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Niliha Díaz González

Niliha Díaz González
Sin título
Óleo sobre lienzo
48 x 38 cm

Tal como siempre sostuvo Charles Darwin, la variabilidad —uno de los factores determinantes de la evolución— se torna realmente significativa en aquellos órganos que evolucionan con mayor rapidez. En el ser humano, el cerebro es el órgano que varía de manera más acelerada, aun cuando no se podría definir con toda precisión cuál área y en qué medida. El arte es una expresión que lleva a inferir esta variabilidad, y el interés en el estudio neurológico de sus expresiones nos permite conocer a Niliha Díaz González, autora del cuadro de la portada de esta revista.

Niliha comienza a pintar al óleo de un momento a otro, a la edad de 56 años. Nueve años después, cuando conozco a la pintora como paciente, con su detallada historia clínica y su situación actual, comprendo que el nacimiento de esa artista es, paradójicamente, la expresión de una condición neurológica muy particular, como se explica en el artículo publicado en este número: "Demencia y creatividad: emergencia de una actividad pictórica en un paciente con afasia primaria progresiva".

Niliha incursionó en el arte sin el conocimiento formal de las técnicas que manejan los artistas. La explicación que ella da es la del comienzo abrupto de una necesidad de pintar continuamente, de interesarse por el arte y de reproducir un sinnúmero de imágenes que llegan a su cabeza.

Su trayectoria artística ha variado por los mismos misterios del cerebro. Sabemos que obsequió muchas de sus pinturas, y aquellas que se conservan permiten profundizar en el estudio de la artista.

Con una familia muy presente, Niliha encontró desde el primer momennto el apoyo a su inusitado interés por pintar, y a pesar de que sus obras podrían hacer parte de lo que se ha conocido como el art brut, es decir, el arte en crudo o bruto (término acuñado por Dubuffet [1901-1985] en 1945), carece de características comúnmente asociadas a éste. Para empezar, Dubuffet, influido por la colección de los cuadros que el psiquiatría Hanz Prinzhorn recoge en su libro Arte del enfermo mental (1) en 1922, define este arte como aquél propio de los artistas sin reglas formales.

Prácticamente se refiere a las creaciones del artista marginal, quien desarrolla su actividad expresiva por una motivación propia, con mate-riales y técnicas particulares que reflejan estados mentales extremos. Es un arte con rasgos primitivos, infantiles y particulares de artistas con enfermedad mental grave. El arte bruto es sinónimo de producciones de sujetos que están al margen de la sociedad: pacientes de instituciones mentales, autodidactas, inadaptados y prisioneros.

Niliha, sin embargo, responde a la no formalización en su educación pictórica, pero no configura una expresión infantil de la realidad, de la cual dice: "Llega a mi cabeza sin saber por qué". La colección existente de sus trabajos está compuesta de paisajes, con la ocasional repetición de algún elemento o figura, como el perro que acompaña muchos de sus cuadros. Hay una representación de la naturaleza con sus dimensiones de forma y perspectiva con un uso vivaz de los colores. A medida que ha avanzado su enfermedad, los temas han ido cambiando, así como su técnica, hasta el punto de que, como en el cuadro de la portada, se hizo imperiosa la búsqueda de la textura a través del óleo, dada la necesidad de reconocer lo que pintaba con el tacto. Sus cuadros, dice ella, "no tienen título, pues es lo que a mi cabeza arriba".

Diana Lucía Matallana Eslava
Profesora titular
Facultad de Medicina
Pontifica Universidad Javeriana

Referencias

1. Prinzhorn H. Artistry of the mentally ill: a contribution to the psychology and psychopathology of configuration. Trad. von Brockdorff E. Wien, New York: Springer-Verlag; 1972.         [ Links ]