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Signo y Pensamiento

Print version ISSN 0120-4823

Signo pensam. vol.30 no.59 Bogotá Jul./Dec. 2011

 

Prólogo

Algunas repercusiones de la sociedad de la información en la gestación de nuevas profesiones informativas

JOSÉ LÓPEZ YEPES *

* José López Yepes. Español. Licenciado en Filosofía y Letras (sección de Filología Románica) de la Universidad Complutense de Madrid. Doctor en Filosofía y Letras (sección de Filología Románica). Actualmente, se desempeña como catedrático de Documentación, de la Universidad Complutense de Madrid. Además, es el vicedecano de Títulos Propios y Nuevas enseñanzas. Correo electrónico: yepes@ccinf.ucm.es.


Introducción

Nos parece harto relevante, y no menos ambicioso, el panorama temático o la aproximación a evidentes problemas científicos que pretende llevar a cabo este presente número de la prestigiosa revista Signo y Pensamiento en tres vertientes disciplinares: la comunicación, la información/documentación y el aprendizaje de las lenguas, trinomio de evidentes interrelaciones que justifica la existencia de una facultad dedicada a los tres saberes.

Podríamos decir que la comunicación abarca todos los procesos de índole informativa, que la información/documentación se centra en las tareas de recuperación de mensajes informativos previamente emitidos para su transformación en fuentes de información, y que el lenguaje, en sus más diversas formas y tipología, nutre de savia a los códigos que permiten la lectura de los mensajes.

Sin perjuicio de confesar que el esquema antedicho requiere múltiples matizaciones y concreciones, se destaca la presencia de ese fenómeno, permanentemente inserto en nuestro pensamiento y en nuestros labios, como es la sociedad de la información. Fenómeno y corriente de pensamiento originado por las llamadas nuevas tecnologías, que influyen en lo cotidiano, en lo académico y en lo profesional, y que conlleva para las personas y las sociedades: a. una inmensa capacidad de producir mensajes; b. una inmensa capacidad de recibirlos; c. unas nuevas características de los mensajes de Internet ancladas en la utopía y en la ucronía, esto es, capaces de aparecer como nubes más allá del espacio y del tiempo; d. una inmensa dificultad para discernir la calidad de los mensajes frente a la frenética cantidad de estos.

Corolario de las notas que definen la sociedad de la información, el mundo de la economía (como anunciaban los convocantes de este número de la revista), de la sociología, de la ciencia y de la vida en general, se basa y evoluciona sobre tres aspectos, hoy día, imprescindibles en su desarrollo: la capacidad de generar conocimiento; la formación de los profesionales y sus posibles nuevas funciones, y la transferencia de los nuevos conocimientos a los sectores productivos y empresariales. Estos aspectos son, pues, los que de alguna manera se comprenden en la conocida trilogía investigación + desarrollo + innovación, esto es, creación de nuevo conocimiento, desarrollo y aplicación de este a las instituciones y empresas que contribuyen a mejorar el cuerpo social. En las líneas que siguen procede reflexionar sobre algunos de los aspectos que constituyen la sustancia de la revista que el lector tiene en sus manos, como son el papel de la investigación, la naturaleza de las disciplinas comunicativas, los nuevos horizontes formativos y los nuevos perfiles del profesional de la información y documentación.

La investigación

Como es sabido, la investigación es una actividad latente siempre en nuestra vida personal y profesional. En lo personal, debido al papel innato que los seres humanos desempeñan como buscadores de conocimiento.

Los conocimientos fundamentales derivan del asombro suscitado en él/hombre/por la contemplación de la creación: el ser humano se sorprende al descubrirse inmerso en el mundo en relación con sus semejantes con los cuales comparte el destino. De aquí arranca el camino que lo llevará al descubrimiento de horizontes de conocimientos siempre nuevos. Sin el asombro el hombre caería en la repetitividad y, poco a poco, sería incapaz de vivir una existencia verdaderamente personal. (Juan Pablo II, 1998)

En lo profesional, porque muchos de nosotros trabajamos en esa fábrica de ideas y de personas que llamamos universidad; fábrica que pretende resolver los problemas de todas las ramas del saber y cuyas soluciones se comunican mediante la enseñanza. Digamos de modo firme: se enseña mejor donde se investiga. Y ambas vías, investigación y docencia, se conjugan como medio idóneo para la formación permanente en el oficio del pensamiento, formación que debe alcanzar tanto a docentes como a discentes a lo largo del ejercicio de la vocación universitaria.

Las ciencias de la comunicación y los oficios del comunicador

No es tarea fácil, como señala Pedro Gilberto Gomes, S. J., dilucidar y configurar el objeto y la metodología de la ciencia de la comunicación. Se trata de un problema ciertamente candente, y, como en el caso de la ciencia de la información, motivado por el permanente cambio social y la revolución de las nuevas tecnologías. La comunicación se erige, pues, como ciencia social aplicada.

A la luz de lo antedicho, no debe extrañarnos que el tradicional oficio de comunicador (periodista, informador audiovisual, publicista, etc.) venga contemplando una serie de transformaciones y de nuevas configuraciones. A juicio de Bauman, son tres los ámbitos en los que se mecen tales transformaciones: las propias competencias del comunicador, los espacios organizacionales (empresas informativas) y los movimientos políticos, sociales, culturales, etc. Todos ellos están dando lugar a nuevos oficios conformes con los cambios tecnológicos, con la transformación y renovación de los géneros informativos, y con el lugar estratégico que la comunicación ocupa en los nuevos modelos de sociedad.

En suma, se trata de sustituir la tradicional figura del comunicador, intermediario entre la fuente de información y el receptor, por el comunicador-mediador, de mayor responsabilidad y de aportador de nuevo conocimiento al receptor. De modo más pormenorizado, Ibarra se refiere a la figura del comunicador estratégico, que incluye la comunicación de crisis, la comunicación del cambio social y la comunicación de la ciencia. Esta última proyección, centrada en el tradicionalmente llamado periodismo científico, también ha experimentado convulsiones debido a la abundancia de mensajes en la red (Goede).

Una nueva vía para la formación de nuevos profesionales

Desde los presupuestos de Internet, la formación de los profesionales ya no contempla a los maestros como transmisores de meros conocimientos, sino como guías de aprendizaje en la obtención de las nuevas competencias, que distingan a los comunicadores, a los documentalistas y a los profesionales de las lenguas. Esto comporta, como se ha indicado, que los auténticos universitarios egresen del alma máter con criterios ahormados y educados en el oficio del pensamiento, esto es, capaces de pensar por sí mismos, de distinguir la verdad del error, de ser capaces de obtener nuevos conocimientos, por la vía de la investigación, y de tomar decisiones acertadas en su vida personal y profesional. Pero, además, Internet no solo facilita información y conocimiento, susceptible, eso sí, de ser depurado en cada momento, sino que, mediante el recurso de los campus virtuales, permite dotar a la enseñanza de nuevas herramientas de comunicación docente/discente.

El resultado de la formación del comunicador debe ser, a nuestro entender, un profesional, intelectual y estudioso capaz de ir más allá de la actualidad, del presente que pasa a velocidad vertiginosa; que la importancia de la noticia no dependa del tiempo que se concede a su transmisión. Por el contrario, debe dar sentido al contexto histórico y retrospectivo, y ser capaz de convertir la información de lo que pasa en información de lo que queda, e, incluso, de anticipar la repercusión futura de la noticia, con ayuda de la documentación. En suma, un nuevo profesional, como más arriba se ha esbozado, protagonista de su conversión desde comunicador-intermediario como mero transmisor de noticias, en comunicador-mediador.

La ciencia de la documentación / información

Como disciplina comunicativa que es la documentación/ciencia de la información, todo lo que se predica de la comunicación se puede predicar de aquella. En los últimos tiempos, hemos tenido ocasión de presentar una especie de teoría comunicativa de la información/documentación que confluye con otras corrientes de la comunicación en un denominador común: información, la palabra mágica. ¿Término polisémico ? Las ciencias de la información, tal como se las denomina todavía mayoritariamente en España -frente a la alternativa de ciencias de la comunicación- tienen como objeto de estudio una naturaleza -la información- de contornos harto ambiguos, de universal consideración y, en consecuencia, de dificultosa definición.

¿Qué es la información? La información -como indica su etimología- es la acción de dar forma a algo. Por extensión, podemos afirmar que cuando informamos estamos dando forma a un mensaje de un modo determinado el cual transmitimos por un determinado medio. Aquí surge el binomio modo/medio de información de tanta trascendencia, lo que permite considerar la información como un modo de adecuación de un mensaje transmisible a través de un medio de difusión individual o colectiva (mass communication).

Por lo que respecta a ese otro concepto de tanto calado, la comunicación, tal y como indica su etimología, se produce cuando sujeto emisor y sujeto receptor en el proceso informativo participan del mismo mensaje, es decir, este se hace común a ambos, y así se establece la comunicación. Finalmente, a partir de los mensajes que remedian una necesidad de información en el usuario, este va construyendo nuevo conocimiento. De entrada, ya podemos proponer que en el origen y conjunción de los tres conceptos, información, comunicación y conocimiento, se encuentran las disciplinas comunicativas. Desde esta perspectiva, venimos defendiendo hace años la utilidad de aproximarnos a la naturaleza de la información/ documentación desde los propósitos y metodología de las ciencias de la comunicación, o, de otro modo, la consideración de la información/documentación como ciencia comunicativa del documento, como ciencia social, informativo-comunicativa, que tiene como objeto de estudio un proceso informativo que genera información documental. Dicho proceso consiste en la retención, recuperación y transformación de mensajes producidos en procesos informativos anteriores y cuyos mensajes se comunican transformados como fuentes de información, para obtener nuevo conocimiento o para la acertada toma de decisiones.

Las competencias informacionales en la educación superior

Sin embargo, en la sociedad actual -sociedad de los media o sociedad de la información- todos nos sentimos afectados por los incesantes flujos de información que circulan en nuestro entorno, de tal suerte que afectan a unos de los grandes problemas, como es el resultante de los cambios en el mundo del trabajo. En efecto, como han demostrado Gualteros y otros, el problema se debate sobre la trilogía competencias, educación y empleabilidad, así como las relaciones entre la universidad como centro de formación, y la sociedad.

Pues bien, los comunicadores y expertos, en general, como también los documentalistas, tienen la oportunidad de actuar a favor de la modulación de la información masiva y otorgar a los jóvenes el rol de constructores de contenidos, a partir de la gestión personalizada de su aprendizaje en la gestión de la información, ya que, aunque nativos digitales, por lo general ello no garantiza su capacidad para distinguir la calidad de los contenidos, la selección de los mejores mensajes y, en suma, la adecuada utilización de las herramientas que hoy ofrece internet.

El enfoque comunicativo en la enseñanza de las lenguas

Desde hace algunos años, la enseñanza de las lenguas y una de sus actividades derivadas -la traducción e interpretación- ha experimentado y sigue experimentando modificaciones de carácter didáctico, como resultado de las dificultades inherentes al ejercicio de este tipo de enseñanza. Las clases normativas y el aprendizaje de la gramática en cada caso parece que son sustituidas en cierta medida por un nuevo enfoque. "El nuevo docente motiva la reflexión para el logro del desarrollo lingüístico acorde con sus necesidades comunicativas" (Cuba Luján). Se propende, pues, a la intercomunicación entre los alumnos y con el docente, mediante la exposición y aprendizaje de situaciones y ejemplos concretos, en los que la función del lenguaje debe ejercitarse al mostrar los errores y los aciertos.

En todo caso, los recursos informativos que hoy presta la tecnología de la información y su correlato -los recursos de Internet- sirven de base de experimentación al ofrecer diversas manifestaciones del lenguaje provisto en la web, y en el consiguiente intercambio de opiniones manifestado en las redes sociales, así como en el ejercicio docente prestado por las herramientas propias del campus virtual.

Por lo demás, también la documentación/ ciencia de la información ejerce un papel coadyuvante en el aprendizaje de las lenguas como herramienta en la búsqueda de fuentes y, sobre todo, en la práctica de actividades de interpretación y traducción. La disciplina a la que aludo forma parte de los planes de estudio en la carrera de traducción e interpretación en algunos países como España, lo que facilita a los alumnos una serie de competencias que Dora Sales (2006) ha sintetizado, principalmente, en las siguientes: científica, para el conocimiento profundo de la materia por interpretar o traducir; tecnológica, para el uso adecuado de las herramientas de tal carácter, y comunicativa, con el fin de facilitar la transmisión de la información de modo eficaz.

Final

Al término de este texto se abre ante nosotros una verdadera aventura intelectual, porque, efectivamente, vivimos en el ámbito de disciplinas discutidas y discutibles, lo cual provoca, indirectamente, una motivación más para su estudio e investigación. En efecto, los procesos informativos o comunicativos forman parte, o mejor, constituyen la sustancia de la sociedad actual, sociedad que se contempla por medio de los flujos permanentes e incesantes de la información. A partir de esta aseveración, las ciencias comunicativas y sus metodologías inundan la ciencia en general y el cotidiano vivir. Nuestra misión será, probablemente, diseñar un marco en el que podamos establecer los objetivos del comunicador y su impacto en otros procesos comunicativos derivados, como los representados en la actividad de la ciencia de la información y en la enseñanza de las lenguas.


Referencias

Juan Pablo II (1998, 14 de septiembre), Carta encíclica "Fides et Ratio" sobre las relaciones entre fe y razón [en línea], disponible en http://www.inters.org/tanzella-nitti/pdf/6.Enciclica.pdf, recuperado: 2 de septiembre de 2011.        [ Links ]

Sales, D. (2006), Documentación aplicada a la traducción: presente y futuro de una disciplina, Gijón, Trea.        [ Links ]

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