SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.42 issue3Why do girls join Guerrilla and Paramilitary Groups in Colombia?Effects of collaborative learning on the use of coping strategies author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Revista Latinoamericana de Psicología

Print version ISSN 0120-0534

rev.latinoam.psicol. vol.42 no.3 Bogotá Sept. 2010

 

ARTÍCULO

Relaciones entre Aceptación Sociométrica Escolar e Inadaptación Socioemocional, Estrés Cotidiano y Afrontamiento

Relationships between School Peer Acceptance and Socioemotional Maladjustment, Daily Stress, and Coping

Milagros Escobar
María Victoria Trianes
Francisco Javier Fernández-Baena
Jesús Miranda Páez
Universidad de Málaga, España

Correspondencia: María Victoria Trianes Torres. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Psicología. Universidad de Málaga. Campus de Teatinos s/n, 29071 Málaga (España). Correo electrónico: triatorr@uma.es

Reconocimientos: Este trabajo ha recibido financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación. Proyecto I+D+i. Ref. SEJ2007-61447/PSIC.

Recibido, Febrero de 2009 Aceptado, Julio de 2010


Resumen

Este estudio analiza la asociación de la variable aceptación sociométrica con diversos índices de inadaptación socioemocional, estrés cotidiano y estilos de afrontamiento en escolares, atendiendo a diferencias de género y edad. La muestra se compone de 392 escolares de 9 a 12 años. Los resultados muestran correlaciones significativas negativas de la variable aceptación sociométrica con los índices de inadaptación socioemocional y el estrés cotidiano. Asimismo, se obtiene una correlación significativa positiva con el estilo de afrontamiento "en relación con los demás". Los resultados arrojan diferencias de género y edad, siendo la relación entre la aceptación sociométrica y las diversas variables medidas más fuerte en la submuestra de niñas y en los grupos de edad de 10 y 12 años. Finalmente, se expone la necesidad de utilizar los resultados obtenidos como punto de partida para el desarrollo de intervenciones psicopedagógicas con el objeto de prevenir el desarrollo de patrones de inadaptación emocional en la infancia.

Palabras clave : aceptación sociométrica, inadaptación socioemocional, estrés cotidiano, afrontamiento, escolares


Abstract

This study examines the association of peer acceptance with different indexes of socio-emotional maladjustment, daily stress, and coping styles in school students, including gender and age differences. The sample consists of 392 schoolchildren aged from 9 to 12. Results show significant negative correlations of peer acceptance with emotional maladjustment indexes and daily stress. In addition, it shows a significant positive correlation with reference-toothers coping style. Results also indicate gender and age differences, specifically the relationships between peer acceptance and the different self-assessed measures, which are more significant among the girls' subgroup, and among the 10 and 12 year old subgroups. Finally, we emphasize the need to apply these results as a baseline for educational psychology interventions to prevent development of emotional maladjustment in childhood.

Key words: peer acceptance, emotional maladjustment, daily stress, coping, school students


En la literatura se encuentra un acuerdo generalizado sobre la importancia de las primeras interacciones con los iguales y su contribución al desarrollo evolutivo de la persona. De este modo, son numerosos los estudios que han puesto de manifiesto la estrecha vinculación entre sufrir experiencias interpersonales problemáticas en la infancia y el desarrollo de consecuencias negativas en la adaptación socioemocional tales como depresión, ansiedad, baja autoestima, así como conductas agresivas y desajuste escolar (Dodge, Lansford, Burks, Bates, Pettit, Fontaine et al., 2003; Ladd & Troop-Gordon, 2003; Wentzel, 2003).

Investigaciones sobre las relaciones interpersonales evidencian importantes diferencias en función del género; por ejemplo, las niñas presentan mayor incidencia de respuestas emocionales negativas ante interacciones problemáticas con iguales (Cyranowski, Frank, Young & Shear, 2000; Reijntjes, Stegge & Meerum-Terwogt, 2006; Rudolph, 2002). También se encuentran diferencias de género en la naturaleza de las respuestas emocionales. Ante dificultades con los iguales, los niños son más proclives a manifestar conductas agresivas, mientras que las niñas tienden a presentar conductas inhibidas, ansiedad y otros síntomas de carácter internalizado (Dodge & Feldman, 1990; Rudolph, 2002; Sandstrom, Cillessen & Eisenhower, 2003).

Se sugiere que existen diferencias en el desarrollo de sintomatología asociada a una baja aceptación sociométrica en función de la edad. A medida que se avanza en el desarrollo evolutivo, las relaciones interpersonales con los iguales son más íntimas, suponen un importante recurso emocional e intervienen en el fortalecimiento del autoconcepto, por lo que el efecto de experiencias negativas con los iguales puede ser más intenso. Al final de la niñez y de la adolescencia, el mundo de las relaciones interpersonales con los iguales cobra especial relevancia, y el rechazo de los iguales tiene un gran impacto a nivel emocional (Cyranowski et al., 2000; Rudolph & Hammen, 1999).

En el presente estudio, también se consideran el estrés cotidiano autopercibido y los estilos de afrontamiento como variables potencialmente relacionadas con la aceptación sociométrica. En cuanto al estrés cotidiano, cabe destacar que los niños que no son aceptados socialmente constituyen una población en riesgo de sufrir estrés, entre otros desajustes socioemocionales. Como puntualiza Trianes (2002), las relaciones entre iguales suponen un contexto imprescindible para el desarrollo emocional, moral y cognitivo del niño. Así pues, cuando las interacciones no son satisfactorias y el niño sufre un rechazo activo de sus iguales, las relaciones interpersonales se convierten en una importante fuente de estrés.

Además, parece existir un amplio consenso en la investigación referente a la incidencia diferencial del género sobre el estrés cotidiano infantil, implicando diferencias cuantitativas y cualitativas. En esta línea, estudios previos han destacado mayores niveles de estrés y un mayor impacto emocional de los mismos en niñas (Griffith, Dubow & Ippolito, 2000; Hampel & Petermann, 2006; Kouzma & Kennedy, 2002; Seiffge-Krenke, 1995).

Las investigaciones también informan de diferencias en la forma de percibir y de responder a los estímulos estresantes según la edad (Trianes, 2002), aunque los resultados no son consistentes. Algunos autores indican que en niños de menor edad se observa un mayor impacto emocional de los estresores percibidos, acentuándose sus efectos negativos (Compas, 1987; Jewett & Peterson, 2002). Sin embargo, otras investigaciones destacan un mayor impacto emocional de los acontecimientos estresantes en niños de mayor edad. Desde esta óptica, diversos autores señalan que los cambios asociados a la adolescencia producen una considerable incidencia de estresores y una mayor vulnerabilidad al desarrollo de consecuencias emocionales (Frydenberg & Lewis, 1993a; Ge, Lorenz, Conger, Elder & Simons, 1994; Hampel & Petermann, 2006; Rudolph, 2002). La influencia de la edad en la vivencia del estrés precisa de más estudios que ayuden a obtener resultados concluyentes.

Además de atender a la relación entre baja aceptación sociométrica y la percepción de estrés, hay que valorar la importancia del repertorio de estrategias de afrontamiento del niño, siendo ello clave para comprender el desarrollo de psicopatología infantil asociada a baja aceptación sociométrica (Sandstrom, 2004). En general, el empleo de estrategias de afrontamiento orientadas al problema (por ejemplo, solución instrumental del problema y búsqueda de apoyo) se asocia a resultados favorables de adaptación social en la infancia, mientras que estrategias de afrontamiento calificadas como no constructivas o improductivas (por ejemplo, conductas agresivas y rumiación) se vinculan a relaciones sociales no satisfactorias (Eisenberg, Fabes, Bernzweig, Karbon, Poulin & Hanish, 1993; Fabes & Eisenberg, 1992; Reijntjes, Stegge & Meerum-Terwogt, 2006; Sandstrom, 2004). En cuanto al género, los resultados de las investigaciones realizadas confluyen en un mismo punto, mientras los niños emplean con mayor frecuencia estrategias orientadas a abordar el problema, las niñas tienden a valorar las situaciones estresantes como menos controlables y se inclinan más por el empleo de estrategias como preocupación, recurrir a los demás y hacerse ilusiones (Frydenberg & Lewis, 1993a; Griffith et al., 2000; Hampel & Petermann, 2005).

En cuanto a los resultados del efecto de la edad en el afrontamiento, investigaciones que analizan los estresores más comunes en la infancia, como los académicos e interpersonales, muestran que los niños de menor edad hacen un mayor uso de estrategias de afrontamiento centrados en el problema. A medida que aumenta la edad, se incrementa el afrontamiento orientado a la emoción (por ejemplo, reducción de la tensión o autoinculparse) (Band & Weisz, 1990; Compas, Malcarne & Fondacaro, 1988; Frydenberg & Lewis, 1993a, 1999; Spirito, Stark, Grace & Stamoulis, 1991). Así pues, los niños de menor edad emplean, de forma significativa, estrategias de afrontamiento centradas en el problema, mientras que conforme crecen muestran mayor flexibilidad para alternar entre estrategias orientadas al problema y a la emoción.

De acuerdo con los estudios revisados, el propósito de esta investigación es aportar información sobre las relaciones entre la aceptación sociométrica e inadaptación emocional, estrés cotidiano y estilos de afrontamiento en un contexto escolar español. Se consideran cuatro objetivos principales: (1) Realizar un estudio descriptivo de las variables aceptación sociométrica, inadaptación socioemocional, estrés cotidiano autopercibido y estilos de afrontamiento; (2) Explorar y describir la relación de la aceptación sociométrica con las variables de inadaptación socioemocional; (3) Explorar y describir la relación de la aceptación sociométrica con el estrés cotidiano autopercibido; y (4) Explorar y describir la relación de la aceptación sociométrica con los estilos de afrontamiento. Los objetivos propuestos están en función de las variables género y edad.

A continuación se especifican las hipótesis o implicaciones surgidas a partir de los objetivos, se espera que: (1) El alumnado estudiado, de acuerdo a su pertenencia a una muestra no clínica, presente niveles de aceptación sociométrica, inadaptación socioemocional, estrés cotidiano autopercibido y estilos de afrontamiento dentro de valores medios; (2) La relación entre un menor nivel de aceptación sociométrica y una mayor presencia de problemas de inadaptación socioemocional, será más intensa en la submuestra de niñas y en el alumnado de mayor edad; (3).La relación entre un menor nivel de aceptación sociométrica y una mayor presencia de estrés cotidiano autopercibido, será más intensa en la submuestra de niñas y en el alumnado de mayor edad; y (4) La relación entre un menor nivel de aceptación sociométrica y un mayor empleo del estilo de afrontamiento improductivo, será más intensa en la submuestra de niñas y en el alumnado de mayor edad. En cambio, la relación entre una alta aceptación sociométrica y un mayor empleo del estilo de afrontamiento centrado en el problema, será más intensa en la submuestra de niños y en el alumnado de menor edad.

Método

Participantes

La muestra está formada por 392 estudiantes (187 niñas y 205 niños), con edades comprendidas entre los 9 y 12 años (M = 10.48 años; DT = 0.97). Los centros educativos corresponden a zonas urbanas con familias de un nivel socioeconómico medio.

Instrumentos

Aceptación sociométrica. El grado de aceptación de los iguales se evalúo a través de una Escala de Calificación Sociométrica de tres puntos, construida a partir de los listados de clase. Cada niño califica a sus compañeros en dicha escala, contestando a la pregunta ¿Cuánto te gusta jugar con...?. La puntuación asignada a cada escalón es: 1 "nada", 2 "regular" y 3 "mucho". Para calcular la puntuación de aceptación sociométrica de cada niño, al total de puntuaciones positivas se le resta el de puntuaciones negativas, y se estandariza el resultado obtenido en función del número de alumnos del grupo de clase. Siguiendo estos parámetros, se calculó la puntuación sumando las calificaciones 3 y 2, restando luego la suma de calificaciones de 1, dividiendo la operación por el número de iguales de cada clase, menos el propio niño (n - 1). Los procedimientos de escalas de calificación sociométrica presentan adecuadas propiedades psicométricas (Balda, Punia & Singh, 2005).

Inadaptación socioemocional. Para evaluar el grado de inadaptación socioemocional, se empleó el Sistema de Evaluación de la Conducta de Niños y Adolescentes (BASC; Reynolds & Kamphaus, 1992; adaptación española de González, Fernández, Pérez & Santamaría, 2004). Se utilizó el autoinforme de personalidad S2 correspondiente a las edades de la muestra participante. Consta de 146 enunciados contestados como verdadero o falso, a partir de los cuales se obtiene una puntuación en 12 factores que se agrupan en cuatro escalas globales, las cuales han sido empleadas en este estudio: (1) Síntomas emocionales. Representa un indicador global de alteraciones emocionales, consta de los factores de ansiedad, relaciones interpersonales, autoestima, estrés social, depresión y sentido de incapacidad. Puntuaciones elevadas informan de la presencia de problemas socioemocionales. (2) Desajuste escolar. Consta de los factores de actitud negativa hacia el colegio y actitud negativa hacia los profesores. Puntuaciones altas se asocian con inadaptación escolar. (3) Desajuste clínico. Comprende los factores de ansiedad, atipicidad y locus de control. Altas puntuaciones indican la presencia de problemas clínicos y de naturaleza interiorizada. (4) Adaptación personal. Consta de los factores de relaciones interpersonales, relaciones con los padres, confianza en sí mismo y autoestima. Puntuaciones altas indican niveles positivos de ajuste socioemocional. La traducción y adaptación española de la prueba presenta adecuadas propiedades psicométricas (González et al., 2004). En el presente estudio, los coeficientes alfa de Cronbach de las escalas: síntomas emocionales, desajuste escolar, desajuste clínico y adaptación personal, fueron de .87, .68, .84 y .81, respectivamente.

Estrés cotidiano. El nivel de estrés cotidiano se valoró mediante el Inventario Infantil de Estresores Cotidianos (IIEC; Trianes, et al.,). Consta de 25 ítems dicotómicos sobre acontecimientos diarios relacionados con la salud, la escuela y la familia, hallándose una puntuación total de estrés cotidiano a través de la suma de las respuestas afirmativas. Este instrumento chequea la frecuencia de los eventos molestos e irritantes que se han experimentado habitualmente en los últimos doce meses. Puntuaciones altas se interpretan como indicativas de altos niveles de estrés cotidiano autopercibido. El instrumento presenta adecuados índices de consistencia interna, fiabilidad testretest y evidencias externas de validez (Trianes et al., 2009). En el presente estudio, el coeficiente alfa de Cronbach fue de .74.

Estilos de afrontamiento. Para evaluar el afrontamiento de los escolares se empleó la versión abreviada de la Escala de Afrontamiento para Adolescentes en su forma general (ACS; Frydenberg & Lewis, 1993b). Se trata de un autoinforme compuesto por 18 ítems que corresponden a 18 estrategias de afrontamiento. Estos ítems se puntúan mediante una escala de tipo Likert de cinco puntos (1 "no me ocurre o no lo hago" a 5 "me ocurre o lo hago con mucha frecuencia"). El análisis factorial de las estrategias arroja tres factores que se identifican con tres estilos básicos de afrontamiento (Frydenberg & Lewis, 1996): (1) Centrado en el problema, consta de cinco subescalas: concentrarse en resolver el problema, buscar diversiones relajantes, distracción física, esforzarse y tener éxito, y fijarse en lo positivo. (2) Afrontamiento en relación con los demás, consta de seis subescalas: buscar apoyo social, buscar apoyo profesional, buscar apoyo espiritual, buscar pertenencia, acción social e invertir en amigos íntimos. (3) Afrontamiento improductivo, consta de siete subescalas: preocuparse, hacerse ilusiones, falta de afrontamiento o no afrontamiento, ignorar el problema, reservarlo para sí, autoinculparse y reducción de la tensión mediante conductas agresivas y de llanto. La escala presenta adecuadas propiedades psicométricas (Frydenberg & Lewis, 1993b, 1996). En el presente estudio, los coeficientes alfa de Cronbach de los estilos de afrontamiento centrado en el problema, afrontamiento en relación con los demás y afrontamiento improductivo, fueron de .56, .54 y .55, respectivamente.

Procedimiento

El proyecto de la investigación se presentó a cuatro centros de educación primaria, a través de varias reuniones con la dirección, el profesorado y los padres de los niños y niñas, en las que se explicaron los objetivos del estudio. Tras la obtención del consentimiento por escrito de los centros educativos y de las respectivas familias, se aplicaron las pruebas en el aula bajo la supervisión de un investigador, enfatizando el carácter confidencial de los datos y la participación voluntaria del alumnado.

Resultados

Análisis descriptivos

Como se observa en la Tabla 1, la muestra del estudio presenta valores medios en aceptación sociométrica, inadaptación socioemocional, estrés cotidiano y estilos de afrontamiento dentro de las puntuaciones promedio de las escalas.

Análisis de correlación

Aceptación sociométrica e inadaptación socioemocional

Los resultados muestran una correlación negativa entre aceptación sociométrica y las escalas de síntomas emocionales, desajuste escolar y desajuste clínico, además, se halló una correlación positiva con la escala de adaptación personal (Tabla 2). En cuanto a las diferencias observadas por género, destaca que la relación es más fuerte para la submuestra de niñas, siendo en ellas la correlación entre aceptación sociométrica y todas las escalas de ajuste socioemocional significativa al nivel p < .01. En la submuestra de niños, se observa correlación significativa al nivel p < .01 en la escala de desajuste escolar. Igualmente, se halla correlación significativa al nivel p < .05 en las escalas de síntomas emocionales y adaptación personal y no se encuentra correlación significativa con la escala de desajuste clínico (Tabla 2). Según la edad de los participantes, la relación entre la aceptación sociométrica y las cuatro escalas globales del BASC es más fuerte en la submuestra de 10 y 12 años, excepto para la escala de adaptación personal y desajuste clínico respectivamente (Tabla 2).

Aceptación sociométrica y estrés cotidiano autopercibido

Los resultados, en la muestra total, presentan una correlación negativa significativa entre la variable aceptación sociométrica y el estrés vivenciado por los escolares. Es decir, aquellos estudiantes que experimentan una menor aceptación sociométrica, manifiestan altos niveles de estrés cotidiano (Tabla 3). En función del género, esta relación entre la aceptación sociométrica y el estrés cotidiano autopercibido es significativa sólo en el caso de las niñas (Tabla 3). Atendiendo a la edad, la relación entre las mencionadas variables es significativa en alumnado de 10 y 12 años (Tabla 3).

Aceptación sociométrica y estilos de afrontamiento

Los resultados indican que, en la muestra total, la variable aceptación sociométrica únicamente se correlaciona, de manera positiva, con el estilo de afrontamiento "en relación con los demás". Es decir, el alumnado con mayor aceptación sociométrica emplea el estilo de afrontamiento "en relación con los demás" (Tabla 4). En cuanto a los resultados según el género, no se observan relaciones significativas entre aceptación sociométrica y estilos de afrontamiento (Tabla 4). Los resultados en función de la edad muestran que la relación entre las mencionadas variables únicamente es significativa en la submuestra de 12 años, en la que se observa una correlación positiva entre la variable aceptación sociométrica y el estilo de afrontamiento "en relación con los demás" (Tabla 4).

Discusión

Estadísticos descriptivos de la muestra

Respecto a los resultados obtenidos en los análisis descriptivos, puede decirse que la muestra del estudio, respondiendo a su naturaleza no clínica, no presenta niveles extremos en ninguna de las variables medidas. En cuanto a la aceptación sociométrica, informada por los iguales a través de una escala de calificación, la mayoría de los niños y niñas presentan niveles de aceptación sociométrica con valores positivos. En relación con la inadaptación socioemocional, evaluada a través de la prueba BASC, las puntuaciones en las diferentes escalas globales se localizan en el rango medio según los baremos de la adaptación española de la prueba (González et al., 2004). En cuanto al estrés cotidiano autopercibido, evaluado a través del IIEC, los participantes presentan niveles de estrés cotidiano medios en relación con los valores extremos del instrumento (Trianes et al., 2009). Finalmente, los datos referentes a los estilos de afrontamiento son similares a los obtenidos en los estudios de la versión original abreviada del ACS y realizados en muestras no clínicas (Frydenberg & Lewis, 1996).

Relación de la variable aceptación sociométrica con inadaptación socioemocional

En el presente estudio se confirma la existencia de una relación entre baja aceptación sociométrica e inadaptación socioemocional. Se obtuvieron correlaciones significativas negativas entre la aceptación sociométrica y las escalas de síntomas emocionales, desajuste escolar y desajuste clínico. A la par, se encontraron correlaciones significativas positivas entre la aceptación sociométrica y la escala de adaptación personal. Asimismo, se observó que la aceptación de los iguales puede influir sobre los problemas socioemocionales, y se halló que, a menor puntuación en aceptación sociométrica, niños y niñas presentan mayor sintomatología de naturaleza interiorizada y exteriorizada. Los resultados encontrados se hallan en la línea de investigaciones previas que, consistentemente, vienen demostrando que sufrir experiencias interpersonales negativas se asocia a desajuste emocional en la infancia y en adolescencia (Dodge et al., 2003; Nolan, Flynn & Garber, 2003; Wentzel, 2003).

Aquí el género también ha demostrado aportar diferencias. Existe una asociación más intensa entre baja aceptación sociométrica y desajuste socioemocional de naturaleza interiorizada para la submuestra de niñas. Este resultado coincide con estudios previos que han mostrado mayor impacto de relaciones interpersonales problemáticas en niñas (Reijntjes, Stegge & Meerum-Terwogt, 2006; Sandstrom et al., 2003). Una posible explicación a este efecto diferencial se encuentra en que las niñas emplean las relaciones sociales como uno de sus principales recursos de afrontamiento, por lo que un fracaso en éstas se asocia a un mayor desajuste emocional (Garnefski, Boon & Kraaij, 2003; Seiffge-Krenke & Stemmler, 2002). Otra explicación puede ser la mayor importancia que las niñas otorgan a la inclusión social, debido a que los procesos de socialización primaria respecto a los tradicionales roles de género, enfatizan en ellas la pertenencia a redes interpersonales afectivas. Esta mayor valoración de las relaciones interpersonales puede acarrear efectos negativos en situaciones de baja aceptación por parte de los iguales, propiciando el desarrollo de sintomatología internalizada, en concreto, ansiedad y depresión (Rudolph, 2002).

Atendiendo a la edad, la relación entre baja aceptación sociométrica e inadaptación socioemocional es más intensa en el alumnado de 10 y 12 años, excepto para la escala de adaptación personal y desajuste clínico, respectivamente. Este resultado no ofrece un patrón que responda a hallazgos consistentes, por lo que se precisa continuar en su exploración mediante la ampliación del rango de edad de la muestra de estudio, incluyendo la adolescencia media y tardía, con la finalidad de determinar la influencia de la variable edad. De esta forma, será posible comparar el impacto de la baja aceptación sociométrica en la infancia media y adolescencia.

Relación de la variable aceptación sociométrica con estrés cotidiano autopercibido

Respecto al análisis de las relaciones entre aceptación sociométrica y estrés cotidiano autopercibido, el presente estudio muestra una correlación significativa negativa entre ambas variables. Éste es un resultado esperable, pues investigaciones previas han mostrado una estrecha relación entre interacciones problemáticas con los iguales y experimentar estrés en la infancia (Trianes, 2002).

En lo concerniente al género, dicha asociación únicamente es significativa para la submuestra de niñas. Estos resultados están en consonancia con estudios previos que indican que las niñas se caracterizan por mostrar mayor percepción de estrés ante dificultades en las relaciones interpersonales (Hampel & Petermann, 2006; Rudolph & Hammen, 1999; Spirito et al., 1991). Cabe subrayar que las explicaciones descritas en el apartado anterior son aplicables a este punto. En efecto, los patrones de socialización primaria influyen en la importancia que las niñas otorgan a las relaciones interpersonales y a la pertenencia a grupos, lo que puede implicar consecuencias emocionales negativas más intensas en ellas cuando dicha inclusión no es exitosa.

En función de la edad, se observa una asociación más intensa entre aceptación sociométrica y estrés cotidiano autopercibido para la submuestra de 10 y 12 años. Estos resultados, que coinciden con los expuestos en el apartado anterior, confirman la necesidad de continuar investigando los efectos de la edad sobre indicadores de adaptación socioemocional ampliando el rango de edad con la finalidad de obtener perfiles más precisos que ayuden a determinar el rol de la misma.

Relación de la variable aceptación sociométrica con estilos de afrontamiento

En cuanto a la asociación entre aceptación sociométrica y el estilo de afrontamiento de niños y niñas, los resultados muestran una correlación significativa positiva con el afrontamiento "en relación con los demás". Es decir, el empleo de estrategias de afrontamiento como buscar apoyo social, buscar apoyo profesional, buscar apoyo espiritual, buscar pertenencia, acción social e invertir en amigos íntimos se asocia a una buena aceptación sociométrica. Aunque este resultado parece esperable, no hemos encontrado estudios que hayan analizado la relación entre este estilo de afrontamiento y la aceptación de los iguales, ni siquiera en el caso de los trabajos que también emplean el instrumento ACS de Frydenberg & Lewis (1993b), ya que ninguno de ellos evalúa la variable aceptación sociométrica. Es, por tanto, un resultado específico y novedoso.

Sin embargo, no se encontraron correlaciones significativas entre aceptación sociométrica y los estilos de afrontamiento centrado en el problema e improductivo. Por consiguiente, no se confirman las relaciones esperadas a partir de estudios anteriores, las cuales han puesto de manifiesto una relación directa entre alta aceptación de los iguales y el empleo de estrategias de afrontamiento centradas en el problema, así como también una relación entre baja aceptación y empleo de estrategias de afrontamiento improductivas (Bowker, Bukowski, Hymel & Sippola, 2000; Fabes & Eisenberg, 1992).

Tampoco hay relación entre estas variables estudiadas en función del género. Por tanto, estos resultados no coinciden con estudios que han examinado estresores interpersonales y desarrollo de problemas socioemocionales, destacando un mayor empleo de estrategias improductivas, como evitación, rumiación y resignación, en niñas (Hampel & Petermann, 2005, 2006; Rudolph, 2002; Spirito et al., 1991). Puede argumentarse que estudios recientes que emplean rangos de edad similares tampoco hallan diferencias de género en cuanto a las respuestas de afrontamiento ante situaciones de rechazo de los iguales (Reijntjes, Stegge & Meerum-Terwogt, 2006; Reijntjes, Stegge, Meerum- Terwogt, Kamphuis & Telch, 2006). Estos resultados, parecen indicar que las diferencias entre niños y niñas en el empleo de estrategias de afrontamiento, concretamente improductivas, permanecen imperceptibles en la infancia media, y comienzan a tomar importancia en la adolescencia.

En relación con la edad, se hallaron correlaciones significativas positivas entre aceptación sociométrica y afrontamiento "en relación con los demás" en la submuestra de 12 años. Esta mayor relación puede deberse, de forma parcial, al hecho de que en la adolescencia temprana, en comparación con la niñez, cobra especial importancia la inclusión en el grupo de iguales y los valores de compromiso entre los miembros del mismo, debido a lo cual en niños de mayor edad se incrementa la búsqueda de apoyo social de los iguales para afrontar situaciones estresantes (Brown, 1996).

En cuanto a la relación entre baja aceptación sociométrica e inadaptación socioemocional según el género, nuestros resultados confirmaron los numerosos estudios que la describen. El aporte más original de este trabajo está en abordar el estudio de la relación de la aceptación sociométrica con el estrés cotidiano y el afrontamiento. Este acercamiento es una novedad ya que son escasos los trabajos que abordan el estudio de las dificultades sociales en la infancia media poniéndolas en relación con la percepción de estrés y el estilo de afrontamiento ante situaciones adversas.

Las limitaciones de este estudio son inherentes a su metodología basada en correlaciones directas entre las variables consideradas. Asimismo, las correlaciones que se obtienen son moderadamente bajas, aunque estadísticamente significativas. En consecuencia, será preciso continuar indagando y emplear análisis multivariados más robustos que permitan llegar a conclusiones con mayor certeza. En un futuro, se abordará el estudio en mayor profundidad con metodologías multivariadas que examinen las dificultades en las relaciones interpersonales (incluyendo diferencias asociadas a género), que analicen la respuesta de estrés (ansiedad, ira y activación fisiológica) y su afrontamiento, en alumnado con un rango de edad más amplio que el empleado en el presente estudio, y aclarando el papel de la edad.

Finalmente, se destaca el abordaje de la aceptación sociométrica desde el campo del estrés cotidiano y su afrontamiento. Ello representa una nueva vía para la evaluación e intervención psicoeducativa en contextos escolares, incluyendo nuevos tratamientos y criterios para la prevención de trastornos de inadaptación y ajuste socioemocional en alumnado en riesgo por sufrir rechazo, violencia o aislamiento de los iguales. Estas implicaciones suponen también un enfoque de prevención primaria en problemas de acoso escolar, a través de programas y actividades dirigidas tanto al manejo del estrés, como al empleo de estrategias de afrontamiento eficaces por parte del alumnado (Trianes, 2000).


Referencias

1. Balda, S., Punia, S. & Singh, K. (2005). Assessment of peer relations: A comparison of peer nomination and rating scale. Journal of Human Ecology, 18, 271-273.         [ Links ]

2. Band, E. B. & Weisz, J. R. (1990). Developmental differences in primary and secondary control coping and adjustment to juvenile diabetes. Journal of Clinical Child Psychology, 19, 150-158.         [ Links ]

3. Bowker, A., Bukowski, W. M., Hymel, S. & Sippola, L. K. (2000). Coping with daily hassles in the peer group during early adolescence: Variations as a function of peer experience. Journal of Research on Adolescence, 10, 211-243        [ Links ]

4. Brown, B. B. (1996). Visibility, vulnerability, development, and context: Ingredients for a fuller understanding of peer rejection in adolescence. Journal of Early Adolescence, 16, 27-36.         [ Links ]

5. Compas, B. E. (1987). Stress and life events during childhood and adolescence. Clinical Psychology Review, 7, 275-302.         [ Links ]

6. Compas, B. E., Malcarne, V. L. & Fondacaro, K. M. (1988). Coping with stressful life events in older children and young adolescents. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 56, 405-411.         [ Links ]

7. Cyranowski, J., Frank, E., Young, E. & Shear, M. (2000). Adolescent onset of the gender difference in lifetime rates of major depression: A theoretical model. Archives of General Psychiatry, 57, 21-27.         [ Links ]

8. Dodge, K. A. & Feldman, E. (1990). Issues in social cognition and sociometric status. En: S. R. Asher & J. D. Coie (Eds.), Peer rejection in childhood (pp. 119- 155). New York, NY: Cambridge University Press.         [ Links ]

9. Dodge, K. A., Lansford, J. E., Burks, V. S., Bates, J. E., Pettit, G. S., Fontaine, R., et al. (2003). Peer rejection and social information-processing factors in the development of aggressive behavior problems in children. Child Development, 74, 374-393.         [ Links ]

10. Eisenberg, N., Fabes, R. A., Bernzweig, J., Karbon, M., Poulin, R. & Hanish, L. (1993). The relations of emotionality and regulation to preschoolers' social skills and sociometric status. Child Development, 64, 1418-1438.         [ Links ]

11. Fabes, R. A. & Eisenberg, N. (1992). Young children's coping with interpersonal anger. Child Development, 63, 116-128.         [ Links ]

12. Frydenberg, E. & Lewis, R. (1993a). Boys play sport and girls turn to others: Age, gender and ethnicity as determinants of coping. Journal of Adolescence, 16, 253-266.         [ Links ]

13. Frydenberg, E. & Lewis, R. (1993b). Adolescent Coping Scale: Administrator's manual. Hawthorn, Victoria: Australian Council for Educational Research.         [ Links ]

14. Frydenberg, E. & Lewis, R. (1996). A replication study of the structure of the Adolescent Coping Scale: Multiple forms and applications of a self-report inventory in a counselling and research context. European Journal of Psychological Assessment, 12, 224-235.         [ Links ]

15. Frydenberg, E. & Lewis, R. (1999). Things don't get better just because you're older: A case for facilitating reflection. British Journal of Educational Psychology, 69, 81-94.         [ Links ]

16. Garnefski, N., Boon, S. & Kraaij, V. (2003). Relationships between cognitive strategies of adolescents and depressive symptomatology across different types of life event. Journal of Youth and Adolescence, 32, 401-408.         [ Links ]

17. Ge, X., Lorenz, F. O., Conger, R. D., Elder, G. H. & Simons, R. L. (1994). Trajectories of stressful life events and depressive symptoms during adolescence. Developmental Psychology, 30, 467-483.         [ Links ]

18. González, J., Fernández, S., Pérez, E. & Santamaría, P. (2004). Adaptación española del sistema de evaluación de la conducta en niños y adolescentes: BASC. Madrid: TEA Ediciones.         [ Links ]

19. Griffith, M. A., Dubow, E. F. & Ippolito, M. F. (2000). Developmental and cross-situational differences in adolescents coping strategies. Journal of Youth and Adolescence, 29, 183-204.         [ Links ]

20. Hampel, P. & Petermann, F. (2005). Age and gender effects on coping in children and adolescents. Journal of Youth and Adolescence, 34, 73-83.         [ Links ]

21. Hampel, P. & Petermann, F. (2006). Perceived stress, coping, and adjustment in adolescents. Journal of Adolescent Health, 38, 409-415.         [ Links ]

22. Jewett, J. & Peterson, K. (2002, Diciembre). Stress and young children. Extraído el 15 Agosto, 2006, de http://ceep.crc.uiuc.edu/eecearchive/digests/2002/jewett02.pdf        [ Links ]

23. Kouzma, N. M. & Kennedy, G. A. (2002). Homework, stress, and mood disturbance in senior high school students. Psychological Reports, 91, 193-198.         [ Links ]

24. Ladd, G. W. & Troop-Gordon, W. (2003). The role of chronic peer adversity in the development of children's psychological adjustment problems. Child Development, 74, 1325-1348.         [ Links ]

25. Nolan, S. A., Flynn, C. & Garber, J. (2003). The relation between rejection and depression in adolescents. Journal of Personality and Social Psychology, 85, 745-755.         [ Links ]

26. Reijntjes, A., Stegge, H. & Meerum-Terwogt, M. (2006). Children's coping with peer rejection: The role of depressive symptoms, social competence, and gender. Infant and Child Development, 15, 89-107.         [ Links ]

27. Reijntjes, A., Stegge, H., Meerum-Terwogt, M., Kamphuis, J. H. & Telch, M. J. (2006). Children's coping with in vivo peer rejection: An experimental investigation. Journal of Abnormal Child Psychology, 34, 877-889.         [ Links ]

28. Reynolds, C. R. & Kamphaus, R. W. (1992). Behavior assessment system for children (BASC). Circle Pines, MN: American Guidance Services.         [ Links ]

29. Rudolph, K. D. (2002). Gender differences in emotional response to interpersonal stress during adolescence. Journal of Adolescent Health, 30, 3-13.         [ Links ]

30. Rudolph, K. D. & Hammen, C. (1999). Age and gender determinants of stress exposure, generation, and reactions in youngsters: A transactional perspective. Child Development, 70, 660-677.         [ Links ]

31. Sandstrom, M. J. (2004). Pitfalls of the peer world: How children cope with common rejection experiences. Journal of Abnormal Child Psychology, 32, 67-81.         [ Links ]

32. Sandstrom, M. J., Cillessen, A. H. N. & Eisenhower, A. (2003). Children's appraisal of peer rejection experiences: Impact on social and emotional adjustment. Social Development, 12, 530-550.         [ Links ]

33. Seiffge-Krenke, I. (1995). Stress, coping, and relationships in adolescence. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.         [ Links ]

34. Seiffge-Krenke, I. & Stemmler, M. (2002). Factors contributing to gender differences in depressive symptoms: A test of three developmental models. Journal of Youth and Adolescence, 31, 405-417.         [ Links ]

35. Spirito, A., Stark, L. J., Grace, N. & Stamoulis, D. (1991). Common problems and coping strategies reported in childhood and early adolescence. Journal of Youth and Adolescence, 20, 531-544.         [ Links ]

36. Trianes, M. V. (2000). Violencia en contextos escolares. Málaga: Aljibe.         [ Links ]

37. Trianes, M. V. (2002). Estrés en la infancia. Madrid: Narcea.         [ Links ]

38. Trianes, M. V., Blanca, M. J., Fernández, F. J., Escobar, M., Maldonado. E. F. & Muñoz, A. M. (2009). Evaluación del estrés infantil: Inventario Infantil de Estresores Cotidianos (IIEC). Psicothema, 21, 598-603.         [ Links ]

39. Wentzel, K. R. (2003). Sociometric status and adjustment in middle school: A longitudinal study. The Journal of Early Adolescence, 23, 5-28.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License