Introducción
El desarrollo infantil es comprendido como un proceso permanente de reconstrucción y reorganización o de avances y retrocesos a nivel socio-afectivo, cognitivo y motor 1. Sus aspectos relevantes se pueden analizar y valorar desde la epidemiología; no obstante, debido a su alta complejidad, los estudios realizados muestran una baja significancia estadística 2. Datos sobre la mortalidad infantil explicitan que el riesgo de morir antes de los 28 días de nacido es 2.5 veces mayor en los países más pobres y antes de los 5 años es 3 veces mayor comparado con países de ingresos más altos de acuerdo a estadísticas de la Unicef 3. En 2016, la tasa mundial de mortalidad en menores de 5 años fue de 41 por cada 1 000 nacidos vivos; en específico, para Colombia fue de 15 por cada 1 000 nacimientos y la tasa de mortalidad en neonatos fue de 9 por cada 1 000 nacimientos 4.
Todo recién nacido presenta un potencial para su desarrollo, el cual puede ser o no adquirido acorde a influencias de factores intrínsecos, como la genética y plasticidad cerebral, y extrínsecos, como la salud, la nutrición, el ambiente y las condiciones socioeconómicas 5,6. Estos últimos, como refiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), tienen un impacto en la mortalidad en menores de 5 años cuando es desfavorable y se asocia a la población más pobre 7. A este aspecto hay que añadir las condiciones en las cuales el niño crece y se desenvuelve, que repercuten en la salud y en el acceso a oportunidades durante la vida adulta 8-11, de tal manera que el objetivo de esta revisión es responder si existe una relación entre el desarrollo infantil y la condición socioeconómica, indagando además respecto a la perspectiva desde la cual los autores han abordado esta temática.
Materiales y métodos
Para conseguir el objetivo propuesto, se realizó una revisión bibliográfica de artículos que analizaron la asociación entre nivel socioeconómico y desarrollo infantil como tema central teniendo en cuenta aspectos como el concepto, la evaluación y la relación entre las dos variables.
La búsqueda se realizó entre el 1 de abril y el 28 de junio del 2017 utilizando las palabras clave "Social class" AND "movement disorders, child development". Las bases de datos y fuentes de información consultadas fueron: Annual Reviews, DOAJ, EBSCOHost Research Open Access Journals, SciELO, PePSIC, Scopus, LILACS, PubMed, PEDRo y ScienceDirect.
Los criterios de inclusión utilizados para seleccionar los artículos fueron dos: que existiera una asociación, con su respectiva descripción, entre desarrollo infantil o alguna área derivada del mismo (motor, cognitivo, lenguaje o personal-social) y la condición socioeconómica y que la población se correspondiera con el rango etario comprendido entre recién nacidos y 18 años.
El tiempo de revisión bibliográfica fue el comprendido entre enero de 2012 y marzo de 2017; la búsqueda se hizo en publicaciones en portugués, español o inglés. Luego de realizar exclusiones por título, resumen y contenido, se encontraron 10 artículos (9 ensayos clínicos y 1 revisión sistemática) (Figura 1).
Resultados
A continuación en la Tabla 1 se presentan las características descriptivas fundamentales de los artículos seleccionados (diseño, muestra, edad, condición socioeconómica, desarrollo infantil y resultados).
Tabla 1 Descripción de los artículos seleccionados.

F: distribución de Fisher de probabilidad; Ev: evaluación; MG: motricidad gruesa; MF: motricidad fina; NEM: nivel educativo de la madre; NEP: nivel educativo del padre; EP: escolaridad de los padres.
Fuente: Elaboración propia
En cuanto al lugar de publicación, predominó Sudamérica -cinco de Brasil 14,17-20 y dos de Colombia 13,21-, seguido por una publicación en Norte América 16, una en Centroamérica 12 y otra en Asia 15. Acorde al diseño de estudio, se destacaron las publicaciones de tipo observacional transversal 12-14,17,19-21; los estudios analizaron edades desde recién nacidos hasta 15 años, con una distribución levemente superior para el rango comprendido entre 1 mes hasta los 4 años 13,14,16-19. Respecto a la profesión de los autores, 15 fueron psicólogos 12,16,18-21 y 7, médicos (13-16, 20); en una proporción de 3 o menos se encontraron fisioterapeutas, estadísticos, microbiólogos, fonoaudiólogos, ingenieros civiles, bacteriólogos, odontólogos, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales 13-17,20.
Guerreiro et al.17 definieron el desarrollo infantil como "secuencia de cambios en el comportamiento y procesos subyacentes, siendo influenciado por factores biológicos y la interacción con el ambiente físico y social". Otros artículos lo hicieron a través del área considerada 12,13,18,20,21 o desde las variables analizadas 14,15,19; su abordaje se hizo desde desarrollo infantil 17, neuronal 16, lingüístico 19, psicomotor 15, motor 14,19, retardo psicomotor 13 y funciones ejecutivas 12,18-21.
La evaluación de las áreas de mayor a menor frecuencia correspondieron a cognitiva 12,15,18-21, motricidad fina 13,15-17,19, motricidad gruesa 13,15-17,19, lenguaje 13,15,17,19 y el área personal y social 13,15,17, como se muestra en la Tabla 2.
La condición socioeconómica fue abordada desde la epidemiologia clínica tomando el enfoque sociológico funcionalista, planteada desde nivel socioeconómico 12,18,20,21, condición socioeconómica 14,17,19, factores socioeconómicos 15 y desventaja socioeconómica 16. En relación a la epidemiologia crítica desde la perspectiva relacionista, se planteó la condición de vida de forma analítico-descriptiva 13.
De acuerdo al lenguaje empleado en el desarrollo de estos artículos, el término desde la perspectiva funcionalista con mayor frecuencia fue el nivel socioeconómico, definido por Braveman (citado por 12) como el "Conjunto de bienes materiales y características no económicas, como el prestigio social y educación, las cuales se asocian al nivel de estrés y calidad de vida, así como a aspectos generales de salud y de habilidad cognitiva" o desde las propias variables analizadas 14,19,21. En contraste, la perspectiva relacionista fue abordada como condiciones de vida, las cuales se refieren al producto de las relaciones sociales y el poder que determinan la distribución de bienestar o de sufrimientos a los que acceden los grupos o individuos 13.
Además, en lo que respecta a las variables consideradas para el análisis de la condición socioeconómica, las más empleadas fueron la educación de los padres 12-21 y los ingresos (tanto familiares como per cápita) 12-21, seguido por la ocupación de los padres 13,15-21 (Tabla 3).
En el aspecto socioeconómico, la variable abordada en la totalidad de los artículos fue el nivel socioeconómico clasificado de acuerdo a los ingresos y a otros bienes materiales. En nueve de las publicaciones, esta variable tuvo influencia sobre el desarrollo infantil y la investigación restante, dada la homogeneidad de la muestra, no presentó resultados significativos 17.
Entre otras variables apreciadas, se encontró el bajo nivel educativo de ambos padres 12-20, cuya relación con el desarrollo infantil muestra que en la mayoría de ellos presenta una significancia. Además, fue abordado el estado civil de la madre, considerando como factor de riesgo el ser soltera 14. Todos estos factores de riesgo desencadenaron alteraciones en el desarrollo infantil a nivel cognitivo 12,13,15,18,20,21, motor 13,14,15 y del lenguaje 15,18; en dos estudios no se especificó el tipo de alteración 16,17 (Tabla 4).
Discusión
En esta revisión se pone de manifiesto que en todos los artículos existe una relación significativa entre la condición socioeconómica y el desarrollo infantil, de tal manera que cuando la condición es desfavorable influye de forma negativa y, por el contrario, cuando esta condición es adecuada, permite al niño acceder a oportunidades en el contexto que le propicien un mejor desarrollo.
Desde las profesiones con interés hacia esta temática, la mitad de los artículos fueron de psicología abordando habilidades cognitivas; las habilidades motoras o de lenguaje -bajo el objeto de estudio de la fisioterapia y la fonoaudiología- estuvieron en dos y un artículo, respectivamente. Se resalta aún más la ausencia de profesionales y auxiliares de enfermería, quienes por ejemplo en Colombia son los responsables de la vigilancia del crecimiento y desarrollo infantil a través de la estrategia de Atención Integrada a las Enfermedades Prevalentes de la Infancia 2.
Ante el objetivo de encontrar una variable de carácter social, se esperaba mayor participación de profesionales de disciplinas de ciencias humanas como sociología y antropología, pero solo un estudio incluyó trabajadores sociales; por tanto, se debe resaltar la importancia del trabajo interdisciplinar o incluso transdisciplinar, el primero visto como aportes desde las disciplinas y el segundo como realidad integradora de estas 22.
Referente al lugar de investigación, prevalece Latinoamérica (80%), lo que puede obedecer a las condiciones de pobreza, inequidad, crisis políticas y económicas e índices de desigualdad más altos que determinan la salud infantil en este territorio en comparación con otras regiones en vía de desarrollo 23. Un indicador crucial para vigilar el desarrollo de los países es la tasa de mortalidad infantil 24, la cual presenta tendencia a disminuir 25, es mayor en la primera infancia en familias con menor estatus socioeconómico e iguala su tendencia en la adolescencia 26,27.
Respecto al diseño de los estudios, en su mayoría fueron observacionales tipo transversales, los cuales no manifiestan la situación en relación temporal. Por otro lado, un estudio fue longitudinal retrospectivo 16, el que sería un tipo de estudio adecuado para evidenciar cambios en el desarrollo infantil al ser un proceso de continuas modificaciones en las habilidades de los niños con variaciones en el tiempo 28.
Asimismo, no se halló ningún estudio cuasi experimental o experimental que cumpliera los criterios de temporalidad preestablecidos, lo que evidencia la necesidad de realizar estudios de este tipo en torno a la temática aquí expuesta; aun así, se localizó un estudio cuasi experimental en Bolivia con el Proyecto Integral de Desarrollo Infantil que ofrecía servicios de salud, nutrición y educación a niños desde los 6 meses hasta los 6 años. Allí se observó que los niños después de los 3 años mejoraron la adquisición de habilidades en el lenguaje, habilidades motoras y socioemocionales a corto plazo en lugares de pobreza 29.
Otro artículo cuasi-experimental evaluó la flexibilidad-impulsividad cognitiva en 110 niños de 6 años con intervenciones de 30 minutos, 3-4 veces por semana, durante 3 meses en escuelas urbano-marginales de alto riesgo de pobreza (como grupo experimental) y en una escuela de clase media (como grupo control). Los resultados mostraron en la primera evaluación niveles inferiores en los grupos vulnerables por pobreza y que después de recibir la intervención disminuyen los errores (p<0.001), obteniendo un desempeño superior en tareas de planeación y aumentando el tiempo de latencia para tomar decisiones (p<0.000) 30. Este estudio pone de manifiesto la efectividad de programas dentro del aula y el impacto de intervenciones en los factores sociales y familiares, así como en su contexto 31-33.
En relación a las edades, fueron más frecuentes entre 1 y 4 años, seguidos por el rango de 4 a 7 años. Esto puede explicarse desde una mirada biológica en la cual hay períodos sensibles para el desarrollo de distintas competencias y habilidades, en donde los factores sociales y culturales son facilitadores y estimulantes para su madurez 34-38.
Relacionado con el desarrollo infantil y su concepto, este es entendido como parte del desarrollo humano, un proceso individual y dinámico con cambios en el crecimiento físico y en las habilidades sensorio-motoras, cognitivas, psicosociales y del lenguaje que se complejizan gradualmente, iniciando desde la vida intrauterina y siendo influenciado por el ambiente para responder a sus necesidades y las del entorno dependiendo del contexto 2,39. La anterior definición la acoge solo un artículo 17, mientras otros cuatro la construyen a partir de las variables que tienen las escalas de desarrollo infantil, disminuyendo su valor científico ya que la definición brinda una explicación clara y exhaustiva del concepto en el que se desarrolla el estudio y permite orientar al lector 40.
Dada la descomposición en variables, se presentó un abordaje del desarrollo infantil como la suma de categorías, contraria a la visión epistemológica de la teoría de Gestalt, que se opone a la labor investigativa de la descomposición de lo complejo, dando relevancia a factores relacionales y estructurales, aspectos que al evaluar el desarrollo infantil y la influencia del contexto social plantean un postulado interesante a ser considerado 41,42.
Respecto a los indicadores de evaluación, el aspecto social no tiene lugar o presenta poca relevancia; la encuesta es una herramienta que permite su mejor análisis 43, sin embargo no fue ampliamente empleada.
El abordaje de las condiciones socioeconómicas podría partir desde un enfoque sociológico funcionalista o desde uno relacional. El primero (tomado en 9 de 10 artículos) considera la desigualdad como un gradiente medido a través de la estratificación social y lo hace realizando un análisis desde la uni o la multi causalidad lineal, partiendo desde la epidemiología clásica, aplicando la metodología positivista y llegando apenas a nombrar en la discusión los determinantes sociales planteados por la epidemiología de transición 44-46. De tal manera que con regularidad se mantuvo la noción exposición-vulnerabilidad ignorando su distribución por clases sociales y la determinación sociohistórica. Con lo anterior se evitó dar a las relaciones conflictivas entre grupos la posición de causa básica que se obtendría al usar la clase social como indicador 44,46 y se imposibilitó el conocimiento de la sociedad que podría dar lugar a su transformación 46.
Lo social aparece como una variable aislada que incide en las condiciones patológicas de las personas, se trata de una explicación reduccionista y fragmentada de la realidad 46 que asume las propiedades de las partes (los individuos) como la base del comportamiento del todo 46,47 y donde se exime al Estado atribuyéndole al individuo la total responsabilidad de su condición de salud 46, en este caso en la infancia, aun cuando los niños no poseen autonomía en la toma de decisiones referentes a la misma 48.
Por otra parte, la epidemiología crítica, tomada como base por uno de los artículos analizados 13, propone como categoría la determinación social mediante la clase social, permitiendo enlazar la producción y distribución de salud 45.
Carmona-Fonseca & Correa 13 ponen en discusión el proceso de salud-enfermedad desde el abordaje de los determinantes sociales como lo asume la OMS, donde los factores de riesgo o variables causales no analizan los procesos histórico-sociales y dinámico-dialécticos de la determinación social en los que se basa y crea un determinado grupo 13,49-51.
Pese a no ser el término que más engloba la complejidad de la condición social, el nivel socioeconómico asumido como ingresos o bienes materiales, junto con el nivel educativo y ocupación de los padres, son las variables más evaluadas con resultados estadísticamente significativos; esto se corrobora con estudios de años anteriores, siendo el analfabetismo materno (p=0.018), los mayores niveles de pobreza (OR: 3.12, p=0.0018) y la falta de educación preescolar (OR: 2.46, p=0.0075) asociados a un impacto negativo en niños de 4 años 52; por otro lado, la baja renta familiar (OR: 2, p<0.001) y la baja escolaridad materna (OR: 2.2, p<0.001) presentan mayor riesgo de déficit en menores de 12 meses 53, con resultados similares en otro estudio que evaluó el desarrollo fonológico en niños de 4 a 6 años 54.
Las condiciones socioeconómicas en las cuales los niños nacen y tienen su crianza influyen en la salud de la vida adulta 8-11, de tal manera que asegurar un buen comienzo desde la vida prenatal es el primer punto crítico para mejorar la salud y el bienestar de las generaciones futuras 48. Esto va acorde con el objetivo de la OMS de "eliminar la brecha de salud en una generación" 55 y cobra importancia al valorar la existencia del ciclo de reproducción de la pobreza, donde las condiciones desfavorables se "heredan" sin tener un punto de inflexión que permita modificarlas 56.
La inversión en programas en la primera infancia es cuatro veces menor que en edades avanzadas y tiene un retorno positivo 23,57. Por esto, y a raíz de las correlaciones halladas entre el nivel socioeconómico y el desarrollo de patologías con consecuente riesgo en el desarrollo motor, se han establecido medidas de intervención necesarias en salud pública que pueden ser clasificadas en cuatro niveles: 1) estrategias individuales, 2) comunitarias, 3) modos de vida y entornos escolares y 4) promoción de prácticas sanas 58, las cuales se relacionan con la lactancia y el entrenamiento en técnicas de crianza 59.
También se han establecido programas de evaluación e intervención temprana que incluyen visitas a domicilio en la primera infancia de alta calidad y accesibilidad a servicios de atención primaria, además de facilitar el acceso a escuelas infantiles (0-3 años), lo que genera a largo plazo disminución en la deserción escolar secundaria y el comportamiento criminal y aumento de empleo, que a su vez podría contribuir a disminuir la crisis pensional y sanitaria generada por el incremento del envejecimiento ante la disminución de la fecundidad y la mortalidad y de la expectativa de vida 60,61.
Se destaca la necesidad de profesionales capacitados en la evaluación e intervención del desarrollo infantil 48, con una visión integradora 62 y habilidades para la comunicación interdisciplinar efectiva, en especial con neonatos prematuros 63.
La limitación de este trabajo viene dada por el bajo número de artículos, razón por la cual las conclusiones generadas son parciales al no ser una revisión sistemática.
Conclusiones
El desarrollo infantil está influenciado por condiciones socioeconómicas, las que a su vez son determinadas por aspectos histórico-culturales; estas son evaluadas en su mayoría desde la sociología funcionalista como factores aislados, entendiendo las consecuencias como efectos. El abordaje del desarrollo infantil es complejo, por lo cual se requiere un enfoque metodológico holístico e integrador que dé lugar a la historicidad como elemento nodal.
En el futuro se estima necesario la realización de estudios longitudinales que permitan determinar la influencia social en el desarrollo infantil y valorar la necesidad de intervenciones desde la salud pública que promocionen una infancia saludable.