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vol.66 número163INTRODUCCIÓNLozano-Vásquez, Andrea y Meléndez, Germán, comps. Convertir la vida en arte: una introducción histórica a la filosofía como forma de vida. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2016. 389 pp. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Ideas y Valores

versión impresa ISSN 0120-0062

Ideas y Valores vol.66 no.163 Bogotá ene./abr. 2017

 

Traducción

HIPIAS MENOR PLATÓN


Eudico, Sócrates, Hipias

[363a] Eudico - Pero tú, Sócrates, ¿por qué te quedas callado después de tan magnífica exposición de Hipias y no elogias en coro con nosotros algo de lo dicho o haces una refutación si te parece que algo no está bien dicho? En especial ahora que quedamos quienes enfáticamente declaramos participar de la actividad filosófica.

Sócrates - De hecho, Eudico, hay algunas cuestiones sobre Homero expuestas por Hipias por las que le preguntaría con gusto. [363b] Precisamente escuché de tu padre, Apemanto, que la Ilíada es un poema de Homero más bello que la Odisea, tanto más bello cuanto Aquiles es mejor que Odiseo, pues afirmaba que el uno es una composición sobre Odiseo y el otro sobre Aquiles. Así que, si Hipias lo desea, me gustaría indagar qué opina sobre estos dos hombres: ¿cuál de los dos dice que es mejor? [363c] Ya que nos ha expuesto otras cosas de todo tipo de otros poetas y, en particular, de Homero.

Eud. - Por supuesto que Hipias no se negará a responderte si le preguntas algo. Hipias, ¿no es cierto que le responderás a Sócrates si te pregunta algo? ¿O qué harás?

Hipias - Sin duda haría algo terrible, Eudico, si ahora eludiera la pregunta de Sócrates. Yo, que en las Olimpíadas viajo de mi casa en Élide a la gran celebración de los griegos en Olimpia [363d] y en el santuario me ofrezco a hablar de cualquiera de los asuntos preparados para mi exposición a quien lo desee, [así] como a responder cualquier pregunta a quien quiera.

[364a] Sóc. - Hipias, ¡en qué situación tan dichosa te encuentras si en cada Olimpíada vas al santuario confiando tanto en tu alma en lo tocante a tu sabiduría! Me asombraría si un atleta llega allí a competir de modo tan valiente y tan lleno de confianza en su cuerpo como tú, según dices, en tu intelecto.

Hip. - Resulta natural, Sócrates, que tal sea mi situación pues desde que comencé a ir a Olimpia a competir nunca he encontrado a nadie superior a mí.

[364b] Sóc. - Hablas bien, Hipias, al afirmar que tu fama de sabio es un regalo tanto para la ciudad de Élide como para tus propios padres. Pero, ¿qué nos dices sobre Aquiles y Odiseo? ¿Cuál de los dos dices que es mejor? ¿Y por qué? Pues estábamos demasiadas personas adentro cuando tú hacías tu exposición y me perdí tus palabras. Me daba vergüenza preguntarte, debido a la cantidad de gente allí, y así resultar un obstáculo para tu exposición con mis preguntas. Pero ahora, ya que somos menos y Eudico me pide que te pregunte, [364c] dinos y enséñanos con claridad qué dices sobre estos dos hombres y cómo los distingues.

Hip. - Desde luego, Sócrates, deseo explicarte más claramente que hace un rato lo que afirmo sobre estos y otros hombres. Afirmo que Homero ha representado a Aquiles como el hombre más excelente de los que llegaron a Troya, a Néstor como el más sabio y a Odiseo como el más astuto.

Sóc. - ¡Vaya, Hipias! ¿Me complacerías en no burlarte de mí en caso de que me cueste entender lo que se dice y pregunte muchas veces? Intenta responderme gentilmente y de buena manera.

[364d] Hip. - Sócrates, sin duda sería vergonzoso si no tuviera comprensión y no respondiera gentilmente a tus preguntas, ¡yo que enseño esto mismo a otros y considero apropiado recibir dinero por ello!

Sóc. - Hablas magníficamente. Cuando afirmaste que Homero representa a Aquiles como el más excelente y a Néstor como el más sabio creí que entendía lo que decías. [364e] Pero, para serte sincero, cuando afirmaste que el poeta había representado a Odiseo como el más astuto, no entendí [en] lo más mínimo lo que querías decir. Pero dime, tal vez de ahí entienda algo más: ¿Homero no representa a Aquiles como alguien astuto?

Hip. - De ningún modo, Sócrates, sino como alguien de lo más simple y veraz, pues en el pasaje de las plegarias, cuando los representa dialogando, le dice Aquiles a Odiseo:

[365a] Hijo de Laertes, descendiente de Zeus, Odiseo rico en recursos, es preciso que hable directamente de cómo lo haré y cómo creo que ha de concluir. Pues me resulta tan odioso como las puertas del Hades quien esconde una cosa en su corazón y dice otra. [365b] Por mi parte diré lo que ha de cumplirse.

Con esas palabras revela el carácter de cada varón; así Aquiles sería veraz y simple, Odiseo astuto y mentiroso. Es por esto que representa a Aquiles diciéndole estas palabras a Odiseo.

Sóc. - Ahora sí creo entender lo que dices, Hipias. Afirmas, al parecer, que el astuto es un mentiroso.

[365c] Hip. - Exactamente, Sócrates, pues Homero representa a Odiseo de ese modo en muchos pasajes de la Ilíada y de la Odisea.

Sóc. - Entonces Homero creía, según parece, que el hombre veraz y el mentiroso son distintos y que nunca son el mismo hombre.

Hip. - ¿Y por qué no tendría que ser así, Sócrates?

Sóc. - ¿Y a ti mismo te parece que es así, Hipias?

Hip. - ¡Desde luego! De hecho, sería terrible si no fuera así.

Sóc. - Entonces no nos ocupemos de Homero, puesto que es imposible preguntarle en qué estaba pensando cuando compuso estos versos. [365d] Pero como tú, a todas luces, asumes su causa y concuerdas con lo que, según tú, quiere decir Homero, respóndeme tanto en su nombre como en el tuyo.

Hip. - Así será, pero pregunta lo que quieras y sé breve.

Sóc. - ¿Afirmas que los mentirosos, en precisa semejanza con los enfermos, son incapaces de hacer algo o bien que son capaces?

Hip. - Enfáticamente afirmo que son capaces de hacer muchas cosas, en particular engañar a los hombres.

[365e] Sóc. - Al parecer, son capaces y astutos según tu razonamiento. ¿No es cierto?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Son astutos y engañadores por torpeza y falta de inteligencia? O ¿por malicia y cierta inteligencia?

Hip. - Ante todo por malicia y también por inteligencia.

Sóc. - Entonces, según parece, son inteligentes.

Hip. - Sí, por Zeus, muchísimo.

Sóc. - Al ser inteligentes, ¿no saben lo que hacen o lo saben?

Hip. - Claro que lo saben y por esto obran con maldad.

Sóc. - Sabiendo lo que saben, ¿son ignorantes o sabios?

Hip. - Sin duda son sabios, al menos para engañar.

[366a] Sóc. - ¡Veamos! Recordemos qué es lo que dices. ¿Dices que los mentirosos son capaces, inteligentes, saben y son sabios precisamente en aquello que mienten?

Hip. - Eso digo.

Sóc. - ¿Y que los veraces y los mentirosos son distintos y radicalmente opuestos entre sí?

Hip. - Lo afirmo.

Sóc. - ¡Veamos! Según tu razonamiento, los mentirosos se encuentran entre los capaces y los sabios.

Hip. - Claro que sí.

[366b] Sóc. - Y cuando dices que los mentirosos son capaces y sabios en su campo específico, ¿quieres decir que son capaces o más bien incapaces de mentir, siempre que quieran, en aquello mismo en que mienten?

Hip. - Quiero decir que son capaces.

Sóc. - Entonces, resumiendo lo dicho, los mentirosos son los sabios y capaces de mentir.

Hip. - Sí.

Sóc. - Entonces, un hombre incapaz de mentir e ignorante no podría ser un mentiroso.

Hip. - Así es.

Sóc. - En efecto, capaz es quien puede hacer lo que quiere cuando quiere. [366c] Me refiero no al que está impedido por una enfermedad ni por tales cosas, sino, por ejemplo, a ti que eres capaz de escribir mi propio nombre cuando quieres. A esto me refiero. ¿O no llamas capaz al que es así?

Hip. - Sí.

Sóc. - Dime, Hipias, ¿no es cierto que eres experto en cálculos, es decir, en aritmética?

Hip. - Por encima de cualquier otro, Sócrates.

Sóc. - Acaso si alguien te preguntara cuánto es setecientos por tres, ¿no darías, si quisieras, la respuesta correcta más rápidamente y mejor que todos?

Hip. - [366d] Sin duda.

Sóc. - ¿Acaso porque eres el más capaz y el más sabio en este campo?

Hip. - Sí.

Sóc. - Entonces, ¿eres únicamente el más sabio y el más capaz? ¿O también el mejor en el campo en que eres el más capaz y el más sabio, a saber, en aritmética?

Hip. - Claro que soy también el mejor, Sócrates.

Sóc. - ¿Y dirías la verdad con la máxima capacidad en tales asuntos?

Hip. - [366e] Opino que sí.

Sóc. - ¿Y qué sucede con las mentiras en la misma cuestión? Por favor, Hipias, respóndeme con la misma rectitud y generosidad que en el caso anterior. Si alguien te preguntara cuánto es setecientos por tres, ¿tú serías el mejor en mentir en esta cuestión y, en caso de que quieras mentir y nunca decir la verdad, dirías mentiras todo el tiempo de modo consistente? ¿O es el ignorante en aritmética quien sería capaz de mentir mejor que tú si lo quisiera? [367a] ¿O más bien en muchas ocasiones el ignorante, queriendo decir mentiras, podría por casualidad decir verdades involuntariamente (a causa de no saber) y tú, el sabio, siempre mentirías consistentemente?

Hip. - Sí, es así como dices.

Sóc. - Entonces, ¿el mentiroso es mentiroso con respecto a otras cosas, pero no con respecto al número y no podría engañar en el campo de la aritmética?

Hip. - Por Zeus, claro que engaña sobre el número.

Sóc. - Entonces, Hipias, ¿debemos sostenernos en que existe un hombre mentiroso con respecto al cálculo y al número?

Hip. - [367b] Sí.

Sóc. - ¿Y quién podría ser? ¿Acaso no debe ser propio de este, si ha de ser un mentiroso, ser capaz de engañar (como acabaste de aceptar)? Pues si recuerdas, dijiste que el incapaz de engañar nunca podría ser mentiroso.

Hip. - Lo recuerdo y así se dijo.

Sóc. - ¿No es verdad que hace un momento te mostrabas como el más capaz de mentir en aritmética?

Hip. - Sí, también se dijo.

Sóc. - [367c] Entonces, ¿no serías tú también el más capaz de decir verdades en aritmética?

Hip. - Ciertamente.

Sóc. - Así pues, resulta que la misma persona es la más capaz de decir mentiras y verdades en aritmética. Y esta persona es la que es buena en este campo, es decir, el aritmético.

Hip. - Sí.

Sóc. - Entonces, Hipias, ¿quién resulta ser el mentiroso en aritmética? ¿Alguien diferente del que es bueno? Pues este es el que es capaz. Y este mismo es también el que es veraz.

Hip. - Eso parece.

Sóc. - ¿Ves que este mismo es mentiroso y veraz en el campo mencionado? ¿Y que en absoluto el veraz es mejor que el mentiroso? [367d] Pues sin duda son el mismo y no opuestos, como hasta hace poco creías.

Hip. - Parece que no, al menos en este campo.

Sóc. - ¿Quieres que indaguemos también en otro campo?

Hip. - Si tú quieres.

Sóc. - ¿No es verdad que eres también experto en geometría? Hip. - Sí, es cierto.

Sóc. - ¿Y qué? ¿No sucede lo mismo en la geometría? ¿No es la misma persona, el geómetra, el más capaz de mentir y decir verdades sobre las figuras geométricas?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Y no es precisamente este el que es bueno en este campo? ¿O es otra persona?

Hip. - Ningún otro.

Sóc. - [367e] Entonces, ¿el buen y sabio geómetra es el más capaz en ambas cosas? Y si hay un mentiroso en figuras geométricas, ¿no sería el buen geómetra? Pues es quien tendría la capacidad. El mal geómetra, en cambio, es el que no es capaz de engañar. El que no es capaz de engañar no sería mentiroso, según se ha convenido.

Hip. - Así es.

Sóc. - Ahora consideremos a un tercero, al astrónomo. De su arte te crees aún más conocedor que de las precedentes. ¿No es verdad, Hipias?

Hip. - [368a] Sí.

Sóc. - ¿No pasa en astronomía lo mismo?

Hip. - Probablemente, Sócrates.

Sóc. - Entonces también en astronomía, si hay algún mentiroso, el buen astrónomo que es capaz de mentir será el mentiroso, no el que es incapaz pues es ignorante.

Hip. - Así parece.

Sóc. - Entonces también en astronomía el veraz y el mentiroso serán la misma persona.

Hip. - Tal parece.

Sóc. - Vamos, Hipias, sin limitarte, investiga en toda ciencia si es así o no. [368b] Pues eres de lejos el más sabio de los hombres en la mayoría de las artes, según yo mismo te escuché en una ocasión ufanándote mientras hablabas de tu gran y envidiable sabiduría en las tiendas de cambio en el mercado. Dijiste que fuiste a Olimpia y que todo lo que llevabas lo habías elaborado de tu propia mano. Primero dijiste que tu anillo, por ahí comenzaste, era obra tuya, [368c] ya que sabías forjar anillos, y también el sello era obra tuya, además el cepillo y el frasco de aceite, por ti mismo elaborados. Luego dijiste que tú mismo habías elaborado tus sandalias y tejido tu vestido y tu túnica. Lo que les pareció a todos admirable y el mayor ejemplo de tu sabiduría fue cuando dijiste que el cinturón de la túnica estaba entre las cosas más lujosas, cual sandalias persas, y que tú mismo lo habías trenzado. [368d] Además, que habías venido con poemas, epopeyas, tragedias, ditirambos y una gran variedad de discursos. Destacándote sobre los demás, llegaste como conocedor en las artes que justo ahora mencionaba y, además, en ritmo, armonía, gramática y en muchas otras cosas, según me parece recordar. Por cierto, olvidé tu técnica de la mnemotecnia en la que al parecer crees que eres el más brillante. Y creo haber olvidado una gran cantidad. [368e] Ahora bien, una vez examines tus propias artes -ya en verdad bastan-y las de los demás, dime si de algún modo descubres, partiendo de lo que tú y yo acordamos, un área en la que el veraz y el mentiroso sean distintos y no la misma persona. Examina cualquier sabiduría o malicia que te plazca. [369a] En cualquier campo que desees investigar no encontrarás tal cosa, amigo, pues no existe. Sin embargo intenta decirlo.

Hip. - No puedo, Sócrates, por lo menos ahora.

Sóc. - Y ciertamente no podrás encontrarlo, como creo, si lo que digo es cierto. Recuerda, Hipias, lo que para nosotros se infiere del argumento.

Hip. - No tengo presente lo que dices, Sócrates.

Sóc. - Quizás ahora no te sirves de la mnemotecnia, pues es evidente que no crees que sea necesaria. Pero yo te lo recordaré. ¿Recuerdas que decías que Aquiles era veraz y Odiseo mentiroso y astuto?

Hip. - [369b] Sí.

Sóc. - ¿Ahora te das cuenta de que evidentemente la misma persona es tanto mentirosa como veraz, de modo que si Odiseo es mentiroso es igualmente veraz y si Aquiles es veraz también es mentiroso, y que estos hombres no son diferentes entre sí ni opuestos sino semejantes?

Hip. - Sócrates, tú siempre entretejes tales argumentos y extrayendo lo más problemático del argumento te mantienes atado a su minucia y no arremetes contra la cuestión general sobre la que versa el argumento. [369c] Pero ahora, si quieres, a partir de muchas pruebas te demostraré con un argumento idóneo que Homero representó a Aquiles como alguien no mentiroso y mejor que Odiseo. A este último lo representó engañador, muy mentiroso y peor que Aquiles. Si quieres, tú por tu parte contrargumenta y demuestra que el otro es mejor. Los aquí presentes verán cuál de los dos habla mejor.

Sóc. - Hipias, yo no discuto que tú seas más sabio que yo. Sin embargo, siempre acostumbro a prestar atención cuando alguien dice algo, en particular cuando me parece que el que habla es sabio. Deseando entender lo que dice, interrogo exhaustivamente, examino una y otra vez y comparo lo dicho para así aprender. [369d] Pero si me parece que el que habla es vulgar ni le pregunto de nuevo ni me preocupo de las cosas que dice. En esto reconocerás a quiénes considero sabios. En efecto, encontrarás que soy insistente con lo que dice y que me dejo instruir por él para sacar provecho aprendiendo. [369e] Hace un momento noté en lo que dijiste que me resultaba extraño que, en los versos a los que hace poco hacías referencia, tú comentaras que Aquiles habla a Odiseo como si este último fuera un charlatán (si decías la verdad), porque Odiseo, el astuto, claramente no engaña, mientras que Aquiles resulta alguien astuto, de acuerdo con tu razonamiento, y según esto miente. [370a] En efecto, habiendo dicho los versos que precisamente tú citaste hace poco:

Pues me resulta tan odioso como las puertas del Hades quien esconde una cosa en su corazón y dice otra.

[370b] Dice a continuación que no sería persuadido por Odiseo, tampoco por Agamenón, ni en absoluto se quedaría en Troya, sino:

Temprano, dijo, después de haber hecho una ofrenda a Zeus y a todos los dioses, habiendo cargado bien las naves y arrastrándolas a la mar, verás, si quisieras y si te interesa, muy de mañana, mis naves marchando por el Helesponto, rico en peces, y en ellas hombres que reman con gran ímpetu.

[370c] Y si el glorioso temblador de la tierra me diera un buen viaje, al tercer día llegaría a la fructífera Ptía.1

También, antes de esto, dijo a Agamenón en forma de reproche lo siguiente:

Ahora marcharé a la Ptía, porque, en verdad, me place más marcharme a casa en las cóncavas naves y no pienso estar aquí deshonrado [370d] y obtener muchas posesiones y riqueza para ti.2

Habiendo dicho esto, en una ocasión frente al ejército y en otra, dirigiéndose a sus propios compañeros, evidentemente no hizo todos los preparativos ni emprendió el camino a las naves para marchar a casa, sino que, de manera muy decidida, despreció decir la verdad.

Hipias, yo desde el principio te pregunté, sintiéndome perplejo, cuál de estos dos hombres representó el poeta como el mejor, [370e] porque creía que ambos eran excelentes y que sería difícil discernir cuál de los dos es mejor con respecto al engaño, a la verdad y al resto de la excelencia, pues ambos son semejantes también en cuanto a esto.

Hip. - Sócrates, ciertamente no lo examinas bien. Sobre lo que miente Aquiles, a todas luces no lo hace deliberadamente, sino involuntariamente, obligado, en vista del infortunio de su ejército, a quedarse y a socorrerlo. En cambio, Odiseo lo hace voluntaria y deliberadamente.

Sóc. - Me engañas, querido Hipias, y tú mismo imitas a Odiseo.

Hip. - [371a] De ninguna manera, Sócrates: ¿por qué lo dices y respecto a qué?

Sóc. - ¿Por qué dices que Aquiles no miente deliberadamente? Homero lo representó tan embaucador y planificador en su charlatanería que parece más inteligente que Odiseo, al conseguir fácilmente que este último no se dé cuenta de que habla como charlatán. Así se atreve a hacer afirmaciones contradictorias sin que Odiseo se dé cuenta. Al menos, Odiseo no le habla como si se percibiera del engaño.

Hip. - [371b] ¿De qué estás hablando?

Sóc. - ¿No sabes que después de decir a Odiseo que se haría a la mar en la madrugada, le dice a Ayax igualmente que no se haría a la mar, sino algo distinto?

Hip. - ¿En qué pasaje?

Sóc. - En el que dice esto:

De la sangrienta guerra no me preocuparé, hasta que el hijo del prudente Príamo, el divino Héctor, [371c] llegue a las tiendas y naves de los Mirmidones deseoso de matar a los argivos, y las naves con fuego queme: junto a mi tienda y mi negra nave pienso detener a Héctor deseoso de batalla.3

[371d] Hipias, ¿crees que el hijo de Tetis, que fue instruido por el muy sabio Quirón, era tan olvidadizo que primero reprende severamente a los charlatanes pero luego le dice a Odiseo que iba a hacerse a la mar y a Ayax que iba a quedarse? ¿O más bien crees que actuaba deliberadamente y pensó que Odiseo era ingenuo y que lo superaría en su mismo arte de tramar y mentir?

Hip. - Por supuesto que no pienso así, Sócrates. [371e] Más bien pienso que su benevolencia lo persuadió y dirigió a Ayax unas palabras distintas de las que dirigió a Odiseo. En cambio Odiseo dice la verdad y miente solo después de deliberar.

Sóc. - Luego, según parece, Odiseo es mejor que Aquiles. Hip. - ¡Por supuesto que no, Sócrates!

Sóc. - ¿Cómo así? ¿Los que mienten voluntariamente no se mostraron hace poco mejores que los que lo hacen involuntariamente?

Hip. - ¿Y cómo así que los que cometen injusticias, han deliberado y hacen mal voluntariamente serían mejores que los que actúan involuntariamente? [372a] Estos parece que tienen una buena disculpa, si es el caso que cometieron injusticia, mintieron o hicieron algún mal sin conocimiento. Sin duda las leyes son mucho más duras para los que voluntariamente hacen mal o mienten, que para los que actúan involuntariamente.

Sóc. - ¿Ves, Hipias, que digo la verdad cuando afirmo que soy infatigable con mis preguntas a los sabios? [372b] Y parece que esta es la única cosa buena que tengo mientras las demás no tienen valor. Pues indago erráticamente cómo son las cosas y no sé cuál es su carácter. Una prueba suficiente es, a mi parecer, que siempre que entro en conversación con alguno de vosotros, los que gozan de más reputación por su sabiduría y de la que todos los griegos dan fe, resulta evidente que no sé nada, pues prácticamente en ningún punto coincidimos. [372c] En verdad, ¿qué más grande prueba hay de ignorancia que discrepar de los sabios?

Pero tengo esta única cosa admirable y buena que me salva: no me avergüenza aprender, sino que me informo, interrogo y quedo agradecido del que me responde, sin denegarle a nadie mi agradecimiento. Nunca he negado que aprendí alguna cosa considerándola como mi propio hallazgo. Por el contrario, a quien me la enseñó lo alabo como sabio, haciendo público que lo he aprendido de él. [372d] De hecho, ahora no estoy de acuerdo contigo en lo que dices, sino que discrepo completamente. Y bien sé que soy responsable de esto porque soy como soy y no afirmo que soy mejor de lo que en realidad soy. Hipias, me parece que sucede todo lo contrario de lo que tú afirmas: los que hacen daño a los hombres, son injustos, mienten y engañan voluntariamente (y no involuntariamente) son mejores que los que lo hacen involuntariamente. Sin embargo, a veces me parece lo contrario y me extravío en este asunto, evidentemente a causa de no saber; [372e] pero ahora en el presente esta idea me sobreviene como un síncope y me parece que los que yerran voluntariamente con respecto a algo son mejores que los que lo hacen involuntariamente. Afirmo que los argumentos anteriores son responsables de mi actual padecimiento. De modo que ahora parece que los que hacen cada una de estas cosas involuntariamente son peores que los que las hacen voluntariamente.

Entonces, compláceme y no te niegues a sanar mi alma. [373a] En efecto, me harás un bien mucho mayor liberando mi alma de la ignorancia que mi cuerpo de la enfermedad. Si pretendes pronunciar un largo discurso, te advierto que no me sanarás -pues no te seguiré-, pero si quieres responderme como hasta ahora, me serás muy útil y creo que tú mismo no te perjudicarás. Y a ti, hijo de Apemanto, podría con justicia pedirte ayuda, pues tú me animaste a dialogar con Hipias. Así que ahora, si Hipias no quiere responderme, pídeselo por mí.

Eud. - Pero, Sócrates, creo que Hipias no necesitará de ninguna manera de nuestra súplica [373b] porque eso no es lo que pregona, sino que no evitaría de ningún hombre un cuestionamiento. ¿No es verdad, Hipias? ¿No era esto lo que decías?

Hip. - Ciertamente, Eudico. Pero Sócrates siempre confunde con sus argumentos y parece como si obrara mal.

Sóc. - Querido Hipias, yo de ningún modo hago esto voluntariamente -pues sería sabio y admirable según tu razonamiento-, sino involuntariamente, de modo que discúlpame. Pues además dices que es necesario disculpar a quien obra mal involuntariamente.

Eud. - [373c] No obres de otra forma, Hipias, sino que, tanto por nosotros como por lo que pregonaste responde lo que Sócrates te pregunte.

Hip. - Respondo porque tú me lo pides. Vamos, pregunta lo que quieras.

Sóc. - Hipias, tengo un gran deseo de examinar lo que se decía hace poco: si son mejores los que fallan voluntariamente o los que lo hacen involuntariamente. Creo que el modo más correcto de hacer el examen es el siguiente:

Por favor, respóndeme: ¿llamarías a alguien un buen corredor? Hip. - [373d] Sí, por supuesto.

Sóc. - ¿Y a otro alguien, malo?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿El que corre bien es el bueno y el que corre mal el malo?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿El que corre lentamente corre mal y el que corre rápidamente bien?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Por consiguiente, en una carrera la velocidad es lo que es bueno y la lentitud lo que es malo?

Hip. - ¿Y qué otra cosa esperas?

Sóc. - ¿Cuál es mejor corredor, el que corre lentamente por su voluntad o el que lo hace involuntariamente?

Hip. - El que corre voluntariamente.

Sóc. - ¿Acaso el correr no es hacer algo?

Hip. - Por supuesto que es hacer.

Sóc. - Pero si es un hacer, ¿no es también un realizar algo?

Hip. [373e] - Sí.

Sóc. - ¿Y el que corre mal no realiza algo malo y vergonzoso en la carrera?

Hip. - Algo malo, por supuesto.

Sóc. - ¿Y el que corre lentamente corre mal?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Entonces el buen corredor realiza algo malo y vergonzoso voluntariamente y el mal corredor involuntariamente?

Hip. - Así parece.

Sóc. - ¿Por tanto, en una carrera, el que realiza lo malo involuntariamente es peor que el que lo realiza voluntariamente?

Hip. [374a] - En una carrera, sí.

Sóc. - Y en la lucha, ¿quién es mejor luchador? ¿El que cae voluntariamente o el que cae involuntariamente?

Hip. - El que cae voluntariamente, según parece.

Sóc. - Y qué es peor y más vergonzoso en una lucha, ¿caer o derribar?

Hip. - Caer.

Sóc. - ¿Entonces también en la lucha es mejor el luchador que realiza voluntariamente lo vil y lo vergonzoso, que el que lo realiza involuntariamente?

Hip. - Así parece.

Sóc. - ¿Y qué ocurre en cualquier otra actividad corporal? ¿No puede el mejor respecto al cuerpo realizar ambas cosas, tanto las fuertes como las débiles, tanto las vergonzosas como las buenas, [374b] de modo que cuando se realiza lo vil en el campo corporal el mejor en este campo lo realiza voluntariamente y el peor involuntariamente?

Hip. - Parece que también es así respecto al vigor.

Sóc. - Hipias, ¿y qué respecto a la elegancia corporal? ¿No es propio del mejor cuerpo asumir posturas vergonzosas y viles voluntariamente y del peor involuntariamente? ¿O qué te parece?

Hip. - Así es.

Sóc. [374c] - Entonces también la falta de elegancia voluntaria proviene de la excelencia y la involuntaria de la vileza del cuerpo.

Hip. - Así parece.

Sóc. - ¿Qué dices sobre la voz? ¿Cuál dices que es mejor, la que desentona voluntariamente o la que lo hace involuntariamente?

Hip. - La que lo hace voluntariamente.

Sóc. - ¿Y es peor la que lo hace involuntariamente?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Qué preferirías poseer: lo bueno o lo malo?

Hip. - Lo bueno.

Sóc. - ¿Entonces, qué preferirías tener: unos pies que cojearan voluntariamente o involuntariamente?

Hip. [374d] - Voluntariamente.

Sóc. - ¿Y la cojera no es una vileza y una deformidad?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Y la visión borrosa no es una vileza de los ojos?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Entonces qué ojos desearías poseer y con ellos vivir: aquellos con los que alguien vería borrosa y confusamente voluntaria o involuntariamente?

Hip. - Aquellos con los que viera voluntariamente.

Sóc. - ¿Entonces crees que los tuyos, que funcionan con vileza voluntariamente, son mejores que los que lo hacen involuntariamente?

Hip. - Así es.

Sóc. - Por lo tanto, en el caso del oído, la nariz, la boca y todos los sentidos es válida la siguiente afirmación: [374e] los que realizan lo malo involuntariamente son indeseables porque son malos, mientras los que lo hacen voluntariamente son deseables porque son buenos.

Hip. - Sí me parece.

Sóc. - ¿Y qué? ¿Con qué instrumentos es mejor trabajar, con los que uno hace algún mal voluntariamente o con los que uno lo hace involuntariamente? Por ejemplo: ¿es mejor el timón con el que se puede pilotear mal voluntariamente o con el que se hace esto involuntariamente?

Hip. - Con el que se puede pilotear mal voluntariamente.

Sóc. - ¿Y no sucede lo mismo con el arco, la lira, las flautas y todos los demás instrumentos?

Hip. [375a] - Hablas con la verdad.

Sóc. - ¿Y qué? ¿Es mejor poseer un caballo que tenga un alma con la que uno cabalgue mal voluntariamente o una con que uno lo haga involuntariamente?

Hip. - Con la que uno lo haga voluntariamente.

Sóc. - Ciertamente es mejor.

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Entonces con el caballo que tenga una mejor alma uno puede hacer obras malas voluntariamente y con un caballo con un alma vil se las hace involuntariamente?

Hip. - Sin duda.

Sóc. - ¿No es verdad que lo mismo sucede con las almas de un perro y de todos los demás animales?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Y qué? ¿Es mejor que un arquero posea un alma que voluntariamente falla con el blanco o la que lo hace involuntariamente?

Hip. [375b] - La que voluntariamente lo hace.

Sóc. - ¿No es verdad que esa misma alma es mejor para el arte del tiro con arco?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Y la que falla involuntariamente es un alma más vil que la que lo hace voluntariamente?

Hip. - En el tiro con arco sí.

Sóc. - ¿Y qué ocurre en la medicina? ¿No es más experta en medicina el alma que voluntariamente realiza el mal en un cuerpo?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Entonces en ese arte es mejor un alma así que su opuesta?

Hip. - Es mejor.

Sóc. - ¿Y qué pasa con el alma más virtuosa en la cítara, en la flauta y en todas las otras artes y ciencias? [375c] ¿La mejor alma realiza voluntariamente lo malo y lo vergonzoso, y falla, mientras la más vil lo hace involuntariamente?

Hip. - Así parece.

Sóc. - Pero con respecto a las almas de los esclavos, ¿preferiríamos poseer las almas de las que fallan y hacen el mal voluntariamente que las que lo hacen involuntariamente por ser las primeras mejores en su campo?

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿Pero qué? ¿No quisiéramos que nuestra alma fuera muchísimo mejor que la de ellos?

Hip. [375d] - Sí.

Sóc. - ¿No es verdad que será mejor si hace el mal y falla voluntariamente, que si lo hace involuntariamente?

Hip. - Sería en verdad terrible, Sócrates, si los que hacen injusticia voluntariamente fueran mejores que los que lo hacen involuntariamente.

Sóc. - Pero así parece a partir de lo dicho.

Hip. - No para mí, ciertamente.

Sóc. - Hipias, yo creía que a ti también te parecía lo mismo. Luego responde de nuevo: ¿no es la justicia o bien una especie de capacidad o bien un conocimiento, o ambas cosas? ¿O no debe ser la justicia una de estas cosas?

Hip. [375e] - Sí.

Sóc. - ¿No es verdad que si la justicia es una capacidad del alma, el alma más capaz es la más justa? En efecto, querido amigo, nos pareció que tal alma es mejor.

Hip. - En efecto, así nos pareció.

Sóc. - ¿Y qué ocurre si es un conocimiento? ¿No es el alma más sabia la más justa y la más ignorante la más injusta?

Hip. - Así es.

Sóc. - ¿Y qué ocurre si es ambas cosas? ¿No es la más justa la que tiene ambas cosas, el conocimiento y la capacidad, y la más ignorante la más injusta? ¿No debe ser así?

Hip. - Eso parece.

Sóc. - ¿No es verdad que la más capaz y la más sabia es evidentemente la mejor y la que puede hacer en mayor grado tanto lo bueno como lo vergonzoso en toda realización?

Hip. [376a] - Sí.

Hip. - Así es.

Sóc. - Entonces, cada vez que realiza una acción vergonzosa la realiza voluntariamente por su capacidad y su arte. Y una de estas o ambas parecen ser propias de la justicia.

Hip. - Así parece.

Sóc. - Y hacer lo injusto es hacer lo malo, y no hacer lo injusto es hacer lo bueno.

Hip. - Sí.

Sóc. - ¿No es verdad que el alma más capaz y mejor, cuando hace lo injusto, lo hace voluntariamente y la mala involuntariamente?

Hip. - Eso parece.

Sóc. [376b] - ¿No es verdad que el hombre bueno es el que tiene un alma buena y el malo el que tiene una mala?

Hip. - Sí.

Sóc. - Entonces, el cometer injusticia voluntariamente es propio de un hombre bueno, y el hacerlo involuntariamente de uno malo, si de veras el hombre bueno tiene un alma buena.

Hip. - Sin duda la tiene.

Sóc. - Hipias, entonces el que falla, hace lo vergonzoso y lo injusto voluntariamente -si en verdad hay alguien así- no sería otro que el hombre bueno.

Hip. - No tengo cómo concordar contigo en esto, Sócrates.

Sóc. - ¡Ni yo conmigo mismo, Hipias! Pero es necesario que al menos a nosotros nos lo parezca así en este momento a partir del argumento. [376c] Lo que te decía hace poco: respecto a este asunto me extravío de un lado a otro y nunca opino lo mismo. Y no es sorprendente que yo o alguna otra persona corriente se extravíe. Pero si incluso vosotros, los sabios, os extraviáis eso ya resulta terrible, que acudamos a vosotros y no cese nuestro extravío.

1Ilíada IX 357-363.

2Ilíada I 169-171.

3 Ilíada IX 650-655.

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