Introducción
El bienestar subjetivo se compone de dos dimensiones, una afectiva y otra cognitiva; esta última, corresponde a la satisfacción con la vida ([SV]; Diener et al., 1985). La SV es un proceso cognitivo evaluativo que una persona hace de su vida en general, específicamente, sobre los resultados que ha obtenido (Veenhoven, 2015). Michalos (1985), en su Modelo de Discrepancias Múltiples, propone que este proceso cognitivo consiste en evaluar la discrepancia entre los ideales de una persona y su percepción de su estado actual, y a menor discrepancia mayor será la SV y viceversa.
Se han reportado asociaciones entre la SV y algunas características sociodemográficas, por ejemplo, Aymerich et al., (2021) evaluaron los niveles de satisfacción vital percibidos por 600 adolescentes españoles a lo largo de su infancia y adolescencia y encontraron que los hombres presentan mayores niveles de SV a partir de los 12 años; mientras que Moreta-Herrera et al., (2018) indicaron que mujeres universitarias, con apoyo económico, mostraron mayor nivel de SV que los hombres. La SV también se ha asociado positivamente con indicadores de bienestar psicológico y salud mental (Cho et al., 2021; Hartstone & Medvedev, 2021). Algunos estudios realizados en México han encontrado una asociación positiva de la SV con variables como salud objetiva, educación, autoestima en estudiantes, apoyo social, estar casado o en unión libre y con altos ingresos económicos (Castellanos, 2018; Cruz-Betanzos, 2020; Gordon et al., 2018; Nuñez et al., 2019); no obstante, en México hay menos investigaciones sobre la SV, en comparación con otros países (Millán & Castellanos, 2018).
Con el fin de aportar a la comprensión de la SV y las variables asociadas, Pavot y Diener (2008) señalaron que es relevante estudiar la SV en tanto proceso cognitivo, es decir, examinar los factores que componen dicho proceso y que pudieran afectar la SV; por ejemplo, las creencias irracionales (CI), en tanto cogniciones descriptivas y evaluativas (Szentagotai et al., 2005; Vîslă et al., 2015).
Según la Terapia Racional Emotivo Conductual (TREC), desarrollada por Albert Ellis a finales de la década de 1950 (Ellis, 1962), las CI se definen como obligaciones o dogmas autoimpuestos como resultado de evaluaciones y descripciones exageradamente negativas. Ellis y Dryden (1997) señalaron que, normalmente, las CI se desarrollan cuando una persona asume, de forma inflexible y dogmática, sus metas sociales y personales; y para David (2015) son creencias negativas y no realistas, en tanto no tienen sustento lógico o empírico. Por su parte, Burgess (1990) señala que, en general, las CI tratan sobre tres temas principales: el éxito, la comodidad y la aprobación.
Diversos autores (David et al., 2019; DiGiuseppe et al., 2014; Ellis, 2019) concuerdan en que las CI se presentan en cuatro categorías: (1) Demandas, que son expectativas inflexibles, p. ej., “debo ser el mejor”; (2) Autocondena, que son percepciones exageradas y negativas de uno mismo o los demás, p. ej., “nunca hago las cosas correctamente”; (3) Intolerancia a la frustración, que consiste en evaluar como insoportable el incumplimiento de las expectativas, p. ej., “no puedo soportar cuando no le agrado a la gente”; y (4) Catastrofismo, que es evaluar las consecuencias como exageradamente negativas, p. ej., “si pierdo la competencia, todos me odiarán” (DiGiuseppe et al., 2017). Demandas son las CI primarias, de las cuales se generan las otras tres CI, que son las secundarias (DiGiuseppe et al., 2017). Las CI Demandas y Autocondena son cogniciones descriptivas, mientras que las CI Intolerancia a la frustración y Catastrofismo son cogniciones evaluativas (Szentagotai et al., 2005).
Según los postulados de la TREC, una situación cualquiera, puede generar afectaciones psicológicas, no por la situación en sí, sino, por las creencias que se tengan sobre esa situación (Ellis, 1962); y las CI tienden a generar distrés psicológico y a fomentar el desarrollo de conductas desadaptativas, afectando negativamente el bienestar. Por consiguiente, el objetivo de la TREC, es disminuir las CI para así mejorar el bienestar de las personas (David et al., 2019).
En el presente estudio se plantea que las cuatro categorías de CI pueden afectar la SV, dado que constituyen elementos del proceso cognitivo de la SV, descrito en el Modelo de Discrepancias Múltiples de Michalos (1985). Así, las CI Demandas de un individuo se pueden constituir en ideales difíciles de lograr y, en combinación con una percepción exagerada y negativa del estado actual, propia de la CI de Autocondena, podrían aumentar la discrepancia entre ideales y la percepción del estado actual. Esta discrepancia sería, a la vez, evaluada de manera exagerada y negativa por las CI evaluativas de Intolerancia a la frustración y el Catastrofismo, afectando así la autoevaluación de la SV.
Esta interacción entre CI y SV puede presentarse de tres formas (ver Figura 1): (1) en tanto elementos del proceso cognitivo de la SV; (2) como un modelo de mediación en el que las CI descriptivas afectan a la SV, mediante las CI evaluativas; o bien, (3) un modelo de moderación donde las CI moderan la asociación entre variables sociodemográficas y la SV.

Fuente: elaboración propia.
Figura 1 CI como elementos del proceso cognitivo de SV, con su representación en modelos de mediación y moderación.
Algunos estudios aportan evidencias de asociaciones entre CI y SV por medio de análisis de correlaciones y regresiones lineales (Bartucz & David, 2019; Çivitci, 2009; Gómez-González et al., 2023; Janjani et al., 2017; Manavipour, 2014); sin embargo, en orden de hacer un análisis que permita verificar si las CI afectan a la SV en tanto proceso cognitivo, descrito en el Modelo de Discrepancias Múltiples, en el presente estudio se plantean las siguientes hipótesis: (1) las CI predicen la SV; (2) las CI descriptivas afectan la SV mediante las CI evaluativas; y (3) las CI moderan las asociaciones entre variables sociodemográficas y la SV.
Con base en lo anterior, el propósito del presente estudio fue analizar el efecto de las CI en el proceso cognitivo de la SV en adultos. Este objetivo, permite atender la recomendación de Pavot y Diener (2008) de aumentar los estudios que permitan comprender mejor el proceso cognitivo que resulta en el juicio de la SV; además, aporta evidencia sobre el comportamiento de la SV en México.
Método
Diseño de Investigación
Se realizó una investigación cuantitativa no experimental, con diseño analítico transversal de alcance explicativo (Hernández & Velasco-Mondragón, 2007).
Participantes
Participaron 483 personas adultas (de 18 años en adelante), 256 mujeres (53 %) y 227 hombres (47 %), de entre 18 y 75 años de edad (Medad = 37.20, DE = 15.06). Los participantes residen en 30 estados de México, además de la Ciudad de México. Cada estado y Ciudad de México aportaron entre 1 a 5 % de la muestra, salvo del Estado de México de dónde provino el 11 %; y de Jalisco el 33.7 %. Las características sociodemográficas con mayor prevalencia fueron: nivel de escolaridad licenciatura con 56.9 %; tipo de empleo formal, 44.3 %; estado civil soltero, 51.6 %; y nivel socioeconómico, A/B, 40.8 % (ver apartado de instrumentos para descripción de niveles socioeconómicos).
Se realizó un muestreo no probabilístico consecutivo accidental, de manera casual y accidental (Otzen & Manterola, 2017). Dadas las restricciones originadas por la COVID-19, se invitó a las personas a participar en línea (online) por medio de las redes sociales Facebook y WhatsApp.
El tamaño muestral se calculó para muestras provenientes de poblaciones mayores a 100,000 unidades, para conseguir un mínimo de nivel de confianza (Zα) del 95 % (α= 0.05; Zα = 1.96); un error máximo admitido o precisión (d) del 5 % (.05); un valor de prevalencia (p) del 50 % (.50), y, por consiguiente, un valor de no prevalencia (q) del 50 % (Fuentelsaz Gallego, 2004), con lo cual, se obtuvo un tamaño muestral mínimo de n = 384.
Con el total de participantes obtenidos, n = 483, se calculó el poder estadístico con el software G*Power Version 3.1.9.7, para análisis de regresión lineal múltiple. Se obtuvo un poder estadístico de 1-β = .8, con un α = .05, para alcanzar a detectar efectos pequeños (F2 = .02).
Procedimiento
En primer lugar, se invitó a las personas a participar en el estudio mediante las redes sociales Facebook y WhatsApp. Se recabaron los datos de forma remota (International Test Commission, 2010), por medio de un formulario en línea en el software web Google Forms, en el cual se integraron los instrumentos (ver sección de instrumentos) y el consentimiento informado. En este consentimiento, se declaró el carácter voluntario, gratuito, anónimo y confidencial de la participación en el estudio, y se compartió un correo de contacto para resolver dudas. Completar el formulario tomó un tiempo aproximado de 15 minutos.
Consideraciones éticas
El presente estudio fue aprobado por el Comité de ética en investigación del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara (Dictamen CEI/23 fechado el 6 de noviembre del año 2020), el cual se basa en la Comisión Nacional de Bioética de México. Previo a contestar las escalas, los adultos autorizaron su participación y el uso de los datos obtenidos, mediante la aceptación del respectivo consentimiento informado.
Instrumentos
Escala de Satisfacción con la Vida (Diener et al., 1985). Se utilizó la versión en español, que cuenta con datos validados en población mexicana (Padrós et al., 2015). Con este instrumento unidimensional se evalúa la SV. Consta de cinco ítems con escala de respuesta tipo Likert de cinco opciones de respuesta: 1 es “totalmente en desacuerdo” y 5 “totalmente de acuerdo”; el rango de puntajes va de 5 a 25, de modo que, a mayor puntaje, mayor SV. Esta versión mostró un coeficiente alfa de Cronbach α = .83.
Escala de Actitudes y Creencias (Burgess, 1990). Se utilizó la versión en español, que cuenta con datos validados en población mexicana (Heman & Niebler, 2011). En este instrumento se integran 13 ítems con escala de respuesta tipo Likert de 5 puntos: 1 es “muy en desacuerdo” y 5 es “muy de acuerdo”, mediante los que se miden tres subescalas de CI: Intolerancia a la frustración, con cinco ítems (puntajes de 5 a 25); Demandas y Aprobación, con cuatro ítems cada una (puntajes de 4 a 20). A mayor puntaje, mayor presencia de la creencia. Estas subescalas mostraron, respectivamente, un coeficiente alfa de Cronbach de α = .89, .87 y .89. Dado que este instrumento era el único disponible para evaluar CI en población mexicana, al momento de adelantar el presente estudio, no fue posible medir las CI Catastrofismo y Autocondena.
Regla NSE AMAI 2018. (Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión [AMAI], 2020). Cuestionario para estimar el nivel socioeconómico de los hogares en México. A través de seis preguntas sobre las condiciones materiales y laborales en el hogar, se obtienen puntajes de entre 0 y 300 puntos de bienestar económico y social, de manera que, a mayor puntaje, mayor nivel socioeconómico. Las clasificaciones son siete, de menor a mayor: E, D, D+, C-, C, C+, A/B.
Cuestionario ad hoc. Contiene preguntas sobre las características sociodemográficas de edad, sexo (hombres y mujeres), escolaridad (ninguno, primaria, secundaria, preparatoria, licenciatura y posgrado), estado civil (soltero, casado, unión libre, separado, divorciado y viudo) y tipo de empleo (desempleo, formal, informal, jubilado, becado).
Análisis de datos
Para validar los datos recogidos a través de los instrumentos psicométricos se utilizó el software RStudio v8.17, para lo cual se realizaron análisis factorial confirmatorio y de invarianza entre grupos según el sexo, con método de estimación Mínimos cuadrados no ponderados (Viladrich et al., 2017); además, se calculó la consistencia interna (omega ordinal, alfa ordinal y alfa de Cronbach).
Posteriormente se calculó la frecuencia por subgrupos de variables sociodemográficas y sus correspondientes medias y medianas de puntajes de las escalas; y se realizaron pruebas bivariantes de correlación rho de Spearman, salvo con tipo de empleo y estado civil; con estas, al ser nominales politómicas, se estimó la asociación con la SV con diferencias entre grupos con la prueba H de Kruskal-Wallis, calculando el tamaño del efecto con el coeficiente de épsilon cuadrado (Ventura-León, 2019). Se utilizaron pruebas no paramétricas de correlación y diferencias, ya que, al realizar pruebas Kolmogorov-Smirnov, las escalas mostraron una distribución no normal (p <.05). Para tales análisis se utilizó el software SPSS (IBM SPSS Statistics v26).
Las asociaciones lineales con la SV, controlando las covarianzas, se estimaron por medio de regresiones lineales múltiples con el método “Por pasos”; en un primer modelo con las variables sociodemográficas como predictoras y, en un segundo modelo, con las CI como predictoras. Con la interfaz macro PROCESS v4.0 del SPSS, se calculó un modelo de mediación en el que la CI Demandas predijeron la SV mediante la CI Intolerancia a la frustración; además de modelos de moderación incorporando la técnica Johnson-Neyman, en la que cada CI modera las asociaciones que resultaron significativas entre las variables sociodemográficas y la SV. Para validar los resultados de estos modelos, se comprobaron los supuestos de regresión de: linealidad, independencia de los residuos, homocedasticidad, no colinealidad y normalidad de los residuos.
Resultados
Evidencias de validez y fiabilidad
Los análisis factorial confirmatorio de ambos instrumentos, la Escala de Actitudes y Creencias y la Escala de Satisfacción con la Vida, mostraron validez de constructo, al obtener los siguientes valores de ajuste: chi cuadrado sobre grados de libertad (χ2/gl) ≤ 5 (Hair et al., 1999); raíz del error cuadrático medio de aproximación (RMSEA) ≤ .08 (Browne & Cudeck, 1992); e índices de ajuste comparativo, Tucker Lewis, ajuste incremental y de bondad de ajuste (respectivamente CFI, TLI, IFI y GFI) ≥ .95 (Hu & Bentler, 1999). Estos mismos datos mostraron invarianza entre grupos según el sexo (hombres y mujeres), en cuatro niveles: configural, carga factorial, interceptos y residuales; ya que en cada nivel el CFI no disminuyó en menos de .01 y el RMSEA no aumentó en más de .015, lo que sugiere que no hubo sesgo de medición entre sexos (Chen, 2007). Por último, las escalas mostraron fiabilidad adecuada, con valores de coeficientes omega ordinal, alfa ordinal y alfa de Cronbach > .8 (Viladrich et al., 2017).
Puntajes y frecuencias
La media y mediana de los puntajes de las variables SV, CI Demandas, Intolerancia a la frustración y Aprobación, edad y nivel socioeconómico, se muestran en la Tabla 1 1.
Correlaciones y diferencias
De las pruebas de correlación bivariada rho de Spearman cabe resaltar que la SV solo correlacionó negativa y significativamente con las CI Intolerancia a la frustración y Aprobación, pero no con la CI Demandas (ver Tabla 2); esto contradice lo esperado, respecto a que todas las CI se asociarían negativa y significativamente con la SV. Además, la variable dicotómica de sexo (hombres y mujeres) no correlacionó con SV, lo que equivale a que no hubo diferencias entre grupos (Field, 2009).
Con la prueba H de Kruskal-Wallis se presentaron diferencias pequeñas, pero significativas, en subgrupos según el estado civil (H[5] = 23.60, p < .001, ε2 = .04); y el tipo de empleo (H[4] = 51.25, p < .001, ε2 = .10 (ver Tabla 3).
Modelos de regresión
En el modelo 1 de regresión múltiple se encontró que el nivel socioeconómico y la edad predijeron positiva y significativamente la SV, explicando 9.0 % de la varianza, excluyendo sexo y escolaridad. En el modelo 2 las CI Intolerancia a la frustración y Demandas predijeron significativamente la SV, explicando 11 % de la varianza, excluyendo la CI Aprobación (ver Tabla 4). En este último modelo, contrario a lo esperado, la CI Demandas predijeron positivamente a la SV.
Modelo de mediación
En el modelo de mediación, la CI Demandas predijeron negativa y significativamente la SV mediante la CI Intolerancia a la frustración, con un efecto indirecto negativo y significativo (βefecto indirecto = -.192, EE = .029, IC 95% [-0.254, -0.137]), mientras que el efecto directo fue positivo y significativo; y el efecto total no fue significativo (ver Figura 2).
Modelos de moderación
En los modelos de moderación solo se encontraron interacciones de las CI, estadísticamente significativas, en la asociación entre el nivel socioeconómico y la SV (ver Tabla 5), pero no en la asociación entre la edad y la SV.
Tabla 5. Modelos de moderación de CI sobre la asociación entre nivel socioeconómico y SV.

Nota: SV= satisfacción con la vida. Los coeficientes no son estandarizados.
** = p < .01; *** p < .001.
a = covariable.
En el modelo 1, la CI Intolerancia a la frustración moderó positivamente la asociación entre el nivel socioeconómico y SV (R2 = .17; F[3, 479] = 31.81; p < .001), es decir, a mayor CI Intolerancia a la frustración, mayor fue el efecto del nivel socioeconómico sobre la SV; sin embargo, también se observó que, consistentemente, a mayor CI Intolerancia a la frustración, menor SV (ver Figura 3).

Fuente: elaboración propia.
Figura 3. Moderación de CI Intolerancia a la frustración sobre la asociación entre nivel socioeconómico y SV.
En el modelo 2 se definió a la CI Demandas como moderadoras de la asociación entre nivel socioeconómico y SV, tomando en cuenta (controlando) el efecto de la CI Intolerancia a la frustración; la interacción fue positiva y significativa (R2 = .19; F[4, 478] = 27.49; p < .001), es decir, a mayor CI Demandas, mayor fue el efecto del nivel socioeconómico sobre la SV. Sin embargo, con la técnica Johnson-Neyman, se identificó que, cuando el nivel socioeconómico fue > 125.25, a mayores puntajes de CI Demandas, mayor SV; pero, cuando fue < 125.25, a mayores puntajes de CI Demandas, menor SV (ver Figura 4).
Supuestos de regresión
Considerando las CI y las variables sociodemográficas como predictoras de SV, se cumplieron los supuestos de regresión de: linealidad, independencia de los errores, homocedasticidad y no colinealidad, dado que se encontraron, respectivamente, correlaciones lineales significativas con valores de p < .01 (Hayes, 2018); prueba Durbin-Watson = 1.93 (Vilà et al., 2019); valores de tolerancia cercanos a 1 y de inflación de la varianza inferiores a 10 (Field, 2009); y no significancia (p ≥ .05) en la prueba formal Non-constant variance score test (Breusch & Pagan, 1979). Solo la normalidad de los residuos no fue superada (p < .05), sin embargo, ya que los residuos no presentaron una forma severamente alejada de la distribución normal, no se sugieren sesgos en los resultados estadísticos (Hayes, 2018).
Discusión
Los objetivos de esta investigación fueron analizar la asociación de las CI con la SV y su efecto moderador en las relaciones entre variables sociodemográficas y la SV. Los resultados apoyaron parcialmente las asociaciones esperadas; estas se cumplieron en tanto: (1) las CI se asociaron significativamente con la SV; (2) la CI Demandas (CI descriptivas) afectaron la SV mediante la CI Intolerancia a la frustración (CI evaluativas); y (3) las CI Demandas e Intolerancia a la frustración moderaron la asociación entre SV y nivel socioeconómico. Sin embargo, contrario a lo esperado, la CI Demandas presentaron un efecto directo y positivo sobre la SV; es decir, conforme a estos resultados, se sugiere que cuando las personas reportan sus expectativas en forma de obligaciones inflexibles (Demandas), además de evaluar el no cumplimiento de estas expectativas como insoportable (Intolerancia a la frustración), disminuye su nivel de SV, pero si solo presentan el aspecto demandante, sin la evaluación intolerante, aumenta su nivel de SV.
El efecto directo, positivo y significativo de la CI Demandas sobre la SV fue observado inicialmente en los modelos de regresión lineal múltiple. Este resultado concuerda con los de Çivitci (2009), quien reporta que la CI Demandas, específicamente las de éxito y respeto, predicen positivamente la SV. Este efecto positivo implica una contradicción a la teoría de la TREC, que plantea que todas las CI se asocian negativamente con el bienestar (David, 2015). Este efecto positivo podría obedecer a que la CI Demandas, al ser obligaciones autoimpuestas, podrían favorecer el desarrollo de la perseverancia y la constancia, conductas que se asocian con el logro de metas (Xu et al., 2023), que, a su vez, podrían aumentar los niveles de SV.
De acuerdo con los resultados del modelo de mediación, la CI Demandas afectaron indirecta y negativamente la SV, mediante la CI Intolerancia a la frustración, lo que coincide con lo planteado en la TREC. Sin embargo, el efecto directo fue positivo, es decir, al controlar el efecto de la CI Intolerancia a la frustración, la CI Demandas se asocian positivamente con la SV. Dado lo anterior, se explica la no significancia del efecto total, ya que la contraposición en los signos de los efectos directo e indirecto (positivo y negativo, respectivamente) hacen que el efecto total, al ser la suma de ambos, tienda a cero (Hayes, 2018); y este resultado permite explicar por qué la correlación bivariada entre la CI Demandas y la SV no es significativa, ya que, en su conjunto, la CI Demandas se relacionan tanto con puntajes altos como bajos de la SV.
DiGiuseppe et al. (2017) encontraron que las CI secundarias (Intolerancia a la frustración, Catastrofismo y Autocondena) tienden a correlacionar con indicadores de bienestar, pero la CI Demandas no; lo cual contradice el supuesto de que la CI Demandas son las CI primarias que generan a las CI secundarias (David, 2015). Puesto que, de ser así, la CI Demandas deberían correlacionar aún más que las CI secundarias (DiGiuseppe et al., 2017). Sin embargo, los resultados del presente estudio permiten sugerir que esta falta de correlación no es por falta de efecto, sino por la contraposición de un efecto positivo y otro negativo. La CI Demandas por si solas (efecto directo) afectan positivamente a la SV, pero, mediante las CI secundarias (efecto indirecto), lo hacen de forma negativa.
En el presente estudio, las CI descriptivas Demandas afectaron positiva y directamente a la SV, que es la dimensión cognitiva del bienestar subjetivo (Diener et al., 1985). Lo cual es distinto a los resultados de Vîslă et al. (2015), quienes, en concordancia con la Teoría de la Valoración de las Emociones (Lazarus, 1991), encontraron que las cogniciones descriptivas, en las teorías cognitivas de Albert Ellis y Aaron Beck, no presentaron un efecto directo y significativo sobre las emociones (dimensión afectiva del bienestar subjetivo), sino, solo mediante las cogniciones evaluativas (efecto indirecto). Esto puede deberse a que la SV es un dimensión cognitiva y no afectiva, pero permite sugerir que las cogniciones descriptivas específicas correspondientes a la CI Demandas, pudieran afectar positivamente la dimensión afectiva del bienestar subjetivo, si se controla el efecto de las CI secundarias. Futuros estudios podrían explora esta posibilidad.
Con los modelos de moderación se encontró que, de las dos variables sociodemográficas que predijeron la SV, nivel socioeconómico y edad, las CI solo moderaron la asociación con el nivel socioeconómico. Este resultado puede deberse a que el nivel socioeconómico fue la variable sociodemográfica con mayor efecto sobre la SV (β = .24, p < .001), mientras que el efecto de la edad fue pequeño (β = .16, p < .001). Estos resultados permiten sugerir que, en los participantes del presente estudio, el nivel socioeconómico es un aspecto determinante en la evaluación que hacen de su vida y los resultados que han obtenido, y en la configuración de las obligaciones que se autoimponen (CI).
De acuerdo con el modelo 1 de moderación, entre menos CI Intolerancia a la frustración presentaron las personas, la SV depende menos del nivel socioeconómico. Pero, además, se observa que, conforme sube el nivel socioeconómico, la diferencia de SV entre personas con mayor o menor CI Intolerancia a la frustración se hace cada vez más pequeña. Este resultado concuerda con el planteamiento de la TREC, según el cual las CI solo afectan a la persona cuando se presenta una situación en contra de las exigencias contenidas en dichas CI (David, 2015). Es decir, si una persona desarrolla CI Intolerancia a la frustración respecto a no tener un alto nivel socioeconómico, por ejemplo, “no soportaría vivir en una casa pequeña y sin servicios de lujo”, y la persona vive en una casa grande con servicios de lujo, estas CI no le generarán un efecto negativo en sus niveles de SV.
En el modelo 2 de moderación se controló el efecto de la CI Intolerancia a la frustración, y se observa que, a mayores puntajes de la CI Demandas, mayor es el efecto del nivel socioeconómico y la SV; de igual forma que en el modelo 1. Sin embargo, a diferencia del modelo 1, se observa que a mayor puntaje de la CI Demandas, mayor puntaje de SV, pero solo cuando el nivel socioeconómico fue > 125.25 puntos, ya que, por debajo de este puntaje, a mayor puntaje de la CI Demandas, menor puntaje de SV. Es decir, el efecto positivo de la CI Demandas sobre la SV está condicionado al nivel socioeconómico alto. Esto puede deberse a que, las personas aumentan su nivel de SV, no necesariamente hasta que logran sus metas, sino, conforme van dando avances para lograrlas (Sirgy, 2012a).
Limitaciones
Las interpretaciones de los resultados de esta investigación deben considerarse en el contexto de las siguientes limitaciones: en primera instancia, se trata de un estudio transversal, por lo que las mediciones no consideran los cambios en el tiempo de las variables de estudio, y las asociaciones son sugeridas mas no probadas. Además, los datos para la investigación fueron recabados en el contexto de la pandemia por COVID-19 (primer trimestre del año 2021), por lo que cabe considerar los posibles efectos psicológicos y sociales generados por distintas condiciones particulares de este evento (Figueroa et al., 2021).
Los datos superaron los supuestos de regresión, lo cual permite sugerir que los resultados de la muestra son generalizables. Sin embargo, como el muestreo no fue probabilístico, ni la muestra es representativa de la población adulta mexicana en general, se sugiere que los resultados solo se generalicen en la población que comparte las características de los participantes del presente estudio (ver apartado de participantes).
Los resultados de los instrumentos mostraron adecuadas propiedades psicométricas, tanto de validez como de consistencia interna, sin embargo, es importante considerar los sesgos de deseabilidad social y de memoria que conlleva toda técnica de autoreporte (Abernethy, 2015). Además, no se utilizó un instrumento de evaluación de las cuatro CI, lo que hubiera permitido analizar todas las asociaciones teóricas sugeridas entre las CI y la SV. Si bien se estimaron diferencias de SV por grupos según tipo de empleo y estado civil, con estas dos últimas variables, al ser nominales politómicas, no fue posible analizar un posible efecto moderador de las CI, el cual se basa en regresiones lineales. Futuros estudios podrían subsanar estas limitaciones.
Implicaciones
Los resultados del presente estudio permiten sugerir que las CI influyen en el proceso cognitivo de la SV, afectando, tanto positiva como negativamente, la asociación entre variables sociodemográficas y la SV. Este resultado puede obedecer a que la característica de auto exigencia, propia de la CI Demandas, también forma parte de conductas como la disciplina, perseverancia y constancia, las cuales se asocian con el logro de metas (Xu et al., 2023); y el lograr metas es lo que favorece el aumento de SV. La CI Demandas afectaron negativamente a la SV solo mediante la CI Intolerancia a la frustración, por tanto, es posible que la CI Demandas en sí aportan un elemento de perseverancia y gratificación al proceso de lograr las metas, tal como identificó (Sirgy, 2012a); y este elemento solo es perjudicial si la persona también presenta altos puntajes de CI secundarias como Intolerancia a la frustración.
De acuerdo con Ellis et al. (2010), las personas pueden sostener una combinación de CI y creencias racionales (versiones flexibles de las CI), por tanto, los resultados del presente estudio permiten sugerir la implicación practica para la psicoterapia basada en la TREC, de considerar el mantenimiento de la CI Demandas que representen metas o ideales, por ejemplo, “debo tener una propia casa”; y solo reducir o eliminar la CI Intolerancia a la frustración, por ejemplo, “sería insoportable si no tengo una casa propia”, transformándolas en versiones flexibles de las CI como “puedo tener una buena vida aun sin una casa propia”.
Se sugiere que futuras investigaciones repliquen y amplíen estos resultados, con instrumentos que permitan medir las cuatro categorías de CI; y explorar su relación con dimensiones afectivas del bienestar subjetivo y variables de satisfacción en dominios específicos, como la satisfacción laboral, la cual influye en la autoevaluación de la SV (Castro Zazueta et al., 2023). Además, sería interesante investigar el efecto de las creencias racionales sobre la SV. Por último, las asociaciones positivas de la CI Demandas sobre el bienestar, también podrían ser estudiadas con aproximaciones metodológicas cualitativas (Gómez-González, 2021).