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Praxis & Saber

versão impressa ISSN 2216-0159

Prax. Saber vol.6 no.11 Tunja jan./jun. 2015

 

FORMACIÓN, PEDAGOGÍA Y LIDERAZGO

ENTREVISTA A:
Queipo Timaná Velásquez
Exdecano Facultad de Educación Universidad de Antioquia

Leonor Gómez:
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja, Colombia


Con un saludo especial de nuestra Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC) y de la Facultad de Ciencias de la Educación, le expreso una grata complacencia, Dr. Queipo Timáná, como invitado honorífico, por participar de este diálogo como parte dinámica de la Revista Praxis & Saber de la Maestría en Educación.

Leonor Gómez: Uno de los motivos es hacer remembranzas desde diferentes ámbitos educativos, pedagógicos, sociales, políticos, que se han cruzado en su reconocida trayectoria, desde su condición de estudiante hasta este mismo momento de la vida, que sigue dejando huella y significación en diversas comunidades de la educación. Podría empezar por indagar: ¿Por qué un caucano escoge nuestra facultad y no otra del país para adelantar sus estudios de pregrado?

Queipo Timaná: Mi vocación de ser maestro fue una decisión basada en el principio de que la educación por sí sola no puede cambiar una nación, pero sí puede cambiar la mente y la actitud de quienes sí pueden hacerlo.

Para el año 1967, cuando ingresé a la Facultad de Educación de la UPTC, únicamente existían en el país tres facultades de educación, y los mejores maestros que tuve en mi formación eran egresados de la Facultad de Educación de la UPTC y yo quería imitarlos.

L.G. Usted, al igual que Germán Pinzón, fueron líderes estudiantiles de inolvidable recordación.
Q.T. Fuimos miembros del Consejo Superior Estudiantil, dirigimos asambleas estudiantiles en el teatro Fausto y se tomaban decisiones que respaldaba la mayoría del estudiantado, obtuvimos residencias, servicio de economato, y propiciamos la salida de dos rectores que el estudiantado acusaba de ineptitud; nosotros hacíamos cumplir dichas decisiones.

L.G. ¿Pero usted también fue representante estudiantil en el honorable Consejo Superior de la UPTC?
Q.T. Fui elegido en calidad de representante suplente del estudiantado, pero fui quien realmente ejerció dicha representación durante los años 1970 y 1971. Se logró que profesores de la UPTC pudieran avanzar en sus estudios, principalmente en el exterior, se creó la Maestría de Orientación Escolar con apoyo de reconocidos docentes de ese entonces de Psicopedagogía, se impulsó la creación de las sedes universitarias en Sogamoso, Duitama, Chiquinquirá y Paipa (esta última en la actualidad no existe), se obtuvo un aumento en el número y valor de la becas estudiantiles, propuse como representante la creación de la carrera de Economía, pero el elemento más sensible era defender la autonomía universitaria y oponernos a la intromisión de la politiquería en la UPTC; aprendí en lo personal que es preferible estar dentro de los órganos de decisión con propuestas factibles y acertadas, a estar por fuera únicamente reclamando y rechazando.

L.G. ¿Cómo se formaron políticamente los grupos?
Q.T. Mi inquietud política la aprendí en mi hogar, mi papá fue dirigente político en el sur del Cauca, luego al realizar estudios en la Escuela Normal Superior del Proyecto Número 1 de UNESCO, en Pamplona, Norte de Santander, tuve excelente profesores que nos exigieron leer mucho, mi preferencia eran los temas educativos, la cultura nacional y los problemas del país. En ese tiempo estaban en furor las intervenciones del padre Camilo Torres y yo las leía con entusiasmo en los periódicos nacionales, recuerdo que en una arenga decía "no discutamos si el alma es mortal o inmortal, pero sí estoy seguro que el hambre sí es mortal". Al ser admitido en la UPTC ocupé el segundo puesto en la universidad en los exámenes de admisión y nos estrenaron con un semestre de estudios generales. En ese primer semestre el capellán también era simpatizante de Camilo y dirigía Equipos Universitarios, donde se analizaban los problemas de la sociedad y del país y el compromiso como militantes católicos; esta experiencia me afianzó el vuelo para entrar de lleno a la dirigencia estudiantil.

L.G. ¿Qué partidos o movimiento políticos existían en la UPTC?
Q.T. En la década de los años setenta en la UPTC existía una organización del partido comunista, llamada Mufla, con fuerte respaldo en la ingeniería, se insinuaba un movimiento maoísta y la corriente camilista, y una gran masa apática a participar en política. Por nuestra cuenta nos tocó leer a Lenin, Marx, Mao y otros pensadores socialistas, para enfrentar la discusión que nos planteaba Mufla en el Consejo Superior Estudiantil.

Las reivindicaciones que presentaba el movimiento estudiantil eran concretas y favorecían a un gran número de la población estudiantil en cuyos hogares les era difícil, casi que imposible, permitirles continuar sus estudios en la universidad.

En las manifestaciones internas protestábamos y denunciábamos los abusos de la clase política: no compartíamos que los ciudadanos boyacenses tuvieran que ir a comprar el hierro a Bogotá, cuando sabíamos que era de las entrañas de su misma tierra de donde se extraía y se procesaba en Acerías Paz del Río, tampoco estábamos de acuerdo con la venta del Hotel Colonial de Paipa —lo habían vendido por treinta millones y por ese precio no se habían pagado ni siquiera las ventanas—, esta negociación la autorizó la Asamblea Departamental, ni aprobábamos que por la explotación de esmeraldas se captara un irrisorio impuesto de $50.000 anuales; convocamos una manifestación en la plaza de Bolívar, en ella presentamos estas denuncias al pueblo boyacense, el lleno fue total y se convirtió en memorable.

L.G. Asumo que en toda esta actividad de serio trabajo e ideales, pueda igualmente traer a colación alguna o algunas experiencias anecdóticas.
Q.T. Sí claro, se daban de diferente índole y causa. Comparto por ejemplo:

El trapo rojo

En una toma de la universidad estábamos supervisando que las comisiones estuvieran cumpliendo sus actividades, iba acompañado de varios representantes del Consejo Superior Estudiantil, cuando observé que sobre un pino que está frente a la entrada donde eran las residencias de profesores, estaba extendido un dulce abrigo rojo, pregunté, "¿y ese trapo rojo porque está allí?" Y un representante de Mufla me increpó y me dijo, "respete que es la bandera del pueblo", a lo cual le respondí, "hasta en la bandera el pueblo es deshilachado", los demás compañeros soltaron la risa.

Primiparada en estudios generales

Estábamos sentados esperando que llegara el profesor que nos iba a dar la cátedra de lógica matemática, en eso llegó el estudiante Witican, con corbata, abrigo y maletín de ejecutivo, y todos nos pusimos de pie pensado que era el profesor, luego el compañero que no conocíamos se sentó al lado nuestro, y nos produjo risa el impase; al rato llega un señor de mediana estatura, arrastrando una manga del saco negro, la camisa desfajada, no se presentó, y empezó a escribir en el tablero y continuó en la pared, era nada menos que la eminencia en matemáticas de la Universidad Nacional de Bogotá, el doctor Charud; los genios son impredecibles en su presentación y en su relación familiar.

L.G. ¿Cómo conjugaba y respondía a su compromiso académico durante su activismo político?
Q.T. Mantuve una matrícula de honor durante tres años por mi rendimiento académico.

L.G ¿Algún reparo para la Facultad de Educación en ese tiempo?
Q.T. Haberse apartado de su fundador Julio Sieber, respecto a su filosofía, metodología, sistema de investigación y de la práctica de la «Escuela siberiana», por cuanto esta influía en la corriente pedagógica de la escuela activa que estaba sustentada en los métodos de enseñanza pestalozziana; logró probar que es posible formar maestros investigadores en las diversas disciplinas y posibilitar una educación integral, con sentido de identidad cultural, en la búsqueda de una sociedad más culta y equitativa.

L.G. ¿A cuáles maestros de la Facultad de Educación recuerda y cuáles dejaron una huella en su formación?
Q.T. Es tradición en la Facultad de Educación de la UPTC tener excelentes maestros, personas intelectuales, escritores de proyección nacional e internacional. Para el periodo de mis estudios, desde el año 1967 al año 1970, merecen destacarse y recordarse el doctor Javier Ocampo López, quien es historiador y ejemplo de producción intelectual al servicio de la sociedad y la academia; el doctor Jorge Palacios Preciado, excelente docente, escritor, quien nos dejó de herencia el Archivo Nacional; Leodegario Contreras, Noé Jiménez, Rafael Carrillo, Noé Ardila, Guillermo Rodríguez y Cornelio Fonseca, profesores de la Licenciatura en Psicopedagogía; y el profesor Gilberto Forero, destacado escritor en el campo de la Lingüística, reconocido administrador y gestor, cerebro y corazón de la Asociación de Exalumnos de la UPTC.

L.G. ¿Por qué luego lo encontramos en Antioquia? ¿Qué lo llevó a cambiarse de nuestro auténtico y orgulloso «Sumercé…» por un también estimado y auténtico «Vos… pues… »?
Q.T. (Con característica risa) Me encontraba realizando los estudios de Maestría en Educación en la Universidad de Antioquia y fui nombrado profesor de tiempo completo en la Escuela Normal de Varones de Medellín, en la cual duré 4 años; allí, en unión con un grupo de profesores hicimos una reforma curricular integral, pero también atendí la parte sindical, fui presidente de la Asociación de Profesores de Enseñanza Secundaria (ACPES), a nivel departamental y luego nacional. En este último cargo participé en una comisión que nombró el Ministerio de Educación Nacional (MEN) para la redacción del documento base que permitió la expedición del Estatuto Docente 2277 de 1979.

L.G. ¿En qué momento, de tan compleja vida cotidiana, entra a formar parte el sentimiento del amor y su ideal de conformar familia?
Q.T. Compartir el afecto con la persona amada es un factor de suma importancia para el pleno desarrollo de un proyecto de vida. Compartí estudios y luego me enamoré de quien hoy es mi esposa, Yamile Kure Kattah, oriunda de Tunja. Nos casamos cuando terminamos la maestría en la Universidad de Antioquia, formamos un lindo hogar y cumplimos nuestra tarea como padres de familia, educamos a nuestros tres hijos con amor y con sólidos principios y valores morales. Hoy ellos fortalecen nuestras vidas con la presencia de tres apreciados nietos y uno más en camino.

L.G. ¿Cómo fue su vinculación como profesor de la Universidad de Antioquia?
Q.T. Una vez terminé mis estudios de maestría me presenté a un concurso en el cual había que superar varias pruebas y en el año 1976 fui nombrado profesor de tiempo completo. Durante los 28 años que estuve en la Facultad de Educación me desempeñé durante nueve años en la dirección de posgrados de la facultad, los cuales fueron reestructurados, y logramos hacer realidad que a investigar se aprende investigando. Posteriormente desde 1998 hasta el año 2004 me eligieron como decano de la Facultad de Educación en dos periodos.

L.G. Como pregunta casual al respecto, ¿amigo de la reelección?
Q.T. Por principios soy alérgico a la reelección, en el caso particular de la Facultad de Educación de Antioquia en el año 2001, fueron los profesores quienes lideraron un movimiento solicitando mi reelección, que fue respaldada por sectores del estudiantado y egresados, luego de un análisis de la obra ejecutada durante los tres años en los cuales fui su director; aunque para mí la administración la entiendo y asumo como una oportunidad de servicio antes que una posición honorífica.

L.G. Y de la política de reelección a nivel nacional…
Q.T. Preferiría que se extendiera el periodo presidencial a cinco años y que no se permita la reelección, el equilibrio de poderes se desvertebra si se permite la reelección, teniendo presente cómo están concebidas las normas en la actualidad y en la nueva Constitución; además cuando se designa a una persona para un cargo debe estar preparada y tener un plan previsto a desarrollar, superando el criterio muy propio de la cultura en Colombia que, además, debe aprender y empezar a conocer la filosofía y funciones del cargo.

L.G. Retomando la intención temática, doctor Queipo, ¿qué destacaría como su aporte a la investigación educativa-pedagógica?
Q.T. En los años 1992 y 1993 hice parte del equipo que realizó la investigación Calidad y futuro de la educación en la región de planificación del occidente colombiano, que abarcó ocho departamentos de la región, posibilitada mediante un contrato suscrito entre el CORPES de occidente y la Universidad de Antioquia. Con esta investigación el equipo obtuvo una distinción en el año 1993: el premio a la excelencia en la investigación en la Universidad de Antioquia. La tesis doctoral que elaboré en 1980 en la Universidad Autónoma en Guadalajara, México, titulada Modelo de formación avanzada al más alto nivel en la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia (Colombia<), fue la base para la creación del Doctorado en Educación de la Universidad de Antioquia.

L.G. ¿Y en la pedagogía?
Soy un convencido de que si la investigación científica nos aporta nuevos conocimientos, solo la pedagogía nos garantiza la formación humana que permite tomar consciencia de lo humano, para el desarrollo integral de cada persona, para formar al buen ciudadano, más autónomo, con pensamiento propio, crítico y propositivo, para el sistema democrático y para la sociedad. Durante mi gestión como decano se montó la exposición «Forjadores del pensamiento pedagógico», en el año 1999, la cual hizo un recorrido por varias ciudades capitales del país; se buscaba con ello estimular la investigación sobre los grandes maestros – pedagogos que hemos tenido en cada departamento. También se realizó el evento «Encuentros Pedagógicos Transculturales», en el cual se trabajó el «Desarrollo comparado de las conceptualizaciones y experiencias pedagógicas en Colombia y Alemania» y que se realizó en Medellín del 17 al 19 de febrero de 1999. De Alemania vinieron seis eminentes investigadores de la ciencia pedagógica y de Colombia estuvieron presentes ocho investigadores de la pedagogía, la asistencia al evento fue de 450 personas intelectuales de la pedagogía de todo el país.

L.G. Usted es un personaje académico muy reconocido por las Normales del país, ¿alguna mirada, sugerencia, en particular?
Q.T. La clave de la calidad de la educación es el buen maestro; por ello, todo el esmero en su selección y formación, son acciones sustantivas para volver a tener maestros sólidos en su formación: en historia de las ideas, conocimiento científico y académico, cultos, idóneos en su misión mediante un aprendizaje teórico y práctico del saber pedagógico, garantes del uso de metodologías activas apoyadas en las TIC, y que dominen un segundo idioma extranjero (de preferencia el inglés). Para mí el maestro es imprescindible en tanto el proceso educación es intersubjetivo y es en ese proceso donde se forjan los seres humanos. Soy un convencido de que la calidad de la educación es el producto de la formación científico-académica, más práctica que teórica, en todo maestro.

L.G. ¿Las Normales deben continuar?
Q.T. Las Escuelas Normales, previo análisis de las necesidades del país en cada región, deben ser transformadas en instituciones de educación superior, lo cual exige infraestructura física, dotación y selección de maestros; los candidatos a maestros deben ser los estudiantes más brillantes intelectualmente y con un gran ascendiente integral que es su personalidad, lo cual también implica una mejora sustantiva de sus salarios y prestaciones sociales. Esta inversión la hizo Finlandia y hoy está considerado como uno de los mejores sistemas educativos del mundo.

L.G. En cuanto a las Maestrías de Educación, ¿qué piensa?, ¿qué papel están cumpliendo en los procesos de formación, cualificación e investigación?
Q.T. Estas, ya sean de profundización o de investigación, deben volverse un requisito de formación, un requisito para ascenso en el nuevo estatuto docente, por cuanto potencian al maestro a ser un observador – investigador permanente de la práctica pedagógica en su campo disciplinar y a encontrar alternativas educativas con criterio de pertinencia e innovación.

L.G. En su criterio, su perspectiva, ¿el país necesita formar profesionales en Psicopedagogía?
Q.T. El sistema educativo en sus niveles de preescolar, básica primaria, secundaria y media, requiere del apoyo y presencia de este profesional para ampliar el marco de la democracia y hacer posible criterios de inclusión, atención a cambios vertiginosos en valores que se dan en la sociedad, consumo de sustancias psicoactivas, abuso precoz de la sexualidad, el madre-solterismo, abuso de los medios tecnológicos, violencia escolar. Esto demanda el apoyo del psicopedagogo en el proceso de formación que prevenga esta problemáticas y oriente y asesore a quienes hayan caído en ello y les brinde alternativas de superación para ser conscientes de su humanidad y, en ella, de su dignidad; también para que contribuya a la orientación vocacional y a procesos propios de asesorías psicopedagógicas, educativas y líderes en investigación social y educativa.

L.G. ¿Qué realizaciones nos puede contar de su desempeño como decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia?
Q.T. Se realizó el rediseño y la reconstrucción del bloque nueve, edificio de la Facultad de Educación, con las garantías de sismo-resistencia y con dotación tecnológica de última generación; se efectuó la restructuración de cuarenta y ocho programas de pregrado y posgrado y la obtención de acreditación previa para todos ellos; se formaron veinte doctores en educación; se creó el fondo editorial con dos líneas: «aula abierta» y «colección general»; se hizo convenio con trece Normales para su acreditación; recibimos la facultad con 3.050 estudiantes y la entregamos con 5.200 estudiantes presenciales y 1.000 a distancia; fui nombrado presidente de la Asociación de Facultades de Educación a nivel departamental y nacional.

En el rediseño curricular en todas las licenciaturas se logró que el informe que se entrega como resultado de su práctica, además de auscultar el ámbito educativo – pedagógico y su contexto, sea sustentado mediante consultas de fuentes primarias, de archivos, y que se pueda constatar la realización de una investigación cualitativa, cuantitativa o histórica.

L.G. ¿Sus aportes a la educación nacional?
Q.T. Fui nombrado delegado de la Universidad de Antioquia para la redacción del primer Plan Decenal de Educación 1996-2005, este fue el más grande sueño en educación para el desarrollo del país en la búsqueda de una sociedad educada, equitativa, justa y desarrollada; su implementación se frustró al realizarse el cambio de gobierno nacional.

En el paraninfo de la Universidad de Antioquia el 9 de diciembre de 1999 se realizó un panel con los exministros de educación nacional y se trabajaron los «Grandes hitos de la educación en el siglo XX y visión prospectiva de la educación para el siglo XXI».

El 13 de junio del año 2000 se realizó un panel sobre el proyecto de Ley Estatutaria sobre el Derecho a la Educación, en el cual participaron los doctores Gustavo Dájer Chadid, gestor de la Ley 115, Ley General de Educación, también la doctora Ilva Miryam Hoyos Castañeda, el doctor Hermman Pava Trejos, el doctor Abel Rodríguez Céspedes y el doctor Jesús Amaya Álzate

También se participó en la discusión para la realización de la Ley General de Educación, Ley 115 de 1994.

L.G. ¿Propuestas pendientes para el país?
Q.T. La expedición de la Ley Estatutaria sobre el derecho a la educación, necesitamos que la educación hasta el grado que señale la Ley, además de ser gratuita, sea obligatoria. En el año 2013 1.199.936 niños y niñas entre 5 y 16 años, de los cuales 635.865 eran niños y 564.080 eran niñas, se quedaron por fuera de las aulas escolares, tenían la edad, pero no se les garantizaba el derecho a ser admitidos.

No basta que el derecho a la educación sea reconocido en norma, sino que hay que hacerlo efectivo, posibilitando que cada niño o niña desarrolle sus potencialidades, sea consciente de su dignidad, trace su proyecto de vida y tenga acceso a los bienes espirituales y materiales que se merece como perteneciente a una sociedad humana.

L.G. ¿Aportes a la educación de Antioquia?
Q.T. Participé en la elaboración de Visión Antioquia 2020 en el año 1997, he sido miembro del equipo del Plan Estratégico de Antioquia por más de trece años, y coordinador del grupo de Pensamiento Estratégico en Educación a lo largo de seis años.

L.G. Recomendaciones al Ministerio de Educación Nacional
Q.T. Que asuma como prioritaria la formación del maestro en Colombia, para ello se debe trabajar en dos frentes, primero: dar toda la importancia y acompañamiento a las facultades de educación y a las Escuelas Normales reestructurarlas, por cuanto ellas son las canteras de donde salen los excelentes maestros que reclama el país. Si bien la selección de los candidatos debe ser rigurosa respecto a sus potencialidades intelectuales y de personalidad, se requiere que los mejores cerebros se formen como maestros tanto para el sector urbano, como para el rural; los criterios deben ser de calidad, pertinencia en sus currículos, en sus conocimientos y prácticas. Y segundo: también se deben prever grandes estímulos como becas para que las condiciones de escasez de recursos económicos no sea una disculpa para no ser admitido, no olvidemos que estamos formando maestros para el ensamblaje del alma nacional y sentido integral de patria.

L.G. ¿Quisiera comentar sobre distinciones recibidas?
Q.T. La Asociación de Exalumnos de la UPTC me impuso el Escudo de Oro como egresado emérito –en el año 1980. La Universidad del Cauca me otorgó la distinción «Paradigma de las nuevas generaciones» en el año 2003". La Universidad de Antioquia me otorgó la distinción «profesor emérito» en el año 1992

L.G. En la actualidad, disfrutando del derecho a su pensión, al uso del buen retiro, ¿a qué se dedica además de viajar y conocer más culturas?
Q.T. Sirvo seminarios a nivel de doctorado y maestría en universidades de las siguientes ciudades: Pasto, Bogotá, Tunja, Barranquilla, Cartagena, Sincelejo y Cúcuta. Soy Par Académico del CNA y del Ministerio de Educación Nacional. Escribo artículos para periódicos de cobertura regional y una columna quincenal en el periódico El Nuevo Liberal de Popayán. En el libro El Maestro: un intelectual al servicio del bien público, de mi autoría, y que se encuentra en las bibliotecas de las universidades, están consignadas mis intervenciones en la mayoría de las universidades del país; en ellas siempre me refiero a los problemas que he logrado detectar en cada región y, por lo general, propongo alternativas de solución.

L.G. ¿Algo que le falte hacer?
Q.T. Escribir un libro de análisis de la educación nacional que nos permita tener una visión estratégica-prospectiva de la misma, al servicio del pueblo colombiano.

Dr. Queipo, muchas gracias por haber aceptado compartir este espacio y por haber dedicado este tiempo en tan cálidos escenarios de esta ciudad de la eterna primavera.

A la vez recordarle e invitarle a su también ciudad de Tunja, cuna de la libertad y, según deducción, de gran aporte a su felicidad.

Medellín, diciembre de 2014.