Puedo decir que mi cercanía y apego por la Federación vienen desde mi infancia. Mi padre, Abel Villegas Botero, recordaba con gran afecto el VII Congreso Colombiano de Ginecología y Obstetricia que se realizó en la ciudad de Cúcuta en diciembre de 1967, y que congregó desde entonces y de manera oficial a las diferentes sociedades y asociaciones regionales de la especialidad bajo la denominación de Fecolsog. Asistió siempre a los congresos nacionales y disfrutaba, con igual vigor y energía, de las jornadas científicas y de la actividad social que servían de excusa para reencontrarse con colegas y amigos nacionales y extranjeros. Sigue siendo esa una parte estructural de nuestra organización. La Fecolsog de hoy, vista como una organización científica y gremial, conserva orgánicamente esas ideas que generaron su formación y el sentido de pertenencia en sus afiliados. Pero ahora tiene ímpetu y aspiraciones adicionales, generados por los nuevos retos y por las necesidades de los ginecoobstetras de nuestro país.

La coyuntura actual hace que nuestra Federación tenga que, sin olvidar sus raíces, entender las expectativas de sus agremiados y adaptarlas a las realidades de nuestro país y a la manera en que hoy en día se define en Colombia la atención en salud.

Lejos están los tiempos en los que la relación médico-paciente, que regía la práctica médica en la época de mi padre, generaba un vínculo real entre profesional y enfermo. También lejos los tiempos en los que los médicos éramos protagonistas de la sociedad y hacíamos parte fundamental de los grupos tomadores de decisiones. Precisamente por eso, hoy los desafíos de nuestra Federación son distintos y complejos. Debemos acomodarnos a nuestra realidad. Debemos trabajar para asumir de nuevo el liderazgo que nos es propio, y para construir espacios que definan a nuestra especialidad y proyecten a la Federación hacia rumbos sostenibles de protagonismo y trabajo en equipo. No podemos desperdiciar la coyuntura que se le presenta a la Federación en materia de liderazgo nacional e internacional. Tenemos que aprovechar el espacio que hemos ido ganando en los últimos tiempos y movernos de manera decidida hacia la organización que hemos imaginado.

No puede olvidar la Federación su vocación científica y su obligación de brindar a los afiliados elementos para mantener su crecimiento académico de manera continua. Por esa razón, los programas de extensión y educación continuada, y el fortalecimiento de los congresos y eventos de la especialidad, seguirán siendo puntal principal de nuestra labor. Sin embargo, las circunstancias del presente exigen fortalecer a nuestro gremio para buscar condiciones de trabajo que redunden en una mejor situación para nuestros afiliados y, finalmente, en el bienestar integral de nuestras pacientes.

La visión de una Federación más organizada y con un enfoque empresarial ha demostrado que esa ruta genera sentido de pertenencia y es un camino que comparten nuestros afiliados. Pero la mirada puramente económica puede desviar los fines reales de Fecolsog. Nuestra Federación está cambiando con los tiempos y con las necesidades de la práctica de nuestra especialidad y, por tanto, debemos buscar ganancias no solamente económicas sino también políticas, sociales, gremiales y de construcción de identidad. Reinvertir nuestros logros en los especialistas del país es la única manera viable de que la Federación sea propiedad de todos y también responsabilidad de todos.

Es hora de que la Federación se haga más visible y sea referente nacional. Debemos seguir trabajando en esa línea, buscando que no solo la población abierta nos conozca y sepa de nosotros como gremio rector de la Ginecoobstetricia en Colombia, sino también que las diferentes instituciones públicas y privadas vean a nuestra organización como un aliado fundamental y consultor principal en la creación, el desarrollo, la conservación, el seguimiento, la evaluación y el fortalecimiento de políticas de salud y bienestar de las mujeres colombianas.

Como recordarán, mi propuesta programática al buscar la Presidencia de Fecolsog planteó tres tareas principales: continuidad con aporte de nuevas ideas, consolidación del trabajo y mejoramiento de la comunicación. Desde mi posesión he empezado a trabajar, con el apoyo de toda esta magnífica junta directiva que me acompañará hasta el 2014, en el desarrollo de estas iniciativas. Vendrán noticias y realizaciones que demostrarán que la Federación, a partir de estos puntos, puede y tiene que cambiar en consonancia con los tiempos y las exigencias actuales. Espero que este arduo trabajo que emprendemos cuente con el apoyo de todos los especialistas del país y que, conjuntamente, hombro a hombro, podamos seguir transitando el camino de edificación del cambio de nuestra organización.

En nombre de mi Junta Directiva, y de manera especial en el mío, quiero saludarlos y poner a su disposición nuestra gestión. No puede haber un vehículo mejor para hacerlo que nuestra querida Revista Colombiana de Obstetricia y Ginecología. Esperamos poder contar con todos sus aportes. Agradezco a todos ustedes su apoyo y espero poder contar con su compromiso y trabajo en la estructuración de la Federación que, sabemos, se merecen los ginecoobstetras de este país y, por definición de Fecolsog, las mujeres de Colombia.

No me queda entonces sino decirles gracias y a la orden. Un saludo muy cercano para todos.

Juan Diego Villegas-Echeverri, M.D.

Presidente Fecolsog 2012-2014