Introducción
El avestruz (Struthio camelus) es un ave herbívora, diurna, que en estado natural se observa en grupos nómadas de 5 a 50 individuos, movilizándose con otros animales de pastoreo, incluidas la cebra, el antílope y la jirafa. Alcanzan su madurez sexual a los 4-5 años de edad con un peso de 145 kg y poseen una longevidad de 30 a 40 años 1. Las hembras adultas llegan a poner de 27 a 36 huevos por año, con un peso promedio de 1500 g. Estos huevos cuentan con valores nutricionales similares a los de otras aves y su cáscara también puede ser usada con fines artesanales 2,3.
Las características productivas y reproductivas mencionadas anteriormente hacen del avestruz una especie atractiva para el mercado de carne y huevos, además de otros subproductos como plumas, aceites y piel 3,4. En diversos países de Sudamérica, incluyendo Colombia, la producción de esta especie está aumentando 5,6. En Colombia, la especie se encuentra bien establecida en los departamentos del Meta, Cundinamarca, Boyacá, Cauca, Valle del Cauca y Quindío 6. A pesar de las medidas sanitarias para evitar el surgimiento de enfermedades en los avestruces, se ha reportado que algunos agentes infecciosos incluyendo virus, bacterias y parásitos gastrointestinales, continúan siendo un problema para los criadores de esta especie 7,8,9. Por este motivo, el objetivo de este trabajo fue identificar la presencia de parásitos gastrointestinales en un criadero de avestruces del departamento del Cauca.
Materiales y métodos
Área de estudio. El experimento se realizó en un criadero de avestruces localizado en el municipio de Puerto Tejada en el norte del departamento del Cauca, Colombia, el cual posee una topografía plana y homogénea, con un promedio de 970 m.s.n.m. La temperatura media del área de estudio fue de 24°C, con precipitaciones pluviales entre 1000 - 2000 mm y humedad del 70 al 90 %.
Animales de estudio. Se estudiaron 38 avestruces de cuello rojo (Struthio camelus camelus), 19 Adultos (> 7 años de edad) (Figura 1A), 9 Juveniles (de 1 año), 10 polluelos (de 1 mes) (Figura 1B). De estos fue posible determinar el sexo en los adultos y los juveniles (13 hembras y 15 machos). Los individuos se alojaban en corrales clasificados de acuerdo a la edad y estado reproductivo, siendo alimentados con diversas especies de plantas como: King grass (Pennisetumpurpureum), nacedero (Trichantheragigantea), matarratón (Gliricidia sepium) y maní forrajero (Arachispintoi).
Manejo y muestreo de los animales. El manejo de los animales adultos y jóvenes en los corrales de confinamiento fue realizado con la ayuda de personal calificado. Durante la colecta, los individuos no fueron capturados, por lo que no sufrieron estrés. El muestreo coprológico se efectuó 30 minutos después de suministrar el primer alimento de la mañana. Se obtuvo 2 gramos de materia fecal por cada animal, evitando el contacto con el suelo.
Análisis de laboratorio. Después de colectadas y rotuladas, las muestras se depositaron en una nevera a 4°C y se transportaron para el laboratorio de diagnóstico veterinario (Zoolavet). En el laboratorio se utilizaron dos métodos para la identificación de parásitos: El método directo en solución salina y lugol descrito por la OMS 10 y Campo et al 11, además del método de flotación con solución salina saturada 12.
Análisis estadístico. Se utilizó un análisis descriptivo para determinar las frecuencias y distribuciones muestreales de parásitos gastrointestinales relacionadas con las variables edad y sexo. Adicionalmente, se empleó la prueba de independencia del Chi-cuadrado para determinar si existían diferencias significativas en cuanto a la proporción de animales parasitados independiente del sexo y edad. Estadística significativa fue considerada con p<0.05.
Resultados
De los 38 avestruces estudiados 15 fueron positivos para parásitos (9 eran machos, 4 hembras y 2 polluelos). Se identificaron quistes compatibles con Eimeria sp., (40%), Balantidium sp., (33,3%), Entamoeba sp., (13,3%) (Figura 2A), además de huevos compatibles con Libyostrongylus sp., (13,3%) (Figura 2B). En la tabla 1 se encuentran los parásitos gastrointestinales en los avestruces según su edad y sexo.
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Figura 1 Avestruces del criadero en el municipio de Puerto Tejada. A. Avestruces en corral de 1 año. B. Polluelos de avestruz de un mes de edad.
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Figura 2 Quistes y huevos parasitarios observados en heces de los avestruces. A. Quiste de Balantidium sp. B. Sugestivos de huevo de Libyostrongylus sp.
Con la prueba de chi-cuadrado se identificó que no existen diferencia en cuanto a la proporción de animales parasitados independiente de la edad (p>0,05), el valor de chi-cuadrado fue de 4,428 y los grados de libertad 3, por lo cual se rechaza la hipótesis nula que propone una distribución similar en la presencia parasitaria independiente de la edad (Figura 3A). De la misma forma, no se observó diferencia en función del sexo (p>0.05), el valor de chi-cuadrado fue de 0,619 y los grados de libertad 2, siendo rechazada la hipótesis nula que plantea una distribución similar en la presencia parasitaria independiente del sexo (Figura 3B).
Discusión
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Figura 3 Distribuciones muestréales de parásitos gastrointestinales relacionadas con las variables edad (A) y sexo (B).
En los avestruces del presente trabajo se identificaron algunos quistes de protozoarios compatibles con: Balantidium sp., Entamoeba sp., y Eimeria sp. Ponce-gordo et al 13 también encontraron Balantidium sp, sin signos clínicos asociados. Estos autores sugieren que el ciclo biológico del género Entamoeba sp, puede desarrollarse tanto en avestruces silvestres como en humanos que se encuentran en contacto permanente. Además, en un estudio anterior realizado por el mismo grupo, se apreciaron quistes de protozoarios en avestruces compatibles con: Balantidium sp., y Eimeria sp., con una prevalencia baja comparada con otros protozoarios como: Trichomonas gallinae, Tetratrichomonas gallinarum14, en contraste con los resultados de este trabajo. Como menciona Ponce Gordo 14, los diferentes protozoarios que se han encontrado en Rheas y Ostriches, pueden estar compartidos con otras aves y mamíferos (incluyendo el hombre), esto hace difícil establecer su especificidad por alguna especie y su ciclo biológico completo. Por lo tanto son necesarios más estudios para entender la interacción entre estos parásitos y el huésped.
Los países importadores de avestruces y sus productos poseen regulaciones veterinarias para evitar el ingreso de agentes patógenos, incluyendo parásitos, que pongan en riesgo su salud pública y sus granjas de avestruces, sin embargo, diferentes parásitos exóticos se han reportado en sus producciones de ratites con un impacto económico poco esclarecido 14,16.
En el estudio actual, se observaron huevos compatibles con el nematodo Libyostrongylus sp. Algunos autores han reportado la presencia de este género en diferentes países de América como: México, Brasil y Colombia 6,15,16. Sin embargo, el análisis de las muestras mediante la técnica de flotación, no permite afirmar el diagnóstico definitivo de los huevos de estos parásitos, debido a que este género es indistinguible del nematodo Codiostomum struthionis. Además sus larvas también poseen una morfología similar por lo que la técnica recomendada para su clasificación es el coprocultivo 6,7,17.
Los parásitos gastrointestinales Codiostomum sp., y Libyostrongylus sp., pueden producir signos clínicos en diferentes edades de los avestruces 7,18. Algunos autores hacen referencia al parasitismo por esta especie de nematodo, demostrando que las altas tasas de morbilidad y mortalidad se encuentran en animales jóvenes, teniendo un impacto mayor en las aves de hasta 3 meses de edad (50%), mientras que en avestruces adultas la tasa de mortalidad es menor al 10%, y en ocasiones no manifiestan signos clínicos a pesar de poseer cargas parasitarias sean variables 6. Aunque en el estudio no se apreció las cargas parasitarias de los individuos, los avestruces afectados por el Libyostrongylus sp., no presentaban ninguna sintomatología clínica en el criadero, esto se puede explicar debido a que los animales se encontraban en su etapa adulta. Además no se observó diferencia en cuanto a la distribución de animales parasitados independiente del sexo.
Futuros estudios deben ser elaborados para comprender el ciclo biológico de parásitos gastrointestinales en ratites de la región, en este trabajo se sugiere la presencia de Libyostrongylus sp., el cual ya ha sido reportado una vez en Colombia por Mariño-Gonzales et al 6 en el año de 2017.
Adicionalmente, se recomienda que todos los animales nuevos que ingresen al criadero se sometan a un período de cuarentena, con tratamiento antiparasitario interno y externo, además de la aplicación de vacunas requeridas en la región. Es ideal separa a los animales por edad y evitar el ingreso de fauna silvestre o animales domésticos que puedan contaminar el ambiente, producir estrés y transmitir enfermedades a los ratites.
Los criadores deben realizar exámenes coprológicos periódicos y determinar el tratamiento antiparasitario ideal para prevenir y controlar enfermedades en la granja. Finalmente, los animales deben contar con agua potable y una dieta inocua de acuerdo a su estado productivo y reproductivo, que disminuyan el riesgo de parasitosis.