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Ideas y Valores

Print version ISSN 0120-0062

Ideas y Valores vol.57 no.137 Bogotá May/Aug. 2008

 

Dos vidas de heterodoxos Bost, H. Pierre Bayle. París: Fayard, 2006. 683 pp.

 


La única manera de resumir en dos palabras la compleja personalidad de Pierre Bayle (Carla, sur de Francia, 1647 - Rotterdam, 1706) es precisamente esta: "Pierre Bayle". En efecto, es ya un lugar común entre los biógrafos y comentaristas sostener que no es nada simple definir a Bayle. Ya poco después de su muerte, escribía el jurista Mathieu Marais: "Vous me direz, mais qui était donc M. Bayle? Et à cela je répondrai, il avait plusieurs esprits" (113) (Me diréis: ¿pero quién era entonces el Señor Bayle ? Y a ello respondería que él tenía muchos espíritus.)

Y Thomas Lennon, en un libro reciente: "Just to take the twentieth-century literature, the suggestions are that Bayle was fundamentally a positivist, an atheist, a deist, a sceptic, a fideist, a Socinian, a liberal Calvinist, a libertine, a Judaizing Christian, a Judaeo-Chistian, or even a secret Jew, a Manichean, an existentialist" (15) (Para tomar sólo la literatura del siglo XX, las sugerencias son que Bayle era fundamentalmente un positivista, un ateo, un deísta, un escéptico, un fideísta, un Sociniano, un calvinista liberal, un libertino, un cristiano judaizante, un judeo-cristiano, o hasta un judío secreto, un maniqueo, un existencialista).

Se ha dicho ya antes que Pierre Bayle fue muchos hombres: un protestante francés refugiado en Rótterdam en los años salvajes de la persecución católica en Francia; un panfletista furibundo que luchó contra la intolerancia religiosa y la superstición; un historiador incrédulo; un brillante crítico literario que dictó el gusto estético de su época; fue, o quiso ser, un fideísta cristiano convencido; un cáustico satirista y un "super-escéptico" (Popkin) mortífero, capaz de destruir con sus razones cualquier dogma de la razón; acaso sin pretenderlo, fue el más importante predecesor de la Ilustración europea; el responsable de los peores dolores de cabeza de Leibniz y de los mejores argumentos de Berkeley, Hume, Voltaire, Diderot; y fue, además -y quizá en este atributo se reúnan la mayoría de los anteriores- el autor de una de las obras más agudas e influyentes de la historia del pensamiento moderno: el Diccionario histórico y crítico. Todos estos hombres, todas las razones para ellos, y todos los panfletos y libros a través de los que se manifestaron se encuentran en este libro de Bost.

Ya Hubert Bost había publicado extensos estudios sobre aspectos particulares de la obra de Pierre Bayle: Un "intellectuel" avant la lettre: le journaliste Pierre Bayle (1647-1706). Amsterdam- Maarssen: APA-Holland U.P., 1994, y Pierre Bayle historien, critique et moraliste. Turhout: Brepols, 2006. Su admirable biografía viene a completar el cuadro intelectual de uno de los hombres más interesantes, uno de los pensadores más inquietos y multifacéticos, y uno de los espíritus más libres de los siglos xvii y xviii (y no hay que olvidar que estos dos siglos vieron nacer a Spinoza, a Leibniz, a Swift, a Voltaire, a Kant…). Y es que resulta posible que hoy en día el nombre Pierre Bayle diga poco a los amantes de la versión más ortodoxa (más comprimida, más estrecha) de la historia de la filosofía; pero no es exagerado afirmar que Bayle fue una de las principales fuerzas intelectuales de la Ilustración.

Hubert Bost sostiene que esta nueva biografía de Bayle tiene un objetivo doble: comprender el contexto de los textos e interrogarse sobre la coherencia del personaje. No habrá lector que dude del éxito de la empresa: la narración está muy bien lograda y sabe explotar muy bien la miríada de fuentes que giran en torno a la vida y las publicaciones de Bayle (así, el capítulo 14, dedicado a las reacciones inmediatas a la publicación del Diccionario, es una excelente investigación sobre el sistema de censura de la iglesia protestante en Holanda, y sobre los ingeniosos medios empleados por Bayle para eludirlo); y todo el libro ofrece sin duda un retrato bastante consistente de un hombre que quiso, y en gran medida pudo, hacer de todo en el mundo intelectual de su tiempo.

Antes de la aparición de la obra de Bost, las dos principales biografías de Pierre Bayle habían sido escritas por Pierre Des Maizeaux (Vie de M. Bayle, en: Pierre Bayle, Dictionnaire historique et critique (5ª edición). Amsterdam- Leyde-La Haye-Utrecht, 1740, tomo I) y por la principal experta en el pensamiento de Bayle, Elisabeth Labrousse (Pierre Bayle I: Du Pays de Foix à la cité d’Érasme. La Haye: M. Nijhoff, 1963 [reedición: Dordrecht: M. Nijhoff, 1985]). Como indica Bost, si bien Des Maizeaux, quien conoció personalmente a Bayle, tuvo a su disposición una cantidad considerable de documentos, no supo explotarlos adecuadamente, y además (lo cual no es inusual en las vitae escritas antes del siglo xix) es imposible ignorar el tono casi hagiográfico de su obra; por otra parte, la decisión de Labrousse de tratar por separado la vida y la obra de Bayle trae consigo el resultado paradójico de que el período holandés (Bayle vivió como exiliado protestante en Rótterdam desde 1681 hasta su muerte en 1706), el más fructífero en el nivel intelectual en la vida de Bayle, reciba en la biografía un tratamiento modesto. No parece probable que tras la aparición del concienzudo estudio de Bost, otra biografía de Bayle sea pertinente durante muchos años.

Mattheus, B. Cioran - Porträt eines radikalen Skeptikers. Berlín: Matthes & Seitz, 2007. 367 pp.

Los filósofos -recuerda Bernd Mattheus, el autor de la más reciente biografía de E. M. Cioran, la cual promete convertirse en la biografía de Cioran- condenan al pensador rumano por escribir libros sobre sí mismo, por hacer de su propia persona el centro de su filosofía (o de las sucesivas filosofías contenidas en sus diferentes tomos de aforismos y ensayos, ecos de aquel primer libro tormentoso publicado por primera vez en rumano en 1934, En las cimas de la desesperación). Se podría refutar a los filósofos -y a Mattheus- recordando a Descartes, quien destruyó el sistema completo de conocimiento a partir de sus propias dudas escépticas, y lo recompuso a partir de la certeza de la realidad de su propio yo; recordando a Schopenhauer, quien, partiendo de la interpretación metafísica de las pulsiones, los deseos, y del mero funcionamiento orgánico de su propio cuerpo, pretende descifrar de una vez por todas el enigma kantiano de la cosa en sí, etc. A esta refutación se podría responder que, a diferencia de Cioran, Descartes y Schopenhauer usaron la referencia germinal al individuo justamente como punto de inicio de un largo camino hacia un sistema de supuestas verdades objetivas y generales; Cioran no sale jamás del nivel personal, y, aforismo tras aforismo, libro tras libro, obsequia distintas versiones de la misma letanía quejumbrosa de su fastidio frente al mundo, a Dios y a sí mismo. (A su vez, esta respuesta se podría comentar diciendo que entonces los filósofos prefieren entregarse a alguna falacia inductiva -a una generalización precipitada, a una falsa analogía- a distraer sus intelectos con problemas personales, etc.)

Sea como fuere, y sea cual sea la relación entre la filosofía académica y el pensamiento de Cioran, es indudable que éste forma ya parte del canon de pensadores occidentales más importantes del siglo xx. Algunos lo consideran el último de una tradición pesimista en la línea de Schopenhauer y del suicida Philipp Mainlände. Otros, un conservador y un anti-ilustrado, discípulo lejano de Joseph de Maistre. Y Mattheus habla de Cioran como un "escéptico radical" -y al hacer uso de esas palabras parece saber muy bien de qué está hablando.

Esta biografía, aparecida hace pocos meses en Alemania, examina con gran detalle la vida de Cioran (Sibiu, Rumania, 1911 - París, 1995), antes y después de su exilio francés a partir de 1936. Documenta el controvertido apoyo del rumano a la causa ultra-nacionalista en Rumania, y su entusiasmo por el nacionalsocialismo alemán antes de la Segunda Guerra Mundial; su rompimiento con la lengua rumana en los años cuarenta, y su posterior carrera como autor reconocido en Francia. El libro ofrece un cuadro elocuente de un pensador sumido en contradicciones, pero comprometido con la reflexión sobre (o en su caso, con la diatriba inmisericorde y desesperada contra) Dios, el hombre, la historia, el enamoramiento moderno de la razón y, ante todo, una y otra vez, su propia persona; comprometido con la escritura como estrategia de supervivencia: pues Mattheus se toma en serio (¿por qué no habría de hacerlo?) la definición de Cioran de su labor literaria como terapia contra el suicidio -o el asesinato "arbitrario".

Aparte, por supuesto, de sus propios libros, otras obras importantes que permiten algún acercamiento a la enmarañada persona de Cioran son: Entretiens. París: Gallimard, 1995 (Conversaciones, trad. C. Manzano. Barcelona: Tusquets, 1996); Cahiers, 1957-1972. París: Gallimard, 1997 (Cuadernos, trad. C. Manzano. Barcelona: Tusquets, 2004), y Bollon, P. Cioran, l´héretique. París: Gallimard, 1997.

Bibliografía

Lennon, T. Reading Bayle. Toronto: University of Toronto Press, 1999.

Marais, M. Journal et Mémoires de Mathieu Marais, avocat au Parlement de Paris, sur la Régence et le règne de Louis XV (1715-1737). París: Firmin- Didot, 1863-1869, vol. I.

Hernán D. Caro A.

Humbolt-Universität zu Berlin Alemania herrcaro@hotmail.com

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