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Revista Colombiana de Psiquiatría

Print version ISSN 0034-7450

rev.colomb.psiquiatr. vol.38 no.3 Bogotá July/Sept. 2009

 

Artículos originales

Escenarios de violencia: interpretación de las lesiones no fatales, Colombia*

Scenarios of Violence: Interpretation of Nonfatal Injuries, Colombia

Carlos Alberto Giraldo Giraldo1, María del Pilar Pastor Durango2, María Victoria López López3, Héctor Iván García García4

* Este artículo es producto de la investigación ·Caracterización de escenarios de violencia por lesiones no fatales en usuarios atendidos en instituciones prestadoras de servicios de salud, Antioquia 2007", financiada por la Gobernación de Antioquia y el CODI-Universidad de Antioquia y realizada por el Grupo de Investigación en Violencia Urbana y el Grupo de Políticas Sociales y Servicios de Salud.

1 Médico psiquiatra. Profesor de la Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

2Enfermera. PhD en Salud Pública. Profesora de la Facultad de Enfermería, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

3 Socióloga. Magíster en Medicina Social. Profesora de la Facultad de Enfermería, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

4 Médico. Magíster en Salud Pública y en Epidemiología. Profesor de la Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.

Correspondencia Héctor Iván García Grupo Rehabilitación en Salud Sede de Investigaciones Universitarias (SIU) Universidad de Antioquia Calle 62 No. 52-59, torre 1, tercer piso Medellín, Colombia hgarcia@une.net.co

Recibido para evaluación: 2 de abril del 2009 Aprobado para publicación: 24 de julio del 2009


Resumen

Objetivo: construir escenarios de violencia por lesiones intencionales no fatales en el departamento de Antioquia, Colombia, a partir de casos atendidos en 12 hospitales de diferentes niveles de atención, en 2007. Métodos: Se combinaron elementos de distintos enfoques cualitativos que permiten describir el contexto (etnografía); hacer una doble interpretación de los hechos, desde el actor y el investigador (hermenéutica), y construir los escenarios de violencia, mediante entrevistas a 87 lesionados en hechos violentos. Resultados: La mayoría de las agresiones ocurrieron en hombres, de 20 a 49 años de edad, residentes en áreas urbanas, trabajadores informales; sucedieron entre viernes y domingo, en medio de una riña en la vía pública o en un establecimiento público; fueron ocasionadas por armas cortopunzantes, cortantes o contundentes, y fueron por un conocido, amigo o familiar. Los escenarios construidos ayudan a comprender el fenómeno de la violencia en el departamento y las diferencias entre regiones. Estos fueron: apropiación de bienes, reivindicación económica o moral, lesión por azar, conflictos personales, control social, fracaso en la tramitación de los conflictos dentro de la familia, agresión a símbolo identitario, sobrevivencia y coexistencia de prácticas o normas con actores armados. Conclusión: Con los escenarios se identifican procesos sociales fundamentales; sin embargo, su delimitación no es definitiva, hay imbricaciones entre ellos, lo que muestra su complejidad en el departamento.

Palabras clave: violencia, etnografía, agresión, análisis cualitativo.


Abstract

Objective: To build scenarios of violence caused by nonfatal intentional injuries in the Province of Antioquia (Colombia), based on cases managed in 12 hospitals of different care levels in 2007. Methodology: Different qualitative approach elements were combined to allow describing the context (ethnography); to make double interpretation of the events, from the actor and the investigator (hermeneutics), and to construct the scenarios of violence by means of inteviews with 87 subjects injured in violent events. Results: Most of the aggressions occurred in males between 20 and 49 years of age, living in urban areas and with no formal employment. The attacks happened between Friday and Sunday, in the middle of a fight in the street or a public establishment. The injuries were caused by stabbing, slashing or blunt weapons and usually by sombody known to the victim, a friend or a relative. Such scenarios help to understand the violence in Antioquia and the differences between regions. These were: conversion, economic or moral claim, random injury, personal conflicts, social control, failure in managing intra-family conflicts, aggression as an identity symbol, survival and coexistence of practices or norms with armed actors. Conclusion: By means of these scenarios fundamental social processes are identified. However, their boundaries are not definitive overlappings exist between them, showing their complexity in this Province.

Key words: Violence, cultural anthropology, aggression, qualitative analysis.


Introducción

Los análisis de la violencia coinciden en señalar su carácter social, relacional, producto de aprendizajes para resolver los conflictos, con diferencias regionales y locales que se corresponden con el contexto histórico y cultural (1). En ella se expresa el ejercicio asimétrico del poder, con la intervención de, al menos, dos oponentes, individuales o colectivos, en condición pasiva o activa, y en el que se recurre al abuso de la fuerza en sustitución de la palabra, para lesionar o dañar la integridad personal (física, mental o moral) o material del opositor y conseguir un determinado interés o fin, con las consecuencias que de ello se derivan (2-6).

En el contexto nacional, Antioquia aporta una alta cuota en las manifestaciones de violencia (7). Una de ellas, las lesiones no fatales por agresiones -actos en los cuales dos o más personas entran en conflicto y una o más de ellas sufren daños que no resultan en la muerte-, ocupa poco espacio en la preocupación colectiva, dada la magnitud de los homicidios, que si bien son la expresión más visible y denigrante del fenómeno, no logra explicar su totalidad (8-9).

Soriano y Cardona (10) han reconocido la necesidad de prestar mayor atención al estudio, prevención y control de las lesiones ocurridas en agresiones, tanto por su magnitud como por sus múltiples efectos; sin embargo, la posibilidad de intervenirlas se dificulta en cuanto el conocimiento que hay sobre ellas es escaso, fragmentado y discontinuo. Además, hay pocos hallazgos empíricos y registros institucionales que muestren cuáles son las dinámicas, los determinantes, los condicionantes y los factores subyacentes que la perpetúan o posibilitan (11).

Por lo tanto, pese a su magnitud, se carece de políticas marco que busquen reducir su impacto, a lo que contribuye el hecho de que el problema está subregistrado, incluso en las instituciones de salud donde los diferentes casos se atienden, sin dejar constancia escrita de las circunstancias y las características de los hechos que lo producen (4,12).

Teniendo en cuenta que la violencia es multifacética, polimórfica, multidireccional, instrumental o impulsiva, que se presenta en contextos geográficos, políticos, sociales e históricos específicos y que involucra actores y recursos de diversa índole, los investigadores enfrentan el desafío metodológico de dar cuenta de su complejidad y diferencias en contextos explicativos múltiples. De esta forma, la categoría escenarios de violencia es una aproximación teórica y metodológica para estudiarla e intentar superar este reto (13), y que con aportes en ambos ámbitos se encuentra en constante construcción.

Por ende, mediante los escenarios se pretende trascender el estudio del acto singular o aislado de la violencia para hacer visibles características que posibiliten construir la lógica y autonomía explicativa de ella, en un intento por abandonar el reduccionismo del fenómeno a causas primarias (14).

Este artículo recoge los resultados de un trabajo investigativo, cuyo objetivo fue construir escenarios de violencia de las lesiones intencionales no fatales y no autoinfligidas que ocurrieron en Antioquia, Colombia, con el propósito de generar políticas y estrategias de intervención para mejorar las condiciones de vida que tengan como respaldo valores de cohesión y construcción del tejido social, anclados en la solidaridad y el reconocimiento del otro.

Métodos

Con el fin de recuperar la subjetividad de los lesionados, se combinaron elementos de distintos enfoques cualitativos que permiten describir el contexto (etnografía); hacer una doble interpretación de los hechos, desde el actor y desde el investigador (hermenéutica), y construir los escenarios de violencia. Se entrevistaron 87 participantes en hechos violentos, pero se mantuvo la confidencialidad para cuidar su integridad y como imperativo ético.

Fueron personas de 14 años o más de edad, residentes en Antioquia, víctimas de una lesión de causa externa no autoinfligida, con desenlace no fatal -entendida como cualquier daño corporal producto de la acción o intervención de otra persona con carácter intencional, diagnosticada por un médico de urgencias-, ocurrida en alguno de los municipios del departamento entre 2007 y 2008 y atendida en 12 hospitales de segundo y tercer niveles de complejidad.

Se realizaron entrevistas semiestructuradas a partir de una guía de preguntas abiertas en la que se exploraron aspectos relacionados con el hecho y la percepción de los participantes acerca de la intencionalidad, móvil, objeto en disputa, vecindad, nivel de organización de los agresores, su condición de víctima y aspectos coyunturales del hecho. Las entrevistas se realizaron en el hospital en el que la víctima fue atendida y los temas tratados se desarrollaron alrededor del hecho violento.

Las notas individuales de los investigadores durante la recolección de datos contribuyeron a la interpretación de la información obtenida de los participantes. Entre tanto, la recolección de los datos la realizaron los investigadores, auxiliares de investigación y estudiantes del área de la salud previamente entrenados, con el fin de reducir al máximo los sesgos y posibilitar una adecuada relación con la persona entrevistada. Los investigadores, por su parte, controlaron la calidad de la información, con base en la coherencia interna y consistencia de forma continua durante el período en que esta se recolectó.

El diálogo o la comunicación con los lesionados, así como el procesamiento de las entrevistas, permitió una inmersión que favorece comprender el medio cultural en el cual se tejen las estrategias de sobrevivencia, al igual que el sentido del accionar de los participantes. La interpretación es un proceso que acompaña el trabajo de principio a fin, con el propósito de entender el significado que para el participante tiene la acción violenta, y se complementa con el análisis de documentos sobre los contextos de cada región de Antioquia.

Una vez realizada la entrevista y procesada en el software Atlas. TI 5.0 (Atlas.TI Scientific Software Development GmbH, Berlín), se hizo una precodificación manual línea por línea, la identificación de códigos emic, etic y párrafos significativos y luego se construyó una matriz como un punto analítico intermedio entre los datos meramente descriptivos obtenidos con el instrumento y la construcción y caracterización de escenarios. Con ello se redujo al mínimo posible el ejercicio especulativo sobre los hechos.

Resultados

Los lesionados tenían entre 14 y 78 años de edad, 61,7% de ellos tenían menos de 30 años, la mayoría eran hombres (83,7%) que trabajaban en la informalidad (81,4%) y el 50% había consumido alcohol. Los hechos sucedieron entre sábado y domingo (59,3%), en áreas urbanas (73,3%), en medio de una riña en la calle o en un establecimiento público. Las lesiones fueron ocasionadas con armas cortopunzantes y por un conocido, amigo o familiar del lesionado (61,8%).

La aproximación a los escenarios en las regiones es un intento en el proceso de definir hipótesis inductivas, que podrán ser afirmadas, no para verificar la representatividad numérica de dichos escenarios y su posible generalización al total de Antioquia, sino para buscar la comprensión de la violencia en el departamento y sus regiones. Se considera que la historia personal y las opciones de inclusión social en cada subregión, tanto del lesionado como del resto de actores comprometidos con el hecho, enmarcadas en su construcción cultural, se tornan en insumos válidos para la construcción de los escenarios, que a la vez son útiles para identificar procesos sociales fundamentales que den cuenta de las interrelaciones y las circunstancias alrededor de las cuales se presenta el hecho violento. Sin embargo, su configuración no es definitiva, dada las imbricaciones que hay entre ellos, atribuibles a la complejidad de la violencia. A continuación se describen las características de los escenarios configurados.

Fracaso en la tramitación de los conflictos dentro de la familia

Estuvo presente en cinco de las nueve regiones de Antioquia: Valle de Aburrá, Urabá, Occidente, Bajo Cauca, Nordeste.

Para su construcción, se consideraron como categorías emergentes el tipo de familia, la relación y el lugar de residencia de los actores y las características del hecho. Las lesiones ocurrieron por un cúmulo de conflictos no resueltos, cuya saturación se evidencia en la intolerancia de situaciones que en otro momento podrían considerarse intrascendentes. La agresión física no era premeditada, más impulsiva que instrumental, producto del momento, con utilización de cualquier arma disponible en el instante. El objeto en disputa era simbólico, se buscaba demostrar su posesión aunque para ello fuera necesario agredir al otro.

De acuerdo con el lugar de residencia de los actores, se identificaron conflictos entre personas convivientes bajo el mismo techo y con frecuencia tenían relación de consanguinidad o de afinidad; podían suscitarse entre la pareja, entre hermanos o entre padres e hijos. Otros conflictos ocurrieron entre familiares que vivían en sitios diferentes o hacían parte de la familia legal: entre nuera y suegra o entre cuñados.

En el tipo de familia se resalta la identificación de la persona que ejerce el liderazgo o es el eje de la familia consanguínea o política. El carácter privado del escenario indica no sólo que ocurrió en un espacio particular, como la residencia del lesionado, sino que involucraba una situación íntima con sentimientos y afectos relacionados y sólo se daba a conocer públicamente en circunstancias específicas, asociadas con la gravedad de las lesiones y la necesidad de intervención de un tercero, en especial cuando los hechos ocurrieron entre personas con una relación de consanguinidad. Es posible que en ciertos casos este escenario se superponga o se oculte en otros.

En el relato de Sara, una de las participantes, se identifican características propias del escenario, como la saturación de un conflicto privado no resuelto, el carácter simbólico del objeto en disputa y el predominio de acciones no premeditadas:

Ella (la nuera) le cortó la cara y a él le dijo: ojala alcancé a salvar a su mamá, porque a esa vieja alcahueta me la llevo esta noche. Ella, ahí mismo, corrió. Me imagino que en taxi, y en media hora subió a la casa a hacer lo que tenía que hacer. Estaba borracha y trabada. Esa mujer es viciosa y ella es de todo. Yo digo que eso me ayudó a mí mucho a ser capaz de defenderme de ella, porque es que ella a mí la primera puñalada me la mandó fue acá. Donde no tenga fuerza pa' tenerle las manos, ella me mata de una; pero yo fui capaz de dominarla a ella...

Las categorías emergentes en su construcción coinciden con lo señalado por Camacho y Guzmán (13), en cuanto a la normalización de la violencia como una forma de resolución de conflictos que no justifican la magnitud de la respuesta agresiva. De igual manera, son fundamentales para su comprensión, el manejo del poder, el significado de las relaciones y el valor asignado a determinados miembros de la familia, que resultan ser los actores centrales del conflicto.

Contrario a la visión de familia como espacio de convivencia armónica, en este trabajo se entiende que la dinámica familiar está mediada por la relaciones asimétricas en el ejercicio del poder y que confluyen diferentes lógicas e interpretaciones de los conflictos y de las formas como pueden resolverse.

Agresión al símbolo identitario

Se identificó en el Valle de Aburrá, Nordeste y Suroeste. La lesión ocurrió entre dos agresores amigos, quienes estaban bajo los efectos de sustancias psicoactivas, como una respuesta aparentemente exagerada a una ofensa contra un objeto con valor simbólico para uno de los agresores, quien veía vulnerada su identidad, su intimidad o su estatus. Esta ofensa generó en el agresor una respuesta no premeditada, pero sí exagerada, sin intención de eliminar al otro, ni hacerle daño. Las consecuencias del hecho generaron arrepentimiento, vergüenza y temor por pérdida de la amistad. El testimonio de Jorge lo ilustra:

Pues a él, porque le cogió el sombrero y entonces me dijo, nos dijo un poco de cosas. Yo le dije que lo tengo en cuenta, por eso él se enfureció y se regresó. Eso fue en medio de una borrachera, pero cuando digo esto es poquitico, eso no fue por mayor cosa, ni por problemas que haya tenido antes ni nada, sino por muy amigo mío. Él me tiro era como plan, yo no sé por qué, si hubiera sido pa' tirarme filo me había dañado, porque la macheta como que se le volteaba o algo. Entonces me cortaba ahí. Así es la vida, no aguanta, se pone a recochar y no aguanta y uno ya está enseñado a recochar y uno se aguanta o sería por los tragos que tenía él. Él se siente mal, porque yo creo que él era amistad mía, entonces uno... pa' mi digo que se siente mal en sano juicio.

Este escenario devela las complejidades que se dan en el proceso de individuación-socialización (15). Construir relaciones, encontrar pares y definirse como sujetos sociales y como individuos implica hacer aprendizajes y resolver tensiones mediante negociaciones que terminan en consensos, conflictos no violentos o lesiones físicas. En ese sentido, el escenario se configura cuando se traspasa cierto límite de la esfera individual, se reducen las posibilidades de realización personal y hay una respuesta violenta que pone en riesgo las relaciones de amistad y el tejido social construido previamente.

Conflictos personales

Presente en todas las subregiones del departamento, con predominio en el Suroeste. Dos o más personas, quienes no se conocen, tenían un conflicto que originó un enfrenamiento verbal y luego físico, en el cual la palabra no era instrumento comunicativo, sino otra forma de agresión, que desencadenó la agresión física. La respuesta agresiva era irreflexiva, no planificada, producto de la euforia (al calor de los hechos), bajo los efectos del alcohol y con uso de los medios disponibles en el momento; las armas utilizadas eran cortopunzantes o cortocontundentes.

El lugar donde se generó el conflicto era fortuito, generalmente espacios públicos (establecimientos o en la calle). El ejercicio del poder fue en la inmediatez y relacionado con la fuerza física de los participantes, quienes siempre estaban directamente involucrados en el conflicto. En este escenario, los móviles fueron riñas por celos en lugares públicos con un supuesto subyacente de una disputa por los sentimientos de un tercero, quien sólo participa como testigo: el enfrentamiento se justifica para mantener al otro como "algo" propio. El testimonio de Sigifredo ilustra este escenario:

Bueno yo vine a pasar acá al parque las fiestas. Estaba tomando licor en una mesa con una gente y, de un momento a otro, cuando empezó a llover, alguien quería que yo me levantara de mi silla para dársela a una mujer, y no me quise parar. Entonces empezaron a golpearme entre varios, me tiraron al suelo, me dieron patadas en el estómago. Yo no me di cuenta ni siquiera cuando me dieron la puñalada. Cuando me miré, estaba sangrando mucho y me dirigí a las autoridades.

Lo que deja ver este escenario es cómo los conflictos personales ocurren en espacios públicos, que trascienden el referente geográfico y se constituyen en ambientes propicios para la socialización. En ellos subyacen acuerdos alrededor del reconocimiento de los espacios individuales y de las diferencias entre los sujetos. En este marco, las lesiones violentas ocurren cuando se rompen dichos acuerdos.

Sobrevivencia

En este escenario, los participantes manifestaron sentirse solos, vivir en condiciones de aislamiento familiar y social. Sus círculos de amigos no eran cercanos a su vida cotidiana y ello hacía que se sintieran sin apoyo y sin una visión de futuro. Se identificó en el Bajo Cauca; sin embargo, es un escenario marco subyacente en otras regiones.

Se evidenciaron algunas de las características de la vida en la exclusión, como el nomadismo, la escasez de todo, los comportamientos sociales fuera de la norma dominante (delincuencia, consumo y comercio de drogas e indigencia) y la convivencia según la ley del más fuerte. La sobrevivencia depende de encontrar opciones para satisfacer necesidades básicas como comer y dormir, y las relaciones se construyen en la lucha permanente por vivir, mediadas por conflictos y expresiones de violencia que pueden explicar la ocurrencia de la lesión; sin embargo, esta generalmente no era producida por sus pares, sino por personas ajenas que los asumían como sospechosos, presuntos agresores. El arma utilizada dependía de la disponibilidad y del nivel de organización de quien ocasionó la lesión. Las características de este escenario pueden ilustrarse en el testimonio de Roberto:

Vivo solo. Tengo dos hijos, una niña y un niño. Tengo muchas deudas y me ha estado yendo mal en el taller y la situación se me ha apretado mucho... Me he quedado sin casa y sin nada y no tenía pa' dónde desplazarme, y un conocido mío me dijo que ahí en esa parte donde yo estuve ayer había... o sea, que podía facilitarme lo que yo necesitaba, conseguir la plata. Yo me tomé los tragos, cerré los ojos y fui, y mentira que ahí no había nada, era una trampa. Lo único que había era una cadena y yo inocentemente, ignorante, maté a los dos señores. De la vida mía, pues, he sido una persona pobre que vengo luchándola desde los doce años que me salí de la familia de mi papá; me maltrataban mucho, nunca me la llevé bien con mi mamá. Estudié hasta séptimo año de bachillerato... Sé que mañana o pasado saldré de aquí y que muchos me quieren matar; pero Dios es el que sabe.

La exclusión no se refiere únicamente a la carencia de bienes económicos y materiales, sino también a las condiciones de la convivencia ciudadana, de la participación, de la existencia de proyectos incluyentes y de seguridad humana.

Reivindicación económica y/o moral

De predominio en el Valle de Aburrá. Se configura a partir de la ruptura de acuerdos establecidos entre personas o grupos conocidos entre sí. El lesionado sabía quién era el autor del hecho y el motivo que tuvo para ello, y tenía desconfianza y temor a perder la propia vida, porque presumía que el agresor buscaba su eliminación física o sometimiento.

El consumo de sustancias psicoactivas no fue una constante en este escenario. El móvil era el ajuste de cuentas o la retaliación, lo que supone una organización previa, en la que se definían el lugar, la magnitud y el tipo de arma que se iba a utilizar en los hechos, los que dependían del pacto que se rompió y del mensaje que quisiera dejarse al lesionado y a las personas que compartieran sus valores morales o materiales. En tal sentido, Leonardo expresa:

Por encima se ve que me dio con miedo, porque donde me lo hubiera puesto en la cabeza me la destroza toda [...], pero no. Él llegó callado, no fue capaz de decir [nada] como pa' que yo mirara de frente y darme de frente como todo un hombre. Aunque matar a una persona... Eso es cobardía, ¿sí me entiende?, pero darle a uno, como dicen singularmente en la calle ¡como un varón! Pero no. Yo estaba metido dentro del coco de ese teléfono llamando, hablando con esa muchacha, cuando ¡pum! Un tronazo, o sea que sí tenía deseos de matarme. Bueno, ahora yo digo una cosa: no estoy muerto por misericordia de Dios.

Apropiación de bienes

Se identificó este escenario en seis subregiones del departamento.

Se caracteriza por que uno de los actores se quiso apoderar de algo que no le pertenecía, para lo cual amenazaba al dueño. La lesión se produjo cuando el dueño no entregaba los bienes o reaccionaba de manera inesperada, interpretada como una contraamenaza. En estos casos, el escenario estuvo marcado por el miedo, por el ejercicio del poder mediante la posesión del arma y la amenaza. Había una situación de indefensión del lesionado por efectos de consumo de licor o generada por el agresor.

El evento era inesperado para el lesionado (efecto sorpresa). Las características del arma y la organización del hecho dependieron del número de personas actuantes como agresoras o agredidos, del valor del bien, del imaginario que tuvieran ambos sobre el otro y sobre sus reacciones. Generalmente, los hechos ocurrieron en lugares solitarios, oscuros y con baja circulación o movimiento de personas o vehículos, o en sitios donde se presumía la ausencia de autoridad o la baja probabilidad de ser detenido. Es el caso de Eduardo, quien señala:

Me robaron la platica y unas cositas que llevaba en la bolsita, como útiles de aseo y algo así, y un sombrero nuevo que había comprado esa misma tardecita. En ese momento ya estaba muy oscuro, entonces la otra gente, los que iban a viajar conmigo en ese instante no estaban, porque estaban muy regados, unos recogiendo sus mercados, otros, pues, cosas así. ¿Cierto? Y en ese instante eso estaba muy solo, y ya. Eso era un árbol grande y me salí a pegarme una orinaita. Ahí fue donde me cogieron. Como eso ahí es una cerca que es muy oscura... Entonces, me asusté todo, y más cuando a mí me hirieron y me tiraron allá al río, como le digo.

Este escenario se construye a partir de la interrelación de componentes esenciales, como la búsqueda de bienes materiales, la falta de reconocimiento a la propiedad privada y la disponibilidad de armas en un contexto de impunidad y de deslegitimación de normas de convivencia socialmente aceptadas.

Control social

Se identificó en tres municipios del Valle de Aburrá. Se caracteriza por que los hechos ocurrieron en hombres jóvenes (menores de 30 años de edad), que vivían en la calle, manifiestos drogadictos, que llegaban a la institución hospitalaria por sus propios medios, sin ayuda de los testigos del hecho. Los lesionados se percibían excluidos, estigmatizados socialmente, debido al consumo de psicoactivos y a su estilo de vida marginal. Para los participantes, resultar lesionados era una situación esperada, algo que podía ocurrir en cualquier momento y que se sumaba a sus carencias afectivas, económicas y relacionales, tal como lo relata Juan José:

Estaba yo sentado en una acera... Recostado. Me acuerdo que tenía en esta mano una bolsa de comida.

Dejé la bolsa a un lado, yo tenía mi tula, ahí está mi ropa. Me estaba fumando un cigarrillo y me quedé recostado así. En un momento antes de que me la metieran [la puñalada], vi un brillo, pero no acaté a saber qué era ese brillo. Cuando menos pensé traque, ¡tan!, me metieron la primera que fue la que me pegaron en la nuca. Con esa fue que arranqué a correr... Voltié la cuadra y me eche la bendición y un man más abajo me decía: póngase la mano en la nuca pa' que no bote más sangre, porque yo caminaba [...] cuatro cuadras corrí. Llegué a la estación de policía de aquí de Bello, y ahí me cogió un policía y me mandó a correr otra vez otra cuadra, y hay sí me cogió una moto de la policía y me trajo hasta aquí.

Los lesionados eran hombres jóvenes, con una expectativa de vida corta, con implicaciones sociales en lo económico, demográfico y en el tejido social. Este escenario se relaciona con la denominada limpieza social, la cual se refiere a un "ideal de sociedad", en función de condiciones de "mejor estar" entre personas que se consideran mejores y que estigmatizan a los diferentes. Algunos residentes de ciudades de mayor urbanización, caso de Medellín, consideran que los recicladores y otros trabajadores informales "afean los espacios" y ven en esta estrategia de control social una opción para incrementar el costo de la tierra y de los espacios de su residencia.

Lesión por azar

Identificado en el Valle de Aburrá y el Nordeste. La persona herida no hacía parte del conflicto. No se logra caracterizar en este escenario un arma específica, ni un grado de organización, número de agresores, características, ni planificación de los hechos. La descripción de Francisco lo ilustra:

Llegó indignado dando bala por todos los lados. [Estábamos] en un bar al frente donde se cogen los colectivos pa' subir a la casa. Eso estaba lleno, eso fue un viernes. No vi sino uno solo, el policía sí dijo después que eran dos, pero no vi sino uno solo... Pues, son los gajes de la vida, digo yo, porque uno qué más puede pensar, sin uno tener enemigos, sin tener nada. Uno no puede involucrar a nadie tampoco. [...] Uno ahí, asustado, qué iba a hacer. No creo que uno asustado y viéndose con esa mano de gente, no creo que haga nada. Medellín es una zona muy buena para el empleo, pero es una zona muy insegura.

La resolución de conflictos privados mediante el uso de armas de fuego en espacios públicos compromete la seguridad y la vida de otras personas, genera una sensación de inseguridad e incrementa la vulnerabilidad.

Coexistencia de prácticas o normas y actores armados

Predominante en Urabá, pero también se identificó en el Suroeste, el Occidente, el Norte, el Nordeste, el Oriente y el Valle de Aburrá. Es efecto del conflicto armado y de la presencia de grupos al margen de la ley en las comunidades. Se caracteriza por la utilización de armas que dificultaban la identificación de los agresores como integrantes de algún grupo armado y favorecía que los delitos se atribuyeran a delincuencia común. En el caso de enfrentamientos con la Policía, esta actuaba de manera colectiva, buscando "mantener el orden", pero utilizando armas que no hacen parte de su dotación personal. En cierta medida, generan sus propias normas, al margen de la institución que representan, no actúan como agentes del "orden establecido", sino del propio o del que lograban concertar con instancias diferentes a la institucionalidad.

Los espacios geográficos eran indistintos, sin indicios de consumo de sustancias psicoactivas. Los hechos obedecían a un plan preestablecido y ocurrían en espacios privados; en algunos casos lograba identificarse el agresor, pero sin detenciones. Los lesionados sentían temor de hablar sobre los hechos, porque los agresores podían tomar represalias y agredirlos de nuevo, con consecuencias fatales. El testimonio de Eleazar los ilustra:

Al momentito pasó un man... pero yo no le presté atención... Me quedé ahí como tranquilo y al momentito regresó. Me quedé reparando al man de pie a cabeza, y dije: ¡Este man no es ningún, no es cosa buena! Yo me quedé observando el man pa' ver si ponía cizaña, no aparté la cara pa' ningún lado. En ese momento, como que le daría miedo y se quedó ahí parado y yo me volteé a conversar con Mario, cuando en ese momentito no sé qué fue lo que pasó. Tampoco puedo explicar cómo fue... Cuando vi que el man se lanzó corriendo y dije, nos mataron... Realmente enemigos no tengo, pero ya tengo idea, porque me van a salir matando, porque como nosotros estábamos en el proceso de los territorios, porque a nosotros los territorios no los quitaron con plomo, a nosotros los campesinos, sufriendo hambre y aguantando hambre, mataron al primero de los campesinos pa' poderle quitar los territorios.

Este escenario se caracteriza por la puesta en práctica de aprendizajes de los actores del conflicto con la intención de conservar los privilegios económicos y el poder. En algunas regiones no es evidente; sin embargo, en todas se menciona la presencia de grupos armados encargados de aplicar la justicia por su propia mano, e incluso algunos participantes consideran que son necesarios para restaurar el orden y garantizar la seguridad.

Discusión

Las posibilidades de transformación de la realidad están en directa relación con su reconocimiento; en el caso de la violencia que ocasiona lesiones, es necesario identificarla como problema que impacta negativamente la vida nacional, regional y local; que afecta física, mental y socialmente a las personas, y que requiere ser intervenida con acciones que comprometan tanto al Estado y sus instituciones como a los grupos y a la ciudadanía en general (16).

Los resultados de este estudio aportan al Plan de Desarrollo de Antioquia 2008-2011 (17), al inscribirse en una de sus líneas estratégicas de acción, denominada desarrollo político, que abarca los temas de seguridad, orden público, convivencia y paz, que afectan a grupos específicos de pobladores. El análisis sobre la violencia no sólo es un acercamiento a la magnitud del problema, sino un punto de partida para el desarrollo de acciones públicas. Tal como lo plantea Arendt:

La violencia sigue siendo racional sólo en cuanto persigue metas a corto plazo. La violencia no promueve las causas, ni la historia ni la revolución, ni el progreso ni la reacción; en cambio puede servir para dramatizar reivindicaciones y llevarlas a la atención pública. (18)

Con esta investigación se ha buscado aproximarse a la comprensión de los escenarios de violencia por lesiones no fatales, a fin de superar la demarcación geográfica e involucrar la interrelación entre los hechos violentos y las dimensiones estructurales de la sociedad. Este es un concepto complejo que, de acuerdo con Franco (19), no es una limitante para la razón ni para la acción, sino un reto que puede superarse.

La complejidad de la violencia en el departamento, con variaciones según el contexto geográfico y las condiciones de coyuntura en la recolección de los datos, posiblemente explicada por la concentración poblacional y la complejidad social, económica, cultural, política e ideológica de sus pobladores, muestra superposiciones entre escenarios, situación similar a los hallazgos descritos por Suárez y colaboradores (14), en un estudio sobre escenarios de violencia homicida.

Otro aspecto que llama la atención es la diferencia de escenarios de violencia por lesiones no fatales en cada subregión, lo que se corresponde con las diferencias culturales e históricas, la variedad de espacios geográficos con características disímiles, los códigos de relacionamiento y las opciones que brinda el Estado a la sociedad para resolver sus diferencias.

El Valle de Aburrá es la región con la mayor diversidad de escenarios, posiblemente explicada por la concentración y diversidad poblacional. Estos resultados coinciden con la definición de Camacho y Guzmán (3) sobre violencia urbana, como aquella que existe en las ciudades y responde a características como heterogeneidad social, económica y cultural; predominio del comercio, industria y organizaciones sociales secundarias; fragmentación de imaginarios; proliferación de intereses, y anonimato. Por su parte, Uribe plantea:

La violencia no siempre se expresa de la misma manera o con iguales intensidades; cambia, se transforma, se intensifica, se multiplica, se encausa o se desborda; asume manifestaciones múltiples y diversas como múltiples y diversas son las realidades socioculturales y políticas. (20)

La presencia de un mismo escenario en varias regiones sugiere la necesidad de profundizar en su descripción y análisis en cada una de ellas, para identificar las diferencias o similitudes entre ellas, ya que los contextos sociales determinan las percepciones de los participantes. Para Uribe, los matices de la violencia varían de acuerdo con:

... la percepción que los sujetos y los pueblos tienen de ella; es decir, pasa por el tamiz de la cultura, de los referentes de identidad, de los sistemas simbólicos, de los mecanismos de cohesión y de consenso. Varía según la posición de los sujetos o del grupo social en los eventos violentos; si se es víctima o victimario o simplemente observador o testigo. (20)

La caracterización de los escenarios para el departamento y por regiones orienta la comprensión de las relaciones entre lo público y lo privado, sus fronteras y sus áreas de intersección; supera las relaciones causales entre parejas de variables, como violencia y pobreza, violencia e impunidad, víctima y victimario, violencia urbana y rural y otras asociadas al fenómeno. Así mismo, se constituye en un punto de partida para la generación de políticas públicas (locales, regionales y departamentales), que trasciendan la presencia de la fuerza pública y se orienten al mejoramiento de condiciones estructurales y el fortalecimiento del tejido social, con la participación de los distintos actores.

Agradecimientos

A las personas que nos aportaron sus vivencias; a los funcionarios de las 12 instituciones hospitalarias; a Gustavo Alberto Arango, por su apoyo en los aspectos metodológicos y cualitativos, y a las estudiantes Vanessa Gómez, Liseth Amell, Claudia Vera, Yenny Gallego, Cristina López y María Francisca García, quienes participaron en las entrevistas.

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Conflictos de interés: los autores manifestamos que no tenemos ningún conflicto de interés en este artículo.

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