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Historia y MEMORIA

Print version ISSN 2027-5137

Hist.mem.  no.spe1 Tunja Dec. 2024  Epub Jan 28, 2025

https://doi.org/10.19053/uptc.20275137.nespecial.2024.15813 

Artículos de investigación e innovación

¿El catolicismo bajo amenaza? El viaje de Františka Plamínková a España en 1927*

Is Catholicism Under Threat? Františka Plamínková's Journey to Spain in 1927

Le catholicisme menacé? Le voyage de Františka Plamínková en Espagne en 1927

1 Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid. En la actualidad es investigador posdoctoral en la Czech Academy of Sciences (Chequia, Praga). caminorodriguezalejandro@gmail.com https://orcid.org/0000-0003-1532-8239.


Resumen

Františka Plamínková fue feminista, laicista y socialista checoslovaca con mucho prestigio internacional. A pesar de eso, la dictadura conservadora de Miguel Primo de Rivera la invitó a España. El objetivo de este artículo es analizar los motivos del dictador, las razones por las que su visita fue bien acogida por las activistas católicas españolas y las consecuencias (o no) que tuvieron las críticas internacionales que estas recibieron por no poner en entredicho la legitimidad de las ideas de Plamínková. Para realizar esta investigación se utilizaron principalmente fuentes españolas, checoslovacas y estadounidenses, sobre todo hemerográficas, pero también archivísticas. A través de un tratamiento cualitativo de estas fuentes se analiza no solo su visita a España, sino sus consecuencias, pues esta abrió un periodo de reflexión sobre el alcance e influencia que el socialismo tenía en las organizaciones de mujeres europeas, así como sobre cuál era la mejor estrategia que las católicas podían seguir para combatirlo. Los resultados más importantes de la investigación son la constatación de que las activistas católicas españolas dialogaron con las mujeres de otras culturas políticas durante la dictadura de Primo de Rivera y de que estas no se plegaron ante las críticas de las católicas extranjeras.

Palabras clave: feminismo; género; religión; Iglesia católica; Checoslovaquia

Abstract

Františka Plamínková was a highly esteemed Czechoslovak feminist, secularist, and an internationally renowned socialist. Despite this, the conservative dictatorship of Miguel Primo de Rivera invited her to Spain. The objective of this article is to analyse the dictator's motives, the reasons why her visit was well received by Spanish Catholic activists, and the consequences (or lack thereof) of the international criticism these activists faced for not challenging Plamínková's ideas. This investigation primarily utilised Spanish, Czechoslovak, and American sources, mainly newspapers, but also archival materials. Through a qualitative analysis of these sources, the article examines not only her visit to Spain but also its aftermath, as it initiated a period of reflection on the extent and influence of socialism within European women's organisations, and on the best strategies for Catholic women to counteract it. The most significant findings of the research are the confirmation that Spanish Catholic activists engaged in dialogue with women from other political cultures during Primo de Rivera's dictatorship, and that they did not capitulate to the criticism from foreign Catholics.

Keywords: feminism; gender; religion; Catholic Church; Czechoslovakia

Résumé

Františka Plamínková était une féministe tchécoslovaque, laïque et socialiste jouissant d'un grand prestige international. Malgré cela, la dictature conservatrice de Miguel Primo de Rivera l'invite en Espagne. L'objectif de cet article est d'analyser les motivations du dictateur, les raisons pour lesquelles sa visite a été bien accueillie par les militants catholiques espagnols et les conséquences (ou non) des critiques internationales qu'ils ont reçues pour ne pas remettre en question la légitimité des idées de Plamínková. Pour mener à bien cette recherche, on a utilisé principalement des sources espagnoles, tchécoslovaques et américaines, notamment des journaux, mais aussi des documents d'archive. À travers un traitement qualitatif de ces sources, on analyse non seulement sa visite en Espagne, mais aussi ses conséquences, car elle a ouvert une période de réflexion sur la portée et l'influence du socialisme sur les organisations de femmes européennes, ainsi que sur ce qu'il était la meilleure stratégie que les catholiques puissent suivre pour la combattre. Les résultats les plus importants de la recherche sont la confirmation que les activistes catholiques espagnols ont dialogué avec des femmes provenant d'autres cultures politiques pendant la dictature de Primo de Rivera et qu'ils n'ont pas cédé aux critiques des catholiques étrangers.

Mots-clés: féminisme; genre; religion; Église catholique; Tchécoslovaquie

1. Introducción

La socialista y feminista checoslovaca Františka Plamínková, una de las mujeres más destacadas del panorama internacional del periodo entreguerras, despertó un gran interés cuando llegó a España en enero de 1927 para impartir una serie de conferencias. A pesar de las diferencias ideológicas, para algunas de las activistas católicas la presencia en España de una figura tan destacada de la política y del feminismo internacional fue tomada como una oportunidad para aprender de ella. No todos los meses llegaba al país con el objetivo de impartir una serie de conferencias una de las políticas con mayor peso del panorama europeo1. Meses más tarde, tanto el cálido recibimiento que le ofrecieron las católicas como la buena acogida que tuvieron sus conferencias fueron duramente criticados desde la principal organización internacional de mujeres católicas, la Unión Internacional de Ligas Católicas Femeninas (UILCF), International Union of Catholic Women's Leagues, en inglés. El motivo es que en el seno de la organización se entendió que la presencia de Plamínková en España había puesto en peligro los intereses del catolicismo y que las activistas católicas debían haber actuado de otra forma.

La visita de la senadora checoslovaca a España no ha recibido hasta la fecha ningún tipo de atención historiográfica específica; sin embargo, para las católicas españolas implicadas en asuntos políticos, sociales y culturales fue un acontecimiento relevante. El objetivo de este artículo es analizar los motivos por los que la feminista socialista Františka Plamínková fue invitada a España por las autoridades de la dictadura conservadora de Miguel Primo de Rivera (1923-1930), las razones por las que fue bien acogida por las activistas católicas españolas y las consecuencias que para estas tuvo la actitud positiva que mostraron hacia la feminista checoslovaca. Para realizar esta investigación se han utilizado principalmente fuentes españolas, checoslovacas y estadounidenses, tanto archivísticas como, sobre todo, hemerográficas. Estas provienen fundamentalmente de la Biblioteca Nacional española, de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica, de The Catholic News Archive y de la Národní knihovna České republiky. A partir del estudio en profundidad de estas fuentes y a través de un tratamiento cualitativo que permite indagar en las relaciones de significado que diversas situaciones tuvieron para las mujeres católicas españolas, se realiza un análisis descriptivo y explicativo de la visita de Plamínková a España y sus consecuencias de mayor alcance a corto y medio plazo.

El motivo de centrar el análisis tanto a corto como a medio plazo es que las críticas de la UILCF abrieron un periodo de reflexión sobre el alcance que el socialismo tenía en las organizaciones de mujeres en España y en Europa, así como sobre cuál era la mejor estrategia que las católicas podían seguir para combatir la influencia de las ideas socialistas entre las mujeres europeas. Para analizar adecuadamente esta situación, inicialmente se introduce la visión que en los sectores conservadores de España se tenía sobre Checoslovaquia, en especial en lo referente a la cuestión religiosa, y la participación de las católicas españolas más destacadas en los organismos internacionales de mujeres católicas.

2. La imagen de Checoslovaquia entre los católicos y conservadores españoles (1918-1927)

Las relaciones entre España y Checoslovaquia en el periodo entreguerras fueron constantes y suficientes para que los sectores intelectuales de ambos países tuviesen imágenes (variables en función de las diferentes culturas políticas) y opiniones (más o menos fundamentadas) de la situación política, religiosa y social del otro país. En este periodo los contactos y los viajes entre ambos lugares, que habían sido comunes cuando los países checos y España estuvieron gobernados por los Austrias, se hicieron, de nuevo, más habituales2. Además, se crearon diversas organizaciones en ambos países, que buscaban fomentar relaciones culturales mutuas. Estas influencias estuvieron presentes en muchos ámbitos, incluido el deporte3.

Al finalizar la Gran Guerra, la situación en cada país era muy diferente. Mientras España llevaba existiendo mucho tiempo como Estado y la Iglesia católica tenía un amplio poder político, económico y social, Checoslovaquia se constituyó como Estado soberano en 1918 y el nacionalismo checo vinculaba el catolicismo a la dominación austriaca, lo cual estaba al margen del hecho de que la mayoría de la población era nominalmente católica. Por este motivo, desde el inicio se implantó en Checoslovaquia la separación entre la Iglesia católica y el Estado, y en la Constitución de 1920 se declaró la libertad religiosa personal. Además, en enero de 1920 se creó la Iglesia husita checoslovaca (Církev československá husitská), que en septiembre fue reconocida por el Estado. De este modo, aun siendo el catolicismo la religión mayoritaria, dejó de tener un peso elevado en la política del país4.

Los católicos y conservadores españoles tuvieron en la década de 1920, por lo general, una imagen bastante negativa de Checoslovaquia y de sus gobiernos, liderados por Tomás Garrigue Masaryk, a pesar de que desde 1921 formó parte de estos Jan Šrámek, líder del Partido Popular y sacerdote católico. Durante la década mencionada, los comentarios que en la prensa católica española se publicaban sobre Checoslovaquia eran muy duros, pero no tenían fundamento o tergiversaban la realidad. El motivo es que entendían como persecución a los católicos el que estos tuviesen que soportar la pluralidad religiosa o los esfuerzos del gobierno para secularizar el espacio público. El problema al analizar estos textos es que es difícil saber si eran conscientes de la inexactitud de sus afirmaciones o no. Al fin y al cabo, si se fiaban de lo que transmitía el propio enviado español en Checoslovaquia, Pedro Sebastián de Erice (1920 -1925), en el país centroeuropeo había una persecución a los católicos, presionados supuestamente para apostatar y para que no se inscribiesen en el censo como católicos5. Siguiendo las posturas de Erice, desde el periódico El Debate, el medio de referencia del catolicismo español, se aseguraba que el gobierno checoslovaco perseguía a los católicos6.

En cualquier caso, no es de extrañar que en la prensa católica española se utilizase la idea de que en Checoslovaquia había una persecución religiosa, pues en la época se utilizó también para hacer referencia a la situación de México7. Asimismo, esta idea sobre Checoslovaquia estuvo presente en buena parte de los periódicos católicos y conservadores del mundo8. Esta estrategia se debía a que, al ser la católica una comunidad transnacional, los católicos con influencia sobre la sociedad española buscaban difundir la idea de que los «ataques» que sufrían los católicos de otros países eran también una amenaza a los propios católicos españoles, a sus identidades y a su forma de entender la vida y el ordenamiento social. Por este motivo, el objetivo último de lo que se decía en la prensa católica española sobre la supuesta persecución a los católicos en Checoslovaquia, era reforzar la idea de que los católicos españoles también podían ser perseguidos si los sectores anticlericales llegaban al poder y podían desarrollar su programa sin cortapisas.

Sin embargo, esta campaña no impidió que la recién creada república checoslovaca fuese valorada, por muchas personas en España, como referencia de las libertades constitucionales y democráticas9. Asimismo, Checoslovaquia era un símbolo del feminismo de la época, lo que favorecía que las mujeres españolas implicadas en esta lucha tuviesen muy en cuenta lo que ocurría en el país centroeuropeo. De hecho, la propia Charlotte Garrigue Masaryková, la mujer del primer presidente checoslovaco, nacida en Estados Unidos, y su hija Alice Masaryková, fueron feministas declaradas y activas. Ambas se convirtieron en símbolos del feminismo internacional, al ser impulsoras de la igualdad entre hombres y mujeres en la primera Constitución del país. Por último, no hay que perder de vista que, desde mediados de 1926, empezó a mejorar la imagen de Checoslovaquia y de su presidente en la prensa católica internacional, al hacer este una serie de gestos simbólicos que buscaban (y consiguieron) contentar a las jerarquías católicas10. Es decir, cuando Plamínková llegó a España, en enero de 1927, la visión de los católicos hacia Checoslovaquia estaba en plena transformación.

3. El catolicismo femenino-español en las organizaciones internacionales

Durante el primer tercio del siglo XX, las católicas impulsaron diversos experimentos asociativos a nivel transnacional. La causa fue que estas se percibieron a sí mismas como parte de una comunidad supranacional, puesto que el catolicismo es una religión de carácter universal que tiene como líder al papa. Sin embargo, al no poseer el papa un poder oficial en los distintos países, se consideraba que debía recibir apoyo de sus fieles, eclesiásticos y seglares, a la hora de defender la implantación de sus directrices en cada territorio. Por este motivo, el movimiento católico femenino siempre tuvo unas dimensiones transnacionales y, en las dos primeras décadas del siglo XX, de las relaciones informales empezaron a crearse redes de encuentro formales11.

El gran aldabonazo en el proceso de institucionalización del movimiento católico femenino transnacional fue la creación de la UILCF, que se constituyó en Bruselas en 1910 bajo el liderazgo de la francesa vizcondesa de Vélard, quien se convirtió en la primera presidenta. La representante de España en ese encuentro fue la marquesa de Unzá del Valle, presidenta de la Unión de Damas del Sagrado Corazón, quien consiguió que el primer congreso ordinario de la UILCF, en 1911, se realizase en Madrid, con motivo del Congreso Eucarístico Internacional12. Esto posibilitó que España tuviese amplio protagonismo e influencia en los primeros años de la organización. Desde su creación, el número de organizaciones miembros y de asociadas adheridas, que progresivamente fue aumentando, convirtió a la UILCF en una de las más importantes organizaciones internacionales de mujeres y, desde luego, en la principal del ámbito católico13. No obstante, la UILCF apenas ha sido estudiada por la historiografía, pues el análisis de género desde una perspectiva transnacional ha tendido a centrarse en las redes y proyectos de mujeres seculares y de izquierdas.

Entre las principales finalidades de la UILCF se encon traba el que las activistas católicas de todos los países actuasen coordinadas en el objetivo común de expandir y defender el catolicismo por todo el mundo, al considerar que estaba amenazado por la modernidad, e intentar mejorar la fuerza del feminismo católico en relación con otros feminismos, como el socialista o el liberal. Para diseñar estrategias que condujesen a la consecución de estos objetivos, la UILCF celebró reuniones con frecuencia. En estas se discutía sobre cuestiones como el avance de la secularización y de las ideas socialistas, pues eran preocupaciones compartidas por las mujeres católicas de todo el mundo, por mucho que en cada país luego se enfrentasen a problemáticas específicas14. Aunque solo cientos de mujeres acudían a los congresos internacionales de la UILCF, esas reuniones ofrecían a las activistas una audiencia de pares expertas, lo cual fue muy importante para el intercambio de ideas y experiencias. De esta manera, unas a otras se influyeron en su pensamiento y en sus acciones prácticas, pues estuvieron dispuestas, al menos en el caso español, a impregnarse de las ideas y experiencias de las organizaciones de mujeres católicas de otros países.

Desde el punto de vista general, el congreso de 1922, celebrado en Roma con motivo del Congreso Eucarístico Internacional, fue fundamental. Este fue el primer congreso internacional de la organización tras la Gran Guerra, y se aprovechó para diseñar unas directrices de funcionamiento con la aspiración de que fuesen duraderas. En las sesiones de este congreso se acordaron unas líneas muy marcadas sobre cómo las organizaciones y personas que integraban la UILCF debían relacionarse con el resto de las asociaciones, internacionales y nacionales, de corte liberal, laico o socialista. Se estableció como norma general que las organizaciones femeninas católicas y sus miembros no podían colaborar con estas, ni a título personal ni colectivo, salvo en casos excepcionales y siempre previa aprobación del episcopado15.

Esta decisión tenía numerosas implicaciones para el movimiento católico femenino español. Muchas de sus lideresas y planteamientos feministas se habían formado de manera relacional y en continua interacción, ya fuese a través del debate argumentado o de la pura confrontación y descalificación, con mujeres y organizaciones de otras culturas políticas. Con ellas, además, frecuentemente les unía una relación personal de amistad, al ser los círculos intelectuales de mujeres de la época espacios muy reducidos en los que todas, en mayor o menor medida, se conocían, independientemente de la tendencia política a la que pertenecían16. Mucho se ha trabajado en España sobre el conflicto entre clericalismo y anticlericalismo17. No obstante, es fundamental seguir profundizando sobre las relaciones y confluencias entre las distintas corrientes, como los intentos de diálogo protagonizados por el padre José Gafo y el socialista Isidoro Rodríguez Acevedo, pues este tipo de estudios permiten refinar el análisis de pensamientos que a veces se presentan como opuestos o como simples dicotomías.

Las católicas españolas que participaron frecuentemente en las reuniones o comisiones de la UILCF representando a diferentes organizaciones femeninas del país, como la marquesa de Unzá del Valle, María de Perales, María López de Sagredo, Teresa Luzzatti, María de Echarri o Carmen García Loygorri y Murrieta (la titular del puesto permanente que le correspondía a España), llegaron a gozar de un prestigio importante. De hecho, sus participaciones eran ampliamente anunciadas y reseñadas en la prensa y, a menudo, los medios les pedían que escribiesen en sus páginas crónicas sobre los congresos18. Asimismo, a su regreso a España daban cuenta a las autoridades gubernamentales y al monarca Alfonso XIII de las discusiones que tuvieron lugar19.

En cualquier caso, esto no fue una excepción. Todos los acontecimientos y eventos destacados que concernían a las organizaciones internacionales de mujeres tenían amplia repercusión en la prensa española. Esta tendencia general explica que la visita a España de la feminista y senadora socialista checa Františka Plamínková, una de las personas más relevantes de todo el movimiento feminista internacional, fuese ampliamente anunciada en la prensa y que sus actos fuesen reseñados en profundidad, también en los periódicos católicos20. Incluso, por establecer una sencilla comparación, su estancia en España en enero de 1927 tuvo en los periódicos católicos mucha más repercusión que la primera visita al país de la neerlandesa Florentine Steenberghe-Engeringh, la presidenta de la UILCF, cinco años después21.

El viaje de Plamínková a España no fue el primer aconte cimiento protagonizado por políticas checas que tuvo repercusión al sur de los Pirineos. La cuestión que más relevancia había tenido en la prensa española hasta entonces fue incluso anterior a la constitución de Checoslovaquia: las dificultades que tuvo en 1912 la escritora nacionalista y defensora de los derechos de las mujeres Bozena Viková-Kuněttická para ocupar su escaño en la Dieta de Bohemia. El caso recibió atención específica porque fue la primera mujer seleccionada para un cargo de semejante relevancia en Centroeuropa; sin embargo, el ser elegida por los checos no pareció suficiente a Franz Anton von Thun und Hohenstein, el gobernador de la monarquía Habsburgo en Bohemia, pues rechazó autorizarla para que ocupase su escaño. En la prensa española se aseguró que el motivo fue su sexo «aunque esta haya sido elegida por un distrito en que sólo tienen el derecho de sufragio los hombres»22. No obstante, también se indicó que los diputados checos estaban de su lado, que las feministas checas estaban luchando para que su elección se hiciese efectiva y que, de lo contrario, buscarían recurrir a los tribunales de justicia23. Finalmente, la feminista de Pardubice no pudo ocupar su asiento debido a que la Dieta fue abolida antes de resolverse la cuestión.

Resulta llamativo, asimismo, que las lideresas católicas de España no se hiciesen eco del papel político que en la república centroeuropea tuvo, durante la primera mitad de la década de 1920, la maestra y pedagoga Augusta Rozsypalová, una de las principales lideresas del catolicismo checoslovaco. Esta mujer fue una de las primeras mujeres elegidas para formar parte de la Asamblea Nacional Checoslovaca (Národní shromáždění republiky Československé), y la única que lo hizo en las filas del Partido Popular Checoslovaco. Ni siquiera su repentina muerte, justo cuando acababa de ser elegida senadora, de la que sí se hicieron eco diversos periódicos católicos internacionales24, tuvo cabida en la prensa española afín.

4. Las actividades de Frantiska Plamínková en Barcelona y Madrid

Františka Plamínková llegó a España en enero de 1927 para dar un ciclo de conferencias en Barcelona. Como señalaron los periódicos afines a la dictadura, lo cual es confirmado por las fuentes checas y por la socialista Magda Donato durante una entrevista25, la socialista praguense acudió a España por invitación de las autoridades de Barcelona26. En concreto, el principal responsable de su visita fue el delegado de cultura, Antonio Robert Rodríguez27, quien por aquel entonces estaba organizando en la Ciudad Condal una serie de conferencias de profesores universitarios e intelectuales extranjeros28. Por tanto, la feminista praguense fue invitada por políticos de la dictadura de Miguel Primo de Rivera. Esta visita fue aprovechada, posteriormente, por las organizaciones feministas de izquierdas de Madrid para invitarla a dar una serie de conferencias en la capital de España.

Barcelona fue inicialmente, por tanto, su destino principal. Esto no es de extrañar porque la Ciudad Condal era una de las urbes más europeizadas de España y estaba en un proceso de profunda transformación y modernización con motivo de la Exposición Internacional de 1929. También fue clave en la invitación de Plamínková el hecho de que Barcelona tuviese una clase política muy singular por aquel entonces, pues sus integrantes tenían una visión más cosmopolita e internacional. Es conveniente reseñar que la invitación de ir a Barcelona a dar un ciclo de conferencias no se hizo aprovechando que Plamínková acudiese a un evento en alguna ciudad cercana a España, sino que la senadora checoslovaca viajó específicamente a España, lo que significó que tuviese 52 horas de ida y 52 horas de vuelta29. Por tanto, hubo un interés específico de ciertas autoridades de la dictadura para conocer el pensamiento de Plamínková y, a su vez, que esta entrase en contacto con su proyecto gubernamental.

La dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) estaba muy interesada en ello porque la política praguense era una figura muy reconocida internacionalmente en toda Europa y Norteamérica y, como se aprecia en la reciente biografía sobre el dictador, el régimen estaba muy interesado en ganarse apoyos exteriores y en mejorar la imagen de España en el plano internacional30. El país al sur de los Pirineos se convirtió así en uno de los lugares en los que Plamínková impartió ciclos de conferencias, junto a Francia, Estados Unidos y Bulgaria. También hizo disertaciones en otros países, como Rumanía o Suiza, y asistió a reuniones internacionales importantes. Gracias a la mediación de su influyente compañera feminista Carrie Chapman Catt (1859-1947), llegó a entrevistarse con el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt y con el magnate industrial Rockefeller31.

A comienzos de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, en 1924, se produjo en España el primer intento, por parte del Estado, de incluir a una parte de las mujeres como ciudadanas en la política formal. Esto se hizo mediante una legislación limitada de derechos políticos (por ejemplo, se otorgó a nivel municipal el voto a las mujeres que cumpliesen una serie de características), la cual tomaba como justificación los presupuestos de la diferencia de género, del patriotismo y de la identidad religiosa. El dictador valoró que esta legislación podría ser un elemento regeneracionista que estabilizase al régimen, que aumentase su base social y que equiparase a España con otros países europeos (si bien en territorios como Francia o Italia todavía no se había implantado este tipo de legislación), dando una imagen moderna del país, tanto de puertas para dentro como de cara al exterior.

De ahí que la invitación a una figura como Plamínková fuese muy útil para el régimen, pues podía mostrar ante una de las feministas más prestigiosas del mundo que habían concedido una serie de derechos políticos a una parte de las mujeres españolas, y cómo estas estaban empezando, por primera vez en la historia del país, a ocupar puestos políticos en los ayuntamientos. Durante esta visita la dictadura quiso mostrar su mejor cara y enseñar al mundo estos avances. Esta estrategia gubernamental fue posible debido a que, a pesar de que habitualmente se ha definido la dictadura de Miguel Primo de Rivera como un régimen clerical, en realidad la alianza entre los militares y el clero, con la que comenzó a andar la dictadura en 1923, no fue tan estrecha. Para los ideólogos de la dictadura, el catolicismo era un elemento intrínseco a la nación española y formaba parte de la esencia patria. No obstante, consideraban que el Estado estaba por encima de la Iglesia y la nación española por encima del catolicismo32. Por lo tanto, priorizaron los intereses que consideraban beneficiosos para la nación antes que lo provechoso exclusivamente para el catolicismo. Por eso no es de extrañar que el régimen apoyase y difundiese las conferencias de la senadora socialista. En este sentido, hay que tener presente que, mientras la dictadura de Primo de Rivera buscó instrumentalizar la cuestión femenina -incluso el feminismo- en un sentido que beneficiaba a una parte de las mujeres españolas, durante el franquismo, el siguiente régimen dictatorial que hubo en España (1939-1975), las autoridades estuvieron obsesionadas por imponer un orden de género muy rígido y sostuvieron una retórica explícita e implícitamente antifeminista.

Durante su estancia en España, Plamínková impartió un total de doce conferencias, ocho en Barcelona y cuatro en Madrid, y visitó fábricas, imprentas, talleres, museos, organizaciones sindicales, obras de beneficencia católicas y algunos de los monumentos y edificios más destacados del país33. La expectación que causó su visita fue amplia. Plamínková fue muy ensalzada por la prensa, también por los periódicos católicos, y por algunas de las más destacadas figuras del país, incluyendo a algunas de las lideresas del catolicismo. De Plamínková solía resaltarse su trayectoria política en Checoslovaquia y que ostentaba diversos cargos en organizaciones, tanto checoslovacas como internacionales, que buscaban la mejora de la situación de las mujeres en el mundo, sobre todo en lo referente a los derechos políticos. Ante el impacto de su visita, fueron muchos los que intentaron entrevistarla durante el tiempo que pasó en España, pero solo lo consiguieron algunos, como Luis de Zulueta34. Esto no fue casualidad, pues este hombre no solo era uno de los políticos y escritores más destacados de España, sino que, tras recibir una pensión de la Junta para la Ampliación de Estudios en Checoslovaquia a mediados de la década de 1920, quedó impresionado por el país centroeuropeo, al que consideraba «el más moderno de los Estados»35.

La primera parada de Plamínková en España fue Barcelona, donde, como luego en Madrid, tuvo encuentros y reuniones con figuras políticas destacadas, entre ellas el propio dictador Miguel Primo de Rivera, el ministro de fomento y el alcalde de Barcelona36. Asimismo, fue invitada por la Diputación Provincial a impartir tres conferencias: la primera sobre la importancia de las mujeres en la familia, en la sociedad y en el Estado, la segunda sobre el voto de las mujeres y su actuación en el Parlamento de Checoslovaquia, y la última sobre el movimiento feminista mundial. En estas conferencias prestó especial atención a la intervención de las mujeres en la vida social y a su puesto en la vida pública.

Aunque los actos fueron anunciados con mucha antelación y tuvieron amplia difusión en la prensa cuando se celebraron, las dificultades de los periodistas españoles para transcribir un nombre checo quedaron de manifiesto. El apellido de la senadora checoslovaca (por mucho que fonéticamente apenas plantea dificultades: pla-min-co-vá) fue escrito erróneamente en la mayoría de las ocasiones, experimentando una amplísima amalgama de variaciones. Los anuncios que circularon en los medios españoles sobre las conferencias que iba a impartir en Barcelona una senadora checoslovaca llamada Wlaninskova, Wlammikobes, Plamenkoba, Plan Minove, Plamminove, Palmminove, Blaminikoya, Panilowe, Planioska, Platnioska, Lanescotta, Laminore o Plankowa37, no deben llevarnos a la confusión: no llegaron de repente muchas senadoras del país centroeuropeo a España para dar conferencias.

Para el movimiento católico femenino, el momento más importante de la estancia de Plamínková en Barcelona fueron las mencionadas conferencias que tuvieron lugar en la Diputación Provincial. El principal motivo es que la encargada de presentar a la senadora ante la audiencia fue la política más destacada de Cataluña en el periodo, la activista católica María López de Sagredo, quien por entonces era concejala del Ayuntamiento de Barcelona. De la política praguense, López de Sagredo destacó que había logrado, junto a otras congresistas y senadoras, diversas mejoras en las leyes que afectaban a las mujeres y a los niños y a las niñas, especialmente en el ámbito social y laboral. Por esta razón aseguró que Plamínková era «digna de tener imitadores»38.

En apariencia, todo transcurrió con normalidad, pero las repercusiones de estas conferencias fueron de gran trascendencia. Al respecto, surge una pregunta: ¿por qué las activistas católicas se interesaron tanto en su figura? Ante todo, estaban muy interesadas en todo lo que ocurría en los movimientos de mujeres fuera de las fronteras españolas y, por lo tanto, el prestigio internacional de la política checoslovaca les resultaba sumamente atractivo. Además, no todos los días llegaban a España figuras tan importantes del feminismo internacional.

Al igual que las noticias que publicitaron los actos de Barcelona, los medios que anunciaron las conferencias en Madrid no fueron a la zaga a la hora de equivocarse al transcribir el nombre de Plamínková, que fue llamada Plaininkora, Parmenka, Plaim Zincoba o Laminkova, entre otros39. En la capital de España, la senadora checoslovaca dio dos conferencias en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. Allí fue presentada por Lilly Rose Schenrich, la marquesa de Ter, fundadora de la Unión de las Mujeres de España, una de las primeras organizaciones feministas del país, que fue quien hizo que Plamínková acudiera a Madrid.

En la primera, la praguense explicó la situación del movimiento feminista y de las mujeres en varios países de Europa y América. Además, dio a conocer las asociaciones femeninas laicas internacionales y aseguró que existía a nivel global un enorme desconocimiento de lo que suponía el feminismo. Expuso que, a su juicio, nadie podía rechazar el feminismo si supiese lo que implicaba. Ella lo definió como la defensa del derecho de las mujeres como seres humanos y el reconocimiento de que no podía existir un equilibrio en las sociedades mientras todos los derechos recayesen de un lado (los hombres) y del otro (las mujeres) solo deberes. Asimismo, aseguró que, en el extranjero, se conocía poco la situación de las mujeres de España. Por ello, pidió a las españolas de izquierda que se esforzaran más en formar parte activa de las asociaciones de mujeres internacionales: «Que debemos tratar de conocer a las mujeres de otros países para apreciarlas en lo que valen y para que ellas puedan tener una idea justa de nosotras»40.

En la segunda conferencia, Plamínková abordó la situación política, social y cultural de las mujeres en Checoslovaquia, asegurando (y era verdad) que en materia feminista era uno de los países más adelantados del mundo. Indicó que, desde el término de la Gran Guerra, las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres, también en lo referente al sufragio. Asimismo, explicó las medidas que se habían tomado en los últimos años para mejorar la situación social y cultural de las mujeres, las cuales debían servir para intentar lograr que las mujeres y los hombres fuesen iguales en la práctica, no solo en la legislación. Por último, dio a conocer diferentes asociaciones femeninas internacionales y expresó sus ganas de que aumentase el movimiento feminista en España. Este acto contó con la presencia de Adolf Berka, el embajador de Checoslovaquia, y de María Martínez Sierra, una de las principales referentes del movimiento feminista socialista en España, quien tradujo el discurso impartido en francés41. La prensa checoslovaca comentó que sus conferencias estaban llenas y que la gente se quedaba fuera de la sala42.

En Madrid, además, la senadora Plamínková impartió conferencias en el Lyceum Club femenino y en la Casa del Pueblo, en cuyas conferencias analizó el movimiento feminista obrero en todo el mundo y abordó la legislación social que recientemente habían conquistado los trabajadores de Checoslovaquia43. No obstante, antes de empezar buscó acercar a sus oyentes al conocimiento que en Checoslovaquia se tenía de España, asegurando que

La gran distancia geográfica de nuestros países no ha impedido que los checoslovacos conozcan el pueblo español y tengan grandes simpatías por él, por su vida típica y por la belleza encantadora de este país, cuya historia aman mis compatriotas (...). Seguramente que no se encontrará en nuestro país mucha gente, aun modesta, que no conozca vuestro Don Quijote y vuestro Don Juan. Deseo, sin embargo, hablar, no de las relaciones entre nuestros países, a pesar de mi intención en buscar éstas44.

En Madrid, Plamínková fue recibida por personalidades políticas como Julián Besteiro, uno de los máximos dirigentes del PSOE, y por buena parte de la plana mayor de las mujeres laicas, republicanas y socialistas madrileñas: Victoria Kent, María Lejárraga, Clara Campoamor, Julia Peguero o Elene Fortún45; sin embargo, sus compromisos sociales y políticos en Madrid la llevaron a tener también contactos con los sectores católicos y conservadores de la capital española. Por ejemplo, visitó con el alcalde y una concejala primorriverista el Ayuntamiento de Madrid y, junto con Adolf Berka y otras personalidades, visitó las dependencias de Prensa Española, la empresa editorial que controlaba uno de los periódicos monárquicos más importantes de España, el ABC46.

5. Alerta roja en el movimiento católico femenino español

El afectuoso recibimiento que tuvo Plamínková en su visita a España por parte de las autoridades gubernamentales, una dictadura militar en teoría defensora de los valores católicos, así como de un sector de las activistas católicas más destacadas del país, generó controversia y preocupación en el movimiento católico femenino internacional. Tanta inquietud produjo que, medio año más tarde, la marquesa de Unzá del Valle, presidenta de la Unión de Damas, recibiese una carta de la UILCF, firmada por su presidenta. Esta misiva pretendía alertar al movimiento católico femenino español sobre el objetivo «oculto» del viaje de la senadora checoeslovaca. En la carta se aseguraba que en España se estaba preparando un amplio movimiento feminista laico, y que sus conferencias y actos fueron la primera avanzadilla para poner en marcha una cédula del Consejo Internacional de Mujeres (International Council of Women) que presidía Ishbel Hamilton-Gordon47. Es decir, aseguraban que la senadora praguense había hecho en España propaganda en beneficio de las organizaciones femeninas mundiales de corte secular, las cuales, desde la perspectiva del movimiento católico femenino internacional, eran una amenaza debido a que trabajaban en pro de la descatolización de Europa48.

Para llegar a estas conclusiones, desde la UILCF no tuvieron que recurrir a sofisticados equipos de espionaje pues, como he señalado, sus conferencias fueron ampliamente reseñadas y, en efecto, Plamínková buscó, en sus ponencias en Madrid, fomentar que las españolas de izquierdas tomasen mayor protagonismo en las organizaciones femeninas internacionales de su cultura política. Las católicas españolas, por supuesto, eran conscientes de esto (incluso asistieron a algunos actos, como he mostrado). En mi opinión, no lo interpretaron como algo problemático, ya que ellas mismas estaban acostumbradas a tener una relación frecuente y de constantes debates, más o menos cordiales según el tema, con las integrantes de otros movimientos de mujeres. No obstante, la misiva de la UILCF fue un claro toque de atención hacia el comportamiento de las activistas católicas españolas, que no habían alertado a la población de los peligros que llevaban consigo las ideas de Plamínková, sino todo lo contrario.

En concreto, la carta afirmaba que era necesario que las organizaciones católicas de mujeres españolas se pusiesen en alerta, porque durante la visita de la feminista socialista «Vistiendo piel de oveja se han presentado en España importadores de nuevas entidades al parecer inofensivas»49. Al entender de la UILCF, esta situación era muy grave debido a que ponía en «peligro inminente» a las organizaciones católicas femeninas50. La dirección de la UILCF indicaba, además, que la amenaza era todavía mayor porque, para dar a conocer en España el movimiento feminista y de mujeres internacional laico y de izquierdas, la senadora centroeuropea había contado con el favor y el «apoyo en las más altas esferas gubernamentales»51.

En este sentido, hay que tener presente que la jerarquía de la UILCF reaccionó mal ante lo acontecido en torno a Plamínková en España, no solo porque fuese socialista sino porque ella representaba a los sectores secularistas de un país que promovía la secularización del espacio público y que puso a los judíos, que habían sido una minoría oprimida en el Imperio austrohúngaro, y a los protestantes al mismo nivel que a los católicos. Además, la Iglesia husita checoslovaca, es decir, una iglesia protestante, estaba teniendo una cierta popularidad entre los católicos checos distanciados de la Iglesia. El éxito en España de Plamínková, quien de alguna manera representaba todos estos elementos, a los que se sumaba su militancia socialista y el hecho de que había apostatado, fue percibido como una amenaza por las redes internacionales de mujeres católicas. Desde la UILCF entendieron la aceptación y la acogida en España de la senadora checoslovaca como una cuestión política que era, a su vez, una representación de cómo en el terreno internacional los ateos, los judíos y los protestantes estaban ganando terreno, pues tenían capacidad para «infiltrarse» incluso en un país eminentemente católico y difundir sus ideas con el beneplácito de los propios católicos. Es decir, en la lectura que desde la UILCF hicieron del éxito de la política praguense en España, los elementos políticos implicaban también a la cuestión religiosa y viceversa.

Probablemente, si la visita a España hubiese sido, por ejemplo, de una nacionalista demócrata checoslovaca, no hubiese recibido tanto backlash por parte de la UILCF. Plamínková era todo un símbolo del auge de nuevas actitudes y grupos sociales. Era ante todo feminista y nacionalista checa, más que socialista militante, pues se había unido al partido casi a regañadientes, para poder presentarse a las elecciones y promover los derechos de las mujeres desde el parlamento52. Sin embargo, su secularismo y su orgullo como mujer pequeñoburguesa sensible hacia los problemas sociales, cuyo ascenso se debía a su profesión y a su esfuerzo (toda su vida se empeñó en mejorar su francés e inglés para desenvolverse bien en el ámbito internacional), la convirtió en modelo para mujeres de un perfil social y profesional parecido, en un ambiente todavía dominado por condesas y vizcondesas, que no tenían que ahorrar durante meses para pagarse el hotel en Ginebra y habían aprendido francés de su institutriz. Además, se trataba de una mujer que los testimonios presentan como alegre, guapa, confiada, independiente y vehemente, lo que, sin duda, fomentaba que las activistas de distintas sensibilidades ideológicas se identificasen con ella o, al menos, se sintiesen atraídas por su figura.

En la misiva enviada por la UILCF también se especificaba que Plamínková «Dice haber conocido en Madrid y Barcelona varias concejales y abogadas y haber visitado en Madrid un club femenino»53. Sin duda, esto fue un toque de atención a todas las integrantes del catolicismo político y social español, especialmente a quienes habían apoyado a Plamínková en su viaje por España. En especial, la reprimenda atañía a María López de Sagredo, una de las activistas católicas con más relevancia política dentro de la dictadura de Primo de Rivera, pues ella se había encargado de presentar a la senadora checoslovaca en algunas de las conferencias que impartió en Barcelona, exaltando buena parte de sus logros en el país centroeuropeo.

Semanas después, María de Echarri, una de las principales lideresas del catolicismo femenino español, informó desde el principal órgano del catolicismo social español que se acababa de celebrar «una importante reunión con objeto de dar cuenta de la carta de la presidenta de la Unión Internacional de Ligas Católicas femeninas» y que fueron muchas las personas que firmaron, como muestra de conformidad, el acuerdo de «trabajar en el sentido que se interesa en la carta»54. Sin embargo, como más adelante se apreciará, fueron muchas quienes no estuvieron de acuerdo.

El viaje de Plamínková a España también tuvo una reper cusión directa en las directrices generales de la UILCF. Como ya he señalado, en 1922 se acordó que las organizaciones nacionales que componían la UILCF, ni a título colectivo ni individual, debían colaborar con organizaciones nacionales o internacionales de corte liberal o laico. Solo podían hacerlo en aquellos casos en los que se considerase imprescindible la cooperación, siempre que contasen con aprobación previa del episcopado. Sobre el papel, esta era una directriz muy sencilla de acatar porque no daba lugar a ninguna excepción, salvo que se contase con autorización. El problema para su cumplimiento en España era que las mujeres politizadas eran muy pocas y todas tenían contactos, más o menos estrechos, con las mujeres de otras culturas políticas. Por tanto, las directrices que la UILCF daba en este sentido a las organizaciones de mujeres católicas del mundo era difícil que fuesen acatadas por las activistas católicas españolas, debido a las características específicas de la sociedad del país. Otra cosa es que algunas se esforzasen más y otras menos por cumplir con esta normativa.

Para intentar evitar que casos como este se diesen en el futuro, en el congreso de la UILCF de 1928, celebrado en La Haya, se insistió en la necesidad de que las personas y organizaciones miembros de la agrupación internacional respetaran lo acordado en 1922 con respecto a sus relaciones con las organizaciones y personas laicas, comunistas, socialistas, liberales y masonas. De hecho, el influyente jesuita francés Yves de La Brière habló de la necesidad de cooperar internacionalmente entre los sectores católicos para enfrentar a las fuerzas secularizadoras, masonas y comunistas que, según él, se estaban aliando internacionalmente de manera «misteriosa» y «disciplinada». Según señala una crónica de la propia López de Sagredo, este jesuita invitó «a los católicos a prepararse para la defensa [de la religión] levantando una muralla espiritual que detenga el avance de ese enemigo 'nómada', pero poderoso»55. Incluso, el papa escribió una carta pública a la presidenta de la UILCF en la que reforzó el planteamiento de que las organizaciones miembros debían actuar de esa manera: «[they] must not individually affiliate with neutral women's associations or leagues, because the Church does not approve such associations»56. Si bien no hubo menciones explícitas a que el reforzamiento de estos principios se debiese al revuelo que se generó a mediados de 1927 por lo acontecido en España medio año antes, no cabe duda de que este esfuerzo estuvo profundamente influenciado por ello.

Los toques de atención, de hecho, calaron en María López de Sagredo, quien pertenecía a la UILCF y se sintió interpelada por el hecho de que se reforzaran estas medidas. Por este motivo, en un largo artículo de opinión que publicó en la revista Mujeres Españolas (1929), cuyo objetivo en teoría era explicar las razones por las que era necesario implantar en los diversos países un seguro maternal (uno de los temas que más preocuparon tanto a Plamínková como a ella), buena parte de su texto lo dedicó a argumentar que el arma más peligrosa que los no católicos estaban usando para transmitir sus ideas era el internacionalismo. Por esta razón, como demandaba el papa, aseguró que era necesario oponerse a cualquier acercamiento a esta corriente, por lo que las católicas solo debían trabajar junto a organizaciones laicas o protestantes en casos excepcionales. Para López de Sagredo, el internacionalismo era algo característico de las organizaciones laicas y de izquierdas:

Nos consta que las izquierdas femeninas de la Europa central se mueven con inquietud febril para la propaganda de sus grandes organizaciones neutras. De ello puedo dar fe por haber recibido en Barcelona el invierno de mil novecientos veintisiete la visita de una de sus más eminentes personalidades (...). Pues bien, labor de las mujeres católicas ha de ser defender España y América de este peligro [del internacionalismo]57.

Su escrito de 1929 venía a manifestar de forma implícita que había aprendido la lección, y que lo de enero de 1927 no volvería a ocurrir. Es más, intentó reescribir la historia asegurando que en ese mismo momento ella ya había sido consciente de los peligros de la estrategia de Plamínková y que intentó alertar en la prensa de estas amenazas. Sin embargo, la hemeroteca no miente. De hecho, era tarde para borrar el pasado, pues ella misma había alabado a la senadora checoslovaca durante su visita a Barcelona. Para López de Sagredo esto era algo difícil de justificar, pues no podía alegar desconocimiento sobre lo que implicaba su figura. Si bien es difícil saber si ella había conocido en detalle el pensamiento de Plamínková antes de enero de 1927, parece complicado que no tuviese una cierta noción, aunque fuese vaga, de sus posicionamientos políticos y feministas. Al fin y al cabo, López de Sagredo durante ese periodo seguía con atención las diversas iniciativas que se estaban desarrollando en Checoslovaquia, por lo que conocía la situación de las mujeres en el país centroeuropeo y sus proyectos más destacados58.

En cualquier caso, las críticas que López de Sagredo manifestó en 1929 no implican que no aprendiese cosas de Plamínková en 1927. De hecho, aseguró que las católicas debían fijarse en las mujeres laicas y de izquierdas en todo lo referente a la solidaridad que había entre sus organizaciones. Paradójicamente, entendía que el imitar esta forma de solidaridad era la mejor manera de proteger al mundo de las ideas seculares y de izquierdas59. Por tanto, gracias a este contacto, López de Sagredo pudo percibir el potencial y la eficacia del internacionalismo, lo que demuestra una vez más que era muy frecuente que las mujeres católicas fuesen influenciadas por sus rivales políticos seculares (y viceversa).

El caso de la activista católica catalana no fue una ex cepción y este aprendizaje fue asumido por muchas de las integrantes del movimiento católico femenino. De hecho, las activistas católicas aprendieron de Plamínková no solo lo que explicitaron referente al internacionalismo. También les inspiró la lucha de la senadora por los derechos de las mujeres, algo lógico teniendo en cuenta que compartían preocupaciones en lo que respecta al movimiento de reforma social y, dentro de este, en lo que concernía a temas como el seguro de maternidad. Plamínková era una referente internacional en esta materia y, desde luego, las activistas católicas, que durante la década de 1920 tuvieron en la reivindicación del seguro de maternidad una de sus principales preocupaciones60, estaban interesadas por conocer de primera mano las posturas de la política checoslovaca.

En cualquier caso, las alertas de la UILCF y del papa sobre el peligro que las organizaciones internacionales de mujeres laicas y socialistas suponían para el catolicismo, muy focalizadas en figuras como Plamínková, en la práctica no tuvieron un gran impacto en los sectores católicos de mujeres españolas más activos políticamente. De hecho, en 1930, la revista Mujeres Españolas, un medio que nació con la finalidad, por un lado, de apoyar a la dictadura militar de Primo de Rivera y, por el otro, de defender los derechos de las mujeres, publicó un reportaje sobre toda la trayectoria política y asociacionista de Plamínková, en el que no escatimaron en elogios61.

Del mismo modo, todavía durante la dictadura de Primo de Rivera, en la Exposición Internacional de Barcelona (1929), se hizo un homenaje a las mujeres de Checoslovaquia en la sección dedicada al país centroeuropeo, la cual se encargó de inaugurar, junto a otras personalidades, María López de Sagredo62. Entonces, se puede afirmar que, desde la llamada de atención de la UILCF, tanto López de Sagredo como otras activistas católicas españolas del periodo tuvieron una estrategia doble: por un lado, mantener contentas a las lideresas de la organización internacional de mujeres católicas y, por otro lado, continuar su visión internacionalista, que además se adaptaba a lo propuesto por el régimen primorriverista.

En lo que respecta a la dictadura militar de Primo de Rivera, cualquier tipo de mala imagen que pudo generarse ante los ojos de los sectores católicos del mundo por la cálida acogida que ofreció a la senadora checoslovaca, fue compensada por las buenas palabras que Plamínková propagó en el exterior de la situación de las mujeres en España, ya que en ocasiones resaltó que era un país que había concedido (si bien con una fórmula limitada) derechos políticos a algunas mujeres63. Esto, sin duda, fue importante a la hora de intentar mejorar la imagen de España en Checoslovaquia, donde frecuentemente se consideraba que España estaba atrasada en la concesión de derechos a las mujeres, sobre todo si su legislación se comparaba con la de los países europeos de su entorno (aunque no era del todo cierto)64. A esto hay que sumar que Primo de Rivera tuvo un especial interés por mejorar su imagen en Estados Unidos65, por lo que el dictador tendría muy en cuenta el hecho de que los checoslovacos estaban muy bien conectados con el país norteamericano, como lo prueban las buenas relaciones de Masaryk con Woodrow Wilson y Franklin D. Rooselvelt, o la buena sintonía existente entre Plamínková y Roosevelt, con quien se entrevistó, como he mencionado, menos de dos años antes de su visita a España.

6. Conclusiones

Františka Plamínková despertó un gran interés cuando llegó a España a comienzos de 1927 para impartir una serie de conferencias en Barcelona y Madrid. Por entonces, las líderes católicas españolas tenían una serie de ideas preconcebidas sobre Checoslovaquia, pues en la prensa de estas culturas políticas se presentaba al país centroeuropeo como un lugar en el que se perseguía a los católicos; sin embargo, el prestigio de Plamínková, sumado a la fama de Checoslovaquia como un país moderno y avanzado en derechos de las mujeres, facilitó que la senadora praguense fuese acogida con entusiasmo por las mujeres católicas politizadas.

El texto demuestra la capacidad que parte de las líderes del activismo católico femenino español tuvieron a la hora de aceptar, como interlocutoras válidas, a las mujeres de otras culturas políticas. Frente a la intransigencia de parte de los sectores católicos españoles e internacionales, un sector de las activistas católicas de España estuvo dispuesto a aprender de una de las principales representantes del feminismo laico y socialista, no en cuestiones que afectaran a la religión, pero sí en aspectos referentes a cómo conseguir más derechos para las mujeres, un tema que a las activistas católicas españolas les preocupaba tanto como defender al catolicismo. A la postre, esta actitud les creó un problema, ya que la dirección de la UILCF no vio con buenos ojos la cálida recepción que tuvo en España alguien a quien consideraban un peligro para los intereses del catolicismo.

En especial, las líderes de la UILCF se preocuparon por el hecho de que la difusión de las ideas de Plamínková hubiese estado fomentada desde la propia dictadura de Miguel Primo de Rivera, un régimen del que esperaban que defendiese los intereses del catolicismo; sin embargo, si bien es cierto que el dictador era católico y conservador, tanto él como su dictadura pusieron los intereses nacionalistas por encima de los de la religión católica. El hecho de que fueran las propias autoridades de la dictadura las que invitaran a una socialista como Plamínkova, respondía al esfuerzo por mostrarse al exterior como una nación moderna y comprometida, en apariencia, con los derechos de las mujeres. Que esta actitud pudiese generar el enfado o la preocupación de algunos sectores católicos les traía sin cuidado o, al menos, no les preocupaba lo suficiente. Al fin y al cabo, desde su perspectiva, la religión católica debía estar subordinada a los intereses de la nación y, en este caso, entendieron que el que España ofreciera una buena imagen al exterior era más importante que el que la invitación de una feminista socialista de renombre pudiera levantar suspicacias entre los católicos del mundo.

Desde la principal organización internacional de las mujeres católicas se consideró esta visita como una luz de alarma que no debían desatender. El caso de Plamínková en España no podía repetirse, ni en España ni en ningún lugar del mundo. Las católicas debían, de ahora en adelante, obstaculizar activamente el éxito de este tipo de viajes de propaganda de las líderes del feminismo socialista, pues desde su perspectiva trabajaban por la descristianización de Europa. Por eso, a raíz de este acontecimiento, la UILCF reforzó en sus directrices la norma de que ni las personas ni las organizaciones que componían la UILCF debían colaborar, ni a nivel nacional ni internacional, con organizaciones o personas de corte liberal, socialista o laico.

Directamente interpelada por la reacción de la UILCF se sintió la política católica María López de Sagredo, quien había alabado en Barcelona la figura de la senadora praguense. Por este motivo, en un texto de 1929 se centró en argumentar que el arma más peligrosa que los no católicos estaban usando para transmitir sus ideas era el internacionalismo, y que ella lo había conocido de primera mano en Barcelona en 1927. Por eso, al repetir las directrices de la organización internacional a la que ella pertenecía, aseguró que era necesario rechazar cualquier acercamiento a esta corriente, por los peligros que representaba.

En cualquier caso, el explícito rechazo que mostró en 1929 ni borraba los halagos que había lanzado a Plamínková ni cambió el hecho de que la figura de la senadora checoslovaca siguiera estando bien valorada en los sectores católicos y conservadores españoles. En este sentido, esta confrontación refleja muy bien la autonomía y el margen de maniobra que tenían las activistas católicas en la época, tanto respecto a la jerarquía católica como a los intentos de los hombres por tutelarlas. A pesar de la pretensión que tuvieron las dirigentes de la UILCF de guiarlas hacia el «buen camino», las activistas católicas españolas mantuvieron su capacidad para dialogar, criticar o debatir con las mujeres integrantes de otras culturas políticas.

Queda para el futuro realizar un análisis en profundidad sobre si hubo un cambio significativo general en el comportamiento de las activistas católicas hacia las mujeres de otras culturas políticas desde mediados de 1927. Las activistas católicas españolas hicieron caso omiso de las directrices establecidas por la UILCF y siguieron atentas al pensamiento de Plamínková, pero sería interesante analizar si, a rasgos generales, a partir del verano de 1927 se produjo un cambio, o no, en la predisposición de las activistas católicas para debatir, aprender y colaborar en momentos determinados con mujeres activistas de otras culturas políticas.

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1 Františka Plamínková nació en 1875 en Praga. Hija de un maestro zapatero, bautizada en la Iglesia católica, a pesar de que en diversos trabajos se indica erróneamente que provenía de una familia de origen judío; sin embargo, durante su juventud se fue alejando de la Iglesia y apostató oficialmente en 1918: «Liber Baptisato», Praga, 1871-1875, Archiv hlavního města Prahy (AHMP), Praga-República Checa. Sin fondo específico, leg. ŠT N30, ff. 372. Desde joven, Plamínková se erigió como una figura clave del movimiento feminista. Antes de que en 1918 se constituyese Checoslovaquia, ya había fundado diversas organizaciones de mujeres. Entre estas se destaca la creación en 1905 del Comité para el Sufragio Femenino (Výbor pro volební právo žen), cuyo objetivo fue lograr que las mujeres tuvieran el derecho al voto en los distintos órganos representativos del Imperio austrohúngaro (la Dieta de Bohemia y el Consejo Imperial, o Reichsrat). Posteriormente, en 1923, fundó el Consejo Nacional de Mujeres (Ženská národní rada). Plamínková, quien era integrante del Partido Socialista, obtuvo en las elecciones de 1919 un puesto de concejala en el ayuntamiento praguense. Posteriormente, en 1925 se presentó a las elecciones al Senado y consiguió un escaño, fue reelegida en esta corporación, que llegó a presidir, hasta que tuvo que dejar su puesto en 1939. En el plano internacional, en 1925 Plamínková fue elegida vicepresidenta del International Council of Women y poco tiempo después obtuvo el mismo cargo en la Woman Suffrage Alliance. Tras la invasión de Checoslovaquia por la Alemania nazi, Plamínková, como socialista y nacionalista checoslovaca, se mostró muy crítica y combativa contra Hitler y el nazismo, al mismo tiempo que seguía defendiendo los derechos de las mujeres. Por este motivo, fue arrestada por la Gestapo dos veces, la primera en 1939 y la segunda en 1942, cuando finalmente fue asesinada. Sobre su figura, véanse completas las siguientes obras: Eva Szopová, «Dvě české političky-novinářky: «Františka Plamínková (1875-1942), Czech Feminist and Patriot», Nationalities Papers 25, n° 1 (1997): 13-33, doi: https://doi.org/10.1080/00905999708408488; Barbara Reinfeld, Božena Viková-Kunětická a Františka Plamínková» (Tesis de doctorado, Masarykova Univerzita, 2011); y Eva Uhrová, Radostná i hořká Františka Plamínková (Praga: Madiasys, 2014).

2Jana Černá, «Más allá de los Pirineos: la imagen de la ciencia española en los libros de los viajeros checos a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX», Ibero-Americana Pragensia, n° 47 (2020): 11-31, doi: https://doi.org/10.14712/24647063.2019.17; Josef Opatrný, «La imagen de España entre los viajeros checoslovacos de entreguerras. No solamente Karel Capek», en Las relaciones checo-españolas, ed. por Josef Opatrný (Praha: Karolinum, 2007), 219-230.

3Esto puede comprobarse leyendo la obra completa de Luis Montilla Amador, «Las relaciones entre España y Checoslovaquia en la etapa de entreguerras (1919-1939)» (Tesis doctoral en la Universidad Nacional de Educación a Distancia, 2020) y el reciente artículo de Xavier Torrebadella i Flix y Daniel Esparza, «Nacionalismo y deporte: la institución gimnástica Sokol y su difusión en Madrid (1921-1936)», Ayer 117, n° 1 (2020): 249-276, doi: https://doi.org/10.55509/ayer/117-2020-10.

4Jiří Rajmund Tretera, «Church Autonomy in the Czech Republic», en Church Autonomy: A Comparative Survey, ed. Por Gerhard Robbers (Frankfurt am Main: Peter Lang, 2001), 633-644; Marek Smid, «The Catholic Church in the Czech Lands during the Nazi Occupation in 1939-1945 and After», Studia Humanitatis Journal 1, n° 1 (2021): 193-194, doi: https://doi.org/10.53701/shj.v1i1.22; Miguel Cabo Villaverde, «La posibilidad de una isla. Checoslovaquia como contraejemplo de la crisis de la democracia en entreguerras», História. Revista da FLUP 10, n° 1 (2020): 141, doi: https://doi.org/10.21747/0871164X/hist10_1a7.

5Montilla Amador, Las relaciones entre España y Checoslovaquia..., 92-93, 110 y 127-128.

6Manuel Graña, «El mito Bohemio», El Debate, Madrid, 29 de agosto de 1925, 3.

7Julio de la Cueva, «Los ecos de la revolución mexicana: el catolicismo español en la transnacionalización de un conflicto (1926-1927)». En Más allá de los nacionalcatolicismos: redes transnacionales de los catolicismos hispánicos, coord. Por José Ramón Rodríguez Lago y Natalia Núñez Bargueño (Madrid: Sílex, 2021), 203 228.

8«El censo religioso», Diario de la Marina, La Habana, 31 de julio de 1923, 6; Frederick Funder, «Czech Government Confiscates Entire Plant Under False Pretenses», Catholic News Service, Estados Unidos, 21 de septiembre de 1925, 1.

9Sirva como ejemplo el texto de la prestigiosa periodista Teresa de Escoriaza, «Un gobierno de catedráticos», La Libertad, Madrid, 16 de enero de 1924, 1.

10«Masaryk Seeking to Heal Rupture with the Vatican», The Catholic Transcript, Hartford, 5 de agosto de 1926, 8.

11Emily Machen, «French Women and the Global Fight for Faith: Catholic International Religious Outreach in Turn-of-the-Century France», The Catholic Historical Review 100, n° 2 (2014): 292-318, doi: https://doi.org/10.1353/cat.2014.0101.

12María de Echarri, «La unión constituye la fuerza», La Gaceta de Tenerife, Tenerife, 13 de mayo de 1911, 1. Sobre el Congreso Eucarístico de 1911: Natalia Núñez-Bargueño, «Performing Catholic Masculinity in Early Twentieth-Century Spain: The International Eucharistic Congress of Madrid (1911)», Journal of Religious History 45, n° 4 (2021): 559-581, doi: https://doi.org/10.1111/1467-9809.12800.

13Magali Della Sudda, «Réseaux catholiques féminins. Une perspective de genre sur une mobilisation transnationale», Genre & Histoire, n° 12-13 (2013), doi: https://doi.org/10.4000/genrehistoire.1872.

14Union internationale des ligues féminines catholiques. 5 Conseil International tenu à Rome le 18, 19, 20, 21, 22 et 23 Mai 1922 (Cracovia: Imprimerie de l'université, 1923). Para un amplio reportaje contemporáneo: «Pope Shows Keen Interest in Plans of Women's Union», Catholic News Service-Newsfeeds, Estados Unidos, 19 de junio 0de 1922, 22.

15María de Echarri, «Crónica del movimiento católico femenino», Revista Católica de las Cuestiones Sociales, Madrid, noviembre de 1922, 294-295.

16Marta del Moral, «El Sindicato Obrero de la Inmaculada de Madrid: la construcción de un espacio de socialización política femenina», en Izquierdas y derechas ante el espejo: culturas políticas en conflicto, coord. Por Aurora Bosch e Ismael Saz (Valencia: Tirant lo Blanc, 2016), 235-252; Alejandro Camino, «Francisca Bohigas: Mujer católica, diputada y pedagoga (1928-1950)», Ibero-Americana Pragensia, n° 46 (2018): 12-13, doi: https://doi.org/10.14712/24647063.2018.20; Alejandro Camino, Defensoras de Dios y de las mujeres. Las activistas católicas en España (1900-1936) (Granada: Comares, 2023).

17Entre los más destacados: Julio de la Cueva, Clericales y anticlericales. El conflicto entre confesionalidad y secularización en Cantabria (1875-1923) (Santander: Universidad de Cantabria, 1994); Pilar Salomón, «¿Espejos invertidos?: mujeres clericales, mujeres anticlericales», Arenal, n° 11, 2 (2004): 87-111; Aurora Bosch e Ismael Saz, coord., Izquierdas y derechas ante el espejo: culturas políticas en conflicto (Valencia: Tirant lo Blanc, 2016). Especial mención merece la obra colectiva Izquierda obrera y religión en España (1900-1939), editada por Julio de la Cueva y Feliciano Montero (2012), pues los capítulos, en su diversidad, ofrecen un magnífico estado sobre la cuestión, además de presentar nuevos temas e hipótesis que tuvieron mucha influencia en la historiografía posterior sobre la cuestión.

18Como ejemplo, puede consultarse: María de Echarri, «La unión constituye la fuerza», La Gaceta de Tenerife, Tenerife, 13 de mayo de 1911, 1; o María de Echarri, «Unión verdadera», La Cruz, Cataluña, 9 de noviembre de 1922, 1.

19Mercedes Valero de Cabal, «La súplica del 'Babbo'», Región, Santander, 10 de noviembre de 1925, 3; La Nación, Madrid, 2 de noviembre de 1928, 7.

20Evidentemente, también tuvo gran repercusión y acogida entre los sectores republicanos y socialistas: Elena Fortún, «Avances del feminismo», La Prensa, 30 de enero de 1927, 3.

21María de Echarri, «Visita a España», La Gaceta de Tenerife, Tenerife, 28 de enero de 1933, 1; Severino Aznar, «Interview con madame Steenberghe-Engeringh», El Día de Palencia, Palencia, 30 de enero de 1933, 1.

22«¿Se aprobará o anulará su elección?», La Correspondencia de España, Madrid, 3 de abril de 1913, 2.

23La Correspondencia de España, Madrid, 3 de agosto de 1912, 1.

24«Catholic Woman Senator Dies in Czecho-Slovakia», The Catholic Standard and Times, Philadelphia, 16 de enero de 1926, 11.

25Albína Honzáková, ed., Kniha života: Práce a osobnost F. F. Plamínkové: sborník k 60. narozeninám (Praga: Ženské ústředí čsl.strany národne socialistické, 1935), 682; Magda Donato, «La excelentísima señora de Kybal», Ahora, Madrid, 13 de marzo de 1931, 15-16.

26La Veu de Catalunya, Barcelona, 30 de diciembre de 1926, 1.

27Catedrático de la Escuela de Ingenieros Industriales y director de la Escola del Treball. Esta última cuestión también pudo afectar su decisión de invitar a la política checoslovaca, pues era una referente internacional en lo que respecta a las reivindicaciones laborales de las mujeres.

28El Día Gráfico, 18 de febrero de 1927, 6.

29Uhrová, Radostná i hořká..., 163.

30Esto queda evidenciado a lo largo de la reciente obra de Alejandro Quiroga, Miguel Primo de Rivera. Dictadura, populismo y nación (Barcelona: Crítica, 2022).

31Uhrová, Radostná i hořká..., 149.

32Alejandro Quiroga, «Nation and Reaction: Spanish Conservative Nationalism and the Restoration Crisis», en The Agony of Spanish Liberalism, ed. por Francisco J. Romero y Angel Smith (Londres: Palgrave Macmillan, 2010), 205-213, doi: https://doi.org/10.1057/9780230274648_8.

33«Palabras de despedida de la senadora Francisca Plaminkova», El Socialista, Madrid, 26 de enero de 1927, 1.

34Luis de Zulueta, «Al partir el pan», El Pueblo, Madrid, 2 de febrero de 1927, 1.

35Luis de Zulueta, «La creación de un Estado», La Libertad, Madrid, 16 de noviembre de 1924, 1.

36«Una senadora checoeslovaca en Barcelona», La Opinión, Barcelona, 8 de enero de 1927, 1; «Fábrica nacional», La correspondencia de Valencia, Valencia, 20 de enero de 1927, 5; Nuevo día, 21 de enero de 1927, 4; «En la presidencia», Región, Santander, 22 de enero de 1927, 6.

37«Ciclo de conferencias», La Libertad, Madrid, 5 de diciembre de 1926, 2; «Conferencias», Las Provincias, Valencia, 6 de enero de 1927, 7; La Opinión, 6 de enero de 1927, 1; «Una senadora checoeslovaca», Diario de Córdoba de Comercio, Industria, Administración, Noticias y Avisos, Córdoba, 6 de enero de 1927, 3; «De Barcelona», Diario de Burgos, Burgos, 5 de enero de 1927, 2; «Una senadora checoeslovaca en Barcelona», La Opinión, 8 de enero de 1927, 1; «Huésped ilustre», El Pueblo, Madrid, 4 de enero de 1927, 5; «Conferencias», Las Provincias, Valencia, 4 de enero de 1927, 7; «Conferencia», La correspondencia de Valencia, Valencia, 3 de enero de 1927, 2; «Una conferencia sobre feminismo», El Adelanto, 9 de enero de 1927, 5.

38«Conferencias de la doctora Plaminkova en la Diputación», Hoja Oficial de la provincia de Barcelona, Barcelona, 10 de enero de 1927, 3.

39«En la presidencia», Región, Santander, 22 de enero de 1927, 6; «Otra conferencia en la Casa del Pueblo», La Voz. Diario Gráfico de Información, Córdoba, 25 de enero de 1927, 14; «Después del Consejo», La Correspondencia de Valencia, Valencia, 24 de enero de 1927, 5.

40«Conferencia de doña Francisca Plamínková», El Socialista, Madrid, 20 de enero de 1927, 4. Sobre las actividades de la política praguense en Madrid, puede consultarse: Marta del Moral, «El miedo a la emancipación. La disolución de la militancia segregada en el socialismo madrileño (1906-1927)», Ayer 121, n° 1 (2021): 100-101, doi: https://doi.org/10.55509/ayer/121-2021-04.

41«Conferencias», La Opinión, 19 de enero de 1927, 2; «Conferencia de la senadora socialista Francisca Plamínková», El Socialista, Madrid, 21 de enero de 1927, 4; «Conferencia de una senadora checoeslovaca», El Cantábrico, Santander, 22 de enero de 1927, 3; «La senadora checoeslovaca», La Correspondencia de Valencia, Valencia, 21 de enero de 1927, 2.

42Uhrová, Radostná i hořká..., 164. La propia Plamínková dio cuenta de sus actividades en Madrid para la revista que hacía las veces de órgano de su organización: Františka Plamínková, Ženská rada, 1-1927, 14; Františka Plamínková, Ženskárada, 2-1927, 31.

43«La conferencia de nuestra camarada Plamínková ha constituido un importante acto de propaganda socialista», El Socialista, Madrid, 25 de enero de 1927, 1; «Lyceum», La Libertad, Madrid, 19 de enero de 1927, 2; «En honor a la senadora [de] Checoeslovaquia», La Correspondencia de Valencia, Valencia, 22 de enero de 1927, 5; «Dos conferencias», El Progreso, Lugo, 25 de enero de 1927, 2.

44«La conferencia de nuestra camarada Plaminkova ha constituido un importante acto de propaganda socialista», El Socialista, 25 de enero de 1927, 1.

45«Actos en honor de la senadora Plamínková», El Socialista, Madrid, 22 de enero de 1927, 1.

46«La señora Plamínková en Prensa Española», ABC, Madrid, 22 de enero de 1927, 18; «La señora Plaminkova en el Ayuntamiento», El Heraldo de Madrid, Madrid, 24 de enero de 1927, 2.

47Sobre la tardanza española para pasar a formar parte de esta organización: Sandra Blasco Lisa, «The International Council of Women in Spain during the First Third of the Twentieth Century: Reception, Influence and Exchanges», Women's History Review 32, n° 2 (2023): 228-241, doi: https://doi.org/10.1080/09612025.2022.2100568.

48«Mucho cuidado», El Defensor de Córdoba, Córdoba, 21 de junio de 1927, 3; «Las organizaciones femeninas», La Cruz, Cataluña, 23 de junio de 1927, 4.

49«Mucho cuidado», El defensor de Córdoba, Córdoba, 21 de junio de 1927, 3.

50«Un aviso de la Internacional Católica a la Unión de Damas Españolas», El Debate, Madrid, 21 de junio de 1927, 3.

51«Mucho cuidado», El Defensor de Córdoba, Córdoba, 21 de junio de 1927, 3.

52Uhrová, Radostná i hořká..., 106.

53«Un aviso de la Internacional Católica a la Unión de Damas Españolas», El Debate, Madrid, 21 de junio de 1927, 3.

54María de Echarri, «Crónica del movimiento católico femenino», Revista Católica de las Cuestiones Sociales, Madrid, julio de 1927, 51.

55María López de Sagredo, «El Congreso Internacional de Ligas Femeninas Católicas», La Nación, Madrid, 19 de mayo de 1928, 1.

56The N. C. W. C. News Sheet, Washington, D.C., 24 de septiembre de 1928, 30.

57María López de Sagredo, «La Acción Católica de la Mujer y el Seguro Maternal», Mujeres Españolas, Madrid, 28 de julio de 1929, 18.

58Carmen Fernández de Lara, «La Escuela de Campesinas. Institución modelo barcelonesa», Crónica, España, 10 de agosto de 1930, 9-10.

59María López de Sagredo, «La Acción Católica de la Mujer y el Seguro Maternal», Mujeres Españolas, Madrid, 28 de julio de 1929, 18.

60Inmaculada Blasco, «Género y reforma social en España: en torno a la elaboración del Seguro Obligatorio de Maternidad (1915-1929)», Ayer, n° 102 (2016): 23-45.

61«Y el feminismo avanza...», Mujeres Españolas, Madrid, 14 de diciembre de 1930, 11. En esta misma revista ya se había alabado previamente, de forma más breve, la trayectoria política de Plamínková: Mujeres Españolas, Madrid, 9 de marzo de 1930, 31) y se había publicado un largo reportaje, que ocupó varios números, sobre el Comité para el Sufragio Femenino fundado por ella en 1905: «El Comité del Sufragio Femenino en Tchecoeslovaquia», Mujeres Españolas, Madrid, 26 de octubre de 1930, 40; «El Comité del Sufragio Femenino en Tchecoeslovaquia», Mujeres Españolas, Madrid, 2 de noviembre de 1930, 34; «El Comité del Sufragio Femenino en Tchecoeslovaquia», Mujeres Españolas, Madrid, 9 de noviembre de 1930, 31.

62La Vanguardia, Barcelona, 16 de julio de 1929, 10.

63Pauline Rebour, «Pourquoi les Françaises doivent et veulent voter», Le Christianisme social. Revue Mensuelle, París, 1 de febrero de 1930, 161.

64Český deník, República Checa, 15 de agosto de 1925, 8; Národnípolitika, Praga, 10 de julio de 1929, 3; Národní politika, Praga, 15 de julio de 1931, 4. A pesar de esta caracterización, y de presentar a las mujeres españolas como marcadamente católicas y conservadoras, los periódicos checoslovacos se hicieron eco de los acontecimientos más importantes que ocurrían en relación con las mujeres españolas, como ocurrió durante la Segunda República española con la concesión del sufragio universal: Lidové noviny, Praga, 2 de octubre de 1931, 1; la primera vez que acudieron a las urnas en unas elecciones municipales y generales: Lidové noviny, Praga, 24 de abril de 1933, 4; Národní listy, Praga, 4 de diciembre de 1933, 4; o el primer divorcio del país: Národní listy, Praga, 29 de julio de 1932, 4.

65Esto queda evidenciado a lo largo de la obra de Quiroga, Miguel Primo de Rivera...

* Una primera versión de este texto fue debatida en el Seminario Feliciano Montero de Historia Religiosa Contemporánea, en la sesión del día 19 de octubre de 2022. Este artículo se enmarca en una investigación financiada por el Programme to Support Prospective Human Resources (post Ph.D. candidates) en el Institute of History of the Czech Academy of Sciences. También se encuadra dentro del proyecto de investigación «Euclio III: Sociedad internacional y europeísmo: la huella de las otras Europas» (Referencia: PID2021-122750NB-C21/C22). Quisiera agradecer a Darina Martykánová la atenta revisión del texto y su ayuda en la traducción al castellano de las fuentes escritas en checo.

Citar este artículo: Camino, Alejandro. «¿El catolicismo bajo amenaza? El viaje de Frantiska Plamínková a España en 1927». Historia Y MEMORIA, nespecial (2024): 85-124. Doi: https://doi.org/10.19053/uptc.20275137.nespecial.2024.15813.

Recibido: 27 de Marzo de 2023; Revisado: 19 de Julio de 2023; Aprobado: 30 de Agosto de 2023

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