SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue39Considerations to the General coments N° 1 of the Committee on Migrant WorkerseThe Legal and Historical Panorama of Culpa in Contrahendo at Contractual Negotiations.: An Approach from European and Latin American Law author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Revista de Derecho

Print version ISSN 0121-8697

Rev. Derecho  no.39 Barranquilla Jan./July 2013

 

Motivaciones de los jóvenes uninorteños para
participar en elecciones locales y regionales en 2011

Motivations of young uninorteños to participate in local elections and regional in 2011

Diana Rico Revelo*
Universidad del Norte (Colombia)

* Psicóloga, magíster en Educación y Desarrollo Humano, magíster en Procesos Políticos Contemporáneos y doctora en Psicología Social.

Fecha de recepción: 13 de diciembre de 2011
Fecha de aceptación: 26 de junio de 2012


Resumen

Este estudio describe algunas motivaciones vinculadas a la intención de voto de 262 estudiantes de la Universidad del Norte (Barranquilla, Colombia) en las elecciones para la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico en 2011.

Se utilizó una metodología descriptiva con un instrumento mixto aplicado una semana previa a las elecciones. Las dimensiones analizadas fueron: interés en la política, socialización política primaria, confianza en el partido y en el candidato, ideología y beneficio individual.

Los resultados reflejan que los jóvenes encuestados asisten a las urnas motivados por actitudes propias de ciudadanos democráticos; dado que sobresalen los valores democráticos, el interés en la política y las expectativas depositadas en el candidato. Estos hallazgos permiten sugerir líneas de estudio diferentes a las que tradicionalmente se han postulado sobre el papel de los jóvenes en la política.

Palabras clave: Participación política, cultura política, actitudes políticas, socialización política.


Abstract

This study describes some motivations linked to 262 students vote intention from The North University (Barranquilla, Colombia) in the elections for Barranquilla's Mayoralty and the Government of the Atlantic on 2011. A descriptive methodology was used with a mixed applied instrument a week before the elections. The analyzed dimensions were: politics interest, political primary socialization, confidence about the party and the candidate, political ideology and individual benefit.

The results reflect that the interviewed voted motivated by own attitudes of democratic citizens; democratic values, politics interest and the expectations deposited in the candidate. These findings allow to suggest complementary lines of study to which traditionally they have developed about the young persons roll in politics.

Keywords: Political participation, political culture, political attitudes, political socialization.


INTRODUCCIÓN

La participación política de la ciudadanía es un elemento transversal e indispensable en las democracias contemporáneas. Además de fomentar un papel activo de las personas en su rol ciudadano, otorga legitimidad a los diferentes procesos políticos y es un mecanismo para que las autoridades e instituciones sientan más responsabilidad en sus funciones.

La conceptualización sobre participación política es muy amplia y tiene diferentes formas e intensidades. Sin reducir sus alcances, este comportamiento político se ejerce en el marco de procedimientos que permiten a las personas incidir en la elección de líderes y en sus decisiones, así como expresar su respaldo o inconformidad con autoridades e instituciones.

Aunque existen diversos modos de participar en la política, la asistencia a las urnas ha sido la forma más convencional y, por ende, la más estudiada. Actualmente existe una gama amplia de estudios en el tema en diferentes latitudes, con mayor afluencia en regiones donde la democracia se ha instaurado tempranamente en comparación con América Latina.

Los estudios sobre participación política se inscriben en la categoría de cultura política, dado que los factores explicativos asociados emergen de la forma como las personas asimilan, incorporan y asumen las reglas de juego de un régimen determinado desde su sentido común cotidiano.

Asimismo, para analizar la participación política es preciso contextualizar los resultados en la historia sociopolítica de la región. Por lo tanto, desde una perspectiva comparada, si bien pueden mencionarse tendencias generales en el tema, resulta fundamental el registro de factores asociados al contexto y a la cultura política de cada país.

CORPUS TEÓRICO Y CONTEXTUAL Cultura política

La cultura política está compuesta por dimensiones subjetivas y colectivas hacia objetos políticos de un sistema determinado. Se configura en la interacción entre lo institucional y lo cotidiano; por lo cual sus bases pueden derivar de procesos institucionales, como el patriotismo constitucional alemán (Velasco, 2002), y/o de procesos sociales que irrumpen en la arena pública, como ocurrió en Colombia con la creación de los cabildos indígenas.

Almond y Verba (1965) diferencian tres tipos de cultura política según las orientaciones que tienen los integrantes de una nación hacia los objetos políticos: el tipo parroquial, que sería cuando hay ausencia de actitudes; el tipo súbdito, que está caracterizado por la ausencia de vinculación en el sistema político por parte de los ciudadanos, pese a que están informados al respecto; y el tipo participativo, que alude al conocimiento y participación de los ciudadanos en los procesos políticos.

En la consolidación de democracias relativamente recientes, la evidencia empírica refiere tipos mixtos que son estudiados en el marco de la cultura cívica; entendida como la vinculación de los ciudadanos en las diferentes partes que componen el cosmos de la dinámica pública, ya sea apoyando el gobierno o manifestando su inconformidad mediante los mecanismos de participación y las encuestas de opinión (Almond,1999).

Torcal (1995) llama la atención sobre la importancia de reconocer el contexto y la historia de cada país, teniendo en cuenta que los pioneros en cultura cívica postularon un modelo a partir del sistema inglés y el estadounidense.

Han sido varios los cuestionamientos y aportes a la discusión en el tema. A partir de los años noventa, en el periodo del posmaterialismo en sociedades consideradas avanzadas, se observa la emergencia de nuevos valores como producto de las condiciones de bienestar, que favorecen la participación en procesos democráticos (Inglehart, 1992).

En este sentido, las encuestas de opinión pública se convierten en un instrumento de libertad de expresión de los ciudadanos en la fase posmaterialista, que además permiten identificar orientaciones hacia la política. Desde una perspectiva sistémica, se elaboran indicadores para analizar la opinión de los ciudadanos tanto en la estructura e instituciones de un régimen (inputs) como en sus procesos y resultados (outputs).

El análisis de las diferentes dimensiones subjetivas y colectivas de una cultura política permite identificar un patrón de opiniones, actitudes y valores con respecto a un sistema político (Almond & Powel, 1975, p. 50). Las dimensiones subjetivas están relacionadas con las elaboraciones individuales sobre la política en el sistema al que pertenecen; en este plano se circunscriben las actitudes. Las dimensiones colectivas, por su parte, se gestan mediante procesos de socialización política primaria -la familia- y secundaria -la escuela, los medios de comunicación y las instituciones-.

Eficacia política subjetiva. Posee un contenido evaluativo además del Cognitivo. Su análisis se centra en la percepción individual sobre las propias capacidades para comprender la política y tener alguna injerencia en dicho ámbito mediante la participación política. Asimismo, se distingue entre eficacia interna y eficacia externa: la primera se refiere a las ideas sobre la incidencia personal en la política y la segunda se centra en la recepción de demandas personales por parte de las autoridades e instituciones (Caminal, M. (2008).

Socialización política. Los procesos de socialización están implícitos en la interacción social, que en términos generales suele estar guiada por las diferentes instituciones que cumplen la función de regular el comportamiento de las personas en concordancia con lo establecido.

Son dos los procesos que soportan la socialización: transmisión y adquisición. La primera emerge de las instituciones que fomentan sentidos colectivos acordes con una visión del mundo de la vida; mientras que la segunda tiene su nicho en las elaboraciones que realizan las personas a partir de sus vivencias y expectativas.

La socialización es política cuando incide en la formación de actitudes hacia los diferentes objetos políticos de un sistema determinado y cuando desarrolla estrategias para consolidar tales actitudes o modificarlas, si es el caso.

Los agentes que por excelencia lideran los procesos de socialización política son la familia, la escuela y los medios de comunicación. El primero suele tener mayor protagonismo en las edades tempranas donde se forma la personalidad de los individuos, de ahí que la familia sea la institución líder en los procesos de socialización política primaria; mientras que los otros dos agentes suelen tener mayor injerencia en la juventud y la edad adulta, etapas en que las personas interactúan con más instituciones además de la familia.

Actitudes

Las actitudes poseen componentes emotivos, cognitivos y evaluativos que permiten la significación de objetos políticos, por lo cual predisponen al comportamiento político.

Aunque las actitudes son perdurables en el tiempo, pueden ser modificadas a mediano y largo plazo. Asimismo, poseen disímiles orientaciones ante cada componente del sistema: la estructura, la ubicación de las personas en la política, los actores institucionalizados y los resultados.

Las actitudes orientadas a la estructura profundizan en el tipo de régimen y en la comunidad política, explorando los niveles de apoyo y legitimidad. En este sentido, se espera que las orientaciones positivas favorezcan la solidaridad y la cooperación para contribuir a la sostenibilidad del sistema.

Las actitudes que indagan el propio papel en la política resultan pertinentes en sistemas democráticos porque otorgan un papel activo a sus ciudadanos. Los indicadores más estudiados en esta categoría son el interés en la política y la eficacia política subjetiva.

Las actitudes hacia los actores institucionalizados miden la preferencia individual a participar vinculada con los sentimientos de competencia personal y los propósitos anhelados. En este bloque sobresalen dimensiones que reflejan subculturas políticas.

Las actitudes orientadas a los resultados de la política dan cuenta del apoyo a las autoridades, que puede ser específico o difuso; el primero es más inconstante "según sea el grado de acuerdo con cada una de sus asociaciones, tanto en la decisión como en la realización material y en la imagen o estilo de presentación a la opinión pública" (Magre & Martínez, 2008, p. 306); mientras que el segundo posee una lealtad más permanente en el tiempo. Los indicadores asociados al apoyo a las autoridades son la legitimidad y la confianza en las autoridades.

En aras de agrupar las actitudes políticas según su énfasis cognitivo, afectivo o evaluativo, Anduiza y Bosch (2007) diferencian entre tres tipos de actitudes: implicación personal en la política, satisfacción y politización, que pueden estar orientados indistintamente a la estructura, al régimen, a las instituciones, a los líderes y los resultados políticos.

Implicación personal en la política

Las actitudes que dan cuenta de la implicación personal en la política poseen un énfasis cognitivo, ya que denotan el interés de los ciudadanos tanto en la política en general como en asuntos concretos.

Estas actitudes también son analizadas como orientaciones relativas al propio interés en la política, que pueden tener diferentes niveles de implicación personal en las diversas instancias de un sistema político democrático. En este orden de ideas, se formulan indicadores sobre el interés político subjetivo, la eficacia política subjetiva y la movilización cognitiva.

Diana Rico Revelo

Interés en la política. Indaga si las personas habitualmente se informan en asuntos políticos en general, si realizan análisis informados de los mismos o si consideran que su implicación personal en la política es importante. Explorar la implicación personal en asuntos políticos requiere "el conocimiento de los hechos políticos y de la clase política (incluida la valoración subjetiva), o el seguimiento de los procesos políticos a través de determinados medios de comunicación" (Del Castillo & Crespo, 1997, p. 67).

Su revisión también implica indagar los niveles de motivación que poseen los sujetos para informarse sobre la política, "las personas que manifiestan interés por la política suelen estar mejor informadas y tienen mayores motivaciones para superar los costes de votar" (Anduiza & Bosch, 2007, p. 127).

En otro sentido, la reflexión de ciudadanos ilustrados sobre la política, los partidos políticos y el candidato podría propiciar desencanto, desinterés y apatía hacia vías de participación institucionales (Magre & Martínez, 2008).

Eficacia política subjetiva. Posee un contenido evaluativo además del cognitivo. Su análisis se centra en la percepción individual sobre las propias capacidades para comprender la política y tener alguna injerencia en dicho ámbito mediante la participación política. Asimismo, se distingue entre eficacia interna y eficacia externa: la primera se refiere a las ideas sobre la incidencia personal en la política y la segunda se centra en la recepción de demandas personales por parte de las autoridades e instituciones.

Teniendo en cuenta que este indicador se estudia en el plano de la percepción, suele ser explorado a partir de las creencias que tienen los individuos sobre su incidencia en la política. Dado que "capta la creencia del individuo de tener a su disposición medios para influir en la política y de que su intervención tiene importancia" (Magre & Martínez, 2008, p. 301).

Satisfacción

Las actitudes que hacen parte de este grupo poseen un énfasis evaluativo, puesto que denotan la satisfacción o el descontento de las personas en relación con la gestión de las instituciones y las autoridades políticas. Entre los indicadores más estudiados al respecto sobresalen la confianza y el apoyo al régimen, a las instituciones y a los líderes.

La evidencia empírica ha demostrado que dichos indicadores no se manifiestan de forma similar ante un mismo contexto. En las democracias occidentales se observa una tendencia constante en los ciudadanos de apoyo a la democracia como mejor forma de gobierno, pero suele ser menor en cuanto a los efectos que las personas experimentan en su cotidianidad (Easton, 1975).

Asimismo, el apoyo a los líderes tiene un carácter más transitorio que el apoyo a los partidos políticos, puesto que los segundos están vinculados a la estructura del sistema, mientras que los segundos son fluctuantes. De ahí que las relaciones de apoyo de los ciudadanos a los líderes suele ser difícil e inestable.

En este orden de ideas, es posible que se registren asociaciones entre eficacia política y confianza en torno al apoyo a las autoridades. Su "naturaleza e intensidad dependerán de una serie de factores o condicionantes que cobrarán mayor o menor importancia en función de los contextos" (Edurne, 2004).

Confianza política. Hace referencia a la disposición personal como un componente presente en la estructura cognitiva, que predispone a la aceptación o al rechazo de determinada información, en la medida en que sea compatible con el sistema personal de creencias. Por lo tanto, la confianza no es resultado de una experiencia concreta sino un producto relativamente estable de procesos de socialización.

Los indicadores vinculados a la confianza son estudiados en el marco de actitudes orientadas a los resultados de procesos políticos, de ahí que los indicadores que suelen estudiarse son confianza en las autoridades y en el gobierno.

La confianza es un componente fundamental en el desarrollo de las democracias modernas y su análisis adquiere diferentes connotaciones según los objetos políticos con respecto a los cuales se pretenda relacionar; dado que su presencia en cada uno es necesaria para la estabilidad de un sistema democrático.

En la literatura revisada se observa que la desconfianza en líderes políticos afecta menos la estabilidad democrática que la desconfianza en regímenes e instituciones. Habida cuenta que los líderes pueden cambiar en las elecciones siguientes y, por ende, su permanencia en el sistema es transitoria.

De igual forma, es fundamental distinguir el análisis de la confianza política en América Latina y en países europeos, porque en cada caso se adhieren los hábitos contextuales de la práctica política y la historia de construcción de las democracias.

Teniendo en cuenta que la confianza política es entendida como la utilidad esperada de la actuación satisfactoria de instituciones y autoridades, se distingue entre confianza implícita y confianza explícita. La primera se manifiesta al recurrir de forma rutinaria a personas e instituciones, mientras que la segunda está relacionada con la toma de decisiones de riesgo en instituciones o líderes (Luhmann, 1988).

En este orden de ideas, la confianza es la percepción que tienen los individuos sobre la captación de sus intereses. También posee un componente evaluativo, a partir del cual las personas consideran el desempeño correcto de las autoridades a quienes les ha sido delegado el poder.

Para Fukuyama (1998), la confianza "es la expectativa que surge en una comunidad con un comportamiento ordenado, honrado y de cooperación, basándose en normas compartidas por todos los miembros de la integran" (p. 43). Esta apreciación involucra un cierto lazo de cercanía con los representantes e instituciones, en la medida en que estos brinden tranquilidad a la vida cotidiana.

Esta variable está ligada a la disposición a aceptar determinados objetos, sujetos o ideas, según la simpatía que exista entre estos y el sistema personal de creencias (Gil, Boeis, Finegan & McNally, 2005), por lo que no es producto de una experiencia concreta sino de procesos de socialización (Valenzuela & Cousiño, 2000).

El análisis de la confianza política es muy delicado, dado que no siempre los indicadores de satisfacción están directamente relacionados con el apoyo; de hecho, puede ocurrir que la insatisfacción incida en la abstención (Anduiza & Bosch, 2007).

Politización

Las actitudes que hacen parte de este grupo poseen un énfasis más afectivo, con indicadores cuya intensidad varía según factores coyunturales, contextuales e históricos.

Las actitudes que denotan sentimientos están vinculadas a los inputs de un sistema político, dado que se activan los anhelos depositados. Por lo tanto, se activan sentimientos hacia las instituciones, analizados a partir de la ideología política, la identificación partidista, la dimensión izquierda-derecha, la nacionalista y la dimensión materialismo/ posmaterialismo, entre otros posibles indicadores.

Autoubicación ideológica. Es entendida como una predisposición afectiva del votante a identificarse con determinada tendencia ideológica. Su dimensión afectiva está relacionada con la teoría sobre la consistencia cognitiva, que otorga el peso de las percepciones a las predisposiciones ideológicas propias del elector. Para Medina (2003), la autoubicación ideológica es "un conjunto de lazos psicológico-afectivos, pero que se establecen con una serie de etiquetas ideológicas con un fuerte contenido simbólico, o con el grupo que las comparte, en lugar de con un partido" (p.17).

El modelo ideológico de izquierda y derecha es entendido como un valor político según los medios y los fines; los fines están vinculados a los valores: mientras la izquierda anhela la igualdad social, la derecha busca mantener el statu quo (Bobbio, 1995); y en cuanto a los medios, la izquierda propone más implicación del Estado en la economía y en la sociedad (Anduiza & Bosch, 2004, p. 203), a diferencia de la derecha, que se inclina en sentido opuesto.

Esta perspectiva requiere una coherencia ideológica de los partidos políticos y un nivel de información mínimo de los ciudadanos. Aunque actualmente se observa, en términos generales, en todas las latitudes una desideologización de los partidos que puede alterar el análisis de la autoubicación ideológica desde este modelo de izquierda-derecha.

Identificación partidista. En cuanto a la identificación partidista, se postula

la presencia de una orientación afectiva del ciudadano hacia un partido determinado que no refleja necesariamente ni afiliación formal (no hay por qué ser miembro de un partido para identificarse o simpatizar con él), ni voto permanente hacia ese partido (se puede, en un determinado contexto, votar por un partido distinto a aquel con el que habitualmen-te nos identificamos) (Anduiza & Bosch, 2007, p. 49).

Este indicador ha sido considerado como un una actitud preponderante para analizar la decisión de asistir a las urnas. Dado que está estrechamente ligado a la simpatía que tienen los ciudadanos con un partido político específico, en este sentido se describen dos tipos de medida que son complementarias: la dirección y la intensidad.

Beneficio individual. Distanciándose de explicaciones de tipo emocional o ideológico, el modelo de elección racional propone que las personas asisten a las urnas con un interés de beneficio personal. Por lo tanto, se le considera un elector racional que decide votar después de calcular que los costos de dicha acción son menores que los benéficos que puede obtener.

La tendencia a maximizar la utilidad proviene de la aplicación de nociones economicistas a incentivos y cálculos individuales para predecir decisiones sobre la participación política. Su punto de partida es el principio de minimización de costos, a partir del cual los individuos tienden a elegir la opción que maximice la utilidad esperada (Olson, 1965).

Esta explicación se desarrolla en torno a los dilemas que enfrentan los individuos en sistemas competitivos, en los que el bien común no es la prioridad porque la gente participa con fines individuales. Si los individuos advierten que pueden disfrutar del logro sin su esfuerzo, es posible que no participen. Este planteamiento esboza los free-riders, es decir, aquellos que "habrán disfrutado de un viaje gratis aprovechando la ola y el impulso de la participación política de otros actores" (Pasquino, 1998, p. 191).

Variables sociodemográficas

Las variables sociodemográficas en torno a la participación electoral han sido analizadas desde los estudios clásicos, siendo las más estudiadas el género, el nivel educativo, la edad y el estrato socioeconómico.

Género. Esta variable ha sido frecuente en los estudios de participación política, ligada tanto al contexto sociopolítico como al referente cultural. Los estudios tradicionales indican que los hombres tienden a participar más en ámbitos públicos (Verba, Nie & Kim, 1978), sin embargo, este planteamiento debe analizarse teniendo en cuenta, entre otros factores, que históricamente la acción de las mujeres en la arena política ha sido tardía en relación con los hombres.

De hecho, el nivel de implicación de la mujer en la arena política ha ido en aumento como efecto de la primera y segunda ola feminista, que favorecieron el acceso de las mujeres al trabajo y a la educación. En este sentido, Ferrer, Medina y Torcal (2006) afirman que la incidencia del género en la participación debe estar relacionada con el nivel de ingresos y la educación.

Nivel educativo. Habida cuenta que el comportamiento político está orientado por la información previa que se tenga de los temas a respaldar o contradecir, el nivel de estudios suele ser muy estudiado en la participación política. En este sentido, "la educación ha de despertar en el individuo una serie de inquietudes y preocupaciones por el mundo social y político en el que se hayan insertos" (Sabucedo, 1988, p.175), así como ofrecer herramientas precisas para asimilar y procesar la información.

Edad. La mayoría de estudios coinciden en que el nivel de participación es menor entre los jóvenes, ya que los procesos de socialización política secundaria ofrecen recursos que fomentan la participación y generan hábitos en torno a la política.

La edad suele emplearse como una variable de control que tiende a oscilar en función del tipo de asociación y del contexto. "Con frecuencia, se trata de una relación curvilineal, de manera que las personas de mediana edad muestran niveles más elevados de participación, y son los más jóvenes o los más ancianos quienes menos participan" (Morales, Mota & Pérez-Nievas, 2006, p. 161).

Esta variable suele intervenir en la participación vinculada a otras variables, ya que "al menos hasta un cierto umbral, incrementa la intensidad de la integración y los contactos sociales y, por lo tanto, la posibilidad de estar expuestos a estímulos políticos" (Anduiza & Bosch, 2007, p. 123).

Estrato socioeconómico. El estrato generalmente aparece asociado al nivel de ingresos, la integración social y el nivel de residencia. En Colombia además se incluye número de personas que habitan en el domicilio, número de miembros que devengan salario y condiciones específicas sobre instalaciones de la vivienda.

En estudios sobre participación en organizaciones sociales, Pasquino y otros (1998) exponen que cuando hay una expectativa de mejorar condiciones en desventaja propia de una estratificación menor, es posible que aumente la participación de personas pertenecientes a un estrato socioeconómico bajo. En este orden de ideas, el estrato estaría vinculado a otras categorías, como la consciencia de clase y la percepción de eficacia.

Por otra parte, en un estudio realizado por Anduiza y Bosch (2007) en España y Europa occidental se postula una relación entre posición social y voto, y se enfatiza que las personas de clases socioeconómicas diferentes no suelen votar por los mismos partidos. Sin embargo, el voto de clase no es automático en todos los casos, es decir que no está directamente relacionado con la clase social.

MÉTODO

Se realizó un estudio descriptivo mediante la aplicación de un instrumento mixto compuesto por dieciocho preguntas tipo encuesta, una pregunta abierta propia de una entrevista semiestructurada y cuatro preguntas sobre datos sociodemográficos.

Instrumento de medida

P1. ¿Cuál es la probabilidad que vaya a votar en las próximas elecciones del 30 de octubre?

P18. En política, las personas suelen ubicarse dentro de las ideas de izquierda o de derecha.

Si 1 fuera Izquierda y 10 Derecha, en qué tendencia se identificaría usted:

En caso que estuviese decidido(a) a votar y las elecciones fueran hoy,¿qué motivos tendría para hacerlo?

Información sociodemográfica

Ver Tabla 2

Participantes. Estudiantes de la Universidad del Norte con edades entre 18 y 24 años (n = 262).

Procedimiento. Una vez adaptado el instrumento a partir de escalas del Latinobarómetro y el Eurobarómeto, se realizó una prueba piloto con un pequeño grupo de estudiantes para analizar sus inconsistencias en relación con el objeto de estudio. Seguidamente, de forma aleatoria, se solicitó la participación voluntaria de estudiantes ubicados en diferentes espacios de las instalaciones de la Universidad del Norte en diferentes momentos de las jornadas estudiantiles.

Posteriormente se realizó el análisis de los datos en dos fases: una cuantitativa y otra cualitativa. En la primera se utilizó el paquete estadístico SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) versión 15.0. para analizar los datos mediante tres pruebas estadísticas: a. estadísticos descriptivos (media y frecuencias), b. correlaciones y c. comparación de medias con un Anova de tres muestras. En la fase cualitativa se analizó el contenido de las respuestas describiendo tendencias arrojadas y creando categorías según los referentes teóricos y contextuales.

RESULTADOS

Resultados cuantitativos

El 45 % afirmó que estaba totalmente seguro de ir a votar, el 28,7 % estaba indeciso y el 26,4 % manifestó que estaba totalmente seguro de no votar.

Medias (edad y género) y frecuencias de variables sociodemográficas:

• La media de los estudiantes encuestados oscila entre 19 y 20 años.

• En cuanto al estrato socioeconómico, la media puntúa entre alto y muy alto.

• El 68,7 % de los encuestados es de Barranquilla, mientras que el 31,3 % proviene de otras ciudades.

Medias y frecuencias de las actitudes políticas:

• Más del 60 % manifestó interés en la política en general, en asuntos políticos locales, en la experiencia y la propuesta del candidato y la confianza que este le genere.

• El 71,4 % afirmó que su voto tiene importancia en las elecciones.

• Los indicadores relacionados con la socialización política primaria oscilan en torno al 30 %.

• La media de los encuestados presentó una autoidentificación ideológica de centro, ligeramente orientada al centro-derecha.

Ver Tabla 3

Observaciones generales

• Los indicadores que puntuaron una correlación alta con la intención de voto están vinculados al interés en la política en general y a la eficacia política interna.

• El interés en la política en general correlacionó alto con los indicadores sobre confianza, conocimiento de las propuestas del candidato y la identificación partidista.

• La intención de voto no correlacionó con los indicadores ligados al beneficio individual que podría propiciar el voto, a la socialización política primaria, ni la ideología.

Ver Tabla 5

Ver Tabla 5 segunda parte

Análisis diferencial entre variables independientes en función de la intención de voto

Observaciones generales

• Existen diferencias significativas entre los grupos en los indicadores relacionados con el interés en la política en general, el candidato y la identificación partidista.

• También se resalta que en general las medias de quienes están seguros de votar son levemente más altas que las correspondientes a los indecisos y a los que aseguraron que no participarían en las elecciones.

Por otra parte, los resultados de la prueba T3 de Dunnett permiten observar entre qué grupos existen diferencias significativas, como se muestra en la siguiente tabla.

Ver Tabla 6 parte 2

Ver Tabla 6 parte 3

Ver Tabla 6 parte 4

Ver Tabla 6 parte 5

Ver Tabla 6 parte 6

Ver Tabla 6 parte 7

Observaciones generales

• El grupo de quienes estaban totalmente seguros de votar puntuó diferencias significativas con el grupo que afirmó que estaba totalmente seguro de no votar, en la implicación personal en la política, la ideología, la identificación partidista, la propuesta del partido y del candidato, la confianza en el candidato y la edad.

• El grupo que estaba indeciso de votar puntuó diferencias significativas con el grupo que afirmó que estaba totalmente seguro de no votar, en la eficacia política interna, la propuesta del partido y el candidato preferido por la familia.

• No hubo diferencias significativas entre el grupo de indecisos y el que estaba totalmente seguro de votar.

Resultados cualitativos

La información cualitativa recolectada fue únicamente con los encues-tados que afirmaron que estaban seguros de participar en las elecciones del 30 de octubre de 2011.

Momento descriptivo. Tendencias encontradas en las frases escritas por las personas que contestaron a la pregunta En caso que estuviese decidido(a) a votar y las elecciones fueran hoy, ¿qué motivos tendría para hacerlo?

Momento analítico. Las tendencias identificadas permitieron destacar como motivos vinculados a la participación: el apoyo a valores democráticos, la eficacia política externa, la legitimidad y confianza en las autoridades, y en menor grado se observó una leve incidencia de la socialización política primaria.

DISCUSIÓN

Implicación personal en la política

Es de especial interés observar que el tipo mixto de cultura política registrado en los resultados refleja una tendencia mayoritariamente participativa en proporción con las tendencias de subdito y parroquial. Esta afirmación no solo se soporta en las frecuencias arrojadas en la intención de voto del total de la muestra, sino en los altos porcentajes de los indicadores sobre implicación personal en la política, que resultaron ser considerablemente elevados.

Del mismo modo, la intención de voto obtuvo las correlaciones significativas más altas con los indicadores sobre el interés general en la política, la información de asuntos políticos locales y regionales, el interés en elecciones locales y regionales y la eficacia política interna. Siendo los dos últimos superiores a los dos primeros, lo cual denota un fenómeno que ha sido generalizado en diferentes estudios: que las personas presentan más interés en asuntos políticos específicos que en temas generales.

Dicho aspecto mencionado anteriormente también se respalda en los resultados de las comparaciones múltiples, dado que los cuatro indicadores sobre implicación personal en la política fueron significativos en la comparación entre el grupo que tenía intención de voto y el que no; sin embargo, la comparación entre el grupo que tenía intención de voto y el indeciso resultó significativa precisamente en el interés en elecciones locales y regionales y en la eficacia política interna.

Apoyo difuso al candidato

En cuanto a la evaluación instrumental que los encuestados realizaron de los partidos y los candidatos, se resalta que el porcentaje de confianza hacia el candidato es considerablemente superior al porcentaje de la confianza hacia el partido político en el total de la muestra; asimismo, el primero correlacionó más alto que el segundo con la intención de voto.

Teniendo en cuenta que la confianza se gesta en las expectativas que las personas depositan en las instituciones y autoridades sobre los anhelos que sus demandas sean acogidas y gestionadas correctamente, se entiende que sea más alta la confianza depositada en los candidatos que aún no han sido elegidos, ya que no hay lugar a cuestionamientos sobre su gestión.

En efecto, la medición de la confianza en el candidato se realizó en un momento que las expectativas sobre su desempeño son altas, de ahí que resultara ser un factor explicativo de las motivaciones de los encuestados para votar. En este orden de ideas, se entiende que en la comparación de medias entre grupos la confianza en el candidato resultara significativa, a diferencia de la confianza en el partido; y que la comparación entre el grupo que estaba totalmente seguro de no votar con el que estaba totalmente seguro fuese significativa en relación con la confianza en el candidato.

Varios autores coinciden en proponer vínculos entre la implicación personal en la política y la confianza en las autoridades. En este sentido, se entiende la significativa correlación entre la confianza en el candidato con el interés por su propuesta sobre asuntos locales y regionales.

Por otra parte, el apoyo difuso a los líderes también se visibiliza en las expectativas puestas en el candidato, en su propuesta de campaña y en la confianza depositada. Tal como se describe en la tercera tendencia arrojada en el contenido de las frases escritas por los encuestados que afirmaron estar totalmente seguros de ir a votar.

En concordancia con los planteamientos teóricos, la confianza en el candidato es una actitud que suele variar debido al carácter transitorio de los líderes y no afecta el apoyo al régimen, como sí puede ocurrir con la desconfianza en las instituciones. En este orden de ideas, resulta necesario resaltar que la ausencia de comparaciones significativas entre los grupos en relación con la confianza en los partidos es un reflejo de la crisis de representatividad que hoy día se presenta en América Latina y en el mundo en general. Sin embargo, no por ello debe pasarse por alto la necesidad de emprender medidas para recobrar la confianza en los partidos políticos.

Socialización política primaria

Llamó la atención que los ítems que medían la incidencia del núcleo familiar en la participación electoral obtuvieron porcentajes un poco menor que la tercera parte de la población total encuestada. Es decir que sin ser totalmente ajenos al papel que los estudiantes asumen en la política, los procesos de socialización política desarrollados en el ámbito familiar no son determinantes en la decisión de votar y por quién votar.

El planteamiento anterior se encuentra soportado tanto en los datos cualitativos como los cuantitativos. En los primeros se observa que ninguno de los tres ítems asociados a la socialización política primaria correlacionaron con la intención de voto; tampoco arrojaron comparaciones significativas entre los tres grupos. Únicamente el candidato preferido por la familia fue significativo entre quienes estaban indecisos de votar y aquellos totalmente seguros de no votar, pero no fue significativo con el grupo que afirmó que estaba totalmente seguro de participar en las elecciones.

CONCLUSIONES

Los datos cualitativos son coherentes con los cuantitativos. La evidencia empírica permite inferir que la mayoría de los estudiantes encuestados se perciben a sí mismos como actores políticos con capacidad de incidir en el ámbito público. En efecto, la mayoría de la muestra presentó ciertas actitudes asociadas al perfil de ciudadano activo propio de un régimen democrático, tales como la implicación personal en la política, la confianza en el candidato y el interés por el desarrollo regional y local.

Los resultados permiten destacar tres aspectos que difieren de estudios tradicionales en el tema. El primero es la considerable intención de voto en una muestra de jóvenes, con lo cual la tesis de que las personas en la edad adulta presentan más interés en el voto que la juventud requiere revisión tanto en el departamento del Atlántico con estudiantes de la Universidad del Norte como de otras universidades.

El segundo dato relevante es la poca incidencia de los indicadores sobre socialización política primaria, lo cual refleja, de este modo, que los estudiantes encuestados presentan una tendencia mayoritaria a realizar sus propias elaboraciones sobre el mundo de la política a partir de su interacción social más allá del núcleo familiar.

El tercer hallazgo que debe reseñarse tiene que ver con el estrato económico de los encuestados. Sin desconocer que el carácter privado de la universidad reúne a estudiantes de estratos altos, se resalta que, en concordancia con lo expuesto en el corpus teórico, los valores democráticos tienen más presencia cuando las necesidades básicas están resueltas.

Por otra parte, se destaca que dadas las altas condiciones socioeconómicas de los encuestados no se registró una ideología política específica, tal como lo exponen algunos estudios que asocian derecha con la clase alta y la izquierda con la clase obrera. Todo lo contrario, la media de la muestra está ubicada en el centro y las frecuencias sobre Autoubicación, tanto de derecha como de izquierda, son moderadas pero no radicales.

Los hallazgos de este estudio permiten sugerir futuras investigaciones con muestras más amplias de jóvenes estudiantes de diferentes universidades y regiones del país, para profundizar en planteamientos que distan de postulados tradicionales vigentes, tales como: la influencia del núcleo familiar en la intención de voto, la motivación que tienen los jóvenes actualmente a participar en la política y la baja relación de la ideología con las condiciones socioeconómicas.

En aras de ampliar y profundizar en la participación política de jóvenes universitarios en Colombia, resulta pertinente desarrollar otros estudios sobre el papel de los medios de comunicación y las instituciones educativas en la motivación que puede tener la juventud para asistir a las urnas y asumir un papel activo propio de una sociedad democrática.


REFERENCIAS

Almond, G. & Verba, S. (1965). The civic culture: Political attitudes and democracy in five nations. Princeton, NJ: Princeton University Press.         [ Links ]

Almond, G. & Powel, G. (1975). Política Comparada. Buenos Aires: Paidós.         [ Links ]

Almond, G. (1999). Una disciplina segmentada: escuelas y corrientes en las ciencias políticas. México: Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

Anduiza, E. & Bosch, A. (2007). Comportamiento político y electoral. Barcelona: Ariel.         [ Links ]

Bobbio, N. (1995). Derecha e izquierda: razones y significados de una distinción política. Pensamiento, 6. Madrid: Santillana.         [ Links ]

Caminal, M. (2008). Manual de Ciencia Política. Madrid: Tecnos.         [ Links ]

Del Castillo, P. & Crespo, I. (1997). Cultura política: enfoques teóricos y análisis empírico. España: Tirant lo Blanch.         [ Links ]

Easton, D. (1975). A Re- assessment of the Concept of Political Support. Journal of Political Science, 5, 435- 457.         [ Links ]

Edurne, B. (2004). El apoyo político y sus condicionantes en perspectiva comparada. UED.         [ Links ]

Ferrer, M., Medina, L. & Torcal, M. (2006). La Participación: factores explicativos. En J. R. Montero, J. Font & M. Torcal (Eds.), Ciudadanos, asociaciones y participación en España (pp. 133-156). Madrid: Centro de InvestigacionesSociológicas (CIS).         [ Links ]

Fukuyama, F. (1998). La Confianza. Barcelona: Ediciones B.         [ Links ]

Gil, H., Boies, K., Finegan, J. & McNally, J. (2005). Antecedents of Trust. Establishing a boundary condition ford de relation between propensity to trust and intention to trust. Journal of Business and Psycology, 19.         [ Links ]

Inglehart, R. (1992). El Cambio Cultural de las sociedades avanzadas. Madrid: CIS-Siglo XXI.         [ Links ]

Luhmann, N. (1988). Confianza. Barcelona: Antrophos.         [ Links ]

Magre, J. & Martínez, E. (2008). El proceso político en las democracias. En Caminal, Manual de Ciencia Política (pp. 285-312). Madrid: Tecnos.         [ Links ]

Medina, L. (2003). La evolución de las identificaciones ideológicas en España en el esquema izquierda-derecha (1979-2000). (Disertación doctoral, Institut de Ciéncies Políutiques I Socials, ICPS, 2004). Memoria doctoral, 109.         [ Links ]

Morales, L., Mota, F. & Pérez-Nievas, S. (2006). La participación en asociaciones: factores individuales. En J. R. Montero, J. Font & M. Torcal (Eds.), Ciudadanos, asociaciones y participación en España (pp. 157-182). Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).         [ Links ]

Olson, M. (1965). The logic of collective action. Cambridge: Harvard University Press.         [ Links ]

Pasquino, G. y otros (1998). Participación política, grupos y movimientos. En G. Pasquino, S. Bartolini, M. Cotta, L. Morlino & A. Panebianco (Eds.), Manual de ciencia política (pp. 179-215) (P. Chávarri, M. L. Morán & M. Ruiz, trads.). Madrid: Alianza.         [ Links ]

Sabucedo, J. M. (1988). Participación política. En J. Seoane & A. Rodríguez (Eds.), Psicología política (pp. 165-194). Madrid: Pirámide.         [ Links ]

Torcal, M. (1995). Actitudes políticas y participación en España. Pautas de cambio y continuidad. Tesis doctoral, Departamento de Ciencia Política, Universidad Autónoma de Madrid.         [ Links ]

Torcal, M., Montero, J. R. & Teorell, J. (2006). La participación política en España: modos y niveles en perspectiva comparada. En J. R. Montero, J. Font & M. Torcal (Eds.), Ciudadanos, asociaciones y participación en España (pp. 47-76). Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).         [ Links ]

Valenzuela, E. & Cousiño, C. (2000). Sociabilidad y asociatividad: un ensayo de sociología comparada. Estudios Públicos, 77. (Santiago) Centro de Estudios Públicos.         [ Links ]

Velasco, J. C. (2002). Patriotismo constitucional y Republicanismo. Claves de Razón práctica, 125. España.         [ Links ]

Verba, S., Nie, N. & Kim, J. (1978). Participation and Political Equality. Cambridge: Cambridge University Press.         [ Links ]