Introducción
En el interés de lograr procesos educativos de mayor calidad, la retroalimentación constituye, según Lipsch & Kim (2022) haciendo mención de las consideraciones de Hattie & Timperley (2007), un proceso dialógico entre profesores y estudiantes que mejora los resultados de aprendizaje y la calidad de la enseñanza. Desde esta perspectiva, se hace necesario un análisis más detallado para comprender mejor su efectividad en la práctica de formación en la educación superior.
La retroalimentación tiene como desafío eliminar la brecha evaluativa, lo que significa que no se debe limitar únicamente a corregir a los estudiantes, sino también ofrecer un diálogo que fomente el pensamiento crítico. De esta manera, los estudiantes pueden reflexionar sobre sus logros académicos y buscar alternativas para mejorar sus habilidades y obtener un aprendizaje significativo.
Aún existe información muy dispersa sobre la retroalimentación y se necesita más investigación para determinar su correcta implementación, de modo que sirva para superar los retos a los que se enfrentan los docentes, como el número de estudiantes por clase, la limitación de tiempo y la necesidad de equilibrar las evaluaciones formativas y sumativa.
Metodología
Para entender las distintas prácticas de la retroalimentación, es importante preguntarse ¿Qué es la retroalimentación? Esta se define como la información proporcionada por un profesor a un estudiante sobre su desempeño, con el objetivo de mejorar sus logros de aprendizaje (Klimova & Pikhart, 2022). Además, debe ser constructiva e informativa, destacando los puntos fuertes y débiles del desempeño y proporcionando orientación sobre cómo mejorar. En general, la retroalimentación se refiere a la información que se le proporciona a una persona para mejorar su rendimiento futuro. Puede ser positiva o negativa, pero en cualquier caso debe ser específica, clara y constructiva, y estar dirigida hacia el comportamiento o desempeño específico que se desea mejorar.
Con base en lo anterior, se hizo rastreo de la documentación producida entre el año 2014 y el 2023. La metodología utilizada para la revisión, sistematización y análisis documental se conoce como PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses), o "Artículo Preferido de Informes de Revisiones Sistemáticas y Metaanálisis". Con esta metodología se procedió a la revisión en bases de datos, especialmente Scopus; luego se realizó la sistematización y el análisis documental, del cual se desprende un conocimiento importante para las prácticas formativas en la universidad colombiana.
Las publicaciones variaron entre los años 2014 y 2023, siendo la mayoría de 2017 (9), 2021 (8) y 2022 (10), tal como puede observarse en la siguiente gráfica:
Asimismo, se encontraron documentos sobre la retroalimentación en diversas áreas de especialidad, siendo mayoritaria la educación, con un 76% de la totalidad de las publicaciones seleccionadas.
Como es Europa el foco central de este artículo, las revistas o editoriales que publicaron fueron todas de este continente. Se encontraron en mayor cantidad publicaciones en el Reino Unido (18), España (9) y Países Bajos (8).
Los idiomas de estos documentos variaron entre el inglés, el español, el francés e italiano, siendo el primero el que más publicaciones tuvo.
El ejercicio se centró en determinar qué y cómo piensan algunos teóricos europeos la retroalimentación en la educación superior, y qué métodos emplean para mejorar el aprendizaje de los alumnos a este nivel.
Resultados
Entre los 52 artículos existentes, pueden encontrarse formas distintas de implementar la retroalimentación y sus resultados en las distintas universidades. En este sentido, se han agrupado los artículos en distintas categorías. Las categorías son: self-feedback y feedback con autoevaluación, peer-feedback o retroalimentación por pares, uso de herramientas tecnológicas para retroalimentación, otros (formas particulares o combinadas de retroalimentación), y por último, visiones críticas sobre la retroalimentación.
Estas categorías fueron elegidas porque engloban las prácticas de la retroalimentación y suponen un mayor entendimiento en los resultados de las investigaciones de los diversos autores estudiados.
Self-feedback y feedback con autoevaluación
El self-feedback, o retroalimentación propia en educación, se refiere al proceso de evaluación que una persona realiza sobre su propio desempeño, comportamiento o habilidades. También existe el feedback convencional, que se fortalece con la autoevaluación del estudiante. En los artículos seleccionados, al menos 5 se enfocan en el self-feedback/feedback con autoevaluación, y la importancia que tiene para la mejora en los resultados académicos de quienes hacen uso de esta estrategia.
El estudio de Georgeta Ion, Elena Cano-García y Maite Fernández-Ferrer (2017) explora el potencial de la retroalimentación escrita como herramienta para mejorar el aprendizaje autorregulado (SRL, o Self-Regulated Learning) entre los estudiantes de educación superior. A través del uso de la retroalimentación escrita como herramienta para fomentar las habilidades de SRL entre los estudiantes, tales como el establecimiento de objetivos, el seguimiento de los progresos y la evaluación de su propio aprendizaje, se encuentra que el impacto es positivo.
Por otra parte, el artículo de Mirja Ruohoniemi, Monica Forni, Johanna Mikkonen y Anna Parpala (2017) hace hincapié en otra forma de hacer práctico el self-feedback. A partir de un grupo de estudiantes basado en la investigación desde la perspectiva de la garantía de calidad en dos instituciones europeas (Universidad de Bolonia, Italia, y la Universidad de Helsinki, Finlandia) de educación veterinaria, con diferentes contextos culturales, se recopilaron datos a partir de preguntas (SFQ) acerca de sus enfoques de aprendizaje, autoeficacia, carga horaria de estudio y ambiente de enseñanza-aprendizaje.
Otra investigación relevante sobre el self-feedback fue presentada por Begoña Gros Salvat y Elena Cano García (2021) y trata sobre la retroalimentación propia respaldada con la mediación de la tecnología. El andamiaje de 31 estudios lleva a considerar que el uso de herramientas tecnológicas favorece la autorregulación, ya que proporciona a los estudiantes información oportuna y relevante que les permite ajustar y mejorar su aprendizaje.
Asimismo, la investigación realizada por Ernesto Panadero, Daniel García Pérez, Javier Fernández Ruiz, Juan Fraile, Iván Sánchez-Iglesias y Gavin T. L. Brown (2022) se basó en un experimento en el que participaron un total de 126 estudiantes universitarios asignados aleatoriamente a tres condiciones experimentales: retroalimentación basada en rúbrica, retroalimentación escrita del instructor y retroalimentación combinada. Se encontró que la calidad de las estrategias de autoevaluación disminuyó después de recibir retroalimentación de cualquier tipo, aunque el número de estrategias aumentó en la condición de retroalimentación combinada.
El último documento sobre feedback acompañado de autoevaluación es de María-Cinta Portillo Vidiella y Elena Cano García (2015), quienes explican que el uso de blogs como herramienta para la autoevaluación de competencias fue realizado como parte de las prácticas de la carrera de Magisterio de Educación Primaria en la Universidad de Barcelona, España. Los resultados revelan: en primer lugar, se observó un aumento significativo en el nivel de conciencia de los estudiantes acerca de sus propias competencias; en segundo lugar, se evidenció un creciente nivel de satisfacción, tal como se refleja en las encuestas de evaluación del proceso implementado.
En general, tanto el self-feedback como el feedback acompañado de autoevaluación revelan que las distintas formas en que ha sido aplicado, fomentaron el auto-aprendizaje y desarrollaron en los implicados una mejora considerable en el desempeño académico, ya fuera en la comunicación escrita o verbal, o en la autopercepción de los estudiantes.
Peer-feedback o retroalimentación por pares
El peer-feedback o retroalimentación por pares, se refiere al proceso en el cual los estudiantes proporcionan evaluaciones constructivas sobre el trabajo de sus compañeros, en lugar de recibir retroalimentación únicamente de los profesores o instructores. Esto promueve la participación activa, el pensamiento crítico y el aprendizaje colaborativo. Al menos 17 de los artículos se centran en el peer-feedback.
En este sentido, investigaciones como la de Laura Costelloe y Arlene Egan (2020) denotan la importancia del peer-feedback, incluso entre profesores. Su estudio se enfoca en el desarrollo de las habilidades de evaluación y retroalimentación de los profesores a través de la autoevaluación y la evaluación entre pares. Para llevar a cabo el estudio, se reclutaron 19 profesores de educación superior en Irlanda. Los resultados obtenidos demostraron que el taller fue efectivo en la mejora de las competencias en términos de evaluación y retroalimentación, destacándolas como herramientas importantes en el desarrollo profesional.
Experiencias similares se evidencian en otras investigaciones como la hecha por Katia Montalbetti y Enrico Orizio (2022), o las de Olivier Maes, Catherine Van Nieuwenhoven y Stéphane Colognesi (2022). En ambos se utilizó el peer-feedback entre profesores y supervisores de educación superior, mejorando su desempeño.
Otros estudios, como los realizados por Angelina Sánchez-Martí, José Luís Muñoz Moreno y Georgeta Ion (2019), presentan el diseño y la validación de un cuestionario que analiza los efectos del feedback en diversas dimensiones, como el desarrollo cognitivo y metacognitivo, las competencias sociales, las competencias profesionales y los aspectos socioafectivos e intrapersonales. El cuestionario se administró a una muestra de 425 estudiantes de primer año en la Universitat Autónoma de Barcelona, España. Los resultados revelaron un instrumento final de 20 ítems y tres variables latentes con una buena fiabilidad y validez que permiten, en la realización del cuestionario, tener una amplia percepción del aprendizaje. Los textos de Víctor M. Hernández Rivero, Pablo Joel Santana Bonilla y Juan José Sosa Alonso (2022) y de Manuel Fõrster, Constantin Weiser y Andreas Maur (2018), presentan que los cuestionarios en entornos virtuales propician mejoras en el entorno académico.
El artículo de Teresa Mauri, Anna Ginesta y Maria-José Rochera (2014) y el de Filitsa Dingyloudi y Jan-Willem Strijbos (2018), presentan la efectividad de un cuestionario en sus contextos particulares. El primero con una innovación docente centrada en el diseño de un sistema de retroalimentación para mejorar el aprendizaje en tareas de escritura colaborativa en la educación superior, y el segundo donde se examinaron las redes de retroalimentación entre iguales (FP-feedback sobre el proceso) en la educación superior para identificar patrones de centralidad y contenido; el análisis de este segundo artículo reveló un patrón de centralidad heterogéneo en las redes personales y académicas, y un patrón homogéneo en el contenido de la retroalimentación proporcionada por los involucrados.
Igualmente, las encuestas son tan útiles como los cuestionarios para la retroalimentación por pares; así lo muestra el documento de Spivakovska Evgeniya, Vinnyk Maksym, Tarasich Yulia y Kuchma Olesya (2016). En el Departamento de Informática, Ingeniería de Software y Cibernética Económica de la Universidad Estatal de Kherson (Ucrania) se llevó a cabo una encuesta entre estudiantes durante 6 años para abordar problemas relacionados con la retroalimentación en el entorno educativo. Se dividieron en dos grupos: interesados y desinteresados. La introducción del servicio "KSU Feedback" en la universidad tuvo un impacto positivo en la creación de un entorno educativo centrado en los estudiantes.
Formas de estudios distintas sugieren que el feedback puede afectar positivamente el autoconcepto académico. En el caso de Bianca A. Simonsmeier, Henrike Peiffer, Maja Flaig y Michael Schneider (2020), mediante un estudio experimental con dos grupos de estudiantes de psicología, se descubrió que aquel que recibió feedback de sus compañeros sobre sus ensayos obtuvo beneficios, pues el autoconcepto académico mejoró para aquellos que lo tenían muy bajo.
El uso de foros en línea como una forma de peer-feedback indirecta, que recae más en la retroalimentación que en el uso de tecnología, es otro común denominador. El artículo de María José Rochera, Anna Engel y César Coll (2021), analiza los efectos de la retroalimentación del profesorado en un foro de discusión en línea. Utilizando un modelo multidimensional basado en las características de los entornos de aprendizaje en línea, se examinaron los comentarios del profesor y sus efectos durante la interacción en línea. Los resultados revelaron efectos significativos de la retroalimentación, como el efecto en cadena y el efecto en racimo, así como en las reglas de participación en el debate.
Otro ejemplo de la efectividad de la retroalimentación entre pares en línea puede denotarse en el artículo de María Theobald y Henrik Bellhauser (2022). En este estudio experimental de campo, se investigaron los efectos de la retroalimentación adaptativa en línea sobre el aprendizaje autorregulado, la motivación y el rendimiento de estudiantes universitarios. Se evaluaron diferentes tipos de retroalimentación en un diseño longitudinal. Los resultados mostraron que la retroalimentación informativa, directiva e informativa transformadora redujo la procrastinación y mejoró el autocontrol, el cumplimiento de horarios y el logro de objetivos en comparación con la falta de retroalimentación.
Desde la retroalimentación directa, autores como Bart Huisman, Nadira Saab, Paul van den Broek y Jan van Driel (2018) realizaron un sondeo entre varios estudios, comprendiendo el impacto de la retroalimentación entre pares en el rendimiento de escritura de estudiantes universitarios. Dentro de lo examinado, se encontró que la retroalimentación de los compañeros tuvo un efecto positivo en la mejora de la escritura en comparación con los grupos sin retroalimentación y la autoevaluación.
La mejora de la escritura y lectura por la retroalimentación entre pares es evidente. El trabajo de Florence Van Meenen, Nicolas Masson, Leen Catrysse y Liesje Coertjens (2022) aborda lo expresado anteriormente. En un estudio con 59 participantes, se observó que la retroalimentación discrepante en peer-feedback (PF) generó más cambios en el procesamiento, pero solo cuando los participantes informaron sobre la discrepancia. Los participantes que no informaron discrepancias tuvieron tiempos de lectura y escritura más largos. Además, se encontró que el tiempo dedicado a abordar los comentarios de PF se relacionó positivamente con la calidad de los ensayos revisados evaluados por profesores.
La retroalimentación es igualmente efectiva según los resultados presentados por Luis R. Murillo-Zamorano y Manuel Montanero (2017). En su trabajo, se evaluó la competencia de estudiantes en carreras de economía y Administración de empresas en presentaciones orales y se compararon los efectos del feedback de compañeros y del profesor. Se demostró que los estudiantes que recibieron feedback de compañeros mejoraron más en sus presentaciones que aquellos que recibieron feedback del profesor.
Herramientas tecnológicas e informáticas para retroalimentación
Las plataformas tecnológicas se utilizan cada vez más para brindar retroalimentación en diferentes contextos educativos. Estas plataformas permiten la entrega de retroalimentación de manera rápida, eficiente y personalizada. Además, ofrecen opciones interactivas, como comentarios escritos, grabaciones de audio o video, y funciones de seguimiento de progreso. Al utilizar plataformas tecnológicas para el feedback, se pueden superar barreras de tiempo y espacio, permitiendo la retroalimentación asincrónica. Esto promueve un mayor compromiso y autonomía por parte de los estudiantes, así como una retroalimentación más precisa y detallada por parte de los profesores. Se presentarán entonces varios artículos sobre feedback, Al menos 13 artículos entran en esta categorización.
En primer lugar, existe el feedback con el uso de herramientas tecnológicas para correctivo digital. Los artículos de diversos autores como Helen Knauf (2015), Ana Remesal, Rosa M. Colomina, Teresa Mauri y María José Rochera (2017), Anthony Cronin y Maria Meehan (2021), Miklós Bánhidi y Gyõngyvér Lacza (2020), entre otros; a pesar de sus diversos contextos, resultan en que la retroalimentación, ya sea a través de audio (sincrónico o asincrónico), escritos o tutores de apoyo para mejorar la escritura, la comprensión lectora o las actividades académicas en general, tienen resultados positivos.
En segundo lugar, la creación de plataformas especializadas en retroalimentación también forma parte del feedback en la educación superior europea. Autores como Dorothee Tautz, David Alexis Sprenger y Adrian Schwaninger (2021) explican la importancia de tener en cuenta factores como la accesibilidad, la facilidad de uso y la alineación con los objetivos de aprendizaje. Los autores recomiendan el uso de herramientas digitales para mejorar la participación y el aprendizaje en las clases universitarias.
Algunas de las plataformas creadas, como el Simulacro de Prueba de Clasificación Nacional Informatizada (ECNi) en Francia para estudiantes en medicina (Roux et al., 2016), Socrative como herramienta digital de evaluación formativa de deportes (Fraile et al., 2021), Cliker como un módulo de preguntas para trabajar en pares (Egelandsdal & Krumsvik, 2019), o el sistema de aprendizaje autónomo integrado en la plataforma online Moodle (Remesal et al., 2017); evidenciaron resultados satisfactorios para el aprendizaje y el reforzamiento.
En tercer y último lugar, algunas de las herramientas digitales han sido utilizadas para entender y mejorar el estilo de vida de los estudiantes, por consiguiente, mejorar también sus prácticas académicas. Los autores Miklós Bánhidi y Gyõngyvér Lacza (2020) analizan los cambios en el estilo de vida de los estudiantes universitarios de Hungría durante la pandemia de COVID-19 mediante una encuesta en línea, en la que se recopilaron datos sobre la actividad física, la alimentación, el sueño, el estrés y el consumo de medios de comunicación.
En términos generales, el uso de herramientas tecnológicas e informáticas para el feedback, incluyen métodos convencionales donde se usa lo digital para diversas formas correctivas, la creación de plataformas especializadas en el seguimiento académico para la retroalimentación o el entendimiento de estilos de vida que ayuden a cambiar hábitos para la mejora académica.
Otros
El feedback tiene muchos otros enfoques y tipos que pueden presentarse para mejorar la vida académica. Al menos 5 de los textos seleccionados entran en esta diversidad del feedback. Un ejemplo de ello es el artículo realizado por Seyyed Kazem Banihashem, Omid Noroozi, Stan van Ginkel, Leah P. Macfadyen y Harm J.A. Biemans (2022), quienes revisaron de manera sistemática la implementación de Análisis de Aprendizaje (LA) para mejorar las prácticas de retroalimentación en entornos de aprendizaje mediados por tecnología en la educación superior. Basándose en los hallazgos, se propone un marco conceptual que pueda guiar la implementación de LA en sistemas de retroalimentación, los cuales pueden llegar a ser altamente efectivos.
Otros enfoques del feedback se denotan en el trabajo de Martijn Leenknecht, Priscilla Hompus y Marieke van der Schaaf (2019), quienes analizan cómo la orientación de metas y el enfoque de aprendizaje profundo de los estudiantes influyen en su comportamiento de búsqueda de feedback en la educación superior, resultando en que el feedback puede mejorar su aprendizaje. Por otra parte, Xiaolong Cheng y Lawrence Jun Zhang (2021) exploran cómo el uso de la Retroalimentación Escrita Correctiva (RWC) afecta el desempeño de escritura en inglés como lengua extranjera (EFL) de estudiantes universitarios, examinando su impacto, que resulta ser beneficioso en la precisión gramatical, la calidad de la escritura y su relación con el rendimiento a largo plazo.
Esquemas particulares para comprender qué tan útil es el feedback se han realizado también. Los investigadores Stefano Cacciamani, Vittore Perrucci y Antonio Iannaccone (2018) lo hicieron. Su estudio se centró en construir un esquema de codificación para analizar el feedback entre iguales en un curso universitario. Once estudiantes y el profesor participaron en un entorno Moodle, donde los estudiantes proporcionaron feedback en foros. Dos jueces aplicaron categorías del esquema de codificación a 41 segmentos de retroalimentación. Los resultados mostraron alta confiabilidad en la identificación de la unidad de análisis en cada mensaje y en la aplicación de las categorías al contenido.
Visiones críticas sobre elfeedback
Si bien puede haber una apreciación general que considera el feedback en cualquiera de sus manifestaciones como beneficioso para mejorar el desempeño académico, la calidad de la educación u otras cuestiones, algunos autores han dado algunas visiones críticas sobre esto. Al menos 12 de los textos entran en esta clasificación.
Los investigadores Chris van Klaverena, Karen Kooimana, Ilja Cornelisza y Martijn Meeter (2019), han estudiado si proporcionar a los estudiantes información sobre su futuro éxito en los estudios influirá en su decisión de matricularse en la educación superior y, como consecuencia, reducirá la deserción en el primer año. Los principales resultados sugieren que (a) los estudiantes son generalmente demasiado positivos acerca de su rendimiento futuro, (b) las tasas de matriculación aumentan en un 25% si los estudiantes reciben información sobre el éxito futuro del estudio, pero (c) proporcionar información a los estudiantes no reduce el abandono en su primer año.
Algunas preguntas surgen para tener una visión crítica de la retroalimentación ¿Sirve el feedback para mejorar la calidad de la educación superior? Según exponen Serafina Pastore, Amelia Manuti, Fausta Scardigno, Antonella Curci y Monica Pentassuglia (2019), las reformas más recientes de los sistemas educativos alientan a los docentes a ampliar su paradigma educativo experimentando con prácticas de evaluación que irían más allá de la rendición de cuentas y responderían mejor a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes.
Sin embargo, existen casos como el presentado por Jonas Flodén (2017), quien registra en la Universidad de Gotemburgo (Suecia) las percepciones de los docentes universitarios sobre la retroalimentación de los estudiantes y su influencia en sus decisiones de enseñanza. Se encontró que los comentarios de los estudiantes son bien recibidos y tienen un impacto significativo en la enseñanza. Los profesores tienden a ajustar su enfoque hacia actividades más interactivas basadas en los comentarios recibidos.
Igualmente, Monica Pentassuglia (2017) explora las percepciones y concepciones de los profesores sobre el feedback y su práctica profesional diaria, centrándose en el uso del movimiento corporal al proporcionar feedback durante la clase. Este estudio reveló dos aspectos importantes: primero, la relación entre el profesor y los estudiantes durante la retroalimentación práctica; segundo, la coherencia entre la retroalimentación verbal proporcionada por los profesores y sus acciones corporales durante la clase.
Una investigación que también puede englobar a esta pregunta es la realizada por Mónika Harangi-Rákos, Daniela Stefanescu, Kinga-Emese Zsidó y Veronika Fenyves (2022). Examina que el feedback de calidad es un factor importante en la satisfacción general de los estudiantes universitarios, y los estudiantes aprecian el feedback constructivo y detallado que les ayuda a mejorar su rendimiento académico. La baja satisfacción de los estudiantes en Hungría y Rumanía, en comparación con otros países de la Unión Europea, plantea la necesidad de analizar la influencia del feedback en la satisfacción del estudiante.
Otra pregunta posible es ¿Se puede entender el compromiso del estudiante sin revisar su contexto para determinar la efectividad del feedback? Bente Mosgaard Jorgensen (2019) explica que la calidad de los procesos de retroalimentación depende del compromiso de los estudiantes con ellos.
Cabe preguntarse, por último ¿es importante la retroalimentación eficaz para la mejora de la enseñanza-aprendizaje y el desempeño académico? Los autores Ivonne Lipsch-Wijnen y Dirkx Kim (2022) analizan la importancia de una retroalimentación eficaz como apoyo al aprendizaje e introducen el modelo de retroalimentación de Hattie y Timperley, que define tres funciones y cuatro niveles diferentes de retroalimentación. El estudio concluye que la mayor parte de la retroalimentación que dan los profesores está orientada a la tarea y que las prácticas de retroalimentación pueden mejorarse si se centran más en la combinación de feedup (proporcionar a los estudiantes una orientación clara sobre los objetivos de aprendizaje y las expectativas de desempeño antes de comenzar una tarea o actividad), feedback y feedforward (proporcionar a los estudiantes o individuos retroalimentación anticipada sobre cómo pueden mejorar su desempeño futuro).
Para efectuarse la eficacia del feedback, Geraldine O'Neill, Eileen McEvoy y Terry Maguire (2020) proponen una serie de recomendaciones en la educación superior irlandesa, incluyendo la necesidad de una mayor claridad y coherencia en las prácticas de evaluación y retroalimentación en todas las instituciones, la importancia de involucrar a los estudiantes en el proceso, y la necesidad de un mayor apoyo y formación para los académicos en el diseño e implementación de prácticas eficaces de evaluación y retroalimentación.
En síntesis, algunos investigadores que se centran en el feedback, son críticos frente a algunos aspectos del mismo: ¿puede mejorar la calidad de los programas de educación superior?, ¿funciona la retroalimentación sin el compromiso o contexto adecuado de un estudiante?, ¿un feedback eficaz puede beneficiar el proceso de enseñanza-aprendizaje? Una respuesta holística podría asegurar que el feedback es útil para mejorar la enseñanza, el aprendizaje y los resultados académicos de los estudiantes.
Hallazgos
En primer lugar, la investigación a través de los documentos relacionados con el tema resalta la importancia de la retroalimentación recibida en la educación superior europea. Autores como Ion, Cano & Fernández (2017) resaltan la importancia de la retroalimentación como una herramienta para un proceso continuo de asesoramiento e insisten en el desarrollo de la capacidad de los estudiantes para conseguir una adecuada autorregulación de sus acciones.
Estos autores revisados proponen cinco aspectos determinantes para que el estudiante se haga partícipe de una retroalimentación sostenible. Primero, involucrarlos en asuntos que produzcan resultados cualitativos. En segundo lugar, el estudiante debe ser estimulado para desarrollar destrezas de autoasesoramiento. En tercer lugar, es necesario permitir que pueda establecer objetivos y planes factibles en su proceso de aprendizaje. Cuarto, motivarlo para que realice tareas que aumenten su compromiso y dedicación. Por último, emplear recursos tecnológicos que posibiliten brindar retroalimentación oportuna.
Conclusiones
Las investigaciones realizadas muestran que la retroalimentación ha contribuido satisfactoriamente a mejorar aspectos sensibles de la educación superior, como la crítica del maestro al estudiante, puesto que ella permite una observación y comunicación efectiva y significativa. Respecto a los otros niveles del sistema educativo (Básica o media), en la Educación Superior la retroalimentación tiene mejores escenarios de ejecución y, esto obedece, entre otras a la naturaleza de los programas.
En el ámbito educativo, los conceptos de tarea en casa a través de la red, clase en línea o por televisión ya eran altamente conocidos, y como consecuencia de la pandemia se transformaron en un importante apoyo. Luego de superado el confinamiento, la educación ya estaba volcada al uso de Internet como medio para la enseñanza.
El uso de tal recurso se nutrió con la herramienta de la retroalimentación. La gran cantidad de información acerca de la retroalimentación recopilada y analizada mediante la investigación exhaustiva de documentos relacionados con el tema refleja la importancia que este mecanismo reviste. Las diferentes opciones que la tecnología ofrece se trasforman en una solución factible, adecuada y fácilmente manejable por los jóvenes, quienes la reciben de la misma forma como manejan los recursos tecnológicos. Ahora es el turno de los profesores de actualizar sus conocimientos para aplicar la retroalimentación de manera adecuada