La psiquiatría actual en Colombia enfrenta múltiples retos que incluyen las disparidades sociales, los fenómenos de exclusión social, las experiencias de violencia, los problemas de acceso a recursos de salud y las formas culturales de vivir el sufrimiento psíquico en nuestro contexto. A estos retos se suman los efectos de la pandemia por COVID 19 que ha aumentado la prevalencia de problemas y trastornos mentales diversos y han amplificado los retos descritos del campo. Este repertorio de retos es moldeado por un creciente estado de movilización política global impulsado por colectivos que demandan reducción de las disparidades sociales, y que reclaman equidad en relación con identidades humanas étnicas, de género y de diversidad sexual.

Este panorama retador invita a reforzar el trabajo académico para estudiar formas de reducir los impactos de los síntomas y trastornos mentales en la población, pero, además, para estudiar formas para mejorar los niveles de salud y bienestar mental, cerebral y físico en las personas. Algunos de los desarrollos académicos recientes más importantes en psiquiatría y salud mental invitan a estimar los contextos de los individuos incluyendo los determinantes sociales de la salud, las interacciones entre individuos y la naturaleza y la comprensión de las fuerzas y sistemas sociopolíticos que inciden en el bienestar físico y mental de las personas. Así pues, la posibilidad de tener salud mental depende en parte de la evidencia generada por los espacios académicos para promover equidad en salud mental estimulando la reducción de las desigualdades sociales, la búsqueda de equidad para colectivos de identidades humanas excluidas y la reducción de estigmas de las personas con problemas mentales.

El rol de la academia en promover la equidad en salud mental se articula con el Informe mundial de salud mental de la OMS de junio de 2022 que llama a un cambio radical en la forma en que se valora, se protege y se cuida la salud mental.

Este informe invita a desarrollar espacios comunitarios para la atención de condiciones psiquiátricas que previamente solo se atendían en hospitales psiquiátricos u hospicios. El informe además estimula a consolidar comunidades para el cuidado de la salud mental a través de la implementación de redes de servicios asistenciales con programas de atención de alta complejidad y con programas que promuevan estrategias de prevención, promoción, cuidado de la salud mental y reducción del estigma asociado.

Frente a este panorama, la Revista Colombiana de Psiquiatría tiene un compromiso relevante para promover evidencia de calidad sobre las iniciativas en psiquiatría y salud mental actuales con impacto a nivel regional. La revista además pretende impulsar un espacio crítico de reflexión sobre el rol que tienen los profesionales y académicos que trabajan en el campo de la psiquiatría en la región. En este sentido es una revista promovida desde el sur global que buscará la cercanía con las comunidades; una revista con-textualizada, situada, diversa, incluyente y sensible a las búsquedas de equidad que permiten mejorar la salud mental y cerebral.

Por primera vez escribo este editorial como nuevo director de la Revista Colombia de Psiquiatría. Me siento honrado y motivado por la oportunidad que me han concedido para liderar los procesos editoriales de esta revista. A los trabajadores en psiquiatría y salud mental, a nuestros lectores, acepten mi compromiso para ayudar a que la revista se vuelva un lugar de enunciación activo sobre los temas relevantes para la psiquiatría nacional y sobre los diálogos que nuestra psiquiatría establece con la psiquiatría global, las ciencias biológicas, las ciencias sociales, las humanidades y las artes. Aprovecho esta oportunidad para enviar un mensaje de agradecimiento y reconocimiento especial al Dr. Carlos Palacio por el trabajo dedicado, riguroso y de alta calidad que ejerció durante el tiempo que asumió el rol de Editor de la Revista Colombiana de Psiquiatría