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Revista de Economía del Caribe

versão impressa ISSN 2011-2106

rev. econ. Caribe  no.4 Barranquilla jul./dez. 2009

 

¿QUIÉNES TERMINAN EN LA INFORMALIDAD?: IMPACTO DE LAS CARACTERÍSTICAS Y EL TIEMPO DE BUSQUEDA

Paola Roldan Vásquez*
proldan@uninorte.edu.co

Carlos Ospino Hernández*
cgospino@uninorte.edu.co

* Profesores investigadores del Instituto de Estudios Económicos del Caribe y miembros del Grupo de Investigación en Análisis Económico (GRANECO), Universidad del Norte. Los autores agradecen a Gleirys Amaya por su valiosa colaboración. Barranquilla-Colombia.

Fecha de recepción: agosto de 2009
Fecha de aceptación: septiembre de 2009


RESUMEN

El objetivo de este trabajo es analizar el empleo informal en las áreas metropolitanas de Barranquilla, Cartagena y Montería utilizando información de la Encuesta Continua de Hogares para los segundos trimestres de los años 2001 a 2005. Se utilizaron dos definiciones de informalidad: la oficial (DANE) y la de Seguridad Social (Pensiones). Con base en ellas se hizo una caracterización de los trabajadores informales de las áreas metropolitanas mencionadas según sus características socioeconómicas y el tiempo de búsqueda de empleo. Encontramos que en general la edad, la educación, el estado conyugal y la jefatura del hogar juegan un rol significativo para explicar la menor probabilidad de ser un trabajador informal, mientras que el tiempo de búsqueda de empleo aumenta la probabilidad de pertenecer al sector informal. Entre las recomendaciones se tiene que para reducir la informalidad en la región Caribe es necesario asegurar al menos la culminación de la educación secundaria, diseñar programas que permitan la inserción de los jóvenes al mercado laboral y políticas que reduzcan los tiempos de búsqueda de empleo.

Palabras clave: Informalidad, mercado laboral, búsqueda de empleo.


ABSTRACT

The purpose of this paper is to analyze informal employment in three metropolitan areas, Barranquilla, Cartagena y Montería using information from the second quarters of the Continuous Household Survey for years 2001 to 2005. Two definitions of informality were used, the official (DANE) and one based on social security (Pensions). Based on these, informal workers from the metropolitan areas are characterized according to their socioeconomic characteristics and the time it took them to find their current job. We find in general, that age, education, marital status and being head of a household plays a significant role in explaining the lower likelihood of becoming an informal worker, while longer spells of job searching increases this likelihood. As part of policy recommendations to reduce the incidence of informality in the Caribbean region are, to ensure at least the completion of secondary schooling, implementing programs that ensure younger worker's insertion into the labor market and active labor market policies that reduce job searching spells.

Keywords: Informality, labor markets, job searching.


1. INTRODUCCIÓN

Las altas tasas de informalidad en Colombia y su incremento sustancial durante la década de los noventa han motivado el estudio del empleo informal en este país. No obstante, en la región Caribe es un tema poco explorado. Una de las dificultades más frecuentes a la hora de estudiar el empleo informal es definir el concepto de "informalidad", ya que existen diversas aproximaciones teóricas y empíricas que permiten abordar este fenómeno, pero no existe consenso sobre una definición que encierre todas las dimensiones de este problema. Sin embargo, en términos generales, las diferentes concepciones de informalidad coinciden en que se trata de empleo que no cumple con la regulación laboral y, por lo tanto, en la mayoría de los casos deja al trabajador informal en condiciones laborales inferiores a las de un empleado formal.

Este trabajo analiza el empleo informal en la región Caribe mediante la información suministrada por la Encuesta Continua de Hogares para el período 2001 a 2005. Entre los principales resultados se tiene que en la mayoría de los casos variables socioeconómicas como edad, educación, estado marital y la jefatura del hogar disminuyen la probabilidad de ser un trabajador informal, mientras que el tiempo de búsqueda de empleo aumenta la probabilidad de serlo. Los anteriores resultados sugieren que estrategias tendientes a reducir la informalidad en las áreas metropolitanas estudiadas deberían incluir el diseño de programas que aumenten la inserción de los jóvenes al mercado laboral y el fortalecimiento de los programas de intermediación laboral que reduzcan los tiempos de búsqueda y disminuyan no sólo el desempleo sino también la informalidad en el mercado laboral de la región.

Este trabajo ha sido estructurado en cinco secciones. Inicial-mente se presenta la revisión de algunos trabajos recientes que han abordado la informalidad laboral en Colombia, seguido de la estrategia empírica utilizada para realizar la investigación; posteriormente se dan a conocer algunas estadísticas descriptivas y los resultados de los modelos; finalmente se presentan algunas conclusiones y recomendaciones de política.

2. REVISIÓN DE LA LITERATURA

En Colombia diversos estudios han analizado el mercado laboral informal; unos lo han hecho desde una perspectiva de la segmentación laboral; otros, desde el punto de vista de las empresas informales, y algunos se han enfocado en las rigideces del mercado laboral y su relación con la informalidad.

Entre los autores que estudian la informalidad desde una perspectiva de la segmentación están Flórez (2002), quien utilizando información para el período 1984-2000 y algunos indicadores, como tamaño, salario relativo y movilidad laboral, confirma la hipótesis de la segmentación del mercado laboral en Colombia. Esta hipótesis consiste en que el mercado de trabajo se caracteriza por la existencia de dos sectores: uno formal, con una remuneración adecuada, y otro informal, con baja remuneración. Adicionalmente caracteriza el sector informal de acuerdo con las condiciones socioeconómicas y demográficas de los trabajadores. Entre los principales resultados de su estudio se encuentran: i) la fuerza laboral femenina ha incrementado su participación en el sector informal; ii) la participación y la movilidad entre los sectores del mercado laboral se encuentra relacionada con el ciclo de vida de los individuos; específicamente, la investigadora observa que los trabajadores más jóvenes -menores de 30 años-empiezan su vida laboral en el sector informal; posteriormente, cuando adquieren experiencia y son más adultos se mueven al sector formal como trabajadores asalariados, y cuando son más viejos y han acumulado un gran acervo de capital humano participan nuevamente en el sector informal, esta vez como trabajadores independientes o propietarios de pequeñas firmas; iii) el sector informal absorbe en mayor medida a los migrantes, aunque esta situación cambia de acuerdo con los ciclos económicos; iv) los trabajadores formales se caracterizan por tener mayores niveles de educación que los trabajadores informales; v) los trabajadores informales tienen menor estabilidad salarial, independientemente del tamaño de la firma en la cual laboren.

Desde esta misma perspectiva, Uribe, Ortiz y Correa (2004) han examinado la decisión de estar empleado en el sector informal entre 1988 y 2000, estimando los determinantes de la probabilidad de permanecer en dicho sector. A partir de un modelo multinomial encontraron que las variables "condición masculina", "jefe de hogar" y "experiencia" tuvieron un importante efecto en la participación laboral, sin embargo, su importancia fue decreciente a lo largo del período de estudio debido al aumento en el ingreso de las mujeres al mercado laboral y a la jefatura del hogar. Encontraron además que la variable "educación" es el único determinante de la informalidad que tuvo efectos negativos sobre la inactividad y el empleo informal. Es decir que la educación favorece la ocupación formal, considerada como de alta calidad y desalienta la ocupación informal.

Uribe, Castro y Ortiz (2004) han analizado la existencia o no de segmentación en el mercado laboral colombiano en el período 1988-2000. Para ello buscaron establecer la existencia de barreras en la movilidad de trabajadores entre el sector formal e informal. Mediante la estimación de ecuaciones minceria-nas con datos de la Encuesta Nacional de Hogares -ENH-en dicho período, los autores observaron que la edad, el género y las responsabilidades familiares se constituyen en barreras para la vinculación de trabajadores en el sector formal. Adi-cionalmente, identificaron algunos hechos importantes: i) los segmentos informales se constituyeron en una actividad laboral permanente debido a unas capacidades y características personales de los individuos, y no una actividad temporal necesaria para la subsistencia mientras se obtenía un empleo formal; ii) encontraron que a partir de la recesión en esta década, el aumento de las responsabilidades familiares es un elemento definitivo en la decisión de ser informal; iii) observaron que contrario a lo esperado, los factores institucionales, como el seguro de desempleo, incrementan la informalidad y acentúan la segmentación en el mercado laboral colombiano.

Desde la perspectiva de las empresas informales, Santa María y Rozo (2009), utilizando el Censo Empresarial de Cali y Yumbo de 2005, establecieron la incidencia y los determinantes de la informalidad de las empresas de cualquier tamaño, partiendo de definir las empresas informales como aquellas que no tenían registro mercantil en el período de estudio. A través de un análisis cuantitativo encontraron algunas características importantes de la informalidad empresarial: i) la informalidad tiene una tendencia creciente a medida que aumenta el estrato económico en el que se encuentran ubicadas las empresas, y alcanzan un pico máximo en el estrato 3; ii) las empresas informales representan el 73% de las empresas que se encuentran en una situación preoperativa y la mayoría de éstas no llevaban ninguna clase de contabilidad; iii) el 30% de las innovaciones e inversiones se realiza en empresas informales; iv) la informalidad es más alta entre las microempresas, pero también se presenta en medianas y grandes empresas. Los autores utilizaron modelos Logit para sus análisis. Por último, observaron que los altos costos no salariales y la falta de información son los principales obstáculos para el proceso de formalización de la empresas.

Adicionalmente, estos autores realizaron una análisis cualitativo a través del cual establecieron que la principal causa de la informalidad es la falta de información de los empresarios sobre los beneficios de la formalidad y el proceso de la formali-zación, las altas cargas tributarias, los altos costos que conlleva el proceso de formalidad y la alta regulación y baja calidad institucional. En pocas palabras, los empresarios consideran que la falta de información, los altos costos no salariales y la baja calidad institucional son los principales incentivos de la informalidad.

De acuerdo con estos resultados, Santa María y Rozo hacen las siguientes recomendaciones: las políticas deben focalizarse a promover el proceso de crecimiento de las microempresas. Así como la implementación de programas de información acerca del proceso de formalización de las mismas, reducción en los costos que este proceso requiere, simplificación de la regulación, seguimiento y vigilancia a las empresas ubicadas en los estratos socioeconómicos más bajos. Finalmente, consideran que es muy importante reducir los niveles de corrupción.

Cárdenas y Mejía (2007) realizaron un análisis detallado de la evidencia disponible sobre la informalidad en Colombia, con el cual establecieron que los principales determinantes de los altos niveles de informalidad son la estructura tributaria y la carga regulatoria. Además, estiman que a nivel microempresarial la informalidad tiene una relación negativa con el tamaño de la firma, la antigüedad y su operación en el sector servicios respecto al comercial. No obstante, está asociada con las características propias de los establecimientos -emplazamiento diferente a un local, constitución de sociedades y el hecho de que el establecimiento sea único o principal. Por último, encontraron que el sector informal se caracteriza por tener menores ingresos y valor de los activos fijos, así como una mayor vulnerabilidad de los trabajadores en términos salariales y de estabilidad empresarial, con respecto al sector formal.

Con base en estos resultados, los autores recomiendan pri-mordialmente la creación de un régimen simplificado para el pago de impuestos por parte de las microempresas, en el que se adopte una tarifa única para la recaudación de los impuestos con menores costos de transacción. También consideran necesario facilitar los procesos de conformación de los negocios, así como la flexibilización en el sistema de aportes parafiscales y contribuciones a la seguridad social.

Cárdenas y Rozo (2009) incluyeron un nuevo aspecto importante en el estudio de la informalidad empresarial: características sociodemográficas de los propietarios de los establecimientos. En su análisis establecen que el hecho de que los propietarios de los establecimientos sean hombres, jóvenes y con bajos niveles de educación aumenta la probabilidad de ser informal. Además, evaluaron el programa de simplificación de trámites para la creación de empresas en Bogotá, y encontraron que ha tenido efectos positivos sobre la formalidad, pues con la implementación de este programa aumentó el número de registros mercantiles. Cabe aclarar que los autores establecen que el registro mercantil es la medida más sólida para la medición de la informalidad empresarial en Colombia.

Por último, recomiendan que deben implementarse programas de capacitación técnica e información de los beneficios de la formalidad; esto con el fin de fomentar la formalidad con mayores niveles de productividad a causa de la innovación tecnológica, encadenamientos productivos y eficientes. También consideran imprescindible la extensión del programa simplificado para la creación de empresas a otras ciudades.

Desde la perspectiva de las rigideces del mercado laboral colombiano, Núñez (2002), además de caracterizar el sector informal, encontró dos hechos importantes: i) en el sector informal la tasa de retorno a la educación es superior a la del sector formal, a pesar de los menores ingresos; ii) observa una relación positiva entre informalidad y evasión fiscal. En particular, establece que el impuesto a la renta incentiva a los individuos a participar en el sector informal.

De acuerdo con los resultados del estudio, el autor recomienda que la política impositiva debe ser estudiada más ampliamente, aunque aclara que este resultado es una primera aproximación. Adicionalmente, considera que es necesario desarrollar políticas dirigidas a la cualificación que valore la experiencia, el fortalecimiento del sector educativo y de las microempresas, así como su incorporación al sector informal.

Mondragón, Peña y Wills (2009), utilizando la ENH 19842006, encontraron que los costos laborales no salariales y el incremento del salario mínimo tienen efectos sustanciales sobre el tamaño del sector formal e informal, así como en los niveles salariales. Incrementos en los costos laborales no salariales y en el salario mínimo aumentan no sólo la probabilidad de que un individuo participe en el sector informal sino también el flujo de trabajadores del sector formal al informal; además tiene efectos negativos sobre el salario, principalmente en el sector informal. Es decir que el aumento en la rigidez del mercado laboral y las recesiones económicas afectan tanto al sector formal como al informal; pero dichos efectos son mucho mayores en este último en términos salariales -los salarios son inferiores al mínimo y se han deteriorado relativamente. Teniendo en cuenta estos resultados, los autores recomiendan una reforma profunda -que conduzca a la flexibilización del mercado laboral-, en la que se redefina el nivel del salario mínimo en relación con la productividad de los trabajadores y se reduzcan sustancialmente los costos no salariales.

Bernal (2009) realizó un análisis descriptivo en el que estudia la naturaleza y el alcance de la informalidad laboral en Colombia. En primer lugar estableció los determinantes de la probabilidad de estar empleado en el sector informal, y encontró que los individuos más jóvenes, entre 25 y 44 años, mujeres, jefes de hogar, trabajadores urbanos, con más experiencia laboral, pertenecientes a las minorías étnicas, con menores ingresos, los trabajadores independientes, agrícolas y de la construcción tienen mayor probabilidad de ser empleados informales.

Con base en dichos resultados considera que las características individuales son más importantes que el tamaño de la firma a la hora de realizar un análisis de este tipo. Además, encontró que no necesariamente todos empleos informales son precarios ni todos los empleos formales son de mejor calidad. Así mismo, que la informalidad es un fenómeno mucho más extendido en las áreas urbanas.

Bernal (2009) también examinó la satisfacción y motivación de los trabajadores por permanecer en el sector informal, y encontró que los trabajadores informales desean trabajar un mayor número de horas; y además que se encuentran más insatisfechos con su trabajo, aunque en términos generales no desean cambiarlo; así mismo, tienen una alta percepción de inestabilidad en su empleo.

En la región Caribe se han realizado pocos estudios sobre el mercado laboral informal. Uno de ellos es el de Ramos et al. (2008), en el cual estudiaron la mendicidad en las principales ciudades de la región Caribe. En este trabajo se muestra la dinámica, características y manifestaciones sociales, educativas y migratorias de este fenómeno. En dicha investigación no sólo se refieren a la mendicidad directa, que consiste en que las personas piden limosna por algún tipo de discapacidad, sino que incluyen a todo individuo que por su condición de pobreza o indigencia se encuentra en la calle ofreciendo el servicio de entretenimiento en los semáforos, vendiendo dulces en el transporte público de pasajeros y cuidando vehículos en parqueaderos o establecimientos comerciales, actividades consideradas netamente informales.

Según los resultados obtenidos por los investigadores, la mendicidad es ejercida en mayor medida por personas jóvenes -el 39% de los que realizan dicha actividad tienen entre 18 y 25 años-, con bajos niveles educativos, propensos a cometer delitos, con acceso limitado al sistema de salud. Encontraron que quienes ejercen la mendicidad lo hacen como una respuesta a la exclusión de la estructura laboral y como una actividad que les permite subsistir, pues la principal razón para realizar dicha actividad es la necesidad de obtener los ingresos necesarios para mantener el núcleo familiar.

En este sentido, un estudio sobre los determinantes de la probabilidad de ser informal -utilizando y comparando dos definiciones-cobra importancia para la región Caribe, pues hasta donde los autores tenemos conocimiento, no se ha profundizado en el análisis de este fenómeno exclusivamente para las áreas metropolitanas de Barranquilla, Cartagena y Montería. Esta primera aproximación permite tener un conocimiento más detallado sobre el mercado laboral informal de la región que conduzca a dinamizar el debate de esta problemática y formular recomendaciones tendientes a disminuir la incidencia de este fenómeno.

A partir de la revisión de la literatura mencionada, este trabajo se enmarca en la línea del realizado por Bernal (2009). Sin embargo, a diferencia del de dicho investigador, en este trabajo se incorpora la duración del desempleo como una variable que afecta la probabilidad de ser informal. Además, como lo sugiere Flórez (2002), para tener en cuenta las diferencias entre trabajadores informales se analizan los determinantes de la probabilidad de ser un trabajador informal independiente. Esto es importante porque, como lo mencionan las autoras anteriores, no toda la informalidad es precaria y en algunos casos los ingresos pueden ser mayores para algunos informales respecto a trabajadores formales.

3. METODOLOGÍA

3.1. Acerca de los datos

Los datos utilizados para esta investigación provienen del módulo de informalidad de la Encuesta Continua de Hogares (ECH), la cual es recolectada mensualmente por el DANE. El análisis se realizó para las áreas metropolitanas de Barranquilla, Cartagena y Montería, para el período 2001-2005.

3.2. Definiciones de informalidad

Para este trabajo utilizamos dos definiciones de informalidad: La definición oficial utilizada por el DANE, la cual considera empleados informales a los asalariados o patronos vinculados a empresas de hasta diez empleados, a quienes trabajan como ayudantes familiares sin remuneración, a los trabajadores del servicio doméstico y a los trabajadores por cuenta propia diferentes de profesionales y técnicos independientes. A lo largo de este trabajo será referida como la definición oficial. De otra parte, utilizamos una que denominamos informalidad por Seguridad Social -Pensiones-, que considera informales a quienes no cotizan a pensiones. Consideramos informales por pensión a aquellos trabajadores que no cotizan a la seguridad social en pensiones (no están afiliados a un fondo de pensiones) y a quienes pagan la totalidad de la afiliación.

Los trabajadores informales constituyen un grupo de interés, como lo han mostrado autores como Flórez (2004). En Colombia no todos los informales son iguales, y por ello es pertinente estudiar un tipo de informalidad en particular: los informales independientes, es decir, aquellos trabajadores informales que son cuenta propia, patronos o empleadores.

3.3. Estrategia empírica

Para estimar los determinantes de la probabilidad de ser un trabajador informal en las tres áreas metropolitanas mencionadas y utilizando las definiciones de informalidad laboral ya descritas, se estimaron modelos con variable dependiente dicótoma (Probit simples):

La variable endógena toma el valor de uno si el individuo es informal, el vector Z contiene características socioeconómicas: género (dummy, hombre=1), edad, años de educación, duración del desempleo (número de meses que tardó el individuo para encontrar un nuevo empleo una vez salió del anterior), estado civil ( casado o unión libre= 1 ), presencia de niños menores en el hogar (dummy, niños menores de 6 años =1), logaritmo del ingreso del resto de miembros del hogar y ser jefe de hogar.

Para tener en cuenta el efecto fijo de tiempo se incluyeron en los modelos dummies de año (Dt). Las regresiones se estimaron usando errores estándares robustos.

Se estimaron modelos similares a los anteriores para analizar los determinantes de la probabilidad de ser un trabajador informal independiente, de la siguiente manera:

La variable endógena toma el valor de uno si el individuo es informal y tiene como posición ocupacional cuenta propia, patrón o empleador. Los vectores X y y contienen las características socioeconómicas y dummies de tiempo empleadas en la estimación de los determinantes de la probabilidad de ser un trabajador informal.

4. HECHOS ESTILIZADOS

De acuerdo con las definiciones descritas en la metodología, en esta sección se muestran estadísticas descriptivas de las variables que hacen parte de los modelos estimados.

En primer lugar observamos que las tasas de informalidad estimadas son considerablemente más altas cuando se utiliza la definición de Seguridad Social que la definición oficial. Entre las tres ciudades costeñas aquí consideradas, Montería reportó la tasa de informalidad más alta durante el período de análisis, 74%, mientras que Barranquilla presentó la más baja, con 64% de población ocupada informal, cuando se utilizó la definición oficial. Adicionalmente, no se encontró diferencias entre las tasas de informalidad de hombres y mujeres, independientemente de la definición que se utilizó.

Al estimar las tasas de informalidad de acuerdo con la definición de Seguridad Social, Barranquilla muestra un incremento en su proporción de informales de 5,5 puntos porcentuales, para situarse en 69%; Montería presenta un incremento de 8,1 puntos porcentuales. Es interesante anotar que Cartagena sólo muestra un incremento de 1,9 puntos porcentuales en su tasa de informalidad cuando se utiliza la definición de Seguridad Social, y en el caso de las mujeres, la estimación es prácticamente igual con las dos definiciones. La única diferencia estadísticamente significativa entre hombres y mujeres se encuentra en Cartagena al utilizar la definición de Seguridad Social.

En términos de las características de los trabajadores informales para el período de análisis, con respecto a los trabajadores formales, encontramos que los primeros son mayores que los segundos por casi un año de edad en el distrito de Barranquilla; la diferencia es menor, pero en el mismo sentido, en el distrito de Cartagena. Por el contrario, en Montería se observa que los informales son menores que los trabajadores formales en 2,4 años de edad.

De otra parte, al comparar las edades de hombres y mujeres encontramos que, en general, las últimas son menores. En Barranquilla, entre los formales, encontramos que los hombres son 2,3 años mayores que las mujeres, mientras que entre los informales la diferencia es de sólo un año de edad. Por su parte, en Cartagena la diferencia de edades favorece a los hombres por 1,4 años en el sector formal, mientras que en el sector informal la diferencia de edad es inexistente. Asimismo, en Montería, entre los formales, los hombres son 2,1 años mayores que las mujeres, mientras que entre los informales la diferencia no alcanza a ser un año de edad. Podemos generalizar entonces que las diferencias de edad entre hombres y mujeres son significativas en el sector formal, mientras que en el sector informal las diferencias son mucho menores, cuando éstas existen.

Otra variable que resulta interesante para comparar formales e informales es el estado civil de los mismos. Los informales presentan una mayor proporción de unión libre que los formales en las tres ciudades, y Barranquilla es la que tiene menor proporción de las tres, 29% contra 34% en Cartagena y Montería, entre los informales. Los hombres, por su parte, muestran una mayor proporción de unión libre con respecto a las mujeres, independientemente de si son informales o no. No obstante, las diferencias son mucho más marcadas entre los informales. En Barranquilla, la diferencia es de 12 puntos porcentuales, mientras que en Cartagena y Montería ésta es de 16 puntos porcentuales.

El matrimonio es el estado civil predominante entre los formales; la proporción es al menos del 50% entre los hombres en las tres ciudades, mientras que para las mujeres esta proporción oscila entre 33 y 37%. Entre los hombres informales, el estado civil predominante es la unión libre: 40 y 42% en los casos de Cartagena y Montería respectivamente, mientras que en Barranquilla la proporción de hombres informales en unión libre y casados no es muy distinta: 34 y 32% respectivamente. La proporción de mujeres informales solteras es más alta en Montería, 28%, que en las otras ciudades; curiosamente, esa es la misma proporción de hombres solteros en esa ciudad. La proporción de hombres informales solteros en Barranquilla y Cartagena es del 25%, ligeramente superior a la de las mujeres informales.

Los informales muestran una mayor frecuencia de unión libre que los formales, mientras que estos últimos muestran una mayor frecuencia de matrimonios, tanto en hombres como en mujeres.

Una de las variables más importantes en el mercado laboral son los años de educación de la persona. Es en esta variable en la que encontramos las diferencias más significativas entre trabajadores formales e informales. En Barranquilla, los ocupados formales acumulan en promedio cuatro años más de educación que los ocupados informales; la diferencia es ligeramente superior en Cartagena, mientras que en Montería esta diferencia a favor de los formales es de cinco años. Para ser más precisos, podemos decir que los formales en promedio tienen título de bachiller y cursaron 3 semestres de educación superior, mientras que los informales no terminaron la educación básica secundaria. En este sentido podríamos afirmar que no haber terminado el bachillerato es un muy buen predictor de la ocupación informal. Las mujeres formales tienen más años de instrucción que los hombres formales; la diferencia es hasta de un año en el caso de Barranquilla y algo inferior en las otras dos ciudades. Esta diferencia no se aprecia en el sector informal, en el que no fue posible encontrar diferencias significativas entre los años de educación de hombres y mujeres.

El tiempo de búsqueda de un empleo puede tener un impacto significativo sobre el grado de informalidad; en este sentido, nuestra hipótesis consiste en que si el tiempo de búsqueda es largo, la persona tiene mayor probabilidad de terminar en un empleo informal que si el mismo es corto. En las tres ciudades, el tiempo de búsqueda de empleo es más corto entre los ocupados formales que entre los informales, lo cual sugiere evidencia a favor de nuestra hipótesis. En este sentido, en Cartagena se presenta el período de búsqueda más corto, 5 meses, entre los formales, mientras que en Montería es de 6 meses.

A pesar detener mayor grado de instrucción, las mujeres requieren tiempos de búsqueda más largos que los hombres, y la situación es mucho más grave entre los informales. La diferencia en el tiempo de búsqueda oscila entre 0,7 y 3,8 meses en caso de las mujeres formales, y puede variar entre 2,7 y 10,6 meses en el caso de las mujeres informales. Una mujer tarda entre 6 y 8 meses para conseguir empleo formal en las ciudades costeñas, mientras que un hombre lo hace entre 4 y 5 meses. El tiempo más corto de búsqueda para las mujeres que están ocupadas en el sector informal es de 8 meses, y puede ser tan largo como 15 meses. En este sentido puede afirmarse que las mujeres demoran más tiempo para conseguir empleo que los hombres, y por lo tanto tienen mayor propensión a ser informales.

5. RESULTADOS

La tabla 7 muestra los efectos marginales de la estimación Probit para las ecuaciones de informalidad usando las definiciones oficial y de Seguridad Social para las tres áreas metropolitanas objeto de estudio.

En general, para las áreas metropolitanas de Barranquilla y Cartagena parece no existir diferencias entre hombres y mujeres en la probabilidad de ser un trabajador informal, independientemente de la definición utilizada. En Montería, en cambio, los hombres tienen mayor probabilidad de pertenecer al sector informal que las mujeres. Cuando se utiliza la definición oficial, los hombres tienen en promedio un 2% más de probabilidad de ser informales que las mujeres, mientras que cuando se utiliza la definición por pensiones tienen 5.5% más probabilidad de pertenecer al mercado laboral informal que las mujeres.

Para las áreas metropolitanas de Barranquilla y Cartagena, la edad parece no tener efecto sobre la probabilidad de ser o no un trabajador informal cuando se usa la definición de Seguridad Social, sin embargo, cuando se estima el modelo utilizando la definición oficial se evidencia que la relación entre la edad y la informalidad tiene forma de U. Para Barranquilla, cuando se tiene menos de 32 años, un año adicional de edad disminuye la probabilidad de ser informal; pero si se tiene más de 32 años, un año adicional aumenta la probabilidad de serlo. En Cartagena esto ocurre a los 40 años, y en Montería a los 36.5 años. En este sentido, según la definición oficial encontramos evidencia del ciclo de vida, en el cual los más jóvenes y adultos mayores son quienes tienen una mayor probabilidad de ser informales.

Es posible que estos resultados brinden soporte a la hipótesis según la cual los trabajadores se vuelven demasiado "viejos" para el mercado formal a partir de las edades críticas mencionadas para cada área metropolitana. En este sentido habría evidencia de exclusión del mercado de trabajo formal para las personas que superan el umbral; no obstante, también es posible argumentar que después de las edades críticas los trabajadores han acumulado una experiencia importante que les permitiría mayores retornos como trabajadores independientes o empresarios en el sector informal.

En cuanto a la educación, encontramos que para Barran-quilla y Cartagena una mayor acumulación de capital humano disminuye la probabilidad de ser un trabajador informal. Específicamente, para Barranquilla, un año adicional de educación disminuye aproximadamente 5% la probabilidad de pertenecer al sector informal cuando se usa la definición oficial y la reduce en 4.2% cuando se utiliza la definición de Seguridad Social. En Cartagena dicha probabilidad disminuye en 5.6 y 4.4% respectivamente. En Montería, cuando se usa la definición Oficial, la variable "educación" no es significativa desde el punto de vista estadístico, mientras que cuando se usa la de Seguridad Social, un año adicional de educación disminuye 3.1% la probabilidad de ser un trabajador informal. Es posible que en Montería no exista asociación entre el nivel educativo y el tamaño del establecimiento donde se labora, y por esta razón la definición oficial no permita capturar el efecto de la educación sobre la probabilidad de ser informal.

Para todas las áreas metropolitanas y las definiciones, a mayor ingreso laboral del resto de miembros del hogar -ingreso del hogar neto del ingreso del individuo-es menor la probabilidad de hacer parte del sector informal. Este resultado es consistente con la teoría de oferta de trabajo, en el sentido de que las personas tienen un salario de reserva más alto, lo que les permite ser más selectivos en el momento de buscar y aceptar ofertas de empleo. Adicionalmente, debido a que los salarios son más altos en el sector formal, se refuerza este efecto.

Una de las variables que más interés tenía para este trabajo es el tiempo de búsqueda de empleo y su efecto sobre la probabilidad de ser informal. En este sentido, para las tres áreas metropolitanas y las dos definiciones encontramos evidencia de que mientras mayor sea el tiempo que tarde el individuo en encontrar un nuevo empleo una vez salió del anterior, mayor es la probabilidad de ser un trabajador informal. Para Barranquilla, cada mes adicional de duración del desempleo aumenta la probabilidad de ser un trabajador informal entre 0.13 y 0.15%, en Cartagena se encuentra aproximadamente entre 0.21 y 0.29, mientras que en Montería es entre 0.15 y 0.16%. El efecto más importante del tiempo de búsqueda sobre la informalidad se observa en Cartagena; debemos recordar que en promedio los informales tardaron 6.6 meses en conseguir empleo, lo que implicaría entre 1.3 y 1.9% mayor probabilidad de ser informal en esta área metropolitana. Si bien este efecto parece relativamente pequeño, no debemos olvidar que en momentos de bajo desempeño de la economía los mercados de trabajo se vuelven más estrechos, lo que puede incrementar de manera importante el tiempo de búsqueda y, por consiguiente, la informalidad.

De otra parte, se utilizó como variable explicativa el estado civil del individuo. En Cartagena no se encontró evidencia de diferencias en la probabilidad de ser informal entre quienes tienen alguna relación conyugal -casados y unión libre-y quienes son solteros, viudos o divorciados. En Montería sucedió lo mismo cuando se usó la definición oficial, mientras que en el modelo que utiliza la definición de informalidad de Seguridad Social se encontró que una persona con alguna relación conyugal tiene 1.8% menos probabilidad de ser informal que una persona soltera, viuda o separada. Para Barranquilla, los dos modelos encontraron evidencia que el estar casado disminuye la probabilidad de ser un trabajador informal: 3.9% con la definición oficial y 4.7% con la definición de Seguridad Social. En este sentido es posible que las responsabilidades familiares motiven a los trabajadores a buscar y aceptar un empleo que les brinde garantías de seguridad social para su núcleo familiar.

Para las áreas metropolitanas de Barranquilla y Montería -modelos con las dos definiciones-, el ser jefe de hogar reduce la probabilidad de pertenecer al sector informal. Para Barranquilla, el signo es ambiguo, pues cuando se usa la definición oficial el ser jefe de hogar disminuye la probabilidad de ser informal en aproximadamente 4.5%, mientras que con la definición por pensiones un jefe de hogar tiene 5.1% más probabilidad de ser informal. Es posible que en Barranquilla los jefes de hogar tengan una menor inclinación a vincularse a empresas pequeñas, mientras que al mismo tiempo no coticen a la seguridad social. En Montería, para ambas definiciones, el ser jefe de hogar disminuye la probabilidad de ser informal. Para Cartagena, usando la definición oficial, no se encontró evidencia de diferencias en la probabilidad de ser informal entre un individuo jefe de hogar y uno no jefe. Sin embargo, el modelo que usa la definición de Seguridad Social encontró que el ser jefe de hogar disminuye la probabilidad de ser informal aproximadamente en 5.1%.

Finalmente, al parecer la presencia de menores en el hogar no genera un impacto significativo sobre la probabilidad de ser un trabajador informal.

Como se ha mencionado, no todos los informales son iguales, y en ese sentido nos interesa analizar si los determinantes de la informalidad anteriormente considerados también afectan la probabilidad de ser un trabajador informal independiente. Como se observa en la tabla 8, para las tres áreas metropolitanas y las dos definiciones, los hombres tienen una probabilidad sustancialmente mayor de ser trabajadores informales independientes que las mujeres, a pesar de que sus diferencias en edad y educación no son significativas. En Barranquilla, un hombre tiene entre 14 y 15% mayor probabilidad de ser trabajador informal independiente que una mujer; en Cartagena, la probabilidad está entre 13 y 18%, mientras que en Montería entre 13 y 19%. Una explicación para este resultado puede deberse a una mayor disposición de los hombres a emplearse en posiciones ocupacionales de mayor riesgo, como lo son cuenta propia y patrono o empleador, donde el trabajador asume toda la responsabilidad del resultado económico de su actividad. En el mismo sentido encontramos que a mayor edad y años de educación mayor es la probabilidad de ser un trabajador informal independiente. Este resultado sugiere que mientras más experiencia posea un trabajador y más educado sea éste, optará en mayor medida por ser independiente en el mercado informal, motivado posiblemente por unos retornos más altos. Adicionalmente, una persona con algún tipo de unión conyugal tiene mayor probabilidad de ser un trabajador informal independiente frente a aquellos que no la tienen.

Para las áreas metropolitanas de Barranquilla y Montería, a mayor duración del desempleo mayor probabilidad de ser un trabajador informal independiente. En Barranquilla, un mes adicional de búsqueda entre el empleo anterior y el actual aumenta la probabilidad de ser informal independiente entre 0.1 y 0.13%. En Montería dicha probabilidad es aproximadamente del 0.3. Al parecer en Cartagena la duración del desempleo no tiene un efecto significativo sobre la probabilidad de ser un trabajador informal independiente, si bien, como se mencionó, sí afecta la probabilidad de ser informal.

El ser jefe de hogar en Barranquilla y Santa Marta aumenta la probabilidad de ser un informal independiente, mientras que en Cartagena al parecer no hay diferencia en la probabilidad de ser un trabajador informal independiente entre un jefe y un no jefe de hogar. Nuevamente, la presencia de menores en el hogar no parece tener un impacto significativo sobre la probabilidad de ser un trabajador informal independiente. Finalmente, para todas las áreas metropolitanas y las definiciones, a mayor ingreso laboral del resto de miembros del hogar menor es la probabilidad de ser un trabajador informal independiente.

Como se pudo apreciar, los determinantes de la informalidad no tienen el mismo sentido que los determinantes de la informalidad independiente. Así, lo más educados y de mayor edad tienden a ser más independientes, también los que tienen alguna unión conyugal y los jefes de hogar. Entre los informales, los independientes son los que cuentan con mayores ingresos, y en ese sentido, los grupos que acabamos de describir son los que tienen los mayores costos de oportunidad de no ser independientes.

Conclusiones y recomendaciones

En este trabajo se estudiaron los determinantes de ser informal en tres áreas metropolitanas de la región Caribe. Encontramos que la edad, la educación, el estado conyugal, la jefatura del hogar y el tiempo de búsqueda de empleo juegan un rol significativo para explicar la mayor o menor probabilidad de ser un trabajador informal.

Definitivamente, la educación es un determinante fundamental. Como se apreció, los trabajadores formales cursaron en promedio tres semestres de educación superior, mientras que los informales no han terminado la educación básica secundaria. En este sentido, si se quiere reducir el grado de informalidad es necesario asegurar la culminación del bachillerato entre los habitantes de la región Caribe. Si bien esta variable también incrementa la probabilidad de ser informal independiente, son éstos, en cualquier caso, los que presentan mejores resultados en su remuneración en el mercado de trabajo.

Es importante tener en cuenta el ciclo de vida de los trabajadores en la región para el diseño de programas que permitan la inserción de los jóvenes al mercado, laboral formal, con el fin de que puedan cotizar durante la mayor cantidad de años posibles al sistema de seguridad social, para que aseguren de esta manera ingresos suficientes para su etapa de vejez. Políticas tendientes a disminuir los costos de contratación de los jóvenes y adultos mayores pueden hacer más atractiva la contratación de este grupo de personas en el mercado formal.

El diseño de políticas activas en el mercado de trabajo que permitan reducir los tiempos de búsqueda de empleo pueden jugar un rol importante en la disminución de la informalidad. Así, el fortalecimiento de los programas de intermediación laboral, públicos y privados, debe tenerse en cuenta no sólo para disminuir el desempleo sino también la informalidad.

Finalmente, es importante seguir analizando el impacto que la duración del desempleo produce sobre el grado de informalidad en la región, así como en la magnitud del desempleo. La disponibilidad de preguntas retrospectivas y de encuestas longitudinales permitirá a futuro analizar las dinámicas de transición desde y hacia la informalidad, lo que facilitará entender mejor el funcionamiento de los procesos de búsqueda y emparejamiento en los mercados de trabajo formales e informales.


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