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Ideas y Valores

Print version ISSN 0120-0062

Ideas y Valores vol.66 no.163 Bogotá Jan./Apr. 2017

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v66n163.61985 

Diálogos

Barrero, Tomás Andrés. "Aserción, expresión y acción. Una lectura de J. L. Austin." Dianoia 60.74 (2015): 81-107.

DAVID CAMILO TÉLLEZ GUZMÁN* 

* Estudiante de pregrado -Universidad Nacional de Colombia -Bogotá - Colombia, dctellezg@unal.edu.co


El objetivo central de Barrero en este artículo es argumentar que las posturas de Austin acerca de la aserción y la modificación adverbial pueden ser usadas para el desarrollo de una semántica expresivista para las oraciones de acción. Este objetivo se desarrolla en las secciones segunda y tercera del artículo, las otras dos secciones son una introducción y una conclusión. En este comentario me centraré en la segunda sección del texto de Barrero, pues creo que en ella hay varios problemas. En primer lugar, pienso que la exposición de s11 no solo es errónea, sino que es más cercana al modelo de aserción so que a s1. En segundo lugar, encuentro que la traducción de las oraciones de acción a las prácticas asertivas de s1, hecha por Barrero, es demasiado limitada como para considerarse una traducción efectiva. Pasaré a explicar el porqué de mi posición.

La exposición de s1 en el artículo de Barrero es muy general: se nos dice que este modelo se preocupa de oraciones de la forma O ("E es un T"), en las que E es el nombre de un elemento (muestra) y T es el nombre de un tipo (modelo). Estas oraciones son legisladas por convenciones de referencia, que determinan el foco de aserción y convenciones de sentido, que establecen el onus de encaje. Diferencias entre el foco de aserción, el onus de encaje y la dirección de ajuste (término austiniano no explicado en el artículo) determinan cuatro prácticas asertivas (llamar, ejemplificar, describir y clasificar) que pueden entenderse como respuestas a ciertas preguntas. (cf. 86-88). Esta explicación, sin embargo, no es en absoluto del modelo s1. En s1, la variable E es un elemento que no encaja de manera exacta al tipo t. Los ejemplos de Austin a este respecto son reveladores: si en s1 tenemos como palabras para patrones a "rojo", "azul" y "amarillo", existirán ciertos colores que no encajan en ellos (como el blanco), que se parecen más a uno que a los demás patrones (como el rosa), que se parecen a dos patrones (como el morado) o que solo se asemejan a un patrón (el escarlata) (cf.Austin 143). Lo que estos ejemplos muestran es que el elemento que reemplaza a E en las aserciones, no solo no encaja de manera perfecta en los tipos de los que dispone nuestro lenguaje, sino que además en nuestro lenguaje no disponemos de una forma lingüística para caracterizar un tipo en el que E encaje perfectamente. Así, para empezar, el ejemplo que Barrero da de las aserciones de s1 ("Julio César es un general romano") es problemático, pues muestra un elemento que encaja de manera exacta con el tipo que se le asigna. Además, y este es en mi opinión el problema principal, s1 es mucho más complejo de lo que en principio Barrero muestra en su somera descripción.

Podría pensarse que, aun cuando la descripción que se hace de s1 sea incorrecta, la forma en que es usado en el artículo puede llevar a pensar que Barrero sí está haciendo uso de este modelo. Pero no es el caso. Así, por ejemplo, en la traducción de oraciones de acción a aserciones en s1, Barrero hace uso constante de giros adverbiales que permiten clasificar de manera lingüística una acción X que no se adecua a lo que, en un contexto normal, llamaríamos hacer X (cf. 92). Puesto que en nuestro lenguaje existe alguna forma de hablar de esas cosas (y aquí me importan esencialmente los tipos de s1).

Ahora bien, la descripción que se da en esta parte del artículo, si se la mira con cuidado, parece definir a s0 más que a s1. En el primer modelo de aserción cada elemento hace parte de un tipo determinado de manera exacta. En otras palabras, toda muestra encaja en solo un modelo. Puesto que un modelo de aserción similar está presupuesto a lo largo del texto de Barrero, me parece claro que está hablando de so más que de s1. Aquí entonces podrían suceder dos cosas. Por un lado, Barrero podría explicar, de manera más clara, en qué medida todos los giros adverbiales pueden ser interpretados en relación con s1, mencionando explícitamente la ausencia de un encaje exacto entre elemento o tipo. Por otro lado, él podría simplemente aceptar que s0 es el modelo de aserción que usó en todo su texto. Cualquiera sea el camino que se tome, la conclusión sería la misma: el artículo, al menos en esta sección, carece de claridad y elementos justificativos suficientes.

Pasemos ahora a la traducción de oraciones de acción al modelo de aserción s1. Aquí Barrero trata de explicar cómo las actividades asertivas que se dan en s1 pueden encontrarse también en las oraciones de acción. En otras palabras: su objetivo es mostrar que cualquier oración de este tipo puede ser considerada como un intento de llamar, ejemplificar, describir o clasificar. (cf 88 y 95). Mi principal problema con esta traducción es que pierde la generalidad de s1. En efecto: s1 puede servir para explicar cierta variedad de oraciones asertivas. Así, si suponemos que E y T son reemplazados por elementos y tipos que s1 puede analizar, podremos estar seguros que esa oración funcionará de la forma que se deduce del análisis del modelo de aserción O. Esto se pierde en la traducción de Barrero. En varios lugares, por ejemplo, dice que ciertos giros adverbiales ("torpemente" y "deliberadamente", "intencionalmente" y "por accidente") no funcionan de la misma manera al compararse entre ellos (cf. 91, 93-95). Si esto es así no se pueden realizar predicciones de generalidad comparables a las que se harían en s1. Se pierde algo en la traducción, deja de ser exacta. A mi parecer, lo que hace problemático este intento es traducir las oraciones de acción a un modelo de oraciones asertivas, pues las primeras, aun cuando pueden ser tratadas de manera general, encuentran en sí mismas ciertas características específicas que llevan a la necesidad de un trabajo particular más intenso y profundo que el que es necesario en el caso de las segundas. En suma, son oraciones en las que existe más distancia que cercanía y por ello una traducción en principio se muestra como problemática.

Quisiera terminar con un comentario más general al objetivo del texto. Es muy claro que el trabajo de traducción que Barrero trata de realizar puede ser filosóficamente interesante. También lo puede ser el mostrar que los giros adverbiales importantes para las oraciones de acción son usados en contextos de prácticas argumentativas (prácticas en las que la aseveración juega un papel crucial). Lo que no entiendo es por qué es necesario realizar todo este trabajo partiendo de s1. En Cómo hablar, Austin mismo dice que sus modelos son imperfectos, pues solo tratan de explicar ciertos actos de habla (aserciones) en situaciones simplificadas (cf 147). Los actos de aserción que se practican en contextos argumentativos son mucho más complejos y no deberían (tampoco creo que podrían) ser estudiados con modelos tan simples como so o s1. Creo, entonces, que una investigación previa a la que se hace en este artículo debería dedicarse a desarrollar tal(es) modelo(s) de aserción. Un trabajo como este podría hacer la traducción aserción-acción mucho más eficaz. Esta investigación, además, sería mucho más cercana a las intenciones originales de Austin y, me parece, sería capaz de mostrar cómo se relacionan los trabajos sobre emisiones performativas con los textos en los que se usa el método de la "fenomenología lingüística".

Bibliografía

Austin J. L. Ensayos filosóficos. Eds. James Opie Urmson y Geoffrey James Warnock. Trad. Alfonso García Suárez. Madrid: Revista de Occidente, 1975. [ Links ]

1 En adelante, cada vez que hable de s1 y s0, debe entenderse que hablo de los modelos de aserción que Austin desarrolla en Cómo hacer cosas con palabras. Así, cuando se diga "x se da en s1" se debe sobreentender que se está diciendo "X se da en el modelo de aserción austiniano s1".

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