Introducción. La Patagonia chilena: ¿entre la valoración ambiental global y el ecoextractivismo?
El agua es un elemento vital de la Patagonia chilena (occidental), con relativa abundancia respecto al resto del territorio nacional y global. No obstante, está amenazada por su vulnerabilidad al calentamiento global y la globalización económica (Falvey y Garreaud 2009; Sáenz Passeron 2015). Hace casi dos décadas, el proyecto HidroAysén, copropiedad de la transnacional Endesa S.A. y la empresa nacional Colbún S.A, constituyó una amenaza extractivista explícita, movilizando a gran parte del territorio en la defensa de sus aguas, como el movimiento social “Patagonia sin represas”. HidroAysén contemplaba la instalación de cinco megarepresas en ríos emblemáticos de la Patagonia y una ruta eléctrica de alta tensión para alimentar principalmente a la gran minería del cobre en el norte del país, lo que generaría un impacto directo sobre sus ecosistemas (Vince 2010). Tras casi una década de lucha socioambiental (2005-2014), la férrea oposición social permitió la cancelación definitiva del proyecto, marcando un hito en la historia ambiental del territorio (Torres Salinas, García Carmona y Rojas Hernández 2017).
El escenario actual es distinto, dado que se han desarrollado, en el marco del capitalismo verde, amenazas ecoextractivistas no explícitas, en tanto formas de apropiación y mercantilización de la naturaleza que se presentan como sustentables, ecológicas y compatibles con la conservación del medio ambiente (Núñez et al. 2018; Núñez et al. 2019; Núñez et al. 2024; Salazar-Burrows, Matus y Olea-Peñaloza 2023), dificultando la percepción de sus impactos y su propia identificación como efectivas amenazas socioambientales. En este contexto, surge la necesidad de identificar y analizar estas nuevas amenazas ecoextractivistas con énfasis en sus implicaciones hidrosociales. Este objetivo general se persigue desde el lente crítico de ecología política latinoamericana (Alimonda 2016), a través de un enfoque relacional (Escobar 2015; Díaz Guzmán 2020), centrado en un análisis etnográfico y situado en la localidad de Puerto Río Tranquilo y Valle Explotadores, región de Aysén, como una manera de comprender las modalidades ecoextractivistas presentes y los impactos hidrosociales en la vida local asociados, desde las múltiples territorialidades (Gutiérrez Arguedas 2014) y voces de la comunidad local.
Para la Patagonia occidental, se constatan pocas pero interesantes investigaciones sobre ecoextractivismo (Núñez et al. 2018; Núñez et al. 2019; Núñez et al. 2024), en las que se plantea que conservacionismo y extractivismo no serían lógicas antagónicas, pues operan desde sustratos comunes como la lógica de acumulación, la reproducción del capital y la concentración de la propiedad de la tierra y de los recursos. Por otro lado, Beer (2023b) y Bourlon (2017) analizan el papel del capital filantrópico en la conservación privada y los límites que esto supone en la gobernanza estatal. Estas líneas investigativas convergen en señalar cómo el capitalismo verde considera consumible el valor de la naturaleza protegida mediante técnicas de producción similares a las que definen a los extractivismos, como la producción a gran escala y su orientación a los mercados globales (Gudynas 2015). Estas técnicas, cuando se aplican a la protección ambiental, no solo crean incentivos perversos para la acción, sino que también ayudan a impulsar la convergencia entre conservación y extracción (Beer 2023a). Evidencia de ello son las investigaciones sobre los modos de apropiación de la Patagonia como un commodity para el turismo y la conservación (Rodríguez Torrent, Gissi Barbieri y Medina Hernández 2015; Rodríguez Torrent, Reyes Herrera y Mandujano Bustamante 2016; Salazar-Burrows, Matus y Olea-Peñaloza 2023), el conservacionismo como estrategia de acumulación capitalista en otras regiones de Chile (De Matheus, Zunino y Huiliñir-Curío 2018) y la inserción de la Patagonia andina en el capitalismo verde global (Mendoza et al. 2017).
Por otro lado, la convergencia entre extracción y conservación también se evidencia en estudios hidrosociales, enfocados principalmente en la amenaza hidroextractivista que significó el proyecto de HidroAysén (Romero Aravena 2009; Romero Toledo, Romero Aravena y Toledo Olivares 2009; Romero Toledo 2014; Torres Salinas, García Carmona y Rojas Hernández 2017). Respecto al turismo y los procesos de mercantilización de la Patagonia, la literatura ha mostrado interés en fenómenos como la turistificación del territorio (Rodríguez Torrent, Reyes Herrera y Mandujano Bustamante 2016; Salazar-Burrows, Matus y Olea-Peñaloza 2023) y el papel de esta actividad económica en los movimientos sociales de oposición a HidroAysén desde la identidad local y el valor mundial de la Patagonia como reserva de vida (Torres Salinas y Rojas Hernández 2011; Reyes Herrera y Rodríguez Torrent 2015; Torres Salinas, García Carmona y Rojas Hernández 2017; Segura y Bourlon 2011).
Junto con recoger los valiosos aportes de esta literatura, consideramos que faltan estudios que analicen hidrosocialmente brechas de conocimiento sobre las dimensiones hidrosociales de estas modalidades ecoextractivistas en territorios de alto valor ecológico, y sobre la relación que el paradigma de la conservación neoliberal de la naturaleza (Büscher et al. 2012) tendría en su impulso. En este sentido, este trabajo contribuye con conocimientos originales, desde una mirada situada que considera central el conocimiento local; con la particularidad de un enfoque relacional que resuena con la tradición crítica ecosocial latinoamericana y su intento por desbordar teórica y metodológicamente el dualismo sociedad-naturaleza, constitutivo del pensamiento moderno occidental (Escobar 2015; Díaz Guzmán 2020).
Marco relacional y la ecología política latinoamericana
Una de las causas de la profundización de la actual crisis ecológica es su limitada comprensión desde el pensamiento moderno-colonial, cuyo binarismo ontológico concibe a la naturaleza como una entidad pasiva, irracional y desconectada de lo humano, que por contraparte se representa activo y racional (Escobar 2015; Díaz Guzmán 2020). Esta perspectiva ha legitimado la sobreexplotación de la naturaleza, en tanto sustrato pasivo al servicio del proyecto civilizatorio moderno occidental (Valenzuela Fuentes, Torres Salinas y Jerez-Henríquez 2023), lo que nos enfrenta a una aguda crisis que pone en juego la sobrevivencia de múltiples especies, incluida la humana.
Haciendo eco de esta crítica, en un intento por producir conocimiento crítico y situado que dé cuenta de las complejidades socioambientales propias de Latinoamérica, en específico de la Patagonia Chilena, se propone un marco de análisis relacional que reconoce la interdependencia entre las sociedades humanas y los ecosistemas, buscando evitar el antropocentrismo con el que se ha abordado típicamente la investigación socioambiental (Swyngedouw 2009; Salazar et al. 2023). Nuestra perspectiva se sitúa dentro las ontologías relacionales (Escobar 2015), entendidas como una reivindicación de mundos (pluriversos autónomos), válidos ontológica y epistemológicamente en sus formas e interrelaciones. De ahí que se requiera un tránsito desde la racionalidad instrumental a la ambiental, en tanto concepciones del saber y el conocer que abandonan la dicotomía naturaleza/cultura y no disuelven las diferencias del diálogo de los saberes (Leff 2004) como conocimiento práctico y situado que no esconde su lugar de enunciación, renunciando a cualquier pretensión de neutralidad. En particular, esta investigación de ecología política latinoamericana opera como dispositivo de enunciación de la realidad socioambiental del extremo patagón y austral de Latinoamérica, comprometida con las históricas experiencias de defensa por la naturaleza y reconociendo ámbitos teóricos y territoriales ajenos a las grandes tradiciones del saber occidental (Alimonda 2016).
Territorialidades: más allá de la producción de la naturaleza
Según Smith (2020), la sociedad moderna produce el espacio y la naturaleza a través de un proceso de desarrollo geográfico desigual impulsado por la lógica de los mercados capitalistas. Incluso las áreas de conservación no están excluidas de este modelamiento desde el capital, obedeciendo a fines construidos bajo directrices sociales, económicas y políticas específicas. Así, el territorio consiste en un espacio producido socialmente y determinado por el ordenamiento político y económico que lo configura discursivamente. Desde una perspectiva latinoamericana, la producción del espacio enfatiza la pluralidad de lógicas en disputa (Santos 2000), a través del concepto de territorialidades, en tanto configuraciones en un mismo espacio geográfico con sentidos múltiples que expresan dimensiones discursivas, simbólicas, políticas, ideológicas, identitarias, culturales y sociohistóricas en disputa (Gutiérrez Arguedas 2014), lo que facilita la identificación de los impactos diferenciados que diversos procesos socioambientales generan en un mismo espacio geográfico.
Enfoque hidrosocial y el contexto hídrico del área de estudio
La investigación hidrosocial constituye un intento por trascender el dualismo moderno, considerando la circulación del agua como un flujo socionatural híbrido que fusiona la naturaleza y la sociedad de maneras inseparables (Swyngedouw 2009). Así, desde el mundo anglosajón, lo hidrosocial comparte la crítica al binarismo moderno señalada por las ontologías relacionales y la ecología política latinoamericana, siendo este cruce un diálogo fructífero entre ambas geopolíticas del conocimiento más que un movimiento de colonización y subordinación del saber. Además, lo hidrosocial presenta la suficiente apertura teórica y metodológica para articularlo con conceptos teóricos producidos desde Latinoamérica.
La lucha socioambiental por el agua se desarrolla sobre el acceso, el control y la distribución de partes del ciclo hidrosocial, en tanto proceso híbrido, en que agua y sociedad se coproducen en el espacio y a lo largo del tiempo y en donde la sobreabundancia de agua puede representar un peligro inminente o real (Swyngedouw 2009; Linton y Budds 2014). En este sentido, dado que el área de estudio representa un territorio con mayor disponibilidad relativa de agua respecto al resto de Chile, país en que se estima que el 75% del territorio está afectado por megasequía (Garreaud 2015; Santibáñez Quezada 2017), esta se encontraría susceptible a los intereses políticos y económicos que suscita esta profunda crisis de disponibilidad de agua (ver mapa 1). No obstante, el hecho de que la fuente de agua potable de Puerto Río Tranquilo (río Chirifo) esté interconectada con glaciares (Bañales-Seguel, Salazar y Mao 2020) sensibles a las anomalías térmicas asociadas al cambio climático (Falvey y Garreaud 2009), junto al aumento de eventos extremos tipo GLOF (vaciamientos repentino de lagos glaciares) (Iribarren et al. 2019), los antecedentes de saturación de la actual infraestructura hídrica del pueblo debido a la alta demanda por agua potable y saneamiento de aguas servidas por la llegada de turistas a esta pequeña localidad de poco más de 500 habitantes (Junta de Vecinos de Puerto Río Tranquilo y Cámara de Turismo y Comercio de Puerto Río Tranquilo 2017), y la masiva migración de población hacia territorios rurales con mayor disponibilidad del recurso hídrico (Arellano Reyes y Silva Santelices 2020), hacen que la incertidumbre por la futura disponibilidad de agua potable sea una posibilidad real y fundada.
Turistificación y formas de desarrollo turístico
El turismo es una actividad relevante en la Patagonia (Gale-Detrich, Ednie y Bosak 2023), particularmente en nuestra área de estudio, donde existen una serie de sitios de interés turístico (mapa 1), que transforman dicho espacio geográfico en un lugar regional idóneo para nuevas formas ecoextractivistas de conservación de la naturaleza (Salazar-Burrows, Matus y Olea-Peñaloza 2023). Bourlon, Mao y Torres (2023) identifican y categorizan siete formas de desarrollo turístico (FDT), con base en cómo las partes interesadas se relacionan con los mundos sociológicos y las distintas representaciones sociales de la naturaleza, derivando diversas formas de transformar y (re)organizar un ecosistema socionatural. Consideramos que esta perspectiva dialoga con el concepto de turistificación y su referencia a los procesos de territorialización del turismo en cierto espacio geográfico, en tanto distintas formas en que la industria turística se encarna en un territorio a través de su capacidad económica, política, social, cultural y simbólica para producir lugares como mercancías de consumo (López Santillán y Marín Guajardo 2010).
Desde este sistema categorial, y por su fuerte presencia en el territorio (Torres Salinas y Rojas Hernández 2011; Bourlon, Mao y Torres 2023; Gale-Detrich, Ednie y Bosak 2023), ahondaremos conceptualmente en el turismo basado en la naturaleza, el que refiere a cualquier actividad de ocio cuya práctica requiere contacto directo con bienes o servicios naturales, sean silvestres o modificados, animados o inanimados (Tisdell y Wilson 2012), por lo que representaría una FDT alternativo dado su carácter menos masivo y más sostenible, sin alcanzar el estándar de la FDT ecológica, que requiere de un compromiso profundo con la conservación activa de los ecosistemas. Si la principal motivación de los turistas es la apreciación del entorno natural y sociocultural, minimizando los impactos negativos sobre dichos entornos, se habla del subtipo ecoturismo; mientras que el subtipo turismo de interés especiales alude a las experiencias recreativas y de ocio personalizadas impulsadas por intereses específicos (Hall y Weiler 1992).
Conservación neoliberal de la naturaleza y ecoextractivismos
El modelo de conservación neoliberal de la naturaleza refiere a ideologías y técnicas basadas en la premisa de que la naturaleza solo puede ser “salvada” a través de su sumisión al capital y su posterior revalorización en términos capitalistas (Büscher et al. 2012). Es decir, considera la posibilidad de rentabilización en territorios naturales no incorporados a los circuitos extractivistas, expandiendo las fronteras de acumulación a territorios naturales incompatibles con formas intensivas de explotación de recursos naturales, dadas las exigencias de conservación que estos territorios plantean. En esta línea, el paradigma neoliberal propone nuevos mercados como vía de conservación, con el supuesto de que resolverían la tensa relación entre desarrollo y degradación medioambiental, enmarcado en el giro ecológico hacía un capitalismo “verde” (Sullivan 2009; Smith 2015). Sin embargo, se ha constatado que la conservación por sí sola no es garantía de sostenibilidad, pudiendo ser utilizada como mecanismo de expansión del capitalismo en espacios naturales aún impermeables a su intervención (Igoe y Brockington 2007; Brockington, Duffy e Igoe 2008). Así, la Patagonia, en general, y el área de estudio en particular, son territorios propicios para la implementación de estos nuevos mercados, ya que la presencia de extensas áreas naturales exige acudir a este tipo de discurso conservacionista para legitimarse.
El ecoextractivismo refiere al “despliegue de un proceso de control capitalista que ve ‘en lo verde’ una oportunidad de negocio” (Núñez et al. 2018, 134). En este sentido, una actividad ecoextractivista aludiría a una forma de apropiación y mercantilización de la naturaleza que se presenta como sustentable, ecológica y compatible con la conservación del medio ambiente (Núñez et al. 2018; Núñez et al. 2019; Núñez et al. 2024; Salazar-Burrows, Matus y Olea-Peñaloza 2023), mientras reproducen lógicas de acumulación con base en la explotación, apropiación y/o extracción de recursos naturales incluso en desmedro de los ecosistemas y las comunidades locales. De esta manera, el concepto de ecoextractivismo da cuenta del nuevo vínculo del capitalismo con las lógicas de conservación de la naturaleza y la biodiversidad en la Patagonia en donde esta “nueva” naturaleza se torna en valor de uso y de cambio (Núñez et al. 2018).
Metodología
Este estudio fue exploratorio (Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio 2014), longitudinal y multimétodo, contemplando análisis etnográfico1 y crítico del discurso (Van-Dijk 2016). Se realizaron entrevistas abiertas y semiestructuradas a diversos actores locales siguiendo la tipología de servicios públicos, privados, organizaciones sociales, recreativas, culturales, ambientales y comunitarias, complementadas con notas de campo. La codificación y perfiles del total muestral de 40 personas se presentan en la tabla 1. Por último, se ejecutaron estrategias de descotidianización y extrañamiento, como alejamientos del trabajo de campo en ciertos periodos y la consulta documental de fuentes secundarias con información cuantitativa y cualitativa2.
Tabla 1. Muestra codificada
Núm. | Género | Sector | Núm. | Género | Sector |
---|---|---|---|---|---|
1 | M | ONG/Fundación | 22 | M | Alimentación |
2 | M | Operador turístico | 23 | M | Agencia |
3 | F | Hospedaje | 24 | M | Hospedaje |
4 | F | ONG/Fundación | 25 | M | Institucionalidad pública |
5 | M | Operador turístico | 26 | F | Operador turístico |
6 | M | Hospedaje | 27 | F | Hospedaje |
7 | M | Agua sociedad civil | 21 | F | Docencia |
8 | M | Institucionalidad pública | 28 | M | Agua sociedad civil |
9 | M | Agencia | 29 | F | Guía turístico |
10 | M | Institucionalidad pública | 30 | F | Empresario no turístico |
11 | M | Guía turístico | 31 | M | Agua sociedad civil |
12 | F | Institucionalidad pública | 32 | F | Operador turístico |
13 | M | Operador turístico | 33 | F | Empresario no turístico |
14 | M | Hospedaje | 34 | M | Agua sociedad civil |
15 | F | Agencia | 35 | M | Institucionalidad pública |
16 | M | Institucionalidad pública | 36 | F | ONG/Fundación |
17 | M | Agua sociedad civil | 37 | M | Institucionalidad pública |
18 | F | Guía turístico | 38 | F | Alimentación |
19 | F | Agua sociedad civil | 39 | F | Agua sociedad civil |
20 | M | Agencia | 40 | M | Institucionalidad pública |
Fuente: elaboración propia.
Tensiones hidrosociales derivadas del turismo: saturación de la infraestructura hídrica de Puerto Río Tranquilo
En líneas generales, se identificó la saturación de la infraestructura hídrica de la localidad de Puerto Río Tranquilo -planta de agua potable rural (APR) y planta de tratamiento de aguas servidas (PTAS)- como un síntoma que cristaliza las tensiones hidrosociales percibidas a raíz del incremento de la actividad turística. Se detectaron problemas de presión, cortes y turbiedad en el agua potable, además del colapso en el tratamiento de las aguas servidas, lo que genera un intenso olor a heces que se intensifica a medida que aumenta la demanda turística:
Yo creo que en el año 2000 ya empezó el turismo más masivo y ahí empezaron los problemas con el APR. (Entrevistado/a n.o 39, comunicación personal, febrero de 2022)
La planta [de tratamiento] de Tranquilo está colapsada porque recibe más volumen de caudal de agua de lo que está diseñada para tratar [durante el año]… antes era solo febrero, ahora son 3-4 meses, donde la planta recibe más caudal de lo que soporta. La planta está muy cerca del pueblo y evidentemente eso genera cuando tienen problemas de operación, olores. (Entrevistado/a n.o 37, comunicación personal, febrero de 2022)
Nosotros ahora [en temporada alta] tenemos más de 1.000 personas [refiriéndose a los usuarios del APR, duplicándose la población local]. La misma gente va a tener que irse adaptando al sistema. Por ejemplo, las personas que tienen hostales, ellos tienen que tratar de comprar un hidro pack para impulsar el agua. (Entrevistado/a n.o 39, comunicación personal, febrero de 2022)
El año pasado me contrataron para un censo de los arranques de agua y medidores que están conectados al sistema de agua potable actual. Por ejemplo, una casa tiene dos medidores o tres baños, vas a hoteles, 20, 30 baños ¿cuántos hoteles hay? Que los campings tengan seis o siete baños, que los hostales tengan cuatro o cinco baños, es fácil darte cuenta de que la capacidad del sistema hídrico del pueblo está muy por debajo del consumo y desde ahí hay una saturación. Pa’ arreglar eso hay que hacer el pueblo de nuevo. (Entrevistado/a n.o 28, comunicación personal, enero de 2022)
Cabe señalar que estas implicancias se perciben como indirectas, ya que se entiende que la causa principal del problema es el mal diseño institucional de la infraestructura hídrica para enfrentar el aumento de demanda por el turismo, lo que también se ha identificado en otras investigaciones (Zúñiga Galaz 2020; Arizaga et al. 2021): “está instalado [el sistema APR] según aspecto normativo anterior, que era muy restrictivo. Se subdimensionó la proyección de usuarios, se buscaba infraestructura con población presente sin prever tasas de crecimiento importantes” (entrevistado/a n.° 25, comunicación personal, octubre de 2021). Estas tensiones hidrosociales percibidas se condicen con fuentes estadísticas y la literatura existente, por lo que vienen a reforzar evidencia previa y antecedentes expuestos por la junta de vecinos de Puerto Río Tranquilo, respecto a la relación entre turismo y saturación del APR y la PTAS, situación que ya en 2017 catalogaron como “emergencia sanitaria” (Junta de Vecinos de Puerto Río Tranquilo y Cámara de Turismo y Comercio de Puerto Río Tranquilo 2017).
En primer lugar, se constata el auge del turismo en la zona, el producido por la consolidación del glaciar Exploradores como uno de los activos turísticos más importantes para la comunidad de Puerto Tranquilo (Iribarren et al. 2019), el aumento exponencial de ingresos al Parque Nacional Laguna San Rafael -158 visitantes en 2009 a 12.911 en 2022 (Subsecretaría de Turismo 2023)- y el sostenido aumento de visitas a las Capillas de Mármol, unas formaciones de piedra caliza en y a orillas del lago General Carrera, a unos 7 km de Puerto Tranquilo, que en 2017 se estimaba 90.000 personas en los meses de verano (Subsecretaría de Turismo 2017), cifra abismal si se compara con los poco más de 500 habitantes estables de la localidad, lo que sin duda presiona significativamente el sistema hídrico de la localidad.
Por su parte, el diagnóstico de saturación de la actual planta de APR realizado por la Dirección de Obras Hidráulicas en 2021 (Barrientos 2021), a partir de instancias participativas con la comunidad local y la elaboración de la proyección de demanda hídrica asociada al turismo y el crecimiento de la población estable y flotante, demuestran la relación directa entre turismo y saturación. Este diagnóstico justificó la actual construcción de una nueva planta de APR en el lago Tranquilo para abastecer a la localidad y a los sectores loteados camino hacia Valle Exploradores. Además, Arizaga et al. (2021) estiman para Puerto Río Tranquilo un alto índice de saturación turística. Situando los resultados en un contexto más amplio, estudios sobre overtourism (Dodds y Butler 2019) señalan al turismo como un importante estresor de la infraestructura hídrica, sobre todo en pequeñas localidades rurales de alto interés turístico como es el caso de Puerto Río Tranquilo.
¿Qué forma de turismo se está impulsando? La Patagonia como territorio con “vocación natural turística”
Desde el análisis crítico del discurso (Van-Dijk 2016) de diversos documentos institucionales sobre turismo en la Patagonia, identificamos que se han requerido de una serie de planes estratégicos para producir y afianzar un imaginario turístico que impone al territorio patagón una “vocación natural turística”, con especial énfasis en el fomento del turismo basado en la naturaleza, en sus variantes de ecoturismo y TIE. De forma ilustrativa, se muestran a continuación extractos de diversas versiones de los planes estratégicos regionales elaborados por el Gobierno Regional de Aysén (GORE Aysén) en 2006 y 2009, con proyecciones en torno a la imagen objetivo de Aysén para 2030:
El medio ambiente es el principal elemento distintivo de Aysén, el que debe ser la base de su desarrollo y, sobre todo, la carta de presentación hacia el resto del país y de identificación en un mundo crecientemente globalizado. (GORE Aysén 2006)
La existencia de un mercado creciente en el turismo de intereses especiales, asociado a la alta visualización internacional de la marca PATAGONIA. (GORE Aysén 2009)
Un crecimiento económico alto y equitativo referente al turismo se sustentará principalmente en el desarrollo de un sector turístico sostenible de calidad [...] de acuerdo a la vocación natural de la región como reserva de vida. (GORE Aysén 2009)
Hoy resulta evidente la vocación y aptitudes de la región para ser un destino relevante dentro de los próximos 10 años en el nicho del Turismo de Intereses Especiales (TIE), en particular aquel referido al turismo de naturaleza. (GORE Aysén 2009)
Vemos cómo estos dispositivos discursivos institucionales remiten a narrativas y estrategias globales de producción y fomento de espacios turísticos específicos, en donde interactúan y se fusionan elementos globales y locales en el proceso de apropiación y significación cultural, simbólica y social de un territorio. Es decir, las necesidades e imaginarios de la industria turística global influyen en las estrategias de fomento y especialización turística que adoptan los gobiernos locales, que hacen de la producción del territorio patagón como destino ecoturístico de escala internacional compatible con las exigencias de la creciente demanda nacional e internacional por espacios naturales preservados. En este sentido, el desarrollo turístico en un territorio específico está articulado con las fuerzas hegemónicas del mercado global (Quintana Bustamante 2022), “transformando el valor de uso de ciertos bienes (como la naturaleza) en un valor de cambio a través de su incorporación al circuito del mercado del turismo” (López Santillán y Marín Guajardo 2010, 222).
Estas representaciones sociales de la naturaleza (Bourlon, Mao y Torres 2023) -y las narrativas impulsoras de cierto tipo de turismo asociado a estas- se constatan en las percepciones de diversos actores locales. En este sentido, se evidencia que el desarrollo turístico estaría atravesado por discursos e imaginarios que han moldeado el territorio como espacio capitalizable a través del ecoturismo:
Son múltiples interpretaciones, pero la más fuerte es la del gobierno […] tienes la visión turística de Aysén, más allá del gaucho con las actividades, tenemos un imaginario de turismo aventura. (Entrevistado/a n.° 7, comunicación personal, octubre de 2021)
Ellos antes se identificaban ahí, era su espejo de identidad, y cuando se instala esta cuestión de la conservación, el año 2004 que se compró, ellos quisieron empezar a diferenciarse, así lo sentí yo. Su espejo de identidad se había quebrado y ellos lo que querían era diferenciarse de eso. (Entrevistado/a n.° 19, comunicación personal, agosto de 2021)
Matizando las narrativas sobre la irrupción del turismo y el desarrollo local
Junto con el discurso verde en torno a la conservación neoliberal de la naturaleza que ha impulsado el ecoturismo en el territorio, la legitimación de su desarrollo se ha concretado a través de los intentos de territorializar en la comunidad local una narrativa que plantea mejoras en el desarrollo local, ingreso económico y estándar de vida gracias a la transición desde actividades económicas tradicionales menos rentables (principalmente pequeña ganadería y agricultura), hacia actividades y servicios turísticos más rentables y de bajo impacto ambiental, presentándose por lo tanto, como un virtuoso proceso de desarrollo económico en armonía con la conservación. Al respecto, se constata la percepción general de los actores locales entrevistados sobre la relación entre irrupción del turismo y mayor dinamismo económico, considerándolo como un importante motor de desarrollo socioeconómico local:
Muchos que dicen que no queremos más turistas, pero ellos internamente no se dan cuenta que sus vecinos, que le compran servicios de repente a ellos mismos, viven gracias a los turistas […] La ventaja del turismo es que es tan transversal que abarca a toda la población. (Entrevistado/a n.° 11, comunicación personal, agosto de 2021)
No obstante, los hallazgos de esta investigación apuntan a relativizar el discurso excesivamente armonizador entre turismo y desarrollo local emanado desde la institucionalidad e industria turística. Esta narrativa, considera que el giro hacia el turismo representaría una transición sostenible, espontánea y premeditada, muy enlazado a la “vocación natural turística” del territorio. Sin embargo, diversas percepciones apuntan a una transición que obedece a exigencias sectoriales, más que a un giro fluido, elaborado y autónomo hacia el paradigma de la conservación y el turismo:
No hay una decisión localmente, horizontalmente no lo hay, pero gubernamentalmente sí y la municipalidad decide el concepto de identidad y territorialidad que tiene un territorio. Y el municipio decide cómo se puede representar el territorio a través de esos conceptos, y te lo plasman en afiches gigantes Patagonia-Aysén, tenis un gaucho con un cordero, el gaucho ni es de aquí, es de allá, del otro lado. (Entrevistado/a n.o 7, comunicación personal, octubre de 2021)
En realidad, esta transición ha sido experimentada de manera heterogénea, y se ha visto en algunos casos como un movimiento forzado, incluso como una amenaza directa a sus tradicionales modos de vida: “yo creo que mucha gente, cuando llegan demasiados turistas, genera un sentimiento de rechazo. Estamos desunidos, no nos enteramos de cosas y cada uno con sus temas, cada uno ganando plata del turismo” (Entrevistado/a n.° 9, comunicación personal, agosto de 2021); “A la gente local no le parecen muy bien los turistas, ni tampoco les gusta que haya llegado mucha gente de afuera a vivir, se han opuesto tajantemente al turismo” (Entrevistado/a n.° 32, comunicación personal, agosto de 2021).
Otro aspecto que matiza la narrativa hegemónica guarda relación con las implicancias del desarrollo turístico en la reconfiguración de las relaciones de poder dentro de la comunidad local y las consecuentes tensiones entre las necesidades del turismo y las miradas locales y comunitarias:
La incidencia de la gente que trabaja en turismo no es poca, la gente participa y se escucha. Pero el tema está en que la realidad de las comunidades es muy distinta y ahí se generan problemas en poder definir un desarrollo y se comienzan a generar cosas bastante odiosas. (Entrevistado/a n.° 27, comunicación personal, agosto de 2021)
[El turismo] está supeditado a lo que necesita el turista, entonces, todas las decisiones que se toman a nivel comunal, regional, nacional son respondiendo a las necesidades de este visitante, no a la necesidad de la comunidad que lo alberga. (Entrevistado/a n.° 23, comunicación personal, septiembre de 2021)
De esta manera, vemos cómo el turismo opera también como dispositivo de poder para ciertos actores del sector turístico, muchas veces ajenos al territorio, que adquieren mayor influencia social y decisional con el fomento del turismo en el territorio.
Turistificación de la Patagonia como ecoextractivismo
El análisis del discurso desarrollado en esta investigación -en conjunto con las percepciones ilustradas por los actores locales entrevistados citadas- revela la relación entre la producción discursiva y estratégica de la Patagonia como territorio con “vocación natural turística”. Esto ha fomentado el mercado ecoturístico a través del paradigma de conservación neoliberal de la naturaleza, en tanto dispositivo legitimador del mercado ecoturístico como productor de servicios y mercancías compatibles con la conservación del medioambiente. En este sentido, el fomento y auge del ecoturismo obedecería a un proceso de turistificación del territorio, en tanto territorialización del turismo en dicho espacio geográfico y forma en que la industria turística se encarna en un territorio dada su capacidad para producir lugares como mercancías de consumo turístico (López Santillán y Marín Guajardo 2010).
Tensiones hidrosociales derivadas del boom de la parcelación en la Patagonia: una preocupación hídrica presente y una amenaza futura latente
El explosivo interés por terrenos naturales, particularmente desde la pandemia por covid-19, se ha traducido en una proliferación, a escala local y regional, de proyectos inmobiliarios de “megaloteos”, ya sea con fines habitacionales o como de conservación3 (SAG 2022; Fundación Tierra Austral y Así Conserva Chile 2022). Este fenómeno está ocurriendo en ausencia de instrumentos de planificación territorial vigentes4 y correctos protocolos de evaluación ambiental, y es percibido y visualizado como un factor presente y futuro (latente) de presión sobre las fuentes de agua y la infraestructura hídrica:
Tú ves en ese sector [hacia Valle Exploradores] un excesivo loteamiento, lo que genera una presión sobre las napas y los recursos hídricos disponibles. (Entrevistado/a n.o 37, comunicación personal, febrero de 2022)
Ya tenemos algunos sectores que para nosotros están en estado de alerta, Tranqueras [camino al Valle Exploradores], por ejemplo, 30 parcelas que ahora o en algún minuto van a generar la demanda de necesitar también alcantarillas. (Entrevistado/a n.o 35, comunicación personal, noviembre de 2021)
Hay mayor demanda, específicamente en los últimos cinco años y después del covid, acá la cuarentena no se notó, hay tanto espacio que puedes vivir tu vida, o trabajar remotamente […] Llegaron inmobiliarios grandes, como no hay fiscalización hacen lo que quieren, a corto plazo el loteo es más importante que los otros subtemas, por secuencia: loteo, alcantarillado, residuos, al final es todo. (Entrevistado/a n.o 34, comunicación personal, febrero de 2022)
Es significante que pese a las preocupaciones hidrosociales de la comunidad local respecto a las parcelaciones masivas, al no existir planeación pública al respecto, el ordenamiento territorial termina encauzándose según los intereses del mercado inmobiliario, presionando por nuevas infraestructuras hidrosociales:
¿Por qué se generan tantos nuevos sistemas de APR, por qué tanta demanda? Porque desaparecen campos y son reemplazados por parcelas. Y el sistema no se actualiza a la velocidad necesaria, se saturan zonas internas de urbanización, suben (plusvalía) o no hay disponibilidad, y se pueblan sectores rurales. Se generan las instalaciones, compran parcela y el estero desaparece en meses, buscan solución colectiva y ahí emerge la necesidad de un nuevo APR. (Entrevistado/a n.o 25, comunicación personal, octubre de 2021)
A diferencia de las tensiones hidrosociales derivadas del aumento de la subdivisión de predios rurales para uso habitacional en el área de estudio, que al igual que las tensiones hidrosociales derivadas de la actividad turística, son percibidas de manera concreta y se cristalizan en la preocupación por la saturación de la infraestructura y la disponibilidad del recurso. Las tensiones hidrosociales asociadas a la proliferación de ecoloteos para conservación son percibidas en términos de amenaza latente, y se ven como un mercado que, de expandirse y asentarse en el área de estudio, provocaría una alta demanda de agua e infraestructura hídrica dado el progresivo poblamiento humano que pueden conllevar estos proyectos de subdivisión que presentan diseños de aglomeración (patrones de loteamiento colindantes de pocas hectáreas):
Escuché sobre un proyecto (de conservación) que se iba a realizar, y un proyecto de ley de hectáreas para favorecer el hecho que se realicen compras superiores a una hectárea o dos, para no perder el trabajo de los lugares cercanos a los poblados, ya sea, agricultura, como la pérdida cultural y tradicional (actualmente, y en ausencia de esa regulación). Después ocurren estos problemas que ya nos solicitan actividad de alcantarillado y todo, es un problema para la municipalidad, para todos en realidad, porque al crecer estos terrenos de media hectárea permiten que en algún minuto colapse. (Entrevistado/a n.o 35, comunicación personal, noviembre de 2021)
Qué significa que habrá en esos 5.000 m2, ¿trabajar agricultura? ¿Puedes tener tres gallinas, dos ovejas, que significa en la ley? ¿O pones tu casa? Nadie me lo ha podido explicar cómo van a fiscalizar. Lo escuchamos con amigos que tenemos. (Entrevistado/a n.o 34, comunicación personal, febrero de 2022).
Ecoloteos y el Derecho Real de Conservación: ¿una solución sustentable a la parcelación masiva de la Patagonia o una nueva forma de ecoextractivismo?
Al contrastar las percepciones sobre el potencial poblamiento de estos megaproyectos de ecoloteos, y las evidentes las implicancias hidrosociales y socioambientales que esto conllevaría, se exponen los hallazgos resultantes del análisis del marco regulatorio y legal de este tipo de proyectos inmobiliarios, el que se complementa con citas de evidencia primaria.
Este tipo de proyectos se presenta como conservacionista por el hecho de gravar las subdivisiones con un Derecho Real de Conservación (DRC), el que otorga la facultad (libre y voluntaria) al propietario del predio de conservar el patrimonio ambiental o atributos de este (Ley 20930 de 2016). No obstante, la regulación y fiscalización de los DRC es ambigua y permisiva, y admite la construcción futura de viviendas e infraestructura derivada5 (Fundación Tierra Austral y Así Conserva Chile 2022). De esta manera, el uso del DRC como efectivo mecanismo de conservación, queda a merced del correcto uso que le dé el propietario de la subdivisión6, representando en la práctica potenciales polos de urbanización y vías de intervención antropogénica en áreas naturales de alto valor ecológico, que supuestamente se buscan conservar.
DRC como posible mecanismo de evasión de evaluación ambiental
La Superintendencia del Medio Ambiente y el SEIA tienen que ver con eso… Nosotros creemos que con más de 80 [loteos], todos debieran pasar a evaluación, porque lo que uno tiene que hacer es presumir que van a convertirse en 80 casas, 80 familias. Estás creando un nuevo asentamiento, todos van a necesitar agua, todos van a necesitar un montón de recursos que a veces no están disponibles en la zona periférica de Puerto Tranquilo, y acá, hay un loteo super grande. (Entrevistado/a n.o 28, comunicación personal, enero de 2022)
Nadie está verificando si es adecuado o no, es como agarrar una cuadrícula de un ajedrez, tienes una geomorfología y le mandas encima, nadie vio por donde pasan las fuentes de agua, corredores, qué cuenca, etc. (Entrevistado/a n.o 42, comunicación personal, marzo de 2022).
Son proyectos urbanos, en terrenos rurales, que nunca tuvieron el debido cambio de uso de suelo ni tampoco contaron con las autorizaciones respectivas. (Ruiz 2022)
La subdivisión de estos proyectos, al ser enrolados como suelo agrícola, es autorizada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), que no cuenta con mecanismos de evaluación ambiental para subdivisiones con DRC. Además, al acogerse al DRC, no se tramitan como proyectos con fines habitacionales en el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), que exige evaluación ambiental a conjuntos habitacionales de 80 o más viviendas (Ministerio del Medio Ambiente 2013). En este sentido, los proyectos inmobiliarios de más de 80 subdivisiones gravados con DRC, pese a tener elementos de potencial poblamiento y construcción, al no tramitarse con fines habitacionales y presentarse como loteos particulares individuales (y no como conjunto), podrían utilizarse como un mecanismo para eludir evaluaciones ambientales (Ministerio del Medio Ambiente 2013), análisis que también comparten la Fundación Tierra Austral y Así Conserva Chile (2022). Como antecedente relevante a esta tesis, este argumento fue considerado por la Superintendencia del Medio Ambiente, la cual, a través de la Resolución Exenta 2741 (2021), exigió que se sometiera a evaluación ambiental un proyecto inmobiliario que contemplaba más de 80 subdivisiones en Pucón y que no se presentaba con fines habitacionales.
Bajo esta figura, desde 2006 el SAG ha autorizado sin proceder a evaluación ambiental 33 megaloteos con más de 80 subdivisiones en la región (SAG 2022). En ciertas zonas de Aysén, esta posibilidad ya es un hecho, al existir casos de desarrollo habitacional en este tipo de proyectos (Fundación Tierra Austral y Así Conserva Chile 2022), situación aceptada incluso por promotores del DRC vinculados a fundaciones que han incentivado esta reciente figura de conservación y han actuado como OGC, señalando que no pocas empresas inmobiliarias estarían abusando de la ley:
Hay casos donde se ha hecho bien, pero hoy tienes muchos casos de desarrollo inmobiliario, sobre todo en la región de Aysén, que evidentemente lo están haciendo mal. Y lo que nosotros consideramos mal hecho, es que no hay un estudio de base, como por ejemplo cuál es la situación ecológica del lugar, y donde la densidad del desarrollo es altísima. Eso significa que se van a construir un montón de caminos que van a fragmentar el hábitat, son proyectos que de ecológico y conservación no tienen nada. (Victoria Alonso de la Fundación Tierra Austral, en Segura 2022)
En síntesis, el mercado de conservación privada de ecoloteos, se comportaría como una nueva forma de especulación inmobiliaria basada en la supuesta conservación de la naturaleza que requiere del discurso verde para legitimarse y territorializarse, además de estar presentes las características esenciales para definirlo como un ecoextractivismo. Se propone entonces el término conservación inmobiliaria de la naturaleza para definir el modelo y el tipo específico de ecoextractivismo en que opera este mercado.
Relación entre el mercado inmobiliario y ecoturístico: una sinergia para la conservación neoliberal de la naturaleza
Tranquilo ya superó su carga hace más de diez años y ya la capacidad de expansión del pueblo es limitada también, queda expandirse para el sur donde los predios ya están casi todos repartidos o sino para el Valle Exploradores, va a pasar po’, ahora no lo vemos así pero igual Tranquilo va a pasar a ser Puerto Varas, es un futuro Puerto Varas [cuya actividad turística es mucho mayor]. (Entrevistado/a n.o 28, comunicación personal, enero de 2022)
Tranquilo es una zona geográficamente estratégica para el turismo, conecta con Valle Exploradores. Desde un punto de vista quizá extractivista económico y estratégico, es una zona con todos los recursos alrededor; va a llegar la inmobiliaria y se sabe, cómo lo frenamos o ¿cómo se regula quizá? (Entrevistado/a n.o 9, comunicación personal, marzo de 2022)
Las citas anteriores ilustran la percepción generalizada de que muchos de los proyectos de loteos estarían impulsados por el auge del turismo en la zona, siendo destinados a proyectos residenciales para segundas residencias turísticas, con una estrecha relación entre ambos mercados. Esta relación es explorada en la literatura pertinente al área de estudio. En Salazar-Burrows, Matus y Olea-Peñaloza (2023) se evidencia la manera como el interés por la belleza del Valle Exploradores y su potencial ecoturístico han sido un incentivo para la concentración de la propiedad de la tierra. Esta relación se ha conceptualizado a través de las nociones de gentrificación verde y ecocolonización (Núñez et al. 2024), y constata que el impulso del turismo en la Patagonia ha impulsado el auge de la subdivisión de las tierras y la especulación de la propiedad (Núñez et al. 2024; Salazar-Burrows, Matus y Olea-Peñaloza 2023). En un contexto más amplio, Zoomers (2010) señala la relación entre mercado conservacionista y ecoturismo a escala global, en donde organizaciones internacionales han comprado grandes extensiones de tierras para conservación y el desarrollo del ecoturismo, siendo las reservas naturales privadas posibles negocios de alta renta.
Conclusiones
El desarrollo ecoturístico e inmobiliario con base en megaloteos verdes para la conservación representa refinadas modalidades ecoextractivas de apropiación y mercantilización de la naturaleza en la Patagonia, que la convierte en un territorio con vocación natural turística y como un espacio para el desarrollo de lo que se ha propuesto como un modelo de conservación inmobiliaria de la naturaleza. Ambos mercados, estrechamente relacionados, son impulsados por el paradigma de conservación neoliberal de la naturaleza, en tanto adaptaciones del capital para expandir sus fronteras de acumulación a territorios que por sus cualidades naturales e historia socioambiental no admiten formas tradicionales e intensivas de extractivismo, y operan como estrategias de reconfiguración de sus mercados para evitar que sea cuestionado su propio modo de producción.
El desarrollo de ambos fenómenos ha reconfigurado el área de estudio, en términos de saturación de la infraestructura hídrica de Puerto Río Tranquilo y de percepción de disponibilidad y calidad del recurso hídrico, subsumiendo territorialidades y sentidos múltiples tradicionales bajo el imaginario de la conservación neoliberal de la naturaleza. En esta línea, se matizan las narrativas armonizadoras sobre la irrupción del turismo y el desarrollo local, dando cuenta de las tensiones socioambientales e hidrosociales que se pasan por alto en estos discursos hegemónicos. La categoría analítica de conservación inmobiliaria de la naturaleza resulta útil para problematizar el carácter “verde” de los proyectos de ecoloteos de conservación gravados con DRC. Se señala la posibilidad abierta en este tipo de especulación basada en la naturaleza que requiere de aquel discurso verde para legitimarse y territorializarse.
Desde el material empírico, planteamos que la proliferación a escala regional de proyectos de megaloteos para conservación (difíciles de garantizar en la práctica) representa una preocupación hidrosocial latente y relevante para los habitantes del territorio. Por otro lado, la turistificación del territorio, traducido en la expansión de la actividad turística, el imaginario turístico para el territorio y el asentamiento residencial en zonas naturales se perciben de forma ambivalente, dado que, por un lado, se reconoce la contribución significativa del turismo en el dinamismo económico del territorio, valorando principalmente los aspectos sostenibles del turismo basado en la naturaleza -en tanto formas poco invasivas-, y los mecanismos efectivos y específicos de esta actividad. Sin embargo, también se constatan tensiones respecto a la presión en la infraestructura hidrosocial y ciertas fracturas socioculturales y productivas, dada la transición heterogénea que ha experimentado la comunidad local hacia el turismo como modo productivo predominante de reproducción de la vida, lo que impacta de manera abrupta algunos modos de vida tradicionales y ciertas dimensiones de identidad cultural.
Ambos mercados, en un contexto y fase neoliberal del capitalismo global, presentan una enorme capacidad de producir espacios, sentidos y mercancías en un territorio que se muestra al mundo bajo el imaginario de la conservación. Estos mercados se refuerzan y fomentan a través de discursos empresariales e institucionales, que los presentan como formas efectivas de desarrollo sin impactar la naturaleza ni a las comunidades locales que la habitan. Esta investigación contribuye a relativizar esta mirada simplista, cuestionando la evaluación ambiental. Es más, el mismo DRC tiene el alcance de ser utilizado como mecanismo de evasión de la evaluación ambiental, aspectos que tensionan considerablemente el fin conservacionista y sostenible del mercado inmobiliario detrás de los proyectos de megaloteos para la conservación, y en menor medida, al problematizar las implicancias hidrosociales y socioculturales del desarrollo del ecoturismo en el territorio. Develar estas implicaciones sutiles y ocultas en los relatos hegemónicos es un avance en los intentos democratizadores para señalar la capacidad y el profundo derecho que tienen las comunidades locales en la producción de espacios y sentidos, y la necesidad de incorporar estas miradas en estructuras de deliberación que contrarresten el excesivo poder decisional del mercado en articulación con el poder político a la hora de definir el presente y futuro del territorio.
Es preocupante la alta compatibilidad de la racionalidad instrumental del mercado con el discurso conservacionista laxativo y acomodaticio del capitalismo verde, que produce y fomenta una idea de conservación que solo puede operar dentro de los márgenes que garanticen los flujos de ganancia del capital. El impulso de una conservación de la naturaleza “en la medida del mercado” y que se sitúa en el intersticio entre una supuesta conservación, en tanto garantía de continuidad y expansión de las fronteras geográficas del capital, y la degradación del medioambiente bajo nuevas modalidades ecoextractivistas y ecocolonizadoras más refinadas y “verdes”, constituye en la práctica una forma adaptación del capitalismo ante una crisis ecológica global que se asoma como amenaza a su propia existencia. Bajo de este tipo de proyectos inmobiliarios y señala la fragilidad y permisividad del DRC como efectivo garante de conservación.
Este trabajo es un intento por seguir profundizando en la comprensión que la ecología política latinoamericana ha producido sobre las imbricadas formas en que las adaptaciones ecoextractivistas del capital se están territorializando en la Patagonia, lo que contribuye a relevar los matices y peligros específicos que estos discursos “verdes” representan para la efectiva conservación de la abundante naturaleza que contiene este territorio, y que frente a la acelerada destrucción de diversos ecosistemas a escala global, representa un valor de conservación de importancia y significancia mundial. Así, se abren nuevos frentes de investigación ecosocial crítica, en una época donde el reverdecimiento del capitalismo pareciera transformar la consciencia sobre la devastación ecológica en nuevos impulsos para su crecimiento.