentes al modelo de acumulación, y descubre también el territorio como producto y condicionante de las acciones individuales y sociales.

Materiales y metodología

El contenido de la entrevista semiestructurada estuvo basado en tres dimensiones: condición socioeconómica, calidad de vida y características de la movilidad territorial (ítem que incluyó la movilidad de toda la vida y la habitual). Para efectuar el relevamiento primario, en primera instancia se seleccionaron las manzanas con un método probabilístico, basado en una tabla de números aleatorios. De acuerdo con la numeración catastral de las manzanas, se aseguró una buena distribución territorial de la muestra. En un segundo momento se procedió a seleccionar las viviendas, aquí se tuvo en cuenta la presencia de habitantes y la aceptación de la entrevista. Por último, se aplicó un formulario de entrevista a las personas de referencia de cada vivienda5(figura 4) .

La información se sistematizó en una base de datos relacional, esencial para clasificar los espacios de vida, graficarlos y caracterizarlos sobre la base de su morfología. En esta fase se tuvo en cuenta la extensión jurisdiccional de los itinerarios cotidianos y, además, las diferentes combinaciones de utilización entre lugares.

La muestra tiene veintiocho personas, diecinueve de sexo femenino, con una edad promedio de 45 años y una formación académica en la que los niveles máximos predominantes son secundario incompleto y primario completo. La condición de ocupación y las tareas centrales desarrolladas por estas personas descubren cierta conexión con el escalafón educativo logrado. Gran parte de los entrevistados es subocupada, trabaja menos de 35 horas semanales, y se desempeña en labores simples como arreglo de parques, mantenimiento de viviendas, servicio doméstico en hoteles y otros alojamientos turísticos de la zona.

Los usos habituales del territorio

El ordenamiento de los espacios de vida delineados por cada sujeto se realizó a partir de criterios que permiten descubrir disparidades y similitudes. Los siguientes son los caracteres propuestos para el agrupamiento y estudio de los espacios de vida y de los agentes que los definen:

  1. Extensión jurisdiccional de la movilidad territorial.
  2. Uso efectivo de los lugares, frecuencia de movilidad.
  3. Edad y sexo.
  4. Máximo nivel educativo alcanzado.
  5. Empleo (si tienen o no tienen, localización del empleo).
  6. Tipo de hogar al que pertenecen (ver anexo 1).
  7. Situación conyugal6.
  8. Presencia de menores de 21 años en el hogar.
  9. Tiempo de residencia (en años) en Chapadmalal.

Desde una mirada territorial, enfocada exclusivamente en la división política, el espacio de vida puede catalogarse según la amplitud jurisdiccional de la circulación cotidiana. Si bien los límites de cada unidad civil pueden no ser de gran interés para las personas, sí constituyen una posibilidad para tipifcar los espacios de vida. Así, se repara en su desarrollo jurisdiccional y se los agrupa en las siguientes clases:

  1. Uni-jurisdiccionales: sus límites se encuentran al interior de General Pueyrredon.

  2. Bi-jurisdiccionales: referidos a espacios que abarcan el PGP y otros distritos, ya sea de esta u otra provincia o país.

  3. Pluri-jurisdiccionales: son las figuras de superior complejidad, dado que comprenden más de dos jurisdicciones que pueden no tener contigüidad espacial entre sí.

Es oportuno destacar que en las tres categorías se incorporan situaciones de bi-residencia, en el ámbito nacional e internacional. La bi-residencialidad expone la situación de los individuos que desarrollan su vida cotidiana en dos viviendas diferentes y ambas son su residencia base o zona desde la que se organiza el commuting.

A partir de la noción de multiresidencia se pone en juego el estudio de los tipos de movilidad que no presuponen un cambio de residencia, sino una alternancia en el uso de las viviendas que conforman la residencia base, dejando a un lado el criterio de residencia única (Domenach y Picouet 1990; Bankirer 2000; Módenes 2008).

Como indican Kaufmann y Jemelin (2004), quienes pueden contar con un área base amplia son quienes más aprovechan las tecnologías de información y comunicación, así como la disponibilidad de modos de transporte rápidos y autopistas que facilitan el tránsito en automóvil. Por tanto, el ejercicio de estas variantes de desplazamiento acostumbra comprobar la dispar capacidad de los actores sociales para apropiarse y usar las innovaciones tecnológicas.

A la clasificación jurisdiccional se le suman subconjuntos cuyo fundamento radica en la mayor o menor concurrencia a determinados espacios y las combinaciones alcanzadas con apoyo en esta premisa. Esta subclasificación se relaciona con el acceso a las unidades espaciales. Los tipos formulados son los siguientes:

  1. Uso máximo de la localidad de residencia: en este caso, pueden existir movimientos que se prolongan más allá de los límites del barrio o la localidad, pero son de muy baja frecuencia (una vez al mes o aún menos) o esporádicos.

  2. Uso mínimo del lugar de residencia: con escasa movilidad en Chapadmalal y con notable volumen de traslados hacia otras unidades espaciales.

  3. Uso del lugar de residencia y de otra(s) localidad(es): las personas realizan sus prácticas habituales tanto en Chapadmalal como en Mar del Plata o Miramar (partido de General Alvarado, PGA), y sus caminos se extienden incluso hacia poblados ubicados en otras unidades político-administrativas.

La categorización más grosera, que solo tiene en cuenta el aspecto jurisdiccional, evidencia que la mayor parte de los casos se distribuyen entre situaciones uni- y bi-jurisdiccionales. Los espacios de vida pluri-jurisdiccionales son minoritarios, pero ilustran un escenario que podría extenderse en los próximos años, debido a que el avance de las innovaciones tecnológicas permite crecientes velocidades de transporte y comunicación, condiciones inherentes a la creciente fluidez de los intercambios y al surgimiento de nuevas formas residenciales y de empleo, como el teletrabajo.

Por otra parte, la clasificación de los sujetos y sus espacios de vida desde una visión en la que se combinan las dos variables principales ofrece una disposición tal que aparece destacado el hecho de que en las situaciones mayoritarias de extensión uni- y bi-jurisdiccional impera el uso conjunto de diversos lugares (Tabla 1) .

En tal sentido, las componentes de la movilidad son útiles al momento de puntualizar las desigualdades (Lévy 2002). La primera es la posibilidad, enfoque propio de los estudios de accesibilidad. La segunda pone en juego cuestiones económicas y son las competencias de movilidad. Finalmente, el tercer constituyente se especifica por la conjunción entre posibilidad y competencia y puede ser definido como capital social. Se entiende que cada habitante posee un capital de movilidad establecido por un conjunto de oportunidades y por la aptitud para movilizarse hacia ellas y entre ellas. Los grados de satisfacción, las manifestaciones en torno a los desplazamientos diarios o la preferencia por su reducción son elementos centrales en la explicación de las disparidades. De este modo se ponen en juego factores socioculturales y económicos que participan en la construcción del territorio e influyen, consecuentemente, en la configuración de los espacios de vida, generando, así, una interacción entre lo individual y lo social, entre las formas construidas y su aprovechamiento efectivo. Todo ello atravesado por relaciones de poder, desde el político hasta el interpersonal, este último con gradaciones derivadas del capital de movilidad de cada agente.

Características sociodemográficas y espacio de vida

Los espacios de vida tienen dispar propagación territorial, pero parecen estar diseñados por una combinación entre la funcionalidad de las localidades y las demandas individuales o del hogar. Desde esta posición, en parte externa a los sujetos, el análisis da indicios de su potencial para, en una etapa posterior de la indagación y a través de entrevistas en profundidad, incluir la esfera de lo ideal y delimitar el territorio como es vivido. Este territorio, como se procurará mostrar a medida que se avance en el proyecto de investigación, supera el modelo de unidades civiles o político-administrativas y se organiza por la acción de variables y agentes sociales.

Los espacios de vida uni-jurisdiccionales son los de más compresión territorial. Los integrantes del grupo tienen una edad media de cuarenta años y residen en Chapadmalal desde hace catorce años en promedio, aunque con casos extremos -hay cinco residentes recientes (menos de cinco años en la localidad) y cinco antiguos pobladores (más de veinte años de residencia en Chapadmalal)-. Buena parte de los entrevistados convive en pareja, ya sea casados o unidos de hecho. Se estima que en la forma de los espacios de vida la composición de los hogares es también un factor incidente (figura 5). En esta categoría hay predominio de hogares nucleares con hijos, seguidos por nucleares sin hijos.

Entre estos sujetos es preponderante el nivel educativo bajo-medio (primaria completa a secundario completo), característica relevante en el tipo de empleo conseguido. En lo atinente a la condición de actividad, la mitad está ocupada y el resto se divide entre inactivos y amas de casa. El lugar de trabajo es, en primer término, Chapadmalal y frecuentemente se ubica en el sector de actividades turísticas. Se supone que este es otro motivo por el cual la movilidad interjurisdiccional es limitada.

Si bien la mitad de los integrantes posee vehículo propio, este no parece ser un condicionante de gran peso al momento de realizar desplazamientos en el espacio de vida.

En algunos casos se evidencia cierta movilidad hacia la ciudad de Mar del Plata, afín con la ubicación de estos agentes dentro de la población económicamente activa, hecho que promueve desplazamientos para satisfacer demandas que no pueden ser cubiertas en Chapadmalal, en general referidas a compras, recreación, tiempo libre,visitas sociales y tareas ligadas a la educación de los hijos.

Como particularidad se subraya que la intensa afluencia a Mar del Plata es observable, preferentemente, entre quienes moran en Chapadmalal desde hace cinco años o menos. En conexión con esta apreciación se puede plantear una hipótesis acerca de la existencia de un nexo entre el tiempo de estancia y el traslado hacia otras localidades para el cumplimiento de las necesidades habituales.

Por su parte, los espacios de vida bi-jurisdiccionales están delineados por individuos que tienen una edad media de 46 años y llevan residiendo en Chapadmalal un promedio de 22 años. Estas medidas no son, sin embargo, totalmente representativas del conjunto, dado el amplio rango etario existente entre los agentes (33 años) y los datos extremos referidos al tiempo de residencia, que fuctúan entre menos de cinco años (dos casos) y más de veinte años (siete situaciones). Prevalecen los integrantes casados o unidos de hecho y también los solteros (no convivientes). Estos individuos pertenecen, en gran medida, a hogares unipersonales y nucleares con hijos (figura 5).

Es notorio el bajo nivel educativo (primario incompleto-completo, secundario incompleto). Con respecto a la condición de actividad, más de la mitad de las personas están ocupadas y desarrollan sus tareas, de poca calificación, en Chapadmalal, en general ligadas con el potencial turístico de la zona. En segundo término aparece Mar del Plata, mercado de trabajo donde la inserción es en actividades con diferente grado de calificación.

Es relativamente exigua la proporción de aquellos que cuentan con automóvil propio, por ende, su mayor movilidad territorial no está supeditada a la posesión de un vehículo, sino a las demandas concretas establecidas por sus actividades laborales y otras situaciones de índole personal.

Sobre los sujetos que hacen un fuerte uso del lugar de residencia y otras localidades se puede indicar que es dominante la práctica de actividades en Chapadmalal, Mar del Plata y la ciudad de Miramar. Esta última es elegida principalmente para la obtención de prestaciones sanitarias o para la realización de visitas sociales, tanto de amistades como de parientes. Se cree que el elevado tiempo de residencia es un factor que incide en el conocimiento detallado de las localidades y sus correspondientes ofertas respecto de diversos servicios. Como ya se enunció, la presencia de parientes o amigos tampoco debe descartarse como un factor que colabora en la difusión de estos saberes, elementos participantes en la configuración de la cotidianeidad.

Por último, los espacios pluri-jurisdiccionales son una modalidad compleja que podría ser la transición hacia un tipo de espacio de vida uni- o bi-jurisdiccional. La especulación acerca de la transformación progresiva hacia un espacio de vida más acotado sobreviene con la observación del tiempo medio de residencia inferior a los quince años. Se presume que estos habitantes aún se encuentran en un periodo que podría denominarse de adaptación, en el que el nuevo espacio de vida se va configurando a partir de los desplazamientos realizados para satisfacer las necesidades (como en otras situaciones), pero en el que se utilizan formas de satisfacción que están ubicadas en localizaciones nuevas y antiguas. En estos hogares prevalece la modalidad nuclear sin hijos (figura 5), característica de importancia para movilizarse activamente, ya sea entre las dos residencias que hacen el espacio de referencia o entre todos los sitios que lo componen y que permiten el cumplimiento de las actividades.

Otro tema de interés es que la mayor o menor amplitud de los espacios de vida no parece tener una vinculación estricta con el nivel educativo de los sujetos, ni siquiera en el caso de los territorios pluri-jurisdiccionales, pero es probable que en esta última situación la falta de un patrón se ligue con la escasa cantidad de representantes, donde sí cabe destacar que dos de ellos tienen nivel universitario completo.

La identificación de espacios funcionales sobre la base del uso diferencial

Dentro del territorio, las unidades funcionales corresponden a formas donde se concentran interacciones sociales, para cuyo desarrollo los individuos deben desplazarse de diferentes modos y a variadas distancias.

La asignación de funciones al territorio no es un proceso azaroso. Por el contrario, se evidencia la presencia de intereses económicos, de pautas culturales y de desigualdades de poder. En relación con el aspecto económico, en Chapadmalal es central la ecuación costo/beneficio para explicar la ausencia de centros médicos para prácticas complejas, la falta de centros educativos de formación superior, entidades bancarias y servicios comerciales variados. Pero además, es notoria la ausencia de un poder ciudadano fuerte, capaz de presionar para exigir el funcionamiento de la Delegación Municipal creada en 1973, hecho que podría favorecer a los pobladores de toda la zona al facilitarles gestiones ante las autoridades del distrito.

Se advierte, en este primer repaso, la existencia de particularidades conexas con la oferta de servicios propia de cada localización (figura 6) y con tendencias que mostrarían cómo los sujetos construyen vínculos con el espacio geográfico. Estos vínculos no solo están articulados con la que estiman es la mejor manera de satisfacer sus necesidades, sino con factores que van más allá de la estricta racionalidad, poniendo en juego específicas formas de vivir el espacio, de relacionarse y de identificarse con él, formas que conducen a la construcción del sentido de lugar (Tuan 1979; Agnew 2002). Por ahora, sin embargo, los datos solo permiten hallar la existencia de características de movilidad asociadas con rasgos sociodemográficos y, al mismo tiempo, con singularidades funcionales de cada localización.

En relación con el empleo, el barrio Estafeta Playa Chapadmalal ocupa el primer lugar, superando inclusive a Mar del Plata. En este barrio, la presencia de instalaciones hoteleras públicas y privadas es protagónica como fuente de ocupación. Otras posibilidades, no solo como alternativa para la ocupación temporal, se hallan en el sector de servicios informales y por cuenta propia.

En este caso es destacable la influencia que tiene la infraestructura turística como generadora de empleo, y se evidencia cómo las formas son condicionantes para la instalación de pobladores y para el desarrollo de sus actividades habituales. Sin embargo, no se puede soslayar la influencia de las decisiones políticas y de las pautas culturales en la construcción del territorio. Se distinguen, en tal sentido, las políticas sociales de los años cuarenta del siglo XX, destinadas a la promoción del turismo para la clase obrera, impulsoras de la construcción de los Hoteles o Colonias de Chapadmalal (1947).

Asimismo, desde el año 2002, las decisiones de política monetaria favorecieron el resurgimiento del turismo interno, en virtud de los mayores costos de los viajes al exterior debido a la diferencia cambiaria. Todo ello, acompañado de preferencias culturales por espacios tranquilos con oferta variada para distintas edades, con ofrecimientos en torno al cuidado de la salud (RCT Club Vacacional y Spa, Manantiales Club de Mar, Igloo Cabañas y Spa Biotermal) y otros dedicados al agroturismo.

En cuanto a otras actividades cotidianas, Mar del Plata tiene primacía en la oferta de atención sanitaria, centros de compras, educación superior (terciaria/universitaria) y trámites o gestiones, mientras que Miramar también es escogida por sus prestaciones de servicios comerciales. En Chapadmalal se destaca San Eduardo de Chapadmalal debido al servicio sanitario ofrecido en la unidad municipal Playas del Sur, que es utilizado por numerosos vecinos de la zona para resolver urgencias y para prácticas rutinarias de baja complejidad.

Respecto de la movilidad en horarios nocturnos, una forma de acercamiento es mediante la evaluación sobre el alumbrado público que realizaron los entrevistados. Más de la mitad de los usuarios se mostraron satisfechos, por lo que se cree que este elemento no sería un gran obstáculo para los trayectos fuera de horarios diurnos. Las mismas conclusiones pueden establecerse en torno al transporte público de pasajeros: es probable que los pobladores encuentren que movilizarse desde Chapadmalal no presenta grandes complicaciones, más allá de las propias, y quizá aceptadas, de los espacios con baja concentración de población.

Paradójicamente, los que podrían sufrir ciertos obstáculos en su movilidad habitual son los poseedores de vehículos propios. El dato que avala esta hipótesis es la acentuada disconformidad (cercana al 80%) en lo tocante al estado de las calles y a la posibilidad de anegamiento en ciertos sectores de los barrios San Eduardo de Chapadmalal, Santa Isabel y Arroyo Chapadmalal.

El elevado porcentaje de pobladores insatisfechos no abarca únicamente a los que tienen un vehículo propio, y se cree que el deterioro de las arterias es un factor negativo para un grupo amplio que incluye a los habitantes que se desplazan en bicicletas o motos.

Algunas consideraciones finales

Los resultados logrados expresan diferentes configuraciones, caracterizadas por distintas modalidades de uso del territorio y por las particularidades sociodemográficas de los sujetos. En cuanto a las características de los pobladores se detectó que la edad, el nivel educativo, el tipo de empleo y el modelo de hogar en el que se inserta cada uno son factores inherentes a las peculiaridades de cada espacio de vida.

El tratamiento de los espacios de vida y de la movilidad territorial habitual permite esbozar las características funcionales del territorio que se extiende, primordialmente, entre Mar del Plata y Miramar. En este recorte territorial se enfatizan como puntos de elevada funcionalidad la ciudad de Mar del Plata y el barrio Estafeta Playa Chapadmalal, posicionados como los destinos más usuales para los pobladores de Chapadmalal.

De este modo, a través del estudio de los espacios de vida se puede lograr un primer acercamiento a la utilización de los lugares, utilización que no está limitada a sus habitantes, sino que alcanza a pobladores de diversas unidades espaciales. Ha sido de interés, en la búsqueda de una estrategia para superar la individualidad de los espacios de vida, realizar su puesta en común a través del análisis funcional de las unidades espaciales. Es importante señalar que, en el estudio de los espacios de vida, todos los lugares y trayectos parecen tener la misma jerarquía y se desdibujan las diferencias simbólicas, el sentido del lugar (Tuan 1979; Agnew 2002).

A través de las observaciones expuestas es dable formular algunos interrogantes en torno a los espacios de vida, su configuración y la articulación con las aristas subjetivas de la espacialidad. De manera que las cuestiones pendientes de profundización son afines con: a) los elementos que condicionan la elección de los lugares donde se satisfacen las necesidades cotidianas; b) la posible influencia del tiempo de radicación; c) la incidencia de los vínculos sociales a través de los cuales se obtienen conocimientos socioterritoriales; d) la ligazón con el tipo de inserción laboral; y e) el sentido que inspiran los distintos lugares y recorridos.


Pie de página

1Los resultados expuestos forman parte del proyecto de beca de investigación, categoría Perfeccionamiento, denominado "Espacio de vida, espacio vivido y territorio en Chapadmalal, Partido de General Pueyrredon". Universidad Nacional de Mar del Plata. Argentina. Periodo: desde el 1.° de abril del 2009 hasta el 31 de marzo del 2011.
2Para el cálculo de los totales de población se tuvieron en cuenta a las personas residentes en viviendas individuales y a personas que integran hogares censados en la calle.
3La delegación municipal de Santa Isabel (Chapadmalal) fue creada por Ordenanza Municipal en 1973, y la delegación Norte, en el 2002. Sin embargo, hasta el momento, no tienen un funcionamiento efectivo y sus pobladores siguen dependiendo de las delegaciones Puerto y Sierra de los Padres, respectivamente.
4En Argentina aún no se han establecido, en los formularios censales, cuestiones que permitan avanzar sobre tipos de movilidad territorial más complejos que las migraciones entendidas en su sentido tradicional de cambio de lugar de residencia de una unidad civil a otra. Países como España, Colombia y Brasil, en cambio, incluyen en sus relevamientos censales preguntas que permiten establecer espacios de vida y movilidad del tipo commuting. Cfr. Autores Varios. 1999. América Latina: aspectos conceptuales de los censos del 2000 (Seminario Censos 2000: diseño conceptual y temas a investigar en América Latina). Santiago de Chile: División de Población Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía, Celade.
5Si bien se reconoce la distinción teórico-estadística entre vivienda y hogar, para los casos seleccionados no hubo dificultades al respecto y fue posible tomar ambos términos como sinónimos: en cada vivienda se encontró solo un hogar, situación que se estableció a partir del primer contacto con la persona que aceptó ser entrevistada.
6De acuerdo con lo establecido por Indec se pueden encontrar las siguientes situaciones en cuanto a las leyes relativas al matrimonio existentes en el país: soltero(a), casado(a), divorciado(a), separado(a) legal, viudo(a), convive en pareja (unión consensual o de hecho) (Indec 2001).


Referencias

AA. VV. 1999. América Latina: aspectos conceptuales de los censos del 2000 (Seminario Censos 2000: diseño conceptual y temas a investigar en América Latina). Santiago de Chile: División de Población Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía, Celade.        [ Links ]

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