SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue18Problemas metodológicos de la sociolingüística histórica[ [title language=en]Methodological problems of historical sociolinguisticsRepresentation of the authors of the armed conflict in Colombian press author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Forma y Función

Print version ISSN 0120-338X

Forma funcion, Santaf, de Bogot, D.C.  no.18 Bogotá Jan./Dec. 2005

 

 

Discurso ritual

Ritual Discourse

NÉSTOR ALEJANDRO PARDO GARCÍA

Profesor Asistente, Magíster en Lingüística.
Departamento de Lingüística,
UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
napardog@unal.edu.co


El presente artículo presenta los resultados de una investigación sobre el discurso ritual, su caracterización y la forma como se da en la comunicación que establecen los seres humanos con lo sobrenatural. Se examinan las clases de rituales y se introduce el concepto de extrañamiento, como un concepto central en la definición del discurso ritual. Se presentan así mismo algunas características observadas en la relación comunicativa entre vivos y muertos que comúnmente se conoce como brujería. Finalmente, se hace una breve mención de las lápidas y los epitafios como otro elemento constitutivo en los procesos tanatosemiológicos.

Palabras clave: discurso ritual, tanatosemiología, brujería.


The author of the article presents the results of an investigation on the ritual discourse, its characterization and forms of appearance in the communication which human beings establish with the supernatural. The kinds of rites are analyzed, and the concept of bewilderment as a core concept in the definition of ritual discourse. Also, some observable characteristics in the intercourse between living and dead beings commonly known as witchery, are presented. Finally, the tombstones and epitaphs as a further element which constitutes tanatosemiological processes, are briefly mentioned.


INTRODUCCIÓN

La aproximación aquí presentada parte de los trabajos realizados en mi tesis de maestría (1997) de la Universidad de Texas, Austin, que continué con una investigación sobre los mensajes dejados en el Cementerio Central de la ciudad de Bogotá. Para la realización de esta última investigación se visitó sistemáticamente el Cementerio Central durante un año desde junio de 1998 hasta junio de 1999. Estas visitas se hacían los días martes, pues la mayoría de mensajes y objetos eran dejados allí los días lunes, día de los muertos. Aunque se visitó el cementerio en varias oportunidades, los lunes no se recogió información para no molestar a los devotos. Entre 1999 y el 2003 se hicieron varias visitas al cementerio cada semestre con diversos grupos de estudiantes, tanto de la Universidad Nacional de Colombia, como de la Pontificia Universidad Javeriana. Además de esto, muchos estudiantes realizaron pequeños ensayos de investigación en los cursos de sociolingüística, en los cuales recogieron información muy valiosa; algunos de esos trabajos son citados en el presente artículo. Debo agradecer especialmente a la profesora Paula Tuset, con quien realicé la recolección de datos durante el primer año, y quien me estimuló para que continuara la investigación que ella había planteado en un trabajo para mi clase de sociolingüística.

LO RITUAL

Hay muchas formas de aproximarse al fenómeno que llamamos ritual. El concepto mismo debe ser considerado más como una “herramienta teórica” que como un fenómeno socialmente observable (Bell, 1992). El ritual es considerado generalmente como una acción simbólica. Las acciones que se llevan a cabo en los rituales pueden ser reguladas y sancionadas por diversos condicionamientos sociales y por diversos grupos de ideas y creencias. Por consiguiente, es común que los rituales se den cada vez que haya una confrontación amenazante entre individuos, o una confrontación amenazante entre los individuos y su medio ambiente. También tienden a aparecer cuando se dan cambios sociales o personales significativos.

Hay varios tipos de rituales. Estos son practicados en diversas situaciones sociales por diferentes razones. Una revisión de estos tipos nos dará un marco de referencia fácilmente aplicable, en el cual se pueda examinar el papel del lenguaje en el ritual. Siguiendo a Grimes (1982), podemos diferenciar seis tipos de rituales: ritualización, decoro, ceremonia, liturgia, magia y celebración. La ritualización se entiende como una serie de acciones conectadas con la naturaleza biológica del agente y relacionada con el medio ambiente en el cual ese agente se encuentra. La ritualización no es específicamente humana. Toda acción realizada por un animal, sin un fin pragmático o funcional claro, puede verse como un ejemplo de ritualización. Las complejas secuencias de movimientos y acciones llevadas a cabo por algunos animales cuando se aparean, por ejemplo, pueden verse como instancias de ritualización. Las acciones en las ritualizaciones tienen bases ecológicas y biogenéticas, pero no pueden ser explicadas sólo en esos términos. La aceptación de esta clase de ritual por parte del que la realiza conllevará una sanción que habrá de ser experimentada de manera inevitable. Por ejemplo, si un animal deja de seguir los rituales para aparearse o para comer, terminaría sin progenie o muerto de inanición. Con los avances de los estudios etológicos, el ámbito de la ritualización cada vez se ve más reducido, pues cada vez se entienden mejor las motivaciones de tipo funcional que llevan a la realización de acciones que aparentemente no tienen fines pragmáticos. Por ejemplo, se creía que la danza de los pavos (y en general de muchas aves) era una instancia clara de ritualización; sin embargo, ahora se sabe que estas danzas proveen información crucial acerca de cuál es el mejor macho en términos de salud y capacidad de producir crías saludables.

El decoro es un tipo de ritual usado para regular las interacciones cara a cara. Este, como los que siguen, es un ritual exclusivamente humano. Una característica importante del decoro es que la gente que lo lleva a cabo no se da cuenta de su existencia sino en su ausencia. Todos nuestros saludos y despedidas forman parte de este grupo, así como las formas de etiqueta. El decoro incluye formas específicas de lenguaje, kinésicas y proxémicas, que dan información acerca de diversos aspectos del individuo que los realiza. La sanción por no seguir los rituales de decoro no es coercitiva, pero si una persona insiste en burlarlos, se le imputarán problemas psicológicos o de socialización.

Las ceremonias son eventos intencionales en gran escala relacionados con instituciones de poder en forma directa. Entre ellos podemos clasificar las reuniones políticas, las coronaciones, las marchas, etc. Generalmente las ceremonias tienen gente especial que son oficiantes. A menudo, estos rituales son, por ley, obligación; sin embargo, se espera que los individuos participen de manera voluntaria, como cuando las personas se levantan a cantar el himno nacional.

La magia es un ritual con un fin pragmático bien definido. Si un ritual tiene una referencia trascendente y produce resultados empíricos, es magia. Esta categoría incluye las sanaciones, las adivinaciones y las maldiciones. En la tradición cristiana algunos de los actos de magia sancionados oficialmente se llaman milagros u oraciones respondidas.

Las celebraciones ocurren cuando los actos rituales son vistos desde fuera, cuando una nueva perspectiva le permite a los participantes ver los aspectos lúdicos y dramáticos de los rituales. En las liturgias, las ceremonias o los ritos mágicos, siempre hay algo de juego que se ve oscurecido por la seriedad de la ocasión; cuando esa seriedad se rompe, empieza la celebración. Puede incluir carnavales o cumpleaños, cantos y danzas. Las celebraciones no están guiadas por consideraciones pragmáticas; son espontáneas, por lo menos en principio.

El siguiente tipo de ritual, en el análisis de Grimes, es la liturgia. Los eventos litúrgicos ocurren cuando la gente realiza acciones que son sentidas como una necesidad cósmica. Esta definición no se limita a la tradición judeo-cristiana. La liturgia apela a la conciencia espiritual de la gente. Las comunicaciones y las acciones en la liturgia son de naturaleza diferente a las que se dan comúnmente: “en la liturgia actuamos activamente para que se actúe sobre nosotros” (Grimes 1982:43). En la liturgia la gente espera la fuerza pero sin ningún fin específico, como es el caso de la magia. La fuerza que se espera viene de lo sagrado, por la ausencia de fines específicos, la liturgia tiene generalmente un carácter meditativo, es decir que las liturgias son generalmente monótonas, pero nunca aburridas, pues representan sucesos significativos y algunas veces definitorios culturalmente para los participantes. Estos eventos no son simplemente contados otra vez, suceden otra vez. Por ejemplo, en la liturgia “Jesús muere en la cruz. Buda se sienta bajo el árbol de Bo. Moisés baja de una montaña” (Grimes 1982:45). Los eventos ocurren siempre en tiempo presente, salvándolos así de convertirse en historia o en literatura. Las liturgias pueden también representar estructuras, tanto ecológicas como personales: el cambio de las estaciones, el movimiento de las estrellas, el nacimiento o la introducción en la adultez. Las acciones litúrgicas particularizan estructuras estables para relacionarlas con individuos específicos. Con un funeral, por ejemplo, la muerte se convierte en la muerte de una persona específica.

Huelga decir que los tipos presentados por Grimes están profundamente interconectados. En un solo ritual podríamos identificar fácilmente varios tipos. Estas distinciones no aparecen claramente separadas en la celebración de los rituales; son más bien unidades metodológicas. En esta investigación me centraré en los rituales litúrgicos y mágicos y en el lenguaje que se da dentro de estos, es decir, en los rituales que tienen dentro de sus componentes constitutivos algún tipo de entidad o fuerza sobrenatural. (cf: Pardo 1997)

LENGUAJE Y RITUAL

El lenguaje religioso (lenguaje ritual, desde ahora) puede ser definido como un lenguaje usado dentro del dominio de las actividades religiosas de una comunidad donde la lengua se relaciona con las variables comportamentales en tales actividades (Samarin 1976:4). Los motivos para las escogencias lingüísticas en los contextos religiosos son establecidos por el contexto mismo en el cual la lengua se ha de usar. Contexto, aquí, es usado para describir el complejo conjunto de variables que afecta tales escogencias, como el espacio y el tiempo, los participantes, el tópico y otros factores que existen cuando se habla la lengua (Duranti y Goodwin 1992).

Al estudiar el lenguaje ritual, uno de los primeros interrogantes que surgen es aquel que se refiere al lugar en donde se da dicho lenguaje. Es obvio que circunscribir el lenguaje ritual a un ámbito específico sería un error, pues como se mostrará más adelante y como el lector podrá intuir de la explicación acerca de ritual, no es fácil determinar los lugares en los cuales se dé un lenguaje ritual. No obstante es posible hacer un esquema en el cual se puede ubicar el lugar donde aparece el lenguaje ritual en las relaciones del hombre con la realidad. La siguiente figura representa al hombre enfrentado a la realidad y los posibles lugares en los cuales aparecería el lenguaje ritual.

Este esquema muestra cómo el hombre está enfrentado a una realidad que tiene un número considerable de aspectos que no puede controlar pero que le afectan directamente y que le generan angustia. (Es obvio que el hombre está dentro de la realidad. Cuando se dice que se enfrenta a ella, se realiza una disección artificial, por razones puramente metodológicas.) De hecho, la mayoría de los aspectos que son fundamentales en su vida están fuera de su control: no se puede decidir la familia en la cual se nace, su condición socioeconómica, su raza, sus creencias, etc., tampoco se puede controlar la constitución física: se es alto o bajito, grande o pequeño, etc. (Esto sigue siendo verdad para la mayoría de los seres humanos, aún ahora cuando cada vez más se promocionan técnicas, procedimientos médicos e instrumentos para cambiar nuestra apariencia, incluso a costa de nuestras propias vidas.) No se puede controlar la nacionalidad ni la constitución genética, que predispone a adquirir ciertas enfermedades, ciertos rasgos de personalidad y muchos otros aspectos que apenas estamos empezando a comprender. Pero todo esto es lo que el hombre no puede controlar de sí mismo. Ahora bien, hay muchas cosas que no puede controlar pues no dependen de él, desde la carta importante que envió y que se demora más de lo esperado, hasta los pensamientos, sentimientos, creencias y acciones de los demás. Es una experiencia común la frustración que se siente cuando alguien ve que personas poderosas toman decisiones que afectan negativamente a otras personas, desde el jefe en la oficina que despide a un buen trabajador por una causa trivial, hasta un presidente que decide, sin razones, invadir un país.

De otro lado, como ser racional, el ser humano está enfrentado a una serie de preguntas de corte existencial (v.g. ¿quién soy? ¿qué vengo a hacer al mundo? ¿cuál es el significado de la vida?, etc.) que no se pueden contestar de manera directa observando la realidad o usando los métodos comunes de inferencia; esto también genera en él altos niveles de angustia. Al verse enfrentado a una realidad que está fuera de control y con interrogantes de difícil solución, busca respuestas en un poder sobrenatural, es decir algo o alguien que esté dotado de un poder mucho más amplio que el de cualquier ser humano y que pueda afectarlo de manera directa. Generalmente, los seres sobrenaturales están representados por las almas de las personas ya fallecidas, por santos, deidades, espíritus, ángeles y otros entes que aparecen en la imaginería particular de una cultura dada (número 2). Es aquí donde nace la primera forma de lenguaje ritual, es decir, aquel usado para comunicarse con lo sobrenatural, tanto para buscar respuesta a las preguntas de difícil solución, como para lograr un control, si mínimo, del mundo. Como ejemplo de este lenguaje ritual están las oraciones, los cantos de alabanza, las invocaciones y todo discurso usado para comunicarse con almas de muertos, dioses, santos, duendes, espíritus, ángeles, médicos invisibles, demonios y otros seres sobrenaturales. En muchos casos este lenguaje está acompañado de signos pertenecientes a otros códigos que se presentan como centrales en la estructuración de los mensajes, como es el caso de la música, el uso de objetos, las danzas, determinadas series de acciones, etc. Esto quiere decir que la utilización del código verbal está enmarcada en un complejo semiótico más amplio.

En respuesta a las peticiones hechas por el hombre lo sobrenatural responde (se supone), en la mayoría de los casos, de manera performativa, es decir, los entes sobrenaturales cambian estados de cosas en la realidad que afecta a quien emprende la comunicación (o por lo menos eso es lo que cree y espera quien se comunica con los seres sobrenaturales). Más adelante veremos algunos casos específicos de estas respuestas performativas. Sin embargo, no todas las respuestas de lo sobrenatural son performativas, también hay respuestas directas verbales a las interpelaciones de los individuos. Es aquí donde entran las lenguas habladas por los entes sobrenaturales a través de médiums y las lenguas tránsicas, como la lengua del yagé, la glosolalia, etc. (número 3). Huelga decir que, en este caso, como en el anterior, la lengua viene acompañada de otros códigos semióticos con diversos niveles de complejidad. Figura 2

Esta comunicación con lo sobrenatural, más que cambiar aspectos concretos de la realidad, lo que proporciona es un marco de interpretación escatológico a la persona que inicia la comunicación. Con este marco de interpretación, la persona sentirá alivio y encontrará respuesta a muchos de sus cuestionamientos. Es decir, las personas creyentes (al igual que las que no creen) en los poderes de lo sobrenatural se siguen enfermando, sufriendo penas de amor y teniendo problemas de diversa índole; sin embargo, sienten, una vez se han comunicado con sus seres sobrenaturales, alivio al encontrar explicación acerca de los acontecimientos y cuestionamientos que se les presentan. Así pues, el marco de interpretación, indicado en la figura con una flecha seguida de un cuadro y el número (4), no hace que la gente deje de tener enfermedades, penas de amor o problemas, pero le permite vivir más tranquilamente sabiendo que, de algún modo incognoscible, todo es parte de un plan divino. De otro lado, la existencia de los seres sobrenaturales está enmarcada en campos discursivos más amplios en los cuales se dan respuesta a las preguntas existenciales; de esta manera, una persona sabrá que su dios o sus dioses le han entregado por misión ayudar al prójimo, trabajar con tesón, ser un buen cazador, etc. Todo lo anterior nos lleva a plantear que la comunicación con lo sobrenatural no es un hecho aislado, sino que hace parte de estructuras discursivas y de acción social más amplias.

Además de los lenguajes rituales aquí anotados, existe también un metalenguaje con el cual se habla del lenguaje ritual y, por extensión, de todo aquello que acompaña dicho discurso, es decir, de todos los contextos, situaciones y eventos que se producen alrededor del lenguaje ritual. Este metalenguaje se convierte en una parte muy importante del repertorio discursivo de los miembros de las comunidades que se comunican con lo sobrenatural. Aquí podemos hablar de los relatos de conversión, de las evaluaciones de los rituales, de los textos explicativos acerca de los fenómenos que se dan y de buena parte de la teología de las grandes religiones.

EL EXTRAÑAMIENTO

El lenguaje ritual debe distinguirse de alguna manera del lenguaje cotidiano pues está relacionado con lo sagrado, que constituye uno de los elementos definitorios de la mayoría de las culturas. Para este alejamiento de la lengua cotidiana propongo el nombre de extrañamiento. Así pues, el extrañamiento es la utilización de diversos recursos lingüísticos para alejar el lenguaje ritual del lenguaje cotidiano.

El extrañamiento se da en distintos grados que van desde variaciones que harían del discurso ritual un discurso levemente distinto, hasta la glosolalia, pasando por la utilización de lenguas diferentes a las habladas por la comunidad que participa en los eventos en donde se da el lenguaje ritual. Estas variaciones se dan dentro de un continuo, en donde la posición de algunas variedades en el continuo varía en diversos grados:

Ahora veamos algunos ejemplos de la forma como se estructuran las diversas variedades en el lenguaje ritual y de cómo el concepto del extrañamiento resulta crucial en su definición. Veremos casos que van desde la iglesia católica, hasta los rituales usados por los médiums cuando son poseídos por espíritus buenos. Los siguientes casos muestran la diversidad de posibilidades del lenguaje ritual y la amplísima gama de estrategias de extrañamiento usadas.

LA IGLESIA CATÓLICA EN LATINOAMÉRICA

La iglesia católica en Colombia, como en toda Latinoamérica, fue introducida por el imperio español desde los inicios de la conquista. Los sacerdotes españoles han tenido –y en algunos casos tienen aún- una influencia importante, tanto en las jerarquías de la iglesia vernácula, como entre los feligreses. Pues bien, después del Concilio Vaticano Segundo, en el cual se instó a las diversas iglesias católicas a emplear el lenguaje vernáculo de los feligreses, era regla usar en los servicios religiosos la variedad ibérica del español, aun por parte de sacerdotes de origen colombiano. Es así como se instauró el uso del vosotros con sus respectivas conjugaciones y el uso del os como pronombre de objeto indirecto, formas estas típicas del español de España e inexistentes en Colombia. Esto generó un registro marcado en las alocuciones en los rituales que no era usado en otras circunstancias. Aunque esto ha cambiado en los últimos años, todavía es común escuchar a sacerdotes colombianos usar el vosotros cuando están en el servicio religioso. Cabe anotar que la iglesia católica ha venido actualizando sus textos para adaptarlos al español americano moderno. Es así como están circulando novenas de aguinaldo con las tradicionales oraciones adaptadas a nuestra variedad; sin embargo, no son pocos los feligreses que se quejan de que estas versiones que no son “tan bonitas”, “auténticas” o “tradicionales” como las versiones antiguas.

LA EDICIÓN KING JAMES DE LA BIBLIA EN INGLÉS

En la tradición protestante inglesa se considera desde hace muchas décadas que la traducción de la Biblia conocida como King James es la ‘mejor’ versión del texto en inglés, pues, según los feligreses, tiene un estilo ‘majestuoso’. La verdad es que la traducción se hizo al inglés contemporáneo de la época y ahora es, simplemente, inglés anacrónico. Veamos un fragmento de dicha edición comparado con la versión actual:

    (1) Versión King James

    37And the two disciples heard him speak, and they followed Jesus. 38Then Jesus turned, and saw them following, and saith unto them, What seek ye? They said unto him, Rabbi, (which is to say, being interpreted, Master,) where dwellest thou? 39He saith unto them, Come and see. They came and saw where he dwelt, and abode with him that day: for it was about the tenth hour. 40One of the two which heard John speak, and followed him, was Andrew, Simon Peter’s brother. 41He first findeth his own brother Simon, and saith unto him, We have found the Messias, which is, being interpreted, the Christ. 42And he brought him to Jesus. And when Jesus beheld him, he said, Thou art Simon the son of Jona: thou shalt be called Cephas, which is by interpretation, A stone. (John 1:37-42)

    Versión Good News:

    37 The two disciples heard him say this and went with Jesus. 38Jesus turned, saw them following him, and asked, “What are you looking for?”
    They answered, “Where do you live, Rabbi?” (This word means “Teacher”.)
    39 “Come and see,” he answered. (It was then about four o’clock in the afternoon.) So they went with him and saw where he lived, and spent the rest of that day with him.
    40 One of them was Andrew, Simon Peter’s brother. 41At once he found his brother Simon and told him, “We have found the Messiah.” (This word means “Christ”.) 42Then he took Simon to Jesus.
    Jesus looked at him and said, “Your name is Simon son of John, but you will be called Cephas.” (This is the same as Peter and means “a rock”.) John 1:37-42

Como podemos observar, en la versión King James se trata simplemente de una traducción en inglés antiguo, con las conjugaciones de los verbos en pasado en /th/ y el uso de los pronombres arcaicos. Muchos pastores en el pasado, y aún algunos hoy, usan algunas formas provenientes de la traducción King James en sus alocuciones en los servicios. Tal es el caso de la diferenciación de los pronombres de segunda persona de cercanía del singular nominativo/dativo, ‘thou/thee’ y de la forma “ye” para la segunda persona singular formal, formas estas que ya no se usan en inglés moderno.

LOS HARE KRISHNA

Entre el grupo de los hare-krishna se encuentra un caso muy interesante de lenguaje ritual, que de alguna manera permea hasta el lenguaje cotidiano de los miembros de la comunidad. Este grupo hace uso de términos en sánscrito, pues sus textos provienen del sánscrito y esta lengua se considera como sagrada. Sin embargo, en Colombia prácticamente no hay nadie en el grupo con una competencia suficiente como para leer e interpretar los textos originales; este hecho, sin embargo, no es óbice para que los miembros del grupo usen de manera sistemática algunos términos, o para que resemanticen algunos otros que se usan en el lenguaje cotidiano; es así como términos como Phrabu, ‘señor’, se usan de manera cotidiana, mientras que términos como lujuria se usan para indicar el concepto de lujo, que no es usual en la utilización corriente del término. (Rodríguez, Peña y Alba, 2000)

En los casos anteriores se han detectado cambios relativamente leves en el sistema y los usuarios no son muy conscientes de que los realizan, para ellos es simplemente una forma de hablar. Sin embargo, hay otro tipo de variación en el discurso ritual, que denominaremos lengua tránsica. Una lengua tránsica es aquella variedad que se da cuando el hablante se encuentra en estado de trance. El trance genera un estado alterado de conciencia y puede ser inducido por el consumo de alucinógenos, por largos periodos de ayuno o vigilia o por el simple deseo de la persona, previo entrenamiento. Este estado es controlado por el hablante. Algunas veces, la única evidencia de que la persona se encuentra en trance es su forma de hablar, así que la variedad lingüística se convierte en característica identificadora del estado tránsico. Se tienen noticias de trances en la mayoría de los grandes sistemas religiosos del mundo. Aquí observaremos algunos casos que se dan en diferentes contextos sociales pertenecientes a diversos complejos de creencias.

EL DESCENSO DE LA VIRGEN

En algunas comunidades católicas en Bogotá se realizan rituales que tienen como objeto observar cómo la virgen María desciende a la tierra (Beltrán, Correa y Rodríguez, 2004). Se supone que la virgen da un mensaje de viva voz a los presentes. Los participantes están reunidos en un patio con un jardín. La médium empieza a ver a la virgen María cerca de una imagen de ella misma que se encuentra en el centro del patio y le dice a los que están más cercanos que se arrodillen mirando hacia la imagen. La médium hace una descripción de la virgen y le empieza a hablar:

Los datos aquí transcritos fueron tomados de Beltrán, Correa y Rodríguez (2004), con ligeras correcciones en la transcripción. En este ejemplo podemos ver cómo el extrañamiento se da a través del uso de varias claves que marcan la lengua tránsica. La primera, y muy evidente, es el ascenso en la frecuencia de la voz de la médium, que es consistente durante toda la sesión en la que habla la virgen. De otro lado, está la utilización de un español que pretende ser ibérico, por lo menos en el uso de los pronombres vosotros y os y sus correspondientes desinencias: vestís, manteneros, etc. Como en el caso de los servicios religiosos católicos en América Latina, aquí se trata de adaptar la lengua a la variedad ritual que usa el grupo de referencia, es decir el católico español. Si bien es posible presenciar uno de estos rituales e incluso grabarlos, cualquier tipo de pregunta a la virgen María sería considerada una falta de respeto inadmisible. Ahora bien, preguntar algo que cuestione la veracidad del evento sería algo cercano a lo blasfemo. Es curioso notar que ninguno de los participantes se pregunta el porqué la virgen no habla en arameo, presumiblemente su lengua nativa, o en español bogotano, si es omnisciente y quiere que le entendamos. Más adelante analizaremos con más detalle la parte en que habla en una lengua desconocida.

EL INDIO GUACAIPURU

El indio Guacaipuru es otro de los personajes del más allá que aparece en la cultura popular de Colombia y Venezuela y que baja a través de médiums. En los datos recogidos por Baquero, A, y Mera, J. (2000) podemos observar cómo, cuando entra en trance “la materia”, como se le llama al espiritista, el indio Guacaipuru hace su aparición y, para marcar su presencia, habla con un acento diferente al comúnmente usado por “la materia”:
(3)

Aquí podemos ver claramente cómo el habla de Guacaipuru ha sido extrañada a través de una sencilla regla fonológica que se cumple de manera más o menos sistemática a través de toda la entrevista, esto es:

    /r/ → /l/ en todas las posiciones
    /rr/ → /l/ en todas las posiciones

Como en los casos:

(4)
    espíritu→ espílitu
    hombre → homble
    era → ela
    reunión leunión
    materias → matelias

También podemos ver algunos otros cambios que hacen el discurso distinto, como algunas elisiones que no son sistemáticas, como cuando se elide la /r/, la /n/ o la /s/ en posición final, como en:

(5)
    manifestación → manifestació
    nosotros→ nosoto

De otro lado, podemos encontrar algunas palabras y expresiones poco comunes como:

(6)
    calísimos helmanos
    que significa queridos hermanos pero que resulta interesante pues se emplea un término ya en desuso en el español actual.

    Matelia
    que se refiere a la persona que presta su cuerpo como medio para que encarne el espíritu.

Aparte de estos rasgos, el español usado por Guacaipuru corresponde al usado por la persona que lo encarna, esto es, un español hablado por personas de clase baja y media baja, como lo indica la utilización de formas estigmatizadas, como la desinencia del verbo haber en “haigamos”, en cambio de “hayamos”, la forma comúnmente aceptada como correcta.

Se presenta también, como en algunos de los casos anteriores, formas de hablar propias del español ibérico, al parecer asociadas en la mente de los hablantes con lo ritual, por influencia de la iglesia católica:

    (7) el espilitismo es la comunicación entle nosotlos como espílitus y vosotlos como seles encalnados...

    (8) vosotlos aquí no ven cuelpos encendidos...

Sin embargo, el uso del vosotros en este caso no viene acompañado de la desinencia verbal que le corresponde sino que hace concordancia con la forma correspondiente a ustedes.

Otra aspecto bastante interesante en el discurso de Guacaipuru es que cuando es cuestionado acerca de su lengua nativa se disgusta mucho; este disgusto se entiende en tanto que los investigadores rompieron una de las normas más comunes de las interacciones en donde se dan discursos rituales: nunca cuestionar a los oficiantes, ni hacer preguntas que intenten comprobar lo que los participantes creen que está sucediendo.(9)

Como se puede observar Guacaipuru no va condescender a hacer comprobaciones solamente para complacer a los investigadores. Como dato interesante podemos marcar cómo Guacaipuru menciona su lengua latina como una de las pruebas que podría dar, pero que no da, otra vez, enmarcado en la tradición católica.

EL ÁRABE CLÁSICO Y EL HEBREO CLÁSICO

Casi al otro lado del espectro se encuentran las comunidades judías y musulmanas, que en sus servicios religiosos hacen uso de lenguas distintas a las lenguas de la sociedad en donde se dan dichos rituales, tal es el caso del hebreo y el árabe clásicos respectivamente. Sin embargo, los miembros de estas comunidades deben tener, idealmente, un conocimiento aceptable de estas lenguas, pues es su deber aprenderlas. Aunque en la práctica el conocimiento del hebreo y el árabe por parte de los feligreses varía considerablemente, se puede decir que sí se hablan en estos contextos y, además, hacen parte de la formación básica de los jóvenes pertenecientes a estas religiones. Lo anterior no es óbice para que se puedan encontrar individuos participantes en los ritos que no tienen conocimiento alguno de las lenguas rituales, pero que no por eso se sienten menos participantes.

LA GLOSOLALIA

Uno de los casos más llamativos de las lenguas rituales es el de la llamada glosolalia. La glosolalia es una pseudo lengua que es usada por diversas comunidades y que representaría lo que dicen los espíritus. El caso más popular de glosolalia es el de los grupos cristianos fundamentalistas protestantes y el caso de los cristianos católicos carismáticos, que plantean la existencia de una “lengua divina” que está enmarcada dentro de una serie de dones que Dios le da a aquellos buenos cristianos que se reúnen en su nombre. Uno de estos dones es el “don de lenguas”. La persona que lo posee entra en trance y habla en la lengua de los espíritus. Generalmente, estas alocuciones son una serie de sonidos incoherentes que, tras un análisis lingüístico sencillo de su estructura, resultan no ser lenguas sino más bien series de sonidos yuxtapuestos no pertenecientes a sistema lingüístico alguno. Pero, si bien no son lenguas, estas pseudo lenguas tienen una función social muy importante dentro del grupo, pues “comprueban” los principios rectores de la feligresía. Esta comprobación se da a través de otra persona que tiene el “don de la interpretación” y que “traduce” lo que está “diciendo” el espíritu, que resulta ser un discurso en perfecta armonía con los principios ideológicos del grupo. La glosolalia no se da sola, sino que se presenta como una parte de un evento ritual más grande. Prácticamente todas las instancias de glosolalia son diferentes y a pesar de que algunas veces se le ha pedido a los que las hablan especificar su significado parte por parte, el resultado es siempre negativo. Veamos nuevamente el ejemplo de la virgen María cuando habla a través de la médium:

    (10) dishmísh maiáshuimishkabah máishnish énuh náishnish habahai mishmishtushtishhaishhabahai ashtia jish mish corazones,

Claramente, esta alocución no está hecha en arameo, como se esperaría, o en griego clásico o latín. Es simplemente una yuxtaposición de sílabas que tienen un sonido “extraño” para los hablantes del español, en tanto que tienen una estructura distinta, es decir, hay muchas que terminan en “sh”, de 27 sílabas, 15 tienen esta terminación. Se entiende que el significado de esta alocución es parecido a lo que la virgen expresa usualmente, es decir que nos amemos los unos a los otros, que vayamos a la eucaristía, que nos confesemos, etc.

En el caso del indio Guacaipuru, los investigadores le pidieron al espíritu que les hablara en su lengua y les diera una traducción. El espíritu percibió, adecuadamente, que esto equivalía a someterse a un examen o comprobación empírica, por lo que se molestó bastante. Veamos lo que dice:

    (11) kachanama tikinikinaka puedes ir en compañía de santa tlinidad y ojalá os vaya bien que santa tinida te acompañe...

Esta locución viene acompañada de una explicación que usa un argumento bastante simple: si no se conoce la lengua, no es posible saber si en realidad se está hablando dicha lengua:

    (12) si yo te hablara a ti en japonés y tu no supieras japonés y si tu no supielas
    japonés pues de plonto dirías eso no es japonés ¿o no?
    [1’03’’]
    si yo te dijera por ejemplo en este momento tukimoli mati mati moti (palmada) y te dijera, bueno, eso quiele decil que ojalá que le vaya bien, muchas felicidades, que ojalá vuelvas a esta casa, es mi palabla contla la tuya.

Además, como podemos observar, la estructura silábica del discurso de Guacaipuru es muy simple, menos extraña que la de la virgen María, pues tienen una estructura consonante-vocal:

Todos los sonidos emitidos son parte del inventario del español, cosa bastante notable si pensamos que ni siquiera lenguas cercanamente relacionadas genéticamente, como el portugués y el español o el italiano y el español, tienen una estructura fónica parecida. Ahora bien, sería muy raro que los espíritus hablaran con acento extranjero su propia lengua, cuando hablan con acento el español.

Tenemos también el caso de una congregación de cristianos católicos carismáticos en Bogotá que, dentro de su repertorio discursivo, tienen el habla en lenguas:

    (13) sapará pisa pira sirirín sirirín
    sapa rrirrilín sapará
    sapirrirrilan sar parrilan, bendito seas.

Esta locución se da mientras un sacerdote habla y un grupo de feligreses repiten extasiados algunas partes de lo que dice el sacerdote o la persona que tiene el don de lenguas. Como en el caso anterior, se puede observar que la estructura silábica y los sonidos son los mismos que en el español.

Si bien no se ha comprobado que ninguna de estas pseudo lenguas sea una lengua real, su significado social es muy importante para el grupo en el cual se da. Los participantes en estos rituales creen firmemente que estas son lenguas divinas, entregadas por el espíritu santo u algún otro ser sobrenatural. Los mensajes que transmiten son los pilares ideológicos del grupo y no tienen discusión.

LA COMUNICACIÓN CON LOS MUERTOS

Dentro del esquema expuesto al inicio del artículo, podemos ver que en los discursos rituales en los que se hacen peticiones a lo sobrenatural, los participantes esperan una respuesta, sea esta de tipo verbal o performativo. Aquí entraremos a describir de manera más clara la forma como muchas personas buscan este tipo de respuestas. Las técnicas aquí descritas se conocen como brujería, y aunque este es un término peyorativo, a pesar de las nuevas valoraciones realizadas a sistemas de conocimiento alternativo realizadas ya desde la década de los sesenta, lo seguiremos usando para no introducir neologismos o perífrasis poco claras. En el caso específico que nos ocupa, veremos cómo los practicantes o devotos se comunican con las almas de las personas fallecidas para pedirles sus favores. Este es un proceso que tiene unos pasos definibles, veámoslos a través del siguiente gráfico:

La brujería puede ser mala o buena, entendiendo como buena aquella que, si bien pide por la intervención de lo sobrenatural en la realidad, no pretende destruir o causar algún tipo de perjuicio a otras personas. En esta categoría estarían las peticiones que se hacen para mejorar las condiciones propias o de seres queridos, sin detrimento de terceros. La mala sería aquella que pretende lograr desventuras, enfermedades, muerte, dolor o sufrimiento a terceros, y recibir, en muchos casos, beneficios con ello. En primer lugar, se tiene una petición, algo que queremos que cambie en la realidad. Acto seguido el devoto consultará a un experto, a menos que crea tener los conocimientos suficientes para realizar los procedimientos por cuenta propia. El experto, brujo, médico tradicional, médium, etc., le da instrucciones al devoto que debe seguir de manera precisa. Las instrucciones varían en nivel de complejidad, desde unas cuantas oraciones dichas en el cementerio, hasta complejos rituales verbales acompañados de la elaboración y manipulación de objetos, algunas veces de difícil consecución. Veamos dos ejemplos, uno de brujería mala Figura 4 y otro de brujería buena1 Figura 5

En este ejemplo podemos ver cómo la devota pide que las almas separen a una persona de la persona con quien está viviendo y los hagan pelear todo el tiempo, para que esta persona regrese arrepentida. Este es un claro caso de brujería mala, pues implica el sufrimiento de terceros en beneficio de quien pide la intervención de lo sobrenatural.

Aquí la persona simplemente está pidiendo a las almas que le consigan un compañero estable que la quiera, ganarse loterías y un trabajo estable; aunque pide bastante, la devota no quiere perjudicar a nadie, solo conseguir lo que percibe que le está haciendo falta.

Es aquí donde aparece una transacción “comercial” entre las personas vivas y las almas de los muertos. Toda la transacción está basada en la creencia de que en el momento de morir las almas de los muertos se dirigen a otra realidad que se divide en tres: infierno, purgatorio y paraíso. Los que están en el infierno están ya condenados, así que no es mucho lo que pueden hacer y no tienen mucha motivación para hacerlo en su condición de condenados. Tampoco ayudan mucho los que están en el paraíso, pues son muy buenos y ya están salvos. Aquellos que habiendo cometido pecados mueren arrepentidos, se irían al purgatorio, en donde se convierten en almas en pena; como es obvio, el purgatorio es el más concurrido de los sitios del más allá, en tanto que los santos no abundan y se cree y espera que, instantes antes de la muerte, aún los criminales más crueles y cínicos se arrepientan, con lo que llegarían al purgatorio.

Como se puede comprobar fácilmente, toda la cosmogonía aquí planteada tiene sus orígenes en la tradición cristiana católica, aunque con algunas modificaciones. Es también evidente que las discusiones teológicas acerca de la naturaleza del infierno y del cielo que se han dado en el seno de la iglesia católica no aparecen en ningún momento en esta escatología.

Las almas que llegan al purgatorio necesitan salir de allí, ascender, y para eso cuentan con las oraciones de los vivos, es decir con las oraciones de sus deudos, que van a llegar a oídos divinos y que les permitirán avanzar hacia la divinidad, hacia el paraíso. Aquí se hace incontestable el símil con la visión de Dante en La divina comedia, sin los detalles, obviamente. En este punto, la tradición popular se aleja profundamente de la tradición oficial pues, para el imaginario colectivo, las almas que están en el purgatorio están tan desesperadas por salir de allí que hacen lo que sea, literalmente, por ascender, y, según este mismo sistema, los administradores del purgatorio no revisan los motivos por los cuales se les está rezando a las almas, sino solo la cantidad de oraciones que se obtienen. Así pues, por contradictorio que parezca, se les reza a las almas del purgatorio para que martiricen, separen, susciten odio, enfermen , etc., y se les paga con novenas, misas y oraciones. En el imaginario colectivo esto no supone contradicción alguna, pues se realiza con muchísima frecuencia.

Siguiendo estas ideas, los lugares ideales para realizar estas transacciones son las tumbas que se encuentran abandonadas o poco cuidadas, como las de los NN que mueren de manera violenta y no pueden ser enterrados en fosa común. Estas tumbas poco visitadas son profanadas para introducir en su interior las peticiones, tal como lo podemos ver en la siguiente fotografía, que fue tomada en la antigua galería de los NN en el Cementerio Central en Bogotá: algunas tumbas en esta galería, como la que se muestra aquí, sí están identificadas, esto se debe a que la familia de la persona fallecida no logró conseguir el dinero para alquilar el nicho en el cementerio y tuvo que dejar que los restos fueran depositados junto a los cadáveres no identificados: Figura 6

Como se puede observar, en la parte inferior derecha se profanó la tumba para introducir las peticiones, junto con otros objetos que, como veremos, ayudarían a conseguir lo que se busca.

Analicemos ahora qué estrategias se usan en este tipo de brujería. Para que las almas alcancen a las personas que están siendo objeto de brujería necesitan algún tipo de contacto o identificación. Esta identificación se puede dar con el nombre de la persona o por medio de dos técnicas y sus ramificaciones. La primera es por extensión, en la cual se usan partes del cuerpo de la persona que se quiere afectar, por ejemplo pelo o uñas. También se pueden usar fluidos corporales como orina, heces, fluidos nasales, etc. Son usadas también prendas de vestir, generalmente ropa interior usada, pues se cree que, si aún no se han lavado, las prendas tienen la energía de la persona; además, estas prendas entran en contacto con los órganos sexuales de las personas y, en la mayoría de los casos, las peticiones tienen que ver con relaciones afectivas y sexuales que se quieren detener o propiciar. La segunda se da por imagen. Aquí son comunes las fotografías y los muñecos que se usan como representaciones de los sujetos afectados. Estas imágenes son “trabajadas”, es decir, son sometidas a ciertos procedimientos para lograr los efectos deseados. Lo más común es atravesar alfileres tanto a las fotografías como a los muñecos. Todo lo anterior está acompañado de mensajes verbales escritos y orales, además de otras acciones. Veamos un ejemplo: en una tumba se encontró un muñeco de cera con alfileres y pequeñas puntillas clavadas especialmente en el pecho y, en la cabeza, estaba cubierto con unos pantaloncillos que su vez estaban escritos; este paquete estaba atado con una cinta roja:

En la prenda interior se puede leer un mensaje en el cual se le piden a las benditas almas que “amarren” a esta persona a su hogar. Las frases se repiten tres veces. Lo mismo sucede con la cinta con que está hecho el “amarre”. Unas cuantas semanas después, en el mismo nicho donde estaba el primer paquete, se encontró otro que contenía un pañuelo usado y una bolsa con fotografías. Figura 7

En la primera podemos ver al hombre a quien va dirigida la brujería. La fotografía se encontró con dos alfileres clavados en cruz en su cabeza. Las otras dos fotografías son de la amante del hombre y de su hija. En este caso las fotografías tienen escritos los nombres y apellidos completos al anverso con la oración “aléjese de él” escrita tres veces: Figura 8

Obviamente, la intención, como en la mayoría de los casos, es retener a la persona amada o hacerla que regrese; también en la mayoría de los casos, la brujería va dirigida de una mujer hacia un hombre. En este caso particular la intención es claramente destruir y someter la voluntad del objeto de la brujería, esto se puede constatar con la carta que se encontró con las fotografías: Figura 9

El contenido es claro, se repite constantemente “aléjese de X”; además, se pide explícitamente que se destruyan las relaciones familiares y que se genere odio, incluso con los amigos. Aquí podemos ver cómo los procedimientos usados en este tipo de brujería son complejos y pueden durar varios meses. Figura 10

Los imperativos abundan en los mensajes verbales que acompañan las imágenes. Se trata de conseguir los resultados esperados, sin importar quienes tienen que sufrir en el proceso. Como se puede observar, los mensajes verbales resultan de gran importancia en la realización de la brujería. La palabra le da el poder a la persona de afectar a los otros, los deseos de causar mal o de recibir beneficios deben ser verbalizados para que se den; la palabra, así, deviene mágica, sin ella, no se podrían realizar los conjuros, encantos y peticiones. Una frase repetida varias veces tiene el poder de convertir el enunciado en realidad; por lo menos eso es lo que espera quien realiza la brujería. También son usadas partes de los difuntos mismos, al parecer para incrementar la efectividad de los resultados. Se usan todo tipo de huesos, algunos cuidadosamente empacados, “amarrados”, para asegurar que el alma correspondiente realice lo que se le pide. En las siguientes imágenes podemos ver cómo se “amarran” algunos huesos con el fin de conseguir lo que se persigue:

Como la historia aquí presentada son muchas las que se tejen en el ámbito de la brujería: un sistema complejo con especialistas que trabajan para conseguir el favor de los seres sobrenaturales que invocan. No se trata de supersticiones, sino de sistemas de conocimiento e interpretación de la realidad que funcionan como lo hacen otros sistemas sancionados por la sociedad, como las grandes religiones con sus procedimientos de oraciones, peticiones, oraciones contestadas y milagros. Figura 11

LÁPIDAS Y EPITAFIOS

Además de lo expuesto anteriormente, se puede hablar de la comunicación con los muertos desde otros ángulos. Por ejemplo, habría que considerar las lápidas como textos en los que se conjugan un sinnúmero de códigos y en los que existe una intencionalidad de comunicación con dos tipos de receptores, uno, con el que mira y lee la lápida, y otro con la persona fallecida cuyos restos descansan allí. Esto produce un esquema distinto al esquema de la comunicación cotidiana entre vivos.

Aquí encontramos dos modificaciones importantes en los procesos de comunicación con un oyente. El primero es que la persona a quien va dirigido el mensaje no puede responder (por lo menos no de la manera como una persona viva respondería). De otro lado, el mensaje es dejado en un sitio público, en el cual es evidente que será visto y leído por un sinnúmero de personas. Si bien la lápida sirve como identificación del sitio de la tumba, también personaliza el lugar, ya no es una tumba más, es la tumba de mi amada madre, hija, esposa, etc. Es una persona particular, especial, la que yace allí. Es esta personalización la que lleva a la gente a expresar a través de diversos mecanismos sus sentimientos con respecto al difunto. Aquí se mezclan varios sistemas semióticos: está por un lado el lenguaje verbal, que identifica y da claridad al mensaje; se encuentra también la disposición y el diseño de la lápida, con los elementos estructurales que tiene, por ejemplo el tipo de letra, si lleva relieve o no, si muestra o no fotografías de la persona; el material o materiales de lo que está hecha, los colores usados; los objetos dejados allí, etc. Figura 12

Los epitafios, y esto se aplica para los cementerios tradicionales y no para los parques-cementerios, son de dos clases. El primero y más común es el epitafio prefabricado que ofrece quien hace la lápida. Hay un repertorio de mensajes que los dolientes escogen de acuerdo a su relación con el difunto; los hay para madres, abuelas, hijos, esposos, hermanos, etc. El otro epitafio es más interesante y es el que compone el doliente y que escribe o manda escribir en la lápida. Allí generalmente se expresa la esperanza en una vida feliz en el más allá, la permanencia en el recuerdo de la persona muerta y la seguridad de encontrarse con ella o él en el futuro.

Con las lápidas, los epitafios y, en general, los monumentos funerarios se pueden estudiar muchas características de la sociedad. Los cementerios recogen buena parte de nuestra historia social y política, y, además, reflejan la historia arquitectónica y estética de nuestras ciudades. (Cf. Calvo Isaza, 1998)

La personalización de los sitios donde yacen los restos de las personas se da principalmente en las ciudades pequeñas y en los pueblos en nuestro país, y se opone a los principios de despersonalización de los llamados parques-cementerios de las grandes ciudades. Estos cementerios modernos niegan de manera sistemática toda posibilidad de expresión personal en el diseño de las lápidas o en la decoración de las mismas. Esta despersonalización de los muertos y de la muerte en general es parte de una tendencia general en la cual la muerte se niega, se esconde, se medicaliza, se saca de lo cotidiano, convirtiéndose en un evento social incómodo en donde mostrar emociones fuertes o expresiones de duelo ruidosas es de “mal gusto”. Podemos ver esto en el hecho de que ya no se permite que los deudos velen a sus muertos en sus casas; hay que ir a una sala de velación en donde la presencia de más muertos en ambientes ajenos contribuye al sentimiento de lo extraño. Tampoco se permite que los enfermos mueran rodeados de sus seres queridos, sintiendo el amor de sus familiares y amigos; a cambio de esto se prefiere hospitalizar al enfermo aun en casos en que se sabe que no se logra nada con ello, muchas veces, en aras de una asepsia mal entendida. Todos estos comportamientos frente a la muerte producen dolientes que no elaboran un duelo adecuado, que no saben enfrentar el hecho irrebatible y cotidiano de la muerte, y en últimas, son causa de un deterioro de la salud mental de la población (Cf. Mejía, O, 2000; Aries, P, 1977).

CONCLUSIONES

El ámbito de lo ritual litúrgico es muy amplio y abarca diversas expresiones verbales que están profundamente interrelacionadas con otros sistemas semióticos. Sin embargo, podemos identificar algunas características de este lenguaje haciendo uso del concepto de extrañamiento. La evidencia nos muestra cómo en todos los casos estudiados se marca el uso de una variedad de lengua diferente de la usada en ambientes no rituales.

De otro lado, nos podemos dar cuenta de que el complejo sistema de creencias y acciones que llamamos brujería no es un sistema desordenado de supersticiones sino que constituye una cosmogonía que posee una lógica interna y personas especialistas que ayudan a los creyentes a comunicarse con seres sobre naturales que, se asume, pueden influir en la realidad de las personas que lo solicitan. Si bien la mayoría de los casos encontrados se relacionaban con historias de amor y, sobre todo, desamor, los creyentes acceden no solamente a una lista de procedimientos, sino a toda una estructura de pensamiento metafísico que les permite enfrentarse con la realidad de manera más activa, para adquirir aquello que perciben como necesario: amor, riquezas, salud, etc. La palabra resulta un elemento crucial sin el cual los creyentes no podrían alterar la realidad. Podemos afirmar, entonces, que la palabra se convierte en fuente de poder. Esta palabra-poder es la que va a llegar al más allá, es la que permite comunicarse con lo sobrenatural y es la que hace que las peticiones se cumplan. La palabra estructura, da sentido y proporciona fuerza a las peticiones. Aquí podemos ver claramente como la palabra crea realidades que son compartidas socialmente.

Se necesitan estudios sociolingüísticos y semióticos particulares que nos ayuden a comprender el papel del lenguaje en estos rituales de manera más precisa. La aproximación realizada aquí no es más que un inicio del análisis del lenguaje ritual. Muchas son las instancias en las cuales se utiliza el lenguaje como fuente generadora de acontecimientos percibidos como reales, allí se hace necesaria la presencia de investigadores que analicen qué sucede en estos casos y cuál es el papel del lenguaje en estos acontecimientos.


Comentarios

1. Las fotografías presentadas fueron modificadas para guardar la identidad de los sujetos; del mismo modo, los nombres que aparecen en las cartas y lápidas fueron borrados o distorsionados.


REFERENCIAS

AMORTH, G. (1998). Habla un exorcista. Barcelona: Editorial Planeta.        [ Links ]

ARIÈS, P. (1977). El hombre ante la muerte. Madrid: Taurus.        [ Links ]

BAQUERO, A, y MERA, J. (2000). Análisis del discurso ritual en el curanderismo. Trabajo final de la materia de sociolingüística. Universidad Nacional de Colombia.         [ Links ]

BELL, C. (1992). Ritual theory, ritual practice. New York, NY: Oxford University Press.        [ Links ]

BELTRÁN, CORREA Y RODRÍGUEZ, L. (2004). “Aproximación sociolingüística al habla de la virgen María en Bogotá”. En prensa.        [ Links ]

CALVO ISAZA, O. (1998). El Cementerio Central. Santafé de Bogotá, D. C: Tercer Mundo Editores. Observatorio de cultura urbana.        [ Links ]

CASTRO CAYCEDO, G. (1994) La bruja. Coca, política y demonio. Santafé de Bogotá, D. C: Editorial Planeta.        [ Links ]

CETINA, E. (1998). El rastro del diablo. Santafé de Bogotá, D.C: Editorial Planeta.        [ Links ]

DE ZUBIRÍA, R. (1996). Muerte y psicoanálisis. Santafé de Bogotá D. C: Editorial Grijalbo.        [ Links ]

DURANTI, A & GOODWIN, C. (1994). Rethinking context. Cambridge: Cambridge University Press.        [ Links ]

FERRO MEDINA, G. (1997). Religión y etnicidad en América Latina. Tomos I, II y III. Santafé de Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología.         [ Links ]

FRAZER, J G. (1890). La rama dorada. México: Fondo de cultura económica.        [ Links ]

FREEDBERG, D. (1986). El poder de las imágenes. Madrid: Editorial Cátedra.        [ Links ]

GRIMES, R. L. (1982). Beginnings in ritual studies. Washington D. C: University Press of America.        [ Links ]

MALINOWSKI, B. (1982). Magia, ciencia y religión. Barcelona: Editorial Ariel S. A.        [ Links ]

MEJÍA, O. (2000). La muerte y sus símbolos. Muerte, tecnocracia y posmodernidad. Medellín: Editorial Universidad de Antioquia.        [ Links ]

MICHELET, J. (1862). La bruja. Un estudio de las supersticiones en la edad media. Barcelona: Editorial Akal.        [ Links ]

PARDO, N. (1997). Participation in the ritual discourse used in five different services of the Catholic Church. Tesis de Maestría. The University of Texas at Austin.        [ Links ]

PINZON, C. (1992). Las mujeres lechuza: historia, cuerpo y brujería en Boyacá. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.        [ Links ]

————— (1988). Violencia y brujería en Bogotá, en Boletín cultural y bibliográfico. Banco de la República, Bogotá.        [ Links ]

RODRÍGUEZ, D, PEÑA, M, y ALBA, R. (2000). El discurso ritual en la comunidad Hare-Krishna. Trabajo final de la materia de sociolingüística. Universidad Nacional de Colombia.        [ Links ]

SAMARIN, W (1972). “The language of religion”. En Language in religious practice. Rowley, MA: Newbury House Publishers.         [ Links ]

SEIGNOLLE, C. (1990). Los evangelios del diablo. Barcelona: Editorial Crítica.        [ Links ]

SOTO, M. L. (1991). Brujería popular en Bogotá. Tesis de Grado. Universidad de los Andes.        [ Links ]

THOMAS, L-V. (1975). Antropología de la muerte. México: Fondo de cultura económica.        [ Links ]

VILLA, E. (1993). Muerte, cultos y cementerios. Santafé de Bogotá: Editorial Disloque.        [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License