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Revista Colombiana de Psiquiatría

Print version ISSN 0034-7450

rev.colomb.psiquiatr. vol.39 no.1 Bogotá Jan./Mar. 2010

 

Influencia de la violencia en el medio escolar y en sus docentes:
Estudio en una localidad de Bogotá, Colombia

Influence of Violence on Teachers and the School:
a Study in a Locality of Bogotá, Colombia


Carlos Gómez-Restrepo1, Andrea Padilla M.2, Viviana Rodríguez3, Juliana Guzmán4 Gerardo Mejía5 ,Claudia B. Avella-García6, Eduardo González Edery7

1 Médico- Psiquiatra. Psicoanalista. Psiquiatra de Enlace. Director del Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística y profesor asociado del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.

2 Abogada. LLM Universidad de Londres. Medición IUKB Suiza. Doctoranda en Ciencias Jurídicas. Pontificia Universidad Javeriana. Gerente de BasicNeeds, Colombia. Bogotá, Colombia.

3 Estadística. Profesora asistente del Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.

4 Médica. Estudiante de la Maestría en Epidemiología Clínica, Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.

5 Médico. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.

6 Médica. Residente de psiquiatría, tercer año. Departamento Psiquiatría y Salud Mental, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia.

7 Interno. Facultad de Medicina. Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística, Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.

Correspondencia Carlos Gómez-Restrepo Director Departamento. Epidemiología Clínica y Bioestadística Hospital Universitario de San Ignacio Pontificia Universidad Javeriana Carrera 7a No. 40-62, piso 2 Bogotá, Colombia cgomez@javeriana.edu.co

Recibido para evaluación: 8 de noviembre del 2009 Aceptado para publicación: 20 de febrero del 2010


Resumen

Introducción: Existen algunos factores que aumentan el riesgo de aparición del síndrome de agotamiento profesional (SAP), como ejercer el trabajo en condiciones de violencia. Objetivo: Conocer la influencia de la violencia y de las pandillas en el quehacer docente y la apreciación de los profesores sobre la calidad de la educación. Método: Un estudio cualitativo y cuantitativo en 3 sedes de un colegio sometido a actos violentos por parte de pandillas. Se presentan los datos cualitativos que se derivan de 5 entrevistas en profundidad con informantes clave y 9 grupos focales (GF) con 114 docentes de 137 (83,2%). Resultados: Se describe la situación de violencia por pandillas. Se evidencian en los docentes situaciones de miedo, angustia o temor; desconcierto e incertidumbre; inseguridad y desconfianza; frustración, impotencia y desesperanza; tristeza y otras emociones derivadas de la situación. Se encontró disminución rendimiento docente-estudiante; poca autoridad y ruptura de límite; libertades limitadas; influencia en la salud mental y en lo emocional del docente, entre otras. Los docentes sugieren dar mayor apoyo para actividades lúdicas, deportivas y espirituales; implementar nuevos métodos o estrategias pedagógicos; leyes en defensa de profesores e incentivos para éstos, entre otros. Conclusiones: La situación de violencia por pandillas afecta a la comunidad entera y por este motivo, también ejerce efectos sobre la relación profesor-estudiante y sobre la calidad de la educación. Por tanto, se requieren medidas orientadas a mejorar la comunicación entre los diferentes actores, y a proteger la labor educativa que estos profesionales llevan a cabo.

Palabras Clave: Violencia, docentes, educación, síndrome de agotamiento profesional.


Abstract

Introduction: There are related factors that increase the risk of presenting burnout syndrome, such as working in violent conditions. Objectives: To study the influence that violence in the community and gangs has on teaching on a daily basis, as well as the teachers' opinion on the quality of education. Methods: We conducted a qualitative study in three locations of a school subject to violent acts by gangs. The qualitative data came from five deep interviews with key informants and nine focal groups with 114 of the 137 teachers (83.2%). Results: The deep interviews describe the violent situation that gangs generate in the sector. We found that teachers experience: Fear and anguish, uncertainty, lack of security and distrust, frustration and impotence, sadness, and other emotions derived from the situation. In the second question the i ndings where: Lower student-teacher performance, no boundaries and little authority, limited freedom, consequences on the mental and emotional health of the teacher, among others. The teachers suggest more support for spiritual activities, sports, arts and ieldtrips; implementation of new methods and strategies for teaching; laws to protect the teacher and incentives for them, among others. Conclusions: The violence generated by the gangs affects the entire community, indirectly affecting the teacher-student relationship, and therefore the quality of education. This problem requires immediate actions to improve communication among the different parties implicated in the problem, and measures to protect the educational tasks undertaken by the teachers.

Key Words: Violence, teachers, education, burnout syndrome.


Introducción

Durante los últimos años se ha estudiado la frecuencia e influencia de la sobrecarga profesional y específicamente del síndrome de agotamiento profesional (SAP) en diferentes prácticas laborales (1-4). Este aspecto ha adquirido especial importancia, debido a las consecuencias reales que se generan, como disminución de la capacidad productiva de trabajadores, aumento de incapacidades e inasistencias, incremento en costos de salud, impacto en la productividad en general y posiblemente su influencia en la calidad de la docencia impartida.

Alrededor de este tema se han realizado algunos estudios en Colombia, que muestran una prevalencia del 15,4% de SAP en profesores, al emplear el punto de corte más exigente de la escala, el cual se aumentaba hasta un 29,7% teniendo en cuenta puntos de corte menos estrictos (5). Otro estudio en Medellín encontró un 23% (6) de prevalencia de este síndrome. No obstante, no conocemos que en Colombia se haya estudiado cómo la situación de violencia afecta el quehacer docente, el agotamiento que ello produce, lo cual justifica la realización del presente estudio.

Se ha observado que la mayor incidencia de SAP se presenta en profesiones en las que es necesaria la interacción con otras personas y la asistencia de ellas, como enfermeros, médicos y docentes (2,7-11). Se han descrito factores de riesgo asociados con la presentación de este síndrome, como la juventud, tener poca experiencia laboral, ciertas características de personalidad y que se ejerza la profesión en situaciones de violencia (12-14).

Teniendo en cuenta este último factor de riesgo asociado con el SAP, se ha generado interés en profundizar e investigar acerca de su frecuencia, distribución, características y factores asociados en docentes de colegio que ejercen su profesión en zonas donde la situación de orden público se caracteriza por presentar escenarios de violencia, pobreza, inequidad y marcada disfunción familiar, los cuales se ven reflejados en los estudiantes, en la comunidad en general y, posiblemente, en los profesores que ejercen en estas zonas.

En un estudio realizado sobre la insatisfacción laboral en una población de docentes en Japón se encontró que se presentaba principalmente en mujeres y que se asociaba con mayor prevalencia de trastornos mentales menores de los docentes (trastornos depresivos y ansiosos) (15). En otro estudio realizado en zonas de conflicto de Irán se encontró que el estado civil y el tiempo que llevaban trabajando para la institución se relacionaban con presentar algunos síntomas de SAP, como sentirse agotado, distante y anticuado (16).

La situación de violencia que se presenta en diferentes regiones de nuestro país y del mundo genera consecuencias e impacto en cada uno de los integrantes de la comunidad. En el aspecto educativo sabemos que los entes educativos y la labor docente deberían caracterizarse por tener espacios y protagonistas neutrales en situaciones de violencia. No obstante, estar en un ambiente particularmente violento puede aumentar la sobrecarga emocional y física, además del riesgo al que se encuentran expuestos durante el ejercicio de su profesión, ya que la situación que se está viviendo en la comunidad se ve relejada de diferentes formas en su quehacer diario.

En un estudio previo realizado en la localidad de Ciudad Bolívar, una de las localidades donde se reporta el mayor índice de violencia en Bogotá, se encontró que un alto porcentaje de la comunidad estudiantil de esta localidad tiene dificultades en los procesos de comunicación con sus padres y siente rechazo y falta de amor de alguno de los miembros de su hogar; adicionalmente, se reportó un alto índice de violencia intrafamiliar y maltrato infantil en esta comunidad (17), lo cual se puede ver relejado en las interacciones entre docentes y alumnos, y obstaculiza la labor educativa, que comprende proveer valores y servir de modelos de imitación donde primen los derechos y el respeto hacia los otros. Se ha reportado, también, que las situaciones de violencia afectan el desempeño académico de los niños (18).

Adicionalmente, en otro estudio realizado en Sierra Leona, región africana con un alto índice de violencia, se encontró que no hay intervenciones psicosociales para tratar las necesidades educativas y el estrés psicológico, tanto en niños como en educadores, en medio del conflicto armado (19), lo cual también se presenta en nuestra sociedad. A pesar de que se conoce la situación a la cual se encuentran expuestas algunas instituciones educativas en zonas de conflicto, no hay políticas ni intervenciones que garanticen la asistencia y ayuda de estos profesionales, lo cual incrementa su angustia y desgaste, al no encontrar una solución al problema, y favorece el riesgo del desarrollo de este síndrome; así, se genera un círculo vicioso del que nadie se beneficia.

En un estudio realizado en Polonia sobre el agotamiento que se presenta en los profesores escolares, relacionado con el mal comportamiento de los estudiantes, encontraron que el mal comportamiento por parte de los estudiantes hacia los profesores era frecuente en las aulas de clase; adicionalmente, se encontró la importancia del apoyo psicosocial que deben recibir los docentes para aminorar la sobrecarga a la cual se encuentran expuestos, que debe tenerse en cuenta en los programas de promoción de salud para estos profesionales (20).

Estos son tan sólo algunos ejemplos de situaciones que ocurren diariamente en diferentes instituciones estudiantiles, que relejan el contexto escolar al que se ven sometidos algunos docentes. Para este estudio, nuestra población de interés es el sector de San Cristóbal, ubicado en la región nororiental de Bogotá, donde en los últimos cinco años se ha observado el incremento de pandillas, guerra de panletos y actos violentos e ilegales, que han afectado a la comunidad en general. Nuestra población de estudio es el grupo de docentes de las tres instituciones estudiantiles ubicadas en dicho sector, ya que se han visto afectados directa e indirectamente por estos actos violentos, lo cual ha generado diferentes reacciones y consecuencias en la labor del docente, como manifestaciones relacionadas con el síndrome de agotamiento profesional (5,14).

El estudio se desarrolla en el marco de un proyecto de salud mental liderado por BasicNeeds Colombia, en el cual se está evaluando un modelo de intervención psicosocial y resolución de conflictos en docentes, alumnos y comunidad educativa (21,22). Hace parte, además, del componente de investigación del proyecto, en el cual se generan datos sobre la problemática que se vive en la comunidad; de esta forma, se podrán sentar bases sólidas en la creación de políticas y programas de promoción y prevención en salud mental en este tipo de población que se encuentra en alto riesgo. Así mismo, pensamos que este estudio contribuye a ampliar nuestro conocimiento sobre la influencia de un tipo de violencia (pandillas) y de la comunidad sobre el quehacer docente e indirectamente sobre la calidad de la educación.

Metodología

El estudio hace parte de un proyecto en el cual se observa la problemática del sector mediante metodologías cualitativas y cuantitativas. Tiene una fase de investigación cualitativa, generada mediante el análisis de contenidos de entrevistas en profundidad de informantes clave y de grupos focales de docentes pertenecientes a tres sedes de uno de los colegios donde se desarrolla el proyecto. Una segunda fase consiste en la aplicación de un cuestionario y la escala de SAP, en la cual, además de las tres sedes comentadas, se incluyó otro colegio que posee igualmente tres sedes. Este aparte será motivo de otro artículo.

Población de estudio: todos los docentes de las tres sedes del colegio del área de San Cristóbal Norte. En la sede A se incluyen 67 personas (de un total de 90), en la sede B se incluyen 21 (de un total de 21 docentes) y en la sede C se incluyen 26 (de un total de 26).

Técnica: se realizaron entrevistas en profundidad con cinco informantes clave de las tres sedes donde se realizó el presente estudio. Los informantes fueron personas que trabajan en el colegio hace más de cinco años, que conocen las dificultades del colegio y que habitualmente se entrevistan tanto con docentes, como con alumnos y padres de familia. Las entrevistas en profundidad se realizaron mediante una entrevista con dos personas expertas en esta técnica y se procuró ahondar en la problemática que se presenta en el barrio. Posteriormente, se transcribieron las entrevistas, que sirvieron como base para comprender la situación que se vive en el sector y plantear los grupos focales con los docentes.

Posteriormente, se realizaron nueve grupos focales —con un promedio de diez a catorce asistentes— por parte de tres personas entrenadas para ello (moderadores) y con experiencia en este método. Cada entrevistador iba acompañado de un asistente al grupo y éste se encargaba de transcribir las opiniones de los docentes en un cuaderno.

En éstas se preguntaba acerca de la influencia de la violencia sobre su labor como docentes. Las preguntas que se realizaron al grupo fueron:

1. ¿Cómo se ha sentido en su labor como docente con la situación de orden público que se está viviendo en la actualidad alrededor de su colegio?

2. ¿Cómo cree que ha influido esta situación en su labor como docente?

3. ¿Cómo sugiere a los demás enfrentar esta problemática?

Durante el grupo focal los datos fueron recolectados en un cuaderno y, posteriormente, transcritos en Word por parte del asistente que tomó apuntes. Cada grupo focal se desarrolló durante dos horas en promedio y se contó con la privacidad esperada para este tipo de actividades. El moderador llevó a que todos los asistentes al grupo dieran su opinión respecto a cada una de las preguntas. Una vez culminados los grupos focales, fueron transcritos y en este momento cuatro personas entrenadas e independientes leyeron lo escrito y derivaron los dominios y los relatos que sustentaban cada una de éstos. Dichos dominios y relatos sustentadores fueron cruzados con los hallazgos de las otras tres personas y, finalmente, mediante consenso de los cuatro investigadores, se determinaron los dominios finales y los ejemplos (relatos más pertinentes respecto a cada dominio). No se procuró llegar a categorías que resumieran aún más lo obtenido en aras de permitir al lector observar la diversidad de lo observado y recolectado.

Resultados

En la Tabla 1 se resumen las características sociodemográficas de los 114 docentes que fueron entrevistados mediante los grupos focales en las tres sedes del colegio. Debe recalcarse que esto representa al 83,2% de los 137 docentes de las tres sedes.

Entrevistas en profundidad y contextualización

De acuerdo con las entrevistas en profundidad, podemos resumir los problemas de violencia de la comunidad así: ubicada en la región nororiental de Bogotá se encuentran los vecindarios de Santa Cecilia y Cerrito Norte, barrios que desde hace aproximadamente cuatro años se han visto afectados por actos violentos e ilegales, generados por pandillas conformadas por menores de edad y adultos jóvenes. Estos actos han aumentado en severidad y van desde asaltos y consumo de drogas hasta asesinatos de los diferentes miembros de las pandillas en cuestión, entre las cuales las más reconocidas son... anotan cinco nombres. Más adelante, dicen los tres entrevistados: "Realmente conocemos más a una o dos, 'tal y cual', las otras las oímos nombrar, pero no sabemos claramente dónde están".

Estas pandillas, al parecer, se especializan en una modalidad de delincuencia (armas de fuego, armas cortopunzantes, "apartamenteros", etc.) y surgen enfrentamientos entre éstos por la posesión territorial. La comunidad conoce la situación y ante ésta ha puesto límites a sus vecindarios, al dividirlos en zonas seguras y no seguras.

Además de los problemas de violencia generados por estas pandillas, existen otros no menos importantes, como el consumo de drogas, el maltrato infantil e in-trafamiliar y la prostitución. Todo esto ha creado un ambiente hostil para la comunidad, y ante la pobre presencia de la fuerza pública, algunos habitantes del sector han decidido tolerar ciertas pandillas que puedan protegerlos de otras "peores" o en las cuales existen familiares involucrados. Incluso, los niños manifiestan su deseo de pertenecer a estas pandillas, dado que se sienten protegidos, además de ganar respeto dentro del vecindario o porque en algunos casos cuentan con familiares en ellas.

Desde hace unos meses se ha recrudecido la violencia, con la aparición de panfletos en los cuales una supuesta organización de "limpieza social" denominada 'Águilas Negras' o 'Mano Negra' advierte: "Si su hijo es sano acuéstelo temprano y si es ladrón alístele un cajón", entre otros.

Ante esta situación, la comunidad educativa del colegio, el cual posee tres sedes (A, B y C), se ha visto especialmente afectada. Es de anotar que ex alumnos de la institución o familiares de algunos estudiantes pertenecen a estas pandillas. Los miembros de la comunidad relatan que en la comunidad ha habido amenazas, lo cual lleva a la deserción de la escuela y/o abandonar el barrio por parte de algunos alumnos y sus familias, además de generar temor entre los habitantes del sector. La mayoría de docentes de esta institución manifiestan que dicho escenario impide el adecuado desarrollo de su profesión, pues se generan situaciones que afectan claramente la actividad docente.

El año pasado (en julio del 2009) se presentaron enfrentamientos alrededor de la sede B, entre pandillas del sector y la Policía; durante este enfrentamiento hubo heridos y capturados. Sin embargo, pese a que la policía capturó a algunos miembros de estas pandillas, al ser éstos menores de edad, refieren, "no es posible su judicialización y por lo tanto deben ser puestos en libertad rápidamente".

Ante esta situación surgió la necesidad de realizar un estudio que reflejara el impacto que tenia la situación de orden público, en la calidad docente, en la salud mental de los docentes y en la interacción de éstos con los alumnos y la comunidad.

Grupos focales

En el grupo focal se desarrollaron tres preguntas que suscitaban la discusión. Pasaremos a resumir lo obtenido en cada una de ellas. Debe anotarse que los dominios fueron repetidamente observados en las tres sedes del colegio, al triangular la información de éstas. Así mismo, las frases típicas fueron muy similares, por lo cual se recogió la que al parecer de los cuatro investigadores incluía o relejaba a las demás.

Dominios

A. Ante la pregunta ¿cómo se ha sentido en su labor como docente con la situación de orden público que se está viviendo en la actualidad alrededor de su colegio?, se obtuvieron los siguientes dominios, que son ejemplificados con una o más frases típicas.

1. Miedo, angustia o temor

"Soy de las más antiguas, esto de las pandillas no existía antes. Los muchachos lo ven como normal, en los enfrentamientos yo me asustaba más que ellos, pero uno no puede hablar de eso por miedo, no se sabe ellos [los estudiantes] de qué lado están".

"Los estudiantes dicen que no pasan el puente peatonal porque a la bajada los atracan. Aunque saben quiénes son los ladrones [otros estudiantes de la misma institución], no dicen nada porque están amedrentados".

"Me siento mal por la situación actual, estudiantes egresados nuestros han sido asesinados y corren peligro en la escuela".

"Una vez subió la policía para un operativo contra los pandilleros, nos metimos a los salones y la policía nos dijo que no podíamos irnos, no hubo colectivos, eso fue muy tensionante, el sonido de las balas fue muy miedoso".

"Uno oye a los niños amenazando con los pandilleros, como hay primos de ellos en las pandillas lo pueden hacer y como hay más de cinco pandillas. le da a uno miedo que los niños se venguen, eso claramente influye en el desempeño docente, ahora hay que adornar las cosas antes de decirlas, antes se bajaba a pie, ya me da miedo, me comentaron que últimamente están atracando en los colectivos y el miedo es peor".

"Los niños le cuentan a uno cosas miedosas. Ellos dicen que no sienten miedo pero yo sí, hablan de armas, muertos, son cosas atroces en el alma de un niño".

"Llegue hace un año y me recibieron con una balacera, sentí mucho temor, me explicaron que esto era normal".

"Me ha limitado mucho. lo único que uso es el salón de clase. Me tocó vivir la balacera en el patio del colegio y ver cómo cogieron cilindros de gas para defenderse y cómo los niños fueron y los rodearon para protegerlos. Los niños no protegían su vida y se quedaban ahí, eso me impresionó mucho, ellos decían que estaban haciendo bien porque ayudaban a proteger a la pandilla. Hay pandillas buenas que trabajan fuera del barrio y malas que lo hacen dentro, la que llegó al colegio era una de las buenas y algunos niños tenían familiaridad con ellos".

"Las cosas que he visto aquí no las he visto en ningún otro lado. Llevo siete meses y ha sido una experiencia desagradable y aterradora".

2. Desconcierto e incertidumbre

"Me desconcierta la forma como los niños se refieren a los muertos que aparecen, son insensibles, les dicen 'payasos' y cosas así, y expresan la forma como murieron con frialdad, hablan de la expresión de la cara al morir, es terrible".

"Hay dos cosas que suscita la situación que se vive en el colegio: desconcierto y tristeza frente a la situación y no saber cómo actuar".

"La situación es tan enredada que no se sabe qué decir, si la pueda embarrar o no, si me meto en líos o qué hacer".

3. Inseguridad y desconfianza

"Más allá de la inseguridad de uno mismo, preocupa que los niños salen solitos y tienen que subir al cerro, corren riesgos, y a las niñas las abusan en la casa".

"A mí me gustaba mucho salir a pasear con los niños, porque al estar encerrados en un aula tanto tiempo también inluye en que sean violentos, ahora no puedo y por eso intento tener espacios en donde ellos hablen y se expresen. Intenté sacarlos al aire libre y los mismos padres me dijeron que no lo hiciera porque nos podían atracar y cuando salíamos veíamos muchachos consumiendo droga".

Alrededor de este tema algunos docentes sienten lo contrario: "Los docentes antiguos conocemos los pandilleros, fueron nuestros alumnos, ahora ellos nos respetan y protegen".

4. Frustración, impotencia y desesperanza

"Llevo cuatro meses aquí, y sí es una situación muy pesada. Me preocupa que el objetivo de algunos estudiantes es pertenecer a la pandilla, ese es su horizonte, el estudio no les interesa y uno no puede hacer nada para cambiarlo".

"Hay preocupación, impotencia e incapacidad para hacer algo, el pensar en el tipo de sociedad que nos espera".

"Realmente tengo mucho miedo y desesperanza, la situación no es sólo del colegio, uno no puede arreglar la economía de la casa de los niños ni cómo encontrar un medio para mantenerse, sólo conozco cuatro niños de unos dos mil egresados que han llegado a la universidad".

"Al final de tantos años de trabajo me siento frustrada, la comunidad era diferente, no tenía peligros en medio de tantas carencias de la gente, los padres eran de origen campesino, al pasar el tiempo llegaron las migraciones. Antes decían que iban a ir a Bogotá, el ambiente era de campesinos, tranquilos y honestos. con la llegada de las lacras la gente se enfrentó a un empobrecimiento mental y afectivo y mucha gente optó por conseguir dinero fácil. los ex alumnos le dicen a uno que el salario mínimo se consigue trabajando ocho horas al día y que uno puede recoger eso mismo en menos de cinco o diez minutos. Ellos nos dicen, 'mientras ustedes [los maestros] trabajan todo el mes y mi mamá se va de sirvienta todo el día yo gano eso en diez minutos', para los niños es normal oír todo eso, oír que van a robar o que algunos jóvenes se van a trabajar [en pandilla] o que unas niñas trabajan seduciendo a hombres que luego los duermen [echándoles sustancias en el trago] y los atracan".

5. Tristeza (y a la vez desesperanza)

"Me afecta mucho la impunidad que se vive, el papá de un alumno mío fue asesinado por X pandilla y nadie hizo nada porque supuestamente no hubo testigos, pero la verdad es que nadie quiere hablar. Esta historia me da mucha tristeza, porque al señor lo mataron el día de las brujas y el niño lo estaba esperando para salir a pedir dulces, pero el papá nunca llegó".

"Llevo 19 meses aquí... [llanto] ni siquiera puedo hablar, no soporto más esto, estoy yendo al psiquiatra y estoy con medicación, hace 27 años soy docente, pero siempre había trabajado en lugares donde era un paraíso ejercer la profesión, a pesar de que eran alumnos pobres y marginados, yo no entiendo porque aquí es tan difícil. no he recibido apoyo de las directivas para cambiar de institución. Estoy muy triste, muy mal".

"Ayer llegó una niña después de 15 días que le tocó irse del barrio porque es la sobrina del que mató a otros dos, la mamá se fue del barrio y volvió, y la niña no sabemos de qué manera se sienta, no sabemos cómo estará esa niña, el cuñado mató a otros y eso la afectó a ella, me preocupa la dinámica en el colegio. Esa situación me entristece mucho".

6. Desamparo, incomprensión y desprotección

"La impotencia y preocupación es enorme, la falta de apoyo, siento miedo con los padres de familia que son agresivos, dan quejas inventadas, son atrevidos, los padres les enseñan a cargar la puñaleta al hijo y son muy mentirosos y eso es lo que aprenden los hijos".

"Pienso que a pesar de que el cerro es una bomba de tiempo, no hay acciones claras que protejan la comunidad, como por ejemplo una junta comunal o policía, ni siquiera hay un puesto de policía arriba".

"Sentimos persecución laboral, las directivas no nos apoyan y nos sobrecargan de trabajo, aumentaron el parámetro de estudiantes y pusieron doble jornada. No tenemos garantías".

"Nos encontramos solos, desamparados incomprendidos y no hay amparo por el Estado nacional ni por la Secretaría de Educación ni de Salud".

"Ha habido violencia contra los carros, los rayan, rompieron vidrios de un salón, eso fue hace unos años, la niña que lideró todo salió del colegio y volvió el año pasado, ahora es la líder de la indisciplina, así nos desarma y vuelve tan tranquila".

7. Admiración

"Siento admiración por los docentes antiguos, pues la situación es difícil, los niños tienen esencia de agresividad, lo que hace difícil su manejo", refiere una docente nueva en el establecimiento.

8. Insensibilidad y negación

"Nos hemos vuelto insensibles ante situaciones que son terribles, dado a que ocurren diariamente en la comunidad, lo cual hace que nos parezca de cierto modo normal que asesinen a alguien".

"Es mejor no saber nada o si uno oye a los niños amenazando con los pandilleros es mejor no decir nada".

"Me meto de lado y sigo, yo he optado por marginarme, no tratar esto con los niños, ni que me cuenten ni que me pregunten".

"Yo soy muy antigua en el colegio, conocí la parte feliz de lo que se vivía aquí, a partir de tanto lío yo me he apartado, no quiero líos con nadie, hago las cosas lo mejor que puedo, yo amo a los niños, pero no los padres".

9. Rabia

"Yo me siento con miedo y coraje. los niños reciben de todo, eso me duele, me duele que tengan que vivir eso".

"Los maestros también son muy agresivos, la situación los ha puesto muy irritables".

10. Culpa

"Nos hacen sentir culpables por los problemas de la comunidad, pero nadie apoya a la escuela".

11. Preocupación

"Siento preocupación porque uno siente que esta situación afecta a los niños, son cosas que inciden como persona y docente. Los niños se amenazan con cualquiera de las pandillas".

"Me siento protegida por la figura de maestra; pero muy preocupada, me duelen las niñas y los muchachos al referirse a lo que ellos viven y deben afrontar".

B. Ante la pregunta ¿cómo cree que ha influido esta situación en su labor como docente?, se obtuvieron los siguientes dominios:

1. Cambios relación docente-estudiante

"Los niños a veces llegan tristes, se amenazan con las pandillas, algunos se sienten mal y lloran y constantemente toca interrumpir las clases por esto, lo que disminuye el rendimiento de nosotros y de ellos en general".

"No me ha afectado a mí, sino a los niños en el hecho de aprender. Es difícil lograr que se concentren, están dispersos, por cualquier cosa se agarran, sobre todo verbalmente. Hay unos que son los que mandan y quieren manejar a los otros. El tiempo que se tiene para dar clase se limita a cinco minutos, porque el resto es solucionando problemas".

"El contexto incide negativamente en los niños. No quieren aprender, abrir otro interés, los ritmos son más lentos, a los niños les gusta ir a la escuela, pero no por el aprendizaje, les gusta lo social".

2. Pobre interacción maestros-padres

"Mi labor se ve afectada y me preocupan los padres, porque ellos ya no se preocupan por sus hijos ni por tener contacto con nosotros".

"Los padres apoyan a sus hijos malos estudiantes y se vienen contra los docentes, aun de manera agresiva".

"Hay preocupación por los chiquitos, algunos de ellos son hijos de los de las pandillas y recuerdo el caso de un niño que tenía muchas dificultades y necesitaba terapia y yo no sabía cómo decirle todo lo que requería su hijo".

"He experimentado temor, porque al docente lo pueden involucrar y uno no sabe, si uno aconseja y orienta ellos lo pueden manifestar en su hogar y puede haber repercusiones, es mejor no hacerlo".

"Mi labor como docente se ha interferido, antes hice talleres de padres y hoy me da temor enfrentarlos, uno tiene que rodear el tema, es mejor no saber nada".

3. Mayor creatividad y retos para el maestro

"El entorno de ellos no es real. No hay libertad para hablar. Tengo el reto de transmitirles seguridad y ayudarles a no sentir temor y conversar".

"En el aula de clase, aun cuando no soy la que coloco el tema, me toca hablar con los chiquitos, les doy indicaciones y eso que me cuentan me sirve para otras cosas".

"La situación inluye en que uno deja un poco lo académico, con el in de rescatar valores; me ha sensibilizado más como maestro, en mi área ellos expresan mucho, para ellos es un desahogo dar vueltas alrededor de la montaña, eso los relaja".

"Uno tiende a despertar en los niños las cosas espirituales, uno trata de dejar claro lo que es bueno, mi curso a pesar de estar muy afectado no dice tanta grosería y hay menor agresión, yo pienso que esta parte ha sido buena".

"Yo acá arriba intento darles futuro a los niños, que tienen que ser buenas personas, que es muy rico ir a la universidad, les hablo de conocer, los niños no conocen el mundo y creen que su mundo es sólo lo que están viendo".

4. Poca autoridad y ruptura de límites

"Han rayado los carros de los maestros, el daño es porque sí, no hay razón aparente para ello".

"El año pasado algunos niños le chuzaron la cola con un lápiz a la maestra mientras escribía en el tablero".

"Un estudiante un día me empujó al pedirle un trabajo escolar, ante esto uno se queda nulo, se les ha dado la libertad a los estudiantes de hacer lo que quieran, el facilismo de pasar y el derecho a la educación. El colegio tiene que recibir todo".

"Hay amenazas, un día una alumna me dijo que su novio era el duro y que el que le haga algo se lo manda y por más que uno no demuestre el miedo, ellos lo notan".

"Sí inl uye, cuando salen al espacio libre no se pueden atajar, son violentos entre ellos física y verbalmente, por lo que es difícil controlar el grupo. Se presentan los dos extremos: los violentos y los que se dejan".

5. Libertades limitadas-restricción espacial

"Ya no tenemos libertad para hablar, trabajar, ni enseñarles a los niños lo que es bueno y lo que es malo por miedo de repercusiones por parte de la comunidad".

"La comunicación con la gente se ha truncado, antes íbamos de casa en casa, ya no, yo no quiero salir del colegio, me da miedo, no hablo en el carro que me sube. Hubiera sido mejor docente si pudiera llegar a la comunidad".

"Callarse se vuelve costumbre. Aquí se debe manejar la ley del silencio".

"Lo que ha pasado es que empezamos a cuidarnos mucho, no es miedo al miedo, pero sí hay que ser muy prudente".

"Antes podíamos llevar a los niños al cerro y al riachuelo para que jugaran al aire libre, ahora no podemos salir a ningún lado, porque es muy peligroso".

"Hace un tiempo agarraron a piedra la caseta en la que dictaba la clase, no pude manifestar el miedo o si no a uno lo dominan, después de eso no volví a ese sitio".

6. Influencia en la salud mental y en lo emocional del docente

"Llevo 19 meses aquí. [llanto] ni siquiera puedo hablar, no soporto más esto, estoy yendo al psiquiatra y estoy con medicación, hace 27 años soy docente, pero siempre había trabajado en lugares donde era un paraíso ejercer la profesión, a pesar de que eran alumnos pobres y marginados, yo no entiendo porque aquí es tan difícil. No he recibido apoyo de las directivas para cambiar de institución. Estoy muy triste, muy mal".

"Hay cansancio emocional, además del desgaste normal por su profesión, consideran que se sienten agotados por la situación actual."

"Un poco apático. Si me ha afectado igual, siento afectación en lo convivencial y lo académico, los niños responden mal y yo los tranco duro, no acepto los insultos, pero igual ellos lo hacen".

7. Compromiso emocional del alumno

"Al vivir lo de la inseguridad, los niños han llegado afectados y dedico tiempo a oír sus angustias. uno logra vivir esa angustia".

"No sé si ha mejorado, lo que sí sé es que ha cambiado la dinámica, las funciones; se llega al aula y se ven otras cosas, nos toca ser más mamás, responder más a lo emocional, expreso más emociones y sentimientos con el niño, hay familias muy disfuncionales sin padre, yo he sido el padre de muchos. En este barrio la mamá tiende a abandonar más que el papá, hay más papás responsables, yo diría que de cada diez niños hay cinco que viven con el papá y cinco con la mamá".

"Uno algunas veces les pregunta qué sienten, los niños no se vuelven rebeldes porque sí. Los niños se empiezan a comportar diferente; por ejemplo, son más inquietos o más retraídos, algunos tienen susto".

8. Menor rendimiento académico

"Sí se ha visto afectado el aprendizaje en los niños, cuando quiero charlar siempre están enfocados en peleas, agresividad, etc. Vienen de un hogar así".

"Siempre al entrar a clase hay problemas verbales o emocionales y al iniciar la clase no se puede hacer caso omiso hasta que no exista conciliación".

"Lo disciplinario y lo académico se vuelve secundario y la acción académica se enfoca en lo social".

"El rendimiento ha disminuido, hay poca atención y abandono de los padres. Motivarlos es complicado".

"Uno reconoce el peligro en el que estamos, es tan grave que ya ha hecho que uno como educador baje el nivel de exigencia; en ocasiones se llama al niño para que él dé la solución, ya el manual de convivencia no sirve, los acuerdos deben ser diferentes y todo se ha ido adaptando al ambiente".

C. Ante la pregunta ¿cómo sugiere a los demás enfrentar esta problemática?, se obtuvieron los siguientes dominios:

1. Solicitan mayor apoyo

"Necesitamos docentes de apoyo para alivianar la carga".

"Es necesario mayor apoyo del Estado, entendiéndose como mayor intervención de la Policía Nacional, Secretaría de Educación, SENA, etc., de tal manera que permitan a la comunidad estar tranquila y brindar oportunidades de capacitación a los miembros de estas pandillas".

"Salud al colegio está muy lejana, no nos colaboran, no sabemos dónde están".

"La otra vez vinieron los de la Secretaría de Educación y nos dijeron que éramos admirables, que éramos unas heroínas, pero quedamos con ese letrero en la frente y hasta ahí, porque no hicieron nada más para ayudarnos".

"El trabajo más importante debe hacerse a nivel de los estudiantes, para esto necesitamos más orientadores y psicólogos, porque hay muy pocos y no alcanzan".

"Es muy importante saber qué hacer en este tipo de problemática, no sabemos si hablar o no hablar, necesitamos que nos capaciten".

2. Actividades lúdicas, deportivas

"Los niños necesitan actividades pedagógicas de cultura y arte".

"Crear actividades diferentes a la clase magistral, es bueno para los niños y para nosotros".

"Actividades de integración y esparcimiento, como eventos deportivos, música, canto y baile, con el objetivo de prevenir el consumo de drogas por parte de los estudiantes".

"Utilizar una herramienta pedagógica que ayude a canalizar las cosas, los deportes ayudan en esto".

3. Actividades espirituales

"Lo que hago a nivel del aula es enfatizar en el ámbito espiritual, soy muy creyente y les enseño la regla de oro 'trato al otro como me gusta que me traten a mí', también les hablo de esto a los padres".

"Es necesario recuperar las dimensiones espiritual y socioafectiva".

"En cuanto a la comunidad educativa, sugiero hacer reflexiones diarias, soy muy pegado a la oración y yo no sé si es que eso ya no sirve, todo el mundo dice todos los días lo mismo, pero nadie cambia".

4. Implementar nuevos métodos o estrategias pedagógicos

"He practicado lo que llamo círculos de armonía, consiste en que se escogen dentro del salón los niños más calmados y conciliadores para que actúen como mediadores cuando hay peleas y éstos deben dar sugerencias de cómo solucionar el problema".

"El paradigma que hemos utilizado debe ser diferente, hemos utilizado un discurso social y ahora debe ser un discurso pedagógico. Acá debemos dar más al axiológico".

"Yo tengo los niños desde primero hasta cuarto y me he cuestionado qué tengo que hacer para crear un ambiente más tranquilo para convivir y tolerarse más. He estado trabajando en el aprendizaje cooperativo para apoyarse más, trabajar en grupo, etc. No ha sido fácil, pero en cierta forma me ha funcionado. Lo otro es el trabajo por proyectos, lo he venido haciendo desde el año pasado, por ejemplo hicimos uno que crearon los mismos niños llamado 'el agua es bendita', de esta forma aprenden a tolerarse más y apoyarse y uno descansa mucho de la clase magistral que es agotadora. Esto me lo enseñó otra profe. También aplico una cuestión democrática, hago que los niños participen en la toma de decisiones del grupo".

"Aprender a manejar relaciones interpersonales, estrategias pedagógicas".

"Lo que yo he hecho es la pedagogía del amor y la escucha, he tenido grupos muy pesados (pandilleros, ladrones, etc.) y con orgullo puedo decir que he logrado sacar a algunos de ese mundo con esto".

5. Leyes en defensa a profesores e incentivos para ellos

"Cambiar las leyes, pues las que hay les dan libertad a los padres

y alumnos de hacer respetar sus derechos, pero no hay leyes que protejan a los docentes. El maestro no vale, estamos desarmados".

"Crear incentivos para los docentes que trabajamos en zonas de conflicto, pues por el contrario reciben mayor carga de trabajo y no son tenidos en cuenta".

6. Mejorar compañerismo entre docentes

"Primero que todo, como docentes, trabajar en grupo, apoyarnos, respaldarnos como sea. Y con los niños convivir con ellos y tratarlos bien, y enseñarles las normas de convivencia".

"Mayor unión, compañerismo y hacer pactos entre docentes. Apoyar a los docentes nuevos que ingresan a la institución y respetar a los antiguos".

7. Mejorar relación maestro-alumno

"Sugerir. Es una situación muy personal la que se vive. Hay que escuchar a los niños y ofrecerles otro estilo de vida. Yo les hablo y les digo que tienen que ser ellos los que deben construir el nuevo cerro".

"Escuchar, pero reducir la importancia y dar énfasis a lo académico".

"Tratamos de hacerles vivir bien cuando están en la escuela, pero ellos salen y se encuentran con otra realidad. Debemos aconsejar, mejorar la calidad de vida, el tiempo en el que están en el colegio".

"También sugiero el diálogo, todos los días le dedico un tiempo para establecer una charla en las mañanas y de esta forma uno se entera de lo que está pasando y el resto del tiempo se dedica a la pedagogía, pues ya se le dedicó el tiempo a la solución de problemas".

8. Escuela de padres y cultura de convivencia

"Hay situaciones que se salen de las manos, porque la cuestión es cultural y familiar, por eso una de las cosas que podríamos mejorar es que la escuela de padres tenga un carácter institucional y que se sancionen las ausencias y se aborden temas de autoestima y castigo".

"La problemática es emocional, lo he comprobado, el 90% de su problemática son los padres".

"Como solución para que funcione la escuela de padres proponen 'que coincida la escuela de padres con el día de entrega de boletines y que antes de entregar las notas, ellos pasen a la escuela de padres.

"Me doy cuenta de que los padres necesitan herramientas para formar a los niños, el origen es la familia".

"Se debe potencializar en valores, en respeto en tolerancia, en hablar y dialogar. Hay que empezar con la escuela de padres".

"Le planteé a la rectora que debemos hablar con ellos [pandilleros] y sentarnos en una mesa, pero eso se quedó en la mitad del camino. Tenemos que coger el toro por los cachos".

9. Separar alumnos de primaria y secundaria

"En primaria no tenemos los problemas que tienen en secundaria, los alumnos de primaria son más manejables, pero lo que los afecta es la influencia de los mayores, por eso la solución es la separación física entre primaria y secundaria".

"Lo mejor es la separación física; lo hemos evidenciado, cuando los de secundaria no vienen todo es una calma, los pequeños dejan de amenazarse con los hermanos mayores".

10. Espacio para alumnos con discapacidad

"Nos envían niños que tienen problemas, algunos con retardo mental no se pueden evaluar y no estamos en capacidad de manejarlos, debería haber un espacio especial para brindarles lo que necesitan".

11. Disminuir el número de estudiantes por salón

"Tenemos muchos estudiantes en cada salón, esto también afecta su comportamiento y es difícil controlarlos".

Discusión

Partiendo de la información proporcionada por los informantes clave (docentes) en la entrevista a profundidad, es evidente que en el sector de interés social se vive una situación de violencia que ha afectado a la comunidad completa, en todos los ámbitos. Esto incluye la influencia sobre las familias, los proyectos de los niños, la labor docente e, incluso, restricciones para transitar por el barrio, por miedo a ser víctima de las pandillas. Hay una queja clara de pobre intervención por parte de las autoridades de orden público y por las entidades del Estado que deben velar por la protección de la integridad de la educación y el bienestar de los maestros que se encargan de este oficio. Lo último concuerda con la percepción de ineficiencia de las autoridades, en lo que se refiere a atajar situaciones de orden público en Bogotá.

Adicionalmente, se percibe que el fenómeno descrito no se trata ya únicamente de un conflicto entre pandillas, sino que ha escalado, convirtiéndose en una forma de vida para quienes forman parte de la comunidad. Esto no aplica solamente para los pandilleros y sus familias, sino que abarca a quienes cambian su comportamiento o movimiento cerca de su vivienda por miedo y también a quienes ahora sienten mayor seguridad con la presencia de las pandillas. Más preocupante es aun el hecho de que los estudiantes de primaria ven las pandillas como un estilo de vida válido, aspiran a pertenecer a una pandilla en el futuro para obtener seguridad, autoridad y prestigio.

La aparición de factores como la desesperanza y la impotencia, la frustración e impotencia, entre otros dominios descritos dentro de los hallazgos en esta población, se relaciona con la magnitud del problema actual y la ausencia de soluciones evidentes para éste. A la vez, nos hacen pensar en la necesidad de intervenciones dirigidas no sólo a la comunidad, sino a los maestros, en el ánimo de reversar este tipo de situación.

Tal como lo habían planteado Nagai y colaboradores en el 2007, las dificultades laborales generan problemas en el ámbito de la salud mental de los profesores. Dentro de las respuestas de los profesores se encontraron alusiones a este fenómeno y al gran componente de tipo emotivo que suscita la situación que viven diariamente. Alrededor de esto, la tristeza, miedo, angustia, culpa, frustración, etc., dan cuenta de este factor. Este tipo de emociones, así como el SAP que se ha comentado en otros estudios de nuestro grupo, se pueden relacionar con mayores incapacidades y con que estos profesionales se pensionen más tempranamente por motivos de salud. Así mismo, introduce la posibilidad de cuestionar algunas de las dificultades como problemas emanados de la actividad profesional.

Por otra parte, al examinar los resultados, se observa una gran variabilidad individual, que muestra la presencia de sensaciones y vivencias tanto negativas como indiferentes y hasta positivas, como respuesta al conflicto. Sin embargo, también es evidente que las descripciones de experiencias negativas con origen en la situación de violencia son claramente mayores en número que las positivas. No se puede dejar de lado que las respuestas de tipo indiferencia y evasión marcan un distanciamiento entre los alumnos y los profesores, hecho que se ha documentado influye sobre la calidad de la relación estudiante-docente y que es parte de los cambios descritos en el SAP y otras alteraciones de tipo emocional.

Es llamativo que las respuestas obtenidas contienen con frecuencia alusiones a los cambios comportamentales y afectivos que notan en los niños en la relación docente, en el dibujo, en el juego, en sus aspiraciones y en asuntos de convivencia cotidiana de los alumnos, incluyendo a quienes están en cursos inferiores. Aún más preocupante es la percepción de algunos docentes de la existencia de elementos negativos dentro de los niños mismos, atribuyéndoles características de agresividad y atrocidad encontradas en la esencia y el alma de los menores a quienes deben formar. Esto puede darse en relación con el miedo que sienten los docentes de imponer disciplina en el aula, y la sensación de que pueden ser traicionados por los mismos niños que se esfuerzan por formar. Así, se lesiona cada vez más la calidad de la educación que reciben estos niños, al impedirle al profesor la posibilidad de llevar a cabo su tarea con tranquilidad.

Los docentes también mencionan que sienten que las condiciones actuales no les permiten hacer su trabajo y que el tiempo dentro del salón se ha convertido en un momento de intentar intervenir en situaciones de dificultades que se dan entre los alumnos, por lo que se ha disminuido el tiempo de clase como tal. Las dificultades que ofrece la comunicación con los estudiantes y con los padres son quejas frecuentes.

No es de extrañar que un docente que se ve inmerso en esta situación sienta que las dificultades son mayores que las recompensas. Esto se resalta al notar que los estudiantes aspiran a continuar sus vidas como miembros de las pandillas y al percibir que ni los menores ni sus padres valoran la educación, al reducir el colegio a "cuidadero". De esta manera, algunos buscan trasladarse a otro colegio, donde esperan que existan condiciones que les permitan trabajar.

Algunos profesores, por otro lado, se sienten respaldados porque sus alumnos hacen parte de las pandillas y se sienten protegidos por éstas, hecho que probablemente también influye en el aula. Otros profesores muestran ejemplos de resiliencia, en la medida en que han intentado manejar la situación como si se tratara de un reto, enfrentándola con creatividad e instaurando nuevos métodos personales para manejar la situación.

Entre las propuestas más evidentes de solución se observa que frecuentemente se piden espacios con mejor comunicación en el ámbito escolar entre profesores y alumnos, con la comunidad, con las pandillas y con los padres. Piden la formación de grupos de jóvenes con una orientación diferente a la violencia, y el apoyo del Estado por medio de sus entidades. Una propuesta de solución encontrada fue ofrecer incentivos a los docentes que ejercen su trabajo en zonas de conflicto, y esto es llamativo debido a que se ha documentado en trabajos previos que el agotamiento profesional se relaciona con la percepción de los profesores de un desequilibrio entre el esfuerzo realizado en el trabajo y la compensación que reciben a cambio.

Por otra parte, es notoria la percepción de influencia de estas situaciones de violencia sobre la calidad de la educación, y cómo en este tipo de situaciones los docentes tienen diversas respuestas, que van desde querer negar la realidad, en un intento de aislarse de las dificultades y de protegerse de un medio que sienten difícil o, por qué no, imposible de cambiar. En tanto que en el otro extremo observamos docentes que pueden ver en estas situaciones un reto que los obliga a mejorar su actuar como pedagogos y asumir roles que corrientemente no asumirían.

Para nuestro conocimiento, éste es el primer estudio en dicho campo que provee alguna información sobre la influencia de la violencia en los docentes y, posiblemente, en su calidad docente.

Finalmente, pensamos que este tipo de problemáticas requiere un manejo interdisciplinario, una coherencia en el trabajo de las entidades gubernamentales, apoyo a los docentes y sus colegios, y aplicación de modelos, como el propuesto del Grupo de Trabajo en Resolución de Conflictos (GTRC), que pueden dar alguna respuesta a este tipo de problemáticas.

Conclusiones

Se conoce que los profesores que desarrollan su labor en situaciones de violencia están en riesgo de desarrollar SAP. En el sector estudiado ya se observa compromiso en la relación docente-estudiante, docente-padre y docente-docente, relacionado con la vida que lleva la comunidad afectada por las pandillas.

Los estudiantes y sus padres tienen la concepción del colegio como una guardería, y los estudiantes aspiran a participar en el futuro como pandilleros, para validar su posición en la sociedad y tener algún sentido de control, autoridad y futuro.

Se deben formular y llevar a cabo estrategias para disminuir el conflicto, especialmente en el colegio, que debería ser un área neutra y protegida, donde tanto docentes como estudiantes tengan la posibilidad de enseñar y aprender, sin vivir a la sombra constante de una amenaza contra ellos.

Se requiere la creación de espacios de diálogo e implementación de estrategias de comunicación efectivas que permitan una mejor interacción entre los diferentes actores, no sólo entre los estudiantes y maestros, sino que también involucre a los padres de familia, autores del conflicto armado y las otras aéreas de la comunidad, para poder llegar a soluciones de fondo que sean duraderas y tengan un impacto a futuro.

Los docentes llevan a cabo una labor que es indispensable para la sociedad, y es imprescindible que sean apoyados en su rol por las autoridades competentes, no sólo en cuestiones de seguridad, sino, también, al garantizar su salud física y emocional e incentivar su labor, que cada día es más difícil a causa de la violencia.

Agradecimientos

A todos los docentes por su ayuda en la realización de estos grupos y por la información brindada.


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Conflicto de interés: los autores manifiestan que no tienen ningún conflicto de interés en este artículo.

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