Editorial

La información, el conocimiento y las personas

Nuestra generación ha sido testigo del dramático cambio que se produjo con la introducción de internet en el mundo. La posibilidad de tener información y conocer el mundo a través de esta red se ha dado de manera vertiginosa, a veces con mayor velocidad de la que hubiéramos querido. Este cambio nos ha obligado a cambiar y a adaptarnos rápidamente. Ejemplo de su influencia en la psiquiatría es cuando en los años ochenta o antes teníamos que recurrir al famoso Index Medicus para buscar uno que otro artículo que pudiera ayudarnos a resolver el enigma que tuviéramos, además de los costos cuando requeríamos traer un artículo del exterior. En esa época, de cada 100 artículos preseleccionados, en Colombia conseguíamos de 3 a 10, si nos iba bien. Más adelante, en los años noventa, comenzó a introducirse internet en nuestro quehacer profesional. Hacia 1994 dictamos los primeros cursos sobre cómo buscar literatura médica en la red, que, dicho sea de paso, tuvieron un éxito rotundo. Ya para entonces encontrábamos en nuestro país de 30 a 50 artículos de cada 100 preselecionados en MedLine o en otra base de datos. Hoy en día podemos realizar esta misma búsqueda desde la casa conectándonos a bases de datos o a bibliotecas con capacidad de darnos esta opción. En días pasados logré reunir en un solo día 94 artículos de 100 que se requerían para un trabajo que estaba realizando. Así mismo, muchos de ellos se consiguen de manera gratuita.

Es notable también la penetración que han tenido buscadores como Google, Yahoo y otros en medicina, además de las bases de datos clásicas, como MedLine, PubMed, Embase, SciELO y Cochranne, o algunas más comerciales, como OVID, Elsevire y EBSCO. En internet conseguimos un sinnúmero de artículos, libros, conferencias y películas que en conjunto con las bases mencionadas proveen mucha información, alguna buena, otra regular y finalmente otra que, además de tendenciosa, deja mucho que desear en lo científico. Una vez tenemos dicha información, está en nosotros poder clasificar y leer críticamente todo lo que se nos ofrece y procurar actuar de manera académica y objetiva al momento de seleccionar uno u otro artículo.

Al respecto en la Asociación Colombiana de Psiquiatria (ACP), con nuestros representantes en la Junta Directiva y el Comité de Publicaciones, debemos tener gran cuidado al momento de informar a través de cualquiera de nuestros medios de comunicación. Esta información debe propender por ser precisa, veraz, objetiva y oportuna. Asi mismo, debe evitarse informar parcialmente o con errores y sin los elementos de juicio necesarios. Más aún cuando una información puede lesionar la persona o los intereses de un tercero.

En la Revista Colombiana de Psiquiatria y en los Cuadernos Enlace existe el privilegio de tener pares académicos y de contar, por lo general, con un tiempo prudencial para analizar los articulos que se van a publicar. Sin embargo, en la página web la información se produce rápidamente y, dado su carácter informativo y periodistico, conlleva un mayor riesgo de presentar errores. Por ello debemos ser mucho más cuidadosos al evaluar lo que se va a publicar. Si lo que pretendemos publicar en la web es de carácter científico -por ejemplo un nuevo descubrimiento, un efecto adverso, un reporte de revista-, debemos siempre analizarlos de manera objetiva, utilizando para ello muchas de las recomendaciones que se proveen en la medicina basada en la evidencia. En caso de no hacer esto, podemos estar desviando la atención de nuestros lectores, informando inadecuadamente y, en ocasiones, favoreciendo intereses de terceros.

Por otra parte, cuando se reproduce un artículo de un medio de comunicación (periódico o revista de carácter no científico), tenemos el deber de cuidar a quienes puedan estar implicados y en ningún caso debemos reproducir textos que atenten contra el buen nombre de las personas. Menos aún cuando conocemos personas que han tenido un recorrido importante e impecable, como la Dra. Luz Janeth Forero, ex directora del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de quien lamentablemente se reprodujo en nuestra página web un articulo publicado en el diario El Heraldo, de Barranquilla, y que equívocamente se refiere a ella en términos despectivos, poco veraces y desobligantes.

Finalmente, consideramos que nuestra Junta Directiva, en cabeza del Dr. Bornacelli, y en nuestros medios de comunicación, en cabeza de los doctores Rafael Vásquez (página web), Carlos Cardeno (Cuadernos de Enlace) y Carlos Gómez-Restrepo (Revista Colombiana de Psiquiatria y Comité de Publicaciones), debemos velar por brindar la mejor información -es decir, que provea un real conocimiento- y evitar sobre todo hacer daño injustificado a cualquier persona.