Introducción

La educación del carácter comprende un conjunto de planteamientos psicoeducativos que buscan “impulsar las capacidades de las personas para comportarse de modo que puedan regular una vida sana, con satisfacción y bienestar, incluyendo la agencia moral” (^{Castejón Costa, 2016}, p. 364). Además, esta educación hace énfasis en la prevención, evitando conductas de riesgo para la salud y la convivencia social (^{Castejón Costa, 2016}). ^{Bernal et al. (2015}) afirman que en los 90 se presentó un resurgimiento de la educación del carácter en EE.UU. y se extendió a Europa, impulsado por contextos culturales y sociales que planteaban la necesidad de un cambio en la educación moral; además, por la crítica de enfoque kolhberigiano que abogó por incluir en la educación del carácter no sólo los aspectos cognitivos sino también los afectivos (^{Bernal et al., 2015}). Y en este escenario de resurgimiento se enmarca la educación de las virtudes y los valores.

El estudio de los valores es complejo, dado su sentido polisémico y ambiguo; tanto así que un estudio realizado con 842 jóvenes de 18 a 26 años, respecto a su idea del concepto de valor, halló que el 29.68% lo entendía como pauta, pilares y reglas; 20.31% como actitudes, acciones y conductas que permiten el desarrollo personal; 14.25% como cualidades y atribuciones; 10.45% como enseñanzas recibidas; 10.09% como modo de ser y esencia; y 7.83% como costumbres, hábitos y virtudes, entre otros (^{Sosa & Moreno, 2021}).

Uno de los pioneros en el campo de la psicología en referirse a los valores fue Viktor Frankl, quien los caracterizó como “transubjetivos” (^{Frankl, 1950}), es decir, subjetivos y objetivos a la vez. Por su parte, ^{Rokeach (1973}) expresó que los valores comprenden creencias globales y duraderas que implican modos de conducta o metas instrumentales y deseables (valores instrumentales) y estados finales de la existencia (valores terminales). Estos últimos a su vez los dividió en interpersonales (ponen el acento en el aspecto social de las personas) e intrapersonales (ponen el acento en aspectos individuales de la persona); además, expuso que los valores tienen un carácter prescriptivo, ya que indican lo que es adecuado o inadecuado realizar (^{Rokeach, 1973}; ¹⁹⁷⁹). En esta línea, ^{Gordon (2003}) especificó que los valores “pueden constituir un medio para determinar lo que los sujetos hacen y cómo lo hacen; muchas de sus decisiones inmediatas, así como sus planes a largo plazo están influidas, consciente o inconscientemente, por el sistema de valores que adopten” (p. 152).

Según ^{Sosa y Moreno (2021}) el valor es:

una cualidad exhibida por un bien y a su vez una cualidad adjudicada a un bien, lo que hace que un mismo valor sea actualizado de modo diferente por cada persona, según el modo que vale para ella en el contexto de su historia personal, ya que se percibe y se expresa según la persona y según la situación que atraviesa esa persona (p.14).

Así mismo, estos autores identifican como valores claves el amor al prójimo, autoestima, amistad, confianza, compromiso y responsabilidad, saber, tolerancia, diálogo interpersonal, respeto, democracia, solidaridad, ecología, paz, transcendencia, empatía y disfrute (^{Sosa & Moreno, 2021}). Y ^{Barylko (2002}) señala que los valores se adquieren y aprenden en la familia, en la escuela, con el grupo de pares y demás contextos de la vida cotidiana. Además, en el proceso de construcción de la identidad y la personalidad propio de la adolescencia, adquiere gran importancia el desarrollo de un sistema de valores personal y propio, que contribuya a forjar cimientos emocionales (^{Ángel, 2020}; ^{Ferragut et al., 2014}).

La adolescencia es un período caracterizado por múltiples cambios, transiciones y posibles problemáticas o dificultades; en las cuales se han centrado la mayoría de los estudios en Psicología, es decir, se han enfocado en aspectos negativos de esta etapa vital. No obstante, en la actualidad, desde la mirada de la Psicología Positiva, se evidencia que el desarrollo y la promoción de los recursos, las fortalezas y los aspectos positivos de los seres humanos desencadenan consecuencias deseables asociadas al bienestar (^{Seligman, 2002}). En este sentido, el paradigma denominado Desarrollo Positivo Adolescente (en adelante DPA) (^{Benson et al., 2006}), se enmarca en los preceptos de la Psicología Positiva. El DPA propone una expansión del concepto de salud para incluir competencias, habilidades y conductas que contribuyen al éxito en la vida social, académica y profesional; adopta un enfoque centrado en las fortalezas y hace hincapié en la existencia de condiciones saludables en los adolescentes (^{Benson et al., 2004}); es decir, comparte la idea de que todos los adolescentes tienen el potencial para un desarrollo sano y exitoso, y ha dado lugar al estudio de los valores positivos en la etapa de la adolescencia.

El interés por el estudio de los valores ha motivado a los investigadores a elaborar y validar instrumentos para evaluarlos; así, por ejemplo, ^{Fernández Liporace et al. (2005}) llevaron a cabo una adaptación en adolescentes argentinos de la escala de Perfiles Valorativos de Schwartz. La versión final de esta escala está compuesta por cinco factores y 18 ítems en total y ha demostrado buenas propiedades psicométricas. Y ^{Goicochea Salazar (2017}) validó el Cuestionario de Valores Interpersonales de Gordon en adolescentes peruanos. Dicho instrumento está conformado por seis dimensiones y 90 ítems y presenta buenas propiedades psicométricas.

En el marco de la Psicología Positiva, la Escala de Valores para el Desarrollo Positivo Adolescente (en adelante EVDPA) (^{Antolín Suárez et al., 2011}) fue desarrollada para evaluar el grado de importancia que los adolescentes conceden a una serie de valores asociados al marco del DPA. Los autores de la Escala distinguen tres agrupaciones de valores: 1) valores sociales, que suponen una relación social, un compromiso con la sociedad y la comunidad; entre ellos, se encuentran la prosocialidad, la justicia e igualdad social, y el compromiso social. La prosocialidad comprende los comportamientos de ayuda a otras personas, independientemente de la intención que se persiga con esa ayuda (^{Caprara, 2005}; ^{Mesurado, 2020}). 2) valores personales, que se relacionan con la madurez personal que permite obrar de manera coherente con los principios asumidos en la vida; entre ellos, están la integridad, la honestidad y la responsabilidad. 3) valores individualistas, propios de una cultura que defiende la independencia, autonomía y supremacía de los derechos del individuo frente a los de la sociedad; tales como el hedonismo y el reconocimiento social. Estos valores individualistas son considerados contravalores para el DPA por los autores de la Escala original (^{Antolín Suárez et al., 2011}), dado que están asociados a problemas externalizados como, por ejemplo, el consumo problemático de sustancias.

La versión final de la EVDPA de 24 ítems fue desarrollada en España y ha sido adaptada en otros países. En Chile, ^{Gálvez-Nieto et al. (2018}) evaluaron las propiedades psicométricas de la EVDPA en estudiantes adolescentes y obtuvieron una versión breve diferente a la original, a saber: se realizó una reducción de ítems de 24 a 12 (denominada EVDPA-R). En dicha versión no pudieron corroborar la estructura de 8 factores de primer orden, pero sí la de 3 factores de segundo orden, denominados de la misma forma que la versión original: valores sociales, valores personales y valores individualistas; y encontraron resultados favorables en la fiabilidad por consistencia interna. En Perú, ^{Campos del Carpio y García Aranda (2019)} validaron la EVPDA-R, y encontraron propiedades psicométricas similares. Estas diferencias entre la Escala original y las adaptaciones ponen de manifiesto que, probablemente, la EVDPA no se comporta igual según las poblaciones o a lo largo del tiempo; de ahí la necesidad de evaluar sus propiedades psicométricas en contextos diferentes.

Considerando la relevancia que tiene el estudio de los valores en la adolescencia, específicamente en el marco del desarrollo positivo y, con ello, la existencia y validación de instrumentos que midan estas cualidades en la población adolescente de diferentes contextos, el presente estudio tiene por objetivo analizar las propiedades psicométricas de la EVDPA en su versión original de 24 ítems (^{Antolín Suárez et al., 2011}) en una muestra de adolescentes de Argentina. Para tal efecto se apoya en los siguientes objetivos específicos: 1) Evaluar la validez de constructo de la EVDPA mediante análisis factorial exploratorio (AFE) y comprobar el modelo a través de análisis factorial confirmatorio (AFC). 2) Evaluar la consistencia interna del instrumento en población de adolescentes de Argentina. 3) Evaluar la validez convergente con una medida de Conducta Prosocial; para el cual se planteó la hipótesis de que los valores sociales obtendrán correlaciones positivas con la conducta prosocial, ya que esta conducta comprende la ayuda a otros (^{Caprara 2005}; ^{Mesurado, 2020}).

Método

Resultados

Con el objetivo de evaluar la validez de constructo de la EVDPA, se realizó un primer AFE de los 24 ítems con la muestra 1. En la Tabla 1 se exponen los análisis descriptivos realizados para evaluar la calidad psicométrica de los reactivos, a partir de los cuales se observa que los 24 ítems presentaron buenas propiedades.

Tabla 1 Análisis descriptivos de los ítems de la Escala de Valores para el Desarrollo Positivo Adolescente (EVDPA) (N= 411). 

^Nota:S = Asimetría; K = Curtosis; r_(i-t) = Correlación ítem-test; r_(tec) = Correlación total de elementos corregida.

Previo al AFE se evidenció una adecuación muestral mediante el índice Kaiser - Meyer - Olkin (KMO=.79). También se realizó la prueba de esfericidad de Bartlett a partir de la que se obtuvo un chi cuadrado de 2426.08, gl= 276, p ≤ .001. Se evidenciaron 7 factores, los cuales explicaron el 63.29% de la variancia. A partir de ese primer análisis, se decidió eliminar los ítems que tuviesen complejidad en sus cargas, es decir, que cargaran en más de un factor, así como ítems que tuviesen cargas factoriales muy bajas (inferiores a .30). A partir de ese criterio se eliminaron cuatro ítems: el ítem 4 (de la dimensión justicia e igualdad social de la Escala original), el ítem 11 (de la dimensión justicia e igualdad social de la Escala original), el ítem 14 (de la dimensión integridad de la Escala original) y el ítem 23 (de la dimensión hedonismo de la Escala original).

Se realizó un segundo AFE de los 20 ítems restantes de la EVDPA. Previo al mismo se evidenció una adecuación muestral mediante el índice Kaiser - Meyer - Olkin (KMO=.75). También se obtuvo la prueba de esfericidad de Bartlett con un chi cuadrado de 1995.79, gl= 190, p ≤ .001. Se obtuvieron 6 factores que explicaron el 63.11% de la variancia (ver Figura 1, cuya información forma parte del criterio de decisión de 6 factores). En la Tabla 2 se observan las cargas factoriales de cada uno de los ítems.

Figura 1 Gráfico de Sedimentación. 

Tabla 2 Análisis factorial Exploratorio. Matriz de cargas de factores rotados (rotación oblicua oblimin). 

N = 411.

Total de varianza explicada por los 6 factores 63.11%.

A partir del segundo AFE realizado, se elimina el ítem 10 que tiene una carga factorial baja en la dimensión hedonismo, siendo un ítem de justicia e igualdad social de la Escala original. Además, se elimina el ítem 1 que no tiene una carga mayor a .30 en ninguno de los factores.

En la Tabla 2 se observa que las dimensiones de honestidad y responsabilidad de la Escala original conformaron un solo factor denominado Responsabilidad y honestidad. Los factores Reconocimiento social, Compromiso social y Prosocialidad se mantuvieron con 3 ítems como en la Escala original. Por su parte Hedonismo e Integridad, restaron un ítem cada uno teniendo en cuenta la versión original de la Escala. No pudo comprobarse la dimensión Justicia e igualdad social.

Se realizó un AFE de segundo orden (con la versión final de 18 ítems, agrupados en las 6 dimensiones mencionadas), con método de rotación ortogonal varimax. Previo al mismo se evidenció una adecuación muestral mediante el índice Kaiser - Meyer - Olkin (KMO=.61). También se obtuvo la prueba de esfericidad de Bartlett con un chi cuadrado de 2245.1, gl= 15, p ≤ .001. Se utilizó el procedimiento de Gutman-Kaiser para establecer el número de factores a ser rotados. Se evidenciaron 2 factores, que explicaron el 53.06% de la variancia. En la Tabla 3 se presentan las cargas factoriales de cada una de las dimensiones.

Tabla 3 Análisis factorial Exploratorio de segundo orden. Matriz de cargas de factores rotados (rotación ortogonal varimax). 

Como se observa en la Tabla 3, el factor 1 está compuesto por las dimensiones Prosocialidad, Compromiso social, Integridad y, Honestidad y responsabilidad. Dicho factor se denominó Valores sociales y personales. El factor 2 está compuesto por las dimensiones Hedonismo y Reconocimiento social, al cual se denominó Valores individualistas.

Para comprobar el modelo de 18 ítems surgido en los AFE realizados, se llevó a cabo un AFC. Dicho análisis se realizó con la muestra 2 de 633 adolescentes. Se utilizó el método de estimación de parámetros por máxima verosimilitud, obteniéndose el siguiente ajuste: (2=543.93; (2/gl= 3.57; CFI= .94; GFI= .93; AGFI= .90; RMR= .17 y RMSEA= .06. Dichos índices indicaron un buen ajuste del modelo. En la Figura 2 puede observarse el modelo de 18 ítems, en 6 dimensiones, con las cargas factoriales estandarizadas.

Con el objetivo de evaluar la consistencia interna de la versión de 18 ítems de la EVDPA en población de adolescentes de Argentina, se calcularon los índices alfa de Cronbach para aquellas dimensiones que tenían tres ítems o más. Los índices fueron los siguientes: prosocialidad .82; compromiso social .82; responsabilidad y honestidad .83; reconocimiento social .84. Para las dimensiones que tenían dos ítems se utilizó el índice de Spearman-Brown recomendado para escalas de dos ítems (^{Eisinga et al., 2013}); se obtuvieron los siguientes índices: integridad .69; hedonismo .79 (índices obtenidos con la muestra 2).

Y con el objetivo de evaluar la validez de criterio de la versión de 18 ítems de la EVDPA se realizaron correlaciones de Pearson entre las dimensiones de esta escala y la Escala de Prosocialidad (^{Caprara et al. (2005}). Dichos análisis se realizaron en una submuestra de la muestra 2 de 330 sujetos. En la Tabla 4 se presentan las correlaciones de los valores agrupados y las dimensiones de la conducta prosocial y en la Tabla 5, las correlaciones de los valores desagrupados y las dimensiones de la conducta prosocial.

Figura 2 Modelo de medición y cargas factoriales estandarizadas de la EVDPA. 

Tabla 4 Correlaciones de Pearson de los valores agrupados y las dimensiones de la conducta prosocial. 

**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (2 colas). N= 330.

Tabla 5 Correlaciones de Pearson de los valores desagrupados y las dimensiones de la conducta prosocial. 

**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (2 colas).

N= 330.

Discusión

El presente estudio se propuso evaluar las propiedades psicométricas de una medida de valores para el desarrollo positivo en adolescentes de Argentina, la EVDPA (^{Antolín Suárez et al., 2011}).

Respecto a la evaluación de la validez de constructo de la EVDPA, en relación con los AFE realizados, los dos análisis de primer orden obtuvieron índices de KMO regulares según ^{Kaiser (1974}), dado que se encontraron entre .70 y .79. En el caso del análisis de segundo orden, el nivel de KMO fue aceptable, dado que se encontraron entre .60 y .69. Ambos índices se consideran aceptables puesto que presentaron niveles superiores a .50 (^{Kaiser, 1974}). Además, en los tres AFEs realizados, los resultados de la prueba de esfericidad de Bartlett fueron significativos. Ambas pruebas a priori (índice KMO y esfericidad de Bartlett) indicaron que las matrices de datos eran factorizables (^{Watson, 2017}).

Respecto al número de factores a extraer, ^{Watson (2017}) señala que la mayoría de los investigadores toma una decisión teniendo en cuenta la combinación de estos cuatro criterios: criterio de Kaiser de autovalor mayor a 1; análisis del gráfico de sedimentación o pendiente de Catell; porcentaje de varianza explicada acumulada por los factores (siempre mayor al 50% aunque no hay acuerdo en cuanta varianza explicada, es lo óptimo) y análisis paralelo. En en cada uno de los AFEs realizados en la presente investigación se tuvieron en cuenta los tres primeros criterios. En el segundo AFE tanto los autovalores mayores a 1 como el gráfico de sedimentación mostraron que era pertinente extraer 6 factores, los cuales explicaron el 63.11% de variancia. Así, se conformó un instrumento de 18 ítems (ver Anexo 1) que presenta similitudes y diferencias con la EVDPA en su versión original (^{Antolín Suárez et al., 2011}).

En cuanto a las similitudes halladas, los factores Reconocimiento social, Compromiso social y Prosocialidad presentaron la misma estructura y cantidad de ítems que en la Escala original. Y respecto a las diferencias, en primer lugar, no pudo comprobarse la dimensión Justicia e Igualdad social. En segundo lugar, las dimensiones Hedonismo e Integridad, restaron un ítem cada uno teniendo en cuenta la versión original de la Escala. En tercer lugar, Responsabilidad y Honestidad, dos dimensiones separadas en la versión original, se presentaron en esta versión de manera conjunta. Estas dos dimensiones forman parte de los denominados valores personales que implican seguridad y fortaleza personal para actuar de forma coherente en relación con los principios asumidos como propios (^{Antolín et al., 2011}). Al ser ambos valores personales, que se presenten conjuntamente, no es una dificultad y se mantiene la coherencia teórica.

En el AFE de segundo orden se utilizaron tres de los criterios mencionados para la extracción de factores más utilizados: criterio de Kaiser de autovalor mayor a 1; análisis del gráfico de sedimentación o pendiente de Catell; porcentaje de varianza explicada acumulada por los factores (siempre mayor al 50%). En este último caso se extrajeron 2 factores que explicaron el 53.06% de la variancia. Las dimensiones se agruparon por un lado en valores sociales y personales (primer factor) y por otro lado valores individualistas (segundo factor). Esto pone de manifiesto que los valores individualistas, están marcando algo diverso de aquellos valores que sostienen el compromiso personal y social. En este sentido, ^{Hofstede et al. (1996}) expresan que en las sociedades individualistas se espera que cada uno de los miembros cuide únicamente de sí mismo y de sus allegados más inmediatos, en contraposición a las sociedades colectivistas en la cual los individuos se integran a grupos altamente cohesionados que los protegen en el transcurso del ciclo vital.

Si bien en la adaptación de la EVDPA realizada en Perú (^{Gálvez-Nieto et al., 2018}), también se realizó una reducción de ítems, en el presente estudio se realizó una reducción menor; además, la reducción de factores de primer orden fue de 8 a 6, y de factores de segundo orden, fue de 3 en la Escala original a 2 en la presente adaptación. Estos 2 factores resultantes muestran claramente la direccionalidad de los valores para el DPA, los cuales pueden indicar una contraposición entre individualismo y colectivismo (^{Hofstede et al., 1996}).

Por su parte, el AFC de la versión de 18 ítems, con el método de mínimos cuadrados no ponderados, mostró un buen ajuste del modelo propuesto (^{Byrne, 2010}). Las cargas factoriales estandarizadas fluctuaron entre .52 y .94.

Respecto a la evaluación de la consistencia interna de la EVDPA en población de adolescentes de Argentina. en la versión de 18 ítems, los índices alfa de Cronbach para las dimensiones Prosocialidad, Compromiso social, Responsabilidad y Honestidad, Reconocimiento social fluctuaron entre .82 y .84, lo cual muestra una consistencia interna buena (^{Carvajal et al., 2011}). Los índices de Spearman-Brown para las dimensiones Integridad y Hedonismo fluctuaron entre .69 y .79, lo cual indica una confiabilidad aceptable.

En cuanto a la evaluación de la validez de criterio con una medida de Conducta Prosocial, en primer lugar, los valores sociales y personales presentaron correlaciones más elevadas con la prosocialidad y la empatía, y apoyo emocional, en comparación con los valores individualistas. Estos valores sociales y personales están vinculados con relaciones sociales adecuadas, compromiso con la sociedad y la comunidad, y coherencia del actuar con los principios asumidos (^{Antolín Suárez et al., 2011}). Teóricamente es apropiado que estos valores presenten una correlación positiva elevada con la conducta prosocial de ayuda a otros y con los procesos de empatía y apoyo emocional hacia otros (^{Caprara et al., 2005}; ^{Rodriguez et al., 2017}). Específicamente, en las correlaciones con los valores desagregados, el valor de la prosocialidad presentó la correlación más alta con la subescala específica de prosocialidad del instrumento de ^{Caprara y otros (2005)}, lo cual es esperable ya que miden el mismo constructo.

Dado los principales hallazgos, el principal aporte de esta investigación es presentar un instrumento que evalúa valores para el desarrollo positivo en la adolescencia con buenas propiedades psicométricas para la población de Argentina, lo cual permitirá profundizar en el estudio de los valores en sí y en relación con otras variables importantes para el desarrollo positivo en la adolescencia.

Este estudio presenta algunas limitaciones. En primer lugar, dos de los factores (Integridad y Hedonismo) de la versión argentina resultante del instrumento quedaron sólo con dos ítems, lo cual no es lo más adecuado para la representación del constructo (ver Eisinga et al., 2012). Futuros estudios deberían sumar nuevos ítems a dichos factores. En segundo lugar, la validez de criterio se realizó sólo con una medida de conducta prosocial, lo que excluye la posibilidad de evaluar otros valores como el hedonismo, el reconocimiento social, etc. Futuros estudios deberían incluir otras variables de medición.