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Investigación y Educación en Enfermería

versão impressa ISSN 0120-5307

Invest. educ. enferm vol.32 no.2 Medellín maio/ago. 2014

 

EDITORIAL

Implementando la Práctica Basada en la Evidencia: un desafío para la práctica enfermera

Implementing Evidence-Based Practice: a challenge for the nursing practice

Implementação Prática Baseada em Evidências: um desafio para a prática de enfermagem

R. Mauricio Barría P.1

1Enfermero, Ph.D. Académico del Instituto de Enfermería y Director de la Oficina de Salud Basada en Evidencia (OSBE), Facultad de Medicina, Universidad Austral de Chile; Miembro del Comité Editorial de Investigación y Educación en Enfermería. Email: rbarria@uach.cl.

Cómo citar este artículo: Barría, RM. Implementing Evidence-Based Practice: A challenge for the nursing practice. Invest Educ Enferm. 2014; 32(2): 191-193.


La investigación en enfermería ha evidenciado un incremento sostenido en las últimas décadas en respuesta a la necesidad de fortalecer la base científica de la práctica, como forma de otorgar cuidados costo-efectivos, e implementar estrategias de prevención y promoción pertinentes a los contextos. Consecuentemente, se esperaría que el uso de la investigación en la práctica habitual hubiera avanzado de igual forma a partir de una Práctica Basada en la Evidencia (PBE). No obstante, aunque esta se valora como oportunidad y necesidad para la provisión de cuidados de calidad, la investigación ha quedado relegada al contexto académico y distante del quehacer cotidiano de la práctica.1

Para reducir la brecha entre investigación y práctica, se enfatiza en que la PBE puede contribuir a: desarrollar guías de práctica clínica, actualizar los conocimientos, desarrollar la enfermería como ciencia, mejorar la credibilidad de las enfermeras como profesionales autónomos, mejorar los resultados de salud de los pacientes, limitar costos de salud y, finalmente, utilizar oportunamente los resultados de investigación actualizada y confiable con el fin de producir una mejora en la calidad de la atención sanitaria.2 En tanto, la adopción de la PBE puede verse desde varias perspectivas: por un lado, desde la perspectiva de los que investigan o generan conocimiento; por otro, de quienes utilizan la información basada en la evidencia, y, por último, de quienes sirven como nexo vinculante entre generadores y usuarios del conocimiento.3

La PBE se basa en la premisa de que se dispone de suficiente investigación para tomar decisiones clínicas en relación con la atención. Cuando esta no es suficiente, se requiere diseñar y realizar estudios válidos con el fin de generar evidencia para aplicarla a la práctica. Por lo tanto, la PBE y la investigación tienen definiciones y procesos diferentes pero están interconectados con el objetivo de mejorar los resultados en los pacientes.4

En los sistemas de salud ha existido creciente reconocimiento del valor de la PBE y se han generado directrices y guías para hacer frente a la necesidad de brindar cuidados seguros y de calidad. En esto, las guías para la PBE proveen a enfermeras y otros profesionales de salud las mejores evidencias disponibles para ayudar a tomar decisiones apropiadas sobre el cuidado de salud en una determinada situación clínica. Su objetivo es usar la mejor evidencia actual para hacer recomendaciones explícitas con la intención de que los profesionales las adopten y usen para mejorar los resultados de la práctica. El proceso de elaboración de guías para la PBE incluye varios pasos: primero, definición del problema como necesidad de una guía de PBE; segundo, una búsqueda y revisión sistemática de literatura incluida la identificación del nivel de evidencia disponible; tercero, evaluación de la evidencia y elaboración de recomendaciones para la práctica; y, por último, revisión de expertos y difusión.5

A menudo es difícil integrar los resultados de la investigación a la práctica y puede tardar demasiado si no se toman medidas activas para acelerar este proceso. La transferencia de conocimientos a la práctica es obviamente una actividad compleja, donde el contexto y el proceso de implementación deben tenerse en cuenta antes de cualquier cambio de comportamiento. Se han identificado variadas barreras para la adopción de la investigación en la práctica, entre las que se observan la falta de acceso a la investigación, pobre comprensión del proceso de investigación, conocimientos insuficientes para el análisis crítico de la investigación, falta de tiempo, y escaso apoyo de la estructura organizacional para cambiar la práctica. Por el contrario, hay facilitadores como la actitud positiva hacia la investigación, el nivel de formación, autonomía, asistencia a conferencias, cooperación, autoeficacia, satisfacción laboral, participación en actividades de investigación y tiempo dedicado a leer revistas profesionales.6 Además, la implementación de la PBE no sólo se vincula con atributos personales sino también con factores relacionados con el contexto de la organización, tales como la cultura, la responsabilidad, la carga de trabajo y los recursos. Por lo tanto, para ser eficaz en la promoción de la PBE, las enfermeras necesitan apoyo para hacer frente a factores personales, interpersonales y organizativos que intervienen en su capacidad para aprovechar todo su potencial.7

De esta forma, una cultura y un contexto que apoyen la PBE deben integrar los cuidados basados en la evidencia dentro de su visión, filosofía, misión y plan estratégico, que debe ser visible y claramente comunicado en toda la organización. Otro factor relevante es el desarrollo de una masa crítica de profesionales capacitados en PBE que puedan colaborar con los clínicos en la aplicación de las mejores prácticas. Estos deben evaluar sus conocimientos y habilidades y ayudarlos a superar obstáculos dentro del sistema para aplicar la PBE de manera consistente a partir de la continuidad asistencial.

Por otra parte, los líderes y administradores tienen un papel clave en la implementación de la PBE, no sólo apoyando el cuidado basado en evidencia y proporcionando la infraestructura para ello, sino también modelando las decisiones basadas en evidencia.8 No obstante, a menudo los líderes de enfermería están muy ocupados y puede que no estén preparados para tal desafío al considerar que la selección de estrategias y el momento de implementación deben responder a las necesidades del clínico y contexto organizacional.9 Así, aunque se reconoce la importancia del liderazgo para el proceso de implementación de la PBE, se destaca la importancia de la organización y la cultura en la que este opera, así como algunos de los componentes que caracterizan a estos factores. Esto presenta un panorama complejo donde los tres factores y sus características son partes intrínsecas en la creación de un entorno de enfermería receptivo a la aplicación de la PBE.10

Por último, independientemente de las condiciones y contextos en que se desenvuelva la práctica enfermera, la provisión de cuidados, la garantía de seguridad y calidad de la atención y el desarrollo de la enfermería como disciplina y profesión deben transitar desde las prácticas hegemónicas arbitrarias hacia la adopción de modelos que integren la mejor evidencia disponible a la práctica. Se debe entonces asumir el desafío para buscar la estrategia que se ajuste a cada escenario. En esto, se ha destacado recientemente la investigación-acción como herramienta útil para la detección de barreras y oportunidades para la implementación de la PBE.11-13

REFERENCIAS

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