CARTAS AL EDITOR

Cuando recibí el programa a desarrollar en el XIII Congreso Colombiano de Reumatología, dos temas llamaron especialmente mi atención por distintos motivos: la conferencia con el llamativo título "En qué momento nos metimos en este lío", y la presentación sobre "Gota: avance terapéutico y rol de los biológicos".

En el primer caso, aparte de conocer los resultados de un diagnóstico comprensivo de la situación de nuestro sistema nacional de salud, esperaba planteamientos relativos al papel que corresponde a los distintos actores, entre ellos los médicos, en la definición y aplicación de un modelo para superar -con un enfoque integral- el deficiente estado actual.

El expositor, en una presentación muy ordenada, planteó que un sistema nacional de salud exitoso debe basarse en criterios de productividad y, con estadísticas y cálculos de probabilidades, concluyó en la conveniencia e importancia de los resultados que podrían alcanzarse a través de la formulación de medicamentos según guías de tratamiento propuestos y preestablecidos para cada padecimiento. A su juicio, ello conllevaría una relación costo-beneficio aún mayor si en lugar de fármacos genéricos se utilizaran productos de marca.

En el curso de esta disertación me surgió como inquietud el que, a veces, en el debate nacional sobre la problemática de la atención en salud, que debe inscribirse siempre en el marco ético, no es clara la ponderación que corresponde dar a la productividad aplicable sí a unos elementos que componen el modelo a seguir.

En este contexto cabe responder, entre otros interrogantes, los siguientes:

-¿Cómo vemos la función del médico?;
-¿Es válido, y en qué magnitud, estandarizar no sólo los síntomas, con frecuencia comunes a varias enfermedades, sino también las condiciones orgánicas de los pacientes y su respuesta a una medicación específica?;
-¿A cuáles segmentos de la población es aplicable esta metodología y para cuáles afecciones y cuál su vigencia en el tiempo?;
-¿Cómo y cuándo se va a reunir y procesar esta información, quién va a elaborar las propuestas y quién definirá tales guías?

Cualesquiera que sean los caminos a seguir, y no sólo en la coyuntura actual del país, las sociedades médicas científicas por su naturaleza deben participar en el debate de los temas, presentar recomendaciones y contribuir a la toma de las mejores decisiones para garantizar la salubridad y el bienestar a todos los colombianos y su derecho fundamental a la salud.

Respecto a la conferencia relativa al avance terapéutico y el rol de los biológicos en el tratamiento de la gota, afección sobre la cual inicié mis observaciones hace 45 años. La presentación me pareció excelente desde el punto de vista técnico al señalar los elementos que ocasionaban la inflamación en las diferentes articulaciones y en localizaciones poco usuales. Sin embargo, en cuanto a la fisiopatología y la terapéutica de esta enfermedad, no hubo mayores aportes acerca de su ocurrencia y evolución de nuestra población reumática. Cabe recordar que en el país la incidencia de la gota es superior a la de otras afecciones a las cuales se les dio una mayor figuración.

Durante la realización de este Congreso sus organizadores y la Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Reumatología en una gran velada otorgaron reconocimientos a distinguidos miembros de la misma. Mil gracias a todos los directivos tanto del Congreso como de la Junta Directiva por el estímulo entregado, como felicitaciones a los galardonados.

Estamos en mora de mostrar nuestra gratitud a la Universidad Nacional de Colombia. En sus instalaciones nació y se albergó a la primera Unidad de Reumatología docente, hace 45 años; fue el principal motor para lo que es hoy esta subespecialidad, por la formación de profesionales en esta área de la medicina, los cuales se han agremiado en asociaciones tanto a nivel nacional como internacional, incrementando el prestigio de la reumatología nacional. Paradójicamente, habiendo sido la pionera en la formación de reumatólogos, actualmente esta entidad educativa se encuentra viendo como sus nuevas promociones están en busca de un lugar para recibir sus sabias enseñanzas como consecuencia de la problemática que viven los programas de salud nacional. Seguimos metidos en líos.

Reitero mis agradecimientos, Sr. Editor, por publicar esta misiva que nos ayude a salir de los líos en que estamos metidos.

Enrique Clavijo Acero
Médico Internista Reumatólogo, Universidad Nacional de Colombia;
ex-docente de la Universidad Nacional de Colombia, Fundador de las Unidades
de Reumatología en la seguridad social bogotana, miembro honorario de la
Asociación Colombiana de Reumatología.