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Ideas y Valores

Print version ISSN 0120-0062

Ideas y Valores vol.62  supl.1 Bogotá Dec. 2013

 

SUPLEMENTO N.° 1

KANT: FILOSOFÍA PRÁCTICA DE LA POLÍTICA A LA MORAL


Entre el 13 y el 16 de noviembre del año 2012 tuvo lugar en Bogotá el Primer Congreso de la Sociedad de Estudios Kantianos en Lengua Española (SEKLE). En esta ocasión, cerca de setenta estudiosos del pensamiento de Immanuel Kant presentaron sus trabajos. La mayoría de ellos provenía del universo hispano-americano, pero también hubo representación de las sociedades kantianas de Alemania, Italia, Brasil y Francia.

Del evento quedan muchas enseñanzas, y aquí queremos mencionar tan solo un par de ellas. La más significativa es, sin duda alguna, conocer el enorme interés que suscita el pensamiento kantiano en el universo hispano-americano. No solo la cantidad, sino también la calidad de las contribuciones presentadas durante el Congreso, auguran un avance cualitativo en nuestra recepción de este muy complejo pensamiento.

También resulta destacable la cooperación entre las distintas entidades implicadas en la realización del proyecto. La Junta Directiva de la SEKLE, de manera particular su Secretaría, exhibieron insuperables disposiciones de trabajo conjunto con la contraparte colombiana. Esta última estuvo configurada por las universidades Javeriana, de los Andes, del Rosario, Nacional de Colombia, de Antioquia y del Valle. Diversas instituciones se confederaron para la obtención de un fin común que nunca se perdió de vista a lo largo de las previsibles complicaciones en el proceso de preparación del evento.

Muy pronto surgió la idea de aprovechar mejor, más allá de las presentaciones presenciales, al menos parte de las contribuciones del Congreso, de darles mayor difusión. Así, las revistas colombianas Praxis filosófica, Universitas Philosophica, Estudios de Filosofía e Ideas y Valores ofrecieron sus páginas para la publicación de números temáticos especiales, que recogieran algunos de los principales trabajos presentados en el Congreso. Por razones que no es el caso detallar aquí, la suerte de esta iniciativa ha sido desigual. Con todo, sea este el lugar para agradecer la buena disposición de las revis- tas señaladas.

Todavía está por escribirse la historia de la recepción de la filosofía kantiana en el universo hispano-americano. Existen ya algunos trabajos interpretativos dedicados al asunto en la península, así como juiciosas recopilaciones que incluyen la producción realizada en el subcontinente. Pero falta el trabajo interpretativo de conjunto, que distinga fases y aventure explicaciones.

Pese a la anterior carencia, quisiéramos arriesgarnos a formular una hipótesis acerca de las contribuciones que recoge este número especial de Ideas y Valores, cuyo tema es la filosofía política y moral de Immanuel Kant. Pensamos que en este caso el orden de presentación de los factores sí altera el producto. Quizás lo acostumbrado habría sido que la filosofía moral llevase la antecedencia, y que la secuencia acabase en una diluida filosofía política. Y por supuesto que entonces vendrían, una vez más, los lugares comunes acerca del "rigorismo" o de la "irrealizabilidad" del imperativo categórico. Poco importa si la objeción nace ya desde las respetables fuentes hegelianas. El caso, nuestro caso, parece ser más bien el de una lectura interesada, que poco quiere saber acerca de las implicaciones de la filosofía política kantiana. Qué mejor para ello que aludir a una sublime pero a la postre impracticable doctrina moral.

No obstante, nos parece que el espíritu de las contribuciones que aquí se presentan se nutre más bien de la relación que el propio Kant estipula en su escrito Hacia la paz perpetua. Dice allí que la buena constitución del Estado no depende de la moralidad de los ciudadanos, pero que en cambio sí resulta razonable esperar que la institución política republicana incida positivamente en la formación del carácter moral de los individuos. Otra manera de decirlo es, tal vez, con uno de nuestros autores, que los atributos del ciudadano (su libertad, igualdad e independencia civil) preparan el terreno de la virtud del individuo.

Una relación similar fue planteada por Kant, esta vez en su Antropología. Discute allí sobre la importancia de las maneras civilizadas en el comportamiento. Así, si de antemano sabemos que la cortesía es hipocresía, poco será el perjuicio que aquella pueda causarnos. Pero en cambio, nada impide que la amable exterioridad de los modales que ella prescribe acabe por moldear la interioridad del carácter. Poco importan pues los oscuros móviles de quienes se atienen a los deberes del republicanismo y la cortesía. Las formas exteriores llegarán a permear el insondable interior, acaso produciendo alguna vez la deseable apatía del sabio estoico, y entre tanto posibilitan maneras de convivir acordes con la dignidad humana.

En la compleja concepción kantiana del republicanismo existe una importante exigencia que desarrolla los gérmenes políticos de la Ilustración, más allá de los límites exhibidos por el movimiento histórico que así solemos nombrar. Se trata de la publicidad. No debemos entenderla en la acepción que en la actualidad se ha vuelto dominante, la de la propaganda. Por el contrario, se trata de una vida pública sólida, densa, argumentada, con amplia cabida para la controversia. La publicidad no nos garantiza la verdad, pero su fortalecimiento es el recurso más importante que disponemos a la hora de mantener y profundizar las instituciones republicanas en un pueblo de demonios.

De nada de lo anterior nos excusan las incertidumbres que podamos tener acerca de la motivación moral de nuestras acciones. Pero podría decirse que la política prepara para la moral. Otro de nuestros autores ha escrito que la política es "solo" un medio, pero "necesario" para la moralidad. Y en efecto, una genuina reflexión moral ha de tener en cuenta aquello que para la política es punto de partida, a saber que el pueblo de demonios que ha de regir exhibe una incancelable proclividad a la volubilidad de los afectos, cuando no a la perversión de las pasiones: la antropología kantiana puede leerse como una zoología ético-política, que bien puede enlazarse con la metapsicología freudiana.

Ahora bien, si abordamos la comprensión -que no su definición-de los imperativos morales desde la compleja perspectiva a que nos obliga la reflexión antropológica, también encontraremos que aquellos no son incompatibles con facetas "amables" en una vida que bien puede ser calificada de virtuosa. Pero avanzando un tanto más, podría afirmarse que, desde las tensiones inacabables que constituyen la vida política republicana, lo que pedimos de la moral no es el "dato" cierto sino la conservación de la "perspectiva" crítica. Con lo que, de alguna manera, la moral con sus exigencias nos devuelve a la vida política: las evaluaciones morales nos obligan a trascender el punto de vista de la primera persona para dar chance, el mismo que nos otorgamos, al punto de vista de cualquier persona.

A diferencia del cielo católico de la Divina Comedia, al que puede llegarse de una vez por todas y del que podría afirmarse posesión sólida, el buen Dios goetheano nos depara una cierta, y tal vez juguetona, desazón. Por eso dice a Mefistófeles:

La actividad del hombre puede adormecerse demasiado fácilmente, pronto desea para sí el reposo absoluto.
Por ello gustoso le otorgo a un compañero
que provoque y estimule y tenga que obrar como diablo.

No queremos acabar estas líneas introductorias sin agradecer explícitamente al Director de Ideas y Valores, profesor Jorge Aurelio Díaz. Su ánimo liberal y su entusiasmo hicieron posible la culminación de esta iniciativa. También valoramos enormemente la cuidadosa dedicación de Angie Bernal a la preparación de este número. El Evangelisches Zentralarchiv de Berlín generosamente nos propocionó los documentos de registro del bautismo y defunción de Kant que ilustran este número. Agradecemos a su director Dr. Henning Pahl y a la señora Christiane Hinz por facilitarnos su uso.


CATALINA GONZÁLEZ
Editora invitada
Universidad de los Andes - Colombia

LISÍMACO PARRA
Editor invitado
Universidad Nacional de Colombia