SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.43 issue2Proposal of an analysis guide for quality control of metal containers used in aerosol productsMedicines under retained medical prescription: Characterization and analysis from the dispensation author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Revista Colombiana de Ciencias Químico - Farmacéuticas

Print version ISSN 0034-7418

Rev. colomb. cienc. quim. farm. vol.43 no.2 Bogotá July/Dec. 2014

https://doi.org/10.15446/rcciquifa.v43n2.54214 

Doi: http://dx.doi.org/10.15446/rcciquifa.v43n2.54214

Juan de Jesús Rodríguez Robayo y Juan R. Robayo

Juan de Jesús Rodríguez Robayo and Juan R. Robayo

Ilvar José Muñoz Ramírez a

Juan Sebastián Muñoz Sánchez b

a Departamento de Farmacia, Universidad Nacional de Colombia, Cra. 30 No. 45-03, Bogotá, D. C. (Colombia). Dirección electrónica: ijmunozr@unal.edu.co

b Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), Ciudad de México (México). Dirección electrónica: cinemalangue@hotmail.com

Recibido para evaluación: 4 de agosto de 2014.

Aceptado para publicación: 14 de septiembre de 2014.


Resumen

Se presenta una pequeña semblanza del Dr. Juan R. Robayo desde su infancia en Colombia, pasando por su formación universitaria, hasta sus notables aportes a la farmacia clínica estadounidense, considerando además su gran dedicación a la creación de la Organización de Farmacéuticos Ibero-Latinoamericanos (OFIL).

Palabras clave: Juan R. Robayo, farmacia clínica, OFIL.

Summary

A small sketch about Dr. Juan R. Robayo is presented. It comes from his childhood in Colombia, his university studies, to its remarkable contributions to American clinical pharmacy, also considering his dedication during the creation of the Organization of Iberian-Latin American Pharmacists (Organización de Farmacéuticos Ibero-Latinoamericanos, OFIL).

Key words: Juan R. Robayo, clinical pharmacy, OFIL.


Introducción

Los años dejan historias en el olvido. A veces podemos ver la superficie, pero nunca llegamos a ser conscientes de lo que se esconde tras la vida de un gran personaje. Tal vez ese personaje sea una imagen borrosa en otro lugar del mundo, como si tuviera dos vidas, dos rostros, dos perfiles. Si lo pensamos bien, nosotros hemos sido varias personas. Tal vez somos varias al mismo tiempo; como alguna vez dijo García Márquez: "Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez".

Juan R. Robayo, su vida

Juan R. Robayo (figura 1) es conocido en todo el sector farmacéutico de Iberoamérica. En realidad, es reconocido en todo el sector farmacéutico de Iberoamérica como uno de los grandes precursores de la farmacia en esta región del mundo. Fue un viajero, como muchos grandes precursores. Recorrió toda Iberoamérica escribiendo su diario, divulgando su discurso sobre el ejercicio de la farmacia, sobre lo que debía ser esta, una profesión más allá de la ciencia, vinculada con la salud, cercana a los pacientes. Y, en cada país, el gran Juan R. Robayo dejó su legado, lo cambió todo y logró crear toda una organización, una red completa de farmacéuticos de todo este subcontinente que terminaría sentando las bases de lo que hoy es la Organización de Farmacéuticos Ibero-Latinoamericanos (OFIL). La excepción paradójica fue Colombia. A Robayo no lo escucharon en Colombia, su país de origen, donde nació, y no por casualidad, ni por accidente.

Juan de Jesús Rodríguez Robayo nació en Chocontá (Cundinamarca), población situada a 75 km de Bogotá, el 7 de enero de 1944 en una tradicional familia del altiplano cundiboyacense, en el centro de Colombia (figura 2). Estudió en el colegio Rufino Cuervo, el más tradicional de esa población, hasta que se fue becado en un intercambio para estudiar a Minnesota. Partió entonces de su pueblo natal cuando rodeaba los 17 años para empezar una nueva vida en los Estados Unidos. Su mamá, doña María del Carmen Robayo, dentro de toda su humildad y el amor por su hijo, lo impulsó a aprovechar la oportunidad de irse a buscar un mejor futuro del que podía ofrecerle, a pesar de vivir tranquila y apaciblemente en este entorno rural y natural, donde contaban con todo lo que necesitaban. De niño, ya visitaba con frecuencia el hospital y presenciaba las autopsias.

La llegada del joven Juan R. Robayo a los Estados Unidos no fue sencilla. Su arraigo religioso le dificultó adaptarse a la familia que lo recibió en intercambio, ya que era de un credo diferente del suyo. Conoció entonces a la señora Mary Kubesh, que lo recibió en su casa y lo apoyó en tierras estadounidenses durante toda su formación como farmacéutico y terminó siendo su madre adoptiva en aquel país. Después de terminar sus estudios de High School en Olivia High School en mayo de 1963 en Olivia (Minnesota) y los de "Undergraduate" en St. John's University en mayo de 1967 en Collegeville (Minnesota), viajó a Colorado para concluir sus estudios profesionales en Farmacia en la Universidad de Colorado en mayo de 1970, Bachelor of Pharmacy, Boulder (Colorado). Finalmente obtuvo su título de Pharmaceutical Doctor, Pharm. D., en junio de 1974 en la prestigiosa Universidad de Minnesota (Minneapolis), una de las más reconocidas dentro de la educación farmacéutica mundial.

Mientras estudiaba, no pudo seguir visitando a su familia en Chocontá. Fueron quince años de ausencia durante los cuales, sin embargo, le envió una carta cada veinte días a su mamá, a quien siempre reconoció como una de las influencias más importantes de su vida. Por supuesto, también envió una mensualidad económica, sin falta. No todo podía ser cartas. De cualquier manera, la gente del altiplano cundiboyacense, en el centro de Colombia, ha vivido tradicionalmente bien, en un maravilloso entorno natural, dedicada a actividades de trabajo muy duro pero que les permite compartir con los parientes y amigos. La familia Rodríguez Robayo fue impulsada por la madre, doña María del Carmen (figura 3). Juan tuvo tres hermanos, dos de ellos hombres, José Diomedes y Aníbal, y una mujer, Ana Cecilia. Su padre, don Gregorio Rodríguez (figura 3), falleció cuando Juan tenía 12 años, pero logró dejarles una buena herencia, especialmente en tierras.

Después de obtener su título como Doctor en Farmacia, Juan R. Robayo inclinó su carrera profesional hacia la farmacia clínica, coincidiendo con la etapa de mayor desarrollo de esta área en los Estados Unidos, a finales de la década del setenta. En efecto, fue una figura importante en dicho proceso, con sus investigaciones en farmacocinética, radiofarmacia y el diseño de estudios clínicos en pacientes hospitalizados [1-5]. Sin embargo, su logro más importante fue la vinculación, integración y consolidación del gremio farmacéutico iberoamericano alrededor de la reflexión con respecto a la profesión misma. Su importante formación académica y su trabajo investigativo en los Estados Unidos generaron en él una preocupación importante con respecto a la aplicación y el desarrollo de la farmacia en Iberoamérica. El Gobierno estadounidense facilitó sus viajes por toda la región para fomentar y divulgar sus conocimientos y el concepto profesional del farmacéutico que ya se conocía y se aplicaba en los Estados Unidos y Europa. Lo paradójico de todo esto es que Robayo fue escuchado en todos los países, menos en el suyo. Acudió a las universidades que ofrecían la carrera de Farmacia por eseenton ces en Colombia, ya que se hizo profesor de la Universidad de Oklahoma desde finales de los años setenta (Profesor Asociado jefe de la sección de Farmacia Práctica del Colegio de Farmacia de la Universidad de Oklahoma, 1979-1984) y, por supuesto, se interesó también en el aspecto académico y formativo [3]. También visitó varios hospitales, pero lamentablemente fue muy poco lo que se le escuchó. En ciertos lugares algunas personas escucharon al profesor (tuve el privilegio de escucharlo en 1982 en el salón 313 del edificio de Farmacia del campus de la Universidad Nacional de Colombia en la sede de Bogotá, en una de sus magistrales conferencias, a las que no asistimos más de diez personas), pero ninguna institución, de ningún tipo, atendió suficientemente sus planteamientos.

Robayo volvió a ver a su familia en 1977 y 1981, durante sendas visitas al país. Su familia pudo conocer a su primera y única hija, Carmen Diana. Sus familiares cuentan que durante sus visitas gustaba mucho de escuchar música colombiana y que su canción favorita era Pueblito viejo, del compositor santandereano José A. Morales. Incluso se dio una anécdota curiosa. Al saber de la visita de su hijo, doña María del Carmen, su señora madre, pensó en vestir de la mejor forma posible y se mandó hacer un vestido elegante. Ella pensaba que debía verse lo mejor posible frente a su hijo, que ya era entonces un profesional muy importante. Al verla, Robayo le pidió que no vistiera esa ropa, porque sin usar el tradicional delantal de las mujeres de esta región, para él no parecía su mamá. Todos estos detalles nos dicen mucho sobre el arraigo que siempre mantuvo a pesar de la distancia que el devenir de la vida de cada persona termina marcando en las relaciones humanas. Esa distancia nunca alejó verdaderamente al doctor de sus familiares en Colombia, ni a estos de él.

Al final de su vida, el profesor Robayo logró consolidar todos sus esfuerzos con la fundación de la OFIL, que ha logrado reunir a los farmacéuticos latinoamericanos desde 1981. En todos los países de Iberoamérica se le reconoce como todo un precursor de la concepción moderna de la profesión farmacéutica (con excepción de Colombia, como se ha mencionado). Los objetivos fundacionales de la OFIL expresan con claridad las preocupaciones primarias del profesor Robayo, de seguro surgidas como consecuencia de la confrontación entre su propio origen y su experiencia académica y profesional en los Estados Unidos. Todas ellas se refieren a la definición misma de la profesión farmacéutica, al fortalecimiento del farmacéutico como un profesional de la salud. Sin duda, los países latinoamericanos han vivido procesos similares en los aspectos social y político, lo cual genera procesos semejantes también en el sector de la salud, y en esta zona del mundo tristemente lo que se repiten son las deficiencias y las problemáticas.

Juan de Jesús Rodríguez Robayo, el nombre completo del famoso Juan R. Robayo, que parece ser la prueba viviente de aquella famosa sentencia según la cual "nadie es profeta en su tierra", fue un hombre con grandes preocupaciones sociales que tuvo siempre en mente su país y su profesión. Fue un visionario y dedicó los mejores años de su vida a mejorar las condiciones de su profesión y, a fin de cuentas, de la salud de los iberoamericanos [6]. Colombia, aún hoy, sigue en mora de rescatar la memoria de Juan R. Robayo, y todavía su aporte no está del todo dimensionado. Por otra parte, en el resto de Iberoamérica no se percibe por completo la relación cercana de Robayo con su origen colombiano, hasta el día de su muerte temprana, en 1984, con apenas 40 años recién cumplidos. Hoy sus familiares lo siguen recordando y su huella permanece en su pueblo natal y en su familia, tanto como persiste su legado en la farmacia. Juan R. Robayo escribía un boletín de sus viajes por Iberoamérica y también le escribía una carta semanal a su madre. Juan de Jesús Rodríguez Robayo y Juan R. Robayo nunca se separaron.

Y como escribiera en su momento Juán R. Robayo en el Boletín de la OFIL publicado el 12 de marzo de 1983 en su segundo año de edición: "Esta no es una despedida final, estaré en contacto con ustedes, OFIL es una buena idea, y una buena idea nunca muere, y nuestros objetivos son tales que nunca moriremos, tan solo creceremos tal como lo dijo el poeta: «con los siglos crecerá nuestra gloria, como crecen las sombras cuando el sol se oculta»… Hasta la próxima".


Referencias

1. P.J. Munzenberger, J.R. Robayo, J. del Valle, Effect of 1. antipyretics on the length of hospital stay of pediatric patients with bacterial infections, Am. J. Hosp. Pharm., 38(6), 861-863 (1981).         [ Links ]

2. S.S. Eng, J.R. Robayo, W. Porter, R.E. Smith, Comparison of dye dilution method to radionuclide techniques for cardiac output determination in dogs, J. Pharm. Sci., 69(5), 509-512 (1980).         [ Links ]

3. R.G. Closson, P.J. Munzenberger, J.R. Robayo, E.J. Robertson II, R.E. Smith, L.N. Swanson, G.E. Schumacher, Case studies in drug therapy I: A new teaching format for clinical pharmacy, Am. J. Pharm. Educ., 40(3), 252-255 (1976).         [ Links ]

4. J.R. Robayo, Pharmacokinetics in drug therapy. I: Propranolol hydrochloride as adjunct therapy in the treatment of thyrotoxicosis, Am. J. Hosp. Pharm., 33(2), 169-173 (1976).         [ Links ]

5. G.K. Kumar, F.C. Dastoor, J.R. Robayo, M.A. Razzaque, Side effects of diazoxide, J. Am. Med. Assoc., 235(3), 275-276 (1976).         [ Links ]

6. J.R. Robayo, "Farmacéuticos para el futuro y la 6. farmacia clínica en la década de los años 80", Fondo de Investigaciones Sanitarias de la Seguridad Social, Instituto Nacional de Salud, Ministerio de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, Ed. Fareso, Madrid, 1981, pp . 187-206.         [ Links ]