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Revista Colombiana de Antropología

versão impressa ISSN 0486-6525

Rev. colomb. antropol. vol.39  Bogotá jan./dez. 2003

 

RESEÑAS

O USO RITUAL DA AYAHUASCA

BEATRIZ CAIUBY LABATE, WLADIMYR SENA ARAÚJO (COMPS.)

Mercado de Letras-Fapeps. Sao Paulo, Campinas. 2002
686 páginas


Con el nombre quichua ayuahuasca se conoce en varios países sudamericanos la planta sagrada de curación que los indígenas de la selva amazónica colombiana denominan yagé y que científicamente recibe el nombre de Banisteriopsis. En quichua la palabra se compone del prefijo aya –que significa persona muerta, alma, espíritu– y el radical waska –que significa liana, bejuco, cuerda–. Puede traducirse, entonces, como liana de los espíritus, bejuco del alma, bejuco de los muertos.

En Brasil, donde su uso está muy extendido, recibe tantos nombres como comunidades hacen uso de la planta. En Colombia, los indígenas del Putumayo, quienes se han encargado de expandir su uso, corrientemente utilizan la palabra "remedio" para referirse a ella, pues la asocian no sólo con la cura de enfermedades físicas, sino con el bienestar general de las personas.

La compilación O uso ritual da ayahuasca, realizada por los científicos brasileros Bia Labate –antropóloga– y Wladimyr Sena –historiador– parte de las ponencias reunidas en el primer Congreso sobre uso ritual del ayahuasca (I CURA), efectuado entre el 4 y el 5 de noviembre de 1997, con el apoyo del Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad de Campinas, y el patrocinio del Centro de Investigación en Etnología Indígena, el programa de posgrado de antropología social y el departamento de psicología médica y psiquiatría de la misma universidad.

Desde su organización, este evento marcó una impronta en las reuniones, coloquios o simposios que se han organizado alrededor de la materia, por la participación de investigadores de diferentes disciplinas del área de la salud y las humanidades, pues logró ofrecer un enfoque interdisciplinario en la aproximación. El encuentro de investigadores sociales y de científicos naturales trascendió los marcos del coloquio con una serie encadenada de acontecimientos que, al decir de sus organizadores, lograron un impacto académico y terapéutico sobre los sujetos y el ejercicio profesional de los participantes.

El libro se compone de veinticinco ensayos escritos por autores de siete países diferentes. Representa un esfuerzo importante de reflexión, realizado desde Brasil, respecto del consumo de ayahuasca o yagé, bebida milenaria preparada a partir de dos plantas amazónicas: el bejuco Banisteriopsis caapi y el arbusto Psichotrya viridis, este último reemplazado por la Diplopteris cabrerana, o chagropanga en la preparación de los indígenas del sur de Colombia.

Con esta obra los compiladores se proponen ofrecer al público especializado y no especializado una revisión y un análisis de las investigaciones actuales sobre la ayahuasca, con el fin de brindar una base sólida para entender lo que ellos denominan el "fenómeno de las religiones ayahuasqueras". En otras palabras, existe entre los compiladores un compromiso ético por dispersar "las nubes de desinformación y sensacionalismo que existen sobre la ayahuasca".

A mi manera de ver, allí reside el aporte fundamental del libro, pues desde diferentes ángulos aporta elementos valiosos para evaluar el impacto de la demanda y la oferta creciente de yagé en centros urbanos de distintas partes del mundo. Para nadie es nuevo constatar que la utilización de plantas sagradas como la coca y el yagé ha traspasado el ámbito de su consumo ritual entre poblaciones indígenas, lo cual ha desatado un comercio de esta bebida y de las prácticas que acompañan su ingestión, que contradicen y distorsionan las finalidades curativas, rituales e incluso religiosas de su uso por parte de personas indígenas y no indígenas.

Existe tanto desconocimiento sobre el consumo de yagé en contextos urbanos, que el auge de su consumo ha conducido a que instituciones, como la Policía nacional de Colombia1 clasifiquen el yagé como "droga" y su uso como delictivo, presentándose de esta manera una interferencia con las posibilidades que el yagé y el conocimiento indígena ofrecen como alternativa terapéutica para miles de personas necesitadas de ella. En este sentido, los participantes en las tomas regulares de yagé en ciudades como Mocoa, Popayán, Pasto, Medellín, Bucaramanga y Bogotá buscan compenetrarse con los usos ceremoniales y curativos del yagé; sus testimonios de curación después de las tomas son, sin lugar a dudas, una confirmación de que se encuentran frente a una planta sagrada, lo cual explica, a su vez, su acogida creciente.

El libro agrupa veinticinco artículos, en portugués, y ofrece una visión de conjunto sobre los diversos usos rituales y terapéuticos de esta planta enteógena en Sudamérica. Está organizado en tres partes: la primera dedicada al uso ritual de la ayahuasca entre los pueblos de la selva amazónica; la segunda referida a las religiones ayahuasqueras brasileras y a sus ramificaciones neochamánicas; y la tercera dedicada a los estudios farmacológicos, médicos y psicológicos de la ayahuasca.

La primera parte la componen siete artículos en los que se abordan los usos que hacen las poblaciones indígenas de la selva amazónica de la planta. Sus autores destacan cómo en la región del noroeste amazónico, habitada por pueblos indígenas pertenecientes a los troncos lingüísticos pano, arawak y tucano, existe una farmacología refinada y cosmologías ricas que, en su conjunto, parecen compartir una filosofía de la naturaleza según la cual existen diferentes espíritus encarnados en las personas, en los animales y en las plantas, algunos ligados al cuerpo y otros separados de él. Con la ayuda de la ayahuasca, los chamanes tendrían la capacidad de ver esos espíritus y de transformarse ellos mismos en diferentes seres para resolver las tareas que se les plantean. El su artículo introductorio, "O uso amerindio do caapi", el antropólogo Pedro Luz concluye que el uso ritual de la ayahuasca o yagé lleva a un encuentro con la esencia de la herencia cultural del grupo, que brinda una comprensión de la naturaleza y de la vida y contribuye a afirmar la autonomía de los grupos indígenas, de su identidad social y del proceso de continuidad del saber de los grupos.

En general, los artículos de esta parte reconocen como efecto fundamental de la ayahuasca en el trance el cambio de percepción suscitado por las visiones, y que la cura se relaciona con la posibilidad/facultad de percibir el lado oculto de la realidad. De ahí que también se le atribuyan usos adivinatorios. Sus efectos posibilitan también la articulación de tiempo mítico y tiempo presente como preparación para la muerte y que el espíritu de la planta "no es algo sobrenatural o sobrehumano sino una fuerza vital que permea todo fenómeno vivo en cualquier parte del mundo, sirve para crear unidad social en una comunidad o en una actividad común".

La parte central de la obra la componen trece artículos que estudian las originales y bastante controvertidas religiones ayahuasqueras brasileras, conocidas popularmente como Santo Daime, Uniao do Vegetal y Barquinha. Tales religiones sobrepasaron las fronteras de su origen –las prácticas de los colonos caucheros en la selva amazónica brasilera– y fueron exportadas a los grandes centros urbanos del país y al exterior, congregando actualmente más de diez mil adeptos. Este fenómeno cultural, rico y dinámico, se analiza en el contexto del debate sobre la utilización de las sustancias psicoactivas en nuestra sociedad.

Sin embargo, las religiones ayahuasqueras brasileras plantean un gran interrogante: si el consumo ceremonial de ayahuasca es corriente en Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, ¿por qué sólo en Brasil consigue generar la formación de religiones? Entre otras razones sociales e históricas, se atribuye este hecho a la errancia de los curanderos amazónicos, que se movilizan por diferentes ciudades del país y fusionan sus prácticas chamánicas con otras fuentes de espiritualidad como las tradiciones afrobrasileras, el espiritismo kardecista y el esoterismo de origen europeo, sobre todo por conducto del círculo esotérico Rosa Cruz, que a partir de las décadas de 1970 y 1980 empiezan a expandirse por los grandes centros urbanos brasileros.

Merece especial atención el artículo de Beatriz Labate, "A literatura brasileira sobre as religioes ayahuasqueras" (pp. 229-271), pues resume la discusión etnográfica sobre las religiones ayahuasqueras en torno a tres aspectos básicos: los sistemas simbólicos y el sincretismo, la relación entre religión y chamanismo, y entre trance y curación, los cuales podemos pensar que se refieren a una misma pregunta: si el punto común entre estas religiones es la ayahuasca, ¿son estas formas religiosas una forma del chamanismo? La respuesta desecha la frontera entre la pureza/impureza de las prácticas chamánicas indígenas, privilegiando la aproximación histórica a las mezclas, para proponer como foco del análisis las diferentes praxis chamánicas, vistas no como sistema sino como aglutinación de saber chamánico. Los aspectos que estas religiones comparten con el chamanismo serían: la utilización de las plantas sagradas, la concepción de que el mundo tiene dos dimensiones, un mundo aparente visible y un mundo invisible, y que éste último es esencial porque gobierna el mundo ilusorio. En ambos sistemas existe la idea de guerras místicas que hacen del ritual un campo de batalla entre los hombres y las entidades espirituales, por lo que en los dos puede ocurrir una muerte simbólica o una liberación. En el otro extremo del análisis están los que plantean que estas religiones producen un simulacro de la tradición indígena, creando retóricamente una autoexploración chamánica y una mitificación de la selva amazónica.

La última parte reúne cinco artículos que repasan los puntos de vista de algunas ciencias occidentales –la medicina, la psicología y la etnofarmacología– sobre estos diversos usos rituales de la sustancia. Este grupo de artículos se plantea varios objetivos: hacer clasificaciones taxonómicas de la planta, evaluaciones cuantitativas de sus efectos psicoactivos en términos de alteraciones neuroendocrinas, efectos psicológicos y fisiológicos agudos a largo plazo en seres humanos, efectos clínicos y ensayos de mezclas químicas.

Entre estos trabajos hay dos clases de resultados: los que conciben la planta como posible fuente de medicinas y se concentran en el estudio de su composición química; y los que a partir de estudios farmacológicos construyen grandes edificios conceptuales al sumar al análisis aspectos relacionados con la teoría de la cognición. Estos estudios crean una estructura teórica a partir de la cual la ayahuasca llega a ser definida como una "sustancia psicointegradora", es decir, cuyo "abordaje neuro" fenomenológico [...] integra neurofisiología, psicobiología, estados alterados de conciencia, observaciones clínicas y estudios etnográficos y comparativos con otros tratamientos como LSD por ejemplo"2.

El volumen consigue así presentar un enfoque al mismo tiempo comparativo y multidisciplinar, y proporcionar un cuadro impresionante por la riqueza de informaciones y de las perspectivas que ofrece al lector, pues al lado de la opinión de diversos especialistas académicos se incluye el punto de vista de los propios ayahuasqueros. Un libro con un amplio espectro de intereses en la antropología, la historia, la religión, la psicología, la filosofía, el derecho y la nueva área denominada enteobotánica o estudio de las plantas sagradas.

Para terminar es importante destacar un detalle que no debe pasar desapercibido: el libro comienza con unos sentidos agradecimientos a la "ayahuasca, madrecita de todas las plantas, fuente de conocimiento, que inspiró todo lo que sigue". A mi manera de ver, esta dedicatoria marca la dirección de lo que pretendían con la publicación sus compiladores: que a pesar de la diversidad de perspectivas e intereses de los autores, todos están interesados en propender posturas más tolerantes frente al uso de la ayahuasca.


Notas

1 Presidencia de la República. 2000. Pilas con las drogas. Programa Rumbos-Policía Nacional. Bogotá.

2 A este respecto, véanse los artículos de Esther Jean Langdon, "A tradiçao narrativa e aprendizagem com yagé (ayahuasca) entre os indios siona da Colombia", pp. 67 y ss., y el de Benny Shanon, "A ayahuasca e o estudo da mente", pp. 631-660.


Claudia María Montagut Mejía
arboldepiedad9@hotmail.com