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Ideas y Valores

Print version ISSN 0120-0062

Ideas y Valores vol.65 no.160 Bogotá Jan./Apr. 2016

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v65n160.53703 

http://dx.doi.org/10.15446/ideasyvalores.v65n160.53703

Perkins, Patricio Agustín. "La relación filosófica entre Husserl y Avenarius en Problemas fundamentales de la fenomenología." Diánoia 59.72 (2014): 25-48.

En su artículo, Perkins se concentra en el primer capítulo y el anexo iii –número xxii en la enumeración de la Husserliana– de Problemas fundamentales de la fenomenología. Primero realiza una breve reseña de la obra señalando que en el curso que dictó Husserl el semestre de invierno de 1910 y 1911 –cuyas anotaciones corresponden a lo que encontramos en Problemas fundamentales– aborda principalmente tres temáticas fundamentales para la fenomenología, a saber, el concepto natural de mundo, la reducción fenomenológica y la unidad del yo. Luego realiza una exposición del pensamiento de Avenarius para, finalmente, establecer una relación filosófica entre este autor y Husserl, vínculo basado principalmente en el uso que hacen ambos autores del concepto natural de mundo. Perkins establece esta relación explicando las críticas y menciones explícitas que hace Husserl de Avenarius en Problemas fundamentales y estableciendo las semejanzas y diferencias en el pensamiento de ambos autores, mientras critica a comentaristas que han tratado el mismo tema. Si bien Perkins no es explícito en esto, parece que su objetivo es aclarar por qué Husserl afirma que su propuesta es una inversión (Umkehrung) total del pensamiento (Lehre) de Avenarius (cf. Husserl 1968 474).1

El proyecto de Avenarius no es en absoluto despreciable para Husserl: describir aquello que es dado tal como es dado dejando de lado toda teoría o preconcepción, con el fin de dar un fundamento unívoco a las ciencias naturales, en el que se eviten visiones contradictorias del mundo.2 El proyecto de Husserl, en principio, parece muy similar: se busca volver a las cosas mismas –a la experiencia pura que se tiene del mundo–,dando una descripción de estas que haga manifiestas sus estructuras eidéticas y, más allá de ello, las condiciones mismas bajo las cuales es posible la experiencia. Este proyecto fenomenológico, cree Husserl, es capaz de dar un fundamento estable a las ciencias, pues es claro que toda ciencia (natural) presupone –tiene como base– la experiencia que se tiene del mundo.

¿En qué consiste, entonces, la total inversión del pensamiento de Avenarius en Husserl si, aparentemente, sus proyectos son tan similares? La conclusión de Perkins al respecto –y, de hecho, la conclusión de su artículo– es la siguiente:

[…] el univocismo conduce a Avenarius a plantear la experiencia como principio unificador anónimo y al hombre como una dación entre cosas; Husserl, en cambio, rechazando la homologación de la experiencia y la centralidad del anonimato, concluirá en una monadología entendida como intersubjetividad trascendental. (45)

En Avenarius, el sentido de la experiencia supone un qué y un cómo general de esta: el qué general es el yo y el entorno; el cómo general "consiste en que ambos miembros son parte de una misma experiencia abarcadora que impide distinguirlos desde el punto de vista de su sentido" (Perkins 31). El ejemplo dado por Avenarius para explicar esto es la experiencia perceptual que se tiene de un árbol: es claro que las partes constituyentes de esta experiencia son el yo y el árbol (el entorno). Sin embargo, cuando se dice "yo experimento un árbol", lo que se está expresando es que hay una experiencia que contiene al yo y al árbol. "[E]n el centro está la experiencia, pero estrictamente no es de nadie, porque el yo no es quien experimenta, sino solo coexperimentado" (Perkins 32). Avenarius llega a esta conclusión por su afán de lograr una descripción experiencial del mundo en que todas sus partes sean predicadas de la experiencia en el mismo sentido, esto es, por su afán de una determinación unitaria y unívoca de la experiencia. Avenarius espera así evitar una descripción contaminada con preconcepciones o prejuicios. En contraste, Husserl rechaza la idea de experiencia anónima al concebirla como necesariamente de alguien y dirigida hacia algo (intencionalidad). La reducción fenomenológica hace manifiesta las estructuras trascendentales de la conciencia y su íntima relación con la intersubjetividad. En virtud de la empatía, concebimos al otro como un cuerpo con conciencia, similar a nosotros, que experimenta el mundo desde perspectivas distintas a la nuestra. Son estas las que nos permiten completar la conciencia que tenemos del mundo.

Teniendo en cuenta esto, no es del todo claro en qué consiste propiamente la inversión total de Avenarius en Husserl, según la conclusión de Perkins. Claro, en principio Husserl se distingue de Avenarius en cuanto que rechaza el anonimato de la experiencia, ¿pero es eso propiamente una inversión? Es más, ¿es eso una inversión total? Es sorpresivo que en sus críticas a Avenarius, Husserl no mencione el anonimato de la experiencia en la propuesta del filósofo positivista. Considero que el error de Perkins nace en el momento en que afirma que el concepto natural de mundo (el mundo de la actitud natural) en Husserl encierra una descripción pura –es decir, sin prejuicios– de la experiencia inmediata (cf. 36). Específicamente, el error radica en creer que la descripción del mundo de la actitud natural es una sin prejuicios. Para sostener esta afirmación, Perkins remite a un pasaje de Ideas i donde Husserl critica los prejuicios de aquellos lectores que lo han etiquetado de realista-platónico y que, por ello, lo han rechazado (cf. 1983 40-42) y a otro donde señala y rechazalos prejuicios empiristas de algunos científicos naturales que se reúsan a aceptar las esencias (1983 44-45). En estos pasajes, es clara la importancia que Husserl le da, a la necesidad de evitar prejuicios en una investigación, sea esta filosófica o científica. Sin embargo, Perkins concluye de ello que la descripción del mundo de la actitud natural es una que está libre de prejuicios, con lo que ignora el contexto en el que se encuentran estos pasajes: un esfuerzo de Husserl por aclarar lo que entiende por esencias y el conocimiento de ellas. Esto, junto con el primer capítulo de Problemas fundamentales, aclara la verdadera inversión total de Avenarius en Husserl. En este capítulo, Husserl inicia haciendo una descripción de la actitud natural mucho más exhaustiva que la que hace en Ideas i, para luego aclarar el paso a una actitud completamente distinta: la actitud a priori (o eidética). En esta nueva actitud, se rechaza de entrada el prejuicio presente en la actitud natural, según el cual todo lo real es espacio-temporal (cf. Husserl 2006 125), y es así como logramos llegar a conocer unos objetos reales que no tienen ese tipo de existencia: las esencias. Es más, el proyecto fenomenológico de Husserl no puede limitarse a la actitud eidética, sino que va más allá y llega a la actitud fenomenológica, en la cual todo prejuicio natural es puesto entre paréntesis –gracias a la reducción fenomenológica–, lo cual permite ver que no hay mundo sin conciencia, así como no hay conciencia sin mundo.

¿Qué muestra todo esto? Que la inversión total de Avenarius en Husserl consiste en cuándo rechazar los prejuicios: Avenarius, de entrada, pretende hacer una descripción pura del mundo y así fundamentar a las demás ciencias. Husserl, en cambio, reconoce lo valioso de la pretensión de Avenarius, pero nota que solo describiendo el mundo de la actitud natural es que se pueden reconocer sus prejuicios y así, posteriormente, rechazarlos con el fin de llegar –notando que no todo lo que existe es espacio-temporal– a la actitud eidética y luego –dándose cuenta que los objetos no son totalmente concebibles en cuanto que trascendentes– alcanzar la actitud fenomenológica. Solo en esta última pueden descubrirse las estructuras trascendentales de la conciencia, que son condición de toda experiencia posible y, por lo tanto, de toda ciencia basada en la experiencia.


Notas

1 A pesar de que, en general, me refiera a traducciones de las obras de Husserl, en todas las referencias que haga a estas me referiré a la paginación que proviene directamente de las publicaciones de la Husserliana.
2 Es de gran importancia aclarar que, por la falta de traducciones tanto al inglés como al español, no conozco la filosofía de Avenarius. Cuando tenga que referirme a él, me basaré en la exposición que hace Perkins de su sistema filosófico y en las menciones que hace Husserl de él en Problemas fundamentales.


Bibliografía

Husserl, E. Phänomenologische Psychologie. Vorlesungen Sommersemester 1925.         [ Links ]

Hrsg. Walter Biemel. Dordrecht: Springer Science+Business Media, B.V., 1968.         [ Links ]

Husserl, E. Ideas Pertaining to a Pure Phenomenology and to a Phenomenological Philosophy. First Book: General Introduction to a Pure Phenomenology. Trans. Fred Kersten. The Hague: Martinus Nijhoff Publishers, 1983.         [ Links ]

Husserl, E. The Basic Problems of Phenomenology. Trans. Ingo Farin and James G. Hart. Dordrecth: Springer, 2006.         [ Links ]


Juan Diego Bogotá Johnson
Estudiante de filosofía Universidad Nacional de Colombia Bogotá - Colombia
jdbogotaj@unal.edu.co

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