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Colombia Internacional

versão impressa ISSN 0121-5612

colomb.int.  n.64 Bogotá jul./dez. 2006

 

LAS ELECCIONES URUGUAYAS DE 2004: la izquierda como la única oposición creíble

Rosario Queirolo1

1Candidata a Doctor en Ciencia Política por la University of Pittsburg; Profesora de la Universidad de Montevideo,Uruguay.


Resumen

Este artículo argumenta que el triunfo de la izquierda uruguaya en las elecciones de 2004 se debe a que el Encuentro Progresista-Frente Amplio gana votos por ser la única oposición creíble en el sistema de partidos uruguayo. Luego de varios gobiernos en manos del Partido Colorado y Partido Nacional, el único partido que no puede ser responsabilizado por la mala situación económica del país es el EPFA porque nunca estuvo a cargo del gobierno nacional. Usando datos de una encuesta preelectoral realizada en octubre de 2004, el artículo muestra que la probabilidad de votar a la izquierda en el 2004 depende de las actitudes hacia el riesgo y las evaluaciones de la situación económica. Los uruguayos con mayor propensión al riesgo y peores evaluaciones de la economía del país, presentan una probabilidad doce veces mayor de votar al EP-FA que quienes tienen una evaluación positiva de la economía y son adversos al riesgo. La evidencia extraída del caso uruguayo sugiere que el crecimiento de otros partidos de izquierda en la región podría explicarse de la misma manera.

Palabras clave:Uruguay, elecciones, partidos de izquierda, teoría de las perspectivas, evaluaciones económicas


abstract

This paper argues that the success of the leftist Encuentro Progresista-Frente Amplio in the 2004 Uruguayan election is the result of being the only untainted and credible opposition in the party system. After many governments in charge of the Partido Colorado and Partido Nacional, the EP-FA was the only party that cannot be held responsible for the country s bad economic situation because it was never in charge of the national government. Using data from a 2004 national preelectoral survey, the paper shows that attitudes towards risk and economic assessments of the country s situation influence voting behavior in Uruguay. Risk acceptant individuals who evaluate negatively the countrys economic performance have a higher probability to vote for the EP-FA than risk averse voters with a positive assessment of the country s economy.The evidence from the Uruguayan case suggests that the increase of leftist parties in other Latin American countries could be explained in the same way.

Key words:Uruguay, elections, leftist parties, prospect theory, economic evaluations


Introducción

En las elecciones de octubre de 2004, por primera vez en la historia política uruguaya, un partido de izquierda ganó las elecciones presidenciales. El Frente Amplio-Encuentro Progresista-Nueva Mayoría2 obtuvo el 50,5% del total de votos emitidos y alcanzó la Presidencia de la República (sin necesidad de recurrir a una segunda vuelta) y la mayoría parlamentaria en las dos cámaras (senadores y diputados).

Diversas explicaciones se han dado sobre el crecimiento de la izquierda en Uruguay.Algunos autores señalan como principal causa un efecto generacional (Aguiar 2000; Canzani 2000) y la habilidad del Frente Amplio para retener votos y construir tradiciones partidarias (Canzani 2000; Canzani 2005; Monestier 200l; Moreira 2000). Otros autores señalan que la principal explicación del éxito electoral del Frente Amplio se debe a su moderación ideológica y pragmatismo (Buquet y de Armas 2004; Garcé y Yaffé 2004). Por último, hay quienes señalan que el Frente Amplio crece capitalizando el descontento social y económico de la población uruguaya con los partidos tradicionales (González 1999; González y Queirolo 2000; Luna 2004).

Estas explicaciones no son excluyentes; más aún, cada una de ellas da cuenta de parte del crecimiento que ha tenido el Frente Amplio. Este artículo toma la explicación de la capitalización del descontento popular y argumenta que el Frente Amplio gana votos por ser la única oposición creíble luego de varios gobiernos en manos del Partido Colorado y Partido Nacional3. En otras palabras, el Frente Amplio, al no haber estado nunca a cargo del gobierno nacional, no puede ser responsabilizado por la mala situación económica; mientras que el Partido Colorado y el Partido Nacional, al haber gobernado el país desde su independencia, son castigados por el electorado por no haber proveído el bienestar esperado.

La llegada de la izquierda al gobierno en Uruguay coincide con el triunfo de otros partidos de izquierda en la región: Bolivia (2005), Chile (2005), Argentina (2003), Brasil (2002), y Venezuela (1999). El crecimiento de algunos de estos partidos de izquierda también puede explicarse por la teoría de la oposición creíble.Tanto en Brasil, como en Bolivia y Venezuela, los partidos de izquierda capitalizan la insatisfacción popular con los partidos que han gobernado anteriormente, porque son los únicos que no pueden ser culpados por el estado de las cosas.

La primera sección de este artículo describe el crecimiento de la izquierda y los cambios que ha producido en el sistema de partidos uruguayo. La segunda sección expone las distintas explicaciones del crecimiento de la izquierda y desarrolla la teoría de la oposición creíble. La tercera sección presenta la evidencia a favor de esta teoría para el caso uruguayo. La última sección concluye.

1. Los cambios en el sistema de partidos uruguayo

El sistema de partidos uruguayo está actualmente conformado por tres partidos políticos mayores (Partido Colorado, Partido Nacional y Frente Amplio), y un partido menor (el Partido Independiente). El Frente Amplio (FA) fue fundado en 1971 como una coalición de partidos de izquierda que recibía principalmente el apoyo de jóvenes, residentes en las áreas urbanas del país, intelectuales, y sectores medios y medios altos de la sociedad (Gillespie 1986). La coalición fue formada por el Partido Socialista, el Partido Comunista, El Partido Demócrata Cristiano, y algunos sectores escindidos del Partido Colorado (Movimiento Pregón y Movimiento por el Gobierno del Pueblo, PGP) y del Partido Nacional (Movimiento Popular Nacionalista). El otro partido de izquierda en el actual sistema de partidos uruguayo es el Partido Independiente, que es una rama del Nuevo Espacio4.

Los otros dos partidos políticos mayores son el Partido Colorado (PC) y el Partido Nacional (PN) (también llamado " Partido Blanco" o los " Blancos" ). Ambos partidos están más identificados con la centro-derecha. El Partido Colorado tiene mucho en común con los partidos liberales en América Latina, es más cosmopolita y urbano que el Partido Nacional. El Partido Nacional está más asociado a la Iglesia Católica, a las zonas rurales del país, pero es más liberal económicamente que el resto de los partidos (González 1991). El Partido Colorado y el Partido Nacional tienen historias similares: ambos fueron creados en 1830 y son tan antiguos como el país mismo, los dos son partidos multiclasistas y ambos han estado a cargo del gobierno nacional. Por esta razón, son llamados " partidos tradicionales" .

El golpe militar de 1973 prohibió todo tipo de actividad político partidaria. A pesar de ello, los partidos políticos uruguayos mantuvieron una militancia clandestina durante los once años que duró el gobierno autoritario. El país retornó a la democracia con la elección de 1984. En esta primera elección de la vuelta a la democracia, el Partido Colorado recibió votos principalmente de personas mayores, poco educadas, amas de casa y retirados; el Partido Nacional fue el más catch-all de los tres, y el Frente Amplio mantuvo su apoyo entre el electorado joven y con más años de educación formal, pero también consiguió votos entre la clase trabajadora, especialmente entre los trabajadores manuales (González 1991).

Hasta mediados de 1960, Blancos y Colorados juntos ganaron alrededor del 90% de los votos; el sistema de partidos era claramente un sistema bipartidista. Con el surgimiento del Frente Amplio en 1971, el sistema de partidos cambió de bipartidista a multipartidista (Gillespie 1989; González 1991). Durante los últimos treinta años, el Frente Amplio ha incrementado su caudal electoral de elección en elección. La Tabla 1 muestra los cambios del sistema de partidos uruguayos durante los últimos treinta años. En la elección de 2004 el Frente Amplio obtiene la mayoría absoluta de los votos, y como resultado de la baja votación obtenida por el Partido Colorado, el Número Efectivo de Partidos (NEP) baja a 2.5.

  1. Los partidos políticos uruguayos suelen agruparse en dos familias ideológicas: " partidos tradicionales" y " partidos desafiantes" (González 1999; González y Queirolo 2000). Los " partidos tradicionales" son el Partido Colorado y el Partido Nacional, ambos ubicados en el ala derecha del continuo ideológico; mientras que los " desafiantes" son el Frente Amplio y el Partido Independiente, los dos ubicados en el centro izquierda. Hasta el 2004, ninguno de los " partidos desafiantes" había estado a cargo del gobierno nacional, por eso mismo eran llamados " desafiantes" . La Figura 1 muestra la evolución electoral de estas dos familias ideológicas5 e indica que la pérdida de votos de los partidos tradicionales y el crecimiento electoral de los partidos desafiantes ha sido un proceso paulatino.

Uruguay, además de ser uno de los casos en que la izquierda ha crecido en América Latina, presenta otras dos peculiaridades que hacen interesante su estudio. Primero, es uno de los pocos ejemplos en que el sistema de partidos cambia sin ninguna violación de las reglas democráticas; otros casos son Italia, Japón,Venezuela y Austria6. Segundo, el cambio ocurre sin ninguna modificación de las reglas electorales para la asignación y distribución de bancas en el parlamento. Uruguay tiene un sistema de representación proporcional para la cámara baja desde 1918 y para el Senado desde 1942. Más aún, las características particulares del sistema electoral uruguayo deberían haber favorecido la permanencia de un sistema bipartidista en vez de la emergencia del multipartidismo (Buquet 2000)7. Las leyes electorales no explican ni la transformación del sistema de partidos, ni el incremento electoral de los partidos de izquierda. Por lo tanto, es necesario explicar estos cambios analizando las preferencias de los votantes. La siguiente sección describe las principales explicaciones que se han dado para entender este proceso y desarrolla el argumento de la oposición creíble.

2. La izquierda como única oposición creíble

El crecimiento de la izquierda en Uruguay se ha explicado a través de diferentes maneras,que pueden resumirse en: 1) explicaciones demográficas (Aguiar 2000; Canzani 2000; Canzani 2005; Monestier 200l; Moreira 2000); 2) explicaciones ideológicas (Buquet y de Armas 2004; Garcé y Yaffé 2004); y 3) explicaciones económicas (González 1999; González y Queirolo 2000; Luna 2004)8.

Existe suficiente evidencia a favor de las explicaciones demográficas. El Frente Amplio, desde su fundación, ha sido un partido altamente atractivo para los jóvenes. Diversos autores han mostrado cómo el crecimiento electoral de la izquierda se debe a un recambio generacional, por el que la preferencia de los nuevos votantes por el Frente Amplio le da un incremento inercial del 1% del electorado por año9. El Frente Amplio no solo es exitoso para recolectar votos entre los nuevos electores, sino también ha demostrado gran habilidad a la hora de retener esos votos y construir tradiciones partidarias (Monestier 2001; Moreira 2000). En otras palabras, los jóvenes votantes del Frente Amplio en 1971 continuaron apoyando al partido en el 2004. Con cada elección sucesiva, el Frente Amplio continúa ganando votos de electores jóvenes, que permanecen en el partido a medida que envejecen (Canzani 2005). Pero esta explicación, si bien da razón del incremento numérico de los votos hacia el Frente Amplio, no explica por qué la izquierda es tan exitosa en captar nuevos votantes y mantener los viejos entre sus filas.

Las explicaciones ideológicas señalan la moderación ideológica y el creciente pragmatismo del Frente Amplio como la causa principal de su incremento electoral. Esta moderación en los discursos y plataformas políticas de la izquierda es entendida como una estrategia para captar a los votantes de centro. Una manera de poner a prueba la validez de este argumento es analizar la identificación ideológica de los votantes del Frente Amplio. Si el electorado del Frente Amplio, o el electorado de los partidos de izquierda en general (incluyendo al Nuevo Espacio y Partido Independiente), es más de centro en el 2004 que hace 15 años, podemos afirmar que la izquierda creció porque captó votos de centro. La Tabla 2

muestra que hay evidencia preliminar para tal afirmación. El electorado del Frente Amplio es un poco más de centro en 2004 (3.4) que en 1989 (3.0). Sin embargo, los promedios pueden representar distintas distribuciones. Si miramos la distribución ideológica de los votantes del Frente Amplio, encontramos que en 1994 los que se autoidentificaban como de centro eran el 18%, en 1999 aumentaron a 27% y en 2004 eran el 34% (Canzani 2005). Pero al mismo tiempo, el electorado uruguayo se ha vuelto más de izquierda durante los años 90. El promedio de identificación ideológica del electorado en 1989 era de 5.8, y en 2004 es de 5.110. Teniendo en cuenta esta evidencia, podemos afirmar que el incremento de votos hacia los partidos de izquierda no se explica totalmente por la moderación ideológica de sus líderes y la captación de votos de centro. Otro tipo de explicación es necesaria.

Las explicaciones económicas y de capitalización del descontento popular (González 1999; González y Queirolo 2000; Luna 2004b), argumentan que el Frente Amplio creció electoralmente por capitalizar los votos de los ciudadanos insatisfechos con el status quo, principalmente con la situación económica del país. Como el Frente Amplio era el único partido político mayor que nunca estuvo a cargo del gobierno nacional, se transformó en la única oposición creíble en el sistema de partidos uruguayos11. Benton (2005) argumenta que los votantes latinoamericanos tienen memorias de largo alcance y castigan no sólo al partido a cargo del gobierno cuando la situación económica es mala, también penalizan a los partidos que gobernaron antes del actual. Siguiendo esta lógica, los partidos desafiantes, y en particular el Frente Amplio, se beneficiaron por ser los únicos que no estuvieron a cargo del gobierno; de esta manera pudieron capitalizar la insatisfacción económica y social del electorado uruguayo con los gobiernos de los partidos tradicionales.

Sin embargo, el que un partido político no haya estado nunca en el gobierno puede ser también una desventaja. Los votantes manifiestan mayor incertidumbre con los partidos que no tienen experiencia en el gobierno, ya que tienen menos información para evaluar cómo gobernarán esos partidos que para pronosticar la actuación de los partidos que ya gobernaron (Magaloni 1999).Algunos autores consideran que el Partido Revolucionario Independiente (PRI) se mantuvo por 70 años en el gobierno mexicano porque los electores creían que votar por la oposición inexperiente era muy riesgoso, y como resultado, preferían " más malo conocido que bueno por conocer" (Cinta 1999; Domínguez 1999; Magaloni 1999; Magaloni 2004a). Según este argumento, aquellos partidos que nunca estuvieron a cargo del gobierno nacional tendrían menos probabilidades de ganar la elección porque los votantes son aversos al riesgo y evitan votar por alternativas inciertas.

Estos dos argumentos no son opuestos como parece. Ambas explicaciones son compatibles si usamos la teoría de las perspectivas para entender el crecimiento electoral del Frente Amplio. La teoría de las perspectivas argumenta que los individuos no siempre tratan de evitar el riesgo y optar por la alternativa menos incierta. La propensión al riesgo depende del " dominio" en el que se encuentre la persona (Kahnemann y Tversky 1979). Si la persona está en el dominio de las pérdidas, la teoría predice que se comportará de manera arriesgada porque no tiene mucho que perder. Por el contrario, si la persona está en el dominio de las ganancias, se comportará de manera más conservadora, no querrá arriesgar sus ganancias, será averso al riesgo. Morgenstern y Zechmeister (Morgenstern 2001) usan la teoría de las perspectivas para explicar la elección parlamentaria de 1997 en México, en la que, por primera vez desde 1929, los partidos de oposición obtuvieron la mayoría en la cámara baja. Estos autores encuentran que los mexicanos propensos al riesgo tenían una mayor probabilidad de apoyar a la oposición que los aversos al riesgo. Aún más, no todos los mexicanos que percibían un deterioro económico, pensaban votar a la oposición: sólo los propensos al riesgo penalizaban al PRI, mientras que los mexicanos que eran aversos al riesgo se mantenían fieles al PRI a pesar de evaluar negativamente la situación económica.

El incremento de votos que recibió el Frente Amplio también puede explicarse usando la teoría de las perspectivas. A pesar de que el Frente Amplio nunca gobernó antes de 2004, y por ello era una opción con mayor incertidumbre para el electorado, la incertidumbre fue disminuyendo a medida que el descontento con la situación económica creció. La Tabla 3muestra que en 1994, el 48% de los uruguayos calificaban la situación económica del país como mala; en 1999 aumentó a 68%, y en 2004 era el 69%. El aumento de la insatisfacción económica entre 1999 y 2004 es mayor si observamos la distribución interna de las respuestas negativas. En 1999, el 21% consideraba que la situación era " muy mala" y en 2004 un tercio (33%) de los uruguayos opinaba que la situación era muy crítica12. En otras palabras, es de esperar que a medida que creció la insatisfacción con la situación económica, disminuyó la cantidad de uruguayos aversos al riesgo que preferían continuar votando por partidos políticos que no les brindaron los resultados esperados.

Este artículo plantea que tanto las evaluaciones sobre la situación económica como la actitud frente al riesgo fueron factores determinantes del voto al Frente Amplio en las elecciones de 2004. El Frente Amplio, al no haber sido responsable de la suerte del país antes de 2004, capitaliza el descontento de los uruguayos con la situación económica porque es la única oposición creíble. Al estar en el dominio de las pérdidas, los uruguayos toman más riesgos y votan en contra del " malo conocido" . La Tabla 4indica que entre los uruguayos que pensaban votar al Frente Amplio en el 2004, había una proporción más alta de individuos propensos al riesgo que entre los que pensaban votar a los partidos tradicionales. Votar por un partido que nunca estuvo en el gobierno implica niveles más altos de incertidumbre que votar por los partidos que habían gobernado el país desde su independencia.

Por lo tanto, además de las evaluaciones sobre la situación económica, la actitud hacia el riesgo de los uruguayos tiene que haber influído en el voto al partido de izquierda. Los uruguayos que estaban descontentos con la situación económica pero tenían una actitud negativa frente al riesgo, probablemente votaron en menor proporción al Frente Amplio que quienes percibían el deterioro económico y además tenían una actitud positiva frente al riesgo. La siguiente sección pone a prueba estos argumentos.

3. Evaluaciones económicas, propensión al riesgo y voto al Frente Amplio

La información que es usada en esta sección proviene de una encuesta pre-electoral realizada por CIFRA, González, Raga y Asociados en el mes de octubre de 200413. La encuesta incluye 1.500 entrevistas a personas mayores de 18 años y representa a toda la población adulta del Uruguay. Las entrevistas fueron realizadas en las residencias de los encuestados.

El modelo con el que voy a poner a prueba el argumento de la oposición creíble y no tan incierta tiene como variable dependiente una variable dicotómica que mide la intención de voto por el Frente Amplio (1) versus la intención de voto por cualquier otro partido (0). La evaluación de la situación económica es medida de diversas maneras: a) la evaluación de la situación económica actual del país, b) la evaluación de la situación económica del país en comparación con cinco años atrás, c) la evaluación de la situación económica dentro de un año, d) la evaluación de la situación económica actual de la familia, e) la evaluación de la situación económica familiar en comparación con cinco años atrás, y f) la evaluación de la situación familiar en un año. Los valores altos corresponden a las opiniones más críticas.

La propensión al riesgo es medida a través de la opinión de los entrevistados sobre dos proverbios populares: " Más vale malo conocido que bueno por conocer" y " El que no arriesga no gana" . Las dos variables son combinadas en un sólo indicador llamado " propensión al riesgo" que varía de 1 (alto nivel de aversión al riesgo) a 5 (alto nivel de aceptación del riesgo). Los aversos al riesgo son los que prefieren el " malo conocido" y están en desacuerdo con que " el que no arriesga no gana" , mientras que " arriesgados" son los que contestaron que prefieren el " bueno por conocer" y están de acuerdo con que para ganar, hay que arriesgar. Los valores intermedios fueron dados a aquellos entrevistados que contestaron la opción de rechazo al riesgo en una pregunta y la opción de aceptación del riesgo en la otra.

Una serie de variables de control fueron incluídas en el modelo: edad, educación, ingreso, nivel socioeconómico de la vivienda, lugar de residencia (Montevideo vs. resto del país). Edad, educación e ingreso familiar tienen una interpretación sencilla; los valores bajos corresponden a personas jóvenes, con poca educación y poco ingreso. El nivel socioeconómico de la vivienda es una variable ordinal que clasifica a los entrevistados en tres categorías dependiendo de su vivienda: bajo (1), medio (2), y alto (3). Lugar de residencia es una variable dicotómica que toma el valor de 1 cuando la persona vive en Montevideo y 0 cuando vive en el resto del país. Para terminar de especificar el modelo, también es incluída la autoidentificación ideológica del entrevistado en una escala que va del 1 (extrema izquierda) al 10 (extrema derecha)14.

La Tabla 5 presenta los resultados del modelo de regresión logística. Los coeficientes que alcanzan significancia estadística están marcados con asteriscos15. Tanto la evaluación de la situación económica actual del país como la evaluación retrospectiva de la economía del país son factores que inciden en el voto hacia el Frente Amplio. Los uruguayos que tenían peores evaluaciones de la situación económica del país y los que consideraban que en el 2004 el país estaba peor que cinco años antes, tenían una probabilidad mayor de votar al Frente Amplio que a otro partido. En cambio, las evaluaciones de la situación económica propia, o familiar, no son factores decisivos. En otras palabras, independientemente de la situación económica propia, los uruguayos descontentos con la situación económica del país, castigaron a los partidos tradicionales votando por el Frente Amplio en 2004.

La propensión al riesgo también es un factor significativo del voto al partido de izquierda. Los electores con mayor propensión al riesgo tenían una probabilidad de votar al Frente Amplio mayor que los aversos al riesgo. La Tabla 5 también indica que los jóvenes siguen votando más por el Frente Amplio que los electores con más años, reproduciendo el efecto demográfico antes mencionado. El lugar de residencia también es un factor importante al decidir el voto, los uruguayos que viven en Montevideo tienen una probabilidad más alta de votar al Frente Amplio que los que viven en el interior del país. Este carácter urbano de las bases electorales del Frente Amplio es coincidente con las bases electorales que tradicionalmente tienen los partidos de izquierda en el resto del mundo.

Por último, la autoidentificación ideológica es un determinante significativo del voto al Frente Amplio. Los votantes que se identifican con la izquierda significativamente tienden a votar al Frente Amplio. Contrariamente a lo que sucede en otros países de América Latina, las identificaciones ideológicas son definitorias del voto en Uruguay porque los partidos políticos las usan para mobilizar apoyo (Torcal y Mainwaring 2003). Estos resultados brindan evidencia a favor de la existencia de dos familias ideológicas en Uruguay.

Resumiendo, la probabilidad de votar al Frente Amplio en 2004 aumentó con la insatisfacción económica; el Frente Amplio capitalizó el descontento popular. Sin embargo, no todos los votantes inconformes con el estado de la economía estaban dispuestos a " arriesgar" su voto con un partido que nunca había gobernado a nivel nacional, y por lo tanto, tenía menos experiencia que los partidos tradicionales. La Tabla 6 indica que un elector con una evaluación negativa de la situación económica del país pero averso al riesgo, tenía una probabilidad de votar al Frente Amplio de .30; mientras que un votante con la misma visión crítica sobre la economía del país pero propenso al riesgo más que duplicaba esa probabilidad (.74). En otras palabras, los electores con una actitud negativa frente al riesgo, preferían quedarse con el " malo conocido" independiente de su descontento con el deterioro económico del país.

Conclusión

En conclusión, el caso uruguayo indica que los votantes castigan a los partidos políticos que produjeron el deterioro económico. Esta evidencia es coincidente con el argumento de Benton (2005): los latinoamericanos tienen memorias de largo plazo y no sólo castigan al gobierno de turno por la mala situación económica sino también a los partidos que gobernaron antes. Los partidos desafiantes en Uruguay, y en especial el Frente Amplio, tomaron ventaja de esta situación y capitalizaron el descontento social y económico del electorado con los partidos tradicionales.

La llegada de la izquierda al gobierno en Uruguay coincide con el triunfo de otros partidos de izquierda en la región: el Movimiento al Socialismo en Bolivia (2005), la Concertación es reelegida en Chile con una presidenta socialista (2005), en Argentina ganá una fracción de izquierda dentro del Partido Justicialista (2003), el Partido de los Trabajadores gana las elecciones en Brasil (2002), y Hugo Chávez se transforma en el presidente de Venezuela (1999). ¿Por qué recientemente han sido exitosos estos partidos de izquierda en América Latina?

La evidencia extraída del caso uruguayo sugiere que el crecimiento de algunos de estos partidos de izquierda también puede explicarse por la teoría de la oposición creíble.Tanto en Brasil, como en Bolivia y Venezuela, los partidos de izquierda capitalizan la insatisfacción popular con los partidos que han gobernado anteriormente porque son los únicos que no pueden ser culpados por la mala situación económica. En otras palabras, independientemente de su identificación como partidos de izquierda, el elemento que estos partidos políticos tienen en común es que son vistos por la población como la oposición creíble dentro del sistema de partidos.


2Es el nombre completo del lema con el que el Frente Amplio se presentó a las elecciones de 2004. En el resto de este artículo, a modo de simplicar, usaré solo el nombre de Frente Amplio.

3Este artículo explica el triunfo de la izquierda en las elecciones del 2004 desde la perspectiva del comportamiento de los votantes, no del comportamiento de los líderes políticos. Sin lugar a dudas que el comportamiento de los líderes políticos tradicionales y de la oposición, y el análisis de sus respectivos cálculos estrategicos, es también importante para entender el éxito de la izquierda, pero no es la opción metodológica seguida en este artículo.

4El Nuevo Espacio fue el ala derecha del Frente Amplio, conformado por la alianza entre el Partido Demócrata Cristiano y el Partido por el Gobierno del Pueblo (PGP). Esta alianza fue parte del Frente Amplio en las elecciones de 1971 y 1984, pero en 1989 se independizó y formó el Nuevo Espacio. En 1994 y 1999, el Partido Demócrata Cristiano nuevamente se sumó al Frente Amplio, mientras que una parte del PGP se alió con el Partido Colorado, y la otra parte permaneció como Nuevo Espacio. En la elección de 2004, otra parte del Nuevo Espacio se alió con el Frente Amplio, y el resto formó un nuevo partido: Partido Independiente.

5Luna (2004) argumenta que sólo la familia " tradicional" existe como familia ideológica porque los líderes del Nuevo Espacio están más cerca de los líderes blancos y colorados que de los del Frente Amplio. Sin embargo, también presenta evidencia que los votantes del Nuevo Espacio están más cerca de los votantes frentistas que de los partidos tradicionales. Por lo tanto, no es claro que no pertenezcan a la misma familia ideológica.

6Esto es así si consideramos que el principal cambio en el sistema de partidos se da después del retorno a la democracia.

7En 1971, cuando surge el Frente Amplio y rompe el sistema bipartidista, el sistema electoral tenía mayoría simple para la elección de presidente, representación proporcional en las dos cámaras, doble voto simultáneo, y elecciones presidenciales y parlamentarias simultáneas. En 1996 se aprueba una reforma electoral que instaura la segunda vuelta en las elecciones presidenciales si ningún partido obtiene la mitad más uno de los votos, limita el doble voto simultáneo, y establece la obligatoriedad de las elecciones primarias. Como resultado de esta reforma, el Frente Amplio gana la primera vuelta de las elecciones de 1999, pero en la segunda vuelta pierde la presidencia frente al Partido Colorado.

8Las explicaciones que se centran en las características de los candidatos han recibido poca atención en el caso uruguayo, pero eso no implica que carezcan de relevancia explicativa.Vale la pena mencionar que antes de la elección de 2004, el candidato por el Frente Amplio Tabaré Vázquez duplicaba en popularidad a su contrincante del Partido Colorado Guillermo Stirling (50% y 21% de simpatías en todo el electorado respectivamente) y superaba en 13 puntos porcentuales al candidato del Partido Nacional Jorge Larrañaga (50% y 37% respectivamente). Para un mayor desarrollo sobre las popularidades de los candidatos presidenciales ver Canzani (2005).

9Ver Aguiar (2000) y Canzani (2000) para el caso uruguayo, y Abramson e Inglehart (1992) sobre el recambio generacional.

10En una escala del 1 (extrema izquierda) a 10 (extrema derecha).

11El Partido Independiente también representaba una oposición creíble, pero al ser un partido menor, no representaba una alternativa electoral con posibilidad de ganar.

12También la incertidumbre puede haber disminuído por otros factores, como por ejemplo la experiencia de haber gobernado Montevideo durante quince años.

13Agradezco a los directores de CIFRA, Luis E. González yAdriana Raga por permitirme el uso de esta información.

14La identificación partidaria del votante no fue incluída como control en este modelo porque está altamente correlacionada con la autoidentificación ideológica.Para un mayor desarrollo sobre la relevancia de la lealtad partidaria en el comportamiento electoral uruguayo ver Altman (2002) y Zuasnábar (2004).

15Los errores estandar son robustos.


Bibliografía

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