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Revista Colombiana de Psiquiatría

Print version ISSN 0034-7450

rev.colomb.psiquiatr. vol.29 no.3 Bogotá July/Sept. 2000

 

ARTICULO DE REVISION

PSICOLOGÍA Y PSICOPATOLOGIA CIENCIA BÁSICA DE LA CLÍNICA MENTAL

PSYCHOLOGY AND PSYCHOPATHOLOGY BASIC SCIENCE OF MENTAL CLINIC

LUIS EDUARDO RIVE.RA l.EÓN*

*Médico-Psiquiatra, Profesar Facultad de Psicología, Universidad Santo Tomás. Bogotá, Colombia, email : rlveraleon@hotmail.com


Se plantea en la práctica de la clínica mental la presencia de diversos modelos psicológicos-psicopatológicos y se retoma la crítica epistemológica que hace Henri Wallon desde la perspectiva dialéctica, para llegar a una Psicología Científica. Partiendo del modelo de organización cerebral expuesto por el autor en trabajos anteriores, se señalan tres subestructuras: impulsiva, sensorio motora y simbólico representacional, y dos funciones: afectiva e intelectual. En ellas se encuentran las subestructuras cerebrales propuestas, la especial diferenciación de los dos hemisferios y sus formas particulares de interacción con el ambiente. La propuesta actualizada, aporta aspectos sobre la naturaleza de la actividad mental y su proceso de desarrollo que sirven como punto de referencia para definir los alcances y límites de los diferentes enfoques en la práctica de la clínica mental, así como para organizar un trabajo interdisciplinario.

Palabras Clave: Filosofía Médica; Psicología Clínica; Psicopatología.


The presence of different psychological-psychopathologic models is posed. Epistemological critique by Henri Wallon, from a dialectic perspective towards a scientific psychology, is considered. From a model of cerebral organization previously described by the author, three substructures are outlined: impulsive, sensory-motor, and symbolic-representational; and two functions: affective and intellectual. They all involve brain substrates, special differentiation of the two hemispheres and their particular forms of interaction with environment. This updated proposal throws some light about the nature of mental activity and its development processes, to facilitate definitions of spectrum and limits of the different approaches in mental clinical practice and interdisciplinary team work.

Key words: Philosophy, Medical; Psychology, Clinical; Psychopathology.


INTRODUCCIÓN

Toda profesión universitaria tiene un cuerpo de conocimientos derivado de la investigación básica que orienta su práctica. En el caso de la clínica, este acumulo de conocimientos comprende dos aspectos, uno relacionado con el objeto de estudio e intervención y el otro, derivado del anterior, sobre las técnicas utilizadas para tal estudio e intervención.

En la medida que el conocimiento derivado del estudio del objeto de intervención ofrece una visión integral y explicativa del mismo, dicho conocimiento orientará el desarrollo de diferentes técnicas que posibilitarán el estudio diagnóstico de los diferentes componentes de perturbación y sus diferentes formas de terapéutica.

Desde la perspectiva clásica, alopática, de la Medicina Occidental, existe en la clínica suficiente conocimiento explicativo sobre el organismo humano y sus alteraciones, derivado de las ciencias naturales. Este cuerpo básico de conocimiento ha permitido igualmente afinar técnicas de diagnóstico y tratamiento, concordantes con el desarrollo tecnológico. La mutua relación entre ciencias básicas y práctica clínica ha potencializado el desarrollo de una y otra. Se ha hecho posible el desarrollo del trabajo interdisciplinario, con el consiguiente desarrollo de las diferentes disciplinas y beneficio del paciente.

No sucede lo mismo en el área de la Clínica Mental. La existencia de diferentes "enfoques" terapéuticos le imprime una dinámica particular. Cada uno de estos enfoques tiene su particular objeto de estudio e intervención y consecuentemente, sus particulares técnicas de intervención y de diagnóstico (en sus diferentes modalidades).

Desde la Medicina Occidental clásica la Psiquiatría tiene como objeto de estudio e intervención las alteraciones en los neurotransmisores y sus correlaciones con ciertas perturbaciones del psiquismo, o actividad mental. Desde el campo de la Psicoterapia, el conductismo propone la modificación de comportamientos, a partir del estudio del proceso de aprendizaje. Por su parte el psicoanálisis estudia y devela el inconciente, que al aumentar el campo de la conciencia y la voluntad mejoraría la adaptación. El existencialismo promueve la autorealización personal, mediante el "darse cuenta" de la vivencia personal.

En resumen, cada enfoque reduce el objeto de estudio e intervención: el psiquismo (o sus perturbaciones) cuando más a alguno de sus componentes: neurotransmisores, conductas, inconsciente, autorealización, en los casos citados. El resultado es la presencia de diferentes concepciones del psiquismo, de las perturbaciones del mismo y, en consecuencia, de diferentes psicologías - psicopatologías -. El diálogo entre los diferentes enfoques es imposible. Cada uno de ellos se presenta y, así resulta en la práctica, excluyente. Ya desde la primera mitad del presente siglo Henri Wallon hace referencia a esta situación de la psicología derivada de los diferentes enfoques de intervención, desde un nivel epistemológico.

A continuación se revisan sucesivamente la crítica y la propuesta formuladas por este autor, la cual ha sido desarrollada entre nosotros por Alberto Merani.

CRÌTICA EPISTEMOLÒGICA

Para Wallon el problema de la Psicología Occidental se encuentra en la disociación y el reduccionismo de su objeto de estudio, relacionados con sus diferentes métodos de estudio.

Esta contradicción arranca desde la fundación cartesiana de la ciencia moderna. El dualismo sustancialista cartesiano al distinguir entre res extensa y res pensante, y señalar entre estas dos sustancias solamente relaciones de correspondencia entre sus leyes, ha impedido el estudio de las relaciones entre organismo y conciencia. Ha consagrado el enfrentamiento entre "cada uno de los dos principios que reclaman para sí la explicación total de la vida psíquica: el idealismo y el materialismo mecanicista" (Clanet, 1980). (1)

Mientras para el idealismo lo determinante es el fenómeno de conciencia, el materialismo mecanicista busca descomponer el organismo en partes al igual que se descompone la máquina.

En el idealismo "lo real es subordinado a la conciencia". La conciencia, por su parte, es una mera construcción mental con alguna utilidad, que no se corresponde con la realidad cuya existencia cuestiona. El idealismo del sujeto tiende a devenir absoluto, sin determinantes. Ninguna regularidad es registrable. "La conciencia hipertrofiada es en último término impotente, pues si el mundo no tiene dominio sobre ella, tampoco ella tiene dominio sobre el mundo". Al final para el sujeto, el mundo no es más que "su mundo" (Wallon, 1965).

El idealismo, mediante la introspección, llega a confundir el conocimiento con la existencia, confusión expresada a cabalidad por Descartes en su "cogito, ergo sum".

Para Wallon (1965) la base de esta dificultad para diferenciar conocimiento de existencia (la sustancia -res pensante) se halla en la descentración del pensamiento necesario para diferenciar el conocimiento, del objeto. Por este proceso debió pasar el pensamiento que va del hombre primitivo al hombre moderno y del niño al adulto contemporáneo.

Para Comte la introspección como método no permite conocer la "sustancia" de la cual derivan los fenómenos espirituales; sólo permite acercarse a dichos fenómenos; los cuales al ser conocidos se transforman y resulta imposible aprehender la conciencia.

Bergson (WaUon, 1965) W considera que los resultados de la introspección son " fórmulas lingüísticas y abstracciones de origen y uso interpersonal, despojadas de toda sustancia personal. Cuando más, representan relaciones, "contactos de unos con todos y de todos con la realidad exterior". En consecuencia, niega la posibilidad de que alguna ciencia (no sólo la psicología introspectiva) se ocupe de la "intimidad y realidad del ser psíquico", y propone la intuición de la permanencia a través del cambio como única forma de acercarse a dicha intimidad y realidad del ser psíquico. El sentimiento (o intuición) de duración se convierte en la manifestación de la sustancia. De aquí deriva el existencialismo, su angustia vital y su énfasis en el estudio de la "vivencia" (fenomenología).

Por su parte, Blondel (1/8) plantea como objeto de la psicología el estudio de la vida interior y la conveniencia de estudiar lo biológico y lo social, pero simplemente como medios de control. Para él "las verdades propiamente psicológicas no se nos hacen inteligibles sino en cuanto referidas a las experiencias mentales que somos capaces si no de realizar, por lo menos de imaginar". Precisa que mediante la introspección "no solo la vida interior de cada uno es lo que puede hacer inteligible la vida interior de otro y la psicología en general, sino que es necesaria la inteligibilidad en el origen de toda experiencia y de toda actividad psíquica, con lo cual recuerda al psicoanálisis. Por otro lado, señala Wallon (1965) el placer - displacer como fenómeno de conciencia en la base del psiquismo propuesto por el psicoanálisis, mientras Merani (1974) (9) hace referencia a Freud en la búsqueda de la sustancia.

En el estudio de su sustancia, el materialismo mecanicista evoluciona de acuerdo con el desarrollo, del modelo mecánico de su descomposición en partes, propuesto por Descartes, a la caja negra del modelo cibernético.

De este materialismo deriva el empirismo (o positivismo), para el cual solo lo observable y lo experimental tiene validez. Al darle prioridad a los hechos da especial importancia a las descripciones y correlaciones entre series; renuncia de esta manera a la búsqueda de la causalidad y la explicación. El positivismo, en consecuencia, niega la conciencia o la considera imposible de conocimiento, como en el caso del conductismo en sus inicios.

En la búsqueda de relaciones entre las dos sustancias se pasa de la correspondencia entre las leyes que regulan a la una y la otra, planteada por Descartes, a la concomitancía (o yuxtaposición) del paralelismo psico fisiológico, que deduce de los diferentes componentes del psiquismo, la organización cerebral, en el localizacionismo. Se plantean relaciones de concordancia preestablecidas o yuxtaposición, pero nunca de interacción, pues "el pensamiento y la extensión son dos sustancias distintas y totalmente heterogéneas". Negado por Bergson, el paralelismo psico fisiológico deriva en la sustancia única de Spinoza, para quien lo orgánico y lo psíquico son sólo manifestaciones de dicha sustancia única (Wallon, 1965) (1,8).

Para Wallon (1965) (1,8), del dualismo cartesiano, deriva igualmente, consagrada por el positivismo, la dicotomía fundamental de toda la antropología moderna, la dicotomía objeto - sujeto. No permite establecer interacciones entre uno y otro, precisamente por estar conformados por sustancias heterogéneas. En cuanto al otro, éste es concebido como un objeto del mundo entre otros, cuya similitud es deducida a posteriori.

Relacionado con lo anterior, la división de las ciencias, propuesta por Comte, en ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu, al negar la posibilidad de estudiar la conciencia, le niega a la psicología el carácter de ciencia por carecer de un objeto específico de estudio.

Como un último reducto del sustancialismo cartesiano, según Wallon (1965) (1,8), se llega a la dicotomía de lo biológico y lo social. Este positivismo comprime al sujeto entre lo biológico, orgánico fisiológico, por un lado y lo social institucional por el otro. Tiene el mérito de haber definido determinantes (físicos, fisiológicos, sociales) al psiquismo. Sin embargo, dichos determinantes están concebidos como incorporando al sujeto a un "núcleo fundamental preexistente" (preformismo biologista) o "moldeando el sujeto" (sociologismo). En consecuencia el sujeto, o bien es negado en su especificidad (la conciencia) por reducción, en el caso del biologismo, o queda al margen de la explicación, en el sociologismo. Para este biologismo mecanicista, el psiquismo es solamente un epifenómeno de lo biológico.

PROPUESTA EPISTEMOLÓGICA

Así las cosas, Wallon (1965)(1,8) propone que la Psicología, como toda ciencia, debe renunciar al estudio de las sustancias y estudiar relaciones. Plantea que el psiquismo es una realidad "cuya existencia y modalidades diversas o sucesivas deben ser explicadas por sus relaciones con otras realidades". Por ello debe estudiar "los problemas relativos a la naturaleza, orígenes y transformaciones del psiquismo".

En su obra, Wallon describe aspectos relacionados con el objeto de estudio de la Psicología y el método para dicho estudio.

OBJETO DE ESTUDIO DE LA PSICOLOGÍA

Wallon (Clanete, 1980) (1) reafirma el pensamiento como especificidad del estudio de la psicología, y propone corno objeto de la Psicología "el estudio del hombre concreto en contacto con lo real", interacción de la cual aquel es resultado.

Caracteriza estas interacciones entre el individuo con el medio como mutuamente influyentes: "el individuo modifica el medio, pero es, a su vez, modificado por éste". El hombre es asimismo "modificado por las modificaciones que el mismo produce en su medio" (Clanete, 1980) (1).

Resalta el carácter social del medio en el cual se desarrolla el psiquismo. En último análisis, el medio que plasma al hombre actual siempre ha sido formado por él. El niño nace en un medio "humanizado por la técnica, el lenguaje; un medio de significantes humanos". Dado que el yo es social desde el comienzo, "no existe individuo psíquico con anterioridad a las relaciones sociales que le constituyen". La socialización - individualización corren parejas en la génesis y dicho proceso se produce "por la mediación de las relaciones con los otros" (Clanete, 1980) (1)

Propone, en particular, el estudio de las interacciones de lo biológico y lo social, "el cerebro sigue siendo la condición del pensamiento, pero necesita del medio para poderse realizar". El psiquismo es por tanto "una forma particular de integración que se produce a expensas de estos dos campos, y en un centro integrador: la persona". La persona concreta "es desde el comienzo biológica y social" (Clanete, 1980)(1)

MÉTODO DE ESTUDIO

Más que una metodología para el estudio de la Psicología, Wallon propone una metódica que oriente dicho estudio (Clanet, 1980)(1). Comprende dos aspectos: uno general, caracterizado por el estudio de totalidades, de conjuntos; y, derivado de éste, el estudio de los conjuntos cronológicos, es decir, de los aspectos evolutivos.

EL ANÁLISIS DE LOS CONJUNTOS

El estudio del hombre concreto lleva a adoptar como principio metodológico el estudio de los conjuntos. Este principio considera el conjunto al cual pertenece el hecho. Estudiarlo yendo del todo a las partes, "un hecho solo tiene interés en la medida que es determinado, y solo puede serlo en sus relaciones con algo que lo supera, es decir con un conjunto al cual pueda de alguna manera ser incorporado" (Clanet, 1980)(1). Estudiar un hecho psicológico es confrontarlo con todos los sistemas con los cuales pueda estar relacionado, es tratarlo según su naturaleza. Compararlo con otras series de hechos, por consiguiente, toda Psicología debe ser comparativa.

LA PERSPECTIVA GENÉTICA

Tiene especial importancia el estudio del conjunto cronológico para "indagar a través de qué vicisitudes se realiza la unidad, pues la unidad de la naturaleza humana no es una entidad a prior!" (Clanet, ídem). Para comprender un hecho es importante conocer su génesis, su historia. Toda Psicología debe ser genética, se debe explicar al adulto por el niño y no al contrario.

LA DIALÉCTICA

En el desarrollo de la psicología propone Wallon (1965)(1,8) tener en cuenta las categorías derivadas de la dialéctica. Dada la complejidad del objeto de la Psicología el estudio de la causalidad lineal no es suficiente, sino que es necesario estudiar acciones y reacciones, continuidad y discontinuidad, oposiciones y contradicciones. En suma conflictos; concede particular importancia en su estudio a la ley de la interpenetración o unidad de los contrarios.

Precisa que la Psicología Dialéctica no constituye una innovación total, sino que "coordina puntos de vista que las diferentes doctrinas filosóficas presentan de forma exclusiva y absoluta. Está por el organicismo, pero no en la forma unilateral y mecanicista del materialismo tradicional. Está como el idealismo, por la especificidad del psiquismo, pero a condición de no sustituirla a la realidad de las cosas. Está por el incesante devenir del sujeto y del universo, pero no del modo incondicionado y fatalista del existencialismo. Es partidario de la objetividad experimental, pero sin caer en el formalismo metodológico del positivismo, ni en su agnosticismo de principio" (Wallon, 1965) (1,8).

En definitiva, la crítica de Wallon está dirigida a los modelos derivados de los diferentes enfoques que orientan la intervención clínica y, en especial, a la pretensión de cada uno de ellos de explicar en su totalidad la vida psíquica. No propone Wallon un nuevo "enfoque" de intervención, ni un nuevo "modelo psicológico", sino los lineamientos para una Psicología que permita un conocimiento integral y objetivo del psiquismo. Tal cuerpo de conocimientos orientaría la investigación sistemática básica, posibilitando así su ulterior desarrollo.

ELABORACIÓN DE LA PROPUESTA

Fiel a su planteamiento, Wallon estudia el desarrollo del psiquismo y propone la consideración de tres planos: el plano del viviente, el plano del desarrollo de las especies (filogénesis) y la hominización, y el plano del desarrollo del individuo (ontogénesis}. Su trabajo principal se centra en este último (Wallon, 1964) (1,7)

TEORÍA DEL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD

Según Wallon el origen del psiquismo se halla en el movimiento global y masivo del recién nacido, el cual se diferencia en movimiento tónico base del tono muscular, la postura y la actitud y el movimiento clónico a base del desplazamiento y manipulación de los objetos.

Wallon considera que los centros de regulación del tono se hallan en el tallo cerebral y son responsables de los concomitantes fisiológicos de la emoción. En el lóbulo prefrontal se encontrarían los centros responsables de motivaciones superiores, sociales.

En consecuencia, el movimiento tónico se halla en la base de las relaciones interpersonales y el desarrollo de la personalidad, fundamental en la organización de la función afectiva. El movimiento clónico se coloca en la base del conocimiento y transformación del objeto, fundamental en la organización de la función intelectual.

Estas dos funciones del psiquismo representan formas particulares de relación con el ambiente. El predominio de la una o de la otra caracteriza cada uno de los estadios de desarrollo de la personalidad propuestos por Wallon.

A partir de la fase inicial del primer estadio (fase impulsiva), representado por el movimiento global e indiferenciado del recién nacido, el paso de un estadio a otro está caracterizado por la integración funcional del estadio anterior, mediante su complejización, y por la alternancia funcional, ya de la función afectiva, ya de la función intelectual.

Para Wallon dicha integración psicológica "es posibilitada y subentendida por la integración biológica".

El paso de un estadio al otro significa que "la nueva forma de comportamiento toma el lugar de la antigua, no pura y simplemente suprimiéndola, sino reorganizándola" . "El paso de un estadio a otro significa conflictos y crisis de la personalidad global, ya que una nueva conducta solo puede aflorar mediante la negación, o, por lo menos, superación de la existente." (Clanet, 1980)(1). Sin embargo, el paso de un estadio a otro significa, al mismo tiempo, un nuevo equilibrio.

Wallon insiste en la participación del medio en la organización de dichos estadios sucesivos y resalta la mediación del otro en tal interacción. Inicialmente es la madre quien directamente asegura la satisfacción de las necesidades del niño. Después es a través de su representación que es posible para el niño organizar su espera e iniciar el desarrollo de sus operaciones representacionales. Finalmente, la participación de la madre y demás personas significativas de su entorno posibilita al niño en la organización y desarrollo del lenguaje y en el acceso a las formas superiores de la actividad representacional.

Estos son los cinco estadios propuestos por Wallon en su teoría del desarrollo de la personalidad global: estadio impulsivo y emocional (predominio de la función afectiva en su segunda fase), estadio sensorio motor y proyectivo (predominio de la función intelectual), estadio del personalismo (predominio de la función afectiva), estadio del pensamiento categorial (predominio de la función intelectual) y estadio de la adolescencia (predomino de la función afectiva).

ACTUALIDAD DE LA CRÍTICA DE WALLON

Las exigencias propias de la práctica y las incongruencias resultantes de su ejercicio, han llevado al desarrollo de estos modelos en la clínica a partir de su ortodoxia inicial.

Así, desde el modelo biológico, la Psiquiatría tradicional no solo se enriquece con el conocimiento de nuevos neurotransmisores, correlacionados con diferentes cuadros clínicos y desarrollo de nuevos fármacos. Siguiendo los pasos de la Física en la descomposición de su sustancia para su estudio, avanza en el estudio de las moléculas genéticas correlacionadas con algunos trastornos, objeto de su intervención. Además, a nivel diagnóstico, avanza mediante estudios epidemiológicos, en el desarrollo de un nivel descriptivo de estudio e incorpora el avance tecnológico de las neuro imágenes; a estas las correlaciona con algunos de los trastornos mentales. Explora la utilidad de las pruebas neuropsicológicas en relación con diferentes tipos de trastorno mental.

El modelo conductista, fiel a su método de intervención de la negación inicial de la conciencia, pasa a la asimilación de las ideas con el comportamiento en la Terapia Racional Emotiva de Albert Ellis (1980)(2). Propone la modificación de ideas irracionales en racionales y, en relación lineal, unidireccional, obtener la estabilización de la emotividad. Con Watzlawick (1967)(20), asimila la comunicación con el comportamiento. A partir de la "caja negra" de la cibernética propone el enfoque sistémico, con la modificación de las comunicaciones que obran a la manera de entradas y salidas de dicha caja negra.

Después de negar la conciencia, el sujeto oscila hasta el lado opuesto (idealismo) al cuestionar la realidad (Watzlawick, 1976)(21). El enfoque sistémico da prioridad a las anticipaciones y entronca con la "construcción social del conocimiento".

Desde el lado idealista, el Psicoanálisis de énfasis en la interpretación de los simbolismos de los impulsos (inconcientes) en cuanto determinantes de los contenidos de conciencia y del comportamiento, amplia su campo, mediante el estudio del inconciente colectivo de Jung, o dándole prioridad a otros aspectos con la psicología individual de Adler. De la psicología individual propuesta por éste último se centra en el estudio del Yo con Anna Freud (1984)'4' y Hartman, y deriva el psicoanálisis social, o Neopsicoanálisis, con Sullivan (1971) (16), Karen Horney y Fromm Reichman (1965)(5). A nivel transferencial, se detiene en el estudio de las relaciones objétales con Melanie Klein. Amplia, asimismo, su campo de acción al estudio del inconciente grupal (Faulks, 1970)(3). Siempre buscando develar las limitaciones o deformaciones de la conciencia.

El existenáalismo, en su búsqueda de la ''intimidad y realidad del ser psíquico", adviene a la autorealización personal, que pasa por el "reflejo del sentimiento", en el proceso de convertirse en persona de la Terapia centrada en el Cliente (Roger, 1961 y 1975)(13,14) y el "darse cuenta" de la Terapia Guestáltica (Pearl, 1995) (10). Este énfasis en la "experiencia como el todo" es rescatado desde algunas visiones postmodernistas, ya no en el individuo sino en las comunidades a partir de la trama social, con la creación de sentidos, de saberes, que da prioridad a las anticipaciones. Roger y Pearl, habían incursionado ya en el grupo con los Grupos de Encuentro (Roger, 1980) (15) y la misma Terapia Guestáltica (Pearl, 1995) (16). Se han señalado acercamientos y coincidencias entre la terapia psicoanalítica y la terapia centrada en el cliente (Lerner, 1974)(7).

Esta revisión registra parte de los esfuerzos y realizaciones en el campo de la práctica clínica. Sin embargo, a nivel del conocimiento del psiquismo sigue teniendo validez la crítica planteada en su época por Wallon, en el sentido que el reduccionismo sustancialista consagra la disociación del objeto de estudio de la Psicología, queda convertido entonces en "meras entidades formales, no reales". Tal deformación en el conocer amenaza, seriamente la actividad práctica, sobretodo cuando la misma está a cargo de practicantes ortodoxos.

ACTUALIZACIÓN DE LA PROPUESTA DE WALLON

El desarrollo de las neurociencias en los últimos años, permite avanzar en la propuesta de Wallon de estudiar las relaciones entre 'Tas formas del pensamiento y la estructura cerebral" (Clanet, 1980).

Con tal fin se propone el estudio del SNC como una totalidad. Un sistema unitario que posibilite el estudio de las interacciones del organismo humano con su entorno.

Niveles de organización de menor complejidad funcional, tales como formaciones o sistemas aislados en la conformación del SNC, y con mayor razón el nivel bioquímico, celular o molecular, si bien útiles en el conocimiento del SNC o del organismo en general, no permiten el estudio de las interacciones propuestas. Cuando más, permiten señalar correlaciones (correspondencias) entre algunos componentes del SNC o las alteraciones de los mismos, y algunos procesos mentales o sus alteraciones.

En trabajo anterior (Rivera, 1994)(11), se propuso un modelo de organización cerebral a partir del modelo planteado por Luria (1984)(8) y con base en el modelo estructural de Me Lean (1972) y Brown (1977), citados por Guzmán (1983)(6). Según estos modelos, se dan en la organización funcional del cerebro humano adulto tres subestructuras, estrechamente interrelacionadas entre sí. Cada una permite establecer tipos particulares de interacción con el entorno y tres formas (o niveles) de actividad mental (o estructuras mentales).

Así, la infraestructura cerebral permite establecer interacciones entre las necesidades del organismo y aspectos elementales del entorno a través de conductas instintivas, heredadas, dando lugar al nivel impulsivo de la actividad mental. La estructura cerebral, por su parte, posibilita establecer interacciones con aspectos concretos del entorno mediante conductas resultantes de la integración de experiencias, dando lugar al nivel sensorio motor de la actividad mental (o estructura mental sensorio motora). La supraestrutura cerebral posibilita las interacciones con aspectos abstractos, culturales, del entorno, mediante la organización de la actividad simbólico representacional y la programación de la actividad, gracias a la organización del sistema del lenguaje; tal interacción da lugar al nivel simbólico representacional de la actividad mental (o estructura mental simbólico representacional).

En trabajo más reciente (Rivera, 1999)(12), se plantea la particular integración de estas subestructuras (ya a nivel de la estructura cerebral) por cada hemisferio cerebral, como resultado de la especial diferenciación y complejización del hemisferio izquierdo a partir de dos hemisferios similares. En consecuencia, el hemisferio derecho es dominante en el establecimiento de relaciones del individuo con sus semejantes (contactos emotivos), posibilitando la organización del "yo corporal" y el "yo psíquico". Consecuentemente, la satisfacción de las necesidades biológicas - afectivas de la persona. El hemisferio izquierdo, por su parte, es dominante en la organización de las interacciones con las cosas (comunicaciones interpersonales simbólico representacionales), y en su manipulación y la definición de sus categorías y leyes; Participa también en el hemisferio izquierdo en otras actividades simbólico representacionales con particulares estados de desarrollo según cada cultura, tales como trabajo, recreación, música, dibujo, pintura, creencias, mitos, normas, leyes ...

El hemisferio derecho estaría en la base de la función afectiva, y el hemisferio izquierdo en la función intelectual, propuestas por Wallon, a propósito del desarrollo de la persona. La acción coordinada de estas dos funciones de la actividad mental regulan la interacción de la persona con su entorno. Las relaciones interpersonales en la base de la función afectiva, mediante la emoción, el sentimiento, se colocarían en la base de la función intelectual, gracias a esa forma particular de comunicación del humano que es el lenguaje simbólico representacional.

Aunque clásicamente se hace referencia al lenguaje verbal, semántico, oral o escrito, dibujo, pintura, música, danza y teatro, constituyen variedades del lenguaje simbólico representacional, con base ya no en el fonema, sino en el punto, color, nota musical, expresión corporal y gesto.

El desarrollo de dichas subestructuras y su integración particular por cada uno de los hemisferios cerebrales es resultado del proceso de desarrollo, filogenético inicialmente, y luego de hominización, que llevó del mamífero primitivo al humano contemporáneo. Simultáneamente y en recíproca interacción con estos cambios evolutivos se va dando una modificación del entorno tal, que de un ambiente social natural se pasa a un medio social cultural. En la base del medio cultural propio del humano actual se halla, en efecto, un ambiente social natural.

El estudio de dicho proceso evolutivo, a través de diferentes disciplinas como la biología, la socio biología, la etología, la ecología, la arqueología, la antropología, permitirá conocer mejor ese doble y simultáneo salto evolutivo: del mono primitivo al humano y de un ambiente social - natural a un medio social - cultural. Dicho conocimiento estaría, además, en la base del conocimiento y comprensión de las comunidades y sociedades actuales.

COMENTARIO FINAL

En términos del conocimiento del psiquismo, esta propuesta actualizada se acerca al conocimiento de su naturaleza. En efecto, resulta clara la concepción de la actividad mental en el humano, entendida como la actividad resultante y, al mismo tiempo, responsable de la interacción de su organismo (lo biológico) con su entorno (lo social). Una interacción siempre mediada por la relación con sus semejantes (relaciones interpersonales).

Con respecto a su proceso de desarrollo es evidente el doble y simultáneo proceso de desarrollo del organismo (viviente) y su entorno que, mediante influencias recíprocas, lleva del mono superior al hombre, y de un ambiente social (Ínter individual) - natural a un medio social (interpersonal) - cultural.

Durante todo el proceso se evidencian en el individuo las mutuas interacciones entre movimiento y conciencia, y su progresiva complejización. A partir de automatismos impulsivos, pasando por la conciencia sensorial y la motricidad intencional, culmina en la conciencia simbólico representacional y en la actividad organizada en forma más o menos conciente y voluntaría.

Tales interacciones y complejizaciones se diferencian en la función afectiva resultante de la relación con sus semejantes y responsable de la satisfacción de las necesidades personales y la perpetuación de la especie. También en la función intelectual, resultante de la interacción del individuo (con sus semejantes) y las cosas, y responsable del conocimiento simbólico representacional y la transformación más o menos voluntaria de las mismas.

Finalmente, de esta interacción entre el organismo humano y las cosas, mediada por la relación con los "otros", se da la "construcción" del "sujeto" y el "objeto" de conocimiento. El conocimiento deriva de esa práctica en la interacción con los otros y con las cosas. Por lo tanto, es una construcción social, pero además, histórica, al partir del conocimiento adquirido por las generaciones anteriores.

Desde esta perspectiva la psicología-psicopatología, toma elementos de las ciencias de la naturaleza y de las ciencias humanas; no sólo para correlacionarlos sino para integrarlos en un cuerpo de conocimientos realmente transdisciplinar.

En la práctica clínica este cuerpo de conocimientos serviría como marco de referencia para definir los alcances y límites de las diferentes técnicas y procedimientos desarrollados en dicho quehacer. Eventualmente, serviría de base para el desarrollo de un trabajo verdaderamente ínterdisciplinario.

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