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Revista Colombiana de Sociología

versão impressa ISSN 0120-159X

Rev. colomb. soc. vol.43 no.1 Bogotá jan./jun. 2020  Epub 27-Abr-2020

https://doi.org/10.15446/rcs.v43n1.84285 

Reseñas

La vida me dio otra oportunidad. Dinámicas sociales del conflicto armado interno en la región de los Montes de María, de C. A. Castiblanco y G. E. Narváez Jaimes (editores académicos) Bogotá, Ediciones USTA, 2018, 358 páginas

Jefferson Jaramillo Marín* 

* Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Doctor en Investigación en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso, México). Profesor titular del Departamento de Sociología, Pontificia Universidad Javeriana. Correo electrónico: jefferson.jaramillo@javeriana.edu.co-ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0016-7631


El libro La vida me dio otra oportunidad. Dinámicas sociales del conflicto armado interno en la región de los Montes de María es producto de una articulación interinstitucional entre la Universidad Santo Tomás y la Armada Nacional de Colombia, en la que participan sociólogos, economistas, abogados y periodistas.

El primer capítulo del libro describe la configuración histórica, las causas e impactos de la violencia en los Montes de María desde 1850 hasta terminado el periodo del gobierno doble de la seguridad democrática. El segundo capítulo recrea las dinámicas contextuales de la violencia en la región, con especial énfasis en los modelos de guerra de ciertos actores armados, las disputas territoriales de guerrillas y paramilitares y el accionar de las Fuerzas Armadas en la región. El tercer capítulo se concentra en masacres "tristemente emblemáticas", como Pichilín (1996), Macayepo (2000), El Salado (2000), Mampuján (2000), Ovejas (2000), Colosó (2000) y Chengue (2001). El cuarto capítulo enfatiza en las dinámicas de territorialización y corporalización de las violencias en Chengue, El Salado, Chalán, así como en algunas estrategias de afrontamiento desde las poblaciones. Finamente, el quinto capítulo recoge doce crónicas o fragmentos de vida sobre las gramáticas1, luchas y dolores de diversas personas de la región.

El trabajo es un complemento investigativo a trabajos institucionales previos realizados para la zona por el C entro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), entre el 2009 y el 2011, haciendo uso de la estrategia metodológica de análisis de contextos para explicar y comprender factores endógenos y exógenos, acudiendo en la última parte a la construcción de relatos.

Sin desvalorar la importancia del trabajo en su conjunto, ciertas posturas y lenguajes del texto son bastante "asépticos" en varios capítulos. Por ejemplo, al hablar de "acciones armadas irregulares" queda por fuera una amplia discusión sobre la guerra librada en la región. Al concentrar la atención en la "consolidación de la seguridad por parte de la Fuerza Pública" (p. 76) no se discute la puesta en escena de la "securitización territorial" y las "pacificaciones democráticas" en los Montes de María. Al querer enfatizar en las "transformaciones significativas de los indicadores de bienestar social y económico de la región montemariana" (p. 81), no se utiliza el lente etnográfico para abordar el tema de la acción cívico militar, o a la acción integral en guerra.

Reconociendo que es un ejercicio académico que busca amplificar debates sobre lo ocurrido en la región en el periodo de la efervescencia de la seguridad democrática, en particular sobre el papel protagónico que desarrolló la Infantería de Marina, afrontando amenazas de seguridad complejas y cambiantes, no se discute cómo la Infantería y el Estado fueron parte de la generación de la guerra en la zona, y en ese sentido no se pone en cuestión la manida expresión de "el triunfo en el terreno militar".

El libro tiene una preocupación por profundizar en un proceso de esclarecimiento sobre las diferentes formas de afectación que cada uno de los actores armados generó y sobre las relaciones de poder que, especialmente, llevaron a que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (Frente 37 y Bloque 35) y las AIJC (Bloque Héroes de Montes de María) impusieran sus órdenes. No obstante ¿cómo se interpreta el rol del Estado en esas dinámicas de poder, en ese juego permanente de órdenes y violencias regionales? Si bien, la hipótesis del abandono estatal atraviesa el texto para explicar lo sucedido, no se aborda el tema de las presencias y ausencias diferenciadas de Estado.

Más allá de la necesidad permanente de valorar y transformar las operaciones del Estado sobre el territorio, preguntas del tipo ¿qué ha hecho esta institucionalidad en y por los territorios?, ¿cómo se han constituido y qué fuerza han tenido otras formas de prácticas de ordenamiento en los márgenes, que no son solo las de la guerrilla o las de los paramilitares?, ¿el Estado se ha dedicado a consolidar la seguridad o ha contribuido con el bienestar territorial?, quedan sin mayor discusión. En el texto, se asume que la consolidación de la seguridad es una "condición sin la cual" (p. 169) no es posible el bienestar, pero ¿qué pasa cuando analíticamente se invierte la ecuación, considerando que la construcción de bienestar territorial puede ayudar a trascender la securitización militar de la vida que es lo que ha primado en la historia del país? Además, debe considerarse que no son solo las afectaciones de la guerrilla y de las autodefensas ilegales las que cumplieron en la región una función colonizadora y arrasadora, sino también el Estado, no como figura arquetípica, sino a partir de un conjunto de prácticas concretas.

No basta solo el enfoque histórico para comprender los distintos momentos operacionales desarrollados por la Fuerza Pública en un territorio. Insisto en que hay que trabajar más con etnografía estatal microlocalizada, examinando formaciones estatales particulares, para comprender lógicas y prácticas de control de zonas y territorios por la Fuerza Pública. Entiendo que se quiera dar relieve a los momentos operativos y logros institucionales del Estado, pero eso no es suficiente en el análisis de una región como Montes de María. Aunque se cumple lo de "una lectura institucional de la Armada Nacional sobre el territorio y de la amenaza que sobre este se cernía" (p. 169), la pregunta a la academia independiente y a la institucionalidad militar sigue siendo: ¿dónde está la lectura analítica, social, cultural e histórica de la fuerza pública como institución incrustada e insertada en los territorios?

Reconozco la preocupación de los autores por "humanizar los datos en el sentido de colocarle rostros al terror y al sufrimiento de la población" (p. 19), pero más que humanizar el dato, algo que se repite constantemente como una "fórmula mágica" entre los investigadores sociales, ¿por qué no explorar analítica y colaborativamente con las organizaciones proyectos de vida comunitarios, biográficos, organizativos -fracturados o resilientes- antes, durante y después de la guerra? En otros escenarios he insistido en que no se trata solo de apostarle a la memoria como tecnología reconstructiva el dolor, sino en trasegar con y desde las organizaciones y comunidades en torno a unos relatos y narrativas transformadoras que destaquen proyectos y trayectorias vitales de largo alcance. La crónica, en la última parte del texto, juega un papel central, aunque es sugestiva esa apuesta del libro en esa dirección, evidencio limitado dicho objetivo.

Los autores hablan sobre la necesidad de insistir en una memoria histórica plural, en una memoria integral e incluyente de la cual ya se publicó un primer producto: el libro Protegiendo el azul, comprendí el rojo de la bandera, publicado en el 2017; además, se dice que para la Armada está el "deber de memoria" y para la Academia está la "responsabilidad de incidencia". Sin embargo, en la interfase constituida por academia y militares valdría la pena preguntar: ¿a las comunidades qué les queda de la memoria? Un debate sobre la memoria como deber, como responsabilidad, como derecho, como necesidad y como práctica, debe seguir estando abierto en los análisis sobre la región.

El tema del abordaje metodológico de los militares víctimas por el conflicto armado interno parece ser un objetivo en el libro, pero y ¿la concepción epistemológica, política y ética del militar como víctima?, esta discusión pasó de soslayo. Así como pasó de largo la discusión ética y política de situar en el mismo nivel de humanización a las víctimas civiles y a los miembros de la Armada. ¿Dónde queda la discusión crítica sobre la frecuente afirmación de "presuntos comportamientos irregulares de algunos de los miembros de la Armada en los eventos dolorosos en la región" (p. 235)? Creo evidenciar en el capítulo tercero, sobre las masacres, que lo ocurrido en el desarrollo de estas no fue algo "institucionalmente sistemático", sino que obedeció más a la hipótesis de las "manzanas podridas", es decir, a la actuación de personas individuales al servicio de las fuerzas de Estado que actuaron en contra de la lógica de la garantía de la vida y la protección a la población civil, desconociendo el deber esencial del Estado actuaron por fuera de su margen misional. Como académico y ciudadano me resisto a creer que esta justificación sea suficiente para las memorias regionales.

Algo que surge de la lectura del libro son las múltiples formas metafóricas como son nombrados los territorios y cómo estas maneras también revelan prácticas y representaciones de intervención, reconocimiento, estigmatización, valoración y construcción de la relación con estos espacios, con sus gentes o con sus historias. Es así como Montes de María aparece interpretada en tanto subregión productiva, macro territorio estratégico, zona de consolidación y pacificación militar, espacio de tránsito de actores armados, lugar de acumulación de rentas capitalistas, espacio de muerte, zona de rehabilitación y foco de implementación de la política de seguridad democrática.

Aun así, el texto no desarrolla la conexión compleja de esas distintas estelas metafóricas, sus continuidades, discontinuidades, anclajes, reciclajes históricos e intereses de poder anidados a ellas. Montes de María ha sido subregión productiva, pero también de acumulación de rentas capitalistas y fuente de depredación de clientelas políticas tradicionales hasta el día de hoy. Ha sido y es aún territorio de "paisajes despojados". El cultivo de la teca, la vocación ganadera de la región, la presencia de empresas como Argos, han contribuido con ello. Estos despojos se han alivianado y legitimado más recientemente en el discurso nacional a través del significante vacío de "generación de confianza", el cual rota cada vez que se habla de la zona, en el ideario de contribución de la Armada en la región, así como de las multinacionales y del denominado "Estado inversionista". Los despojos no son solo los forzados, sino también los cotidianos y los notariados, como lo ha mostrado el trabajo de Ojeda, Petzl, Quiroga, Rodríguez, Rojas (2015).

Un ejercicio analítico hacia delante es situar la región montemariana como escenario histórico de gestación de tejidos organizativos: ligas campesinas, sindicatos agrarios, sindicatos campesinos, asociaciones de usuarios campesinos. En el texto se dice que estas formas tuvieron auge y luego quedaron a merced de la ideología, de la violencia, de los actores armados. Sin embargo, esto no toma en consideración que, gracias a los legados de estas institucionalidades comunitarias (Jaramillo, Castro y Ortíz, 2018), a regiones como estas no las arrasó completamente la guerra. En ese sentido, la región no fue solo escenario de implementación de "modelos de guerra", sino también de estilos diversos e históricos de resistencia local y ciudadana.

Referencias

Castiblanco, C. A. y Narváez Jaimes, G. E. (eds.) (2018). La vida me dio otra oportunidad. Dinámicas sociales del conflicto armado interno en la región de los Montes de María. Bogotá: Ediciones USTA. [ Links ]

Castiblanco Durán, C. A., Echeverry, M., Herrera, D. Y. y Malaver, C. (2017). Protegiendo el azul, comprendí el rojo de la bandera. Narrativas desde la Armada. Bogotá: Ediciones USTA . [ Links ]

Jaramillo, J., Castro, F. y Ortiz, D. (eds.) (2018). Instituciones comunitarias para la paz en Colombia: esbozos teóricos, experiencias locales y desafíos sociales. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. [ Links ]

Ojeda, D., Petzl, J., Quiroga, C., Rodríguez, A. C. y Rojas, J. G. (2015). Paisajes del despojo cotidiano: acaparamiento de tierra y agua en Montes de María, Colombia. Revista Estudios Sociales, (54), 107-119. DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res54.2015.08Links ]

1Se refiere a actos, prácticas y comportamientos con sentido "performativo", que combinan lo político, lo disruptivo, lo creativo.

Cómo citar esta reseña: Jaramillo Marín, J. (2020). La vida me dio otra oportunidad. Dinámicas sociales del conflicto armado interno en la región de los Montes de María, de C. A. Castiblanco y G. E. Narváez Jaimes (reseña de libro). Revista Colombiana de Sociología, 43(1), 305-309.

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